Introducción
El 31 de diciembre de 2019 las autoridades chinas reportaron a la Organización Mundial de la Salud (OMS) un nuevo brote de una enfermedad desconocida, que estaba afectando la provincia de Wuhan 1. Posteriormente, se informa que es una enfermedad zoonótica en cuya sintomatología priman las alteraciones respiratorias, y fue llamada COVID-19 o SARS CoV 2 2. Durante enero de 2020, ante la importancia de esta nueva enfermedad la OMS comienza a reportar los casos confirmados para China por región y en otros países. El primer reporte se publicó el 21 de enero, registrando casos confirmados en cuatro regiones de China y en países cercanos como Japón, República de Corea y Tailandia; el 23 de enero se reporta el primer caso en Estados Unidos, y el 25 de enero se reportan casos en Francia, siendo los primeros registrados en el continente europeo, seguido de casos en Alemania (28 de enero), Italia (31 de enero), España y Reino Unido (1 de febrero) 3. Algo similar ocurre en otros países, aumentando la emergencia sanitaria en diversas regiones del mundo. Ante esta situación el 11 de marzo de 2020, es declarada por la OMS la pandemia por COVID-19. Para ese momento se registraban en el mundo más 118.000 casos confirmados, 4.291 personas fallecidas a causas de esta enfermedad y 114 países con reporte de casos en su territorio 4.
En Colombia el 6 de marzo se reporta el primer caso de COVID-19 en una paciente proveniente de Italia que llegó a Bogotá en días anteriores 5. El nueve de marzo se registran dos nuevos casos, uno en Medellín (Antioquia) y uno en Buga (Valle del Cauca), ambos provenientes de España6. El departamento de Santander reporta su primer caso el 17 de marzo, un joven de 24 años, procedente de España7. En un primer momento, y como parte de la preparación, aparecieron algunos modelos matemáticos que intentaban mostrar la posible magnitud de la pandemia en Colombia. Sin embargo, para el caso del departamento de Santander, resultó importante el modelo realizado por el Observatorio Nacional de Salud, que incluyó datos específicos para Bucaramanga y que incluía posibles datos después de 300 días de epidemia. De allí surgió que se espera tener cerca de 512.000 personas infectadas, siendo sintomáticos cerca de 455.000 individuos, con 63.000 que requerirán hospitalización y 21.390 que su gravedad será crítica; en ese periodo se esperarían 5.200 muertes asociadas al coronavirus 8. Con estos datos, las autoridades empezaron sus actividades relacionadas con el manejo de la epidemia 9.
Ante la presencia de casos de COVID-19 en Colombia y Santander, los gobiernos nacional, departamental y municipal tomaron diferentes medidas que se supone están enfocadas a disminuir el número de casos y mejorar el sistema de salud, así como mitigar efectos colaterales de la pandemia. Colombia fue unos primeros países en la región en realizar aislamiento preventivo en fase temprana al igual que Argentina, Chile y Bolivia, siendo espectadores durante el inicio de la pandemia del rápido ascenso en el número de contagiados y muertos en Brasil, Ecuador, México y Perú. Sin embargo, con el progreso de la epidemia, se implementaron nuevas estrategias como la flexibilización de las medidas de aislamiento, evidenciado en múltiples sectores económicos, aumento de personas regresando durante la apertura económica a sus sitios de trabajo, principalmente los grupos de bajo estatus socioeconómico, aumentando las casos y enfrentándose a grandes retos, como un sistema de salud desigual con capacidad diagnóstica limitada y asimétrica, que a pesar que ha intentado disminuir esta brecha aún persiste. Durante estas últimas semanas vemos un rápido avance de la epidemia en la capital Bogotá y ciudades de costa Atlántica como Barranquilla y Cartagena 10.
Es por esto, que entender una epidemia mientras está todavía ocurriendo, siempre será un análisis incompleto, limitado y cambiante, pues se ve afectado por las decisiones tomadas en diferentes sectores, como lo evidenciado en Colombia. Sin embargo, asumimos el reto de brindar una mirada crítica a cómo ha ocurrido la pandemia de COVID-19 en Santander hasta finalizar el primer semestre de 2020. Se espera que este análisis sirva de insumo a los tomadores de decisiones en el mejoramiento de la respuesta a la pandemia.
Metodología
Se realizó la descripción de la ocurrencia de casos, realizando análisis de los datos oficiales, se describieron algunos efectos colaterales que han sido publicitados desde la visión de la salud pública y un enfoque de Una Salud, y se hizo una evaluación preliminar de la respuesta gubernamental a la pandemia por COVID-19 en Santander.
Resultados
La pandemia en Santander
Una primera aproximación al análisis de la pandemia en el departamento debe partir de los datos oficiales de casos, lo cual se puede observar en la Figura 1. Allí se puede apreciar que hubo una baja ocurrencia de casos hasta finales de mayo, y de allí se comienza una escalada importante en el número de casos. Esto es más notorio en Barrancabermeja y los municipios del Área Metropolitana de Bucaramanga. La velocidad de la epidemia muestra que actualmente se está en un momento de rápido crecimiento en el número de casos, siendo superior al promedio nacional y solo comparable, aunque en un momento anterior, con el de regiones como Atlántico, Barranquilla, Bogotá, Cali y Cartagena.
Hasta el 28 de junio han habido 652 casos, de los cuales se mantienen 495 infectados, 143 ya se recuperaron y 14 fallecidos; entre los casos activos están 471 en sus hogares, 17 están hospitalizados, y 7 en Unidad de Cuidado Intensivo (UCI) para una ocupación entre el 51% a 64% para del 27 de junio, cabe resaltar que esta es la ocupación total en UCI, no implica únicamente pacientes internados por COVID-19. Se han realizado 21.745 pruebas para el 27 de junio, con una ocupación que permite aún la atención de pacientes11. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que desde hace semanas se habían reactivado otros servicios no relacionados con la pandemia, y que este tipo de atención altamente especializada está concentrada en los municipios más grandes, sin claridad de cómo se manejarán casos graves en otros lugares. Los infectados han sido mayoritariamente hombres (61 %), la mediana de edad fue 37,54 años ± 19.81 (<1 año-111 años) 12.
La localización de los casos se puede observar en los mapas de la Figura 2. Como se puede apreciar, en el primer momento hubo casos aislados, incluso en municipios pequeños, consecuencia de viajeros que llegaron al departamento en avión principalmente; luego hubo algunos contactos de estos viajeros que se contagiaron, y fueron fácilmente identificados con las acciones de vigilancia en salud pública. Después, debido al confinamiento, ocurrieron unos muy pocos casos aislados en su mayoría, que casi lleva a lo que se denomina “silencio epidemiológico” y que el gobernador tradujo como la posibilidad de llegar a ser el primer “departamento no covid” a finales de mayo 13; craso error que la naturaleza respondió con el retorno de los casos, cada vez de manera más numerosa.
En general, se pueden definir varios escenarios en el departamento. El primero corresponde a la provincia de Yariguíes ubicada al occidente, al lado del río Magdalena, que tiene fuerte actividad económica ligada al petróleo y de comercio con Antioquia; es la región con mayor afectación. La segunda correspondiente al Área Metropolitana de Bucaramanga, que es la de mayor densidad poblacional, y donde se sabe se tendrá el mayor número de casos más adelante, y es la que estuvo más protegida en los primeros tres meses de la pandemia. La tercera es la región del sur del departamento que colinda con Boyacá, que depende más de lo que ocurra en dicho departamento; allí preocupa el manejo hospitalario dado el escaso número de camas disponible. Una cuarta región es la del oriente del departamento, que colinda con Norte de Santander y se mantiene naturalmente aislada, excepto por ser el corredor de tránsito entre los dos Santanderes. La última es la región conformada por municipios pequeños, donde aún no se ha informado de casos, pero tampoco se ha hecho búsqueda activa.
En una encuesta realizada por académicos e investigadores de la Universidad Industrial de Santander, la Universidad Autónoma de Bucaramanga, la Universidad de Santander y la Fundación Oftalmológica de Santander, entre otros, y en el marco de apoyo a la Gobernación, durante el mes de mayo se buscó conocer la percepción y necesidades de información de los santandereanos acerca del COVID-19. Se indagó sobre diferentes tópicos de interés como el nivel de dificultad para el cumplimiento de las recomendaciones generales, las dificultades en el aislamiento en casa, el distanciamiento social, el lavado de manos y evitar tocarse la cara con las manos. Hubo hallazgos llamativos que denotaron profundas diferencias socioeconómicas; por ejemplo, se encontró interés de los participantes por conocer rutinas de ejercicio en casa y manejo del estrés, entre los estratos más altos, la alimentación era más importante entre los niveles educativos más bajos. En cuanto a la información relacionada con COVID-19 primó el conocer cómo acceder a las pruebas diagnósticas y el conocimiento de la sintomatología de esta enfermedad. La percepción del riesgo de contagio fue principalmente medio y alto, siendo bajo en poblaciones especificas como mujeres, en adultos mayores de 60, con menor nivel educativo y estrato socioeconómico. Los ciudadanos indicaron como medidas para evitar el contagio salir con baja frecuencia seguido de tomar las medidas necesarias de protección; dentro de los principales medios de preferencia se encuentra WhatsApp, televisión y demás redes sociales 14.
Calidad de los datos
Es necesario valorar los datos que muestra el sistema de vigilancia en salud pública. Esto puede hacerse rápidamente evaluando el cumplimiento de la ley de Benford, que puede aplicarse a los primeros dígitos durante epidemias, y a los segundos dígitos durante endemias o cuando existen muchos ceros 15. En breve, la ley Benford indica que, para un determinado conjunto de números, los que empiezan con el número 1 aparecerán más frecuentemente que los demás, y seguirán un orden decreciente del 2 al 9 16. El uso de esta ley para evaluar la calidad de datos y el desempeño de los sistemas de vigilancia en salud pública ha mostrado ser útil durante la pandemia de influenza A(H1N1) 17, la epidemia de dengue en Paraguay (2009-2011)15, la epidemia de Zika en los países americanos 18, y datos de China 19 y Colombia 20 durante la pandemia de COVID-19.
En la Tabla 1 se encuentran los resultados del análisis de calidad de los datos. Como se puede apreciar, debido a la cuarentena no se cumplió la ley de Benford cuando se analiza todo el periodo, excepto para Barrancabermeja cuando se usa el segundo dígito como indicador. Esto sugiere que los datos se comportan adecuadamente, como si fueran una endemia, lo cual es entendido en este caso como una ocurrencia sostenida de pocos casos. También es muy notorio, que si se analizan los datos desde el 1 de junio, cuando empezó la apertura económica y el desconfinamiento, existe un buen cumplimiento de la ley de Benford, con el primer y segundo dígito para el departamento en su conjunto, Bucaramanga y Floridablanca.
En relación con la oportunidad de los reportes diarios, es importante señalar que en general los datos brindados por la Gobernación de Santander han sido oportunos, tanto así que como tendencia se observa que sus datos salen más tarde que los del Instituto Nacional de Salud, pero incorporan más casos que debieron ser reportados localmente, después que se hizo el corte nacional; el Instituto Nacional de Salud los incorpora al día siguiente. En la Figura 3 se puede apreciar esta situación, siendo notoria la disparidad cuando se superan los 400 casos, que corresponde al brote que se presentó entre soldados en Barrancabermeja. En este caso, fue tan notorio el hecho, que incluso algunos periodistas informaron de la alarmante situación previamente al reporte oficial.
Fases de la pandemia
Santander ha tenido diferentes momentos durante la pandemia por COVID-19, es por ello que para describir esto momentos hablaremos de diferentes fases por las cuales el departamento ha pasado.
Miedo y desconfianza
Este periodo inicia en enero de 2020, cuando las primeras noticias sobre la pandemia comienzan a registrarse en medios de comunicación internacionales y autoridades como la OMS, quienes reconocen el alto riesgo para la salud pública mundial. En Santander, en ese momento la enfermedad es vista de forma distante debido a que ocurre en “el otro lado del mundo”, y solo se escuchan algunas voces académicas empezar a hablar del asunto. Sin embargo, a medida que la epidemia va progresando y registra sus primeros casos en Estados Unidos y Europa, el miedo y la desconfianza comienza a surgir como una preocupación comunitaria de lo que posteriormente vendrá 3.
Brasil registra su primer caso el 27 de febrero y desde entonces ha sido visto como un país en donde hay ascenso rápido del número de casos diagnosticados por día y múltiples críticas sobre el manejo de la epidemia son abordadas en medios de comunicación 3; a su vez, los países europeos comienzan a registrar fallecidos por COVID-19 lo que ocasiona un gran temor en la población. En redes sociales, medios internacionales y nacionales, se comienzan a compartir noticias sobre Italia quienes desde las últimas semanas de febrero registran fallecidos, que resultan alarmantes, pues vemos un rápido aumento de este número por día y múltiples problemas relacionados con el sistema de salud 21.
La realidad nos aborda
El 17 de marzo, se reporta en Santander el primer caso de COVID-19 en un joven de 24 años, procedente de España y residente del municipio de Floridablanca 22, al siguiente día se registra un nuevo caso en una mujer joven procedente de España y residente en Bucaramanga 23. Lo que ocasiona como respuesta por parte del gobierno departamental y Puesto de Mando Unificado (PMU), adherirse al simulacro de aislamiento preventivo diseñado para Bogotá 24. Se toman medidas de restricción para los menores de edad y adultos mayores, y a partir del 24 de marzo se declara aislamiento preventivo obligatorio por parte del gobierno nacional 25. Durante esta primera semana con casos en Santander se reporta un nuevo caso en una mujer procedente de República Dominicana, residente en Bucaramanga 26. Durante esta fase la población santandereana es abordada por la realidad de la pandemia; los primeros casos registrados en el departamento se dan en personas provenientes de otros países y el aislamiento preventivo obligatorio cambia el diario vivir y las relaciones interpersonales de esta población, los niños ya no van al colegio, salvo ciertas excepciones los adultos ya no laboran o lo hacen desde su casa, los ancianos ya no pueden asistir a sus centros de recreación, la visita a parques, centros comerciales, canchas, gimnasios, entre otras ya no se puede realizar.
Epidemia sin casos
Las medidas de aislamiento social obligatorio comienzan en una fase temprana para el departamento de Santander, se realiza cerco epidemiológico de los casos confirmados por COVID-19. Y el número de casos por día es bajo, comparado con otros departamentos del país, e incluso durante algunos días el departamento no registra casos nuevos, siendo estos del 2 a 5 de abril, 17 a 20 de abril, 29 abril a 7 de mayo, 10 a 14 de mayo y 24 al 30 de mayo 13. Es en ese momento en que Santander se vuelve un espectador de la pandemia que vive el mundo y el resto del país. Se genera una sensación de inmunidad que lleva a que el Gobernador indique que de seguir así Santander sería declarado el primer departamento libre de COVID-19 en el país 27. Parece ser que Santander equivale a Colombia, como lo es Paraguay a América, un “territorio isla” ajeno a los efectos de la pandemia 28.
La población de Santander se siente segura, a pesar de que durante las primeras semanas se reportaron casos, ahora son pocos y se plantean diferentes escenarios por los cuales el departamento a pesar de encontrarse como “puente” entre la costa Caribe y el centro país, siendo un importante corredor vial, reporta muy pocos casos, diferente a lo encontrado en las grandes ciudades y departamentos del país, entre los que destaca Bogotá como Distrito Capital, Atlántico, Antioquia y Valle del Cauca 13. Dentro de las razones aparentes de bajo y casi inexistente número de casos se plantean como posibles opciones: a) respuesta rápida, drástica y efectiva. b) cerco epidemiológico para los casos y sus contactos c) buen cumplimiento de las medidas de aislamiento social, d) derrumbes y problemas estructurales en las vías de Santander (conectividad), e) idiosincrasia Santandereana, los comportamientos culturales propios de la región principalmente hacia las muestras de cariño 14.
La explosión de casos
En mayo, ante la existencia de pocos casos en el departamento, y la presión generada por los diversos sectores económicos, se realiza la primera apertura económica en el departamento en el sector construcción bajo unas recomendaciones para evitar el aumento de casos en el departamento y en el territorio nacional. El 1 de junio se realiza apertura de otros sectores económicos, lo que se ve reflejado en un aumento del número de casos en Santander. Desde el 17 de marzo al 31 de mayo, Santander registra 77 casos de COVID-19 y entre el primero y 28 de junio 575 casos nuevos 29. Llama la atención el aumento drástico de casos durante la reapertura económica, e incluso uno de los momentos más criticados fue el día 19 de junio en el cual se decidió por parte del gobierno nacional realizar un día sin IVA, ante lo cual las críticas internacionales no se hicieron esperar y fue considerado como el “COVID Friday” 30 haciendo alusión al “Black Friday” de Estados Unidos en el que se encuentran grandes descuentos en diversos productos. Durante ese día, se presentaron aglomeraciones de personas en algunos centros comerciales y almacenes principales.
Si bien los gobiernos nacional, departamental y municipal dijeron que había sido un día de aprendizaje para mejorar en los próximos días sin IVA, que se tienen programados para el 3 y 19 de julio, estos mensajes indican la falta de preparación que hubo, puesto que no era posible tener fallos de ninguna índole, puesto que estaba en juego la vida de las personas. Por ello fue bien merecido que un gobierno que juega a la prueba y error en estos casos tenga múltiples críticas, e incluso algunas asociaciones científicas hayan pedido se cancelen los próximos días sin IVA programados. Sin embargo, debe señalarse que el 28 de junio el presidente indicó en su alocución televisiva diaria que los siguientes días sin IVA se mantienen, lo cual ha sido entendido por muchos académicos como una acción demostrativa de que es más importante la economía que la salud 31.
Efectos colaterales
Es bien sabido que durante las epidemias los problemas no solo están relacionados con la enfermedad que la ocasiona, sino que se amplifican muchas problemáticas sociales latentes. En ese contexto, se han podido observar varias manifestaciones que vale la pena analizar en mayor detalle.
Violencia intradoméstica
Se observó desde el primer mes de inicio de medidas de distanciamiento social en Colombia un aumento de 230 % en las cifras de violencia intradoméstica. La mitad de las denuncias son de carácter psicológico, seguida de agresiones físicas (28 %), económicas (14 %), daño patrimonial (4 %), sexual (3 %) y verbal (1 %) 32. En Santander, se presentó un aumento de denuncias de 30 % de todos los casos; solo en Bucaramanga se reportaron 300 llamadas diarias de presunto maltrato, aunque de estas solo se formalizan aproximadamente cuatro denuncias diarias. De esta manera, se han registrado hasta mayo de 2020, 507 denuncias, siendo 54 en Bucaramanga. En respuesta a este aumento de casos el departamento creó la “patrulla en casa”, como un mecanismo para facilitar el acceso a los organismos institucionales 33. Dentro de este tipo de violencia, los menores de edad son los más vulnerables, debido a su indefensión, que puede ocasionar que sus cuidadores los agredan por factores detonantes como el estrés, las dificultades económicas y el acceso a alimentación, las dinámicas del hogar como el orden, y tomen represalias contra ellos.
Violencia de género
La situación de distanciamiento social coloca en especial vulnerabilidad a las mujeres, que pueden enfrentarse a aumentar la convivencia con su agresor, y la exposición constante genera un obstáculo para buscar ayuda, huir o acceder a organismos institucionales que puedan brindar auxilio. Además, el impacto económico puede generar aumento de las barreras por la dependencia económica a la pareja. Es necesario realizar énfasis en las medidas encaminadas a empoderar a las mujeres, brindar información y tener mecanismos para poner a su disposición medicamentos anticonceptivos y contraceptivos en caso necesario. Puesto que, aunque aún no hay cifras a nivel departamental, puede ocurrir aumento de embarazos no deseados, como se ha presentado en otros países 34.
Disminución en criminalidad
A nivel nacional, para abril de 2020 en toda Colombia ocurrieron 1.185 homicidios, 563 menos que en 2019 35.
Esta tendencia a la disminución también se observa en Santander, donde hasta abril de 2020 se presentaron 61 homicidios, siendo la mitad de los homicidios presentado para abril de 2019, con 119 casos 36. En cuanto al hurto, también se ha presentado disminución, siendo ésta mucho más marcada, registrando para este año 387 casos en Santander, 4.212 casos menos que en 2019 37. Pese a eso, existe una percepción ciudadana contraria por la difusión de casos específicos. Estos hechos pueden cambiar en cualquier momento y, de manera muy especial, si la crisis de la pandemia se complejiza con la falta de unidades de cuidado intensivo y muertes masivas.
Salud mental
Diversos estudios muestran que las condiciones de distanciamiento social se expresan en la población en estrés, ansiedad, síntomas depresivos, insomnio, negación, ira y temor 38. Esta situación se ha presentado de manera aguda en la población de Santander, donde se ha reportado desde el inicio de la cuarentena que aumentó cerca de un 40 % los casos de intento de suicidio. Además, se ha relacionado el aumento de las agresiones intradomésticas por una situación de “desesperación” por la nueva situación de desempleo, el miedo por falta de recursos para la consecución de alimentos que se presenta en la situación que vive del “rebusque”, lo que genera estrés e irritabilidad 39. En respuesta a esta situación, en el departamento se creó la denominada “línea de amistad”, que durante su primer mes de funcionamiento recibió 324 llamadas de síntomas leves que pueden ser normales dentro de la situación de incertidumbre de la pandemia, hasta síntomas graves, como trastornos de ansiedad, aumento del consumo de sustancias, crisis de pánico, crisis depresivas, trastornos del sueño, y exacerbación de los síntomas en pacientes con enfermedad psiquiátrica de base. Es de resaltar, que la principal población que utiliza esta línea de ayuda son mujeres entre los 27 y 59 años de edad 40.
Cambios ambientales
En la capital departamental se presentaba una situación preocupante con los niveles de contaminación del aire, e inclusive en el primer mes de distanciamiento social esta situación continuó en aumento, mostrando alerta roja en 4 de las 5 estaciones de medición de material particulado en aire de Bucaramanga; esto fue relacionado con factores externos como incendios y por la suspensión del pico y placa ambiental, teniendo en cuenta que los vehículos son la principal fuente de contaminación 41. Sin embargo, desde marzo en el territorio del Área Metropolitana de Bucaramanga, se observa una reducción entre 50-60% de las emisiones de dióxido de nitrógeno, secundario a la disminución en la actividad industrial y la circulación de vehículos, manteniendo ahora rangos buenos a moderados de material particulado en aire 41.
Ampliación de brechas sociales
Expresado en la brecha educativa y digital, traducido en exclusión social, en Colombia solo cerca de 17 % de los estudiantes rurales tiene acceso a internet y un computador, cifra que disminuye al 13 % si se evalúa la zona rural dispersa. Durante la pandemia, la solución para la continuidad de la educación ha sido la virtualidad y los medios digitales, lo cual genera una situación de inequidad para más de 2’400.000 de estudiantes de colegios rurales del país, que pueden terminar traduciéndose en situaciones de deserción escolar 42. En Santander, desde el 13 de marzo se suspendieron las clases presenciales en respuesta a la emergencia sanitaria, por lo cual se proyecta un aumento de la deserción escolar a 12 %; se estima que en el departamento cerca de 53.000 niños se encuentran sin medios para recibir una educación virtual 43.
Corrupción
A nivel nacional se han evidenciado procesos de corrupción en la contratación, sobrecostos en la adquisición de mercados, sobrecostos en adquisición de elementos de protección, trasgresión del aislamiento obligatorio, vulneración de derechos de la población carcelaria con ocasión de la pandemia, extralimitación de funciones de servidores públicos, entre otros. Santander no es ajeno a esta situación, donde destaca la alcaldesa del El Socorro, por presuntas irregularidades en la celebración de contrataciones 44.
Desconfianza de la población
Un fenómeno social se ha evidenciado a nivel internacional, dado por una respuesta de odio y desconfianza hacia el personal de salud. A través de redes sociales se evidencian mensajes negativos, conspiraciones y noticias falsas. Particularmente en Colombia estas conductas se han visto alimentadas por denuncias y declaraciones de funcionarios públicos45, lo que se ha traducido en presencia de denuncias de ataques de intimidación contra el personal médico 46. A nivel nacional se ha presentado 64 casos de agresiones a médico 47. En Santander se evidencia esta desconfianza en mensajes por redes sociales hacia instituciones y personal médico asistencial.
Aumento de divorcios
Han aumentado las cifras de divorcio en los últimos 3 meses de la pandemia en Santander, tal vez producto del distanciamiento, pérdida de fuentes de ingreso y el aumento de la convivencia, así como el limitado espacio personal, disminución en la interacción social, y el aumento en la carga de trabajo en la casa 48.
Migración
Desde el inicio de la pandemia en Colombia, el número de migrantes venezolanos ha disminuido por primera vez desde 2015. Este fenómeno ha ocurrido también en Santander, siendo ahora el sexto departamento con más números de migrantes venezolanos asentados de manera permanente. Para mayo de 2020 la población venezolana había disminuido a 108.000 personas, los cuales se encontraban en un 70 % en el Área Metropolitana de Bucaramanga. Actualmente la migración de esta población continúa, secundaria a la situación económica y las circunstancias de salud particulares que se presenta por la pandemia COVID-19. Desde Bucaramanga se han transportado casi 4.300 migrantes hacia Cúcuta, desde donde esperan pasar a Venezuela 49), (50. Esta situación puede ser uno de los motivos por el cual los migrantes venezolanos llegan al capital del departamento, teniendo como punto de concentración el Parque del Agua, en búsqueda que las autoridades brinden apoyo para el traslado a su país. Sin duda, esta situación es de especial atención debido a que entre la población migrante se encuentran mujeres embarazadas y menores de edad, además, la presencia de esta población ha generado miedo en los residentes de la zona. Sin embargo, es notorio que hasta la fecha no se han reportado casos de COVID-19 entre población venezolana.
Impacto económico
En Colombia, producto de las medidas de manejo y manejo de la pandemia la operación de los diferentes sectores económicos se redujo entre un 37 % y un 49 %, secundario a las medidas de distanciamiento social y toque de queda, con un costo económico calculado entre el 4,5 % a 6,1 % del PIB por mes. Inicialmente se proyectó que entre los departamentos más vulnerables al distanciamiento social se encuentra Santander51, debido a que la economía del departamento se basa en la agricultura, turismo, petróleo, minería y generación de energía eléctrica52, y entre los sectores productivos con mayor impacto negativo por la pandemia se encuentra el petróleo, y el sector turismo. Sin embargo, en el departamento la agricultura ha mostrado una afectación variable, ya que algunos cultivos como los de café durante el primer cuatrimestre mostraron un crecimiento, siendo ahora el sexto mayor productor del país53. Con otros cultivos como el tomate se han tenido pérdidas debido a la imposibilidad de comercialización y la disminución de la demanda 54. La situación petrolera del departamento, que se concentra en el municipio de Barrancabermeja, se ha visto afectada por la crisis global, que ha llevado a disminución del precio por sobreoferta de petróleo y por la desconfianza económica internacional por la situación de vulnerabilidad económica interna secundaria a la pandemia 55. Además, en el departamento se presentó un aumento de la informalidad, en 1,5 puntos porcentuales con respecto al trimestre inmediatamente anterior, alcanzando en la capital el 56,1% de trabajadores 56.
Seguridad alimentaria
En el contexto económico desfavorecedor que se vive en la pandemia, en Santander, las familias más vulnerables también se han visto afectadas por la ola invernal que se atravesó en el país durante el primer trimestre, que ahondó aún más los problemas de seguridad alimentaria, y limitó los recursos de agua, saneamiento e higiene a las familias afectadas 57.
Situación carcelaria
Las personas privadas de la libertad en centros carcelarios se encuentran, mayoritariamente, en condiciones de hacinamiento y sin condiciones de salubridad adecuadas; esto genera dificultad para el control de la propagación de la pandemia en esta población 58. Aunque en Santander aún no se presentan casos positivos de COVID-19 en este grupo, la Defensoría del Pueblo ha adelantado una acción de tutela a nombre de esta población en seis cárceles del departamento, puesto que se encontró no poseen protocolos de seguridad adecuados, la cual fue fallada a favor de los reclusos 59. Es urgente se organicen las acciones para manejo de la pandemia en los centros carcelarios, porque en algún momento ocurrirá un brote que debe ser controlado efectivamente de manera oportuna.
Una evaluación de las acciones gubernamentales
Si bien, las decisiones políticas siempre tienen un impacto en la salud individual y poblacional 60, en momentos de epidemias esto suele ser más evidente. Es simplemente una expresión de los determinantes sociales de la salud que magnifica su impacto. El Estado, a través de sus gobernantes, debería buscar el bienestar y la salud de toda la sociedad, tal como lo dicta la Constitución Política nacional. Aquí se entra en un aparente dilema de si se debe dar prioridad a la salud o a la economía, lo cual realmente no es adecuado, debido a que la historia misma de las epidemias ha mostrado que casi siempre ocurrirá daño económico, y las grandes diferencias en las sociedades que han enfrentado epidemias se hace evidente es en el número de enfermos y muertes61. Por eso, las respuestas integrales a las crisis sanitarias más adecuadas se enfocan en disminuir lo máximo posible los efectos en salud, y al mismo tiempo exigen un Estado fuerte que invierta en suplir las necesidades básicas asociadas a las intervenciones no farmacológicas que sean necesarias 62. Es decir que, si se decide un confinamiento, por ejemplo, el gobierno debería enfocar integralmente todas sus acciones intersectoriales para apoyar con alimentos, servicios públicos, atención en salud, entre otros, en los grupos más vulnerables que requieren este apoyo, ya que los beneficios no serán solo para ellos sino para la sociedad en su conjunto.
En el caso de Colombia y el departamento de Santander, esto no ha sido diferente. Las acciones y omisiones del presidente, sus ministros, el gobernador y los alcaldes han sido detonantes de consecuencias en la epidemia, tanto en el número de casos como en su severidad, y los demás efectos colaterales. Debe recordarse que Colombia tiene una división política por departamentos que en gran medida depende de las políticas diseñadas e implementadas por el gobierno nacional. Sin embargo, observamos que cada uno de los gobernantes departamentales y municipales, son partícipes importantes en la implementación de estas políticas en su territorio, en especial en aquellos municipios que por su categoría tienen mayor autonomía. Esta autonomía parcial de los mandatarios locales ha sido cada vez más notoria después del 1 de junio, cuando se inició la re-apertura económica nacional; sin embargo, eso no indica que el gobierno nacional y departamental se desentienden de sus responsabilidades, en especial en los municipios con menos capacidad de respuesta y menos capacidad de análisis de su situación.
Recientemente Lazaru, et al. propusieron un instrumento para evaluar la respuesta gubernamental durante la pandemia. Esta tiene como fundamento los marcos conceptuales de los sistemas de salud de la OMS, e incluye como dimensiones el liderazgo y gobernabilidad, la fuerza laboral de salud, los sistemas de información en salud, los productos y tecnologías médicas, la financiación, y el servicio de entrega 63. Un análisis cualitativo, preliminar, del caso de Santander se encuentra resumida en la Tabla 2. Como se puede apreciar, existen pocos elementos que permitan identificar una adecuada respuesta gubernamental, por lo que todas las dimensiones se establecen como oportunidades de mejora inmediata.
Discusión
Santander fue una región que fue bendecida por la naturaleza y los acontecimientos iniciales de la pandemia en Colombia un bajo número de casos durante los primeros dos meses. Hasta aquí fue un reto que pudo ser manejado con los recursos habitualmente destinados para manejar una epidemia. Sin embargo, las necesidades económicas que llevaron a la flexibilización del confinamiento, durante la segunda mitad de mayo, y el desconfinamiento autorizado desde la presidencia nacional, desde el 1 de junio, fueron hechos que permitieron que la pandemia retomara su curso normal, aumentando los casos de manera muy rápida, especialmente en Barrancabermeja. El 19 de junio de 2020, quedará marcado como el día sin IVA que invitó a muchos ciudadanos a salir del confinamiento, y que en el momento de escribir este informe no tiene claro aún sus efectos sanitarios.
Es claro que el departamento tuvo un mejor inicio de la pandemia, pero los incrementos en casos totales, y de internados en hospitales y en UCI de las últimas semanas, consecuencia del desconfinamiento amplio y rápido, están poniendo a prueba la capacidad de respuesta del sistema de salud. Infortunadamente, como se pudo apreciar a lo largo de todo el texto, aún no es clara la adecuada preparación; en especial se ven grandes debilidades en la vigilancia en salud pública, tanto en epidemiología de campo como en capacidad de los laboratorios diagnósticos, la infraestructura de hospitales no fue ampliada en número suficiente, en especial en lo relacionado con UCI, no hay una buena comunicación entre los tomadores de decisiones y las diversas comunidades, la educación en salud tiene algunas buenas manifestaciones entre los sectores más favorecidos, no se han puesto en marcha acciones basadas en la comunidad que permitan la sostenibilidad de acciones de prevención, y, no hay claridad en el manejo intersectorial de las diversas manifestaciones y efectos colaterales de la pandemia. El panorama para el futuro de la pandemia en el departamento de Santander resulta, por decir lo menos, preocupante.