La obesidad, definida como un índice de masa corporal > 30, representa uno de los principales problemas sanitarios de las sociedades modernas, debido no solo a que esta condición daña la salud, sino además a su fuerte asociación con importantes comorbilidades, tales como hipertensión arterial, diabetes mellitus, cardiopatía, nefropatía crónica y cáncer1-3.
La correcta evaluación de la tasa de filtrado glomerular se torna necesaria en esta población, no sólo por su asociación con la nefropatía crónica, sino además por la necesidad de ajuste de dosis ante la prescripción de diversos fármacos, tales como hipoglucemiantes orales y quimioterápicos, entre otros4. Sin embargo, la marcada discrepancia entre peso real y peso teórico propia de los pacientes obesos, así como la sarcopenia que habitualmente padecen, hacen que tanto la medición (clearance de creatinina) como la estimación (ecuaciones) de la tasa de filtrado glomerular basadas en la creatininemia estén marcadamente sesgadas4,5. De modo que, en base a la evidencia actual, se pueden dar las siguientes recomendaciones respecto a la forma más adecuada de determinar la tasa de filtrado glomerular en el paciente obeso4-9:
Medición del filtrado glomerular: dado que la creatinina proviene de la creatina procedente de la masa muscular, la cual se encuentra disminuida en el paciente obeso, las mediciones de filtrado glomerular más fiables son aquellas no basadas en la creatinina sérica, como por ejemplo aquellas obtenidas por procedimientos "gold standard" (iotalamato, iohexol, EDTA). Además, las mediciones de filtrado glomerular absolutas son más fiables que aquellas ajustadas a la superficie corporal, talla, o líquido extracelular en el paciente obeso, ya que dicho ajuste conduce a un importante sesgo de subestimación.
Estimación del filtrado glomerular (ecuaciones): por la razón antes mencionada, las clásicas ecuaciones basadas en la creatinina sérica son menos fiables que aquellas basadas en cistatina C sérica en obesos, de las cuales se destaca la CKD-EPI basada en cistatina C. No obstante, en el caso que solo puedan utilizarse las clásicas ecuaciones basadas en creatininemia, una forma de optimizarlas, es decir de reducir parcialmente sus sesgos, es en el caso de la ecuación de clearance de creatinina de Cockcroft-Gault, el utilizar para su cálculo el peso magro en lugar de peso teórico o real (tabla 1).
Cl Cr: clearance de creatinina (ml/min), SCr: creatininemia (mg/dl), H: altura (metros), IMC: índice de masa corporal, SC: superficie corporal.
En el caso de las ecuaciones MDRD y CKD-EPI basadas en creatininemia, el realizar su desindexación, ya que su cálculo realizado según la ecuación estándar posee incluida dicha indexación (tabla 1).
Sin embargo, existen dos ecuaciones basadas en creatininemia que han sido validadas en población obesa, por lo cual deben ser tenidas en cuenta10,11 (tabla 1):
Ecuación Salazar-Corcoran (validada en modelo animal y en humanos)
Ecuación cuadrática (MCQ) combinada con CKD-EPI (CKD-MCQ) (validada en humanos)
De acuerdo con lo anterior, concluimos que, en pacientes obesos la forma más adecuada de medir la tasa de filtración glomerular sería el hacerlo con cualquiera de los métodos no basados en creatinina considerados "gold standard" pero expresando su valor en forma absoluta (sin ajustarlo a superficie corporal), y en cuanto a la estimación de la tasa de filtrado glomerular, sería lo más adecuado el uso de ecuaciones basadas en cistatina C o aquellas basadas en creatinina pero validadas en población obesa.