La tesis central que guía esta editorial es la siguiente: El desarrollo de las competencias comunicativas escriturales y lectoras basadas en la comprensión de lectura, tipologías de textos y escritura creativa requiere de elementos lógicos para el desarrollo de capacidades críticas en los estudiantes universitarios.
Las pruebas Saber Pro es uno de los sistemas para medir la calidad de la educación superior en Colombia. A través de un examen de competencias genéricas y profesionales se evalúa a los estudiantes universitarios que están próximos a graduarse. Especial mención de los temas evaluados son las competencias comunicativas en aspectos como comprensión lectora, argumentación y capacidad crítica. Las preocupaciones por las capacidades comunicativas de los universitarios se ven claramente expuestas en el aumento de cursos relacionados con las competencias comunicativas, aunque paradójicamente, se reducen los cursos de materias como lógica.
Los cursos de competencias comunicativas se elaboran con la intención de mejorar las prácticas lectoras y escriturales. Usualmente, los departamentos de licenciatura en Español y Literatura o docentes de estas áreas son quienes imparten los cursos. También, dada la naturaleza de las pruebas Saber Pro, los temas tratados en ellas se ven reflejados en los contenidos tratados en estos cursos. Ejemplo de ello son las tipologías textuales, elementos estructurales de un texto (micro y macro), la ilación entre oraciones y párrafos, y además, el desarrollo de capacidad crítica.
En relación con esta última, la comprensión de los textos argumentativos, su estructura y composición son temas recurrentes. Sin embargo, es cada vez más notorio el alejamiento de los contenidos sobre argumentación hacia a modelos en los que se identifica la tipología textual y se exponen algunos ejemplos de argumentos sin que se recurra, con rigor, a la formalización de esquemas de argumentos, la determinación de la validez o probabilidad del argumento y, en general, a la racionalidad como criterios prioritarios a tener en cuenta. Parece que parte de esto sucede por la ausencia del estudio del componente lógico de los argumentos.
Dos problemas de las materias sobre lectura y argumentación crítica en los que es notorio la usencia del componente lógico son los siguientes: 1. Desarrollan habilidades para ciertas competencias comunicativas, pero no capacidades de evaluación racional. 2. Saber leer es un proceso que implica varios niveles. Reconocer las tipologías textuales permite identificar los textos y sus partes, incluso los modos en que están construidos, pero no es suficiente para que el lector comprenda el sentido de lo leído, haga inferencias o presente una postura crítica. Ambos aspectos, la evaluación racional y una postura crítica, están relacionados con elementos que se fomentan con el estudio de los componentes lógicos de los argumentos.
Una dificultad cuando se enseña competencias argumentativas giraría en que la argumentación requiere ser comprendida desde diversos enfoques: lógico, retórico y dialéctico. Sin embargo, pareciera que de las áreas de las clases de competencias comunicativas lentamente el componente lógico de los argumentos ha sido desalojado como un elemento fundamental de la argumentación. Aunque muchas universidades también imparten cursos de lógica, parece necesario que estos cursos y los destinados a competencias comunicativas le permitan tanto al docente como a los estudiantes evaluar los argumentos de una forma más completa, incluyendo el componente lógico de la argumentación.
La comprensión de la argumentación como actividad crítica y el ejercicio de la misma requiere de habilidades en el uso de argumentos, en la identificación de los valores y jerarquías de valores que el auditorio sostiene y un uso adecuado de aspectos retóricos para persuadir. Sin embargo, una buena argumentación, no puede ser calificada solo porque sea exitosa o persuasiva, sino por unos criterios de racionalidad. En ese sentido, la enseñanza de la lógica, en sus aspectos formales, así como su uso en contextos o lógica informal, se torna prioritaria y, a la vez, parcialmente olvidada en los cursos de competencias comunicativas.
En parte, la dificultad del tema y un posible prejuicio sobre la lógica como un saber oscuro y poco práctico, lleva a que se tenga menos aprecio a su utilidad en el campo de la argumentación. Por otro lado, puede que la formación en Español y Literatura no tenga como fuerte la comprensión de los componentes lógicos de los argumentos, de tal modo que, los docentes que enseñan argumentación, no tratan con la profundidad debida el tema. No se pretende que los cursos sean de lógica, pues sería reducir la argumentación y la capacidad crítica al campo de la lógica y, de esa forma, extralimitar su importancia. Más bien es dar el valor adecuado a los componentes argumentativos que promueven una actitud crítica.
Las diversas teorías sobre la argumentación, sean desde el enfoque retórico y basadas en las ya clásicas teorías de Chäim Perelman, o la pragmadialéctica, incluso la lógica informal, indican el valor de la lógica para la formulación de argumentos. Este se ve claramente en la identificación de los criterios de validez, en la formulación clara de los argumentos a través de esquemas de argumentos, y en la identificación de las rupturas de la racionalidad a las que nos vemos enfrentados cuando aceptamos una falacia como un buen argumento. Por tales motivos, si queremos desarrollar capacidades comunicativas en las que se promueva la lectura y la argumentación crítica se requiere que haya una mayor cohesión en las materias que pretenden desarrollar estas habilidades básicas e impartir en ellas mayores elementos de la lógica, sea formal o informal, relacionadas con la argumentación.
El número de la revista Sophia que tiene en sus manos presenta diversos temas de educación. Todos ellos relacionados, en mayor o menor medida, con el mejoramiento de la calidad de la educación. Seis artículos presentan temáticas relacionadas con la educación superior.
En el artículo Preparación para la universidad: un modelo conceptual para las trayectorias estudiantiles hacia la educación superior se expone la necesidad de formar en algunas competencias que aseguren la permanencia, tránsito y finalización de los pregrados por parte de los estudiantes. Aunque los datos de la investigación tienen unos años, 2013 - 2014, continúan vigentes, pues la realidad colombiana actual muestra altos índices de imposibilidad de acceder a la educación superior y una alta tasa de deserción. Esperamos que nuestros lectores, docentes e investigadores encuentren elementos que les permitan mejorar o reflexionar sobre el tema del tránsito a la educación superior.
Otra preocupación común a los estudios sobre la educación superior está relacionada con el papel de la creatividad y las críticas a modelos educativos dirigidos solo a una formación hacia el trabajo que dejan a un lado la formación humanística. Los artículos Genealogía del pensamiento creativo y su necesidad en la realidad universitaria y la investigación sobre Educación y modernidad en Colombia: una reflexión a partir de los postulados de Fernando Cruz Kronfly muestran la preocupación mencionada por la educación superior. En el primero, resalta el interés en identificar el valor del pensamiento creativo en la formación de los modelos de enseñanza y la crítica a una flexibilización de la educación dirigida tanto a la trasmisión de contenidos como a la formación del trabajo. Así mismo, en el documento se expresa una problemática actual: la dificultad a la que se enfrentan los docentes por motivar a los estudiantes hacia el estudio frente a un ambiente que se presenta para ellos llenos de distracciones y dirigido a la satisfacción de sus deseos inmediatos. Por su parte, la investigación basada en los documentos de Fernando Cruz Kronfly presenta elementos ya clásicos de las críticas a la modernidad o al postergamiento de la modernidad en Colombia.
Una de los problemas acuciantes que se ha criticado a la educación superior y que se relacionan con la crisis de los modelos educativos es la dificultad de la formación del profesorado y la ausencia de algunos elementos que hacen a las universidades centros de estudio y de formación de investigadores. La ausencia de una larga tradición, dada la reciente fundación de las universidades colombianas, se ve aún más ahondada por la falta de una política de formación que articule las etapas de formación como auxiliares de investigación y de docencia con los procesos de investigación y de formación profesoral. La idea de “formar escuela” en la que docentes de gran trayectoria cooperan con estudiantes que adelantan experiencias de docencia e investigación se ve muy limitada. En el artículo mencionado, se indagan algunas de los criterios que se requieren cumplir con este propósito, así como los beneficios que conllevaría aumentar y mejorar la formación de auxiliares en la educación superior.
Como bien es reconocido, la educación superior requiere de habilidades críticas y reflexivas que permitan analizar y evaluar los diferentes saberes a los que se enfrentan los estudiantes de los diversos programas universitarios. Si bien, un aumento de la calidad y cantidad de auxiliares en la educación superior podría ser positiva, es claro que las estrategias para mejorar la calidad de la educación deben abarcar a la totalidad de los estudiantes universitarios. Y ¿qué mejor manera de aumentar la capacidades críticas y reflexivas que el desarrollo de habilidades argumentativas y escriturales? En el artículo Hacia las formas y funciones del miniensayo se expone un modelo de elaboración de un texto argumentativo en el que se intenta tanto mostrar los componentes retóricos que permiten la adhesión a las tesis propuestas, como la evaluación de la racionalidad de los argumentos que indican la validez de los mismos. La escritura de miniensayos se presenta como una forma de mejorar las competencias comunicativas y argumentativas.
El artículo Violencia de género y discriminación arbitraria en una universidad privada chilena: una exploración inicial es un documento que se diferencia de las reflexiones anteriores sobre la educación superior. Su tema, en cambio, trata sobre la percepción de la discriminación y la violencia de género. El muestra que aunque el acceso a la educación superior por parte de las mujeres ha aumentado y la participación femenina en los ámbitos laborales es alto, la sociedad aún sostiene unos niveles altos de segregación ocupacional y de distribución del trabajo doméstico y familiar.
Cuatro artículos reflexionan sobre la educación básica, la infancia y la niñez: En la Integración de las TIC para mejorar las habilidades de estudiantes de lenguas extranjeras de comunidades vulnerables se presentar una excelente pregunta, pero que en ocasiones es pasada por alto, ¿son las TIC herramientas que mejoran la educación en lenguas extranjeras? A partir de una investigación con comunidades vulnerables, los autores nos indican que no es tan claro que el uso de las TIC mejore las habilidades en otros idiomas de los estudiantes. Estos inquietantes resultados, sobre todo por el énfasis que las políticas gubernamentales en educación han puesto en las TIC, lleva a preguntarnos por cuáles serían las mejores formas de integrar estas herramientas en los procesos de aprendizaje.
El artículo Ambientes de aprendizaje presenta una revisión cuidadosa de los referentes teóricos sobre el tema organizado desde categorías regionales y temporales. Por su parte, el documento Identidad femenina en la poesía afrocolombiana nos recuerda la importancia de la educación en la diferencia y, también, los problemas que se deben subsanar para que esta se lleve a cabo. Por último, el artículo La lectura en la infancia y niñez: incidencia en la construcción del sujeto lector se presenta como una exposición clara de la forma que la construcción de buenos lectores se puede ver incentivada desde la infancia.
El variado grupo de artículos, aunque giran en realidad sobre la educación básica y superior, es una muestra de las florecientes investigaciones en el campo de la educación en la actualidad. Además, reflejan amplias preocupaciones por la formación, investigación y funciones sociales de la actividad educativa. Este número pretende impactar, tal como dice el dicho popular, poner el granito de arena que permita a nuestros lectores continuar con sus indagaciones sobre cómo mejorar la calidad de la educación en Colombia.