Introducción
Las diversas formas contemporáneas de asumir las maternidades develan las estructuras de poder que las mujeres deben enfrentar cuando deciden asumir perspectivas nuevas o divergentes para afrontar la gestación, el parto y la crianza de sus hijas e hijos. En este orden de ideas, las redes sociales -definidas como las características estructurales de los lazos y conexiones que poseen las personas (Sapag y Kawachi 2007)- son fundamentales para la adecuada adaptación a etapas cruciales de la vida como las maternidades, que conllevan grandes cambios y rupturas en las dinámicas de las personas. La transición a las maternidades y las múltiples vivencias que este periodo de la existencia supone para las mujeres requiere de manera especial del acompañamiento por parte de esas redes, en términos emocionales, físicos, instrumentales e informativos para consolidar el apoyo social (Berlanga et al. 2014), que, en este caso, estaría definido por la ayuda percibida por las mujeres madres de sus redes sociales. Se habla de maternidades en plural, al considerar las diversas y divergentes formas de entender y vivenciar la maternidad que coexisten en los contextos contemporáneos, en cuyos matices, incluso, se encuentran mujeres que de manera libre e intencionada eligen vivir sin una pareja o padre para sus hijos (González et al. 2014).
Dadas las dinámicas de la vida contemporánea, en las que las redes sociales digitales entran a generar, a través de sus mediaciones, cercanías que conforman conexiones e interacciones entre diversos grupos, estas se consolidan con fuerza como un espacio de apoyo social de las mujeres durante el embarazo y en las vivencias de la crianza y las maternidades (Gutiérrez 2018). Diversos estudios dan cuenta del uso de dichas redes para la obtención de información relevante en esa etapa de la vida, que inicia en gran medida con la búsqueda de una salud óptima durante el embarazo y el cuidado del bebé (Ortiz et al. 2018), contexto frente al cual las diferentes redes relacionadas con estas temáticas son concebidas como fuente de seguridad (Fernández Aranda 2016), que, en muchos casos, se conectan con cambios de comportamiento (De la Peña y Quintanilla 2015) respecto a los hábitos de vida de las mujeres y sus familias; así mismo, el aumento de bienestar a partir de la percepción de apoyo social en las maternidades (Berger y Bue-chel 2012) podría constituirse en una alternativa para ampliar el capital social (Bourdieu 1997; Gleeson, Craswell y Jones 2018) con el que se cuenta para asumir los desafíos en estos recorridos vitales (Sapag y Kawachi 2007).
En ese contexto, se parte del propósito de ampliar la comprensión frente a los significados y los aportes atribuidos a las redes sociales virtuales sobre maternidades y crianza por mujeres colombianas. Así, el presente artículo analiza resultados parciales de una investigación doctoral en ciencias sociales, la cual se ubicó en el paradigma de investigación cualitativa, a través de los postulados de la teoría fundada (Strauss y Corbin 2004), para el proceso investigativo y el análisis de la información recolectada. A continuación, se presentan los aspectos metodológicos de la investigación realizada, así como los principales hallazgos en cuanto a las características de las redes virtuales analizadas, además, los aportes percibidos por sus participantes en relación con sus maternidades y crianzas; también, las dificultades que encuentran allí y la discusión de las posibilidades de estos escenarios hacia el apoyo social y el ciberactivismo de las mujeres.
Metodología
El estudio se enfocó en un grupo colombiano de Facebook sobre temas de parto respetado, maternidades y crianza respetuosa. El grupo fue conformado en 2014 por mujeres antioqueñas interesadas en promover esas temáticas en Medellín. Sin embargo, en la actualidad cuenta con más de 6.000 integrantes, con ubicaciones en diversos municipios de Antioquia (Colombia) e, incluso, mujeres colombianas residentes en otros países.
El análisis se llevó a cabo a partir de 17 entrevistas en profundidad, con integrantes, moderadoras y profesionales de apoyo, del grupo de Facebook elegido. También, se incluyeron testimonios de profesionales vinculados a proyectos institucionales, diseñados para el apoyo a las maternidades y al crecimiento durante los primeros años de vida.
Además, se realizó un grupo focal con cinco madres integrantes de una tribu presencial, conformada a partir de las interacciones previas en el grupo de Facebook. Con estas mujeres se buscó generar un ambiente cercano para observar las dinámicas de sus interacciones (Kamberelis y Dimitriadis 2015), el cual asemejaba la cotidianidad de sus relaciones.
En complementariedad de la valoración de las dinámicas de los escenarios virtuales, se analizaron 40 publicaciones en el grupo de Facebook, realizadas entre enero y septiembre de 2019, las cuales tuvieron 1.230 comentarios y coincidían con las categorías emergentes; también se llevó a cabo la observación participativa durante nueve meses a dos grupos de Whats-App creados por integrantes del grupo de Facebook. La codificación y categorización de los resultados, se apoyó en el programa NVIVO, versión 12.
Esta investigación contó con el aval del Comité de Ética de Investigación en Salud de la Universidad Pontificia Bolivariana, sede Medellín, lo cual consta en acta del 16 de agosto de 2019. En la realización del trabajo de campo, se diligenció un consentimiento informado con cada uno de los participantes y se garantizó la confidencialidad de sus identidades, a través de la utilización de nombres ficticios y la omisión de los nombres de las entidades de salud.
Características de los integrantes de la red social virtual
En su mayoría, el grupo es integrado por mujeres en gestación -algunas en búsqueda de embarazarse-, madres, familiares y cuidadoras de niños desde recién nacidos hasta diez años, aproximadamente. También, hay padres que participan, pero constituyen una minoría, aunque en algunos casos han asumido intervenciones muy activas, como es el caso de un padre que lideró una reclamación colectiva a una clínica, frente a múltiples relatos de violencia obstétrica.
La población que participa en el grupo es diversa, en cuanto a las condiciones socioeconómicas y los niveles educativos; es así como en las interacciones se encuentran comentarios de mujeres que tienen acceso a salud prepagada y capacidad adquisitiva para compras de productos y asesorías de altos costos, entremezclados con los de mujeres que viven en el rebusque diario o que están desempleadas y sin posibilidades de cobertura de las necesidades básicas. Esta diversidad también se vio reflejada en el hecho de que varias de ellas habían dejado sus empleos remunerados para encargarse de la crianza y las labores domésticas; además, sus viviendas estaban ubicadas entre los estratos dos y cinco1.
En términos de niveles educativos de las integrantes, también se pudo apreciar en las observaciones participantes cómo interactúan mujeres con estudios universitarios e incluso de posgrados, y mujeres que, según los relatos de sus condiciones de vida, el lenguaje empleado y las alusiones a sus estudios, cursaron máximo el bachillerato y en algunos casos tienen el anhelo de poder hacer algún curso para mejorar sus condiciones de empleabilidad.
Respecto a las mujeres que participaron en las entrevistas en profundidad sobresale que solo una no tiene estudios universitarios, pero cursa educación técnica; las demás fueron profesionales e incluso algunas tienen posgrado. Lo anterior, podría atribuirse a que se delimitó la participación para las entrevistas y el grupo focal a las mujeres que hubiesen trascendido las relaciones del grupo a la vida presencial, lo cual podría ser más difícil de lograr cuando faltan los recursos para satisfacer las necesidades básicas.
En la observación también se encontró que las madres con menores recursos económicos -como las residentes en los estratos más bajos y las migrantes venezolanas- interactúan más con aquellas que gozan de mejores recursos económicos, motivadas por la búsqueda de alternativas de resolución de necesidades básicas como el vestuario de sus hijos, para lo cual incluso crearon un grupo de WhatsApp en el que intercambian ropa usada o la venden a bajo costo para comprar otras cosas a sus hijos. Dichas mujeres también se relacionan con las demás integrantes de las redes virtuales para ofrecer productos en venta como comida, pañales, accesorios, entre otros, que les ayudan a tener un ingreso para sus familias.
Por último, se evidenció otro escenario de extremas carencias económicas, en los cuales las mujeres interactúan con el grupo para solicitar ayuda al no tener forma de pagar la vivienda, ni siquiera la comida para ellas y sus hijos. El equipo moderador y las integrantes del grupo se muestran solidarias frente a las situaciones descritas, para las cuales realizan campañas de donaciones, en las que obtienen diversos recursos físicos, económicos e incluso asesorías gratuitas de distintos profesionales para apoyar a esas familias.
En tal sentido, se resalta la solidaridad entre muchas de las integrantes que se mostraron preocupadas por ayudar a otras mujeres y familias, pese a que también tenían sus propias dificultades en términos económicos y personales.
En cuanto a la ubicación geográfica de las participantes en el grupo de Facebook, pese a que en el nombre de este grupo se refiere de manera directa la ciudad de Medellín, está integrado por personas de diferentes municipios de Antioquia y diversas ciudades de Colombia. También, hay integrantes que residen en países europeos y latinoamericanos, pero, en su mayoría, son originarias del departamento de Antioquia, porque, al parecer, quieren vivir sus maternidades y crianza al tanto de lo que sucede en esos temas en su ciudad de origen. Por último, se da la participación de personas de diferentes nacionalidades, fundamentalmente de otros países de América Latina y Europa del Sur, que viven o vivieron en Medellín. En el período en que se hizo la observación se notó de forma particular la participación de mujeres venezolanas residentes en el departamento de Antioquia.
Motivaciones para pertenecer a una red virtual sobre parto, maternidad y crianza
En su mayoría, las mujeres participantes relatan que la motivación inicial para pertenecer al grupo de Facebook fue obtener más información acerca del parto; algunas mencionan de manera directa que su búsqueda se enfocaba en lograr un parto respetado y para eso llegaron allí, para saber qué opciones tenían de lograr ese propósito: "Yo quería un parto bonito, como más amoroso, más respetuoso y me apareció ese grupo, y yo dije, no, yo tengo que estar aquí y envié la invitación y me recibieron" (Lina 2015).
Pese a que la motivación inicial para estar en este grupo era el parto, una vez las mujeres culminan la gestación y llegan a sus casas con el bebé, reconocieron que les surgieron múltiples preguntas relacionadas con la lactancia, los cuidados del recién nacido, el sueño y sus emociones en el posparto, frente a las cuales encontraron respuesta en este grupo, además de comprensión y apoyo ante a las nuevas vivencias.
Dentro de las apuestas del grupo de Facebook, varias mujeres participantes refieren una maternidad más consciente, a la que asocian algunas tendencias en la crianza como: la lactancia prolongada -más de dos años-, el colecho -dormir con sus hijos-, el porteo -llevar a los bebés en el cuerpo de su cuidador a través de un fular-, el libre movimiento -exploración del movimiento por los niños, sin intervención del adulto- y, en general, la denominada crianza con apego, que se construye a partir de interpretaciones de la teoría del apego de John Bowlby (1996).
En ese contexto de elecciones alternativas frente a la crianza, las mujeres encuentran otra motivación para llegar y permanecer en el grupo de Facebook, encontrar asesorías y apoyos frente al estilo de crianza elegido, pese a que sus hijos crezcan y se superen las incertidumbres de los primeros meses de vida.
Equipo moderador
El grupo de Facebook, además de la creadora que está a cargo de la administración del grupo, cuenta con nueve moderadoras que apoyan las tareas de admisión de nuevos integrantes, revisión de los comentarios y respaldo a iniciativas que se generan, por ejemplo, para ayudar a mamás o familias que necesitan apoyo económico para superar una crisis, como la generada por la separación o muerte de su pareja.
Dentro de las labores del equipo moderador se encuentra la revisión de solicitudes de ingreso al grupo, para lo cual deben verificar que no sean perfiles falsos, comerciales o los que denominan vampiros blancos, que son personas que tienen como perversidad buscar fotos de mujeres lactando a sus hijos, para darles usos de carácter sexual y erótico.
Las moderadoras de manera voluntaria revisan todas las publicaciones que se realizan en el grupo para brindar orientaciones cuando se requiere, conectar con personas que puedan ayudar según la situación y realizar control de los comentarios, cuando estos se vuelven irrespetuosos o contrarios a las normas del grupo.
Participaciones de los profesionales de la salud
El grupo virtual se caracteriza también porque dentro de sus integrantes hay distintas profesionales de la salud y de atención psicosocial, quienes ofrecen orientaciones a las madres desde sus áreas de experticia: lactancia, alimentación complementaria, psicología, odontología pediátrica, fonoaudiología, enfermería y medicina.
Además de brindar orientaciones frente a las preguntas de otras participantes del grupo, las profesionales también hacen precisiones sobre algunos comentarios que cuestionan, sin argumentos claros, las orientaciones o procedimientos llevados a cabo por otros profesionales de la salud dentro de las instituciones.
Las profesionales de la psicología tienen una participación constante frente a diversas publicaciones y comentarios en los que las mujeres al desahogarse dejan en evidencia problemas asociados con su salud mental. Por lo general, estas profesionales apoyan, en primera instancia, la contención emocional que intentan llevar a cabo otras mujeres que comentan, pero también ofrecen alternativas para que aquella mujer con dificultades acceda a una atención que le permita tramitar de mejor manera la experiencia vivida.
Las psicólogas del grupo que fueron entrevistadas coinciden en que para ellas el grupo es demandante, pues son muchos y constantes los comentarios que requieren su orientación y apoyo, el cual continúa a través de conversaciones privadas sostenidas a través del chat interno e incluso consultas virtuales y presenciales, aunque muchas de esas mujeres no tengan posibilidades para pagar una consulta psicológica.
Información y comunicación
En principio, las personas que llegan al grupo de Facebook buscan información acerca de los lugares más recomendables para tener un parto respetado; luego, los requerimientos de información cambian hacia las características del sueño, alimentación y cuidados de los recién nacidos, así como de los cambios emocionales que experimentan las mujeres tras la llegada de su bebé.
En las distintas etapas del desarrollo durante los primeros años de vida, la alimentación es objeto de preocupación y múltiples dudas por parte de las madres interesadas en saber cómo hacerlo, si lo están haciendo bien o si asuntos como la inapetencia pueden ser normales. La crianza de los hijos también se convierte en objeto de múltiples solicitudes de información, orientadas a cómo lograr una crianza respetuosa, el manejo de las pataletas infantiles y aspectos relacionados con la educación como la elección de guarderías, jardines infantiles y colegios.
Las mujeres entrevistadas, en calidad de madres integrantes de la red virtual, comparten la idea de que en este espacio encuentran informaciones acordes con lo que para ellas es bueno o deseable frente a aspectos como el parto, la crianza y sus vivencias de las maternidades: "Siento que eso como que tiene que resonar con uno, y conmigo resuena, lo que ellas ponen ahí como que van con lo que yo... con lo que a mí me gustaría hacer" (Daniela 2019). Lo anterior, conlleva a plantear que en estos escenarios hay posibilidades de elegir de acuerdo con los gustos e intereses, lo que se convierte en un valor para la permanencia en dichos espacios.
Lactancia
La lactancia materna es uno de los temas que genera más requerimientos informativos, al respecto las mayores inquietudes son sobre el inicio de la lactancia, pues consideran que no les baja suficiente leche y temen porque sus bebés no estén bien alimentados en sus primeros días de vida. La terminación de la licencia de maternidad genera muchas dudas frente a la viabilidad de continuar lactando con las dinámicas propias de la vida laboral. Así mismo, surgen interrogantes frente a las recomendaciones que reciben por parte de los profesionales dentro de los programas y consultas, quienes cuestionan la continuidad de la lactancia después del primer año de vida o, incluso en algunos casos, a partir de los seis meses de los bebés. Por último, se preocupan por la terminación de la lactancia, para que no sea un episodio traumático ni para el hijo ni para su madre.
Las publicaciones e interacciones en torno a la lactancia materna también involucran aspectos relacionados con las dificultades que esta práctica conlleva para las mujeres, en las que se reconoce como dolorosa y agotadora; por ello se dan ánimo entre las participantes, al considerar los múltiples beneficios que tendría para sus hijos y para ellas en cuanto a la construcción del vínculo con sus bebés.
Pese a que el grupo se declara promotor de la lactancia, cuando una mujer expone que no quiere continuar con esta práctica, aunque intentan animarla a seguir haciéndolo, también se dan comentarios de respeto y apoyo frente a su decisión, en los cuales incluso la instan a que deje la culpa que le produce esta decisión.
Comunicación
En las interacciones observadas entre las integrantes del grupo, a través de las publicaciones y las respuestas a estas, sobresale en términos generales un trato cercano, empático y respetuoso en la mayoría de las ocasiones. Sin embargo, hay circunstancias en las cuales al parecer se malinterpretan ciertos comentarios por falta de contexto frente a las situaciones expuestas, también por las limitaciones propias de la comunicación asincrónica y no presencial, y en otras ocasiones en reacción a posturas diferentes a las que comparten en mayor parte sus integrantes.
En los momentos en que se generan dificultades en la comunicación, es común que algunas integrantes del grupo intervengan para llamar a la empatía, para ayudar también a lograr mayor claridad frente a la idea que se quiere expresar o para solicitar respeto por las diferencias.
Por otro lado, la confianza es un aspecto que refieren las participantes como decisivo en la comunicación y las interacciones que se dan en los grupos virtuales; para algunas solo estaría asociada a los temas puntuales de la maternidad, mientras que otras mujeres -y de manera principal refiriéndose a los grupos de WhatsApp que han creado a partir del grupo de Facebook-, mencionan que comparten cosas de su vida íntima, que no conversarían ni siquiera con sus parejas o familiares.
Relaciones que se vuelven presenciales
A través de las interacciones que se dan entre las integrantes del grupo de Facebook, se generan llamados a encuentros presenciales que tienen sustento, en muchos casos, en las soledades que experimentan las mujeres frente a las vivencias de sus maternidades, que las hacen sentir necesitadas de encontrar otras mujeres que las entiendan y con quienes puedan pasar tiempo y conversar acerca de las dudas, dificultades y otros aspectos relacionados con esta etapa de sus vidas.
A partir del grupo de Facebook, también surgieron varios grupos de WhatsApp en los que se generan interacciones más cotidianas y en los cuales también las integrantes se agrupan por ciertas afinidades que identifican en el otro grupo, por ejemplo, sus intereses en los emprendimientos o en ciertas tendencias de crianza, así como por ser mujeres que coinciden en sus formas de ver ciertos aspectos que se discuten en Facebook.
Tras una observación participante de la dinámica de dos grupos de WhatsApp que tuvieron su origen en el grupo de Facebook analizado, se encontró que estos espacios tienen menos integrantes -no más de 100- y que generan dinámicas de mayor cercanía en la cotidianidad, a través de publicaciones más frecuentes. También se tocan otros temas de humor, sexo y relaciones de pareja que al parecer crean una atmósfera de mayor confianza, por lo cual es muy frecuente leer allí desahogos, que tienen que ver con aspectos íntimos de las problemáticas de las parejas, las familias y los momentos de desesperación frente a la crianza de los hijos.
Las tribus
En el lenguaje utilizado en la red virtual analizada, la palabra tribu se usa de manera frecuente para referirse al grupo. En las entrevistas, algunas mujeres relataron que esta red virtual constituye lo que para ellas es la tribu con la que cuentan para la crianza de sus hijos y sus vivencias en las maternidades.
Al respecto, en los comentarios de las publicaciones y en las entrevistas, varias mujeres participantes en calidad de madres y de profesionales de apoyo del grupo virtual refirieron la necesidad de contar con una tribu que las apoye en la crianza de los hijos, para que ellas no se sientan tan solas en esa labor, soledad que les dificultaría más, todo lo que conllevan las maternidades: "¡Necesitamos unirnos más en tribu de crianza! Apoyar a esa mamá que está al cuidado de sus hijos, esa mamá también necesita ser protegida y acunada" (Comentario del 23 de marzo de 2019).
Respecto al significado que le atribuyeron al tener una tribu, algunas mujeres se remontaron a tiempos primitivos de la humanidad, en los cuales la crianza de los hijos era un asunto que se ejercía de manera compartida por los distintos integrantes del clan o grupo familiar, sin dejar que solo una persona tuviera que hacerse cargo.
La mayoría de las madres entrevistadas contaron que a partir de sus interacciones en el grupo de Facebook identificaron otras mujeres con las que tenían mayor afinidad, por el tipo de respuestas que daban a los comentarios, por lo cual se congregaron a través de grupos de Whats-App e iniciaron relaciones más cercanas, que se volvieron significativas en la cotidianidad.
Tal y como se observa en la figura 1, las mujeres pertenecientes a las tribus presenciales o de los grupos de WhatsApp narran que este espacio les abrió la posibilidad de tener amigas, que constituyen un círculo al que pueden llamar para hablar acerca de sus maternidades y de la vida en general, por el cual expresaron profundos sentimientos de aprecio.
Para las participantes de las tribus, estas constituyen el mayor apoyo que tienen en sus maternidades y crianza, e incluso algunas dijeron que era su único soporte, pues a su alrededor no contaban con familiares o amigos cercanos, en algunos casos por encontrarse en otras ciudades y también porque en su familia y seres más próximos no encontraban la confianza o el apoyo para compartir las cosas que comentan con su tribu. Algunas mujeres entrevistadas comentaron su éxito en decisiones como volver a tener un empleo remunerado, gracias al apoyo que recibieron de su tribu.
Las integrantes entrevistadas de distintas tribus resaltaron que si bien en principio se agruparon por sentir afinidad en los comentarios que realizaban frente a los temas publicados en la red virtual, las caracteriza la diversidad en sus personalidades y estilos de vida. En las tribus, las mujeres comparten lecturas de pediatras y otros profesionales, acordes a sus apuestas de crianza; incluso, empiezan a compartir discursos frente a temas como la equidad de género, las consecuencias de la cultura patriarcal en las vivencias de las maternidades y las necesidades de la sororidad entre las mujeres.
Aporte de las redes sociales virtuales para las madres participantes
Varios de los aportes percibidos por las participantes están enfocados en lo relacional, como establecer amistades con las cuales compartir tiempo, tener en quiénes confiar para desahogarse, expresar sus sentimientos frente a la maternidad, contar con apoyos que hacen posible la sanación, frente a asuntos traumáticos como la violencia obstétrica y otras dificultades de la maternidad.
Las participantes también percibieron como aporte la información y capacitación que obtienen a partir del grupo de Facebook, que, sumadas a los aspectos antes descritos, contribuirían a que ellas logren empoderarse de sus maternidades, lo que se asocia a vivir esta etapa según sus creencias, búsquedas y convicciones. Esto genera en varias mujeres la percepción de que así logran una versión de madres diferente a la que eran antes de ingresar al grupo, para otras mujeres es percibido como un despertar, lo cual valoran como un gran logro que obtuvieron a partir de su pertenencia a esta red social virtual.
Para otras mujeres, el grupo fue el impulso frente a una transformación en sus procesos laborales y profesionales, que las llevó a dedicarse a proyectos y de apoyo en las maternidades y crianza de los hijos. Algunas cambiaron sus profesiones u oficios para dedicarse a roles como doulas, asesoras de lactancia, porteo o alimentación complementaria.
En otras situaciones, el grupo aportó a las mujeres participantes la oportunidad de descubrir que habían sido víctimas de violencia obstétrica en sus embarazos o partos, y herramientas para un segundo embarazo y parto, como las relacionadas con el conocimiento frente a sus derechos y las opciones para reclamarlos en caso de ser vulnerados.
Por último, varias de las mujeres participantes refirieron que, para ellas, el apoyo más significativo en esta etapa de la vida es el que han encontrado a través de las redes digitales como el grupo de Facebook y los grupos de WhatsApp.
Yo no era la única que estaba pasando por eso
Tal y como se aprecia en la figura 2, las mujeres participantes refirieron como un aporte destacado de su participación en el grupo de Facebook, la tranquilidad que les genera ante situaciones que para ellas son difíciles de manejar, encontrar que no son las únicas que pasan por esto y que hay otras mujeres que entienden lo que significa para ellas ese momento, y las alientan al narrar que son etapas pasajeras:
Yo no me alegraba de lo que les pasaba a ellas, pero por lo menos me daba a mi esa, como ese respirito de que yo no era la única persona que estaba pasando por esa situación y que, si a ellas se les había solucionado, a mí también. (Lina 2019)
La relevancia que encuentran en esta percepción de no ser las únicas que atraviesan una situación que les resulta difícil es, por un lado, la idea de normalidad frente a eso que están viviendo y, por otro, el alivio de saber que es posible superar dicha situación dado que otras mujeres lo han logrado.
También, les resulta tranquilizador el hecho de que otras mujeres expresen lo rápido que pasan esas primeras etapas de la vida de sus hijos, en las que demandan una atención valorada por ellas como excesiva y que conlleva a sentimientos contradictorios, frente a elecciones como quedarse tiempo completo en casa para estar más cerca en esos primeros meses o años de la crianza.
Empoderamiento
Muchas mujeres sintetizan los aportes que reciben al integrar el grupo de Facebook sobre maternidad y crianza en el empoderamiento que lograron allí. Tal y como se observa en la figura 3, la percepción es que obtienen poder para vivir sus gestaciones, partos y crianzas, gracias a la información y compañía que encuentran en esta red social virtual.
Dificultades en las interacciones en las redes sociales virtuales
Además de los riesgos en la comunicación propios de la virtualidad y de otros aspectos ya mencionados como la tendencia a validar solo aquello que se percibe como bueno, sin permitirse escuchar otras posturas, las redes virtuales sobre temas relacionados con la maternidad podrían llevar a otras dificultades para sus integrantes como incitarlas a sentimientos de miedo, culpa, ansiedad, frustración y desilusión, al ver que no cumplen las expectativas frente a las maternidades o respecto a lo que esperaban encontrar en este grupo virtual.
La participación de las mujeres en diferentes redes virtuales sobre maternidad y crianza podría contribuir a la ansiedad, a partir de la recepción de gran cantidad de información cuando no se cuenta con las competencias para discernir ni con los recursos físicos, mentales o familiares para llevar a cabo las opciones que se plantean allí.
Otro sentimiento negativo que podrían desencadenar las interacciones en las redes virtuales sobre maternidad es la culpa, pues si bien en la red virtual analizada existe un discurso predominante de ayudar a que las mujeres logren deshacerse de ese sentimiento, podrían promoverla de manera implícita al poner estándares muy altos frente a las maternidades y la crianza, imposibles de lograr en todos los contextos familiares o personales.
Frente a decisiones relevantes para las mujeres como aceptar una oferta laboral que les resulta atractiva, hay comentarios de otras madres que podrían generar sentimientos de culpa, a quien hace la consulta al grupo antes de decidir: "Creo que todo va más en lo que uno considera como prioridad, si tu estado emocional y económico, o los momentos que vas a compartir con tu bebé. Ambos son válidos" (publicación del grupo de Facebook, 20 de septiembre de 2019).
De manera implícita, la culpa es un sentimiento que podría promoverse en situaciones en las que otras mujeres experimentan sufrimientos o enfermedad mental, que incluso las pueden llevar a decisiones drásticas como el suicidio, hecho que sucedió en el período de observación, en el cual las demás integrantes del grupo percibieron que tal vez podrían haber hecho algo para ayudar en ese sufrimiento y para prevenir tan lamentable hecho.
Las participantes reconocen que a veces en las interacciones generadas a través de la red virtual también se llega a discusiones y peleas con comentarios agresivos contra otras mujeres, los cuales han trascendido a espacios personales como el chat privado del Facebook, en el que se han registrado agresiones a integrantes y moderadoras del grupo, por una posición expresada a través de un comentario.
Dentro de las dificultades asociadas a las interacciones en las redes virtuales sobre maternidad y crianza, algunas integrantes se desilusionan por el incumplimiento de las expectativas construidas en torno a sus participaciones y a los aportes en general que esperaban del grupo.
En ese sentido, algunas integrantes del grupo también expresaron que en las interacciones sintieron que sus conocimientos no fueron valorados por quienes comentaron sus publicaciones y que algunas de las mujeres, cuyos conocimientos están validados por sus estudios académicos o por sus experiencias, tienden a imponerse sobre las demás.
La figura 4 sintetiza los principales hallazgos frente a los significados atribuidos por las mujeres participantes a las redes virtuales sobre maternidad y crianza.
Discusión
El entendimiento frente a la apropiación social de la tecnología, desde perspectivas que trasciendan el uso de las Tic, implica la comprensión respecto a los valores relevantes para un grupo social (Toboso 2014), así como la falta de satisfacción de estos valores, que podría darse en espacios como las redes sociales virtuales.
En el caso de la población participante de la red social virtual analizada sobre parto, maternidad y crianza en Colombia, se encuentra como un valor relevante que las mujeres puedan asumir las vivencias de sus partos y maternidades de una manera empoderada, que implicaría que sea acorde a sus sentires, deseos y búsquedas, aunque estas sean diferentes o contrarias a las expectativas que tienen sus redes sociales próximas como familias, amistades, ambientes laborales, instituciones de salud y educación.
Para fomentar esos valores que se comparten en este caso particular, la percepción de las participantes es que en sus contextos familiares y sociales carecen de apoyo social (Berlanga et al. 2014), el cual encuentran en las redes sociales virtuales a través de las posibilidades que tienen para desahogarse, recibir contención emocional, consejos, apoyos, compañía y amistades que se vuelven presenciales y que son empáticas frente a las expectativas y dificultades experimentadas.
En tal sentido, las mujeres participantes comparten percepciones frente a la necesidad de criar en red o tribus (Del Olmo 2013), como una reminiscencia de las culturas ancestrales en las que la crianza era un asunto compartido por las comunidades, en las cuales las mujeres encontraban sus principales apoyos. Esto constituye una carencia percibida por las mujeres participantes, respecto a los valores compartidos, lo que para ellas sería la falta de una tribu presencial podría explicarse en el individualismo que instala la modernidad (Fromm 1986) en las sociedades contemporáneas, frente a los ideales de ascenso y conservación -para aquellos que poseen los recursos- de la clase social, lo que afecta la solidaridad e incluso la subjetividad de las personas frente a las relaciones consigo mismas y con los demás.
En la vida cotidiana de las mujeres participantes, esa falta de apoyo es comprendida en los estilos de vida en los que las personas pasan más tiempo fuera de sus hogares y con viviendas distantes de las de sus familiares (Vivas 2019). También, en las posturas de juzgamientos y conflictos asumidas por las personas de sus redes presenciales, cuando no están de acuerdo con los estilos y decisiones de las madres frente al cuidado y la crianza.
En ese contexto, las redes sociales virtuales permitirían el encuentro con otras pares que comparten intereses y necesidades (Aguilar y Said 2010), pese a ser personas muy diferentes en términos socioeconómicos y en ubicaciones geográficas, con las cuales tendrían mínimas o nulas oportunidades de interactuar, sino fuera a través de los espacios virtuales.
Estos encuentros e interacciones entre mujeres de diversas clases sociales con diferentes niveles educativos y distintos insumos en cuanto a su capital social (Bourdieu 1997), que podría determinar sus posibilidades para decidir, tienen potencial de generar transferencia de capital social (Sapag y Kawachi 2007), ya que las mujeres de menores recursos accederían a las experiencias y orientaciones de aquellas con mayores posibilidades.
Dada la relevancia de las redes sociales virtuales sobre temas de maternidad y crianza, las cuales se constituyen también en una fuente para la toma de decisiones importantes y para asumir con tranquilidad tendencias contrahegemónicas en la crianza como el colecho y la lactancia, después de los dos primeros años de vida, es posible plantear que en estos espacios se configuran nuevas subjetividades (Aguilar y Said 2010, 198) en torno a las maternidades contemporáneas.
Lo anterior se plantea desde la consideración de que "el sujeto está constituido subjetivamente y sus acciones son una fuente constante de subje-tivación que llega a ser constituyente de los propios procesos en los que se constituye" (González 2002). En tal sentido, se plantea que de estas redes virtuales emergen nuevas subjetividades en las maternidades, en las cuales las mujeres participantes propenden por ser madres empoderadas, conscientes de su maternidad, capaces de asumir tendencias contrahegemóni-cas en el cuidado y la crianza de sus hijos, pese a que estas les generen mayores exigencias a ellas y consecuencias de juicios sociales sancionatorios e, incluso, aislamiento de sus redes sociales presenciales.
Dentro de las configuraciones que tienen lugar en la red social virtual estudiada, sobresale la búsqueda de transgresión de los individualismos hacia la conformación de la tribu afectual (Maffesoli 2004), en la cual se busca la solidaridad a partir de una forma de sociabilidad electiva con mujeres con las que se tiene afinidad, en asuntos considerados fundamentales frente a las maternidades y la crianza.
Riesgos y contradicciones en las redes sociales virtuales
Los afectos generados hacia las profesionales intervinientes en este tipo de redes virtuales hacen que se tome todo lo que comentan y promueven como asuntos fundamentados, pero en algunos casos lo que promocionan son interpretaciones de teorías, en su esencia incluso contrarias a dichas lecturas. Esto conlleva riesgos frente a la salud física y mental de las familias involucradas que podrían incurrir hasta en peligros graves de accidentes, por ejemplo, si se toman al pie de letra interpretaciones como las que hablan de dejar sin control las exploraciones de los pequeños, desde sus primeros meses de vida, para lograr una crianza con apego.
Si bien este grupo de Facebook promulga ideales de libertad respecto a la crianza, a sus participantes les cuesta mantener en sus interacciones la coherencia con dichos postulados, al cuestionar e incluso censurar los comentarios contrarios a ideas que se comparten por gran parte de las integrantes del grupo. En este caso, el control se percibe como algo que se genera por las distintas integrantes del grupo, cuando al parecer se expresan puntos de vista que pueden ser diferentes a lo que se comparte como aceptable por la mayoría de ellas.
Por otro lado, frente a la posibilidad de que las redes virtuales pongan un estándar muy alto frente a la crianza y la maternidad, podría darse una paradoja respecto a la motivación que han expresado varias mujeres frente a esas redes de lograr un apoyo en respuesta a los juzgamientos que reciben por parte de sus familiares y personas más cercanas, pues se expondrían a unos nuevos juicios por no cumplir de manera cabal unos nuevos estándares predominantes en este espacio virtual.
Potencialidades y aportes de las redes sociales virtuales
Este espacio de desahogo tiene potencial de dar visibilidad a lo que no suele verse en otros escenarios (Vivas 2019) o a lo que algunos actores sociales como las mismas familias, instituciones de salud y sector productivo parecen no querer ver, frente a las dificultades e implicaciones de las maternidades en diversos ámbitos de las vidas de las mujeres e incluso sus consecuencias en términos de salud mental.
Respecto a las posibilidades de recibir apoyo en asuntos necesarios y relevantes para las mujeres, como los relacionados con su salud mental durante el embarazo y las vivencias de sus maternidades, la red social virtual constituye una buena forma de acceso para que algunas participantes reciban orientaciones profesionales de una psicóloga.
De las interacciones hacia el ciberactivismo
Acciones que se llevan a cabo a partir del grupo de Facebook podrían constituir formas de movilización social tendientes al ciberactivismo (Fernández Prados 2012), como los espacios para que muchas mujeres reconozcan haber sido víctimas de la violencia obstétrica y, a partir de ahí, se apoyen en la desnormalización social de esas prácticas violentas, lo que empieza por nombrarlas como tal, para luego reclamar en otros escenarios la necesidad de cambios y alternativas diferentes, respecto a la humanización en la atención del parto.
En el caso colombiano, diversos grupos de mujeres y profesionales, interesadas en temas de parto y maternidades (Mendivil 2015), se han asociado y apoyado en las distintas redes sociales virtuales para la promoción del parto humanizado, lo que empieza a generar transformaciones en distintos escenarios de la sociedad.
Dicha experiencia coincide con otras como la llevada a cabo en Brasil (Moreiras y Dalcanale 2017), en la que el tema se empezó a reconocer y a ser objeto de discusiones en distintos ámbitos como el académico y luego en las políticas públicas, a partir del movimiento que generaron las mujeres -principalmente, madres de clase media-, a través de las redes sociales virtuales.
En tal sentido, las redes sociales virtuales podrían facilitar la participación de las mujeres (Mendivil 2015) que encuentran allí la oportunidad de reunirse a partir de sus intereses e identidades para compartir sentires, carencias y luchas, y desde allí obtendrían alternativas que constituyen un aporte fundamental en las búsquedas y transformaciones sociales necesarias frente a la equidad de género. También, se plantean estos escenarios como alternativas para saldar los pendientes del país (Botello 2014), en cuanto a la brecha digital de género (Gil et al. 2011), aunque es necesaria la comprensión de sus dinámicas en poblaciones rurales y con distinciones étnicas que no fueron abordadas en estudio.
Lo anterior, coincide con el reclamo por la apropiación (Ficoseco 2016) de las Tic por parte de las mujeres, al considerar el ciberespacio como un terreno para la lucha por las reivindicaciones de género, lo cual implica también considerar las contradicciones e inequidades implícitas en los imaginarios tecnológicos contemporáneos, que a su vez pueden reproducir estereotipos y hasta violencias de género.
Conclusiones
En escenarios contemporáneos, las redes digitales son consideradas por las madres como una relevante fuente de apoyo y relaciones sociales, frente a las ausencias percibidas por parte de actores importantes como la familia, la pareja y las instituciones de salud y educación. Dichas redes virtuales empiezan a constituir espacios alternativos para plantear información y conocimientos contrahegemónicos que abren otras posibilidades a las mujeres en las vivencias de sus maternidades, así como en las crianzas de sus hijas e hijos.
Los escenarios virtuales configuran, además, espacios con posibilidades de ciberactivismo para las madres, ya que se agrupan para conocer derechos y comienzan a generar acciones para reclamarlos cuando son vulnerados. También, allí empiezan a desnormalizar prácticas contraproducentes e injustas, como la violencia obstétrica, en la medida en que las mujeres la identifican y reconocen otras alternativas más favorables para ellas.
Para cada una de las mujeres participantes sentir que no es la única que está pasando por eso, implicó tener un espacio para desahogarse, encontrar apoyos, así como entrever alternativas de resolución a problemáticas relegadas a lo individual, pese a constituir asuntos de enorme relevancia social, como lo son el bienestar de la infancia y de las mujeres en sus maternidades.