Estimado Editor,
Hemos leído con profundo interés y agrado el artículo Dentiseñas-Colombia, prototipo de una App para facilitar la comunicación Odontólogo- Persona con Discapacidad Auditiva 1 recientemente publicado en la revista. Debemos felicitar a los autores por un excelente trabajo que escucha a los miles de personas con discapacidad auditiva (PDA) y aporta a alcanzar un acceso universal garantizado en salud. Sin embargo, se hace necesario profundizar en algunos aspectos que son críticos cuando hablamos de PDA y las personas Sordas.
Las personas Sordas corresponden a un segmento de las PDA, que generalmente tienen una pérdida auditiva profunda adquirida antes o durante el desarrollo del lenguaje. Se comunican a través de la Lengua de Señas (LS), conformando las comunidades Sordas. Además, al utilizar la LS un canal gesto-viso-espacial, la comunidad de personas Sordas ha desarrollado costumbres y valores característicos, convirtiéndose en tradiciones, actualmente reconocida como la cultura Sorda. Dado lo anterior, para muchos, las personas Sordas son reconocidas como parte de una minoría lingüística con una cultura propia, la cultura Sorda, más que un grupo de personas con discapacidad 2.
Lamentablemente, las personas Sordas se enfrentan a múltiples barreras de acceso a la salud, principalmente debido a aspectos comunicacionales, donde incluso les han denegado la atención, generando sentimientos de frustración, incomprensión y sentimientos de discriminación por parte del profesional sanitario 3.
Por lo mismo, es valioso que trabajos como Dentiseñas-Colombia 1, Odontoseñas 4 en Chile u OdontoLibras 5 en Brasil se desarrollen con profesionales de la salud en conjunto con personas de la comunidad Sorda, así como in intérpretes de lenguas de Señas certificados y reconocidos por la comunidad, para así generar soluciones con pertinencia cultural y no impuestas de forma externa.
Es de esperar que más profesionales de la salud se motiven a trabajar con la comunidad Sorda, desde un enfoque de derechos, y así reducir las barreras de acceso a las que se enfrentan. De la misma forma, es importante que todas estas experiencias sigan desarrollándose al alero de la metodología de investigación, para garantizar la validez de los resultados que se presentan. Por último, no debemos olvidar que todos estos avances deben materializarse en políticas públicas, por lo que además de la pertinencia cultural y el rigor metodológico, es necesario involucrarse en la abogacía por la salud de nuestros pacientes, especialmente aquellos que han sido y siguen siendo excluidos de un acceso igualitario a la salud.