EL ANÁLISIS de la percepción y la interpretación de la realidad son aspectos relevantes para el campo de la psicología. Los mecanismos de distorsión de la realidad o "sesgos" se estudian para comprender la cognición del individuo en diversos aspectos como, por ejemplo, la toma de decisiones (Muñoz, 2011), la manera en cómo se anticipa o se predispone ante la incertidumbre y el futuro (Concha, Bilbao, Gallardo, Páez, & Fresno, 2012), la estimación o valoración del riesgo a través de las actitudes (Conversano et al., 2010), entre otros. Hoy en día, estos estudios se sustentan bajo los criterios de 'racionalidad limitada' (Tversky & Kahneman, 1973), que establecen que la mayoría de los procesos y juicios cognitivos resultan ser mucho más simples de los que planteaban los modelos racionales anteriores a esta época, debido al parecer por un mecanismo de dualidad de la mente que permite la generación de unos procesos de cognición deliberados y otros implícitos o automáticos (Froufe, Sierra, Zancos & García, 2017) que operan casi de manera pareja.
Basado en este criterio, los prejuicios cognitivos o sesgos son utilizados para la codificación automática de la información percibida y permiten reducir el esfuerzo en la ejecución de tareas complejas (Muñoz, 2011). Desde luego, la existencia de este y otros mecanismos responden al proceso evolutivo de la especie como recurso en la capacidad resolutiva de los individuos y la adaptación al entorno (Kenrick, Neuberg, Griskevicius, Becker, & Schaller, 2010), separados de otros procesos más complejos o conscientes, por lo que sesgar en cierto modo es clave para la supervivencia (Jacobsen, Lee, Marquering & Zhang, 2014).
Además, sesgar es una condición mediante la cual la cognición produce de manera confiable representaciones de pensamientos que se distorsionan sistemáticamente en comparación con algún aspecto de la realidad objetiva (Haselton, Nettle, & Murray, 2015). Es cuestionable si este tipo de recursos son o no elementos relevantes para la preservación o consolidación de procesos psíquicos amplios y complejos como la salud mental, la percepción de la salud y el bienestar, por lo que su indagación es imperante para responder a estas inquietudes, sobre todo en muestras ecuatorianas en las que la investigación en salud mental y bienestar es limitada (Moreta-Herrera, López-Calle, Ramos-Ramírez, & López-Castro, 2018b).
Optimismo y Sesgo Optimista
El optimismo es vital para la psiquis, pues se relaciona con la predisposición basada en un conjunto de creencias más o menos estables, que permiten proyectarse a futuro desde lo más positivo (Scheier, Carver, & Bridges, 1994). Las ventajas encontradas se reflejan en el incremento de los niveles de satisfacción vital, las estrategias de afrontamiento y las respuestas adaptativas ante problemas (Costa-Requena, Cantarell-Aixendri, Parramon-Puig, & Serón-Micas, 2014). Además, la creencia de que situaciones negativas serán pasajeras se establece como una tendencia a favorecer lo positivo sobre lo negativo en los acontecimientos diarios (Seligman, 2003).
Favorecer pensamientos y actitudes optimistas ayuda a mejorar las valoraciones en las expectativas (Peters, Flink, Boersma, & Linton, 2010) e influye en la toma de decisiones. Sin embargo, una deformación irracional a su vez puede contribuir a la minimización de las consecuencias o el impacto de las situaciones de riesgo (Concha et al., 2012). Por ejemplo, la evidencia señala que los hombres son más propensos a sesgar de manera más optimista y, por ello, tienden a correr más riesgos que las mujeres (Jacobsen et al., 2014).
El sesgo de optimismo comprende tanto el Sesgo de Optimismo Ilusorio (SOI), que son las expectativas futuras "irracionalmente" optimistas que no cuentan con justificantes tácitos para valorar ese afrontamiento (Carver & Gaines, 1987), como la Ilusión de Invulnerabilidad (SII), que es la tendencia a percibir irracionalmente que le ocurran acontecimientos negativos con una menor probabilidad que el resto (Rodin & Salovey, 1989), pudiendo así sobre o subestimar respectivamente las expectativas de la realidad ante los sucesos; desde luego, su uso se considera porque se busca tras de sí alcanzar un favorecimiento específico (Sharot, 2011) o evitar una situación desagradable.
Sesgo Cognitivo de Optimismo y Percepción de Bienestar
La percepción positiva u optimista de la realidad, ya sea objetiva o sesgada, incide en la calidad del bienestar (McNeil, 2014). Dado que tanto el bienestar subjetivo (BS) como el psicológico (BP) se relacionan y operan de manera simultánea sin ser autoexcluyentes (Díaz, Blanco & Durán, 2011; Moreta-Herrera et al., 2018a), se entiende entonces que el optimismo incide en la percepción del bienestar personal global (Kleiman et al., 2017), aunque sin precisar si es debido al proceso de optimismo sesgado.
En el caso del optimismo y el bienestar psicológico (BP), que comprende la realización del potencial del individuo, el crecimiento personal y el esfuerzo para alcanzar las metas (Ryff, 1989; Ryff, 1998, Blanco & Díaz, 2005), la evidencia data de dicha relación (Schweizer, Beck-Seyffer, & Schneider, 1999; Souri & Hasanirad, 2011). Como el BP se involucra con la realización de actividades, basadas en objetivos alcanzables a través de los cuales las personas se sienten activas y auténticas, es claro que se requiere una predisposición anticipatoria del futuro. Dicha anticipación, que podría ser distorsionada positivamente, influye en el pensamiento y la toma de decisiones que deben ser analizadas de manera rápida para moldear el comportamiento, en un intento clave para garantizar la supervivencia del sujeto (Jacobsen et al., 2014) y quizás el éxito propuesto.
Por otra parte, el bienestar subjetivo (BS), que integra un componente de felicidad considerando el flujo de las emociones (Padrós & Soriano, 2012) y la satisfacción con la vida en general (Bastian, Kuppens, De Roover, & Diener, 2014), le otorga una valoración global y funcional de la percepción que tiene de la vida (Diener, Suh, Lucas, & Smith, 1999; Yasuko, Romano, & García, 2005). También se observa la existencia de una relación de este tipo de bienestar con el pensamiento optimista (He, Cao, Feng, Guan, & Peng, 2013), pues el optimismo, por ser una estructura de esquemas mentales, moldea las respuestas afectivas y de satisfacción (Vera-Villarroel, Celis-Atenas, Silva, & Lillo, 2016), así la distorsión positiva estimularía la respuesta conductual.
Estudios contemporáneos muestran que las percepciones están positivamente sesgadas y que estas se relacionan con el bienestar tanto psicológico como subjetivo (Taylor & Brown, 1994; Concha et al., 2012). Por eso, la estrategia de "autoengañarse" puede ser un factor de protección en el equilibrio del bienestar individual y social. En el caso de los estudiantes universitarios, por ejemplo, dado que es una población sensible y vulnerable por la presencia de frecuentes alteraciones mentales (Patel, Flisher, Hetrick & McGorry, 2007; Mayorga-Lascano & Moreta-Herrera, 2019), su bienestar y salud mental puede verse en juego, pues de este depende tanto su adaptación escolar como su rendimiento y productividad (Poorolajal et al., 2017; Tran et al., 2017). Por lo tanto, la estrategia de distorsionar positivamente la expectativa del futuro puede incidir en la contención de estos problemas.
Objetivos e Hipótesis
Tras el proceso de revisión, se plantean los siguientes objetivos de estudio: a) identificar el estado actual del optimismo como rasgo y como sesgo, así como el bienestar subjetivo y psicológico en una muestra de estudiantes universitarios, ya que se hipotetizan niveles de sesgo de optimismo y de percepción de bienestar moderado; b) analizar la correlación del optimismo como rasgo y sesgo en el bienestar psicológico y subjetivo, pues dada la evidencia se considera una relación entre las variables mencionadas; y c) examinar las puntuaciones del desempeño por género, ya que se espera diferencias significativas en el fenómeno a estudiar.
Método
Este trabajo comprende un estudio cuantitativo, con un alcance descriptivo, comparativo, correlacional y de corte transversal (Ato, López, & Benavente, 2013) entre las variables de sesgo de optimismo y bienestar (subjetivo y psicológico), con el fin de conocer los grados de correlación existentes.
Participantes
Participaron 400 estudiantes, de los que el 67% son mujeres y el 33% restante, hombres. Las edades comprendieron entre los 18 y los 38 años (M=21.3 años; DS=2.32). Además, los participantes se identificaron como mestizos/as (97.8%), indígenas (1%), blancos/as (.8%) y afroecuatorianos/as (.5%). La muestra comprende a estudiantes de universidad cofinanciada (37.5%) y universidad pública (62.5%), cursantes de las carreras de Psicología (31.3%), Enfermería (25%), Laboratorio Clínico (25%) y Jurisprudencia (18.8%). El 15% realiza sus estudios con becas, con una prevalencia de repetición del 5.3%, y el 19.5% combina sus estudios con actividades laborales.
La selección de los participantes se realizó a través de un muestreo no probabilístico con criterios de inclusión que fueron: a) ser alumnos matriculados; b) asistencia regular al centro de estudios; c) mayoría de edad; d) firma de consentimiento para participar en el estudio y e) participación y colaboración de manera voluntaria.
Instrumentos
Escala de Satisfacción con la Vida (SWLS; Diener, Emmons, Larsen, & Griffin, 1985) en la versión castellana de Atienza (2000). Mide el Grado de Satisfacción que tienen las personas sobre su vida de manera general. La escala cuenta con cinco ítems en una escala Likert de 7 opciones entre fuertemente en desacuerdo (1) afuertemente de acuerdo (7). Las puntuaciones oscilan entre los 5 y los 35 puntos. Los valores más altos indican mayor satisfacción vital. La escala presenta una alta consistencia interna y confiabilidad con valores oscilantes entre .79 a .84 (Moyano, Martínez, & Muñoz, 2013). En el presente estudio, el cálculo de la Habilidad mostró un puntaje aceptable de α=.82.
Escala de Bienestar Psicológico (EBP; Ryff, 1989; Ryff & Keyes, 1995). Se tomó una versión adaptada de la EBP de Díaz et al. (2006). La escala contiene 39 ítems, con seis subescalas originales: a) Autoaceptación, b) Relaciones Positivas, c) Autonomía, d) Dominio del Entorno, e) Propósito en la Vida y e) Crecimiento Personal. El formato de respuesta es una escala Likert de seis opciones: de totalmente en desacuerdo (1) a totalmente de acuerdo (6). Tiene alta consistencia interna entre α =.78 y .81 en población española. En el análisis de la muestra actual, los valores de consistencia interna alcanzados fueron de α =.91 lo que equivale a una Habilidad alta.
Escala de Afectos Positivos y Negativos (PANAS; Watson, 1988). Esta escala se tomó con base en una traducción realizada por Medrano et al. (2015). La prueba tiene 20 ítems y fue diseñada para medir la presencia de sentimientos y emociones habituales. Consta de una escala de afecto negativo (AN) y afecto positivo (AP) con cinco opciones de respuesta en una escala Likert de levemente o casi nada (1) a extremadamente (5). La consistencia interna es elevada (α =.82), tanto para AP como para AN. En lo que respecta al análisis actual, los valores de a son .84 para AP y .80 para AN, que indican una buena consistencia interna.
Cuestionario de Visión del Futuro (CVF; Chang, Asakawa, & Sanna, 2001). Se tomó una versión adaptada de la escala de Páez, Fernández, Ubillos y Zubieta (2004), que cuenta con 12 ítems. La prueba permite determinar la presencia de los sesgos de optimismo ilusorio (SOI) y de ilusión de invulnerabilidad (SII), a través de las expectativas a futuro de situaciones positivas y negativas por medio de una escala Likert de 3 opciones: (1) más probable que le pase a otros que a mí mismo; (2) la probabilidad es similar tanto para mí como para otros, y (3) más probable que me ocurra a mí que a otros. Las puntuaciones mayoritarias en la subescala de Eventos Positivos permiten conocer el nivel de expectativas de ocurrencia de situaciones positivas, mientras que valores inferiores en la subescala de Eventos Negativos indican la baja apreciación de ocurrencia de hechos negativos. En la estimación de la fiabilidad se obtuvo una consistencia interna de .62 (Concha et al., 2012).
Test de Orientación Vital (LOT-R; Scheier, Carver & Bridges, 1994). Se usó la versión del test de Martínez-Correa, Reyes del Paso, García-León y González-Jareño (2006). Este test analiza los factores psicológicos del optimismo disposicional como factor de personalidad. Cuenta con 10 ítems, divididos en tres secciones: optimismo, pesimismo y cuatro ítems distractores. Tiene un formato de respuesta en escala Likert de cinco opciones entre muy en desacuerdo (0) hasta muy de acuerdo (4). Los valores elevados muestran optimismo disposicional alto. La consistencia interna es de .72 (Ortiz, Gómez, Cancino, & Barrera, 2016), lo que se considera adecuado. Los valores que corresponden a la fiabilidad en la presente muestra fueron de α =.62 para optimismo y α =.63 para pesimismo, indicando una consistencia interna media.
Procedimiento Metodológico
Tras la selección inicial de los instrumentos de medición del proyecto, se realizó una prueba piloto con estudiantes de la carrera de Psicología de la PUCE, sede Ambato, en 30 estudiantes, con el fin de identificar su pertinencia y detectar dificultades en torno al manejo de las herramientas. Posteriormente, tras la obtención de los respectivos permisos institucionales, se dio paso a la socialización del proyecto de investigación, el proceso de evaluación, las directrices de seguridad y la entrega de las hojas de consentimiento para ser firmadas por los participantes del estudio.
Se garantizó la confidencialidad de los datos recolectados de la investigación.
El proceso de evaluación se realizó en los centros de estudio de manera grupal, en un espacio adecuado e iluminado, libre de cualquier distractor por parte del personal de proyecto; el tiempo de trabajo rondó los 35 minutos aproximadamente. Una vez completadas las evaluaciones, se procedió a la depuración y sistematización de datos en hojas electrónicas para los análisis estadísticos pertinentes. Se contrastaron las hipótesis y se formularon los reportes de investigación para su difusión con el aval de la Comisión de Publicaciones de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador - Sede Ambato.
Análisis de Datos
En el proceso de análisis de datos se incluyó un análisis descriptivo y comparativo por género, para conocer las diferencias estadísticas (p<.05) entre estos, por medio de las pruebas t de student ( t), así como del tamaño del efecto con la prueba de Hedges ajustada (g(aj.)) de las variables Bienestar Subjetivo y Psicológico, y de Optimismo. En segundo lugar, se realizó un análisis de correlación con el coeficiente producto-momento de Pearson (r) y en las correlaciones representativas (r>.2) se procedió al análisis de determinación (R2) para la identificación del poder predictor del optimismo en los tipos de bienestar. La gestión informática de los datos se hizo con el programa SPSS versión 21 (IBM Corp, 2012) en lo que respecta a todos los análisis inferenciales.
Resultados
Análisis Comparativo por Género
Percepción del Bienestar. Como se puede observar en la Tabla 1, los valores alcanzados en el Bienestar Subjetivo y Psicológico son elevados de manera general y muestran una presencia representativa entre los participantes del estudio. En cuanto al análisis comparativo de la percepción del Bienestar, ligeramente las mujeres muestran mayor presencia en cuanto a Bienestar Subjetivo; mientras que de manera inversa ocurre en el Bienestar Psicológico con los hombres. Sin embargo, no se encontraron diferencias estadísticamente (p<.05) o tamaños del efecto relevantes (gaj>.2) por género en los indicadores de bienestar personal de manera global. Por eso, se estima una condición igualitaria entre los grupos de análisis.
Análisis del Optimismo. Los hallazgos expuestos en la Tabla 2 muestran en el Optimismo Disposicional una presencia alta de los participantes orientada al optimismo manifiesto. No se encontró en el valor global del Optimismo Disposicional y en el componente de Optimismo diferencia alguna por sexo; mas sí en el componente de Pesimismo, con t=-2.884, p<.001 en el que los hombres puntúan más pesimismo que las mujeres.
Por otra parte, en el Sesgo de Optimismo Ilusorio y en el de Ilusión de Invulnerabilidad, los puntajes que se encontraron se encuentran cerca de cero, con lo cual muestran que la tendencia a distorsionar positivamente por parte de los participantes es baja (aunque es existente). Las diferencias por sexo se encontraron en el SOI con t=3.437, p<.01, en el que los hombres mostraron mayor optimismo ilusorio ante los eventos a futuro que las mujeres, mientras que en el SII no se hallaron diferencias similares.
Análisis de Correlación
Como se observa en la Tabla 3, el Optimismo Disposicional se correlaciona tanto con bs (Satisfacción con la vida y Afectos) de manera baja, como también con el BP, aunque de manera moderada y positiva. Por otra parte, a nivel de sesgos cognitivos, se encontró que el SOI y el SII se correlacionan únicamente con el Bienestar Psicológico, por lo que estos datos muestran la relación que existe de la predisposición positiva y de invulnerabilidad ante las expectativas futuras para predisponer el crecimiento personal.
Por otra parte, también se puede apreciar que el Bienestar Psicológico se correlaciona moderadamente con los campos afectivos y cognitivos del Bienestar Subjetivo, mientras que la relación entre Optimismo como rasgo de personalidad no guarda relación con la capacidad para sesgar o distorsionar positivamente la realidad.
Discusión
Los objetivos de este estudio correspondieron a la identificación del estado del Optimismo, del Bienestar Subjetivo y Psicológico en estudiantes universitarios, así como también a la identificación de correlaciones entra las variables bajo análisis y las diferencias significativas de acuerdo con el género.
En el análisis del bienestar se encontró que tanto hombres como mujeres guardan niveles adecuados de Bienestar Subjetivo y Psicológico, y que además no se evidencian diferencias significativas por género. Datos preliminares como los de Díaz et al. (2011), Medrano et al. (2015), Moreta et al. (2018a) establecen niveles aceptables de bienestar subjetivo y psicológico como característicos en las poblaciones de jóvenes y universitarios, lo que se correlaciona con los hallazgos actuales. Al parecer, el sexo es invariante en la muestra bajo análisis.
En cuanto a la evaluación del Optimismo, los resultados que arroja la escala de Orientación de la Vida (Scheier et al., 1994) indican que los niveles se encuentran direccionados más al optimismo disposicional que hacia el pesimismo, mientras que desde la Visión del Futuro (Chang et al., 2001), que mide los sesgos, la distorsionalidad optimista es relativamente leve. Se destaca en el Optimismo Disposicional que los hombres son más pesimistas que las mujeres, mientras que en el Sesgo de Optimismo Ilusorio los hombres tienen mayor sesgo que las mujeres. En ambas condiciones se presentan diferencias significativas (JK.05). En este aspecto, los resultados son concordantes con lo mencionado por Jacobsen et al. (2014) y apunta a considerar que es probable que, al ser el rasgo de los hombres más marcado al pesimismo, el SOI ejerza una función de mecanismo reactivo a la hora de tomar decisiones ante situaciones específicas, lo que incide en que estos tomen más riesgos de los necesarios.
Los análisis de correlación confirman la relación existente entre el Bienestar Subjetivo y el Psicológico, concordando con los hallazgos previos en población española y ecuatoriana (Díaz et al., 2011; Moreta et al., 2018a) y refuerzan la tendencia a considerar estos tres factores como un solo constructo operante. En cuanto al Optimismo, efectivamente este se relaciona con el Bienestar, como lo señaló previamente Kleiman et al. (2017), aunque con ciertas particularidades. En el caso del Optimismo Disposicional, este lo hace tanto con el Bienestar Psicológico y el Subjetivo cómo lo señalaron Souri y Hasanirad (2011) y He y et al. (2013), mientras que a nivel de medición de sesgos de Optimismo, el Optimismo Ilusorio y la Ilusión de Invulnerabilidad lo hacen exclusivamente con el BP, lo que coincide con lo señalado por Schweizer et al. (1999), pero difiere de lo señalado por Concha et al. (2012), porque no se encontró relación relevante con el Bienestar Subjetivo. Es probable que este fenómeno pueda ser explicado por la percepción de la temporalidad, pues las medidas de bs analizan aspectos de la vida actual, mientras que las del BP se orientan al presente y futuro.
Los sesgos cognitivos como mecanismo de distorsión hacia el favorecimiento de los resultados venideros (Peters et al., 2010) inciden en las expectativas, las metas y los logros al futuro. Esto guarda sentido con lo expuesto por Taylor y Brown (1994), complementado por Sharot (2011), sobre el Bienestar Psicológico, pues al distorsionar la realidad se genera un mecanismo para el autofavorecimiento, que empuja a la realización de las metas venideras y del crecimiento personal, lo que termina siendo al parecer beneficioso (McNeil, 2014).
Las implicaciones que conlleva el estudio reflejan, a través de la evidencia, que según lo propuesto por Tversky & Kahneman (1973) la conformación interna del bienestar guarda un elemento de racionalidad limitada, en especial en lo que respecta al Bienestar Psicológico. Al parecer, la estrategia de "autoengañarse" sesgando positivamente la expectativa, la predisposición, la percepción u otros procesos, en especial para alcanzar metas y logros a futuro, estimula el bienestar, en especial el de tipo psicológico. Esto además permite establacer una conexión interesante de los modelos teóricos de racionalidad limitada, la cognición social e implícita y la salud desde la psicología positiva (Seligman, 2003), pues abre las puertas a la consideración de varios procesos cognitivos automáticos y deliberados que, operando de manera dual (Froufe et al., 2017), influyen en el procesamiento de la información perceptual del contexto y la posterior predisposición, por lo que a futuro se requerirán más estudios sobre los procesos cognitivos vinculados al bienestar.
Con esto, los hallazgos encontrados representan una mirada diferente a la concepción racional del bienestar y la salud mental.
Las aplicaciones prácticas de estos resultados establecen el uso coadyuvante de técnicas indirectas, mecánicas y repetitivas en el aprendizaje inconsciente (Jurchis & Opre, 2016), junto con las técnicas cognitivo-conductuales sobre los procesos automáticos y de distorsionalidad de la percepción para el fortalecimiento del bienestar en general.
Limitaciones y Recomendaciones a Futuro
El presente estudio guarda algunas limitaciones que deben ser tomadas en cuenta para futuras investigaciones. Entre ellas se aclara que el trabajo se realizó exclusivamente en estudiantes universitarios de la ciudad de Ambato, por lo que a futuro se sugiere extender este y otros estudios a población general o grupos específicos o vulnerables, como adolescentes, tercera edad, población clínica, etc., con el fin de poder obtener un conocimiento más profundo sobre esta dinámica. Por causa de cuestiones de factibilidad, los análisis estadísticos acogen estudios de correlación; sin embargo, se requieren estudios sobre el factor predictor del optimismo en el bienestar o el análisis estructural existente a través de estadística multivariada. Se recomienda que futuras investigaciones evalúen diferencias significativas asociadas a otros factores de interés más allá del género, involucrando a su vez el análisis del bienestar social. Asimismo, se podría replicar esta investigación abordando otras estrategias de análisis de datos.
Otro elemento a considerar es el valor de los puntajes de fiabilidad obtenidos en los instrumentos de medida, si bien es cierto que no son óptimos por encontrarse por debajo de α<.70. Autores como Morales-Vallejo (2007) consideran que, para estudios direccionados a la investigación y descripción de poblaciones, se pueden aceptar valores iguales o superiores a α>.6; no obstante, se recomiendan estudios de validación de estos test en población ecuatoriana, con el fin de garantizar la fiabilidad de la prueba.