SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.18 issue2The Patient's Perspective On The Irruption Of Information And Communication Technologies In Psychotherapy And Communication Technologies In PsychotherapyFamiliar Functionality and Perception of the Satisfaction of Basic Care Needs in Older Adults in Cartagena – Colombia author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Diversitas: Perspectivas en Psicología

Print version ISSN 1794-9998

Divers.: Perspect. Psicol. vol.18 no.2 Bogotá July/Dec. 2022  Epub June 30, 2022

https://doi.org/10.15332/22563067.8203 

Artículos

Prácticas religiosas e importancia de las creencias religiosas en jóvenes argentinos y sus padres*

Religious Practices and Importance of Religious Beliefs in Argentine Young Adults and their Parents

1CONICET-Universidad Austral, Instituto de Filosofía, Pilar

2CONICET -Universidad Austral, Instituto de Filosofía, Pilar

3Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) Universidad Católica Argentina

4Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) Universidad Católica Argentina


Resumen

Una de las formas de transmisión de la religiosidad es de padres a hijos, ya que en muchos casos la familia es el núcleo de mayor estimulación durante la infancia. Si bien hay estudios sobre esta temática, no es claro si la influencia de la transmisión familiar primaria de la religiosidad perdura durante la adultez joven. Con el objetivo de determinar si existen asociaciones entre las prácticas religiosas e importancia de las creencias religiosas de la persona evaluada y las de sus padres, se realizó un estudio correlacional y transversal, en una muestra de 833 adultos emergentes (18 a 28 años) de la ciudad de Entre Ríos (Argentina). Se administró un cuestionario ad-hoc y se encontraron asociaciones significativas y positivas entre las prácticas religiosas e importancia de las creencias religiosas del sujeto evaluado y las de sus padres. Aunque la importancia de las creencias religiosas de la madre no mostró asociación con las prácticas religiosas del sujeto evaluado. Se puede concluir que la observación de modelos conductuales y actitudinales sobre lo religioso prevalecen y permanecen vigentes aún en fases vitales adultas, en las que la familia continúa ocupando un lugar relevante para la transmisión de lo religioso.

Palabras clave prácticas religiosas; creencias religiosas; padres e hijos; adultez joven.

Abstract

One of the ways to transmit religiosity is from parents to children since family is the core of greatest stimulation throughout our childhood. Although there are studies on this topic, there is much to learn about whether the influence of the primary family transmission of religiosity continues in emerging adulthood. In order to determine whether there are associations between religious practices and the importance of the religious beliefs of the person evaluated and those of their parents, a correlational and cross-sectional study was carried out, in a sample of 833 emerging adults from Entre Ríos, Argentina, who were between 18 and 28 years old. An ad-hoc questionnaire was administered showing significant and positive associations were found between religious practices and the importance of the religious beliefs of the individuals evaluated and those of their parents, although the importance of their mother's religious beliefs did not show any association with the religious practices of the subjects evaluated. It can be said that the observation of behavioral and attitudinal models about religion prevails and remains valid even in emerging adulthood, in which the family continues to play a relevant role in the transmission of religion.

Keywords religious practices; religious beliefs; parents and children; young adulthood

Introducción

En el año 2012 éramos aproximadamente 7 mil millones las personas que habitábamos el mundo, y dentro de este inmenso grupo 5.8 mil millones se identificaban con alguna religión, lo que se traduce en que alrededor del 80 % de la población mundial se identifica con un grupo religioso (Hackett y Grim, 2012; Hackett y Stonawski, 2017). En Latinoamérica, no se observa el fenómeno de secularización como ha sucedido en Europa, es decir, que no se ha pasado de la creencia religiosa al descreimiento sino que se aprecia una migración entre credos religiosos, donde el cristianismo continúa siendo la mayoría (Latinobarómetro, 2014).

En Argentina, en el año 2011 alrededor del 91 % de la población afirmaba creer en Dios (Fernández et ál., 2013; Mallimaci et ál., 2008). Unos años más tarde, el Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA/UCA, 2014) sobre el mismo interrogante reportó un promedio de 86 % de creyentes en Dios. Por otro lado, dentro de la autodefinición religiosa el 74 % se identificaron como católicos, el 9 % evangélico/pentecostal, el 2 % perteneciente a otra religión y el 15 % se declaró sin religión. En el 2013 el ODSA también consultó sobre la intensidad de la religiosidad entre aquellos que se identificaron dentro de una religión. El 11 % se declaró muy religioso, el 35 % bastante religioso, el 43 % poco religioso, el 10 % muy poco religioso y el 1 % no sabe o no contesta (ODSA/UCA, 2014). Otro estudio realizado en 2019 encontró que el 62.9 % de los argentinos se declara católico, el 18.9 % se consideró sin religión (ateo, agnóstico o ninguna religión), el 15.3 % se reconoció como evangélico (pentecostales y otros evangélicos), el 1.4 % como testigos de Jehová, y el 1.2 % perteneció a otras religiones (Mallimaci et ál., 2019).

Como podemos observar el fenómeno religioso y espiritual se ha extendido a lo largo del mundo, y no sólo eso, sino que también se extiende a lo largo de la historia. El hecho religioso se describe como una de las expresiones más antiguas y universales de la humanidad, desde sus orígenes, el hombre siempre ha mostrado un interés hacia lo sagrado y todas las culturas han tenido un concepto acerca de lo trascendente, lo sagrado o lo divino (Motto, 2009).

La religión es el recurso cultural con mayor complejidad y más misterioso que posee el hombre. Se manifiesta como el único entramado simbólico que tiene la posibilidad de generar visiones del mundo que comprenden todas las cosas y a través de las cuales los hombres buscan la trascendencia y tratan de encontrar un sentido (Bericat Alastuey y Luckmann, 2008). En otras palabras, la religión no sólo abarca la búsqueda de lo divino, sino también comprende las creencias sobre el mundo, el sí mismo, expectativas, objetivos, y emociones (Silberman, 2005). William James (1902), un pionero en el desarrollo de la Psicología como ciencia, afirmaba que para un psicólogo estas tendencias, impulsos y sentimientos religiosos de la persona deben ser tan atractivos como cualquiera de los hechos que forman parte de su mente.

La religión, además de ser un fenómeno individual, también implica una vivencia en comunidad y de transmisión hacia los demás. Una de las formas de transmisión de la religión es la intergeneracional mediante el contexto familiar, es decir, de padres a hijos; así la familia se configura como un agente de socialización primaria de la religión (Barry et ál., 2010; Barry et ál., 2015). Tal como afirman Giménez Béliveau y Mosqueira (2011) la familia es el canal privilegiado y fundamental para la transmisión de lo religioso ya que es un dispositivo de reproducción social en el que se transfiere la adscripción religiosa, se promueven ciertas prácticas y creencias, así como también se transmiten los valores, la posición social y el estándar de vida. La familia y la religión han sido ámbitos de desarrollo del conocimiento, pero de manera separada, ya que son pocos los estudios que abordan las dos áreas a la vez, específicamente en jóvenes (Corpus, 2014; Giménez Béliveau y Mosqueira, 2011) y menos aún los estudios realizados en Latinoamérica (Quinceno y Vinaccia, 2009).

La transmisión de lo religioso y su desarrollo

La psicología del desarrollo nos remite a la importancia de la vida familiar para que la transmisión de la religiosidad ocurra. La familia es la primera institución en la que las personas estamos insertos (López Barrero, 2010), y es el núcleo de mayor estimulación durante nuestra infancia, donde se brindan las primeras enseñanzas como los valores, la cultura y la religión, entre otros. La familia es considerada como un sistema, una unidad, en donde surgen un conjunto de interacciones. Por lo general, todo sujeto nace, crece y vive dentro de lo que se denomina “familia”, la cual, debe cumplir tres funciones básicas: económica, biológica y educativa (Herrera Santí, 1997). Dentro de la función educativa, en la niñez, los sujetos se encuentran profundamente influenciados por su ambiente cercano, y es tan relevante que para conocer en profundidad a una persona es necesario conocer la interacción de este con su grupo familiar (Bronfenbrenner, 1979).

En la familia sucede un espacio y un contexto de socialización primaria, en el que progresivamente se va formando al niño o la niña para que sea incorporado, y a la vez el mismo se incorpore a la institución religiosa, ya sea desde el modelamiento de los roles y de las creencias, así como también desde la participación del grupo familiar en los servicios religiosos, bautismos, casamientos y celebraciones religiosas típicas, hasta la elección de un colegio específico como por ejemplo uno confesional (Ameigeiras, 1994; Fernández, 2017). Coincidentemente, desde la perspectiva psicológica, se considera que la internalización -en este caso de lo religioso sucede de manera primaria en la familia (Deci et ál., 1994). En otras palabras, la internalización, tiene lugar en un ambiente que favorece o limita el aprendizaje de actitudes y comportamientos religiosos particulares (Flor y Knapp, 2001).

En este sentido, se encuentra que el 58.9 % de los argentinos considera que adscribe a su religión porque se la transmitieron desde pequeño, es decir, que la religión se transmite especialmente al interior de la familia (Giménez Béliveau y Mosqueira, 2011). Sumado a esto, la variable que más se asocia a la religión del evaluado es la religión de la madre, quien por lo general tiene mayor dedicación durante la crianza (DeMaris, Mahoneyy Pargament, 2011).

Giménez Béliveau y Mosqueira (2011) destacan que lo que se transmite no tiene que ver con lo eminentemente doctrinal, sino que lo que se transmite es una relación particular con lo religioso, a nivel emocional, conductual y corporal. Hay una incidencia también, de los estilos en lo que se ejerce la parentalidad que afectan las formas de maternar y paternar, y estas a su vez tiñen todas las enseñanzas y vivencias (Trifan et ál., 2014). En palabras de García Cejudo (2014), la familia transmite además la relevancia de lo afectivo en la formación de los marcos interpretativos y la manera en la que nos implicamos en el mundo con este matiz religioso.

Entre los cristianos, el bautismo es una práctica religiosa sacramental de iniciación de la fe muy importante (Becerra, 2010). En Argentina, la mayoría católica bautiza a los niños generalmente al nacer. En el año 2012, del total de nacidos vivos fueron bautizados el 74 %, convirtiéndose en una práctica persistente en nuestro país (ODSA/UCA, 2014). La familia argentina tiene un lugar destacado en la transmisión de la identidad religiosa a sus hijos, considerándose la religión casi de carácter “hereditario” (Suárez y López Fidanza, 2013). Este fenómeno está bastante extendido entre los católicos ya que el 87 % informa tener la misma religión que la madre, y el 84 % la misma religión que el padre (Mallimaci, 2013; Suárez y López Fidanza, 2013).

Otra faceta relevante para nuestro análisis, desde la Psicología, es el aspecto evolutivo. Diferentes trabajos de investigación han encontrado que los mayores niveles de indiferencia a la religión se encuentran en los jóvenes entre los 18 y 29 años (Mallimaci et ál., 2015; Mallimaci et ál., 2008; Mallimaci et ál., 2019; Miguel, Mosqueira y Remedi, 2013). Este grupo puede ubicarse en la etapa del desarrollo que Arnett (2000) denominó adultez emergente. El surgimiento de esta nueva etapa se atribuye a la postergación cada vez mayor del matrimonio y la parentalidad y a la prolongación de los años de escolaridad. Se define a la adultez emergente como el período del ciclo vital situado luego de la adolescencia que se caracteriza por la exploración de posibilidades en áreas como el amor, el trabajo, la ideología, la visión del mundo y la religión (Arnett y Jensen, 2002). Si bien Arnett (2000) postuló que esta solo existiría en determinadas sociedades posindustrializadas, Facio et ál. (2006) han reportado su existencia también en Argentina.

No es que la religiosidad deje de ser relevante en la adultez emergente, sino que adquiere características distintivas. Los estudios han mostrado que los jóvenes de esta edad tienden a ser escépticos sobre las instituciones y las autoridades religiosas y desarrollan creencias altamente individualizadas y sujetas a procesos de individuación (Arnett y Jensen, 2002; Becerra, 2010; Stoppa y Lefkowitz, 2010). Becerra (2010) reportó que los jóvenes chilenos obtuvieron los puntajes más bajos en la dimensión ritual de lo religioso, comparándolo con adultos y adultos mayores. Además, la dimensión ritual obtuvo también los puntajes más bajos entre los jóvenes, comparándolo con la dimensión ideológica o de las creencias y con la dimensión consecuencial más relativa a los valores.

En cuanto al estado de antecedentes empíricos que reúnen las variables mencionadas, podemos decir que los investigadores han demostrado que existe asociación en los comportamientos religiosos entre padres e hijos. Francis y Gibson (1993) realizaron una investigación en 3414 adolescentes, se les consultó sobre sus propias prácticas y actitudes religiosas y la de sus padres. Se encontró que la influencia de los padres fue importante en ambos sexos. Por otra parte, observaron que las prácticas religiosas maternas eran un predictor más fuerte sobre las prácticas religiosas de los hijos, que las prácticas religiosas paternas.

Acock y Bengtson (1978) estudiaron a 653 tríadas de padre, madre e hijo(a). Los hijos tenían de 15 a 26 años y los padres de 39 a 64 años. Los resultados indicaron que los padres son predictores importantes para las orientaciones políticas y religiosas, pero más la madre que el padre, ya que la madre predecía nueve de las variables estudiadas (mantenimiento del status quo, ética laboral, creencias religiosas tradicionales, militarismo, legitimidad de las demandas realizadas por personas de raza negra, conservadurismo y familismo), mientras que el padre solo dos (religiosidad y conductas religiosas) pero la diferencia con la madre era pequeña. Además, advirtieron que el padre era más predictivo entre quienes tenían 19 años o más, que, entre los menores de 18, y consideran que quizás la similitud con la posición del padre puede ser el factor que explique estas diferencias. Según los autores, el poder predictivo del rol materno no disminuye con la edad, sino que la influencia de ambos padres puede volverse más complementaria a medida que pasan los años.

Erickson (1992) evaluó a 900 adolescentes de 16 a 18 años sobre cuestiones religiosas actitudinales y conductuales. Según sus resultados, las conductas religiosas de los padres no parecen ofrecer una influencia directa en los adolescentes, pero sí se evidencia influencia indirecta por parte de las actividades religiosas hogareñas como rezar, estudiar la Biblia, ayudar a quienes lo necesitan, pensar en asuntos religiosos, entre otros. Además presenta a la educación religiosa como una variable muy influyente a la hora de profesar las creencias personales. Apoyándose en los conceptos de Cornwall (1988), el autor habla de una influencia social indirecta por parte de los padres que explica un tipo de influencia sutil pero persistente, ya que en el desarrollo de su rol paterno observan la socialización de sus hijos, por ejemplo, dónde pasan su tiempo libre y a qué tipo de modelos están expuestos. Otra forma de advertir esta influencia indirecta es por medio de la cosmovisión que los padres comunican a sus hijos, le ofrecen a sus hijos estructuras cognitivas para comprender y enfrentar el mundo, y los influencian para encontrar estructuras sociales que sean compatibles con sus propios esquemas cognitivos.

Myers (1996) entrevistó a 471 padres en 1980 y a sus descendientes adultos en 1992. Los resultados sugieren que la religiosidad de los hijos está determinada en gran medida por la religiosidad de los padres. La felicidad conyugal de los padres, el apoyo entre padres e hijos y el rigor moderado aumentan la capacidad de los padres para transmitir sus creencias y prácticas religiosas. Aunque las experiencias vividas durante la adultez de los hijos afectan su religiosidad, estas experiencias no reducen la influencia de los padres y el contexto familiar. Bao et ál. (1999) estudiaron a 407 familias de áreas rurales. Los resultados mostraron que tanto padres como madres jugaron un papel importante en la transmisión de creencias y prácticas religiosas a sus hijos e hijas. La influencia de las madres fue más fuerte que la de los padres cuando los adolescentes percibieron que los padres aceptaban sus prácticas religiosas.

En un estudio más reciente Leonard et ál. (2013) exploraron estas variables en 481 ex alumnos de colegios cristianos, la religiosidad de los adultos emergentes fue alta y similar a la religiosidad de los padres. La similitud percibida con las creencias religiosas de los padres, el apoyo de la fe y el apego a los padres predijo la aparición de la religiosidad adulta. Sin embargo, la religiosidad de los padres por sí sola fue un predictor débil. Los hallazgos subrayan la importancia del apoyo de los padres y la dinámica de las relaciones entre padres e hijos más que el nivel de religiosidad parental y apuntan a roles posiblemente únicos para las madres y los padres en la religiosidad adulta emergente.

Así, la religión y la familia son instituciones mutuamente dependientes ya que la religión suscita la formación de la familia, y a su vez el contexto familiar propicia la socialización y la formación de los hijos en las creencias, emociones, valores y prácticas religiosas de sus padres. Son numerosas las formas en la que los padres pueden afectar el desarrollo religioso de sus hijos, y si bien hay estudios que evalúan estas variables durante la niñez y la adolescencia, son pocas las investigaciones a este respecto durante la adultez (Nelson, 2014). Aun durante la juventud y la adultez, los padres continúan siendo importantes figuras de apego y por este motivo resulta relevante preguntarse si existe asociación entre las prácticas y la importancia de las creencias religiosas de hijos y padres durante la adultez joven.

Con base en esto, el objetivo de esta investigación fue determinar si existen asociaciones entre las prácticas religiosas e importancia de las creencias religiosas de los padres y las prácticas religiosas e importancia de las creencias religiosas de sus hijos adultos emergentes. La hipótesis de esta investigación fue que existe una asociación significativa y positiva entre las prácticas religiosas y la importancia de las creencias de padres e hijos.

Metodología

Tipo de investigación

La investigación se enmarca en el paradigma cuantitativo e implicó según los objetivos propuestos un diseño descriptivo y correlacional. De acuerdo con la temporalidad fue un estudio de corte transversal y teniendo en cuenta la fuente de la información fue de campo.

Participantes

Para responder al objetivo de investigación, se constituyó una muestra intencional, no probabilística, de 833 adultos emergentes de la provincia de Entre Ríos (Argentina), que tenían entre 18 y 28 años, siendo la media de 20.91 años (DE = 2.90 años). El 57.7 % fue de sexo femenino y el 42.3 % de sexo masculino.

En cuanto al nivel educativo, el 5.9 % no terminó el secundario, el 12.8 % terminó el secundario, el 78 % estudiaba luego del secundario y el 3.2 % habían finalizado sus estudios terciarios o universitarios. Del total de sujetos el 65.9 % no trabajaba y el 34.1 % sí lo hacía.

En relación con el estado civil el 90.4 % era soltero, el 5.5 % era casado o estaba conviviendo, el 38 % era divorciado y el 0.2 % viudo. El 93.2 % no tenía hijos, y el 6.8 % restante sí tenía hijos.

Con respecto a la religión, los sujetos evaluados se identificaban con diversas religiones que fueron reagrupadas dentro de categorías más amplias, para realizar esta categorización se consideraron las clasificaciones realizadas en la guía de la diversidad religiosa por Forni et ál. (2003) y por Mallimaci (2013). De la muestra de este trabajo de investigación, el 89 % era católico, el 6.7 % era indiferente (agnósticos, ateos o sin religión de pertenencia), el 3 % protestante (protestantes: evangélicos metodistas, luteranos, bautistas, pentecostales, adventistas, y posprotestantes: mormones y testigos de Jehová), y el 1.3 % de otra religión (judíos, budistas, musulmanes). El 61.1 % fue a una escuela religiosa y el 38.9 % no; mientras que el 93.6 % recibió formación religiosa y 6.4 % no.

Técnicas de recolección de datos

Se realizó un cuestionario sociodemográfico estructurado en el que se consultó sobre sexo, edad, autodefinición como adulto, estado civil, nivel educativo, formación en instituciones educativas religiosas y fuera de ellas, religión, prácticas religiosas e importancia de las creencias religiosas personales y de los padres, entre otras. Específicamente, en el caso de estas últimas, se le consultó al sujeto sobre sus prácticas religiosas y la importancia de sus creencias a partir de los siguientes enunciados: “Marca en una escala de 0 a 10 con qué frecuencia practicas tu religión” y “Marca en una escala de 0 a 10 cuán importantes son para vos tus creencias religiosas”. Sobre las creencias de sus padres se consultó: “Marca en una escala de 0 a 10 con qué frecuencia tu papá/mamá practica su religión” y “Marca en una escala de 0 a 10 cuán importantes son para tu papá/mamá sus creencias religiosas”. Debajo de cada uno de estos ítems había una escala numérica gráfica en la que se le solicitaba una respuesta con escala de 0 a 10, donde 0 era nunca o nada importante y 10 era siempre o extremadamente importante.

Procedimiento

Los datos fueron recabados de forma intencional, no probabilística, con dos formas de muestreo ya que la intención era obtener una muestra que no sea exclusivamente universitaria. Una de las formas de muestreo fue acceder a muestras cautivas mediante instituciones educativas y la otra forma fue la de “snowballing” o bola de nieve la cual consistió en aprovechar o utilizar para el estudio las personas disponibles en un momento dado, localizando a algunos individuos, los cuales condujeron a otros y estos a los siguientes. Se explicaba a los participantes el propósito de investigación, como el tratamiento absolutamente confidencial de la información proporcionada por ellos y con únicos fines de investigación. Además se hizo explícito que la participación era voluntaria y retirarse no le causaría ningún perjuicio, y también se brindaban los datos del investigador. Quienes aceptaban participar firmaban un consentimiento informado con toda esta información y luego completaban los cuestionarios.

Análisis de los datos

Con la información obtenida a través de los cuestionarios, el procesamiento y análisis estadístico de los datos se realizó utilizando el Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) versión 22. Ya en el proceso de carga fueron dejados de lado aquellos casos que no respondían a los instrumentos de forma completa. Inicialmente se realizaron análisis descriptivos como, el cálculo de medias, desviaciones, frecuencias y porcentajes para caracterizar las variables demográficas de los participantes. Para llevar a cabo el objetivo de determinar si había asociaciones entre las prácticas religiosas e importancia de las creencias religiosas del sujeto evaluado y las prácticas religiosas e importancia de las creencias religiosas de sus padres, se efectuaron análisis de correlación de Spearman. Se utilizó el coeficiente de correlación por rangos de Spearman debido a que las variables eran de naturaleza ordinal (Bologna, 2013).

Resultados

Con el fin de cumplir el objetivo propuesto de determinar si existe asociación, y en caso afirmativo en qué dirección y grado, entre las prácticas religiosas e importancia de las creencias religiosas de los padres y las prácticas religiosas e importancia de las creencias religiosas de sus hijos adultos emergentes, se llevaron a cabo análisis de correlación de Spearman.

Con relación a las prácticas religiosas del sujeto y tal como se puede observar en la tabla 1, en la muestra estudiada se advirtió una asociación significativa, pero moderada, entre las prácticas religiosas del padre con las prácticas religiosas del sujeto evaluado (r = 0.455, p ≤ 0.001). También se encontró una asociación significativa, aunque leve, entre la importancia de las creencias religiosas del padre y las prácticas religiosas del sujeto (r = 0.187, p ≤ 0.001). Por otra parte, se observó una asociación significativa, pero moderada, entre las prácticas religiosas de la madre y las prácticas religiosas del sujeto (r = 0.459, p ≤ 0.001). No se encontró asociación entre la importancia de las creencias religiosas de su madre y las prácticas religiosas del sujeto (r = -0.010, p = 0.77). Como se puede ver, la frecuencia de prácticas religiosas del sujeto evaluado presenta un grado de correlación mayor con la práctica de ambos padres, y menor con la importancia que estos les otorgan a las creencias religiosas.

En cuanto a la importancia de creencias religiosas del sujeto y tal como se puede observar en la tabla 1, en la muestra estudiada se advirtió una asociación significativa pero moderada entre las prácticas religiosas del padre y la importancia de creencias religiosas del sujeto evaluado (r = 0.326, p ≤ 0.001). También se encontró una asociación significativa y moderada entre la importancia de creencias religiosas del padre y la importancia de creencias religiosas del sujeto (r = 0.223, p ≤ 0.001). Por otra parte, se observó una asociación significativa y moderada entre las prácticas religiosas de la madre con la importancia de las creencias religiosas del sujeto (r = 0.380, p ≤ 0.001). Finalmente, se confirmó una asociación significativa, pero baja, entre la importancia de las creencias religiosas de su madre y la importancia de las creencias religiosas del sujeto (r = 0.109, p ≤ 0.001). En cuanto al grado de correlación, la importancia de las creencias religiosas del sujeto tiene una mayor asociación con la práctica de ambos padres, y menor con la importancia que estos les otorgan a las creencias religiosas.

Tabla 1. Correlaciones de Spearman entre las prácticas religiosas y la importancia de las creencias religiosas de padre y madre con las prácticas religiosas y la importancia de las creencias religiosas del sujeto evaluado 

Fuente: elaboración propia.

*p≤ 0.05;

**p≤ 0.01

rs: correlación de Spearman.

N:muestra.

Fuente: elaboración propia.

Discusión

En relación con el objetivo planteado en esta investigación, determinar si hay asociaciones entre las prácticas religiosas e importancia de las creencias religiosas del sujeto evaluado y las prácticas religiosas e importancia de las creencias religiosas de sus padres, se hallaron asociaciones significativas, positivas y moderadas entre las prácticas religiosas e importancia de las creencias religiosas del sujeto evaluado y las prácticas religiosas e importancia de las creencias religiosas del padre y las prácticas religiosas de la madre.

La correlación positiva entre las creencias de padres e hijos ha sido corroborada también por otros investigadores, como Leonard et ál. (2013) quienes hallaron que la religiosidad de los adultos emergentes fue similar a la religiosidad de los padres. Sumado a esto, Myers (1996) encontró que la religiosidad de los hijos está determinada en gran medida por la religiosidad de los padres. Y Bao et ál. (1999) mencionan que tanto padres como madres jugaron un papel importante en la transmisión de creencias y prácticas religiosas a sus hijos e hijas. Esto puede ser explicado mediante la teoría de la autodeterminación que postula que la internalización se lleva a cabo primero dentro del contexto de la familia nuclear o extendida y luego dentro de la comunidad en general (Deci et ál., 1994). La internalización, por lo tanto, tiene lugar en un contexto ambiental que promueve o inhibe el aprendizaje de actitudes y comportamientos religiosos particulares (Flor y Knapp, 2001).

Sin embargo, es importante notar que la fuerza de la correlación en este estudio entre las variables fue moderada o baja, lo cual puede entenderse sabiendo que, en esta etapa de la vida, la adultez emergente, hay un deseo de una mayor autonomía y diferenciación, mayor exploración e individualización de las creencias religiosas, que pueden llevar a que las asociaciones entre padres e hijos no sean fuertes o elevadas. Los jóvenes, en este momento de la vida, se encuentran desarrollando e intentando adoptar una postura propia ante las diferentes temáticas vitales y también ante lo religioso, buscando formar sus propias creencias y su propia visión del mundo, para alcanzar una coherencia interna y personal que trasciende la tradición familiar y religiosa (Arnett, 2008; Ocampo, 2011). Cornwall (1988) sugiere que existe una influencia social indirecta por parte de los padres que explica un tipo de influencia sutil pero persistente, ya que en el desarrollo de su rol paterno, se observa la socialización de sus hijos, por ejemplo, dónde pasan su tiempo libre y a qué tipo de modelos están expuestos. Otra forma de advertir esta influencia indirecta es por medio de la cosmovisión que los padres comunican a sus hijos, los padres ofrecen a sus hijos estructuras cognitivas para comprender y enfrentar el mundo, y los influencian para encontrar estructuras sociales que sean compatibles con sus propios esquemas cognitivos.

Por otro parte, en este estudio encontramos correlaciones similares comparando padre y madre, pero la importancia de las creencias religiosas de la madre no mostró asociación con las prácticas religiosas del sujeto evaluado, a diferencia de otros trabajos, que observaron que la influencia de la práctica religiosa materna era mayor que la paterna (Bao et ál., 1999; Francis y Gibson, 1993). El único trabajo hallado que ha encontrado una tendencia similar es el de Acock y Bengtson (1978) quienes advirtieron que los padres son predictores importantes para las orientaciones políticas y religiosas, más la madre que el padre, ya que este último solamente predecía la religiosidad y las conductas religiosas, pero la diferencia con la madre era pequeña. Otra distinción que realizan los autores es que resulta interesante analizar estas diferencias según la edad; ellos advirtieron que el padre era más predictivo entre quienes tenían 19 años o más, que, entre los menores de 18, y consideran que quizás la similitud con la posición del padre puede ser el factor que explique estas diferencias. Aclarando que el poder predictivo del rol materno no disminuye con la edad, sino que la influencia de ambos padres puede volverse más complementaria a medida que pasan los años.

Esta cuestión en particular lleva a indagar por la razón de esta diferencia, una posible explicación puede estar dada en la paridad actual existente entre los roles paterno y materno para la crianza de los hijos. Anteriormente, la importancia de la madre derivaba de la teoría del intercambio de Homans, ya que se consideraba que es típicamente la madre quien tiene con los hijos la mayor frecuencia de interacción, y junto con esto, puede controlar de manera inmediata las contingencias de refuerzo, lo que explicaría el mayor poder predictivo de la madre (Acock y Bengtson, 1978). Por otra parte, algunos autores consideran que la religión tiende a promover una mayor brecha de género, con actitudes más conservadoras con relación a los roles sexuales, siendo la mujer quien tiene la mayor dedicación a la crianza de los hijos (DeMaris et ál., 2011).

Algunos autores destacan que la transmisión de los valores en general y de los religiosos en particular está mediada por la calidad de la relación familiar (Myers, 1996) y la dinámica de estas relaciones (Leonard et ál., 2013). Estos estilos de parentalidad han ido cambiando a través de los años, modificando también las formas de maternar y paternar. Así, una posible explicación de los resultados de este trabajo, por ejemplo, se indica que ha disminuido el tipo de crianza autoritaria en favor de estilos de crianza más democráticas, los roles paternos más igualitarios ya que comparten la toma de decisiones y el cuidado de los hijos (Trifan et ál., 2014).

Es interesante hacer notar que los resultados mostraron que las prácticas de padre y madre resultaron más relevantes que la sola importancia atribuida a las creencias, ya que las prácticas religiosas de padre y madre presentaron correlaciones más fuertes -que la importancia de las creencias religiosas con la práctica y la importancia de las creencias del sujeto evaluado. Es decir, que la observación de modelos conductuales y actitudinales pesa más que la relevancia que se le puede dar al fenómeno de manera cognitiva. Y que estos permanecen aún en fases vitales adultas, de alguna manera, como afirman Giménez Béliveau y Mosqueira (2011) la familia continúa ocupando un lugar central para la transmisión de lo religioso.

Con respecto a las limitaciones del presente trabajo y posibles recomendaciones, se aprecia que queda mucho por profundizar en torno a la enseñanza, el aprendizaje y la socialización de lo religioso. Futuros estudios podrían considerar la posibilidad de evaluar estas variables de manera longitudinal, en tomas sucesivas a una misma muestra en diferentes períodos, para poder evaluar, por ejemplo, si las asociaciones entre prácticas e importancia de las creencias religiosas en padres e hijos son más fuertes durante la niñez o si decrecen o aumentan durante la adolescencia y la adultez. También sería enriquecedor conocer la influencia de otros agentes, como los docentes o el grupo de pares.

A nivel metodológico, la forma de evaluación tiene las limitaciones propias de los autoinformes, si bien fueron tomados todos los recaudos y medidas necesarias para evitarlas, las respuestas proporcionadas por los evaluados pueden presentar alguna interpretación errónea con respecto a las afirmaciones presentes en las diferentes escalas. Con el fin de superar esta limitación, se podrían incluir las apreciaciones de terceros que informen sobre aspectos puntuales de la religiosidad de los sujetos evaluados. Sería muy interesante agregar la realización de entrevistas semiestructuradas y desde un abordaje cualitativo para advertir aquellas cuestiones que escapan a los cuestionarios cuantitativos, esto enriquecería y nutriría el conocimiento existente, ilustrando sobre los matices y las particularidades del fenómeno, permitiéndonos descubrir las lógicas de transmisión y su efecto a lo largo de la vida.

Referencias

Acock, A. C. y Bengtson, V. L. (1978). On the relative influence of mothers and fathers: A covariance analysis of political and religious socialization. Journal of Marriage and the Family, 519-530. https://doi.org/10.2307/350932Links ]

Ameigeiras, A. (1994). Socialización y adoctrinamiento religioso: El caso de los jóvenes misioneros de la Iglesia de Jesucristo de Los Santos de los Últimos Días (Mormones). Sociedad y Religión, 12 (1), 49-67. [ Links ]

Arnett, J. J. (2000). Emerging Adulthood: A Theory of Development from the Late Teens Through the Twenties. American Psychologist, 55(5), 469-480. https://doi.org/10.1037//0003-066X.55.5.469Links ]

Arnett, J. J. (2008). Adolescencia y adultez emergente. Un enfoque cultural (3° Ed.). Pearson Education. [ Links ]

Arnett, J. J. y Jensen, L. A. (2002). A congregation of one: Individualized religious beliefs among emerging adults. Journal of Adolescent Research, 17(5), 451-467. https://doi.org/10.1177/0743558402175002Links ]

Bao, W. N., Whitbeck, L. B., Hoyt, D. R. y Conger, R. D. (1999). Perceived parental acceptance as a moderator of religious transmission among adolescent boys and girls. Journal of Marriage and the Family, 61(2), 362-374. https://doi.org/10.2307/353754Links ]

Barry, C. M., Nelson, L., Davarya, S. y Urry, S. (2010). Religiosity and spirituality during the transition to adulthood. International journal of behavioral development, 34(4), 311-324. Doi: https://doi.org/10.1177/0165025409350964Links ]

Barry, C. M., Willoughby, B. J. y Clayton, K. (2015). Living your faith: Associations between family and personal religious practices and emerging adults’ sexual behavior. Journal of Adult Development, 22(3), 159-172. https://doi.org/10.1007/s10804-015-9209-2Links ]

Becerra, R. T. (2010). Tres miradas de ser católico. Jóvenes, adultos y adultos mayores católicos chilenos ¿Encuentro o desencuentro? Revista Cultura y religión, 4(2), 10-19. [ Links ]

Bericat Alastuey, E.y Luckmann, T. (2008). El fenómeno religioso: Presencia de la religión y de la religiosidad en las sociedades avanzada. Editorial del Centro de Estudios Andaluces. [ Links ]

Bologna, E. (2013). Estadística para psicología y educación. Editorial Brujas. [ Links ]

Bronfenbrenner, U. (1979). Ecología del desarrollo humano. Paidós Ibérica. [ Links ]

Cornwall, M. (1988). The influence of three agents of religious socialization: family, church, and peers. In D. L. Thomas (Ed.), The Religion and Family Connection: Social Science Perspectives (pp. 207-231). Religious Studies Center, Brigham Young University. [ Links ]

Corpus, A. (2014). ¿Cómo nuestros padres han creído? Jóvenes evangélicos y desafiliación eclesial en México. Revista Cultura y Religión, 8(1), 30-46. [ Links ]

Deci, E. L., Eghrari, H., Patrick, B. C. y Leone, D. R. (1994). Facilitating internalization: The self‐determination theory perspective. Journal of personality, 62(1), 119-142. https://doi.org/10.1111/j.1467-6494.1994.tb00797.xLinks ]

DeMaris, A., Mahoney, A. y Pargament, K. I. (2011). Doing the scout work of infant care: Does religiousness encourage father involvement? Journal of Marriage and Family, 73(2), 354-368. https://doi.org/10.1111/j.1741-3737.2010.00811.xLinks ]

Erickson, J. A. (1992). Adolescent religious development and commitment: A structural equation model of the role of family, peer group, and educational influences. Journal for the Scientific Study of Religion, 31(2), 131-152. https://doi.org/10.2307/1387004Links ]

Facio, A., Resett, S., Mistrorigo, C.y Micocci, F. (2006). Adolescentes Argentinos. Cómo piensan y sienten.Lugar Editorial. [ Links ]

Fernández, N. S. (2017). Comunidades de sentido y espacios de sociabilidad: Un análisis de las experiencias religiosas juveniles en parroquias renovadas del Gran Buenos Aires. Revista Cultura y Religión, 11(2), 5-28. [ Links ]

Fernández, V. M., Balián, B. y Casermeiro, A. (2013). Religiosidad en Argentina. Presentación de la Universidad Católica Argentina en la 106° Conferencia Episcopal Argentina. Argentina. [ Links ]

Flor, D. L. y Knapp, N. F. (2001). Transmission and transaction: Predicting adoles’ents' internalization of parental religious values. Journal of Family Psychology, 15(4), 627-645. https://doi.org/10.1037//0893-3200.15.4.627Links ]

Forni, F. H., Mallimaci, F. y Cárdenas, L. A. (2003). Guía de la diversidad religiosa de Buenos Aires. Editorial Biblos. [ Links ]

Francis, L. J. y Gibson, H. M. (1993). Parental influence and adolescent religiosity: A study of church attendance and attitude toward Christianity among adolescents 11 to 12 and 15 to 16 years old. International Journal for the Psychology of Religion, 3, 241–253. https://doi.org/10.1207/s15327582ijpr0304_4Links ]

García Cejudo, C. (2014). Pensamiento dogmático y privatización de la educación: una aproximación a la educación en el hogar en evangélicos mexicanos. Revista Cultura y Religión, 8(1), 11-29. [ Links ]

Giménez Béliveau, V. y Mosqueira, A. M. (2011). Lo familiar en las creencias y las creencias en lo familiar: Familia, transmisión y religión en la Argentina actual. Revista Cultura y Religión, 5(2), 154-172. [ Links ]

Hackett, C. P.y Grim, B. J. (2012). The global religious landscape: A report on the size and distribution of the ’orld's major religious groups as of 2010. Pew Research Center, Pew Forum on Religion & Public Life. [ Links ]

Hackett, C.y Stonawski, M. (2017). The Changing Global Religious Landscape. Pew Research Center, Pew Forum on Religion & Public Life. [ Links ]

Herrera Santí, P. M. (1997). La familia funcional y disfuncional, un indicador de salud. Revista Cubana de Medicina General Integral, 13(6), 591-595. [ Links ]

James, W. (1902). Las variedades de la experiencia religiosa. Estudio de la naturaleza humana. Prana. [ Links ]

Latinobarómetro (2014). Las religiones en tiempos del Papa Francisco. Corporación Latinobarómetro. [ Links ]

Leonard, K. C., Cook, K. V., Boyatzis, C. J., Kimball, C. N. y Flanagan, K. S. (2013). Parent-child dynamics and emerging adult religiosity: Attachment, parental beliefs, and faith support. Psychology of Religion and Spirituality, 5(1), 5-14. https://doi.org/10.1037/a0029404Links ]

López Barrero, R. (2010). Familia vs. Escuela. Pedagogía Magna, 5, 154-159. [ Links ]

Mallimaci, F. (2013). Atlas de las creencias religiosas en la Argentina. Biblos. [ Links ]

Mallimaci, F., Esquivel, J. C.y Giménez Béliveau, V. (2015). What do Argentine people believe in? Religion and social structure in Argentina. Social Compass, 62(2), 255–277. [ Links ]

Mallimaci, F., Esquivel, J. C. e Irrazábal, G. (2008). Primera encuesta sobre creencias y actitudes religiosas en Argentina. Informe de Investigación. FONCyT, CEIL PIETTE / CONICET. [ Links ]

Mallimaci, F., Giménez Béliveau, V., Esquivel, J.C. y Irrazábal, G. (2019). Sociedad y Religión en Movimiento. Segunda Encuesta Nacional sobre Creencias y Actitudes Religiosas en la Argentina. Informe de Investigación, Nº 25. CEIL-CONICET. [ Links ]

Miguel, G., Mosqueira, M. y Remedi, R. (2013). Grupos de edad. En F. Mallimaci (Dir.), Atlas de las creencias religiosas en la Argentina (pp. 154-159). Biblos. [ Links ]

Motto, A. R. M. (2009). Creer en Dios: ¿Invención, costumbre o convicción? San Pablo. [ Links ]

Myers, S. M. (1996). An interactive model of religiosity inheritance: The importance of family context. American Sociological Review, 61(5), 858-866. https://doi.org/10.2307/2096457Links ]

Nelson, L. J. (2014). The role of parents in the religious and spiritual development of emerging adults. In C. M. Barry y M. M. Abo-Zena (Eds.), Emerging adults’ religiousness and spirituality: Meaning making in an age of traditionalism (pp. 59-75). Oxford University Press. [ Links ]

Ocampo, J. R. (2011). Los jóvenes chilenos y la religión: Una mirada a partir de las Encuestas Nacionales de Juventud. Revista Cultura y religión, 5(1), 80-94. [ Links ]

Observatorio de la Deuda Social Argentina [ODSA/UCA] (2014). Los argentinos y la familia. La familia como bien de la sociedad. Universidad Católica Argentina. [ Links ]

Quinceno, J. M. y Vinaccia, S. (2009). La salud en el marco de la psicología de la religión y la espiritualidad. Diversitas, 5(2), 321-336. [ Links ]

Silberman, I. (2005). Religion as a meaning system: Implications for the new millennium. Journal of social issues, 61(4), 641-663. https://doi.org/10.1111/j.1540-4560.2005.00425.xLinks ]

Stoppa, T. M. y Lefkowitz, E. S. (2010). Longitudinal changes in religiosity among emerging adult college students. Journal of Research on Adolescence, 20(1), 23-38. https://doi.org/10.1111/j.1532- 7795.2009.00630.x [ Links ]

Suárez, A. L. y López Fidanza, J. M. (2013). El campo religioso argentino hoy: creencia, autoadscripción y práctica religiosa. Una aproximación a través de datos agregados. Revista Cultura y Religión, 7(1), 98115. [ Links ]

Trifan, T., Stattin, H. y Tilton-Weaver, L. (2014) Have authoritarian parenting practices and roles changed in the last 50 years? Journal of Marriage and Family, 76(4), 744-761. https://doi.org/10.1111/jomf.12124Links ]

Notas

*Articulo de investigación. Este trabajo fue financiado por la Universidad Austral a través del proyecto “Religiosidad y espiritualidad a través del ciclo vital en adolescentes, adultos emergentes y adultos mayores”, correspondiente al 16.º Concurso Interno de Proyectos de Investigación Científica de la Universidad Austral, según la Resolución CPCS 93/20.

Recibido: 02 de Abril de 2021; Aprobado: 12 de Enero de 2022; : 27 de Agosto de 2021

** Autora de correspondencia. Licenciada y Doctora en Psicología. Becaria postdoctoral de la Universidad Austral Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina. Profesora de la Universidad Católica Argentina y de la Universidad de la Cuenca del Plata. Dirección postal: Lucas González 1805, Concordia, Entre Ríos, C.P. 3200, Argentina. Correo electrónico: monate@austral.edu.ar

***

Licenciada y Doctora en Psicología. Miembro del Instituto de Filosofía y Profesora de la Universidad Austral. Investigadora Independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina.

****

Licenciado y Doctor en Psicología. Investigador independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina. Profesor e Investigador del Centro de Investigación Interdisciplinar en Valores, Integración y Desarrollo Social de la Universidad Católica Argentina.

*****

Licenciada y Doctora en Psicología. Profesora e investigadora del Centro de Investigación Interdisciplinar en Valores, Integración y Desarrollo Social de la Universidad Católica Argentina y Profesora en la Universidad de la Cuenca del Plata. Argentina.

Creative Commons License Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.