INTRODUCCIÓN
La Organización Mundial de la Salud (OMS) definela salud como «un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades». En esta perspectiva la salud mental es parte integral de la salud y del bienestar, por lo que pueden afectarla factores como la capacidad para gestionar los pensamientos, las emociones, los comportamientos y las formas de interacción con los otros, los factores sociales, culturales, económicos, políticos y ambientales, el nivel de vida, las condiciones laborales, el apoyo social de la comunidad y los factores nutricionales 1.
El término adulto mayor hace referencia a personas con la edad de 60 años o más, lo estableció la OMS en 1984 y fue retomado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la Resolución 50/141 del año 1996, aprobada por su Asamblea General 2. El gobierno de Colombia, a través del Ministerio de Salud, en la Política Nacional de Envejecimiento y Vejez 2007-2019 (PNEV), considera que esta etapa de la vida inicia a los 60 años 3.
En la mayoría de países del mundo la esperanza de vida al nacer va en aumento, en Medellín (Antioquia) en el año 2000, la esperanza de vida era de 68 años y para el 2015 aumentó a 77 años, según estadísticas del Departamento Nacional de Estadística (DANE); paralelo a esta situación se ha aumentado el número de personas de 65 años o más; en 1993 se tenía un censo de 94.651; para el 2005 aumentó a 148.052 y para el 2020 se proyecta en 264.409; se espera un aumento de esta población de 2,7 veces en 27 años 4; dichos cambios afectan la estructura de la pirámide poblacional 5.
El envejecimiento implica cambios biológicos, psicológicos y sociales, que pueden determinar los hábitos y estilos de vida, generando en algunos casos pérdida de autonomía, adaptabilidad y disfuncionalidad. Además, se presentan con frecuencia enfermedades crónicas, que pueden disminuirla calidad de vida y la longevidad 6. La OMS sugiere considerar a los adultos mayores como un grupo muy vulnerable nutricionalmente, debido a los cambios mencionados. Se estima que cerca del 35-40 % de personas mayores presenta algún tipo de alteración nutricional, como malnutrición proteico-calórica, déficit específico de vitaminas y/o minerales u obesidad 7.
Bajo este contexto, y debido a las característicasque se asocian con el proceso de envejecimiento, es importante analizar la calidad de vida de las personas durante esta etapa de la vida, desde diferentes perspectivas como son la psicológicay nutricional, dos esferas que se pueden alterar con el paso de los años y susceptibles de intervenir para mantener la salud 2. La alimentación inadecuada es frecuente en personas mayores, por la disminución en la ingesta de alimentos, lo que conduce a desnutrición, y si sumado a esto se pasa por situaciones difíciles como duelos, problemas familiares o económicos, presencia de enfermedades mentales o neurológicas, se incrementa la posibilidad de deterioro funcional, afectando no solo la salud nutricional, sino también pudiendo favorecer episodios de depresión 8.
La alta prevalencia de enfermedades mentales en los adultos mayores, se considera un problema de salud pública importante, lo que requiere de estudios integrales que expliquen sus causas; no obstante, en muchas ocasiones estas alteraciones psíquicas y más específicamente las depresiones, se asocian al estrés que sobrelleva este grupo poblacional en los ámbitos económico, social y psicológico9, que progresivamente van deteriorandola calidad de vida y se refleja en la falta de interés por comer, preparar los alimentos y disfrutar deellos, con las implicaciones que esto trae para elestado nutricional 10. Es así como dos estudiosllevados a cabo en Bogotá (Colombia), mostraron prevalencias de síntomas depresivos que oscilaronentre 18,6 % 11 y 26,1 % 12; otros estudios realizados en Risaralda y Cali (Colombia) documentaron una prevalencia de síntomas depresivos de 27,9 % 13 y 23,4 % 14, respectivamente.
En un estudio realizado por Restrepo et al., se encontró que los adultos mayores del Municipio de Caldas (Antioquia), no tenían un acceso adecuadoa la alimentación, ni tampoco un consumo de alimentos suficiente, aspecto que se considera causal del deterioro en el estado nutricional y de salud de esta población; también se determinaron una serie de factores que incrementaban el riesgo de padecer depresión en esta etapa de la vida, relacionando directamente la ingesta de alimentos con loscambios en el estado emocional 6. En otro estudio realizado en México, se encontró una tendencia elevada en los adultos mayores a presentar sobrepeso y obesidad, lo que se convierte en un factor de riesgo para la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles (Ecnt) y sitúa como antecedente a la depresión, lo cual deteriora el estado de salud y la calidad de vida de esta población 15.
Debido al incremento de la población de adultos mayores y a los cambios que deben afrontar en sutransición por el envejecimiento, se plantea la presente investigación, cuyo objetivo fue describir los síntomas depresivos y su relación con el estado nutricional, situación que puede interferir no solo en ellogro de la salud, sino en la calidad de vida. De estaforma se espera contribuir a la definición de acciones dirigidas a la promoción de la salud y prevención dela enfermedad en los programas de adultos mayores.
MATERIALES Y MÉTODOS
El presente estudio fue descriptivo y transversal, se desarrolló entre los meses de agosto y octubre de 2015. Del total de la población (mil adultos mayores) perteneciente al programa adulto mayor del municipio de Sabaneta (PAM), se evaluaron 168 adultos de 50 años o más; el criterio de inclusión que se tuvo en cuenta para la recolección de la información fue que pertenecieran al PAM y que asistieran como mínimo a uno de los grupos del Centro Vida “Club del Adulto Mayor” , programa de la Secretaría de Salud del Municipio; se excluyeron personas que se encontraran postradas en cama, amputadas, o que además no tuvieran lacapacidad de responder por su cuenta a la información requerida. Los datos de los participantes se obtuvieron mediante una encuesta diligenciada por una estudiante de práctica de último semestre del programa de Nutrición y Dietética, que ofrece la Universidad de Antioquia (sede Medellín), capacitada en temas relacionados con la toma de medidas antropométricas, de datos de alimentación y nutrición, y por estudiantes de psicología entrenados en la toma de datos relacionados con la salud mental (test de Beck).
Evaluación del estado nutricional: para la toma de los datos antropométricos se empleó la técnica de Lohman 16, el peso se obtuvo en kg, con una báscula digital marca Seca 813, con sensibilidad de 0,1 kg; la estatura se midió en cm con un estadiómetro portátil marca Seca 206, cuya sensibilidad fue de 0,1 cm y tanto la circunferencia de brazo como de la pantorrilla, se tomaron con una cinta métrica marca Seca 201, con sensibilidad de 0,1 cm. El IMC se obtuvo dividiendo el peso en kg sobre la estatura en metros cuadrados; para su clasificación se utilizaron los puntos de corte del estudio National Health and Nutrition Examination Survey de los Estados Unidos (Nhanes III), sugerido para personas mayores de 50 años 17.
Variables sociodemográficas: este apartado incluyó variables relacionadas con sexo, edad, número de personas con las que vive, estado civil, nivel educativo y estrato socioeconómico. Este último es un sistema de clasificación colombiano que divide la ubicación de la vivienda en seis categorías, donde la categoría más baja (estrato 1), tiene condiciones socioeconómicas más precarias y la categoría más alta (estrato 6), las condiciones socioecónomicas más favorables 18.
Variables nutricionales: se incluyeron preguntas relativas a la seguridad alimentaria, con el fin de evaluar aspectos relacionados con acceso, disponibilidad y consumo de alimentos. Para valorar el estado nutricional se empleó la Mini valoración nutricional - MNA (Mini Nutritional Assessment), por sus siglas en inglés, la cual consta de dos partes: la primera es la de cribado, primeras seis preguntas, y la segunda compuesta por las siguientes doce preguntas, incluye valoración general, antropométrica, dietética y valoración subjetiva; cuando el cribado da como resultado una puntuación entre 12 y 14, indica un estado nutricional normal y no es necesario continuar con la segunda parte, pero si se encuentran puntuaciones inferiores a 12 en la primera parte, existe una posible desnutrición, por lo que es importante continuar con las demás preguntas, para obtener una apreciación más exacta del estado nutricional. Al realizar la escala completa, se cataloga a las personas con un valor máximo de 30 puntos, obteniendo una clasificación en tres categorías: estado nutricional normal (≥ 24 puntos), riesgo de malnutrición (17-23,5 puntos) y malnutrición (< 17 puntos) 19.
Evaluación de los síntomas depresivos: se aplicó el test psicológico denominado “Inventario de depresión de Beck”, este instrumento permite su autoaplicación, pero con el fin de obtener una mayor exactitud en la información, fue diligenciado por estudiantes de práctica de psicología; dicho instrumento se puede aplicar en todos los grupos de edad a partir de los 12 años, es válido y confiable para medir síntomas depresivos 20-22. La versión que se utilizó consta de 21 ítems, cada uno de ellos compuesto por varias afirmaciones sobre un mismo síntoma depresivo, que se presentan ordenados de menor a mayor gravedad y entre los cuales la persona evaluada debió escoger el que mejor describiera su estado; cada afirmación de los diferentes ítems evaluados se puntúa de 0 a 3. La interpretación de los resultados del test es la siguiente: altibajos considerados normales 1-10, leve perturbación del estado de ánimo 11-16, estados de depresión intermitentes 17-20, depresión moderada 21-30, depresión grave 31-40) y depresión extrema (> 40) 23.
Consideraciones éticas
El estudio fue aprobado por el Comité de ética de la Facultad de Odontología de la Universidad de Antioquia, según consta en el Acta Nº 06 de 2015; a los adultos participantes se les informó sobre los objetivos del proyecto y en caso de aceptar voluntariamente la participación, firmaron un consentimiento informado. Así mismo, se garantizó la confidencialidad y el anonimato de la información recolectada.
Análisis estadístico
La base de datos y el análisis estadístico de la información se realizó en el programa Spss versión 21. Las variables cuantitativas se describieron utilizando la media aritmética, desviación estándar, mediana y rango intercuartílico; las variables cualitativas mediante frecuencias y porcentajes. Para contrastar con las características sociodemográficas el comportamiento de las variables numéricas como el IMC, el puntaje del MNA y de la escala de Beck, se usaron las pruebas T de student, Anova o Kruskal Wallis, previa comprobación de normalidad; así mismo se utilizó la prueba de correlación de Spearman, para determinar la asociación del puntaje de Beck con el puntaje de la escala del MNA y el IMC. El nivel de significancia definido fue de p <0,05.
RESULTADOS
De los 165 participantes, 133 (79,2%) fueron mujeres, la edad promedio de los participantes fue de 66±5 años. La distribución porcentual del nivel educativo fue 39,9 % para primaria; 26,8 % para secundaria y 23,2 % para técnica, tecnologías y carreras universitarias; y tan solo un 10,1 % no tenían estudios. La mayoría vivía con 1 o 2 personas en su hogar (45,2%), el 38,7 % eran casados o vivían en unión libre y el 65,5 % pertenecía a estrato 3 (Tabla 1).
La mediana del puntaje del MNA fue de 13,0±1,2, lo que indica que la mayoría de la población tenía un estado nutricional normal (78,6%) y un 21,4 % una posible malnutrición; al relacionar estos datos con la clasificación del IMC por Nhanes III, se refleja un estado nutricional adecuado, pues el 56,5 % de los adultos presentaron un IMC en esta categoría; 20,2 % presentó exceso de peso y 23,2 % bajo peso (Tabla 2). Según los datos arrojados por el Test de Beck con respecto al estado de depresión de los adultos, se encontró que 63,1 % se clasificó con altibajos considerados normales, mientras que un 16,7 % presentaron estados de depresión intermitentes o depresión moderada (Tabla 3).
Con respecto a la seguridad alimentaria, se obtuvo resultados favorables, pues el 93,4 % de los adultos no reportaron problemas que alteraran el acceso a una alimentación adecuada, como son los aspectos relacionados con la falta de dinero para la compra de alimentos, capacidad para la preparación de alimentos, problemas de salud oral y de salud en general (Tabla 4).
Al relacionar el IMC con las demás variables, se encontraron diferencias significativas con el sexo y el estado civil, las mujeres presentaron puntajes de IMC (27,1 kg/m2) superiores a los hombres (24,4 kg/m2), al igual que en los viudos (27,9 kg/ m2); en relación al puntaje de cribado MNA, solo se determinaron diferencias estadísticamente significativas en aquellos adultos que eran casados o vivían en unión libre, quienes presentaron puntajes de MNA superiores (14 puntos), indicando un estado nutricional normal. No se observaron diferencias en el puntaje de Beck con las variables sociodemográficas (Tabla 5). La correlación encontrada entre las variables determinantes del estado nutricional (IMC y MNA) y la escala de depresión de Beck, se aprecian en la Tabla 6, la cual indica que hay una relación directamente proporcional y significativa (r = 0,203) entre el puntaje de depresión de Beck y el IMC, pero una asociación inversa, entre el puntaje de Beck y el puntaje del MNA (r = -0,332).
* Prueba T de Student para grupos independientes.
† Prueba Anova.
‡ Prueba U de Mann Whitney.
§ Prueba de Kruskal Wallis.
Mediana (RQ): mediana (Rango intercuartílico). Media ± desv estándar: promedio ± desviación estándar.
DISCUSIÓN
Los adultos evaluados presentaron un estado nutricional adecuado y una baja frecuencia de síntomas depresivos. La mayoría de los adultos participantes en el estudio fueron del sexo femenino, situación que refleja el comportamiento por sexo de las personas que asisten al programa de adultos mayores del Municipio de Sabaneta. Derivado de esto, se encontró que las mujeres presentaron valores de IMC superiores a los hombres, resultados similares a lo encontrado en el estudio de Braguinsky, quien determinó que en la mayoría de los países había significativamente más exceso de peso en las mujeres 24. Se encontró una mayor proporción de población con estado nutricional adecuado, según el IMC y el MNA, a diferencia de otros estudios que reportan estado nutricional adecuado solo en un 30 % de los participantes 25,26; de otro lado, en un estudio llevado a cabo en Brasil, se determinó mayor probabilidad de sobrepeso y obesidad por IMC en viudos, en comparación con los solteros 27, al igual que lo hallado en nuestro estudio, lo cual, según González, puede deberse al sedentarismo que tienden a presentar las personas viudas, lo que influye en el incremento de peso 28.
En general los resultados coinciden con los reportados por otros estudios, sin embargo, la utilización de la versión corta del MNA y el tipo de estudio aplicado, limitan la posibilidad de establecer la prevalencia real de la malnutrición en la población evaluada en el PAM del municipio de Sabaneta.
Por otro lado, los síntomas depresivos son situaciones comunes en personas de edades avanzadas, no asociados al proceso normal del envejecimiento, que pueden, de forma consecuente derivar en un deterioro cognitivo 29; estos trastornos a su vez están asociados de forma estrecha con una pérdida en la calidad de vida de los adultos mayores, lo que convierte este proceso en un círculo vicioso, pues la pérdida de roles, de seres queridos y el sentirse en un estado de indefensión, hacen que estos trastornos emerjan.
Para la evaluación de síntomas depresivos en este estudio, se utilizó el test de Beck, debido a que se incluyeron personas desde los 50 años. Este permitió establecer una baja frecuencia de síntomas depresivos (intermitentes o moderados) 16,7%, cifras similares a las reportadas por diversos estudios en Colombia, aunque con otra metodología para determinar los síntomas de depresión y que oscilan en unas frecuencias de 18,6 % y 27,9 % 11-14. Los síntomas depresivos pueden estar relacionados con cambios corporales, fisiológicos, sociales, con una tendencia a incrementar el grado de dependencia, por vivir solo, enfrentar pérdida de familiares o por padecer enfermedades crónicas y degenerativas, que conllevan a la interrupción de actividades cotidianas que generaban satisfacción 30,31.
La asociación entre la malnutrición y la presencia de síntomas depresivos se ha documentado en otros estudios 32-34, al igual que lo mostrado en esta investigación. De esta forma, adultos con síntomas depresivos se asociaron con mayor posibilidad de malnutrición. A pesar de lo anterior, hay divergencia en torno al sentido de esta asociación, esto es: si la depresión es la que lleva a una malnutrición o al contrario, un deterioro en el estado nutricional y de salud puede ocasionar estrés y llevar a síntomas depresivos; no obstante existe un mayor consenso en el hecho que los síntomas depresivos pueden desencadenar un deterioro en el estado nutricional.
Por otro lado, Pérez et al, reportaron asociación entre desnutrición por el método MNA y depresión 35, además, en un estudio realizado en España, en el que se evaluó por medio del MNA a 22.007 adultos mayores, se encontró que 27,9 % presentó enfermedades agudas o estrés psicológico; 21,7 % depresión moderada; 2,4 % depresión grave y 75,9 % reportó no haber presentado depresión 36. Las enfermedades psicológicas afectan a la mayor parte de los adultos mayores, y esto se desarrolla en general con mayor prevalencia en las personas pertenecientes a poblaciones rurales o de escasos recursos de países del tercer mundo; según la teoría de los determinantes sociales, el hecho de vivir en un país subdesarrollado o en vía de desarrollo, va a condicionar con más fuerza la aparición de enfermedades o situaciones socioculturales, con respecto a los países desarrollados 37.
La mayoría de los adultos participantes no presentaron inseguridad alimentaria, situación favorable para este grupo, pues existen varias hipótesis por las cuales la inseguridad alimentaria se asocia a mayores síntomas depresivos, una de ellas afirma que la depresión puede llevar a disminución en el mercado laboral y consecuentemente a una baja capacidad de ingresos, lo cual puede contribuir al desarrollo de la inseguridad alimentaria. Además los cambios psicológicos pueden deberse a deficiencias en nutrientes, debido a un limitado acceso a los alimentos 38. Lo anterior puede ser un aspecto que incide directamente en la baja frecuencia de síntomas depresivos encontrados.
Las limitaciones del estudio son: la muestra de este estudio no es representativa ni fue elegida de forma aleatoria; por ser un grupo muy activo, puede tener mejores condiciones de salud que otros grupos; por el tamaño de muestra y tipo de estudio no se puede establecer causalidad.
En conclusión, se encontró una población adulta con estado nutricional adecuado según la clasificación del IMC y la aplicación del MNA, con niveles de depresión mínimos y con situaciones sociodemográficas que no influyen de manera significativa en el estado nutricional de la mayoría de los participantes. Sin embargo, son los problemas de salud y la dificultad para preparar los alimentos, los aspectos que más influyen en el consumo y que son reportados con mayor frecuencia.