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Cuadernos de Geografía: Revista Colombiana de Geografía

Print version ISSN 0121-215XOn-line version ISSN 2256-5442

Cuad. Geogr. Rev. Colomb. Geogr.  no.19 Bogotá Jan./Dec. 2010

 

El rururbano: espacio de contrastes, significados y pertenencia, ciudad de Bahía Blanca, Argentina

O rururbano: espaço de contrastes, significados e sentido de posse, cidade de Bahia Blanca, Argentina

Rururban areas: space of contrasts, meanings and belonging, city of Bahia Blanca, Argentina

Claudia A. Sereno*
Mariana Santamaría**
Silvia Alicia Santarelli Serer***

Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca, Argentina


*Licenciada y profesora de Geografía de la Universidad Nacional del Sur. Actualmente se desempeña como Asistente de cátedra en el Departamento de Geografía y Turismo de la Universidad Nacional del Sur, Argentina.
Dirección postal: Estomba 744, departamento 32. C.P. 8000. Bahía Blanca, Argentina. Correo electrónico: csereno@uns.edu.ar
**Licenciada y Magíster en Matemática por la Universidad Nacional del Sur. Actualmente se desempeña como Profesora Adjunta en el Departamento de Matemática de la Universidad Nacional del Sur, Argentina, y como Profesora Adjunta en la Facultad Regional Bahía Blanca de la Universidad Tecnológica Nacional, Argentina.
Dirección postal: Soler 88, piso 8, departamento E.C.P. 8.000. Bahía Blanca, Argentina. Correo electrónico: msanta@criba.edu.ar
***Licenciada y profesora en Geografía de la Universidad Nacional del Sur y doctora en Geografía de la Universidad Nacional de Cuyo. Actualmente se desempeña como profesora titular de la Universidad Nacional del Sur, Argentina.
Dirección postal: Mitre 867. C.P.: 8.000. Bahía Blanca, Argentina. Correo electrónico: silviasantarelli@gmail.com

Recibido: 24 de marzo del 2010. Aceptado: 3 de mayo del 2010.
Artículo de investigación sobre el estado y las transformaciones recientes de las prácticas socioespaciales en el área rururbana de Bahía Blanca, Argentina.


Resumen

Las áreas rururbanas, por su condición de borde, están sometidas a transformaciones provocadas por el crecimiento urbano y sufren los impactos asociados al proceso de globalización. Ambos factores imponen formas de apropiación y utilización de los recursos que obligan a los residentes a cambiar sus rutinas cotidianas y adoptar nuevas estrategias. En este artículo se caracterizan las funciones, el uso del suelo y las prácticas socioespaciales de los residentes del rururbano de Bahía Blanca, así como la incidencia de las presiones globales-urbanas y del sentido de pertenencia en la predisposición a cambiar de modo de vida y destino de las tierras.

Palabras clave: arraigo, pertenencia, prácticas cotidianas, presiones globales-urbanas, rururbano.


Resumo

As áreas rururbanas, por sua condição de fronteira, estão sujeitas às transformações causadas pelo crescimento urbano e sofrem os impactos associados ao processo de globalização. Ambos processos impõem formas de apropriação e utilização dos recursos que obrigam aos residentes realizar mudanças na rotina diária e na adoção de novas estratégias. Neste artigo se caracterizam as funções, o uso da terra e as práticas sócio-espaciais dos residentes rururbanos de Bahia Blanca, assim como a incidência das pressões globais-urbanas no sentido de posse, na predisposição e na vontade de mudar de formas de vida, e destino das terras.

Palavras chave: enraizamento, práticas cotidianas, pressões globais-urbanas, rururbano, sentido de posse.


Abstract

Because of their boundary condition, rururban areas are subject to changes wrought by urban growth and suffer the impacts associated with the process of globalization. Both factors impose forms of appropriation and use of resources that require residents to change their daily routines and adopt new strategies. This article characterizes the functions, land use, and socio-spatial practices of Bahia Blanca rururban residents, as well as the impact of global-urban pressures and the sense of belonging in their willingness to change their lifestyle and the land use destination.

Key words: belonging, daily practices, global-urban pressures, rooting, rururban area.


Introducción1

La globalización de la economía, la reestructuración productiva y las innovaciones tecnológicas en transporte, comunicaciones y servicios, entre otros aspectos, han provocado -en especial desde 1970 en adelante- importantes cambios en la gestión, producción y en la dinámica de los territorios, pues han establecido una ruptura con la lógica espacial predominante hasta ese momento. En este sentido, las áreas rurales y urbanas, así como los espacios transicionales entre ambos, el periurbano y el rururbano -este último objeto de estudio del presente trabajo se ven afectados y manifiestan transformaciones tanto en el uso del suelo, servicios e infraestructura como en el modo de vida de sus habitantes.

Es posible afirmar que en las ciudades, escenarios de múltiples interrelaciones y sujetas a transformaciones continuas, es donde se manifiesta con mayor claridad la magnitud de los cambios que impone el actual proceso de globalización. Sin embargo, este fenómeno es más evidente cuando el tamaño y desarrollo económico de las urbes es relevante, y es menos notorio en las pequeñas o medianas, dependiendo, en estas últimas, de otros factores como vínculos asociados a las funciones que desempeñan, actividades y localización de emprendimientos, entre otros. Así, el avance de las manchas urbanas -que en general experimentan en el mundo una expansión permanente- consume espacios de producción agrícola y se apropia del suelo rural circundante por la incorporación de edificaciones e infraestructuras (viviendas, instalaciones, industrias, servicios, caminos), además de la introducción de modos y estilos de vida propios de las urbes.

Este fenómeno provoca cambios tanto en el paisaje y en el ambiente como en la ocupación y uso del suelo, en particular, en los bordes de las ciudades (Zinger y Campos 2002). En estos dominios, la lógica, los estilos de vida, las formas de producción y apropiación del territorio que distinguen a los habitantes urbanos se confrontan con las modalidades de aquellos que residen en estas áreas de avance donde predomina el modo de vida rural. En consecuencia, tanto el ámbito rural como el urbano poseen actores, elementos, propiedades y funciones diversas que interactúan y se entrecruzan aunque, a la vez, se diferencian (Bravo et ál. 1997; Bozzano 2000).

Acorde con este marco, la finalidad de esta indagación es analizar el rururbano de Bahía Blanca (sector N y O) ciudad localizada en la provincia de Buenos Aires, Argentina (figura 1)2 como una zona de encuentro de múltiples lógicas globales-locales, de uso heterogéneo del espacio y de interacción entre actores y con el lugar, donde se conjugan sentimientos de pertenencia territorial con presiones urbanas, económicas -nacionales y globales, solo por mencionar algunos aspectos. Esta situación condiciona el cambio y, en consecuencia, la fluctuación del límite de esta interfase. Los objetivos específicos quedan definidos de la siguiente manera:

  • Definir áreas según uso del suelo y funciones en el rururbano bahiense.
  • Conocer las rutinas cotidianas de los residentes en un espacio de transición.
  • Identificar los impactos de la globalización en las prácticas cotidianas y las estrategias de adaptación de los residentes en el rururbano bahiense.
  • Detectar cómo el sentido de pertenencia y significado del lugar de los residentes condicionan la predisposición a cambiar su modo de vida y el destino de las tierras.

La complejidad que reviste el tema conduce a concretar diversas etapas que se detallan en los apartados teórico-metodológicos que se presentan a continuación y que pueden sintetizarse así: el análisis de los conceptos teóricos que sustentan el estudio, la delimitación del rururbano bahiense a partir de las imágenes satelitales, la definición de los parámetros clave para caracterizar un espacio transicional desde los aspectos funcionales y de uso del suelo, la descripción de los principales acontecimientos político-económicos globales y locales que inciden en las transformaciones que experimentan estos sectores, en las vivencias y en el significado que este lugar tiene para sus residentes. Las distintas fases se complementan con diversas técnicas que incluyen el diseño y la aplicación de planillas de observación en el terreno, interpretación de fotografías aéreas, análisis bibliográfico, diseño y aplicación de entrevistas y la elaboración de cartografía temática.

Marco conceptual

Las transformaciones que afectan el espacio que conforma el rururbano bahiense expresan situaciones sociales conflictivas que obligan a los habitantes a tomar decisiones, en la mayoría de los casos, ajenas a sus sentimientos. Cada cambio, cada nueva expansión de la ciudad responde a un acontecimiento social, político o económico que impacta a sus residentes y los conduce, en muchas circunstancias, a abandonar su lugar y a modificar su modo de vida.

De esta manera, y en especial en Argentina, el proceso de avance urbano se produce a expensas de tierras fiscales o en reserva, aunque, también, de suelo rural. Así fueron conformándose distintas zonas transicionales, verdaderas fronteras caracterizadas por la interacción y competencia de múltiples usos, escenarios donde las mutaciones y los conflictos se producen casi de manera inevitable.

En este marco es oportuno especificar el alcance de los principales conceptos utilizados. Así, se entiende como rururbano la franja externa del periurbano, frontera donde se combinan dos ambientes cuyos pobladores poseen idiosincrasia, forma de vida e intereses particulares y disímiles, si bien sus espacios de vida y referentes espaciales son comunes, pues están signados por la convivencia. El término frontera, objeto de interpretaciones diversas, es entendido desde la visión política como un territorio estatal, definido por el ejercicio de la soberanía y el límite de los derechos de los ciudadanos. Desde una concepción cultural, tal como lo expresa Grimson (2003, 12) "... la frontera ya no es material, sino simbólica; ya no es la línea de las aduanas, sino el límite de la identidad...", es decir, es un área donde existen vínculos entre cultura, identidad y territorios singulares. A partir del reconocimiento de ambas concepciones de frontera, el trabajo procura reconocer los límites espaciales del rururbano, atendiendo a los rasgos observables en el paisaje, lo cual no significa entenderlo como un límite de ruptura sino como una zona flexible que se va conformando como resultado de las acciones de sus residentes.

Las áreas rururbanas se conforman a partir de una relación asimétrica entre las consecuencias derivadas de las acciones de los pobladores marcadas por los sentimientos de arraigo/desarraigo o de aceptación/rechazo hacia el lugar y los sucesos políticos nacionales e internacionales que los impactan y los motivan a actuar. Es en este marco donde las técnicas y herramientas de trabajo propios del ambiente rural se combinan con la infraestructura, el equipamiento y los servicios urbanos para forjar un entramado distintivo y frágil. De este modo se genera un ámbito propio de acción que posee un ritmo singular, caracterizado por la interacción y competencia de múltiples intereses, usos del suelo y prácticas propias de un espacio de transición o "frontera", en términos de Barros y Zusman (2001, 27). En este espacio, el tejido social resiste o sucumbe ante las presiones de la expansión urbana, de allí los consecuentes impactos socioambientales y la necesidad de analizar los elementos, los factores y las disímiles situaciones que definen su dinámica.

Por otra parte, el rururbano, desde una óptica de análisis urbano, constituye un "territorio de borde", definido por Bozzano (2000, 85-87) como "... aquellos ámbitos donde los efectos de aglomeración urbana se reducen o son menos evidentes, particularidad que no implica necesariamente la disminución gradual en la intensidad de ocupación residencial...".

El mismo autor considera, para la delimitación de este territorio, un "criterio espacial", identificando "territorios de borde" tanto en intersticios urbanos como en espacios periurbanos, y tiene en cuenta, además, un criterio de delimitación "procesual" (Bozzano 2000, 85), bajo el cual vincula estos ámbitos a la presencia, dominio y alternancia de procesos de expansión urbana, de asiento de producciones primario-intensivas y de localización de grandes equipamientos industriales.

Es oportuno especificar que la diferencia del rururbano con el periurbano es sutil, a tal punto que algunos autores los consideran como sinónimos. Sin embargo, esta diferenciación es necesaria para los fines de esta presentación, pues el rururbano es la franja de inflexión donde el escenario rural resiste o, en caso contrario, sucumbe al avance urbano.

Plazas (2006), en su estudio sobre caracterización socioespacial del hábitat en la periferia urbana de Manizales (Colombia) reconoce esta franja externa dentro del periurbano. En su reflexión distingue en la periferia dos espacios: un "escenario periurbano influenciado directamente por la proximidad del núcleo urbano principal" y un "escenario periurbano caracterizado por la permanencia de la ruralidad". Este último constituye, específicamente, la zona de estudio del rururbano en el presente trabajo. Asimismo, reconoce en esta segunda franja una periferia rururbana, con predominio de actividad agraria intercalada con algunos usos urbanos, donde las vías de comunicación permiten la conexión del área con la ciudad y la periferia marginal. Esta periferia marginal es definida como una corona de influencia interregional, un área generada por la capacidad económico-política que la ciudad tiene en sus alrededores (2006, 13-14). Identifica, además, formas de habitar la periferia fundadas "... en la ruralidad y la alternancia del poblador con los elementos de la naturaleza, con modos de vida... rural" (2006, 10).

El rururbano se vislumbra, entonces, como un área en la cual se entreteje un juego de relaciones entre estructuras y actores (figura 2) evidente tanto en la configuración del paisaje como en las prácticas sociales. En este sentido, la población de estas zonas está expuesta a presiones de diferente índole, tales como las que ejercen agentes inmobiliarios, las derivadas de políticas de planificación urbana, las de agentes de diversos sectores económicos como industrias u otras empresas que se interesan en estas tierras. Tales factores exponen a los residentes locales al riesgo de perder sus propiedades, adoptando como respuesta distintas actitudes: aceptación pasiva, resignación, adaptación o cambios en sus rutinas y modos de vida en muchas ocasiones, contrarios a sus deseos y sentido de arraigo.

Etapas metodológicas

La metodología empleada incluye la elaboración de las preguntas guías de la investigación3, y el planteamiento del problema objeto de estudio y de los objetivos. Dado que el marco epistemológico es predominantemente cualitativo, las hipótesis se elaboran a medida que avanza la indagación. Las principales etapas se sintetizan a continuación.

Delimitación

  1. Definición del área objeto de estudio: el rururbano de la ciudad de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, Argentina.
  2. Delimitación del rururbano a través del tratamiento e interpretación de imágenes satelitales. Este procedimiento incluye la selección de criterios para la delimitación espacial4 y de recursos a utilizar -imágenes LAND-SAT 7-ETM+ (12/99) y cartas topográficas- y la georreferenciación de las imágenes. A pesar de la baja resolución espacial o nivel de detalle que proporcionan las imágenes satelitales, la técnica de clasificación y fusión de las mismas permite identificar rasgos de la estructura parcelaria -forma y disposición de las parcelas, uso y cobertura del suelo y establecer, en particular, el espacio de borde bajo los mencionados patrones de uso y cobertura del suelo.

Recopilación de datos

  1. Recopilación de diversas decisiones políticas y acontecimientos que afectaron la periferia de la ciudad a partir de documentos bibliográficos.
  2. Realización de observaciones detalladas de fotos aéreas, aplicación de planillas de relevamiento en el terreno y obtención de fotografías de los aspectos distintivos del rururbano.
  3. Diseño y aplicación de entrevistas, para lo cual se determinan:
    • El universo, que comprende la población residente en el rururbano de la ciudad de Bahía Blanca;
    • Las unidades de análisis (experimental), es decir, cada residente del rururbano entrevistado;
    • Las variables: edad, sexo, lugar donde vive, años de residencia en el lugar, tenencia de la tierra, provisión de servicio en la propiedad, principales actividades que realiza, entre otras.
  4. Definición del tipo de muestra: no probabilística, teórica, del tipo "bola de nieve". Se conforma una muestra que queda delimitada por distintos contactos proporcionados por cada informante clave entrevistado y que finaliza al cumplirse el principio de saturación, es decir, cuando se reiteran las mismas respuestas en diferentes situaciones observadas.

Tratamiento y análisis de la información

  1. El tratamiento de los datos incluye el análisis de las imágenes, fotografías y planillas de observación con el fin de identificar la dotación de servicios, equipamientos e infraestructura y verificar el tipo de uso del suelo, entre otros aspectos y, de este modo, caracterizar el área de estudio y corroborar los resultados de la interpretación de las imágenes satelitales.
  2. El análisis de las entrevistas realizadas permite convalidar el borde definido, recabar información sobre las vivencias y las maneras en que el proceso de globalización y las presiones urbanas afectan las rutinas cotidianas. Se procura, además, detectar expresiones que evidencian el significado y arraigo hacia el lugar, los vínculos entre residentes y la predisposición a modificar actividades y la tenencia de la tierra.

Resultados

  1. Elaboración de cartografía temática a partir de la recopilación y análisis realizado:
    • Se delimita el rururbano de la ciudad de Bahía Blanca con el método de fusión y clasificación de imágenes (figura 3).
    • Se definen y caracterizan los tipos de áreas rururbanas detectadas a través del trabajo en el terreno (figura 4) y se ajusta la delimitación anterior.

    Ver figura 4

  2. Una detallada búsqueda en la documentación permite enumerar los principales acontecimientos que provocaron la fluctuación del límite rural-urbano.
  3. A partir de las opiniones vertidas en las entrevistas, se caracterizan los actores del rururbano según:
    • Su capacidad para adaptarse o no a los impactos que la globalización impone en sus prácticas cotidianas.
    • Su predisposición a cambiar de modo de vida, teniendo en cuenta sus opiniones sobre el significado del lugar y expectativas sobre su propiedad y su familia, vivencias, ventajas y desventajas de vivir en el rururbano y vínculos sociales.

Los resultados obtenidos se amplían en los distintos ítems que se presentan a continuación.

El rururbano: un mosaico heterogéneo de paisajes singulares

El rururbano presenta aspectos estructurales y funcionales distintivos propios de los dos ámbitos interrelacionados, circunstancia que se evidencia no solo en las formas de vida sino en el paisaje. Así, un aspecto destacado corresponde a la ocupación del suelo, que muestra, en el sector de borde, áreas escasamente pobladas o vacías. En general, los espacios de borde presentan particularidades en cuanto a la intensidad de ocupación del suelo, ofreciendo patrones con grandes contrastes, donde se entremezclan situaciones de continuidad/discontinuidad y de concentración/dispersión. Estos espacios se distinguen por la carencia o escasa existencia de redes de infraestructura, equipamiento y servicios mínimos que aseguren una aceptable calidad de vida, características que definen un modo de apropiación y organización del espacio irregular y complejo.

Con el fin de identificar estas características en el espacio bahiense y localizar precisamente el borde, en una primera instancia se delimitó el rururbano a través del procesamiento de imágenes satelitales. A partir de la interpretación de estas se definieron cinco clases o categorías: 1) área urbana más densa (que se confunde con zonas de aforamientos salinos), 2) área urbana menos densa, 3) vegetación densa agrícola-ganadera y campo natural, 4) áreas inundables, y 5) canal del estuario. Estas categorías permitieron delinear sobre las imágenes digitales áreas bien representativas (áreas o campos de entrenamiento) en relación con las propiedades espectrales de cada clase.

El borde bahiense se representa principalmente en las clases 2) área urbana menos densa y 3) área de vegetación densa, uso agrícola-ganadero y campo natural. Sin embargo, la última clase comprende zonas incluidas en la trama de la ciudad, como los grandes espacios verdes urbanos y el predio del V Cuerpo del Ejército (figura 3).

Para salvar este inconveniente se planificó una etapa posterior que contempló la observación de fotos aéreas, la aplicación de planillas de observación en el terreno -con la finalidad de identificar la dotación de servicios, equipamientos e infraestructura y verificar el tipo de uso del suelo, entre otros aspectos- así como la obtención de fotografías poniendo énfasis en la caracterización para corroborar los resultados de la interpretación de las imágenes satelitales.

En este sentido, los resultados obtenidos de diversas visitas al terreno y de las entrevistas a residentes permiten afirmar que el rururbano de Bahía Blanca se caracteriza por una ocupación discontinua, edificaciones destinadas a casas de fin de semana, con perímetro alambrado, rodeadas de arboledas que conservan los molinos de viento (exponentes rurales en la zona) y algunos comercios especializados para el transporte como estaciones de servicios y gomerías, entre otros. Estos usos se combinan con terrenos de poca extensión, dedicados a la ganadería vacuna, y lotes dispuestos para la venta, evidencia de una posible expansión urbana. Además, el rururbano cuenta con servicio de electricidad, pero carece de suministro de gas natural, agua corriente y cloacas, pues las redes que abastecen la ciudad no se extienden hasta allí. Así, las aguas subterráneas -extraídas mediante bombas o molinos- constituyen la principal fuente de suministro en estos ámbitos, y el gas envasado compensa la ausencia de gas natural, según comenta M., residente entrevistada en octubre de 2008.

Por su condición de borde está sujeto a fenómenos particularmente móviles y cambiantes que provocan impactos ambientales y continuas transformaciones tanto en su dinámica como espaciales. La presión ejercida por la urbanización "... parece extender sus tentáculos y construir un 'continuo urbano'... donde lo rural persiste y se mezcla resistiéndose al cambio" (Bravo 1997, 3). Molinos, amplios espacios y profuso arbolado constituyen un paisaje singular, con una división parcelaria diferente a la rural y a la urbana, donde se intercalan zonas amanzanadas, parcelas con quintas y otras expresiones rurales. Al respecto, en el sector de estudio existen zonas donde el Camino Parque Sesquicentenario/Circunvalación constituye el límite externo -infraestructura que en varios trabajos (Formiga 1997; Formiga y Ercolani 1998; Ockier y Formiga 1992) se utiliza como límite para el periurbano bahiense-, aunque, en otros, la urbanización se ha extendido mas allá de este anillo y como consecuencia se ha desplazado el límite exterior, como puede observarse en la cartografía (figura 4).

Al respecto, el trabajo empírico permite diferenciar el área en dos fracciones según los usos del suelo y la funcionalidad: el rururbano oeste y la periferia norte. En el primero se distinguen dos subdivisiones: el sector norte y el sector sur. En el sector norte predominan residencias que ocupan el suelo de manera dispersa, en especial, por el surgimiento en los últimos años de barrios parque y/o cerrados como Bosque Alto, Villa del Parque y Paihuen. Asimismo, allí se encuentran el Centro Corporación del Comercio y de la Industria -núcleo de importantes eventos y ferias asociadas al agro-, la Semillera Guasch y el criadero y guardería canina Camembert. El área posee, en comparación con la urbe, una calidad ambiental y paisajística superior, sin embargo, la presencia de vertederos incontrolados de residuos sólidos urbanos -localizados y puntuales- altera y deterioran estas condiciones y se convierten en conflictos ambientales característicos. En el sector del sur se diferencian dos áreas: cada uno de los lados del Camino Parque Sesquicentenario. Hacia el oeste de esta ruta no existe concentración de viviendas residenciales -a excepción de los Chañares y Villa Bordeu- y el tamaño de las parcelas es de medio a grande, con actividad agrícola-ganadera. Se han localizado estaciones de servicio (por ejemplo, Petrobras, Esso y El Cholo), comercios mayoristas (tales como Yaguar), de transporte de camiones y buses, así como oficinas de transporte y logística. En el sector opuesto del mencionado camino se perciben barrios planificados y algunas viviendas dispersas intercaladas con terrenos vacantes, espacios con funciones recreativas y comercios especializados también relacionados con el transporte -gomerías, estaciones de servicios-.

Es importante resaltar que la combinación de usos urbanos y rurales, distintivos del rururbano en el sector noroeste, se diluye a medida que la distancia al centro de la ciudad es mayor, prevaleciendo el uso rural hacia el límite externo del mismo. Por otra parte, en la periferia norte -zona hacia donde la ciudad se expande-, el borde se halla casi totalmente desplazado del camino de circunvalación, eje de comunicación que actúa como límite sólo en el sector oeste. Además, se evidencia la influencia del Arroyo Napostá en el desarrollo de quintas y, en los últimos años, el asentamiento de barrios cerrados, vinculados a grupos de ingresos medios y altos, con viviendas unifamiliares que presentan una amplia disponibilidad de áreas verdes y en cuya proximidad se ubican centros comerciales y equipamientos educacionales.

En cuanto a otros usos y funciones se destacan las zonas de cultivos intensivos hortícolas, hoy en retroceso, y criaderos y hornos de ladrillos, actividad que genera un impacto ambiental en los suelos del área y lo degradan hasta inutilizarlo. De manera similar al rururbano oeste, la edificación es dispersa, situación que corresponde a una baja densidad de población. Puede afirmarse que estas características conforman un paisaje heterogéneo, de alta calidad, colorido y de escaso deterioro.

El centro de investigaciones científicas dependiente del Conicet -CRIBABB-, el Autódromo de Empleados de Comercio (en el centro de esta franja), los silos de Grümbein, el Aeropuerto y las áreas ociosas pertenecientes al Ejército argentino hacia el este constituyen los elementos que establecen los límites de este borde. Más allá de estos exponentes el parcelamiento es de mayor tamaño, el uso es extensivo y la ocupación rural (figura 4).

Presiones globales-locales y la resistencia de los actores

Las áreas rururbanas, por su condición de frontera, están sometidas a fenómenos móviles y cambiantes, es decir, son ámbitos complejos de convivencia, conflicto, desigualdad y negociación entre quienes las habitan, recorren y planifican. Girola (2005, 1), aunque refiriéndose a la urbe, expresa una idea para el análisis de los ámbitos transicionales en la que sostiene que en toda ciudad -como en los espacios de borde- "... se territorializan prácticas y rutinas cotidianas (residencia, trabajo, ocio, protesta), representaciones e intereses contradictorios que los diversos actores sociales ponen en juego en sus apropiaciones del espacio. [...] no es un simple escenario o decorado en el cual se desarrollan y localizan las relaciones sociales, sino que es el ámbito mismo de su realización".

Esto lleva a pensar en el rururbano como un área de significados, que despierta sentimientos y lazos de pertenencia, como un sitio que se vincula con lo afectivo y posee capacidad de constituirse en un elemento identitario para los sujetos vinculados con él, en un espacio donde se manifiesta la resistencia de sus residentes ante la dominación que procuran agentes urbanos y empresarios, entre otros.

En este sentido, el proceso de globalización actual impone en el rururbano bahiense formas de apropiación y utilización de los recursos del espacio que afectan las rutinas cotidianas y los modos de vida de los residentes, obligándolos a adoptar nuevas estrategias, actividades y formas de reproducción social.

Al respecto, las nuevas tendencias en la organización y dinámica económica a nivel mundial que propician el surgimiento de mercados internacionales crecientemente competitivos e interconectados y sus consecuentes repercusiones en Argentina -cuyas evidencias más intensas tienen lugar a partir de 19905 reparación ni solvencia. A esta lógica hay que sumar diversos acontecimientos a nivel local y decisiones del municipio sobre el destino de las tierras, que en los últimos años, incidieron en la fluctuación de los bordes de la ciudad. Estas circunstancias coadyuvaron para que los propietarios de las tierras destinadas al uso rural, en ocasiones, cedieran sus propiedades para ser incorporadas como tierras urbanas. Entre los sucesos a nivel nacional y municipal que afectaron directamente la periferia de Bahía Blanca es posible citar los siguientes:

  • La retención de tierras vacantes dentro del anillo de circunvalación -áreas proclives a ser urbanizadas- a la espera de una mejor valorización que exige construir más allá de estos terrenos y, por lo tanto, afecta la zona de borde y su límite (Urriza 2003, 140).

  • La valoración social de los espacios periurbanos que se "... ha tornado una alternativa atractiva cuanto más se desarrolla una corriente ecológica que promueve el 'retorno a lo natural' (Urriza 2003, 126) y ha motivado la elección de la periferia como lugar de residencia en especial en barrios cerrados, debido a la ventaja que significan los precios bajos de los terrenos, la baja densidad de población y el contacto con la naturaleza que ofrecen estos espacios. En este sentido en los últimos años han surgido promociones de lotes en la zona norte de la ciudad, comercializados por empresas inmobiliarias asociadas, muchas veces, con inversores privados (Altos de Independencia, Altos de Bahía, Las Acacias, Los Teritos, Solares del Norte y Bosque Alto, entre otros) (Urriza 2003, 143).

  • La consolidación del tramo nor-noroeste del Anillo de Circunvalación externo de la ciudad (1994), así como la construcción de otras vías de circulación "... han tenido distintos efectos sobre el área circundante; en unos casos se han convertido en importantes ejes para el crecimiento periurbano... en otros ha mejorado el acceso a barrios residenciales, destacando procesos de valorización inmobiliaria de terrenos y edificaciones e incorporando nuevas tierras al proceso de urbanización" (Formiga 1997, 125).

  • La instrumentación del Decreto-Ley 8.912 (1977) puso límites al parcelamiento indiscriminado tratando de regular el uso de la tierra, reguló los costos adicionales que significan la provisión de servicios básicos y congeló importantes superficies de suelo, sobre todo, en las áreas periurbanas (Ockier 2001, 175).

  • Los vaivenes de la economía argentina que repercuten en el mercado de tierras. La crisis en la década de los ochenta impidió que grupos de ingresos medios y medio-bajos accedieran a créditos y a la posibilidad de financiamiento para participar del mercado (Ockier y Formiga 1996, 93). Situación contraria se produjo en años posteriores cuando "... una cierta estabilidad detuvo el proceso de retracción... y, dentro de la producción de tierra urbana, se nota un predominio de barrios planificados realizados a través de proyectos públicos, sindicatos, etc..." (Ockier y Formiga 1996, 93), entre ellos, Barrio Sosba y Alternativa Bahiense II y III en el sector noroeste.

Frente a estos cambios, los agentes del sistema deben actuar rápidamente para adaptarse, es decir, reconvertirse y hacerse competitivos, lo cual supone readecuar los territorios convirtiéndolos en espacios donde se desarrollan múltiples actividades complementarias y la pluriactividad es distintiva. Esto se vislumbra en varios de los entrevistados cuando manifiestan la necesidad de readaptación y búsqueda de nuevas posibilidades para enfrentar la crisis.

    [...] se cambia todos los días teniendo en cuenta las cuestiones económicas, por ejemplo, se hace poco de alguna cosa y de lo más rentable hacer más, no sé, sembrar girasol porque tiene mejor precio y la época de sembrar trigo pasó y no te queda otra que sembrar girasol. [Los cambios fundamentales en el campo nuestro]... han sido cambios de cultivo o de hacienda, animales chicos, animales grandes, pero eso son todos factores económicos los que han influenciado. (T., propietaria de un campo cercano a Bahía Blanca, 2008)

Asimismo, recalcan los efectos que tienen estos cambios en sus actividades cotidianas:

    [Los cambios actuales] han influido en el campo, en las actividades, dando más o menos trabajo. No es lo mismo estar engordando hacienda -que tenés que traer suplemento alimenticio y llevarlo, comprarlo y darle todos los días- que largarlo al campo y que coma. Nos ha traído perjuicios y beneficios, todo junto son cosas que uno no puede evitar. (S., propietaria de un campo cercano a Bahía Blanca, 2008)

Por otra parte, aquellas regiones excluidas se caracterizan por el repliegue de sus habitantes hacia actividades marginales agrarias de subsistencia o, dada la cercanía a la ciudad, a realizar tareas vinculadas al comercio minorista u otro rubro en la urbe. Tal como se expresa a continuación:

    [...] y sí, especialmente, estos últimos dos o tres años más que nada, incidió en que vos antes podías comprar un animal o algo y ahora no. Te arreglas con lo que tenés y listo. Eso nos llevó a poner el negocio, pero últimamente también el negocio decayó... está todo bravo. No se han incorporado tecnologías, solo la siembra que se hace directa pero después otra cosa no... Yo creo que la rutina está cambiando porque cada vez entra menos plata y cada vez valen menos las cosas del campo y entonces tenés que buscar otras alternativas... (S., arrendatario de un campo cercano a la ciudad de Bahía Blanca, 2008)

Otro aspecto relevante a la hora de identificar las repercusiones del proceso global en los espacios transicionales es observar la posibilidad que tienen los individuos de incorporar nuevas tecnologías y mejores insumos, decisiones que afectan no solo el rendimiento de los productos sino las actividades, formas de organización y relaciones de producción. En este sentido, los residentes expresan sus dificultades en relación con estos rubros:

    [...] ahora se usa mucho fertilizante, antes no tanto; pero ahora, con los nuevos cambios en el gobierno, no todos pueden gastar este dinero en tirarlo a la tierra y no saber lo que va a pasar. La tecnología está, todos la conocen, pero se va incorporando en la medida de lo posible, depende de la parte económica. Nosotros hasta ahora hemos podido incorporar tecnología. De aquí en adelante Dios dirá. (T., propietaria de un campo cercano a Bahía Blanca, 2008)

Si bien algunos entrevistados reconocen que tienen posibilidad de acceder a nuevas tecnologías de comunicación para conocer mercados a futuro -partes meteorológicos, entre otros-, no se evidencian en sus opiniones manifestaciones de las ventajas que esto les otorga a sus tareas:

    Sí, el que tiene interés lo puede obtener [internet, telefonía celular], pero no ha influido en las tareas, eso es para los ratos de ocio no más, no influye en las actividades. No, no tiene que influir. Los trabajos que se hacen en el campo hay que hacerlos en ese momento, no dos días después o... no es estar sentado en un escritorio que te da lo mismo a la mañana o a la noche. Como es un trabajo muy aleatorio todo, si vos sembraste hoy y mañana llovió, no te favorece y si no lo hiciste en el momento, quién sabe cuántos días no vas a poder trabajar y te desfavorece completamente. Depende de factores aleatorios que vos no podes modificar. (T., propietaria de un campo cercano a Bahía Blanca, 2008)

Las interrelaciones resultantes identificadas en el trabajo en el terreno, se expresan en un sinnúmero de vínculos particulares, como las relaciones de poder, de amistad, de resistencia/adaptación y otras situaciones de sociabilidad marcadas por intereses comunes que, en ocasiones, son adoptadas como estrategias por los actores para enfrentar los cambios y se constituyen en elementos clave para analizar un espacio de transición tal como se analiza en el siguiente punto.

En la (figura 5) se sintetizan -a partir de las respuestas de los residentes entrevistados- las repercusiones que el proceso global produce en sus prácticas cotidianas y las estrategias que adoptan para conservar su modo de vida y su propiedad. En este contexto, es preciso destacar que el sector analizado, en general, son predios de tamaño pequeño o mediano y de baja rentabilidad -dedicados principalmente a ganadería, aunque también practican agricultura y otras actividades como cría de aves y tambos, entre otros-. Asimismo, como la mayoría incorpora escasa tecnología para su trabajo cotidiano, tiene una participación mínima en mercados internacionales, débil asesoramiento profesional y realiza inversiones bajas, presenta potencialidades limitadas para enfrentar el orden actual. Sin embargo, ante la fuerte presión ejercida por los factores del proceso global, los actores generan, por un lado, actitudes de adaptación y cambio y, por otro, manifiestan despreocupación, pues creen que "... la ciudad está lejos", "... avanza hacia otro sector", "... no me va a afectar", expresiones que evidencian mecanismos de resistencia y necesidad de preservar la pertenencia al lugar.

El rururbano: ámbito de significación y escenario de vivencias y prácticas singulares

El rururbano se construye en un proceso continuo de apropiación del espacio. Se modifica, en parte, a expensas de las tierras rurales y como consecuencia del sentido de pertenencia y significación del lugar para sus habitantes. Asimismo, perdura a partir del tipo de vínculos que se establecen con el lugar y entre pares. Estos vínculos, por un lado, afianzan los sentimientos de arraigo, por otro, deslocalizan o desvinculan a los individuos siguiendo una lógica de comportamiento y reglas particulares.

El rururbano se diferencia, entonces, por una dinámica propia y por la construcción de una estructura social (reglas y costumbres) invocadas a través de los modos de vida, sentimientos, representaciones mentales y prácticas sociales particulares de sus residentes (Giddens 1995, 39-42), lógicas que se plasman en los vínculos que los residentes entablan -comerciales, de amistad, etc.-. Al respecto, son oportunas las palabras de Lindón (2007) cuando sostiene que "... cada lugar es resultado de las acciones del sujeto sobre el mundo externo... dependiendo así tanto de las características del sujeto como de las del entorno en el cual se ejerce la acción. A su vez, las acciones del sujeto habitante se configuran dentro de una lógica compartida y también reconstruida constantemente".

En general se puede aseverar que prevalecen las relaciones basadas en la solidaridad, la amistad y la confianza mutua, contrarias a aquellas que predominan en ámbitos urbanos, donde el individualismo y la competencia dominan la trama social. Así se demuestra cuando expresan:

    [...] los vecinos no solo se conocen sino que se ayudan. Son vínculos de amistad. Imaginate que ahora en uno de los campos hace más de cien años estamos allí, entonces te imaginás que hay un contacto, contactos de toda la vida. Se conocen todos, porque de tantos años... Se sabe bien de quién es este, de quién es el otro, y cómo actúa, y no actúa y demás, no es una cosa como en la ciudad que cada cual vive su vida. [Las relaciones son] muy buenas, absolutamente muy buenas. (S., arrendataria, residente hace más de quince años en el lugar, 2008)

    [...] nos conocemos con los vecinos, con Margarita, con... [comienza a nombrar sus conocidos]. Hará 18 años que nos conocemos... [Los vínculos] son buenos, desde que yo estoy en el negocio no son tantas las relaciones como antes que íbamos a cenar a lo de Margarita o iba caminando hasta la casa de ella o iba a lo del hombre que está al otro lado... Son buenas relaciones. (M., propietaria de un campo cercano a la ciudad, 2008)

Se puede afirmar, entonces, que la lógica preponderante en el rururbano es la comunitaria, entendida por Alonso (2000: 7-8) como una lógica que "... sugiere la existencia de un grupo restringido y bastante homogéneo, que muchas veces funciona a partir de un consenso que no necesita ser explícito sino que se basa en identidades y solidaridades activas..., sobre la base de intercambios de reciprocidad y autorreconocimiento y que, si bien han existido siempre, crecieron mucho en los últimos años como una manera de procesar las consecuencias de la crisis...".

El significado, los valores y los sentimientos que experimentan los entrevistados hacia el lugar y que los une a este condicionan los comportamientos y las decisiones en un espacio sometido a múltiples lógicas globales o presiones locales y, en consecuencia, permiten caracterizar la tendencia al cambio. Así, cuando se los interroga sobre el significado y las relaciones afectivas expresan:

    Para mí significa toda la vida, nunca se me ocurrió perder este lugar..., mi marido era veterinario..., nació en el campo, se crió en el campo y volvió al campo, y mis hijos lo mismo, hasta mis nietos. Para ellos el campo es como ir de vacaciones a un lugar lindo. (T., propietaria de un campo cercano a la ciudad de Bahía Blanca, 2008)

    [...] me encanta. Yo estoy enamorada de este lugar... No cambiaría de lugar... tendría que ser algo de fuerza mayor... [Significa] muchas cosas, vi nacer ahí a mis hijos, crecer a mis hijos, qué sé yo, pasaron tantas cosas... hubieron tantas personas que quise y que en este momento no están... (S., arrendataria, residente hace más de quince años en el lugar, 2008)

Sin duda, el amor/rechazo hacia el lugar surge de las vivencias experimentadas a lo largo del tiempo. Conocer estas circunstancias contribuye a comprender con mayor profundidad el significado del espacio de vida. Son vivencias asociadas al seno familiar, a las relaciones de parentesco y comunitarias que prevalecen en estos ámbitos. Así, un fragmento de las historias de vida relatadas por T. y S., son medios para entender sus espacios vividos:

    [Vivencias] gratas siempre, aunque también hubo problemas, como cualquier vida, pero como grato, para nosotros, el campo es un lugar muy grato... Una experiencia que te puedo contar... una vez que llovió mucho, pero muchísimo, y uno de mis hijos tenía que irse a La Plata porque estudiaba allí. Hubo que salir a caballo con los libros y la ropa para ir a tomar el micro porque no se podía salir absolutamente con nada, y ellos tenían que estar en La Plata y la única manera de salir fue esa, a caballo... esas son las ventajas del campo... (T., propietaria de un campo cercano a la ciudad de Bahía Blanca, 2008)

    [Como vivencias recuerdo] las fiestas que hacíamos... nos reuníamos todos los parientes de mi marido, cuando estaba mi suegra, siempre mucha gente... (S., arrendataria, residente hace más de quince años en el lugar, 2008)

Las prácticas socioespaciales que caracterizan este espacio son las actividades usuales del ámbito rural, aunque mantienen una alta vinculación con la ciudad. Si bien esta se abastece de productos, recursos naturales, servicios ecológicos y turísticos, también ofrece bienes, trabajo y servicios culturales, educativos, sanitarios y administrativos, entre otros, ejerciendo una dominancia en los intercambios, según se evidencia en los comentarios de residentes cuando relatan sus rutinas cotidianas:

    [Las tareas] tienen relación con la ciudad, porque generalmente los cereales van a Bahía, comprar insumos, se compran más cerca pero también en Bahía. Ganadería también hacemos, tiene relación con la ciudad porque la hacienda va a frigorífico. (M., propietaria de un campo cercano a la ciudad de Bahía Blanca, 2008)

    Mi día comenzaba a las siete de la mañana o antes, después prendía el fuego de la cocina a leña, levantaba a los nenes, los llevaba a la escuela... Después seguía con mis tareas, ordeñar, cortar leña, mirar los molinos para ver si sacaban agua, de todo un poco... Teníamos algunas aves, las cuidaba. Curaba a los terneros cuando se habían agusanado y después, todas las tardes, arrimaba la hacienda cerca de la casa... buscaba a los chicos y los ayudaba con las tareas, recorría el campo a caballo, con los dos nenes. Cenábamos y nos acostábamos temprano 9-10 de la noche o antes. (C., esposa de propietario de una hacienda que actualmente vive en la ciudad de Bahía Blanca, 2007)

En algunas ocasiones las rutinas cotidianas del rururbano se combinan con actividades alternativas que ofrece la urbe para afrontar las dificultades -especialmente económicas- por las que transitan los actores de estas zonas. Así lo describe uno de los integrantes de un matrimonio que reside en el lugar:

    Con el asunto de que trabajo acá [en la ciudad], mis francos son sábados y domingos y mi trabajo es en la casa, porque no estoy durante toda la semana. Y mi marido va, recorre. Ahora están encerrando las ovejas porque andan los perros matando a las ovejas. También tiene un campo alquilado, va a ver las vacas, los molinos y todo eso. En época de siembra, a sembrar... Todos los días viene a controlar los animales, la actividad en relación a las ovejas, tiene que pasarlas del campo que tenemos al otro, llevarlas y traerlas por lo perros... El día empieza 7:30 de la mañana, y con el asunto de que yo tengo el negocio, cierro a las diez, entonces, hasta la una no nos acostamos... (S., arrendataria de un campo en la periferia norte de la ciudad, 2008)

Para analizar la disposición al cambio es oportuno indagar, además, sobre las expectativas y la percepción de las ventajas y desventajas del lugar para los entrevistados, pues, como afirma Bravo (1991, 4), para comprender el comportamiento de los productores es necesario conocer la percepción que tienen de sus situaciones al momento de tomar decisiones. Esto quiere decir que cada residente actúa de acuerdo con las interpretaciones que realiza de su espacio cotidiano, en especial, de sus propias expectativas y del accionar que espera de los otros protagonistas del sistema. Con la finalidad de ejemplificar esta apreciación se transcriben distintas frases en las cuales se observan opiniones encontradas. Así, están los que reconocen el costo laboral, humano y familiar que implica vivir en este lugar, en contraposición a los que resaltan el amor que sienten por este.

    Y ventajas no sé... sí ofrece demasiado. Para nosotros es distinto porque, como te decía, uno estuvo toda la vida ahí, es parte de la vida... [Las desventajas:] que es el campo, hay que esperar un montón de cosas que en otros lados se solucionan y ahí no, está en la mano de Dios todo... (T., propietaria de un campo cercano a Bahía Blanca, 2008)

    Eso es muy personal. Mi marido decía, porque falleció, que al campo hay que quererlo, si no, no se puede, el campo es el campo... es difícil. Ahora es una vida cada vez menos sacrificada, porque hay más tecnología, pero de cualquier forma es mucho más sacrificado que estar en la ciudad... (T., propietaria de un campo cercano a Bahía Blanca, 2008)

    [Ventajas de vivir en este lugar:] el amor que le tengo al lugar. No sé cómo contestarte... y ¿las desventajas? El camino. Es lo malo que tiene. Cuando llueve no se puede transitar... pero no veo otras desventajas. (M., propietaria de un campo cercano a Bahía Blanca, 2008)

Las expectativas tienen, entonces, una correlación directa con la percepción de las ventajas y desventajas del rururbano. Así, quienes presentan una opinión enfocada al sacrificio que implican las actividades rurales prefieren vivir en la ciudad y conservar el campo como un lugar para vacacionar o invertir:

    En nuestra casa -como todos trabajan fuera del campo- se trata de volcar en el campo los pocos o muchos pesos que se ganan en otro lado. De esa manera se puede llegar a algo, es una caja de ahorro... (T., propietaria de un campo cercano a Bahía Blanca, 2008)

En contraposición, quienes anteponen los sentimientos y la pertenencia a este espacio expresan expectativas concentradas en su permanencia y estadía en el ámbito rural:

    Me gustarían tantas cosas... yo soy muy familiar. No sé, me gustaría volver otra vez con mis hijos al campo [se emociona hasta las lágrimas]... (S., propietaria de un campo cercano a Bahía Blanca, 2008)

    Me gustaría que mis hijos terminen sus estudios y que estos se complementaran con el campo... (M., esposa de propietario de un campo cercano a Bahía Blanca, 2007).

Sin embargo, a pesar de las diferencias expuestas, la resistencia a perder el lugar es una constante, situación que denota sentimientos de pertenencia y arraigo considerables. Este aspecto que se corrobora en el rechazo ante la opción de perder sus propiedades, tal como se describe a continuación:

    Sí [me ofrecieron comprar el campo] pero no se nos pasó por la cabeza la idea de venderlo, inclusive cuando mi marido falleció, llamaron para ver qué íbamos a hacer con el campo. (T., propietaria de un campo cercano a Bahía Blanca, 2008)

    [¿Qué sentimientos le provoca la idea de cambiar de lugar?] No cambiaría. Primero, porque ahí estamos por trabajo y ahora logramos alquilarlo. A mí me gustaría que lo compre... No [accedería a irme], tendría que ser algo de fuerza mayor, que no nos lo alquile más. (S., arrendataria, residente hace más de quince años en el lugar, 2008)

Del análisis presentado se evidencia que existen fuertes lazos de pertenencia y arraigo aun en aquellos residentes que no son propietarios. A pesar de estar sometidos a presiones económicas y de expansión urbana, por lo general espontáneas, no reconocen cuán vulnerable es "su lugar". Así, resisten con prácticas alternativas y por el significado y valor de sus vivencias el embate local-global.

Reflexiones finales

El estudio considera los principales aspectos que permiten delimitar y caracterizar un ámbito proclive al cambio, rescatando los elementos que lo distinguen y la visión y comportamiento de los residentes de una zona de fragilidad socioespacial muy vulnerable por la cercanía a la ciudad.

Los tres aspectos fundamentales analizados, para comprender esta situación y las interacciones que se construyen, son los usos del suelo y paisajes que predominan, las presiones de diferente tipo que soportan y el significado del lugar como condicionante de la predisposición a permanecer o abandonar sus propiedades.

De este modo, y considerando los objetivos presentados en la introducción, los sectores N y O del rur-urbano de la ciudad de Bahía Blanca presentan áreas caracterizadas por diferentes usos del suelo y funcionalidades sujetas a un dinamismo impuesto por el crecimiento del núcleo urbano. Así, se destaca el rururbano como un mosaico de paisajes singulares que presenta una fisonomía inestable y heterogénea resultante de los acontecimientos detectados, en especial, las decisiones políticas y los vaivenes económicos. Es dable afirmar, entonces, que estas áreas transicionales están sometidas a presiones globales-locales y se convierten en zonas de fricción, con una organización del espacio particular, por las múltiples interrelaciones y conflictos que allí se generan.

Además, a partir del ejercicio de las prácticas cotidianas, se desarrollan vivencias y vínculos afectivos entre residentes y con el lugar, y se forjan significados colectivos donde prevalecen los lazos familiares y una lógica solidaria basada en la amistad y la confianza mutua. Estas condiciones les permiten enfrentar las presiones urbanas y económicas -nacionales y globales- y anteponer sus afectos ante cualquier presión externa, predominando los sentimientos de arraigo y sus deseos de no abandonar el lugar.

En síntesis, con este trabajo, se pone de manifiesto el carácter complejo de este ámbito y se contribuye a comprender la aceptación o resistencia de los pobladores rururbanos a abandonar sus tierras, aunque para ello deban dar paso a otros emprendimientos alternativos, como les impone el orden económico actual y la presión urbana. En un proceso continuo, en estas franjas, se establecen relaciones territoriales que revisten interés por su incidencia en la calidad de vida, los cambios en el ambiente y en la economía, que deberían atenderse al momento de tomar decisiones o implementar políticas urbanas.

Agradecimientos

Se agradece a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), que proveyó las imágenes utilizadas mediante el convenio de colaboración existente con la UNS, y se agradece a los residentes del área de estudio.


Pie de página

1El presente trabajo pertenece al proyecto "Las potencialidades de los espacios locales y sistemas de articulación regional en la valoración y calidad de vida en el suroeste bonaerense. El aporte de los SIG", que se realiza en el Departamento de Geografía y Turismo de la Universidad del Sur, financiado totalmente por la Secretaría General de Ciencia y Tecnología de esta Universidad.
2Un dato que permite caracterizar la ciudad por su tamaño es la cantidad de población. Así, según el Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censo), la población de la ciudad de Bahía Blanca en el Censo del año 2001 -incluye los barrios de Villa Harding Green y Villa Stella Maris, más las localidades de Ingeniero White, Grümbein, Villa Espora y Villa Bordeunes de 274.509 habitantes.
3Así surgen distintas incógnitas, guías para introducirse en el conocimiento del rururbano, tales como las siguientes: ¿qué prácticas cotidianas se realizan en estas franjas?, ¿cómo incide en la conformación de los bordes el arraigo/desarraigo de sus residentes?, ¿cuál es la disposición de los actores del rururbano para resistir o aceptar las transformaciones del lugar ante las presiones del sistema?
4Los criterios funcionales y estructurales para definir el rururbano son la estructura parcelaria, el uso del suelo, la funcionalidad, la infraestructura, el equipamiento y servicios y la forma de ocupación del suelo.
5Durante la década de los noventa, las medidas político-económicas impulsaron la reconfiguración neoliberal del modelo de acumulación y de la estructura de relaciones sociales en el país, medidas cuya aplicación tuvieron graves consecuencias, tales como el predominio del mercado, el repliegue del Estado, la privatización del patrimonio público, la desindustrialización, la apertura financiera y comercial, la flexibilización laboral, el aumento del desempleo, del subempleo y de la población en condiciones de pobreza e indigencia y la creciente desigualdad en la distribución de la riqueza (Girola, 2005: 7).


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