INTRODUCCIÓN1
El tema de las emociones ha interesado, por muchos años, a la evolución humana. Filósofos, evolucionistas, psicólogos y pedagogos se han inquietado por el estudio y la descripción de las emociones, la forma como cada ser humano las expresa, evalúa y define. Asimismo, se ha postulado un gran número de clasificaciones y taxonomías de acuerdo con las teorías. Los teóricos evolucionistas, como, por ejemplo, Darwin (1967) o Damasio (2010), consideran las emociones reacciones fisiológicas que anteceden la presencia de la emoción; las teorías filosóficas con autores como Nussbaum (2014) y Lyons (1993) sitúan las emociones y la función dentro del ambiente social y la teoría cognitiva educativa. Bisquerra (2000), Ortony, Clore y Collins (1996), así como Goleman (1995), tienen como primicia que las emociones no son innatas, sino que pueden desarrollarse por medio del aprendizaje, y que el aspecto psicológico es fundamental junto con las interpretaciones que el sujeto realiza de las situaciones.
Al comprender la manera como los niños y niñas representan las emociones para la paz se tiene en cuenta el concepto de representaciones de Perner (1994), quien afirma que una representación, en su forma más simple, es un algo que representa otro algo mediante un objeto, una imagen externa, un dibujo, una palabra o un modelo y las demás cosas que puedan en sí mismas evocar otra (medio representacional); ahora bien, que dicho objeto o imagen, entre otros, se convierta en una representación de algo, dependerá de la intención de quien hace uso de la representación, así como de la interpretación de quien la lee. De acuerdo con lo anterior, el niño y la niña, a partir del año y medio, son capaces de mantener modelos mentales complejos; pueden comprender la emoción como algo familiar a partir de la experiencia interior y la emplean como constructo teórico para la comprensión de la conducta de otra persona. Sin embargo, es entonces a partir de los cuatro años cuando el niño desarrolla una comprensión más plena de los estados mentales como "intencionalidad dirigida", razón por la cual la presente investigación se realiza con niños de cinco años, ya que, en esta edad, el niño y la niña se encuentran en capacidad de comprender la intencionalidad de la emoción (Perner, 1994, pp. 145-157).
Como complemento a lo expuesto, se tiene en cuenta el concepto de paz desde los planteamientos de Johan Galtung (citado por Calderón, 2009), quien propone la "paz positiva" y pretende cambiar el concepto teórico de paz; esto es, de una paz negativa que se centra en la epistemología de la violencia, a una paz positiva que contribuya al desarrollo social mediante un trabajo colectivo. Dado que la paz es tan ansiada y se trabaja para lograr vivir en medio de ella e inmerso en ella, no se debe esperar que la sociedad la alcance mientras se sienta ajena a este proceso; es la construcción hecha en conjunto, por medio de las relaciones asertivas entabladas, lo que permiten una paz interna y externa en cada uno. Estas relaciones se exteriorizan en los ámbitos culturales y sociales, de modo que es necesario generar en los niños y niñas la cultura de paz, tal como lo afirma Gómez (2011), quien señala también que la construcción de cada ciudadano es la evolución de una sociedad democrática, libre y equitativa que permea a cada ser humano como integrante de una colectividad.
La mirada investigativa se orienta, en esta ocasión, a mostrar las voces de los niños y las niñas en la comprensión de las emociones que hacen posible la paz, aspectos que han sido desapercibidos.
Al iniciar el presente estudio se revisaron diversas investigaciones enfocadas en la construcción de paz desde el ambiente escolar, a partir de la realidad de los niños y las niñas a los que el conflicto armado y otras formas de violencia han afectado, directa o indirectamente.
Las revisiones permitieron develar realidades acerca de la educación emocional y la educación para la paz, así como tener referencias que permitan investigar acerca de las emociones que se representan en niños y niñas para la construcción de paz, lo cual es fundamental en el proceso formativo, entendido este no solo desde el ámbito escolar, sino desde el contexto familiar y comunitario. Alrededor de este objetivo se inició con la búsqueda en bases de datos especializadas, y se hallaron treinta y siete artículos de investigación, mediante descriptores de búsqueda tales como "educación y conflicto armado", "educación para la paz", "educación emocional", "educación y violencia".
Con base en esta información se inicia este trabajo con el propósito de poner en juego el discurso de las emociones y cómo los niños y las niñas establecen sus diferencias dentro de la construcción de paz en sus propios ambientes sociales, familiares, culturales y educativos. Asimismo, se utiliza el concepto de representación mental, desde el cual se indaga por la forma como se selecciona la información disponible en el mundo representado y se crea una versión estilizada y más económica del mundo representado (Enesco, 2010, p. 1). Esto con el fin de describir las representaciones mentales que tienen los niños y las niñas sobre la paz y, de esta manera, estar en capacidad de identificar las emociones que la hacen posible, centrándose en las narrativas de cada uno de ellos.
A partir de este planteamiento se centró la atención en comprender cómo representan las emociones que hacen posible la paz los niños y niñas de cinco años. Para esto fue importante caracterizar, diferenciar, describir e identificar las emociones que hacen posible la construcción de la paz desde los ámbitos propios de los niños y las niñas, así como cuáles deberían incluirse en un programa de educación emocional para la paz. Si se tiene en cuenta que ellos están en la capacidad de reconocer los sentimientos de las otras personas al utilizar términos del lenguaje emocional (Bisquerra, 2000), como, por ejemplo, enfado, tristeza, miedo y felicidad, así como la expresión de la felicidad (la sonrisa), emoción que los niños reflejan en cada una de las experiencias cotidianas.
METODOLOCÍA
El presente estudio se enmarca en la concepción del enfoque cualitativo con alcance comprensivo, al orientarse a comprender e interpretar las representaciones sobre las emociones que hacen posible la paz desde los niños y las niñas de cinco años.
La investigación se sitúa en este enfoque en razón a su interés práctico, es decir, con el propósito de ubicar y orientar la acción humana y su realidad subjetiva.
Se busca examinar la realidad tal como otros la experimentan, a partir de la interpretación de sus propios significados, sentimientos, creencias y valores (Martínez, 2011, p.12).
De acuerdo con la naturaleza investigativa de este enfoque, se pretende un acercamiento y explorar la realidad de los niños y las niñas de cinco años de grado transición, con el objetivo de conocer cómo se dan las representaciones de las emociones para la construcción de paz desde sus voces, a partir de la forma como construyen sentidos y significados en los contextos socio-culturales a los que pertenecen. Es decir, no se pretende plantear explicaciones, fórmulas, leyes o generalizaciones; lo que se intenta es una aproximación a las dinámicas de los procesos de los sentidos y los significados que los niños y las niñas le dan a las emociones desde la forma como interpretan su mundo.
En este estudio las subjetividades de los niños y las niñas, en torno a las representaciones que hacen posible la paz, son la base central para la comprensión de la construcción de mundo que los pequeños realizan día a día a partir de sus vivencias y experiencias en los diversos entornos en los que se desarrollan; es, precisamente, la comprensión de estas singularidades el fundamento de la tarea comprensiva.
A nivel de proceso, la investigación es de carácter "inductivo", parte de la realidad de los datos suministrados por los sujetos de estudio para después generar el conocimiento, y de la "dialéctica", porque se trabajó con dos elementos: el saber dialógico de las teorías de la paz a partir de los aportes de los niños y las niñas, y aquello que dicen los autores sobre la teoría de las emociones y la paz, esto es, develar realidades a partir de convergencias y contradicciones.
La unidad de trabajo fueron cinco grupos de transición de instituciones educativas ubicadas en tres regiones colombianas, a las cuales asisten niños y niñas de cinco años de edad y tres de ellas adoptan el programa Ondas, y son la unidad de análisis las representaciones de las emociones que hacen posible la paz.
La recolección de la información se llevó a cabo en cada uno de los contextos escolares a los que pertenecen los niños y las niñas, lo que facilitó un ambiente natural donde transcurren a diario las vivencias y las experiencias que comparten con los amigos y la maestra; este espacio permite que sientan mayor confianza y comodidad para llevar a cabo el estudio. Se utilizó la técnica de entrevista semiestructurada, la cual se realizó a partir de una serie de preguntas abiertas previamente elaboradas que se les formularon a los niños y las niñas, sin obligar al entrevistado a que siga un orden determinado; de este modo se dio lugar a la libre expresión.
PROCEDIMIENTO
A fin de dar respuesta al interrogante "¿Cómo representan las emociones que hacen posible la paz los niños y niñas de cinco (5) años, de tres regiones colombianas?", se llevaron a cabo actividades desarrolladas en tres fases en un tiempo de nueve meses. Antes de iniciar las actividades, las familias o apoderados firmaron el consentimiento informado como condición para que los niños pudieran ser incluidos en el ejercicio investigativo. Las fases se desarrollaron de la siguiente manera:
■ Fase 1. Acercamiento a las instituciones educativas para presentar el estudio a realizar. Se delimitó la unidad de trabajo, constituida por un grupo de transición por cada institución educativa para un total de 5 grupos, se tuvo como criterio de participación los niños y niñas que al primero de marzo de 2017 tuvieran cumplidos cinco años. Además, se firmó el consentimiento informado por parte de cada uno de los apoderados y cuidadores de los niños y niñas.
■ Fase 2. Recolección de la información a partir de la aplicación de dos cuestionarios de caracterización socioeconómica, un cuestionario de contexto emocional, dos talleres de sensibilización (uno sobre "emociones" y otro sobre "paz" desde la cultura de la paz) elaborados por el grupo de investigación, y, finalmente, entrevistas semiestructuradas individuales.
■ Fase 3. Análisis e interpretación de la información.
Descripción del procedimiento
En un primer momento se realiza la aplicación del cuestionario de caracterización socioeconómica, por medio del cual se indagan aspectos de la vida familiar, social y cultural de los niños y las niñas (este cuestionario lo diseñó el equipo de investigación). Posteriormente, se aplica un cuestionario acerca del contexto emocional, a fin de conocer cómo se encuentra el desarrollo de los niños y las niñas desde los componentes de la educación emocional (autoconsciencia, autocontrol, actitud emocional, empatía y habilidad social) (Chiriboga y Franco, 2001). Dicho cuestionario se adaptó, ya que en la prueba piloto realizada se encontró que las preguntas no eran claras para los niños y las niñas.
En un segundo momento se realizan los talleres, dos preparatorios y dos sobre las emociones en estudio:
■ Taller 1. Este taller tuvo como propósito que los niños y las niñas reconocieran las diferentes emociones que expresan en su cotidianidad. Se presentó la película Intensamente (Pete Docter y Ronnie del Carmen, 2015), luego se realizaron preguntas relacionadas con las emociones presentes en la película y en sus cotidianidad; los niños y las niñas compartieron sus testimonios y colorearon la emoción con las que más se identificaron.
■ Taller 2. Se realizó con el propósito de que los niños y las niñas conocieran el concepto de paz a través de la lúdica y la construcción de una historia que retoma la cultura de la paz desde las vivencias de la vida cotidiana de los niños y las niñas. Además de esto se realizó un árbol de la paz en el que se pegan dibujos alusivos al tema que recogen las percepciones de los participantes.
■ Taller 3. "Árbol caracterización de emociones". El objetivo se centró en lograr que los niños y las niñas caracterizaran las emociones, para lo cual se contó con un árbol impreso y un juego de doce emoticones adhesivos, correspondientes a las doce emociones seleccionadas por el equipo investigador: amor, furia, miedo, ansiedad, tristeza, vergüenza, alegría, humor, felicidad, sorpresa, esperanza y compasión (tomadas de las que plantea Bisquerra, 2000). A cada niño y niña se le preguntó cuáles emociones conoce y las nombraron, después eligieron entre los emoticones aquel que representa cada emoción indicada y se les hacen preguntas que lleven a la nominación de la emoción (no interesa si corresponde o no a los nombres dados por los investigadores); al elegir el emoticón lo pegan en el árbol entregado, y así con cada una de las emociones nombradas. Por consiguiente, se les pide que realicen una descripción de la emoción, que cuenten cómo es, cómo se puede saber si alguien tiene esa emoción, cómo una persona sabe que otra tiene esa emoción y, finalmente, compartan situaciones, momentos, procesos o actividades en las que ellos han experimentado esa emoción. Todo lo narrado por el niño o la niña se consigna en un registro en el que se encuentra el total de los emoticones con espacio para las respuestas. El ejercicio se llevó a cabo de manera individual en el salón de clase.
Con estas emociones se busca el emoticón; si no existe, se dibuja y se arma de manera progresiva el árbol de la caracterización de emociones.
■ Taller 4. "Árbol de las emociones para la paz". En este taller el propósito fue lograr que los niños y las niñas identificaran las emociones que hacen posible la paz, a partir del árbol de caracterización de emociones previamente elaborado. Para esto se entregó a cada participante el árbol de caracterización de emociones realizado en el taller anterior, un árbol de las emociones para la paz y un juego de emoticones igual al de la sesión anterior. Luego se retoma el taller sobre la paz y se le pregunta a los niños y a las niñas: "¿Qué recuerdan de este?"; se debe leer lo que ellos dijeron para no cambiar el sentido. Posterior a esto se les pide que observen las emociones seleccionadas en el árbol de caracterización de emociones y elijan aquellas que creen contribuyen o ayudan a la construcción de paz; cada uno elige las emociones que considera deben ir en el árbol de las emociones para la paz, las selecciona en el juego de emoticones y las pega en el árbol. Se les hicieron preguntas, como, por ejemplo: "¿Por qué crees que esa emoción es importante para la paz?". Se les pide que compartan un ejemplo o una situación que ellos hayan vivido, y que den cuenta de lo importante que es esa emoción para hacer la paz. Esto se anota en la hoja de registro y se indica cuál es el emoticón, cómo se llama la emoción y la descripción hecha.
Con estas emociones se busca el emoticón; si es una emoción nueva se dibuja y se arma de manera progresiva el árbol de las emociones para la paz.
Todas las actividades y talleres realizados se plasmaron en un diario de campo como soporte para interpretar y analizar hechos significativos ocurridos durante el desarrollo de las diversas actividades; se cuenta, además, con el registro fotográfico de las actividades realizadas.
Al terminar el proceso se realizó la devolución de los hallazgos a las instituciones educativas, tal como se había ofrecido al inicio.
ANÁLISIS DE INFORMACIÓN
Se tuvo en cuenta el análisis de categorías por contrastes, ya que se ajustó al alcance de los objetivos y respondió al planteamiento del problema. Se llevó a cabo en torno a las categorías que previamente se habían establecido, en conformidad no solo con las continuidades (aquello que dentro de las narraciones de los niños y niñas se presentó), sino también con todos los sujetos, o al menos con la mayoría. Las discontinuidades plantean los elementos nuevos dentro del estudio. Las rupturas se dan cuando se está esperando algo y aparece un elemento diferente, cuando la teoría dice una cosa y en los datos se encuentra otra. Por su parte, las emergencias son aquellas cosas que no nos esperábamos, no estaban contempladas en los objetivos ni estaban en la pregunta, ni lo habíamos hallado en la teoría; son cosas inesperadas, no se prevén.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Con los resultados obtenidos se puede comprender la forma como el niño y la niña caracterizan, identifican y consolidan los propios ambientes de paz a partir de lo que sienten (emoción), expresan (vocabulario) y manifiestan (comportamiento). Asimismo, responden a la dinámica que se origina en los procesos de enseñanza-aprendizaje, formación y convivencia, y la relación con su entorno. La comprensión de estas representaciones se hace evidente en las narrativas que los niños y las niñas realizan, en las que incluyen la nominación, la descripción, la identificación de su origen y las manifestaciones de las emociones, el reconocimiento en sí mismo y en los demás.
RESULTADOS SOBRE EMOCIONES
Los resultados de este trabajo investigativo se exponen en dos partes: emociones y emociones para la paz. En la primera fase, los niños y las niñas nombraron las emociones que identifican en sí mismos y en los otros, y las relacionan con sus contextos personales, familiares, sociales y culturales.
Los diferentes instrumentos empleados permitieron el hallazgo de doce emociones producto de setecientos noventa y siete narrativas cuyo análisis permitió conocer los sentidos y los significados que han construido los niños y las niñas a través de sus vivencias y experiencias en torno a la construcción de paz, las cuales tienen una frecuencia de alusión designada como "alta", "media", "moderada" y "baja", tal como se presenta en la Tabla 1.
De acuerdo con las respuestas del grupo de niños y niñas con quienes se realizó la investigación y con los referentes teóricos, se puede inferir que cada una de las emociones da cuenta de la similitud en las categorías acerca de las ideas que tienen sobre el concepto de emoción, sus causas y sus consecuencias. De esta manera, entre las emociones que han sido clasificadas, algunas nacen de actividades específicas de nuestra estructura biológica. De las emociones expresadas, "desagrado" (asociada al asco) y "aburrido" no estaban en la lista predeterminada de emoticones, pero ellos reconocen la expresión y la reacción de estas emociones en ellos mismos y en los demás, de modo que realizan una lectura de aquellas cosas o situaciones que los pueden llevar a reaccionar con desagrado o asco.
Es importante aclarar que los niños y las niñas, además de identificar las emociones mencionadas, refirieron otras, pero de acuerdo con sus narrativas no se clasificaron como emociones, sino más bien como causas, consecuencias o ejemplos. Asimismo, de acuerdo con el análisis se decide unirlas a las emociones con más afinidad o descartarlas. Algunas de ellas son: "dolor", "nervioso", "se-paramiento", "amistad", "felicitación", "fuera de control", "chillar", "pelear", "castigo" y "jugar".
En la segunda fase, los resultados y la discusión (en este caso referidos a las emociones que hacen posible la paz), los niños y niñas identificaron tres aspectos: definición (a partir de la cotidianidad), procedencia (resalta la importancia del entorno), y consecuencias (comportamentales, actitudinales y fisiológicas).
Cabe anotar que, producto de las bases teóricas de esta investigación y de las narrativas de los niños participantes en este proceso, fue posible construir los conceptos de emoción y emociones para la paz que se describen a continuación:
■ Concepto de emoción. Con base en Bisquerra (2000), las emociones se asumen como, reacciones ante situaciones internas y externas al sujeto, que involucran la totalidad de la persona, especialmente de su sistema cognitivo, y se manifiestan en condiciones con-ductuales, actitudinales y fisiológicas. En su configuración concurren factores personales, familiares, socio-culturales, educativos y fisiológicos.
■ Las "emociones para la paz". Aquellas reacciones que impulsan aspectos conductuales, actitudinales y fisiológicos tendientes a la construcción de conductas prosociales.
RESULTADOS EMOCIONES PARA LA PAZ
Fueron cuatrocientas siete narrativas, de las cuales doscientas noventa y cinco hacían referencia a emociones para la paz. Estas, se presentan según el orden de frecuencia, tal como se expone en la Tabla 2.
FELICIDAD PARA LA PAZ
Si somos felices, tenemos armonía en todas partes.
(S10.1.2.b)
Los niños y las niñas consideran la felicidad una emoción de paz por la necesidad de que haya justicia, se respete la vida del otro, se acate y siga la norma, se cuide la naturaleza y se incluya el valor del amor, emoción que Maturana (1990) considera positiva porque promueve el acercamiento, permite la convivencia y moviliza acciones sociales y relacionales con los otros.
Sobre la felicidad como emoción de paz y necesaria para la vida en sociedad, los niños y las niñas expresan que las agresiones físicas y verbales impiden su experimentación. Galtung (2003, p. 89), citado por López (2011),
considera la paz positiva aquella que hace énfasis en la justicia y el desarrollo, en la satisfacción de necesidades de seguridad, bienestar, libertad e identidad; por tanto, la paz deja de ser la ausencia de guerra para convertirse en un proceso que compromete a todos en la construcción social.
Cuando las relaciones afectivas son positivas originan experiencias agradables que narran los sujetos con satisfacción. Además, la felicidad, como emoción para la paz, permite establecer afectos con las personas más cercanas y los mantiene en el tiempo. La risa es una expresión innata y universal de la felicidad, a la cual se le adhieren otras expresiones, como, por ejemplo, el chiste, el comic y todas aquellas que generen goce y placer, además de que las personas sienten un estado de bienestar corporal.
AMOR PARA LA PAZ
El amor sirve para que nos queramos, a la familia, para que vivamos en paz.
(S4.1.2.b) (S10.4.1.) (S5.1.2.b)
Dentro de las emociones que los participantes de esta investigación reconocen por su importancia en la construcción de paz se encuentra el "amor". La describen como un sentimiento provocado por las relaciones que brindan bienestar, afecto, seguridad y armonía, en el contexto familiar, al igual que es una alternativa para solucionar los conflictos, el cuidado y la conservación del medio ambiente y el espacio público; también es una expresión de entusiasmo y alegría. Como consecuencia del "amor" nos encontramos con manifestaciones de cariño tales como los besos y los abrazos, así como actitudes de tolerancia, anhelo de bienestar, felicidad, ayuda, respeto y estados que permitan sentirse seguro.
Como emoción para la paz, el "amor" está presente en los sujetos que reconocen albergar ciertos deseos de hallarse en compañía de otras personas, de ayudarles, de compartir, de desear su bien, potenciando de alguna manera la capacidad transformadora frente a los conflictos, en cuanto es una realidad ligada a la condición humana que debe valorarse por la importancia evolutiva en la supervivencia, llevándolo hacia situaciones en las que la paz esté presente como protagonista.
ALEGRÍA PARA LA PAZ
Cuando uno está contento y ama a los demás vive en paz.
(S9.1.1.b)
La "alegría" es una emoción que favorece la paz. Así lo expresan los participantes de esta investigación, ya que brinda bienestar y placer emocional, en general, los cuales, en la lógica del desarrollo de este escrito, son propicios para la educación y la paz.
Es una emoción positiva. Según Bisquerra et al. (2016, p.62), las emociones negativas "son un elemento clave para la regulación emocional, ya que enmarcan los significados de las evaluaciones del contexto, modulan la expresión emocional y las tendencias de acción... El placer está en el centro de las emociones positivas".
De acuerdo con lo anterior, el placer origina estados auténticos en el ser desde su cotidianidad, por ejemplo, asistir a un evento deportivo, ver una película, participar de una actividad, etc. Sin embargo, el presente trabajo investigativo, de acuerdo con el contexto en el que se desarrolló, despierta especial interés por las interpretaciones y las reflexiones encaminadas en el marco de la educación.
De igual manera, la alegría ayuda a la paz en la medida en que genera un ambiente de bienestar que se capitaliza en ser afectuoso y tomar distancia de la indiferencia a través de la socialización y el alejamiento de la soledad; la sonrisa, por su parte, es el gesto que permite expresarse de forma positiva.
ESPERANZA PARA LA PAZ
Orar es importante para Dios, le pedimos a Dios que cuide a los amigos, al planeta, que cuidemos de todos. Mi mamá ora llorando, yo oro sin llorar, le doy mi corazón al Niño Jesús y le pido paz.
(S12.1.1.b)
Las narraciones de los niños y las niñas evidencian que la "esperanza" viene dada por las creencias y las evaluaciones que ellos hacen de su contexto, y cómo esta emoción viene a dar la tranquilidad que se necesita frente a algo incierto que ocurre.
En nuestro contexto, los colombianos esperan "el fin de la guerra", el cual se percibe como una ilusión (Valencia, 2014). Esto ha sido relevante en las campañas del proceso de paz, en cabeza del presidente, de modo que los resultados de esta investigación -desde las voces de sus participantes- destacan la emoción de la "esperanza" como aquella en la que, desde la lucha colectiva y la búsqueda del bien común, puede ser posible un país en paz.
COMPASIÓN PARA LA PAZ
Ayudar a los amiguitos y recogerlos cuando se caen y llevarlos a la profe. Ejemplo: cuando me hice este aporreón mi profe me puso una curita.
(S19.3.2.b)
Entre las definiciones que hacen los niños de la emoción compasión se encontraron relaciones con el concepto desde Lazarus (citado por Bisquerra, 2016): "La compasión es una preocupación altruista por el sufrimiento de otros con el deseo de ayudarles y aliviarles, relaciona la compasión con la empatia. La empatia es ponerse en el punto de vista de otro, compartiendo sus sentimientos" (p. 109). Además, desde los planteamientos de Reeve (citado por Chóliz y Tejero, 1994), como una concepción relacionada con la resolución de conflictos, ya que es una emoción con función social facilitadora de relaciones interpersonales a través de la expresión emocional, en este caso, de forma positiva porque los niños y las niñas coinciden en la compasión como formas de hacer mejor la vida para la construcción de paz (p. 4).
HUMOR PARA LA PAZ
Porque la paz es una fiesta divertida.
(S11.5.1.b)
Al tener en cuenta las definiciones acerca del humor hechas desde las voces de los niños y las niñas, el "humor" se destaca por su importancia en la construcción de la paz, en especial cuando ellos dicen que, si rien, no pelean, y si alguien no se rie, nunca va a estar feliz.
Los vinculos empáticos se establecen con el propósito de hacer sentir bien y esto se acompaña con la idea de estar en paz. De esta manera, el humor contribuye a la paz desde el establecimiento de relaciones sociales amables cuya manifestación fisica es la sonrisa.
SORPRESA PARA LA PAZ
Uno no sorprende a los amigos montando patineta porque se asustan y se caen, eso no es paz.
(S15.1.2.b)
La "sorpresa", desde la perspectiva de la educación emocional, y al considerar el criterio psico-pedagógico de las emociones (Bisquerra, 2009, p. 96), se denomina "ambigua" por el hecho de que puede ser positiva o negativa, dependiendo de las situaciones en que se valore. En esta investigación, al tener en cuenta la voz de los participantes, la emoción está dada por la aparición de algo imprevisto, repentino, se valora como agradable y abarca desde situaciones que implican el compartir con amigos, hasta las que genera una satisfacción personal.
Desde su opuesto, la "sorpresa" se experimenta como la falta de solidaridad, lo cual desencadena un asombro que, como emoción breve, desaparece rápidamente ante la situación extraña o novedosa, pero continúa al dar origen a una posterior, en este caso, podría ser ira o tristeza, el atentar contra un compañero o no incluirse en situaciones que desencadenen actos cooperativos, los cuales impiden el desarrollo de actitudes y conductas que rechacen la violencia y encuentren en el diálogo la forma de abordar los conflictos.
Desde las actitudes y las conductas basadas en los principios de justicia, libertad, democracia, y en el respeto, es imaginable la paz construida, teniendo en cuenta la emoción "sorpresa" como facilitadora de un proceso que incluya la transformación del verdadero sentido que tiene el pertenecer a una sociedad que lucha por un bienestar común mediante aprendizajes colectivos.
FURIA PARA LA PAZ
Cuando uno está furioso y se tranquiliza como furia, se pone calmado y deja de pelear y habla con la persona que peleo.
(S15.3.1.b)
La emoción "Furia", desde un lado positivo, puede entenderse desde la resolución de conflictos, lo cual está determinado por la educación y los contextos en los que los niños se eduquen. Pareciera que no aportara a una construcción de paz, ya que es una emoción negativa que ocasiona males, tal como señala Nussbaum (citada por Modzelewski, 2017):
Con frecuencia la ira es una adecuada respuesta a la injusticia. Extirpar la ira sería extirpar una importante motivación hacia la justicia social. Ella es la consecuencia de la indignación, que sirve de norte para señalar los comportamientos socialmente inadecuados u ofensivos. El objetivo sería lograr que la ira siempre se volcara hacia objetos adecuados, es decir, transformarla conscientemente en una emoción adecuada desde la educación, y no extirparla por completo. (p. 298)
TRISTEZA PARA LA PAZ
Cuando no hace las paces con los amigos.
(S2.2.1.b)
Al igual que la anterior emoción, pareciera no ser constructora de paz por encontrarse clasificada como negativa (Bisquerra, 2009, p. 96). No tener amigos evoca la "tristeza" referenciada como un estado de conciencia que involucra un estado contrario, como, por ejemplo, alegría, la cual posibilita los lazos de amistad. Reconocen los niños que la tristeza ayuda a la paz en la medida que se reconoce y expresa, tanto en uno mismo como en los demás.
Según las narrativas acerca del miedo se puede inferir que cumplen una función protectora si se tiene en cuenta que una vez los niños sienten o tienen miedo logran realizar acciones que procuren su bienestar y los salvaguarden ante cualquier peligro, bien sea ser valiente o bien buscar ayuda en otras personas. De acuerdo con autores como Paéz y Riquelme (2002), citados por Cárdenas, Ascorra, San Martín, Rodríguez y Páez (2013), el miedo se configura como una emoción "que genera conductas defensivas que afectan la posibilidad de reconciliación ya que las confianzas han sido vulneradas y los grupos tienden a la evitación y al aislamiento social" (p. 33).
En contraposición, Nussbaum (2014) refiere que el miedo es una emoción considerada muy útil e incluso necesaria, pues nos aparta del peligro, "sin sus impulsos estaríamos todos muertos, el miedo puede ser razonable y proporcionar una buena orientación" (p. 386).
La sorpresa es una emoción provocada por algo imprevisto o extraño, lo narrado por el niño evidencia que sentirse asombrado está relacionado con la felicidad que le produce poder mirar la naturaleza y los animales.
ASOMBRO PARA LA PAZ
Está feliz porque puede mirar la naturaleza y los animales.
(S10.5.2. b)
Desencadenantes de esta emoción pueden ser estímulos novedosos, inesperados, interrupciones, cambios bruscos, etc. Es una emoción neutra y como tal puede derivar en positiva o negativa, según el estímulo (Bisquerra, 2016, p.109).
CONCLUSIONES
Las representaciones de las emociones han sido nominadas, significadas, descritas y reconocidas en sí mismas y en los demás por los niños y las niñas participantes de la investigación. Estas manifiestan categorías ontológicas que, en algunos casos, coinciden o no con las categorías conceptuales de las investigadoras.
La comprensión de las representaciones, indicada en el objetivo general, se hace evidente en las narrativas que los niños y las niñas realizan, en las que incluyen nombres dados y sus asociaciones con otras emociones, así como la descripción, la identificación de su origen y las manifestaciones, los escenarios y los sujetos de ocurrencia de tales emociones. Asimismo, entre los objetivos específicos se propusieron los siguientes: caracterizar las emociones que reconocen los niños y las niñas como tales; diferenciar las emociones según su relación con la construcción de paz en los ámbitos propios de los niños y las niñas; describir las representaciones mentales sobre la paz que tienen los niños y las niñas de cinco años de tres regiones colombianas; identificar las emociones que deberían incluirse en un programa de educación emocional para la paz.
De acuerdo con lo expresado, una primera característica que se puede evidenciar es que los niños y las niñas definen y describen la emoción y lo hacen desde su cotidianidad, es decir, relacionan la importancia del entorno y la vivencia próxima, tal como lo menciona Damasio (citado por Martínez y Vasco, 2011, p. 185): "Somos bancos de memoria que guardan experiencias de los entornos físicos y sociales".
Una segunda característica de las emociones encontradas es la procedencia de la emoción. De nuevo resalta la importancia del entorno y, en este mismo sentido, lo refiere Reeve (1994) cuando explica la función adaptativa, en la que expone cómo la conducta es dirigida de acuerdo con la motivación externa. Con respecto a ella, la filósofa Nussbaum (2014) menciona de qué manera una emoción motiva a un comportamiento autodefensivo, el cual posee una relevancia adaptativa que se hace presente en todos los seres humanos de forma similar, por lo cual se podría decir que en la sociedad encontramos una serie de emociones similares.
La tercera característica son las consecuencias de las emociones; estas generan una serie de comportamientos, actitudes y cambios fisiológicos que son identificables por los demás.
Los sujetos participantes de la investigación reconocen unas emociones que podrian tenerse en cuenta en programas de educación emocional que se orienten a la construcción de paz, en razón a que incluyen aquellas reacciones que involucran aspectos conductuales, actitudinales y fisiológicos tendientes a la construcción de conductas prosociales, tales como espacio de protección, vinculos afectivos, construcción de ambientes de buena convivencia y acompañamiento permanente. Los niños y las niñas de la investigación consideran que estos aspectos se dan en las interacciones con sus familias, sus padres, sus cuidadores y sus grupos de pares.
El análisis de los resultados se relaciona con lo que señalan Urbina y Muñoz (2011) respecto a la paz positiva, en la cual, el vivir sin pelearse, anhelando una felicidad en familia y comunidad promueve ambientes de buena convivencia, afectividad y cuidado. Esto se relaciona con estados de bienestar, relaciones sociales amables y expresiones que logran desarrollar un vinculo empático. Asi, podrian considerarse de acuerdo con su función motivacional, en la medida en que se entienden como procesos motivadores y orientadores de acciones (en este caso la tristeza estimula la compasión, el ayudar a los demás) (Reeve, 1994).
Al enfrentarse a situaciones de violencia, se activa un instinto de conservación de la persona; el "miedo", la "tristeza" y la "furia", aunque no sean emociones positivas, están presentes en una intensidad baja en las narraciones desde las voces y los sentidos que los niños y las niñas han construido por estar asociadas a emociones protectoras que, de alguna manera, llegan a transformar los conflictos y ser útiles ante situaciones en las que la paz esté presente como protagonista.
Los resultados obtenidos son coherentes con las diversas teorias que han sido consultadas y problematizadas. Las emociones consideradas como básicas y que, desde una teoria evolucionista podrian ser innatas en el ser, independiente del contexto y de la experiencia que tenga con su cotidianidad, logran diferenciarse según su relación con la construcción de paz, ya que la experiencia de felicidad y los afectos positivos se convierten en emociones de paz, con efectos sociales que permiten mejorar las relaciones interpersonales y colectivas.