La ciencia, la tecnología y la educación científica, además de ser campos de conocimiento conceptual y metodológicamente fundamentados, han sido históricamente protagonistas en los grandes movimientos sociales que han cambiado el rumbo de la humanidad.
En la década de los años cincuenta, en plena Guerra Fría, Bertrand Russell y Albert Einstein encabezaron un movimiento social que se denominó El Movimiento Pugwash, compuesto por científicos y académicos el cual se fundamentó en la necesidad exponer al mundo los peligros de las armas de destrucción masiva y se centró en hacer un llamado a los gobiernos para la solución pacífica de los conflictos. En la década siguiente otro movimiento social se convirtió en un ícono en el mundo frente a la solicitud de frenar la construcción de armas nucleares y la extracción de Uranio, lo que condujo al tratado de No proliferación de armas nucleares en 1970 y dio origen al movimiento antinuclear.
En paralelo a estos movimientos se dio en el mundo una revolución epistemológica en contra de la hegemonía otorgada a la ciencia y a la tecnología, lo que llevó a planteamientos innovadores en la educación en ciencias y a la creación de movimientos socio-científicos, como el llamado “Relaciones Ciencia, Tecnología y Sociedad” que han logrado impactar en las políticas públicas y en los currículos de ciencias al demostrar la relación directas de la ciencia y la tecnología en la sociedad y en la educación científica.
Desde estas perspectivas han surgido movimientos sociales como el de las ciencias de la sostenibilidad, la educación socioambiental y la cruzada por detener el cambio climático, entre otros.
Desde la Revista Científica de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas nos unimos a estos movimientos sociales, desde una posición en la que la educación científica y tecnológica debe contribuir a la lucha por la conservación del planeta y de la raza humana, ya sea desde revoluciones científicas que lleven a la innovación así como la generación de espacios académicos que propicien la investigación y la innovación en temas tan prioritarios como son: la educación en energías renovables, las políticas en contra los alimentos genéticamente modificados, el desmonte del asbesto, el glifosato y, sobre todo, las guerras.
Cinco décadas después del manifiesto de Russell y Einstein, la Revista Científica se une y exhorta a los gobiernos de Latinoamérica a resolver pacíficamente los conflictos para que la revolución sea académica y que actuemos en beneficio de la paz y la armonía de los pueblos.