Señor editor:
Hemos leído con interés el artículo publicado por Gómez y colaboradores 1 en el cual se menciona que se han identificado biomarcadores sanguíneos que permiten distinguir diferentes estadios del desarrollo del cáncer gástrico. Se reporta que existen 48 genes que permiten discriminar a aquellos pacientes con gastritis crónica de los pacientes con cáncer gástrico. Asimismo, se documentan 14 genes que diferencian las patologías de cáncer difuso con las de tipo intestinal, y un grupo de 48 genes que distinguen la gastritis crónica de la metaplasia intestinal en los pacientes evaluados.
Sin embargo, nos gustaría preguntar por qué no se pudieron identificar cuáles son los genes que posibilitan distinguir estas patologías. En el trabajo se menciona que el ARN extraído fue evaluado en la última versión de microarrays de todo el genoma humano 2. Esta técnica puede identificar qué genes tienen una expresión genética alterada en los pacientes evaluados. No obstante, no queda claro por qué no se mencionan dichos genes.
Esto se torna crítico en un escenario en el que las publicaciones que evalúan biomarcadores para el cáncer gástrico en la población latinoamericana son limitadas. La identificación de los genes encontrados podría direccionar esfuerzos de la comunidad científica para continuar estudios sobre la comprensión del desarrollo del cáncer gástrico en la población latina. Por ejemplo, un reciente trabajo encontró que algunos polimorfismos de las interleucinas IL-10 e IL-4 podrían estar asociados al cáncer gástrico en la población colombiana 3.
El estudio en mención presenta un hallazgo significativo para la detección de lesiones premalignas y el diagnóstico del cáncer gástrico. Sin embargo, no podemos dar continuidad a los resultados del trabajo sin esta valiosa información