Introducción
El selenio es un oligoelemento esencial el cual debe ser consumido a través del alimento, aunque puede encontrarse en formas orgánicas o inorgánicas. Este elemento traza tiene un lugar específico dentro de los nutrientes de una dieta balanceada, debido a su gran variedad de propósitos. Sin embargo, su importancia en la producción animal se encuentra vinculada al rol fisiológico que este cumple como parte estructural de numerosas “selenoenzimas”, en donde se destaca su relación con la actividad tiroidea y antioxidante (1,2,3). En la actualidad, se reconocen más de 30 selenoenzimas que tienen el Se como un cofactor esencial para cumplir su actividad biológica, que regula procesos oxidativos y la protección de las membranas celulares (4).
Las concentraciones de Se en la vegetación consumida varían dependiendo del tipo de suelo y su ubicación geográfica (5,6), de modo que se reconocen áreas dentro de Latinoamérica con suelos de menor concentración en relación con los requerimientos de animales forrajeros. Esto es característico de casos asociados a la deficiencia de este mineral (5,7,8).
Cabe destacar que el tipo de dieta otorgada al animal afecta la biodisponibilidad de este oligoelemento, ya que otros componentes nutricionales pueden alterar su proceso de absorción, distribución o metabolización (9,10,11). Es debido a estos antecedentes que obtener pasturas naturales que puedan cumplir con los requerimientos minerales necesarios para evitar alteraciones por carencias es una tarea difícil; en este sentido, la deficiencia de selenio es una condición subdiagnosticada que genera pérdidas económicas silentes y no cuantificadas anualmente.
La deficiencia de Se en rumiantes se encuentra relacionada a una serie de alteraciones tales como trastornos reproductivos (12), desórdenes neurodegenerativos, afecciones a nivel sanguíneo, reducción en la respuesta inmune y episodios de muerte súbita (2,13). En el caso de rumiantes, la enfermedad clínica más común es la distrofia muscular nutricional, también conocida como “enfermedad del músculo blanco” (11,14).
En Chile se han descrito deficiencias de este mineral asociadas tanto a la alimentación de los rebaños como a individuos que se alimentan de estas pasturas (15,16,17,18). Asimismo, a lo largo del país se han detallado diversos cuadros clínicos asociados con signología compatible con la deficiencia de Se, que involucra a ovinos (19), caprinos (18,20), equinos (17) y bovinos lecheros (16). Durante el año 2018, se produjo una mortandad que afectó el 8,5 % de un total de 35 animales del ganado caprino criollo de reposición, perteneciente al establecimiento muestreado en la presente investigación. Durante este suceso, se vieron afectados animales de 2 y 3 meses, los cuales murieron de forma súbita. Se llevó a cabo la necropsia de un ejemplar, cuyos principales hallazgos fueron la presencia de ascitis, hidrotórax, hígado con apariencia congestiva y evidentes áreas pálidas a nivel del miocardio. Microscópicamente, las lesiones de mayor importancia fueron necrosis y mineralización miocárdica, principalmente la que rodea miocardiocitos contráctiles y del sistema de conducción (figuras 1a y b).
Cabe destacar que los animales afectados eran alimentados con leche de madres que consumían pasturas con un bajo aporte nutricional, sin un manejo de suplementación y descartando la presencia de plantas con principios tóxicos que pudieran generar cuadros clínicos similares. Con base en estos antecedentes, especie, clínica y presentación, el diagnóstico diferencial más compatible fue una deficiencia de Se. Sin embargo, la falta de análisis cuantitativos no permitió su confirmación, pues existen antecedentes de eventos similares en años anteriores.
Con estos antecedentes, el objetivo del presente ensayo fue dar a conocer los niveles de Se sanguíneo de una población de caprinos lecheros, pertenecientes al establecimiento rural ubicado en la localidad de Peldehue, en donde se presentaron los episodios de mortandad en años previos, compatibles con una carencia de Se.
Materiales y métodos
La población de estudio correspondió a un establecimiento productor caprino de baja escala, dedicado a la producción láctea y confección de quesos artesanales, ubicado en la localidad de Peldehue (figura 2), región metropolitana de Santiago de Chile (33°10’17’’S, 70°37’53’’O). Los animales fueron muestreados durante la época de verano del año 2020 e incluyeron animales de entre 2 meses y 2 años, machos y hembras que se encontraban confinados en un sistema intensivo. Antes de la toma de muestras, se llevó a cabo un examen clínico completo según los parámetros de normalidad descritos en la literatura para cada categoría animal (21).
La obtención de muestras se realizó mediante venopunción yugular a la totalidad de las cabras productoras de leche del establecimiento (n = 26), la totalidad de los cabritos (n = 5) y machos adultos reproductores (n = 1), que no presentaron alteraciones de importancia al examen clínico veterinario. Se obtuvieron de 4 a 6 mL de sangre entera que fueron almacenadas en tubos de plástico con tapa plástica sin aditivos ni preservantes y se adicionaron 1-2 gotas de heparina sódica de 5000 UI/mL.
Cada muestra fue homogeneizada mediante inversión suave de forma manual y luego todas fueron ubicadas en gradillas metálicas y trasladadas en bolso térmico con unidades refrigerantes al Laboratorio de Patología Veterinaria de la Universidad Mayor. Allí se realizaron las alícuotas de 2 mL cada una y posteriormente fueron congeladas a -81 °C hasta su traslado vía aérea al Laboratorio de Bioquímica de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Balcarce, Argentina, manteniendo su temperatura de congelación durante su traslado.
Las muestras fueron descongeladas a temperatura de refrigeración (4 °C) para luego ser analizadas mediante el método de adición estándar con espectrofotometría de absorción atómica (Perkinelmer Aanalista 700™, MA, USA) junto con el horno de grafito, según el método descrito por Montel Ruiz de Alda et al. (22). Para realizar los análisis se utilizó una lámpara de descarga sin electrodos (EDL) con una longitud de onda de 196,2 nm, una intensidad de corriente de 290 mA y una hendidura de 0,7 nm. Se utilizó paladio como modificador de la matriz. Los análisis fueron realizados y validados por el laboratorio de bioquímica del INTA Balcarce, centro de referencia para la determinación de oligoelementos sanguíneos en Argentina.
Se realizaron cálculos utilizando el software WinLab para luego tabular y graficar los datos en el software Prism8. Los valores de referencia utilizados corresponden a los descritos por Mbwiria et al. (23) para la especie: 10-50 ppb = deficiente; 50-70 ppb = marginal; 70-100 ppb = bajo normal; 100-200 ppb = óptimo.
Resultados
Considerando al total de individuos analizados (n = 32) los valores de Se sanguíneo promedio fueron de 34,16 ± 14,81 ppb, con un rango entre 8,12 y 63,35 ppb, respectivamente. Un 84 % presentó valores deficientes y un 16 % valores marginales del mineral, según lo indicado por Mbwiria et al. (23).
En el caso de las cabras lecheras, el 100 % (n = 26) obtuvo valores dentro de los parámetros de normalidad para la especie (<70 ppb). El valor promedio y su desviación estándar fue de 36,36 ± 13,73 ppb, con un rango entre 8,12 y 63,35 ppb con un 15 % de los individuos con valores marginales, es decir, menor a 70 ppb, y un 85 % con estado deficitario con un valor menor a 50 ppb (figura 3).
En el caso de los caprinos juveniles, se obtuvieron valores que van entre los 9,97 y 29,67 ppb. La totalidad de los individuos (n = 5) presentó niveles deficientes, con un promedio de 18,48 ± 8,51 ppb. El macho reproductor del rebaño obtuvo un nivel marginal con un valor de 55,21 ppb.
Discusión y conclusión
Los resultados de la presente investigación evidenciaron que todas las categorías evaluadas se vieron afectadas por la deficiencia de Se en distinta proporción, siendo el ganado juvenil el más afectado, pues alcanzó un 12 % de los valores óptimos para la especie (23). Estos resultados podrían encontrarse relacionados con los episodios previos de mortandad ocurridos en años anteriores (2017-2018), que tanto clínicamente como microscópicamente fueron compatibles con esta deficiencia.
En la categoría de cabras lecheras y el macho reproductor, el Se sanguíneo cuantificado alcanzó el 25 % del valor óptimo indicado para la especie y categoría animal (23, 24). Estos valores, metabólicamente, no alcanzarían a cubrir las funciones atribuidas a este oligoelemento esencial, tales como una correcta respuesta inmune, funcionamiento de hormonas tiroideas (3), fertilidad acorde a la aptitud del animal tanto en machos como hembras (29, 30), fermentación ruminal, adaptación morfofuncional de papilas ruminales (31), rendimiento en la producción láctea (32), peso al nacer y destete (3), y la ganancia de peso diaria (33), entre otros parámetros.
Además, el nivel de producción inadecuado provoca una disminución en las necesidades nutricionales en comparación con las de un animal de mayor rendimiento, ya que el requerimiento de minerales es altamente dependiente del nivel productivo (34). Por esto, el predio estudiado podría encontrarse en pérdidas productivas y reproductivas no evidenciadas debido a la falta de protocolos de seguimiento de medición de estos parámetros, por lo que, debido a la falta de registros, estas alteraciones no pudieron ser cuantificadas durante la presente investigación.
Hallazgos similares a estos han sido descritos por otros autores en países como Nueva Zelanda (25,26), Kenia (23), Sudáfrica (24), México (27), Canadá (28) y Chile (18, 20), donde asocian una deficiencia de este oligoelemento al ganado caprino.
Con base en los resultados obtenidos, en el total de las categorías analizadas pertenecientes al establecimiento ubicado en la localidad de Peldehue, se logró identificar una deficiencia extrema de Se sanguíneo. Estos datos sugieren la necesidad de una medición de selenio base para poder modificar el programa de manejo nutricional actual, de modo que se incorpore la suplementación estratégica con Se y minimice las pérdidas asociadas a este oligoelemento en los animales afectados de la zona.
El presente estudio corresponde al primero conocido por los autores para esta especie y zona geográfica en particular, por lo que estos resultados son preliminares y sugieren futuras evaluaciones que abarquen una mayor cantidad de establecimientos y número de animales muestreados, para así lograr análisis estadísticos que permitan obtener resultados representativos de cada zona estudiada.