La trombólisis intravenosa, con el factor activador tisular del plasminógeno (rt-PA) administrado de manera oportuna, es una terapia efectiva y el único tratamiento farmacológico disponible que haya demostrado reducir los niveles de discapacidad y mejorar el pronóstico en los pacientes que cursan con un ataque cerebrovascular (ACV) isquémico agudo 1,2. Esta terapia es estrictamente dependiente del tiempo, con una estrecha ventana de administración desde el inicio de los síntomas, hasta 4,5 horas, en la mayoría de los pacientes 3.
En el abordaje de los pacientes con ACV agudo en el Instituto Neurológico del Hospital Internacional de Colombia-Fundación Cardiovascular de Colombia, localizado en el área metropolitana de Bucaramanga, participan neurólogos, un neurocirujano endovascular, especialistas de emergencias, residentes, médicos hospitalarios y personal del servicio de enfermería. El servicio cuenta con disponibilidad las 24 horas para realizar trombólisis intravenosa y trombectomía mecánica en tiempo parcial, similar a lo evidenciado en otras grandes ciudades como Bogotá, Medellín y Cali 4. Aunque la cobertura de estas terapias ha aumentado y está disponible en muchas más regiones de Colombia, varía ampliamente en número y capacidad de atención. En el año 2020 se atendieron 375 pacientes con ACV isquémico agudo, se realizó trombólisis en 22 (5,8 %) y trombectomía en 10 (2,6%). En el 2021, se atendió a 399 pacientes y se realizaron estos tratamientos a 24 (6,0 %) y 11 (2,8 %) de ellos, respectivamente.
Nuestros porcentajes de trombólisis son inferiores a los reportados por Martínez y Portillo en su trabajo con 7,3 % en el 2018 y 9,2 °% en el 2019 5. En nuestro caso, a pesar de que en el 2021, (17 %) se presentaron 68 pacientes al servicio de urgencias en ventana terapéutica, un porcentaje mayor al 50 °% de estos casos no cumplió criterios para recibir la intervención. En Colombia se han descrito razones para el retraso o la no realización del manejo trombolítico o endovascular en pacientes con ACV isquémico agudo, como lo son el ingreso del paciente con un tiempo de consulta mayor al de la ventana terapéutica, cirugías mayores en los últimos 3 meses, alteraciones en paraclínicos y el rechazo por familiares; esto último posiblemente relacionado con el poco conocimiento del beneficio de este tipo de manejo 6. En un trabajo previo de nuestro grupo, 71 de 311 (22,8 %) pacientes con ACV isquémico agudo ingresaron en las primeras 3 horas del inicio de los síntomas, y hubo asociación entre bajo estrato socioeconómico y demora en el tiempo de consulta a urgencias 7. En aquel momento, el tiempo promedio de consulta a urgencias desde el inicio de los síntomas fue de 17,8 horas, más elevado al reportado en otros estudios 8,9, y esto puede atribuirse a la dificultad de acceso a los servicios de emergencia, al poco conocimiento de la enfermedad en la población, la percepción de urgencia que tenga el paciente o su familia, el reconocimiento de síntomas tempranos y el desconocimiento de los potenciales tratamientos, por mencionar solo algunos factores potenciales 10.
En Santander y otras regiones del país, gracias al equipo especializado para la atención de pacientes con ACV, al trabajo transdisciplinario y continuo, las campañas de concientización en la población y diferentes estrategias, se viene logrando una mejoría gradual de los tiempos de atención del ACV. Ya hay estrategias en varias ciudades orientadas a la generación de alianzas y estrategias institucionales y de política pública para mejorar la oportunidad en el traslado y la atención de estos pacientes.