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El Ágora U.S.B.

Print version ISSN 1657-8031

Ágora U.S.B. vol.14 no.2 Medellin July/Dec. 2014

 

CONTEXTO GEOPOLÍTICO, GLOBALIZACIÓN, CRISIS CIVILIZATORIA Y PAZ EN COLOMBIA.

GEOPOLITICAL CONTEXT, GLOBALIZATION, CIVILIZING CRISIS, AND PEACE IN COLOMBIA.

Por: Germán Roncancio Jimenez*.

* Comunicador Social, Magister en Educación, Coordinador Editorial Revista Cepa, docente Maestría en Derechos Humanos Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Bogotá - Colombia. Contacto: German.rocancio@uptc.edu.co; gernovo@yahoo.com.

Recibido: Enero 2014 Revisado: Marzo 2014 Aceptado: 1 de Mayo 2014


RESUMEN.

El presente artículo, trata de confrontar los fundamentos e ideas fuerza que caracterizan la globalización como expresión hegemonizada del modelo de desarrollo capitalista en su fase actual, de corte financiero especulativo y con énfasis predominantemente extractivista, con uno de los factores característicos y determinares de la búsqueda y construcción de idearios e imaginarios de paz en Colombia.

PALABRAS CLAVE: conflicto armado, paz, desarrollo, globalización, geopolítica.


ABSTRACT.

This article aims to compare the foundations and ideas, which characterize globalization as a hegemonic expression of the model of the capitalist development, in its current state, of a speculative and financial type and predominantly extractive, with one of the characteristic and determining factors for the search and the construction of ideologies and imaginaries of peace in Colombia.

KEY WORDS: Armed Conflict; Peace; Development; Globalization, and Geopolitics.


Introducción.

Plantear los asuntos del conflicto social y armado, esto es de la guerra y la paz en Colombia o en otro país del mundo, requiere e implica a nuestro parecer, entender la llamada Globalización como marco político económico actual, conocer en que consiste o mejor saber el significado del llamado progreso, el desarrollo, modelo de desarrollo, analizar y explicar sus características y sus consecuencias y, desde ese marco, establecer las relaciones e incidencias, alcances y limitaciones de un proceso de paz, preferiblemente denominado solución política a uno de los conflictos del país, desde estos referentes contextuales e históricos.

Consideramos, en principio, que el modelo capitalista es profundamente antagónico con un proceso de construcción de paz con dignidad, con justicia social y soberanía. No podrá haber por ejemplo, como parte sustancial de la paz, el real y pleno reconocimiento y práctica de los derechos humanos, de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, en el marco del modelo de desarrollo que actualmente se pregona e impone. Lo cierto por el contrario, en que asistimos a una profunda crisis civilizatoria en que además de la no viabilidad y falta de garantías en el cumplimiento estos derechos, adquiridos a través de muchos años de lucha de los trabajadores, las mujeres, los campesinos e indígenas, además retiramos, está en riesgo la existencia misma de la civilización tal como la conocemos e incluso de las otras formas de vida actual del planeta.

Podemos afirmar que la globalización como modelo hegemónico económico-cultural, condiciona e imposibilita la construcción de una sociedad en paz.

La doctrina Truman inició una nueva era en la comprensión y el manejo de los asuntos mundiales, en particular de aquellos que se referían a los países económicamente menos avanzados. Truman, desde 1964. (Escobar, La invención del Tercer Mundo, 2007) Lo que tenemos en mente es un programa de desarrollo basado en los conceptos del trato justo y democrático. Producir más es la clave para la paz y la prosperidad. Y la clave para producir más es una aplicación mayor y más vigorosa del conocimiento técnico y científico moderno.

Por cincuenta años, en América Latina, Asia y África se ha predicado un peculiar evangelio con un fervor intenso: el del "desarrollo". (Escobar, La invención del Tercer Mundo, 2007) Según Escobar, formulado inicialmente en Estados Unidos y Europa durante los años que siguieron al fin de la Segunda Guerra Mundial y ansiosamente aceptado y mejorado por las elites y gobernantes del Tercer Mundo. A partir de entonces, el modelo del desarrollo desde sus inicios contenía una propuesta históricamente inusitada desde un punto de vista antropológico: la transformación total de las culturas y formaciones sociales de tres continentes de acuerdo con los dictados del pomposamente llamado Primer Mundo. Se confiaba en que, por la vía tecnológica y económica y gracias a algo llamado planificación, de la noche a la mañana milenarias y complejas culturas se convirtieran en clones de los países centros occidentales, considerados económicamente avanzados. Así se convirtió:

La Globalización, como característica de contexto político económico actual.

El capitalismo en sus orígenes partió del proceso de acumulación originaria descrita por Marx, con la revolución industrial y el surgimiento de la burguesía como clase dominante, se configura un proceso de producción que establece la contradicción fundamental del actual modelo de desarrollo capitalista: capital vs trabajo, que en esencia representa a su vez la antítesis entre economía, actualmente de mercado contra los derechos, derechos económicos, sociales culturales y ambientales, los derechos humanos.

De este modelo económico de desarrollo emerge una relación entre el capital global-trabajo, marcado por la desregularización y la tercerización laboral, empleándose un outsorsing o cooperativas de trabajo asociado, para vincular mano de trabajo a bajo costo y sin seguridad social, ni derecho alguno, esta situación es fuertemente determinada por los avances tecnológicos y en general por el sistema de producción capitalista, dejando en situación de desprotección al trabajador, enfrentando a un nuevo tipo de desempleo, que tiende a permanecer y acrecentarse; por consiguiente, se está transformando en un componente estructural del sistema económico mundial del llamado "mundo libre". "Un mundo lleno de ejemplos de las más aberrantes injusticias e inequidades y violaciones de los derechos humanos", pues en nombre de la sociedad y de los pueblos y su desarrollo/progreso se implantan sistemas que fragmentan y destruyen cada día más la naturaleza, a grupos sociales y a las comunidades, pues han vuelto a ser esclavos y su papel se reduce únicamente a obedecer los dictámenes de un Estado regido por el modelo económico depredador, contrario insistimos a los derechos humanos y la paz.

Así desde la óptica del capital, el desarrollo es concebido a través del concepto de progreso, que se da a partir de la fragmentación social de la composición territorial y de las necesidades impuestas, producto de la venta de imaginarios, estilos de vida y patrones de consumo. Así la idea de progreso resulta absolutamente preponderante para el capitalismo, en cuanto sirve como base para la unificación de identitarios y de procesos económicos.

Los autores de la Escuela de Frankfurt consideran que el individuo se encuentra absolutamente sometido al modelo económico, el cual lo concibe "como elemento estadístico, con un criterio sólo de la auto conservación, adecuamiento logrado desde una objetividad en función a módulos que le han sido fijados. Todo el resto, la idea o la criminalidad, se aprende a fuerza de lo colectivo, que ejerce su vigilancia desde la escuela hasta el sindicato". (Horkheimer & Adorno, 2004).

En concreto, este proceso se circunscribe por completo a la internacionalización de las relaciones capitalistas de explotación y puede ser mejor comprendida como una forma de imperialismo.

En efecto, el concepto de globalización ha reemplazado efectivamente el término imperialismo en el léxico de la élite gobernante, representa una intensificación de las más viejas formas de imperialismo, esto es, la globalización aparece como una fachada con el propósito de exagerar el carácter global del capitalismo como un poder totalmente acompasado e infatigable. En este sentido, la globalización (Coral Aguirre, 2001), es en su base, la extensión del libre mercado, y con ella, la eliminación de barreras económicas, políticas y sociales a las transacciones comerciales y financieras, la imposición de la libre competencia, la eliminación de los controles estatales sobre la propiedad y las transacciones económicas, la prevalencia del beneficio individual contra el bien de la colectividad. Es, en esencia, la aplicación del liberalismo a nivel global y sin aparentes o, por lo menos, exitosas disidencias.

Entendemos entonces, que La globalización es esencialmente una forma política y económica una tendencia cultural e ideológica, a través de la cual se pretende explicar e imponer global/mundialmente las relaciones sociales de producción, la cultura occidental, anglosajona, centro-europea.

Por su parte, Petras y Veltmeyer (2001) observan que en el mal denominado Tercer Mundo están las áreas de salarios más bajos, los exportadores de intereses y ganancias (no importadores), y que ellos son prisioneros de las instituciones financieras internacionales, dependen de mercados limitados en el extranjero y de productos de exportación. Existe una fuerte relación inversa entre el crecimiento de los flujos internacionales de capital y el incremento de las desigualdades entre los Estados y entre los salarios de los presidentes ejecutivos de las corporaciones y el de los trabajadores.

Así mismo, plantea Atilio Borón, (Boron, Estado capitalismo y democracia en América Latina, 2004) el aparente debilitamiento de los Estados nacionales facilitado, por un lado, por la extinción práctica de la idea de nación -supuestamente subsumida bajo la corriente "civilizatoria" de la globalización- y, por el otro, por el imperio de las políticas "orientadas hacia el mercado" culmina en la degradación de la nación al rango de un mercado.

Además, lo anterior significa aceptar -tal como lo hace el discurso dominante de la economía- que los hombres y las mujeres de la democracia son despojados de su dignidad ciudadana y se convierten en instrumentos, en simples medios, al servicio de los negocios de las empresas, del mercado. (O sea mercancías).

Reducir los significados, el destino y el propósito por el cual vivimos en una sociedad a la mera obtención de una tasa de ganancia nos parece, a la luz de la ética y la teoría política, de una sordidez incalificable, aparte de ser una operación que anula el destino de las democracias medianamente elaboradas en América Latina.

Tal profusión de la globalización muestra tendencias más profundas de la reestructuración capitalista y, -según Borón- se manifiesta a lo largo de cuatro dimensiones:

  • La avasalladora tendencia a la mercantilización de derechos y prerrogativas conquistados por las clases populares a lo largo de más de un siglo de lucha, convertidos ahora en "bienes" o "servicios" adquiribles en el mercado.

  • La salud, la educación y la seguridad social, por ejemplo, dejaron de ser componentes inalienables de los derechos ciudadanos y se convirtieron en simples mercancías intercambiadas entre "proveedores" y compradores al margen de toda estipulación política. Y, algo de particular interés para muchos de nosotros, el medio ambiente también ha sufrido un acelerado y gravísimo proceso de mercantilización que no sólo pone en cuestión la injusticia e inequidad de un orden económico como el capitalista sino que deteriora radicalmente la sustentabilidad misma de la vida en el planeta.

  • El desplazamiento del equilibrio entre mercados y Estado, un fenómeno objetivo que fue reforzado por una impresionante ofensiva en el terreno ideológico que "satanizó" al Estado mientras se exaltaban las virtudes de los mercados. Cualquier tentativa de revertir esta situación no sólo deberá enfrentar a los factores estructurales sino que, al mismo tiempo, tendrá que vérselas con potentes definiciones culturales sólidamente arraigadas en la población que asocian lo estatal con lo malo e ineficiente y los mercados con lo bueno y eficiente.

  • La creación de un "sentido común" neoliberal, de una nueva sensibilidad y de una nueva mentalidad que han penetrado muy profundamente en el suelo de las creencias populares. Como sabemos, esto no ha sido obra del azar sino el resultado de un proyecto tendiente a "manufacturar un consenso", para utilizar la feliz expresión de Noam Chomsky, y para lo cual se han destinado recursos multimillonarios y toda la tecnología mass-mediática de nuestro tiempo a los efectos de producir un duradero lavado de cerebro que permita la aplicación aceitada de las políticas capitalistas. Este conformismo también se expresa en el terreno más elaborado de las teorías económicas y sociales que se denomina "el pensamiento único"

  • Finalmente, el neoliberalismo cosechó una importantísima victoria en el terreno de la cultura y la ideología al convencer a amplísimos sectores de las sociedades capitalistas -y a la casi totalidad de sus elites políticas- de que no existe otra alternativa.

Es claro para Borón que "El modelo neoliberal es incompatible con la democracia" - Sí, porque el mercado es una instauración social y económica que tiene una lógica profunda e insanablemente antidemocrática. Es un espacio en el que se compran y venden mercancías. Compra el que tiene dinero y vende el que tiene necesidad. (Boron, Estado capitalismo y democracia en América Latina, 2004)

Y la democracia -como componente sustancial de la paz- por el contrario, es un sistema que le confiere a la ciudadanía un conjunto de derechos importantes en materia salud, educación, seguridad social, recreación que deben ser de acceso universal. Y si aceptamos que democracia es consustancial a paz, entonces podremos considerar e inferir que en el capitalismo no habría democracia y no podría haber paz.

Mercado democracia y paz se mueven según lógicas completamente contradictorias. Cuando hay más mercado, hay menos democracia. Más mercado implica, por ejemplo, privatizar todo el sistema educativo y eso significa que menos gente va a acceder a los distintos niveles de formación. Más mercado es convertir, como ha ocurrido en nuestros países, a la salud en mercancía. En la medida que se avanza en la mercantilización, la democracia va vaciándose de todo contenido, va alejándose la posibilidad real de paz con justicia social.

Es evidente además que el avance ideológico del neoliberalismo impuso una cultura de la privatización y del individualismo que ha erosionado irreparablemente la solidaridad, lo colectivo, la soberanía popular, base de cualquier ordenamiento democrático. Hoy esa soberanía reside en los grandes actores económicos, sobre todo las transnacionales, y no en la ciudadanía. A nivel del lenguaje también se observa actualmente, en la academia, las universidades, el sistema educativo escolar y los mass media una tendencia hacia la cooptación del lenguaje, un vaciamiento y banalización de los conceptos y practicas democráticas, de derechos humanos y de la paz.

Crisis civilizatoria como consecuencia del desarrollo globalizador.

Junto a la crisis económica global y a la ofensiva extractivista, afrontamos una crisis más amplia, profunda y compleja en su proceso y en sus horizontes de resolución. Desde esta perspectiva, presenciamos el avance de una crisis climática que está transformando, a fuerza de catástrofes naturales y fenómenos climáticos intensos, la geografía social y económica del planeta y amenazando la supervivencia de la vida toda.

También asistimos a una crisis energética, con el agotamiento de las fuentes de los combustibles utilizados en la actualidad, la agudización de las lógicas de saqueo y devastación ambiental, y la disputa por los nuevos minerales y energías, además de una crisis alimentaria -con la extensión del agro negocio y el libre comercio, la destrucción de las economías campesinas y de la soberanía alimentaria y las nuevas plagas de hambrunas y pobreza. El carácter multidimensional y profundo de esta crisis hace que se la considere como una "crisis civilizatoria" o mejor dicho como una "crisis de la civilización dominante" (Lander, 2009; Renán Vega Cantor, 2009).

Crisis civilizatoria caracterizada por unas tendencias fuerza:

Crisis económica general, es una crisis capitalista de sobreproducción o sobre acumulación, no es un asunto puramente financiero.

Crisis de la idea de progreso, los imaginarios e idearios de desarrollo están en cuestión.

Crisis ambiental, con la profusa e intensa destrucción de las condiciones de producción que posibilitan el funcionamiento del capitalismo.

Crisis alimentaria, está en gran riesgo la subsistencia de porciones importantes de la población humana, grandes hambrunas en inmensas poblaciones.

Crisis hídrica con la contaminación y el agotamiento de las fuentes de agua dulce y aun de agua salada.

Crisis energética, el fin del modelo energético de tipo fosilista con tendencia al agotamiento extractivista y de hidrocarburos, ha llevado al capitalismo petroindustrial a convertir la tierra en generadora de agro-combustibles.

Crisis climática, calentamiento global, con los cambios bruscos y acelerados del clima en la mayor parte del planeta, alterando todos los procesos ambientales. Mayores sequias e inundaciones. (Editorial Cepa, 2009).

Desde la perspectiva dialéctica e histórica, el análisis permite develar cómo el sistema de producción capitalista -su modelo de desarrollo, mercantil y consumista- somete al ser humano y lo convierte en instrumento del mismo sistema -esto es, en mercancía- situación que dificulta y restringe la realización plena libre y social de las y los sujetos. Este modelo económico de desarrollo ha hecho que el ser humano se extrañe de sí mismo, los sujetos se han convertido en un instrumento más del sistema producción, causando una invisibilización del ser humano. Se ha convertido la condición humana en producción económica.

En el contexto mundial, en que tanto la economía como la política y la cultura de los países está determinada por la división mundial del trabajo y por las políticas económicas emanadas de los grandes centros de poder, principal e íntimamente ligados con los intereses geopolíticos y económicos de las multi y las transnacionales, encontramos procesos de resistencia, de lucha por la emancipación y creación de otras condiciones de vida alternas, de otro u otros mundos posibles que tienden a expandirse, reproducirse, si se quiere globalizarse.

Al respecto, también se pronuncia Borón "Hay mucho menos mercado de lo que se dice, los grandes centros de poder de mercado parecen más preocupados por el llamativo contraste entre la hueca retórica neoliberal utilizada en sus exhortaciones a terceros países, -desde el Banco Mundial y FMI- y el curso concreto de sus políticas económicas.

Es una situación irreconciliable -sostiene Borón- porque el neoliberalismo impone el poder de los más fuertes, el predominio de las grandes empresas, la lógica de los mercados sin ninguna clase de limitación y todo es inviable en un marco democrático. Sólo se puede hacer a costa de debilitar la democracia, de desfigurarla por completo como ocurre hoy en América Latina. Es el neoliberalismo el que ha impedido y ha distorsionado el ejercicio de la democracia en este hemisferio.

Así las cosas, el actual período histórico, en el cual está inserta la humanidad entera, según Homar Garcés ha originado la necesidad urgente de replantearse si los diversos cánones y estructuras que le sirven de soporte al modelo civilizatorio impuesto desde Europa y Estados Unidos resultan ser los más idóneos para asegurar su propia sobrevivencia, dada la voracidad irracional del sistema capitalista contemporáneo y su total irrespeto por el derecho internacional y la autodeterminación de los pueblos. Todo esto acompañado de fuertes vientos de guerra que actualmente azotan el mundo.

Este nuevo período histórico representa, asimismo, un doble desafío, tanto para quienes defienden el viejo orden imperante en la mayoría de las naciones de nuestro planeta como también para aquellos que luchan de un modo permanente, constante e incansable por la instauración de otro mundo posible. En especial, urge analizar estas cuestiones, tomando en cuenta la nueva doctrina militar imperialista implementada desde hace décadas por Estados Unidos con apoyo de sus aliados de la OTAN, lo que ha incrementado los riesgos de una guerra de enormes proporciones, en vista del arsenal destructivo que cada país involucrado tendría, en este caso al enfrentarse éstos con Rusia y China -sin dejar lado a Irán- con el deliberado propósito de garantizar su hegemonía, sin rivales en el futuro.

Metodología.

Se realizó un estudio histórico, analítico - hermenéutico, para al cuál le antecedió un rastreo documental, la contratación de fuentes, rastreo de fuentes institucionales y no institucionales; luego de este rastreo documental se contrastaron algunas hipótesis en varios escenarios de discusión y debate con académicos y actores especializados en el marco de la temática abordada, lo que permitió contrastar la información, generar rutas de análisis y encontrar elementos para el debate.

La contradicción en Colombia.

Colombia en el mismo de modelo desarrollo económico y esquema globalizador confirma la regla, en las últimas dos décadas se destaca con creses la imposición, de corte neoliberal, esto es, privatizador con énfasis en el extractismo y los megaproyectos incluidos los mega-mineros y las reformas son acompañadas e implementadas a sangre y fuego, Lo cierto, como lo muestran las cifras es que: "Cada tres días es asesinado un indígena, cada cuatro un sindicalista, y cada treinta un estudiante. Hoy hay más de siete millones de personas que están en situación de desplazamiento y confinamiento -10% de la población-; los paramilitares, después de declarados en cese de acciones criminales, han causado más de tres mil asesinatos y secuestrado a más de trescientas personas que fueron asesinadas o desaparecidas, por fuera de combate, once mil personas, de las cuales tres de cada cuatro, son responsabilidad militar-paramilitar".

Los diferentes cálculos de pobreza revelan que esta tiene un comportamiento cíclico, aumentando en los momentos de recesión y reduciéndose en las coyunturas de mejor comportamiento del PIB. Los cálculos de la "misión pobreza", (Centro de Investigación para el Desarrollo, 2009) construidos con su propia técnica, revelan que, en el mejor de los casos, el nivel de pobreza del 2005 es 49.5%, comparable con el que se obtuvo en 1995, 49.3%, cuando el país creció 5.2%. Esta situación se ha agravado en los últimos veinte años por los sucesivos regímenes neoliberales, gansteriles y mafiosos que existen, desde antes con una larga historia de exclusión, particularmente en la estructura de la propiedad de tierras.

Desde la perspectiva de la globalidad imperial, estos grupos mercenario-paramilitares pueden ser vistos como máquinas de guerra interesadas tanto en su propia sobrevivencia como en los intereses económicos y geopolíticos de la esfera de influencia de los capitales nacionales e internacionales.

Las dinámicas sub-nacionales de la globalidad imperial son patéticamente ilustradas, por ejemplo por la experiencia de la región del Pacífico colombiano. Esta área de bosque húmedo tropical, prolifera e inmensamente rica en recursos naturales, ha sido la habitación de cerca de un millón de personas, 95% de ellas afrocolombianas, con cerca de 50.000 indígenas de varios grupos étnicos, donde hoy impera la ley mafioso-paraca.

Según Garay y otros autores, (Ahumada, 2000); (Garay, 2002); (Leal, 1999) hoy en Colombia el 1,1% de los grandes propietarios controlan el 55% de toda la tierra cultivable (y alrededor de la tercera parte de ésta puede estar asociada con el dinero de la droga). Más del 60% de la población colombiana tiene un ingreso por debajo de la línea de pobreza; 25% vive en pobreza absoluta, esto significa que sus ingresos son inferiores a un dólar al día.

La pobreza rural es de 80% y la pobreza urbana ha alcanzado también altos niveles, con al menos dos consecuencias de particular relevancia: la creación de vastos barrios de pobreza absoluta, con escasa o nula presencia del Estado, los cuales son principalmente gobernados por leyes locales, incluyendo persistente violencia; y la emergencia de unos viejos/nuevos grupos paramilitares y/o escuadrones de la muerte de extrema derecha, perversamente ligados, desde los años ochenta, a mafias de las drogas que han adquirido tremenda presencia en todos los planos de la sociedad, impulsadas por el bastante lucrativo negocio internacional.

Aparte de las anteriores cifras, existen unos graves problemas de la economía colombiana, que repercuten sustancialmente en el ejercicio de la justicia, en efecto, como lo plantea Ricardo Bonilla: "La economía colombiana, desde sus inicios republicanos, se encasilló en la órbita norteamericana; siguió procesos de industrialización tardía sin profundizar en los bienes de capital y desarrollo tecnológico:

Ha tenido lentos procesos de trasformación social; y vive un conflicto interno sustentado en los profundos desequilibrios sociales". (Bonilla Gonzalez, 2005). Es decir, contradictoria y complementariamente -dos caras de la misma moneda- va por un lado la retórica constitucional, jurídico-política de los derechos y por otro lado la aplicación concreta, atroz y nefasta del modelo de desarrollo económico. Precisamente, con respecto a la planificación e implementación del modelo neoliberal en Colombia, que data desde 1992 con la Apertura económica - de Cesar Gaviria-, estamos ahora en la fase 2010-2019 de los Tratados de Libre Comercio -TLC- que para el establecimiento es llamado de consolidación. Al respecto, el Padre Javier Giraldo, en entrevista para la Revista Cepa (N° 16 Feb./Jul.- 2013) expresó:

"Estos tratados de libre comercio apoyan lo que Santos -el presidente- ha llamado Locomotoras del o para el desarrollo (como una de ellas la locomotora minera, debe ser por la cantidad de transnacionales que están despojando al país, extrayendo oro, carbón petróleo, etc.) y que viene desarrollándose desde el gobierno anterior -el de Uribe- hacen que el país sea medio/alto en inversiones ... por eso las multinacionales e inversiones extranjeras necesitan la paz ... olvidando cuantos están afectados por el modelo económico, como los millones de campesinos y pobladores desplazados por despojo de sus tierras". (Matamala, 2013).

En este sentido, como lo hemos mencionado, podemos observar entonces que la constitución de 1991, aun cuando es garantista, garantiza nominalmente todos los derechos, derecho a la salud, la educación etc. es, a la vez, la patente de corso del modelo neoliberal. Esto es, privatiza, mercantiliza, terceriza estos mismos derechos, Es decir, en el marco de esta constitución, de las políticas económicas del modelo de desarrollo mercantilista, consumista, actualmente basado principalmente en el extractismo mega minero, es contradictorio, por no decir imposible, construir un proceso estructural de paz en nuestro país, con respeto y accesibilidad real y efectiva a los Desca, los derechos humanos, empezando por el derechos a la vida, a la vida para el buen vivir.

Precisamente en Colombia, desde los organismos internacionales, se reafirma la grave situación de los derechos humanos, como lo manifiesta el informe sobre los Derecho Humanos preparatorio de la Segunda Conferencia Internacional en Bruselas: "Es cada vez más evidente que los históricos vínculos entre paramilitares y agentes del Estado han intervenido la estructura del Estado a muy altos niveles". En términos de la relación entre la realidad económica y los derechos sociales, culturales y ambientales, encontramos que, con base en un informe del anterior periodo, presentado por la Contraloría General, puede afirmarse que; La inequidad nacional está lejos de resolverse y la pobreza no se resolverá sustancialmente mientras el crecimiento económico no se lo acompañe de medidas efectivas de redistribución del ingreso.

En conclusión, el desarrollo capitalista es, sin duda, obstáculo e impedimento adverso e insalvable a la construcción de paz, más allá de los acuerdos y/o pos-acuerdos -que no posconflicto - en Colombia.

Tendencias alter-globalizadoras y paz en Colombia.

Necesidad e importancia geopolítica para la región.

Pudiera llamarse una Alter globalización, una globalización alternativa, de las luchas, resistencias y construcciones de procesos libertarios y emancipatorios. Entendemos que siempre, en la historia de la humanidad, existe la contracción inherente del modelo económico con la situación de las poblaciones del mundo, esta contradicción lleva aparejada la confrontación, el rechazo, las protestas, las respuestas y propuestas y de los sectores afectados.

Tan es así, que actualmente, frente a esa nefasta tendencia globalizadora, emergen muchos frentes de protesta e inconformidad, de posibles aun cuando incipientes expresiones de otros procesos de otras construcciones en Europa, África, en los mismos Estados Unidos y en Latinoamérica.

En la actualidad se destacan procesos de cooperación económica, contrarios a la hegemonía anglosajona y centro europea, como las Brics, las asociaciones económicas de países del África, en América Latina y el Caribe, Mercosur, Unasur y el Alba. Iniciativas estas últimas en América Latina acompañadas de gobiernos progresistas y democráticos en Bolivia, Brasil, Argentina, Venezuela, Uruguay, Ecuador, y por su puesto, Cuba socialista. País con el que se establecen relaciones de solidaridad y cooperación que implican comercio en condiciones de equilibrio e incluyen intercambios científicos y profesionales, de médicos, maestros, artistas y deportistas.

En nuestro país se registra lo que pudiéramos llamar un reverdecer de los movimientos sociales, movilizaciones, protestas paros, paro agrario, con Cumbre Agraria -que resalta un proceso de convergencia muy importante con pliego unificado- esto es, un auge de la confrontación contra las políticas neoliberales luego del oscuro y nefasto periodo presidencial anterior.

En el presente se observa una tendencia de recomposición de fuerzas con perspectivas articuladoras y unitarias que, dentro de las muy diversas y variadas expresiones del movimiento popular encontramos coordinaciones de luchas de movimientos sociales y políticos, significativas acciones y propuestas de las iglesias; las organizaciones que luchan por la salud y la educación, los trabajadores y pobladores que confrontan los megaproyectos extractivista, las luchas de las mujeres por la igualdad de sus derechos, los jóvenes y los estudiantes, académicos e intelectuales confrontando desde el pensamiento crítico y las múltiples luchas urbanas, entre otras manifestaciones de las luchas sociales y de clase en nuestro país.

Hacen fuerte presencia en el escenario nacional procesos de un marcado raigambre popular, Congreso de los pueblos, Marcha Patriótica, amplios sectores religiosos congregados en la Mesa Ecuménica, movimientos de mujeres, jóvenes, redes de universitarios, como RedUnipaz, la producción y actividades altamente significativas de procesos comunicativos y editoriales como Kavilando, de académicos e intelectuales honestos, todos estos procesos en franca perspectiva de articulación, eventualmente en un Clamor social por la paz, en un posible Frente social amplio y popular.

Hoy está al orden del día un Que Hacer, construir y fortalecer el sujeto social e histórico, el bloque de poder, de contrapoder hegemónico con agenda propia, estructural e histórica, conformada por propuestas de cambios radicales, que desbroce El Como con Fals Borda, es decir que vayan a las raíces de los problemas, que emerja desde abajo, que surja desde las regiones, los territorios, desde los sectores sociales, principalmente de los más afectados por la guerra de los capitalistas contra la población civil.

Todo lo cual requiere e implica asumir una postura crítico propositiva, de análisis de los términos en que se pacta la solución negociada y como se va a asumir la fase de implementación de los acuerdos o pos-acuerdos, desde la perspectiva social y popular. Se requiere entonces definir e inventar el como, esto es construir colectiva, conjuntamente las estrategias ciertas que garanticen la participación política en la toma de decisiones

Es decir, se trata de la reivindicación de los problemas estructurales que causaron el conflicto y que son condición obligatoria e imprescindible para la posible o no construcción de la paz en nuestro país. Esto significa, promover un gran dialogo nacional e internacional por la paz en Colombia, lo cual obliga el respeto y cumplimiento a los derechos humanos, los Desca. Realizar mandatos y constituyentes que elaboren una agenda de cambios de modelo político económico y recoja las propuestas de luchas históricas por la tierra, la soberanía, la educación, la salud, de Afros, campesinos e indígenas, trabajadores, mujeres, jóvenes, artistas, religiosos, académicos e intelectuales. Se trata entonces de una agenda paz, no retórica, sino como derecho y como realidad. Paz que está en la Carta de Argel e incluso en la Constitución Política de Colombia.

Una Paz para la vida digna que debe ser construida por la base toda de la sociedad y que garantice el disfrute pleno de los Ddhh, de los Desca. Una paz que debemos exigirla por el respeto de los derechos, de los territorios y las comunidades y con garantías del Estado que debe comprometerse en preservar la vida de las comunidades que participan en la solución política y la construcción de paz.

Sin duda, continúa al orden del día la posibilidad y la necesidad de los pueblos del mundo, de colocar los intereses de las grandes mayorías al centro de unas relaciones políticas, económicas y culturales equitativas y justas en perspectiva de un mundo mejor. La premisa esencial es entender que además del conjunto de declaraciones y pactos, se requieren procesos de confrontación al capital y de lucha por la dignidad humana y a partir de ahí, avanzar en la construcción de un enfoque que permita estudiarlos y realizarlos desde una perspectiva compleja e integradora, capaz de oponer con otro sentido una teoría cuya fuerza liberadora contrarreste al mercado, sus valores, normas, practicas e instituciones, que hoy mediante la seducción mediático-tecnológica, crea una ficción global que provoca la ruptura de tiempo y espacio, de sujeto social y político, de realidad y virtualidad, de memoria y presente.

Entonces, en la perspectiva de construcción de una nueva concepción político-económica, es preciso realizar los cambios y trasformaciones de las relaciones sociales, con dignificación de los seres humanos en los ámbitos tanto individual como colectivo, se requiere reivindicar al ser humano de forma compleja e integral. Es en este tejido, donde cobran nuevamente validez las utopías y la búsqueda de nuevos modos construir y ejercer el poder, la economía, la política, la cultura e ideología, que contribuyan a seguir fundamentando una teoría crítica, sobre todo una praxis liberadora, con perspectiva latinoamericana.


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