El creciente flujo migratorio proveniente desde Venezuela hacia Colombia, se plantea como un desafío de grandes proporciones para la agenda política y social bilateral; máxime si se considera que la mayoría de los ciudadanos venezolanos que llegan a Colombia lo hacen de forma irregular 1, lo cual impide su apropiada incorporación a la sociedad y los expone a diferentes riesgos.
Datos recientes provenientes del Registro Administrativo de Migrantes Venezolanos (RAMV) adelantado en Colombia en 2018, indican que los migrantes con intención de permanencia, en tránsito y/o pendulares se concentran mayoritariamente en los departamentos del noroccidente y la costa norte colombiana. En el caso del Atlántico, se registran al menos 22 652 personas en condición irregular, posicionándose como el tercer departamento con mayor flujo migratorio (excluyendo Bogotá), superado solo por Norte de Santander y La Guajira con 49 237 y 39 291, respectivamente 1.
Su estatus como migrantes en condición irregular les impide acceder a un salario digno, en la medida que las empresas colombianas no pueden emplearlos en el sector formal, lo cual puede repercutir en una precarización de las condiciones de vida, en el estado de salud y en el acceso a los servicios sanitarios 2,4. Los limitados recursos de llegada y los bajos ingresos que pueden obtener, los lleva a concentrarse en zonas marginales, frecuentemente no legalizadas para construcción, adscritos a las grandes ciudades que presentan un alto nivel de pobreza y condiciones de vida por debajo del promedio poblacional 5,6.
Villa Caracas es probablemente el principal asentamiento de migrantes desde Venezuela en condición irregular en Barranquilla. Recientemente se realizó un diagnóstico rápido de las necesidades en salud autoreportadas por la población migrante, evidenciándose el saneamiento ambiental como el principal problema del asentamiento, destacándose como un riesgo potencial para la transmisión de enfermedades infecciosas 7; sin embargo, se desconocía la información sobre las condiciones, estilos de vida y el estado de salud de las personas que allí residen, por tal el objetivo de este trabajo fue describir los modos de vida y el estado de salud de la población migrante venezolana y colombianos de retorno asentados en Villa Caracas, Barranquilla, Colombia.
MATERIALES Y MÉTODOS
Villa Caracas, es un asentamiento localizado al sur de Barranquilla, cerca de los barrios el Bosque y Cuchilla de Villate. La población de estudio de este trabajo estuvo constituida por todos los adultos y niños que habitan el asentamiento, incluyendo específicamente a colombianos de retorno y migrantes venezolanos.
El tamaño de muestra estimada fue de 218, considerando un censo reciente de 900 adultos, una prevalencia de baja percepción de salud esperada en 25% y un grado de error del 5%. Un muestreo sistemático fue realizado, para lo cual se tomaron los ejes oriental-occidental, y norte sur, del entramado de calles en las que están dispuestas las casas del barrio Villa Caracas. Se enumeraron las viviendas de cada cuadra y se calculó la fracción de muestreo (n/N) visitando las casas cada cierta distancia, en circunvolución hasta terminar el tamaño de muestra. Se realizaron dos visitas al barrio para realizar el levantamiento de información en junio del 2018. Todas las personas que fueron seleccionadas aceptaron participar en el estudio. El entramado completo de calles de Villa Caracas fue recorrido, en consideración de la distribución irregular del terreno. Fueron incluidos finalmente 229 personas mayores de 15 años procedentes de 90 viviendas.
Para la recolección de información, se diseñó un instrumento estructurado para ser aplicado por un encuestador capacitado. Contenía tres secciones, en la primera se solicitó el consentimiento informado por escrito, en la segunda se indagó por características de la vivienda y del hogar, y finalmente la sección en la que se recabaron datos a nivel individual. En su mayoría, se trató de preguntas de selección múltiple con única respuesta. Las opciones de respuesta se basaron en instrumentos diseñados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) con modificaciones para el contexto de Villa Caracas.
Se preguntó adicionalmente por la seguridad alimentaria del hogar (a través de la Escala de experiencia de inseguridad alimentaria 8; por las condiciones del evento migratorio; por la presencia y control de eventos crónicos e infecciosos; por aspectos de la salud sexual y reproductiva; y por la presencia de síntomas depresivos (se utilizó la versión de 20 puntos de la Escala de Depresión del Centro de Estudios Epidemiológicos 9). Los cuestionarios fueron aplicados por enfermeras profesionales de la Secretaria de Salud Distrital de Barranquilla, quienes fueron previamente entrenadas en aplicación de encuestas, y en la estructura del instrumento.
Se realizó un análisis descriptivo básico, donde las variables cualitativas fueron descritas con proporciones y las variables cuantitativas con medidas de tendencia central y de dispersión. Todos los análisis fueron realizados en SPSS© versión 23.
El presente proyecto fue aprobado por el Comité de ética de la División de Salud de la Universidad del Norte. Los participantes fueron invitados a responder la encuesta de forma voluntaria y dieron su consentimiento informado firmado. En todos los casos se garantizó confidencialidad de la información suministrada.
RESULTADOS
Fueron encuestadas 229 personas, 76,4% migrantes venezolanos y el 23,6% restante colombianos en retorno. Se trata de una población joven en edad productiva, el 50% tenía 30 años o menos al momento de la encuesta; se trataba principalmente de mujeres en el caso de los venezolanos, y al contrario entre los colombianos.
La mayoría de los encuestados tenía como máximo nivel de escolaridad hasta básica secundaria (57,1% vs 47,0%, para migrantes venezolanos versus colombianos de retorno, respectivamente); se trata de personas predominantemente en unión libre (55,7%) y solteras (31%) (Tabla 1.).
*Para cada variable se discrimina en efectivo. En paréntesis el porcentaje con respecto al n efectivo por variable.
En esta parte de la exploración demográfica y migratoria vale la pena resaltar diferencias en el tránsito y asentamiento migratorio entre los migrantes venezolanos y los colombianos en retorno asentados en Villa Caracas. Se observó que entre la salida desde Venezuela y a la aplicación de la encuesta había transcurrido en promedio 1,4 año para el grupo de migrantes venezolanos y 2,4 años para los colombianos. Una vez en Colombia, el colombiano en retorno demoró en promedio de 4.6 meses para instalarse en Barranquilla, mientras que el migrante venezolano llegó casi de manera casi directa a la ciudad (0,3 meses). Por su parte, en el caso de los migrantes venezolanos, pasaron en promedio 2.8 meses entre la llegada a Barranquilla y su asentamiento en Villa Caracas, mientras que los colombianos en retorno tardaron en promedio 5,4 meses (Tabla 1).
En relación a las condiciones de la vivienda y servicios cambuche (68,7% venezolanos vs 59,1% colombianos), básicos (Tabla 2), de los 90 domicilios, el 66,3% era tipo casi todas contaban con energía eléctrica (90,9%), pero más de la mitad no tenía acueducto (55,6% vs 52,2%), alcantarillado (82,5% vs 65,2%), ni baño (63,6% vs 56,5%). Además, en la mayoría de los casos (50,6%), la disposición de los residuos sólidos se realizaba de manera inadecuada (la queman, la entierran o la arrojan en zanjas).
*Para cada variable se discrimina el n efectivo. En paréntesis el porcentaje con respecto al n efectivo por variable.
En cuanto a los ingresos para el hogar, en la mayoría de las viviendas una única persona percibía ingresos (68,7% vs 45,4%), no obstante, también se observaron casos donde ninguna persona los tenía. El valor de los ingresos en el caso de los migrantes venezolanos constituye con mayor frecuencia casi la sexta parte del salario mínimo legal vigente para Colombia (63,1 % venezolanos vs 39,1% colombianos) (Tabla 2).
Finalmente, se indagó por el estado de salud de las personas encuestadas (Tabla 3). En este sentido, el 35,8% de los encuestados refirió haber tenido una urgencia médica durante su estancia en Colombia (31,5% vs 50,0%); de estos, la mayoría buscó la atención médica (todos los colombianos en contraste con el 92,3% de los venezolanos), pero solo el 76,7% de quienes buscaron obtuvo la atención efectiva (75,0% vs 80,0%).
La autopercepción de salud en general es muy buena o buena (63,6% vs 54,7%). En cuanto a la prevalencia autoreportada de enfermedades crónicas, se refirió principalmente la hipertensión arterial (12,5%), dislipidemia (8,7%) y EPOC/Asma (8,7%). Llama la atención el reporte de dolor sin mayor especificación y la presencia de tos con expectoración durante 15 días o más. (33,8% y 8,8%, respectivamente). Finalmente, el 20,2% de las personas indicaron tener síntomas depresivos clínicamente significativos (19,8% vs 21,2%).
DISCUSIÓN
La identificación de los modos de vida y las condiciones de salud de los migrantes es indispensable para la planeación de políticas públicas de respuesta al fenómeno migratorio. El abordaje de las necesidades de los migrantes no puede ser visto como una acción individual, o particular caritativa, sino que debe transcender hacia un marco interpretativo de acción colectiva que origine cambios sociales que afecten tanto a los lugares de salida como los de llegada 10. Estos factores de orden general son denominados macroestructuras en la Teoría de Sistemas Migratorios 10-12 que interactúan con las microestructuras que son las redes, prácticas y creencias de los migrantes que permiten como tal el proceso de movilidad y el establecimiento en el nuevo lugar 10.
El comportamiento de elegir rutas, ciudades y asentamientos específicos que han sido reconocidos previamente por familiares o amigos, para el caso del grupo de venezolanos, ha sido descrito de manera similar para migrantes mexicanos que se dirigen a Estados Unidos 13,14. Si comprendemos mejor estas dinámicas y rutas, entenderemos mejor los comportamientos de riesgo en salud de la población migrante que decide asentarse o establecerse temporalmente a lo largo de su tránsito, en áreas marginadas como Villa Caracas 11,15, en donde este lugar constituye una alternativa, especialmente cuando no se dispone de una red social en la sociedad receptora, o se ha sufrido un deterioro en los ingresos.
En el caso de los colombianos, la demora en la llegada a una ciudad específica es debido a que como nacionales, algunos de ellos disponen de una red de apoyo que se ha mantenido con el paso del tiempo posiblemente en distintos lugares, pudiendo realizar el retorno progresivamente, y dando la oportunidad que pueda seleccionar entre varias opciones su lugar de establecimiento 15, similar al caso de los argentinos que retornaron de España sin ayuda estatal donde se encontró que para una mejor experiencia de retorno y selección de lugar de asentamiento los retornados generan ciertas estrategias previas de reinserción y reactivación de redes que los soporten independiente del lugar donde hayan nacido 16.
El proceso migratorio es debido en parte a una búsqueda de seguridad y oportunidades económicas, pero también implica nuevos tipos de riesgos, más aún en el caso de los migrantes internacionales, siendo extranjeros no solo por su nacionalidad, sino en muchos aspectos como la identidad frente a los sistemas administrativos o la aceptación política y cultural en los países a los que arriban; todo esto interceptado ante sentimientos y situaciones permanentes de desposesión y vulnerabilidad 17. Partiendo de esta realidad, para los migrantes venezolanos localizados en Barranquilla en el asentamiento de Villa Caracas, sobresale la necesidad de darle validez al concepto de seguridad humana basada sobre la prioridad al reconocimiento de los derechos humanos básicos, las necesidades primordiales y la dignidad de la población migrante; tres cuestiones que legitiman la equidad desde la perspectiva de seguridad humana 18.
Ante el reconocimiento de un proceso migratorio activo desde Venezuela y en el caso específico de la población venezolana en Barranquilla, el proceso migratorio conlleva a diferentes implicaciones: el déficit de acceso a necesidades básicas y derechos. Es necesario operacionalizar el concepto de seguridad humana para esta realidad iniciando con una caracterización de los modos de vida y estado de salud para este grupo que permita mostrar el escenario que se está desarrollando en la comunidad, develar las necesidades y estimar futuros riesgos que permita la formulación de políticas para esta población. Los resultados de este estudio permiten una aproximación a este diagnóstico en una de las zonas más icónicas de le llegada de migrantes.
Una situación similar a la descrita en Barranquilla ocurre con los migrantes latinoamericanos en Chile en donde bajo condición de irregularidad y con bajos recursos económicos viven en la periferia de la urbe en campamentos o asentamientos informales en donde el 59,8% de la población es población migrante, el déficit de agua potable es de un 76%, en alcantarillado un 91% y electricidad un 48% 19,20.
En cuanto la situación socioeconómica, en este estudio, los habitantes se encuentran en su mayoría muy por debajo del salario mínimo para el país, siendo mayoritariamente una sola la persona la proveedora por familia. Los resultados hacen suponer que los ingresos provienen de fuentes no formales de ocupación mostrando un estado precarización laboral que puede ser analizado desde dos perspectivas, la primera la falta de regularización de los migrantes, lo que conduce a este tipo de fuentes de ingreso no formales, y la segunda la situación económica propia del país receptor, en donde la informalidad es descrita en los resultados de nuestro estudio frente a los colombianos en retorno donde el ingreso económico es un poco mayor al de los venezolanos. Pero continúa estando muy por debajo del mínimo nacional.
Estas dos perspectivas son soportadas en los resultados de estudios de condiciones de vida para migrante bolivianos en Brasil donde la informalidad laboral y el grado de desocupación son similares entre el grupo de migrantes y los grupos más vulnerables de nacionales en la ciudad de Sao Pablo 21. En Chile, se encontró que la no regularización en el estado residente del migrante desencadena directamente a trabajos informales 22.
Con relación al estado de salud, se han documentado padecimientos mentales en población migrante, siendo los procesos de aculturación y asimilación los enfoques bajo los cuáles se ha buscado entender dicho dichos problemas 23, en este sentido, el estado de salud y características de los migrantes venezolanos encontrados en este estudio como se describió en los resultados, muestra que la mayoría de población es adulta joven quienes tienen un auto-reporte de salud bueno, con una prevalencia muy baja (10%) de enfermedades crónicas y síntomas depresivos (20%). Esto es coherente y se encuentra soportando en la literatura sobre el efecto de migrante sano en donde se ha descrito que la dinámica de salud del migrante es caracterizada por una ventaja inicial en términos de salud o la llamada health selectivity, los individuos que están en mejores condiciones de salud son los más capacitados para migrar no solo física sino financieramente 24-26.
Se ha indicado que esta percepción de buena de salud inicialmente como la que encontramos en el estudio también puede estar relacionada con que el migrante puede que no declare sus condiciones de salud a la llegada del país, y cuando transcurre el tiempo de residencia puede declarar peores estados de salud por el aumento el número de diagnósticos sobre condiciones de salud preexistentes 24,27,28. La hipótesis más aceptada en el caso de las condiciones de acogida de Colombia es considerar la influencia de ciertas situaciones socioeconómicas propias del migrante debido a que si la salud está relacionada con el nivel de ingresos y la mayoría de migrantes presentan niveles inferiores a los de la población nacional como se encontró en los resultados pudiera esta ser una limitante que impidiera el acceso a los servicios de salud 29,30.
En este sentido, se ha mencionado en países de alta receptividad como Canadá que los migrantes a la llegada presentan una menor incidencia de enfermedades crónicas similar a las características descritas para este estudio, pero la incidencia posteriormente se aproxima a los niveles observados para la población nacional a medida que transcurre el tiempo de estancia en el país 27.
En nuestro contexto, debemos considerar que el estado de salud de los migrantes pueda cambiar, o al menos converger hacia los niveles de la población nacional, lo cual reflejaría la combinación de factores, como la aculturación al lugar de llegada 31 y de mayor relevancia en este estudio, las características socioeconómicas de los individuos 32,33 que en su mayoría presentan una gran vulnerabilidad además de estados de no regularidad en la residencia que favorecerían el menor acceso a los servicios de salud causando empeoramiento en su estado de salud. Adicionalmente, aunque actualmente haya un efecto de migrante sano, podría también suceder que, dado el creciente déficit de medicamentos en Venezuela, personas con enfermedades crónicas podrían comenzar a llegar al país.
Para el grupo de migrantes venezolanos y el grupo de colombianos retornados se observa en los resultados de este estudio una diferencia menor entre el porcentaje de atención entre un grupo y el otro, esto debido principalmente a que accedieron por atención de urgencias donde la legislación colombiana establece los lineamientos de atención para la población proveniente de Venezuela donde la atención de urgencias al igual que en los nacionales no establece procesos administrativos que demuestran una afiliación al sistema 34. Aunque no se puede establecer en este estudio, la información obtenida y los avances en políticas públicas en el país actualmente en este aspecto del acceso a los servicios para población migrante, permite suponer que las atenciones por esta vía están solucionando problemas o eventos en salud no propiamente clasificados como una urgencia o compromiso vital dada las características sociodemográficas del grupo de venezolanos; demostrando que el servicio de urgencias es el medio disponible del sistema de salud colombiano por medio del cual pueden acceder a la atención en salud al no contar con un estado de residencia regular que le permita la inscripción a los administradoras de planes de beneficio.
Estas vías de atención a través de los servicios de urgencias han sido descritos en países de alta recepción migrante como Dinamarca donde en un estudio realizado en el hospital de Copenhague al preguntar directamente a las personas la razón por la que acudían a los servicios urgencias se encontró que los que respondían que no habían podido acceder previamente a los servicios de atención primaria el 78% eran migrantes y tan solo el 22% eran daneses 35.
Actualmente, se estima que de los 32 millones de venezolanos que viven en ese país, 1,5 millones se han exiliado desde el año 1999 con el cambio de gobierno 36. La relación histórica transfronteriza de personas y mercancías entre Colombia y Venezuela ha sido permanente, sin embargo el aumento en el número de venezolanos en diversas ciudades del país ha generado dentro de algunos sectores de la población colombiana sensaciones de inseguridad y aumento de competencia laboral en el sector informal 37. La migración dentro de Colombia por población venezolana se ha descrito como temporal en algunas ocasiones en donde ingresan para trabajar y comprar productos no disponibles en Venezuela, otros eligen permanecer dentro de Colombia y otros son Colombianos en retorno que habían migrado tiempo atrás 38. Es importante tener presente que los migrantes son grupos heterogéneos, con diversos modos de vida y necesidades, y que las condiciones aquí documentadas de Villa Caracas no relejan las de todos los migrantes venezolanos en Colombia.
Este ingreso y movilidad poblacional repentina para Colombia debe generar la priorización de nuevos temas en la agenda pública como son los desafíos que suponen un proceso migratorio mediante el cual no debe perderse la perspectiva de garantía de los derechos humanos para una población con un alto grado de vulnerabilidad 39.
Teniendo en cuenta esta nueva dinámica migratoria para Colombia como país receptor es importante se comience analizar y discutir en los distintos escenarios acerca del desarrollo de políticas públicas que garanticen la atención en salud para los migrantes venezolanos como es el acceso a la atención primaria incluida la participación en las actividades de promoción y prevención u otras estrategias para atención grupos específicos como niños y mujeres en embarazo que eviten y disminuyan efectivamente la aparición de eventos en salud que se conviertan en mayores costes e impactos no solo para el sistema de salud colombiano sino también que eviten el deterioro del estado de salud del migrante, ampliamente descrito en la literatura.
Finalmente, los movimientos migratorios internos y ahora internacionales se siguen presentado en Colombia, como fenómenos imprevistos secundarios a diversas causas que tienen efecto en los modos y decisiones de vida, de poblaciones que aumenta su vulnerabilidad por las condiciones de asentamiento en barrios marginales de las ciudades, estudiarlos y entenderlos en su dinámica debería convertirse en una prioridad en Salud Pública ♦