1. INTRODUCCIÓN
El actual modelo económico chileno ha influido en las esferas de lo social, lo político, lo cultural y en lo económico. Como menciona Tapia (2018), el dinero y las finanzas son elementos esenciales de las sociedades neoliberales, evidenciado a través de la “financiarización de la vida diaria” (Martín, 2002 citado en Tapia, 2018) donde se aumenta la venta de servicios y bienes en función de reproducir la sociedad del consumo y fomentar la idea de la democratización del consumo como forma de inclusión social. Un análisis en profundidad de la penetración del crédito en Chile se puede encontrar en Ossandón (2012, 2013) y más recientemente en González López (2018, 2021). Así, el uso de créditos y préstamos para acceder a bienes y servicios se alza como una forma de equidad e inclusión social, lo cual es complementado con el análisis cualitativo que realizan Pérez-Roa y Gómez (2019), quienes mencionan que gran parte de las actividades cotidianas de la sociedad chilena forman parte de sistemas socioeconómicos como flujos financieros de efectivos futuros, siendo entonces el endeudamiento no tan solo un símbolo de inclusión social, sino una condición normalizada en el contexto chileno.
De esta manera, el creciente uso de créditos en la sociedad chilena ha sido objeto de estudio desde diversas áreas, siendo las deudas asociadas al crédito una de las áreas de mayor interés por parte de estudios. En este sentido, la encuesta del Centro Académico de Desarrollo Empresarial (CADEM) muestra que un 76 % de los chilenos percibe su situación financiera con deudas en menor o mayor medida (CADEM, 2019). En esta encuesta, la generación Millennials (personas entre 22 y 35 años) presentan cifras aún mayores con el 82 % identificándose como endeudado/a.
Entre los distintos tipos de deudas, los gastos por educación superior adquieren gran relevancia debido a la significancia que tiene este nivel de educación para la población chilena actualmente. Esto es evidenciado por altas cifras de matrícula en educación superior, llegando en 2019 a 1.194.311 estudiantes matriculados en pregrado (Servicio de Información de Educación Superior, 2019) correspondiente a cerca de un 74,2 % de la población de entre 18 y 23 años y un 14,7 % de la población total del país (estimaciones basadas en datos del censo nacional más reciente). En este contexto, la encuesta CADEM muestra que un 40 % del total de los encuestados presenta deudas relacionadas al ámbito de la educación superior, mientras que en la cohorte de Millennials esta cifra sube a un 54 %. En esta misma generación, respecto a quienes se identificaron como endeudados, un 33 % de ellos presenta endeudamiento por el Crédito con Aval del Estado (CAE), mientras que un 16 % presenta endeudamiento por otros medios relacionados a la educación superior, siendo así el CAE una de las formas más relevantes de endeudamiento en Chile.
El gasto por aranceles de educación superior es especialmente relevante en el contexto chileno, considerando la brecha entre los aranceles y los ingresos familiares. Entre el 2017 y 2018 en Chile el arancel promedio, incluyendo todas las carreras universitarias, ascendería a $7.521 USD (aproximadamente $5.200.000 pesos chilenos), con un mínimo promedio de $5.488 USD (aproximadamente $3.800.000 pesos chilenos) (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, 2019). En contraste, el Instituto Nacional de Estadísticas (2019) estima que para el año 2018 el ingreso anual familiar promedio ascendió a $19.570 USD (aproximadamente $13.523.052 pesos chilenos) y la mediana de dicho indicador estuvo ubicada en los $13.667 USD ($9.444.000 pesos chilenos). Así, el 50 % de los hogares con ingresos más bajos del país que cuenten estudiantes universitarios entre sus integrantes pudieran tener que llegar destinar entre un 40 % y un 55 % de sus ingresos para costear aranceles de estudios. Por este y otros motivos, se han gestionado diversas estrategias que permitan mayor inclusión socioeconómica respecto al acceso a la educación superior.
Una de estas estrategias es el mencionado CAE, que permite financiar carreras de educación superior, tomando de referencia el arancel anual que es fijado por el Ministerio de Educación de Chile, otorgando desde $200.000 (aproximadamente 266 USD). Su pago se realiza por cuotas y en Unidades de Fomento (UF), pudiendo solicitarse que no sobrepasen el 10 % de la renta, considerando un 2 % de interés anual, en un plazo de 5 a 20 años desde que el estudiante finaliza su carrera. Además, puede solicitarse la suspensión temporal del cobro del crédito en casos de desempleo. Para obtener este beneficio es necesario haber obtenido un puntaje promedio igual o superior a 475 puntos entre las pruebas de matemáticas y lenguaje de la Prueba de Selección Universitaria-PSU o Prueba de Transición Universitaria-PTU (Ingresa Sistema de Crédito estudios superiores, 2020). Esta estrategia registra un total aproximado de 1.110.000 créditos otorgados entre su instauración en 2006 y 2021, y una adjudicación aproximada de entre 65.000 y 62.000 nuevos beneficiarios anuales entre 2017 y 2020 (Ingresa Sistema de Crédito estudios superiores, s.f.).
Otro crédito de alta relevancia en este contexto es el Fondo Solidario de Crédito Universitario (FSCU), dirigido a alumnos egresados de educación secundaria y que pertenezcan al 80 % de la población con menores ingresos del país. Su cobertura puede ser del % Finalmente, se comprobaron los supuestos necesarios para análisis de regresión lineal múltiple jerárquica sobre un total de 151 cuestionarios. Estas comprobaciones incluyeron el examen visual del histograma para las variables dependientes (supuesto de normalidad), comprobación de la distancia de Cook (datos atípicos), y diferencias de medias según género para endeudamiento por estudios (multicolinealidad). Finalmente, como mencionan algunos de los estudios analizados, donde se detectaron diferencias por género respecto a los resultados de las tres subescalas del DASS-21 (Balanza et al., 2009; Richardson et al., 2017) se exploraron comparaciones de los resultados de estas subescalas según género para todas las variables dependientes mediante Pruebas t para muestras independientes. Resultados de estos análisis muestran diferencias significativas según satisfacción con la vida (t(148) = -2,83, p = 0,005), estrés (t(148)=2,54, p = 0,012), ansiedad (t(137)=4,18, p < 0,001), mientras que no habrían diferencias significativas según depresión (t(148)=1,97, p = 0,051), ni felicidad subjetiva (t(147)=-0,15, p = 0,882). Considerando estos resultados, se optó por incluir género como posible variable predictora en todos los modelos para explorar si el endeudamiento por motivos de estudio predice cada una de las variables dependientes más allá y por sobre el posible efecto de la variable género.
1.1. Análisis Principales. Regresiones Lineales Múltiples Jerárquicas
El objetivo principal del presente estudio fue evaluar en qué medida la salud mental y bienestar subjetivo de estudiantes universitarios pueden ser predichos por el endeudamiento por motivos de estudio. Para abordar este objetivo el presente estudio incluyó cinco análisis de regresión lineal múltiple jerárquica, uno por cada variable de interés, incluyendo: síntomas de depresión, ansiedad y estrés (subdimensiones de salud mental), y satisfacción con la vida y felicidad subjetiva (subdimensiones de bienestar subjetivo). En todos los análisis se incluyó el género de los participantes como predictor en un primer paso (Modelo 1), y en un segundo paso se ingresó el porcentaje del arancel total que los estudiantes financian a través de créditos universitario (Modelo 2). De esta forma se buscó comprobar el poder predictivo del endeudamiento por estudio por sobre el efecto que la variable género pudiera tener en la predicción de cada variable dependiente. A continuación, se presentan los resultados correspondientes a cada hipótesis de investigación.
Respecto a la sintomatología depresiva, los resultados de esta regresión indican que sólo en el Modelo 1 resultó significativo (F(1, 149) = 4,04, p = 0,046, R2 = 0,03, R2Adjusted = 0,02) y, adicionalmente, sólo este modelo resultó en un Cambio de F significativo (F(1, 149) = 4,04, p = 0,046). En el Modelo 1 sólo el género predijo significativamente la sintomatología depresiva (β = 0,16, t = 2,01, p = 0,046). Con estos resultados es posible concluir que la sintomatología depresiva es significativamente predicha sólo por el género de los participantes, con las participantes mujeres obteniendo puntajes más altos en sintomatología depresiva, y que el endeudamiento por estudios no predice la sintomatología depresiva por sobre el efecto del género del participante.
Respecto a la sintomatología ansiosa, los resultados de esta regresión indican modelos significativos en ambos casos (p < 0,05), sin embargo, sólo el Modelo 1 (F(1, 149) = 13,62, p < 0,001, R2 = 0,08, R2Adjusted = 0,08) resultó en un Cambio de F significativo (F(1, 149) =13,62, p < 0,001). En el Modelo 1, género predijo significativamente la sintomatología ansiosa (β = 0,29, t = 3,69, p < 0,001). Con estos resultados es posible concluir que la sintomatología ansiosa es significativamente predicha sólo por el género de los participantes (con las participantes mujeres obteniendo puntajes más altos en sintomatología ansiosa), y que el endeudamiento por estudios no predice la sintomatología ansiosa por sobre el efecto del género del participante.
Respecto a la sintomatología de estrés, los resultados de esta regresión indican modelos significativos en ambos casos (p < 0,05) y, sin embargo sólo el Modelo 1 (F(1, 149) = 6,97, p = 0,009, R2 = 0,05, R2Adjusted = 0,04) resultó en un Cambio de F significativo (F(1, 149) =6,97, p = 0,009). En el Modelo 1 género (β = 0,21 t = 2,64, p = 0,009) predijo sintomatología de estrés. Con estos resultados es posible concluir que la sintomatología de estrés es significativamente predicha sólo por el género de los participantes (con las participantes mujeres obteniendo puntajes más altos en sintomatología de estrés), y que el endeudamiento por estudios no predice la sintomatología de estrés por sobre el efecto del género del participante.
Respecto a satisfacción con la vida los resultados de esta regresión indican modelos significativos en ambos casos (p < 0,05) y, adicionalmente, el Modelo 2 (F(2, 148) = 5,95, p = 0,003, R2 = 0,07, R2Adjusted = 0,06) resultó en un Cambio de F significativo (F(1, 148) = 3,93, p = 0,049). En el Modelo 2, género (β = -0,22, t = -2,79, p = 0,006) y endeudamiento por estudios (β = -0,16, t = -1,98, p = 0,049) predijeron significativamente la satisfacción con la vida. Con estos resultados es posible concluir que la satisfacción con la vida es significativamente predicha por el género de los participantes (con las participantes mujeres obteniendo puntajes más bajos en satisfacción con la vida), y también es predicha por el nivel de endeudamiento de los participantes por motivos de estudio donde más altos niveles de endeudamiento estarían asociados a más bajos niveles de satisfacción con la vida.
Finalmente, respecto a felicidad subjetiva los resultados indican modelos no significativos tanto para el modelo 1 (F(1, 148) = 0,01, p = 0,913, R2 = 0,00, R2Adjusted =-0,01) como para el modelo 2 (F(1, 147) = 0,35, p = 0,405, R2 = 0,01, R2Adjusted = -0,01). Con estos resultados es posible concluir que el género ni el endeudamiento predicen significativamente la felicidad subjetiva de los participantes.
2. DISCUSIÓN
El objetivo principal del estudio fue identificar la posible correlación entre salud mental y bienestar subjetivo con el endeudamiento por motivos de estudio en estudiantes universitarios. La investigación midió la salud mental a través de la inclusión de mediciones de depresión, ansiedad y estrés, como problemas de salud mental más prevalentes en la población en general y, como medidas de bienestar subjetivo se incluyen la felicidad subjetiva, y satisfacción con la propia vida. Como pregunta de investigación se plantea:
¿Predice el endeudamiento por crédito universitario, por sobre el efecto del género, la salud mental y bienestar subjetivo en estudiantes universitarios de Temuco (Chile)? A continuación, se discutirán los resultados de la investigación respecto a las hipótesis del presente estudio.
La primera hipótesis del estudio es que el endeudamiento por motivos de estudio predeciría directa y significativamente síntomas de depresión en estudiantes universitarios de Temuco. Los resultados de la investigación no apoyan esta hipótesis por cuanto indican que la sintomatología depresiva en estudiantes endeudados no es predicha por el endeudamiento por motivos de estudio. La revisión bibliográfica relacionada a la sintomatología depresiva indica que el sobreendeudamiento está fuertemente asociado con síntomas depresivos independientemente si la deuda es alta o baja (Hojman et al. 2016). Un estudio longitudinal de (Richardson et al., 2015) muestra que un 41,7 % de los entrevistados con un trastorno de salud mental informan estar endeudados, comparado con un 17,5 % que informan no tener deuda. Para aquellos que estaban endeudados, el 15,5 % tenía un trastorno de salud mental en comparación con el 8,9 % de los que no estaban endeudados. Esto denota una relación entre problemas de salud mental y dificultades financieras. Sin embargo, los resultados del presente estudio pueden explicarse desde el estudio de Sun y Houle (2018), donde se indica que quienes comienzan la adultez joven endeudados, pero que logran saldar su deuda, presentan niveles de sintomatología depresiva similares a quienes tienen poco nivel de deuda; este podría ser el caso de los participantes del estudio, considerando la flexibilidad de pago que otorgan el CAE y el FCSU, siendo posible el pago de las deudas generadas por estos créditos hasta dos años después de haber salido de educación superior, además de ser posible aplazarlas en caso de cesantía.
La segunda hipótesis del estudio es que el endeudamiento por motivos de estudio predeciría directa y significativamente síntomas de ansiedad en estudiantes universitarios de Temuco. Los resultados de la investigación no apoyan esta hipótesis por cuanto indican que la sintomatología ansiosa en estudiantes endeudados no es predicha por el endeudamiento por motivos de estudio. La revisión bibliográfica relacionada a la sintomatología ansiosa y endeudamiento indica una correlación significativa entre endeudamiento y síntomas de depresión, ansiedad y enfado (Drentea y Reynolds, 2012). Por otro lado, Richardson et al. (2015) señalan en su estudio sobre endeudamiento y estrés financiero en una población de estudiantes universitarios del Reino Unido que, al momento de estar cerca de graduarse y egresar, aumentan las preocupaciones sobre la deuda, teniendo esto repercusiones en la salud mental. Dichos resultados no se replicaron en esta investigación, lo que podría deberse a que el estrés por endeudamiento pudiera operar como un mediador entre la asociación endeudamiento y salud mental (variable no incluida en el presente estudio).
Por otro parte, estos resultados podrían explicarse debido a que la variable sexo se asocia significativamente al riesgo de sufrir depresión y ansiedad (Balanza et al., 2009). En esta línea, Richardson et al. (2017) mencionan que el género femenino predice mayores índices de ansiedad y estrés, al examinarla junto a otras variables como el mismo endeudamiento.
La tercera hipótesis del estudio es que el endeudamiento por motivos de estudio predeciría directa y significativamente síntomas de estrés en estudiantes universitarios de Temuco. Los resultados de esta investigación no apoyan esta hipótesis, indicando que la sintomatología de estrés en estudiantes endeudados no es predicha por el endeudamiento por motivos de estudio. Respecto a esto, autores como Jacoby (2002) citado por Turunen y Hiilamo (2014) mencionan que endeudamientos grandes mantienen y potencian el estrés debido a que se toman estrategias de afrontamiento insalubres que permitan lidiar con el pago, como trabajo excesivo y menos tiempo de descanso; entonces, es posible hipotetizar que los estudiantes no perciben estrés por endeudamiento debido a la flexibilidad de los créditos universitarios, pudiendo ser pagados años después de egresar, e incluso aplazados en caso de cesantía.
Respecto al estrés por endeudamiento, diversos autores lo mencionan como causa de deterioro de salud mental, más que el endeudamiento en sí mismo (Hamilton et al. 2019; Lange y Byrd, 1998 citados por Richardson et al., 2017; Selenko y Batinic, 2011 citados por Richardson et al. 2017); este tipo de estrés hace referencia a la percepción que tiene el individuo sobre su deuda, considerando a la deuda como estresor, existiendo algunos instrumentos como el Index of Financial Stress que permiten estimar esta variable (Siahpush y Carlin 2006 citados por Turunen y Hiilamo, 2014). El presente estudio midió estrés en términos generales, sin considerar causa específica y/o subjetiva de este. Junto a ello, Dwyer et al. (2011) citados por Hamilton et al. (2019) mencionan que el caso de endeudamiento por educación superior puede ser interpretado por los estudiantes como inversión y medio para lograr mejorar estatus; el presente estudio no midió ni registró este tipo de interpretaciones, las cuales podría explicar la nula asociación entre endeudamiento y las dimensiones de salud mental.
La cuarta hipótesis del estudio es que el endeudamiento por motivos de estudio predecirá inversa y significativamente la satisfacción con la vida en estudiantes universitarios de Temuco. Los resultados de esta investigación apoyan esta hipótesis, indicando que la satisfacción con la vida en estudiantes endeudados es predicha por el endeudamiento por motivos de estudio. Según la revisión bibliográfica los resultados de este estudio coincidieron con otras investigaciones, donde se indica que la deuda tendría un impacto negativo en el bienestar subjetivo Hojman et al. (2016). Esto podría deberse a que la satisfacción con la vida contempla no solo el cumplimiento de objetivos en el presente, sino también al largo plazo (Solano y López, 2000). De esta forma podría darse que los objetivos a largo plazo sean interferidos por la deuda. Por otro lado, se encontraron diferencias significativas en cuanto a género, lo que no coincide con la revisión bibliográfica, en donde proponen que la satis- facción con la vida sería similar en hombres y mujeres (Solano y López, 2000).
La quinta hipótesis del estudio es que el endeudamiento por motivos de estudio predeciría directa y significativamente felicidad subjetiva en estudiantes universitarios de Temuco. Los resultados de la investigación no apoyan esta hipótesis, por cuanto indican que la felicidad subjetiva en estudiantes endeudados no es predicha por el endeudamiento por motivos de estudio. Según la revisión bibliográfica los resultados de este estudio no coinciden con los de otros estudios, por ejemplo, con Hojman et al. (2016) en donde la deuda tendría un impacto negativo en el bienestar subjetivo, específicamente la deuda sin colateral. Los hallazgos de dicha investigación no se replican en esta investigación. Con respecto a este punto, los resultados sí coinciden con los hallazgos de Vera-Villarroel et al. (2011) en donde no se encontraron diferencias significativas en cuanto a sexo.
La literatura indica relaciones y factores que pueden explicar estos resultados: por un lado, el hecho de que los estudiantes pueden interpretar la deuda universitaria como una inversión hacia el futuro puede funcionar como factor protector de salud mental, ya que mejorarían su estatus y clase social (Dwyer et al. 2011) citados por Hamilton et al. (2019). Sumado a lo anterior, Sun y Houle (2018) sugieren que la deuda podría convertirse en un “arma de doble filo” donde este puede ser vista al mismo tiempo como algo positivo a la vez que socava la salud mental. En este aspecto es posible que los estudiantes aún vean la deuda como un factor positivo, sin embargo, sería de gran interés para futuros estudios evaluar las interpretaciones subjetivas que estudiantes y graduados universitarios hacen respecto al endeudamiento por estudios. Por otro lado, es posible mencionar al estrés por endeudamiento como posible variable predictora de la salud mental. En este sentido, Jacoby (2002) (citado en Turunen y Hiilamo, 2014) menciona que los endeudamientos grandes mantienen y potencian el estrés debido a que se toman estrategias de afrontamiento insalubres que permitan lidiar con el pago.
3. CONCLUSIÓN
En resumen, sobre la pregunta de investigación propuesta: ¿Predice el endeudamiento por crédito universitario, por sobre el género, a la salud mental y bienestar subjetivo de los estudiantes universitarios de Temuco (Chile)? Los resultados indican que el endeudamiento por estudios no predice de forma significativa la salud mental y el bienestar subjetivo de estudiantes universitarios de últimos años. En detalle, el endeudamiento por motivos de estudio predice significativamente, por encima del género, sólo la satisfacción con la vida (como dimensión cognitiva del bienestar subjetivo), pero no predicen ninguna de las dimensiones de salud mental contempladas en el estudio (síntomas de depresión, ansiedad y estrés), ni la felicidad subjetiva (como dimensión afectiva de bienestar subjetivo).
En cuanto a aportes del presente estudio, se señala a la exploración de relaciones entre bienestar subjetivo y nivel de endeudamiento en el contexto en que se realiza, relaciones importantes de explorar considerando los elevados niveles de endeudamiento reportados en Chile. Junto a ello, el abordaje del endeudamiento desde el CAE y FCSU permite explorar los efectos que estos créditos pudieran tener en estudiantes universitarios en cuanto a su salud mental y bienestar subjetivo. Por otra parte, el presente estudio consideró investigaciones y perspectivas que abordan temáticas de salud mental que no se limitan a lo patológico, a través de la inclusión de bienestar subjetivo.
Respecto a limitaciones del estudio, el muestreo fue no probabilístico por conveniencia y online, con relativa predominancia de participantes de género femenino, lo que puede mermar la representatividad de la población estudiantil universitaria chilena que se tiene en este estudio. Otra limitación hace referencia a la recolección de datos en contexto de crisis sanitaria mundial por COVID-19; las condiciones de este contexto pueden haber afectado los resultados de la investigación respecto a posibles niveles disminuidos de salud mental y bienestar subjetivo. También está la limitación referida a la distribución del nivel socioeconómico de la muestra donde un 52,4 % de los estudiantes sería parte de familias con niveles socioeconómicos alto y medio-alto. Esto pudiera influir en la percepción de los estudiantes respecto a qué tan problemático (o no) es el endeudamiento adquirido por motivos de estudio. Finalmente, está la limitación del diseño transeccional no-experimental, que no permite confirmar ni evaluar la dirección causal asumida entre las variables en el presente estudio.
Considerando los resultados y limitaciones del estudio, se sugiere que futuros estudios integren estrés por endeudamiento como variable independiente, para poder analizar posibles correlaciones entre esta variable y elementos de salud mental y bienestar subjetivo. Otra sugerencia para futuros estudios es la realización de estudios cualitativos para evaluar cómo estudiantes universitarios perciben los créditos universitarios con el fin de indagar si ven la deuda como una inversión para el futuro, y si los perciben como un fenómeno poco estresante debido a las facilidades de pago del crédito. Por otra parte, se hace importante expandir el presente estudio con estudiantes de otras ciudades chilenas y/o contextos. Finalmente, se hace relevante poder replicar este estudio en un contexto posterior a la crisis sanitaria (COVID-19) que afectó al país al momento de la recogida de datos del presente estudio.