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Acta Neurológica Colombiana

Print version ISSN 0120-8748

Acta Neurol Colomb. vol.28 no.4 Bogotá Oct./Dec. 2012

 

El ejercicio de la neurología en Colombia

The practice of neurology in Colombia

 

Federico Arturo Silva Sieger MD, MSc. Director Departamento de Neurociencias y Grupo Ciencias Neurovasculares. Fundación Cardiovascular de Colombia. Correspondencia: federicosilva@fcv.org

 

Recibido: 16/11/12. Revisado: 17/11/12. Aceptado: 19/11/12.

 


El término Neurología como tal, tiene su origen hacia mediados del siglo XVII, cuando Thomas Willis lo acuñó para referirse al estudio del sistema nervioso en su obra Cerebri Anatome (1664) en el que realizó semejanzas estructurales entre el cerebro humano y el de otros animales. La Neurología se desarrolló inicialmente como una disciplina sin una clara consolidación hasta el siglo XIX, cuando Jean Martin Charcot, estableció un servicio para pacientes llamados "incurables", con una orientación hacia la patología neurológica, creando la "Cátedra de Enfermedades del Sistema Nervioso" en la Facultad de Medicina de París, y de esta manera el primer servicio formal de neurología en el mundo (1,2).

Mucho ha cambiado en el ejercicio de la neurología desde que los pioneros, los doctores Andrés Rosselli, Ignacio Vergara y Jaime Potes dieron origen a los primeros servicios de neurología y programas de postgrado (3). En el plano científico el ejercicio de la especialidad se ha consolidado. Los desarrollos nos ha permitido comprender mejor la fisiología del sistema nervioso, avanzar en el conocimiento de la patología neurológica, grandes adelantos en medios diagnósticos, y la disponibilidad de alternativas terapéuticas, lo que ha cambiado el panorama del ejercicio frente a nuestros pacientes, pasando de un ejercicio con gran riqueza descriptiva anatómica, semiológica y conductas expectantes, a generar cambios radicales en el pronóstico y la vida de nuestros pacientes (4).

En 1993 el Dr Diego Rosselli y su equipo, realizaron una encuesta a 29 neurólogos del país 25% (la población de neurólogos para ese momento era de 119). Los resultados mostraron que en 1993, cada neurólogo atendía 77 pacientes en promedio a la semana, 37.2% de los cuales correspondían a pacientes particulares. Este panorama cambió a partir del mismo año ante el nuevo del sistema de salud colombiano que migró hacia un programa dirigido a aumentar la cobertura basado en el aseguramiento. Una de las conclusiones de este estudio fue que había una carencia de neurólogos en el país, con una relación de 1 neurólogo por cada 294.000 habitantes, haciendo notar la alta concentración en las ciudades capitales (5). Cinco años después, se repitió el mismo estudio en 62 neurólogos de Bogotá (76% del total de la ciudad), encontrando que el 50% trabajaba 50 o más horas a la semana y planteó que los neurólogos presentaron un proceso de multiplicidad de los vínculos laborales y de atención como respuesta a la disminución de los ingresos (6). En el año 2006, el mismo investigador realizó el estudio Perla dirigido a determinar el perfil laboral en 160 neurólogos de todo el país. El 44% ejercía en Bogotá, 12% en Medellín, 9% en Cali y 5% en Bucaramanga; el 61% refirió estar trabajando más que en los dos años previos, sólo el 38% tenía mejores ingresos y 25% trabajaba más de 60 horas a la semana (7).

En este número de Acta Neurológica, Joe Muñoz presenta los resultados de una encuesta realizada en 97 neurólogos, la mayoría ubicados en las ciudades capitales. Los ingresos promedio de un neurólogo en Colombia para el año 2011 por autoreporte se estimaron en 15 millones de pesos y realiza un análisis en el que muestra que si bien en términos absolutos esta es una cifra inferior al promedio de lo que gana un neurólogo en los Estados Unidos, en términos relativos frente al salario mínimo de cada país, este valor parecería tener una mejor representación para el nivel de ingresos en Colombia; no deja de ser discutible pero muy interesante propuesta. De acuerdo con las estimaciones presentadas, la relación es de un neurólogo por cada 60.000 habitantes, la cual permanece por abajo de lo observado en algunos países desarrollados. Un punto muy interesante está en la observación sobre como el 59% de los neurólogos encuestados tiene una subespecialidad, con una clara tendencia de aumento en los últimos años (8). Se puede decir que el desarrollo científico de la especialidad y de su ejercicio ha impulsado el desarrollo de múltiples subespecialidades neuroló-gicas; bajo otra perspectiva se ha hecho necesaria la profundización y mas años de estudio para responder a la complejidad y supraespecialización en la atención de los pacientes neurológicos (9). Si bien los resultados de esta nueva encuesta muestran que la concentración de especialistas se mantiene en las principales ciudades, ya hay un número importante de colegas en ciudades intermedias y una mayor cobertura del territorio por la especialidad.

Son muchos e importantes los cambios que se vienen dando en el ejercicio de la neurología en Colombia y lamentablemente no hemos estado preparados y posiblemente aún no lo estamos como gremio para afrontarlos de la mejor manera en beneficio de los intereses colectivos de la especialidad y los de nuestros pacientes. Es claro que el ejercicio de la medicina ya no es el de una profesión liberal y las regulaciones se han ido imponiendo con un impacto muy importante sobre la autonomía del ejercicio, en lo laboral con vínculos cada vez menos favorables, menos estables y menores ingresos. La educación en el pregrado y el postgrado no escapa a esto. La calidad de la educación desde luego que también se afecta por las estrategias encaminadas a aumentar el volumen de pacientes atendidos ante la necesidad de asegurar ingresos institucionales. Pocas universidades mantienen una planta de profesores con vinculaciones estables y tiempos protegidos de docencia. Por el contrario se percibe un aumento de la informalidad y el peso de la carga asistencial. Las proyecciones realizadas por Muñoz muestran que de acuerdo con el número de residentes de cada programa, el número de neurólogos se duplicará en 15 años. Desconozco si este número es o no el adecuado; lo que si conozco es que las necesidades de formación del recurso humano deberían responder a un estudio y como respuesta a los requerimientos de la población y no al interés económico de vender matrículas universitarias o de cubrir las necesidades asistenciales de hospitales con recurso más económico.

No me cabe la menor duda que independiente de las presiones del medio son poderosas, las circunstancias actuales, buenas o no tan buenas son producto de nuestros actos o lo que hemos dejado de hacer, es decir somos responsables de nuestro presente y futuro. Trabajos como el presentado por el Dr Muñoz no solo generan conocimiento que debe servir de insumo a las autoridades de salud y educación, nos motivan a la reflexión de nuestro ejercicio y deberían ser insumo para debates al interior de la Asociación Colombiana de Neurología, con el sano interés de un mejor futuro.

REFERENCIAS

1. O'CONNOR JAMES PB. Thomas Willis and the background to Cerebri Anatome. J R Soc Med. 2003;96:139-143.         [ Links ]

2. COSENTINO C. Historia de la Neurología, JeanMartin Charcot. Revista Per Neurol. 1999;5(2):p.         [ Links ]

3. PÉREZ R GE. Historia de la neurología en Colombia. Acta Neurol Colomb. 2009;25:101-103.         [ Links ]

4. ROPPER ALLAN H. Two Centuries of Neurology and Psychiatry in the Journal. N Engl J Med. 2012;367:58-65.         [ Links ]

5. ROSELLI D, ESLAVA-COBOS J, CALDERÓN C, MENKEN M. Atención especializada de los trastornos neurológicos en Colombia. Bol Oficina Sanit Panam. 1996;121:416-420.         [ Links ]

6. ROSSELLI D, CALDERÓN C, SÁNCHEZ JF, RODRÍGUEZ MN. Neurología y reforma al sistema de salud en Colombia. Rev Neurol. 2000;30:118-121.         [ Links ]

7. ROSSELLI D. Insatisfacción Médica. Un estudio de satisfacción profesional en Colombia. Academia nacional de Medicina 2010.         [ Links ]

8. MUÑOZ J. Encuesta Colombiana de Neurología 2011. Acta Neurol Colomb. 2012;28:180-86.         [ Links ]

9. PARDO-TURRIAGO R. La Neurología y las super-especialidades en Colombia: Una reflexión de su desempeño y su desarrollo. Acta Neurol Colomb. 2009;25:104-106.         [ Links ]