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Ensayos de Economía

Print version ISSN 0121-117XOn-line version ISSN 2619-6573

Ens. Econ. vol.30 no.57 Medellín July/Dec. 2020  Epub Apr 14, 2021

https://doi.org/10.15446/ede.v30n57.86937 

Artículos

Realización monetaria, trabajo privado y forma del valor*

Monetary Realization, Private Labor and Form of Value

Antonio Lebeo Guzmán Raya** 
http://orcid.org/0000-0002-9257-7311

** Maestro en Ciencias en Desarrollo Local por la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (Morella, México). Profesor del Instituto San Lucas (Tarimbaro, México). Correo eletrónico: alguzman@fevaq.net


Resumen

La integración del dinero a las teorías del valor es uno de los aspectos que recientemente han tomado mayor relevancia teórica, aunque no existen modelos que hayan dado con una solución -si existe- generalmente aceptada que modele agentes privados en un sistema competitivo y descentralizado. Para el caso de la crítica de la economía política es un tema que fue planteado por Marx, con aciertos y errores. Esta investigación sugiere retomar la teoría monetaria de Marx, pero por un camino heterodoxo o más bien crítico; a saber, los movimientos de mercancías se desprenden del dinero, este no como mercancía, el cual viene a señalar que el dinero antecede lógicamente al valor, cuyo aspecto el marxismo más insistente no estaría dispuesto a aceptar. Con ello la esterilidad teórica sepulta uno de los aspectos más importantes del análisis de Marx: la socialización de agentes privados en un mercado descentralizado con la posibilidad de "un salto mortal" de la mercancía, dicha idea es lo que se rescata en esta investigación.

JEL: B51; P16; P22; P44.

Palabras clave: dinero; trabajo concreto; trabajo abstracto; mercado

Abstract

The integration of money in the theories of value is one of the aspects that, recently, have taken on greater theoretical relevance, although there are no models that have found a generally accepted a solution -if it exists- that models private agents in a competitive and decentralized system. In the case of the critique on political economy, it is an issue that was raised by Marx, with hits and misses. This research paper suggests resuming Marx's monetary theory, but through a heterodox or rather critical path; namely, the movements of goods are detached from money, treating it not as a commodity, which comes to indicate that money logically precedes value. Aspect that the most recalcitrant Marxism would not be willing to accept. With this, theoretical sterility buries one of the most important aspects of Marx's analysis: the socialization of private agents in a decentralized market with the possibility of a "somersault" of the merchandise, this idea is what is rescued in this research.

JEL: B51; P16; P22; P44.

Keywords: money; concrete labor; abstract labor; market

Introducción

La teoría del valor trabajo tal como la desarrolló Marx ha sido fuente de inagotables debates1. Este artículo se propone exponer dos problemas o situaciones de la controversia en la actualidad dentro de la teoría del valor: primero, cómo los trabajos concretos se vuelven trabajo social -abstracto-2; esto es, cómo los trabajos privados se socializan en un mercado descentralizado, lo que Marx denomina esquema mercantil simple. El segundo aspecto tiene que ver con el estatus del valor con respecto al dinero; o sea, el valor mismo con la forma del valor.

Se plantea que uno de los problemas de fondo de las teorías del valor es la hipótesis de nomenclatura, la cual supone que la economía parte de un sistema de bienes físicos, donde el dinero solo se introduce una vez hechas las transacciones o realizada la actividad económica para formar los precios, esto sin importar que el dinero se considere neutral o no. Se puede reconocer a Marx como uno de los pioneros3 en intentar romper con dicha perspectiva, ya que concibe al dinero como primer objeto social, o por lo menos intenta introducirlo en relación directa con la mercancía -por ende, con el valor-. Sin embargo, su postura necesita aclaraciones de fondo (Benetti & Cartelier, 1980; Castaingst, 1984).

La cuestión que se encuentra actualmente es saber si se puede formular un sistema teórico que haga compatible la introducción del dinero con las teorías del valor. Como es sabido, Benetti (1990) demostró que, tanto en la teoría neoclásica como en la neoricardiana -en su estado actual-, era insuperable dicho planteamiento, que ha sido corroborado para la teoría marginalista, recientemente por Nadal (2019). Para el caso de la teoría del valor-trabajo en Marx o teoría marxista del valor, el debate se vierte entre quienes consideran que se ha logrado dar con la manera de integrar valor y la forma del valor; o sea, entre la introducción del dinero en la teoría del valor trabajo4. No se hace referencia a la célebre transformación de valores a precios, sino al aspecto más puro de la teoría del dinero; en otros términos, en cómo surge de un sistema de mercado el estatus del dinero como relación social y por consiguiente como formadora de precios. Otros autores piensan que el dinero antecede lógicamente al valor, por lo que es innecesario hablar de la integración5 de dinero y valor.

El desafío teórico ha sido afrontado dentro de la tradición marxista como un problema resuelto al considerar que los precios P se justifican tomando un numerario donde el dinero connotado como $ estaría representado de la siguiente forma:

Los precios, P*= ($/horas Trabajo) (horas trabajo / producto realizado); por tanto, P*= $/producto realizado

Como se observa, los que mantienen esta postura sostienen que se "resuelve" tanto la homogenización de distintos trabajos concretos y la integración del dinero al circuito de mercancías. Aunque metodológicamente es correcta la valoración de que el dinero $, ya sea fiduciario o dinero mercancía queda sin ser resuelto, porque el valor no tiene una proporcionalidad con el dinero, por ejemplo 1$= 1 hora de trabajo, lo cual arroja el análisis al campo de las probabilidades y aproximaciones; no obstante, nunca se acerca a una contabilidad segura y cerrada.

En cambio, una de las características metodológicas de este artículo es que la resolución que se propone parte de una visión en conjunto de los dos problemas; es decir, se pugna por una unidad de cuenta al dinero, debido a que este remedia las principales dificultades por la forma de homogeneizar los trabajos privados a trabajo social, y la necesidad de que el dinero sea lógicamente anterior al valor. Todo parece señalar que el problema de la socialización de los trabajos concretos es muy difícil de resolver sino se pone al dinero como unidad de cuenta y magnitud social. En ese sentido, se puede decir que la perspectiva es una solución monetaria que parte de Marx en lo que respecta a su metodología integral entre bienes y dinero.

Las ideas aquí desarrolladas son en gran medida tomadas por autores pioneros en la idea del dinero ex ante al valor, sin tener que considerar un sistema subjetivo de precios-valor (Benetti, 1990; Benetti & Cartelier, 1998; Cataño, 1992; Guzmán, 2018; Castaingts, 1984). Hoy en día, se tienen distintos matices para aceptar o no la discusión de la integración del dinero al valor-trabajo o de cómo surge en un sistema descentralizado de mercado el dinero, pero aquí se entiende que el núcleo del análisis se encuentra en la metamorfosis de la mercancía y en la forma mercantil simple, este último incluye el equivalente general, la forma relativa y la cristalización fija del valor. Los autores detractores como críticos no han señalado lo suficiente, cuando lo han considerado, las implicaciones de desviaciones entre valor y precio desde el tomo I de El capital. En su mayoría, lo han tomado como un problema de la transformación de valores a precios del tomo III, de modo que este escrito propone contribuir en dicha cuestión. Si es correcto este análisis, se ahondaría en la imposibilidad de la integración valor-forma del valor.

El artículo presenta una crítica general a la teoría del valor trabajo en dos tópicos: la imposibilidad actual de integrar la heterogeneidad de trabajos con el dinero y su relación con el trabajo concreto y abstracto. Se presenta una perspectiva monetaria que antecede lógica y teóricamente al valor, para con ello resolver el problema de la integración y señalar algunas implicaciones. La pregunta que a la que se intenta dar respuesta e ilustrar este trabajo es la siguiente, ¿cómo la moneda puede validar los trabajos concretos y volverlos sociales? La respuesta que se desarrolla aquí es analítica más que matemática.

El trabajo presenta dos apartados, el primero expone claramente el problema y sus implicaciones, así como algunas posibles soluciones. El segundo ahonda en una solución monetaria, se termina con la conclusión y sus respectivas referencias bibliográficas.

La relación forma del valor y el trabajo concreto y abstracto

El valor trabajo como teoría y categoría dentro de la obra de Marx6 tiene distintos matices, pero su núcleo parte en la consideración de su forma y contenido. La mercancía y el valor son en ciertos aspectos inseparables como expresión histórica específica. La mercancía tiene una forma natural y una forma social, dicho de mejor forma, contiene un valor de uso y un valor de cambio7. En tanto que el valor es: valor y forma del valor; el valor es contenido y expresión a su vez en sustancia y en magnitud, en tanto que la forma del valor es la expresión misma o propia del valor. La forma de expresión del valor es la siguiente: el valor en cuanto expresión de sustancia es el valor abstracto, del cual toda mercancía para ser mercancía, contiene trabajo humano y social, el trabajo humano empleado en la realización de una mercancía. La magnitud del valor es el tiempo de trabajo socialmente necesario en la creación de una mercancía. La forma del valor es la expresión monetaria del valor, el precio.

Lo anterior, en una síntesis apretada, refiere a las características del valor trabajo concebido por Marx en El capital. Al respecto sobre el trabajo privado y social, o concreto y abstracto, hay que señalar que los conceptos pueden tomar distintos matices, pero la idea central es que el mercado socializa los trabajos individuales catalizándolos en una misma sustancia, el trabajo homogéneo, el trabajo abstracto pero que aparecen como distintas mercancías. Aquí se podría señalar cierta crítica a la presentación social del mercado que es el fetichismo, por cosificador, pero hay que entender que el mercado subsiste gracias a la relación social de intercambio y más aún, no existe la dualidad producción intercambio, sino una unidad social, entre creación y magnitud social. Pero el problema, que nos parece central, al cual Marx intenta resolver, es que los intercambios en un mercado descentralizado se realizan a través de un objeto físico y social -el dinero- en la génesis del desarrollo de las categorías magnitud y sustancia del valor. De hecho, no podría ser de otra manera, aquí empieza la cuestión de cómo se va desarrollar la teoría entre valor y forma del valor.

¿A qué tipo de relación se hace referencia?, ¿es una relación directa?, Marx señala que es una relación de equivalentes, como no podría ser de otra forma, se entrega una unidad y se recibe la misma en proporción y equivalencia. Sin embargo, todo parece indicar que, Marx es claro en sus enunciados, pero no aclara de fondo la problemática en lo que respecta a la relación entre valor y forma del valor. Dicha discrepancia es evidente en el tomo I de El capital, ante esta ambigüedad se ha tomado, generalmente, una conceptualización dialéctica8 y no optar por una clarificación numérica, sí es que la hay, por sencilla que fuese9. Para ilustrar lo señalado se recurre a la fuente:

Ahora bien, el que el precio, en cuanto exponente de la magnitud de valor de la mercancía sea el exponente de la relación de cambio entre ella y el dinero, no significa, por el contrario, que el exponente de esta relación de cambio por el dinero sea necesariamente su magnitud de valor. Supongamos, por ejemplo, 1 quarter de trigo y 2 libras -equivalentes sobre poco más o menos de 1/2 onza de oro- contengan la misma cantidad de trabajo socialmente necesario. Las 2 libras serán en este caso la expresión en dinero de la magnitud de valor de 1 quarter; es decir, su precio. Pues bien, si las circunstancias permiten cotizar el trigo a razón de 3 libras u obligan a venderlo a 1 libra, tendremos que estos precios de 1 y 3 libras, aun siendo excesivamente reducido el primero y demasiado alto el segundo para expresar la magnitud de valor trigo, son, a pesar de ello, los precios de dicho cereal, por dos razones: porque son la forma de su valor en dinero y porque sirven, además, de exponentes de la relación en que se cambia por este. Siempre y cuando no se alteren las condiciones de producción ni la fuerza productiva del trabajo, la reproducción de un quarter de trigo seguirá costando el mismo tiempo de trabajo social que antes. [... ] Es decir, que la forma precio entraña ya de por sí la posibilidad de que medie una incongruencia cuantitativa entre el precio y la magnitud de valor. (Marx, 2014 [1867], p. 97)

La última parte del parrado citado: "es decir, que la forma precio entraña ya de por sí la posibilidad de que medie una incongruencia cuantitativa entre el precio y la magnitud de valor", Marx lo justifica en el análisis de la metamorfosis de la mercancía; no obstante, señala un problema fundamental para el estudio del dinero y el valor. Las divergencias entre valores y precios, aunado de la transformación de trabajos privados a sociales, hacen el problema de una complejidad que ha durado más de un siglo. Generalmente las soluciones han venido en la célebre transformación de valores a precios en el tomo III, pero como se ha señalado con la cita anterior, el problema se presenta desde el tomo I y persiste en el III. Si se es consecuente, el problema de las divergencias entre valor y precio no pueden ser medibles, sino solo como probabilidades de divergencia o convergencia. Esto se evidencia cuando Marx señala el problema de las divergencias -incongruencias- numéricamente, a pesar de que curiosamente no da un ejemplo de cómo resolverlo numéricamente.

Si Marx es consciente de la incongruencia cuantitativa entre valor y precio, aspecto que él considera menor o propio del método científico debido a la metodología de abstracción que emplea, propia de la metodología cartesiana o galileana (Fernández, 2019), se presenta otro asunto intrínsecamente relacionado a ello, la existencia de heterogeneidad de trabajos. Al respecto, como casi todo de lo que escribió Marx, ha sido fuente de inagotables debates, es pertinente plantear de forma clara a qué se hace referencia. La división social del trabajo y los distintos trabajos específicos, del panadero, carpintero, campesino, etcétera, hacen un abanico de trabajos concretos o privados que se socializan en el mercado, sus trabajos en sí son parte de la matriz de trabajos sociales o del trabajo abstracto, que potencialmente se realizará en la socialización del mercado. Por tal razón, si no se realizan o venden sus productos -salto mortal de la mercancía- su trabajo no es validado socialmente.

Más aún, dicha heterogeneidad de trabajos concretos necesita una homogenización, incluso cuando todos son trabajos abstractos -porque son sustancia de valor, aunque no realizada o validada-, pero que en realidad se presentan como concretos y necesitan regresar a la matriz de validación social, al catalizador, el mercado, porque no son iguales hablando en términos de magnitud y mucho menos de valores de uso. Es necesario que de dicho caos surja una medida de conmensurabilidad, el problema es cómo se resuelve. Marx señala un camino con dos matices distintos, uno en la dirección correcta y el otro demasiado simplificado, se da cuenta del problema al cual no tiene la certeza de cómo resolverlo. La primera pista correcta es:

Se [suele] pasa[r] por alto que las magnitudes de cosas diferentes solo pueden compararse cuantitativamente reduciéndolas a la misma unidad. Solo en cuanto expresiones de la misma unidad tienen un denominador común y son, por tanto, conmensurables. (Marx, 2014 [1867], p. 53)

El problema surge cuando Marx reduce no solo los distintos trabajos concretos a trabajo simple, sino también los trabajos complejos:

[E]n todo proceso de formación de valor siempre es necesario reducir el trabajo calificado a trabajo social medio, por ejemplo, un día de trabajo calificado a x día de trabajo simple. Si suponemos, por consiguiente, que el obrero empleado por el capital ejecuta un trabajo social medio simple, nos ahorramos una operación superflua y simplificamos el análisis. (Marx, 1985 [1867a], p. 240)

Es relevante que Marx lo conciba como un problema de contabilidad y aritmética, al señalarlo como "operación superflua", y no un problema teórico. Si bien, en un párrafo antes, Marx parece contradecirse:

El trabajo que se considera calificado, más complejo con respecto al trabajo social medio, es la exteriorización de una fuerza de trabajo en la que entran costos de formación más altos, cuya producción insume más tiempo de trabajo y que tiene por tanto un valor más elevado que el de la fuerza de trabajo simple. Siendo mayor el valor de esta fuerza, la misma habrá de manifestarse en un trabajo también superior y objetivarse, durante los mismos lapsos, en valores proporcionalmente mayores. Sea cual fuere, empero, la diferencia de grado que exista entre el trabajo de hilar y el de orfebrería. (Marx, 1985 [1867], p. 239).

Dicha cita es sumamente problemática para la teoría estándar del valor trabajo, Marx se percata y "corrige" reduciéndola a que todo trabajo se entienda como un promedio de trabajo simple, ¿qué tan válido es dicha forma de proceder? Metodológicamente es aceptable, pero dentro del marco teórico que propone Marx es inadmisible -véase lo que está en juego-. Como ha señalado Nadal (1984), la homogeneidad dentro de un modelo de equivalentes es posible en un sistema social de intercambio. El problema surge en cómo se forma ese sistema o qué se emplea como medida de homogeneidad. En Marx no hay nada que reprochar sobre cómo intenta construir el sistema, el problema es la medida de homogeneidad que construye, porque al adoptar el valor trabajo como engrane del sistema significa en considerar que todos los trabajos son homogéneos, no en su expresión monetaria que es ya mucho decir, sino en su magnitud de tiempo de trabajo -supuesto de equivalencia-. Y lo mismo se pude decir para el dinero mercancía. Pero, eso es problemático por la razón de que los productos de trabajo en cantidad y calidad no responden a las magnitudes iguales de trabajo, como Marx reconoce -y de ahí su simplificación de un promedio de trabajo simple-.

Hay que preguntarse cómo pasar del caos, de trabajos heterogéneos, al orden del mercado de trabajo homogéneo, no en términos físicos sino de abstracción -si se quiere matemáticamente-, ahí es donde entra la idea de sustancia y magnitud de trabajo social; sin embargo, el problema no recae principalmente en la reconstrucción de las relaciones sociales de intercambio en un sistema homogéneo como equivalentes, que es ya un enorme avance, se comprende que el fallo radical de la teoría de Marx como crítica a la economía política, y con ello a la economía en conjunto, es desarrollar una base de homogeneidad bajo el principio de equivalentes, con la idea que la igualdad del intercambio es condición del mismo intercambio basado en mismos tiempos de trabajo. Como idea ética o jurídica no suena mal, pero como idea de mecanismos de precios es una simplificación excesiva, pues la naturaleza de la división social del trabajo es complejísima, de ahí que el dinero tenga que interponerse lógicamente como anterior, independientemente de lo que se pueda postular sobre el valor.

Parece ser que las asimetrías en el intercambio, por mínimas que puedan ser, han sido una idea mal aceptada por estar en el centro de la misma idea, una especie de injusticia, de hurto o engaño. Por ello, el dinero como medida del valor y no como expresión del valor parece ser un análisis más correcto, esto dentro del campo de los sistemas homogéneos de intercambio. El acceso de un productor al sistema con una cantidad dada de dinero puede ser igualmente objetiva al evaluar su salida, si esta fue mayor o menor antes o durante su acceso al sistema de intercambios. En lo que respecta a los problemas con el dinero mercancía, que se verá más abajo con mayor profundidad, es lo mismo que con reducir los distintos trabajos a un promedio, dado que el sistema se presentaría inestable al aceptar variaciones propias de los distintos trabajos relacionados.

Como ya se ha señalado, la relación forma del valor y el valor conlleva directamente a la problemática de reducción del trabajo simple y complejo. No habría dificultad en aceptar un promedio de trabajo o una reducción a todo trabajo como trabajo simple, si lo anterior pudiese ser explicado en un sistema monetario donde se den a conocer o explicasen las incongruencias entre valor y precio en su aspecto de intercambio mercantil simple.

Aunque la dificultad no es solo matemática, sino teórica, es necesario ver algunas implicaciones de las respuestas matemáticas10. La mayoría de autores han optado por el camino de elegir una A matriz de coeficientes técnicos y N matriz de trabajos concretos, del cual se emplean para obtener los valores trabajos. En este caso se toma el ejemplo de Guerrero (2000) que para el caso cambia N por a011.

Donde:

V 0' es vector de los valores-trabajo, a0, el vector de los coeficientes de trabajo directo, A es la matriz de insumos intermedios -incluida la depreciación de capital fijo-, e I la matriz identidad, que supone su forma desarrollada; en otros términos, el factor común de la suma de los coeficientes de trabajo directo a0' y la inversa de Leontief12.

De acuerdo a Guerrero (2000), el problema teórico se resuelve de forma matemática, al tener presente que:

Supongamos que existen m clases distintas de trabajo y n mercancías. En ese caso, la matriz A se amplía para convertirse, en vez de una matriz nxn en una matriz (n+m)x(n+m), donde las m últimas filas son los coeficientes de trabajo directo de cada una de las m clases de trabajo existentes, y las m últimas columnas son los consumos necesarios para reproducir cada uno de esos tipos de trabajo. Lógicamente, la nueva matriz ampliada, A(n+m)x(n+m), podría partirse en otras cuatro, de dimensiones, respectivamente, nxn, nxm, mxn y mxm, siendo esta última una matriz cuadrada nula. (Guerrero, 2000, p. 5)

Este aspecto puede tomar distintas soluciones, donde la condición de salarios positivos para las distintas ramas técnicas de la producción cumpla el desarrollo de una estructura salarial. Donde además se puede obtener una matriz del siguiente tipo cambiando A por B.

Donde a es un escalar que representa la participación de la masa salarial total en el consumo privado total; c es un vector columna (nx1) que recoge la distribución porcentual del consumo privado entre las distintas n ramas de la economía, y n' es el vector fila, 1xn, que refleja la distribución sectorial del empleo (Guerrero, 2000, p. 7).

Según Guerrero, el valor trabajo directo es homogéneo al convertirlo en masa salarial de acuerdo a los distintos sectores de producción, pero hay que tener en cuenta que dicha explicación es incoherente con la misma que da del trabajo homogéneo, puesto que este vendría a ser la suma de los trabajos directos, y si se esquematiza, lo que vendría a explicar es que el trabajo directo o privado es presupuesto, pero a la vez resultado para encontrar el trabajo homogéneo. Suponiendo que es correcta la homogeneización de trabajos concretos o directos13, las limitaciones que presenta es que, la heterogeneidad de trabajos directos se anula, con ello se reduce también la heterogeneidad de bienes, debido a que no se distinguen los distintos métodos de producción, pues solo recogen el consumo improductivo. La solución para integrar diversidad de bienes y trabajos concretos conlleva a tener una estructura de salarios positiva. Esta nueva condición, la aceptación de distintos bienes y trabajos heterogéneos, llevan una interdependencia donde depende de un vector de salarios positivo. Lo anterior no tiene ninguna novedad, solo que:

Es este tipo de interdependencia entre los datos de una economía que, en el marco clásico, sirve de base para la determinación de las relaciones de cambio entre las mercancías por los valores-trabajo, la cual no tiene un alcance general, como es sabido desde Ricardo (Klimovsky, 2014, p. 18).

Además, hay que tener en cuenta que:

[L]a determinación de las relaciones de cambio entre las mercancías por las cantidades de trabajo incorporado no tiene un alcance general porque depende de la composición del capital, lo cual significa que los datos relativos a los insumos de bienes y trabajo no pueden ser independientes. Esta hipótesis, conocida como idéntica composición técnica del capital, es una condición suficiente, pero no necesaria, aún mucho más restrictiva que la uniformidad de la composición en valor del capital, la cual establece una relación peculiar entre el precio de los medios de producción y las cantidades de trabajo (Klimovsky, 2014, p. 13).

En síntesis, los modelos de algebra matricial tiene dos opciones, reducir los trabajos heterogéneos a costa de reducir conjuntamente los bienes o modos de producción, y reducir los trabajos heterogéneos, incluso manteniendo la heterogeneidad de bienes, a pesar de que cualquiera de las dos soluciones implica suponer lo que se quiere demostrar. Es decir, la reducción de trabajos concretos a trabajo abstracto es a la vez supuesto y resultado14. Pero, peor aún, no aclaran qué relación existe entre la masa salarial con respecto al valor de la mercancía, suponiendo dos cosas, la primera, que el producto es numerario del valor de la masa salarial y el excedente y segunda que la relación entre valor y salario es proporcional. Tiempo, dinero y valor se vuelven solo salario, una simplificación inadmisible desde el punto de vista contable y analítico, ya que se supone en estos análisis de algebra matricial que los precios P*= ($/horas trabajo) (horas trabajo / producto realizado); por ende, P*= $/ producto realizado. Se observa la primera expresión ($/horas trabajo), para poder aceptar dicha expresión, aunque después las horas de trabajo se vuelven 1 -coloquialmente se eliminan-, hay que poner atención a $ que es el valor del producto y del salario, dicho dinero lo consideran proporcional al trabajo vivo o abstracto en los trabajos más recientes de Moseley (s.f.) dice:

[E]l supuesto clave de la teoría del valor trabajo de Marx: [es] que el valor monetario recién producido en el periodo actual en la economía como un todo es proporcional a la cantidad de trabajo socialmente necesario utilizado durante ese periodo, con el valor monetario producido por hora (m) como factor de proporcionalidad (Moseley, s.f., p. 4).

Pero ese aspecto de proporcionalidad no es evidente, hasta va en contra de la idea de Marx de que en el precio media una incongruencia cuantitativa entre este y la magnitud de valor.

Los que han pensado haber dado con la solución matemática -¡por lo tanto, también teórica! - señalan, incluso, la evidencia empírica basada en modelos econométricos. De hecho, la tradición marxista ha insistido en que la teoría se ve confirmada por la observación empírica estadística y acuden a Ricardo para su confirmación, como es sabido Ricardo se percató de las deviaciones de los valores -precios relativos- con las distintas composiciones de capital, y predecía una probabilidad de desviación. Por consiguiente, según esta perspectiva, que las observaciones entre valores y precios son las que econométricamente mejor se correlacionan en comparación con otros bienes físicos.

Sin embargo, como se ha argumentado a lo largo del texto, el problema no es matemático o estadístico, sino teórico y en todo caso lógico. Dicha perspectiva no reflexiona acerca de dos asuntos fundamentales que en la obra de Marx se dejan establecidos y, que más aún, son parte de los fenómenos de la metamorfosis de la mercancía: 1) no se puede conocer el valor ex ante del intercambio; esto es, no hay forma de saber cómo el trabajo concreto invertido en una mercancía se puede realizar en trabajo social, solo precisamente cuando el trabajo directo, concreto o privado se socializa en el mercado. En otras palabras, los trabajos privados se llevan en la producción y se realizan en la circulación, por lo que solo cumplido y realizado el proceso pueden aparecer sus magnitudes sociales monetarias, 2) aquí es donde aparece la idea del "salto mortal" de la mercancía que Marx presenta en la sección uno del tomo I de El capital.

El dinero: relación social fundada como institución

Al dejar a un lado las implicaciones de entender la teoría del valor en su forma convencional, se podría decir que hay residuos de valor que quedan sin realizarse y por lo tanto sin contabilizarse, al menos así es como se entiende en este texto la idea que Marx señala entre la incongruencia cuantitativa entre precio y magnitud del valor en el tomo I, que fue el único que publicó. Y si se considera que el trabajo concreto o los diversos trabajos concretos están ya contabilizados en términos dinerarios, entonces, ¿dónde queda la contabilidad en términos de magnitud de valor -en tiempo-? Al tener presente precisamente que la teoría marxista ortodoxa no ha podido resolver de forma satisfactoria el problema de la integración del valor a la moneda (Benetti & Cartelier, 1980; 1998). Los autores que siguen la teoría del valor de forma convencional o más sofisticada, se conforman con enunciar que Marx trabaja en el supuesto de igualdad de valores y precios.

Cuando estudiamos el dinero dábamos por supuesto que no existe absolutamente ninguna razón para considerar los precios divergentes del valor, ya que solo se trataba de las variaciones de forma por las que pasa la mercancía al convertirse en dinero y al volver a convertirse del dinero en mercancía. Tan pronto como la mercancía se vende y con el importe de la venta se compra una nueva mercancía, tenemos ante nosotros la metamorfosis completa, siendo indiferente en cuanto a ella, considerada como tal metamorfosis, el que el precio de la mercancía sea superior o inferior a su valor. El valor de la mercancía como base conserva su importancia, puesto que el dinero solo puede desarrollarse comprensiblemente partiendo de este fundamento y el precio solo es primordialmente, en cuanto a su concepto general, el valor en forma de dinero (Marx, 2012 [1894], p. 196).

En este sentido, hay que justificar este supuesto. Las variaciones que son accidentales entre precios y valores son referidas a causa de la metamorfosis de la mercancía, que es de los temas menos desarrollados de la teoría marxista15, el ciclo M-D-M, y en el capital como D-M-D'. Parece que dicha perspectiva justificaría las desviaciones, pero no hay razón suficiente para aceptar divergencias en un sistema de precios de equilibrio. En consecuencia, si se resuelven las divergencias en la metamorfosis de la mercancía se puede justificar lo que Marx señala sabiendo que estas desviaciones se estudian desde el tomo I de El capital y no solo desde el tomo III. La posición de Marx en este punto es de lo más difícil, porque si se plantea que las desviaciones hay que remitirlas a la metamorfosis de la mercancía, parte sumamente abstracta -definitivamente usa sus dotes de filósofo alemán-, habría que estudiar este aspecto solo por espacio y remitirse a los que son centrales del debate, pero teniendo en mira que lo que resulte debe ser tomado como parte de la solución de la socialización de los trabajos privados.

En la metamorfosis de la mercancía, entra la discusión de la integración del valor y el dinero, sobre este tema se ha escrito muy poco, y quienes lo han hecho han sido Benetti (1990) y Robles (2005), pero no específicamente sobre la metamorfosis de la mercancía, sino sobre las formas del valor y la integración de la forma del valor y el valor. En general las perspectivas son 2, hay quienes aceptan su plena integración del dinero como mercancía o fiduciaria, pero con un fundamento en la teoría del valor (Moseley, 2005; Robles, 2005), la segunda rechaza la posibilidad de integrar al valor con el dinero (Benetti, 1990, Guzmán, 2018), lo cual lleva a replantearla de forma institucional y endógena.

Lo anterior, se ha planteado en torno a las formas del valor -I, II, III y IV- y el equivalente general. El valor relativo de una mercancía solo tiene una expresión en un equivalente como mercancía x, y, z, etcétera. De ahí se avanza para encontrar una forma desplegada del valor, de la forma II a la III donde se encuentra el problema, dado que si no se puede pasar de una a otra -de la II a la III-, no se puede aceptar que una sola mercancía juegue el papel de equivalente general y por ende se rechaza la posibilidad de considerar al dinero como mercancía y a la vez como equivalente general. El problema, que es complejo, ha tenido dos respuestas de quienes piensan en su imposibilidad (Benetti, 1990; Benetti & Cartelier, 1980) y de quienes creen haber solucionado el problema (Robles, 2005).

El problema de forma simplificada y didáctica es, si la mercancía C es una mercancía equivalente donde se refleja las demás mercancías A, E, D, etcétera, cualquier mercancía podría tomar el papel de equivalente general; a saber, si se invierte la mercancía C con respecto a sí misma y a las demás mercancías, se puede llegar a la posibilidad que ninguna de las demás mercancías tomen el lugar de C, en otras palabras, si se invierte C, la misma aparece en el mismo lugar, siendo así que las formas del valor, de la forma II a la III sería errónea. Robles ha desarrollado una respuesta sosteniendo que la solución de Marx es correcta, y es que, según él, el procedimiento de Benetti es incorrecto, debido a que emplea lógica formal en tanto Marx lógica dialéctica. La solución de Robles es bastante compleja por su lenguaje sumamente abstracto, se puede resumir -simplificando en demasía- que la mercancía C puede invertirse sin alterar su propiedad de equivalente y con ello que otras mercancías A, B... tomen su posición. Sin embargo, la posición de Robles no está del todo justificada porque no es del todo seguro que Marx haya empleado una lógica dialéctica en ese pasaje (Fernández, 2019), prueba de ello es que Robles hace un análisis tan enmarañado que es difícil seguir su exposición remitiendo a una "lógica dialéctica".

Pero como ha mostrado Guzmán (2018), el problema principal no se encuentra en las formas del valor, sino en la metamorfosis de la mercancía, puesto que si se puede pasar de la forma II a la III es irrelevante para el problema de las variaciones entre valor y dinero mercancía. Entonces si es correcta la apreciación, el problema que presenta la metamorfosis de la mercancía en su relación M-D-M, ya que el esquema mencionado presenta un supuesto bastante restrictivo si se asume que las n mercancías (M) tienen valores equivalentes y relativos; es decir, en dicho esquema todas las n mercancías connotadas con M y el mismo dinero D que es una mercancía tienen que tener los mismos valores para que se pueda respetar el principio de equivalencia, a lo cual, pone en duda el sistema como economía mercantil distinta al trueque. Por consiguiente, daría lo mismo cambiar directamente M por otra M sin pasar por D, solo D se justificaría por ser reconocido socialmente o ser socialmente aceptado.

El dinero no podría ser comprendido como mercancía no por su imposibilidad categórica, sino por su irrelevancia analítica, porque de acuerdo a Marx, las discrepancias de valor no son justificadas fuera del análisis de atracción repulsión entre el valor relativo de M y el equivalente D que generan al momento de M-D la cristalización fija del valor, pero el problema es mantener una postura que permita las discrepancias con un supuesto de equivalencia. El valor no permite trabajar en ese esquema por lo que se puede sostener lo que se ha mencionado, el dinero está indeterminado o es superfluo.

Si hasta lo ahora lo tratado es correcto, el dinero tendría que ser replanteado. Marx da una pista al señalar que la mercancía va de la mano con los movimientos del dinero, tomando al dinero como ex ante al valor16. El considerar una economía monetaria conlleva algunas ventajas; en primer lugar, regresa a su lugar el proyecto de la economía en sus orígenes, el dinero como un asunto institucional. Polanyi (2012 [1944]) en su magna obra fue uno de los primeros críticos que señaló la semejanza que guardaban en común los economistas liberales y socialistas, al interpretar al dinero como mercancía y al patrón oro como estatus de convergencia monetaria universal.

Concebir al dinero dentro del sistema como principio permite introducir la idea de "salto mortal" de la mercancía -posibilidad de crisis- además de la sociabilización de los trabajos concretos en trabajo abstracto, porque es por medio del dinero17 que se socializan las relaciones mercantiles. En otros términos, de pasar en su forma mercantil simple M-D-M se opta por D-M-D. Este aspecto parece trivial, y parece sugerir a la parte anterior donde Marx propone su análisis de la transformación del dinero en capital, pero no lo es. La implicación conlleva a que el dinero se presenta como la única fuente de validación social.

Esta teoría de la "circulación mercantil simple" permite ver que es el dinero lo que constituye la verdadera y única unidad o magnitud económica del sistema mercantil. Los trabajos privados permiten plantear los avances monetarios iniciales -y de esta manera la producción tiene un papel en la creación del valor- y así el trabajo general resulta ser una realidad imposible de pensar por fuera del dinero pues son los saldos monetarios finales las que socializan o niegan las actividades privadas (Cataño, 1999, p. 117).

Es a través del intercambio donde se realiza la forma social de la mercancía, y a su vez se respeta el "salto mortal" de la mercancía, puesto que no hay forma de saber si las transacciones se han realizado, a menos que sea mediante el movimiento monetario. La idea del "salto mortal" de la mercancía consiste en que la realización del trabajo concreto se expresa a través de la compra-venta realizada, si esta no se realiza, el valor no es validado, por tal razón es que la forma monetaria sea la única expresión de la relación social contable de forma integral. Marx supone dicho esquema al mencionar:

[E]l dinero solo asume la función de medio de circulación porque es el valor sustantivo de las mercancías. Su movimiento como medio de circulación no es, por tanto, en realidad, más que el movimiento de forma de las propias mercancías. Por eso este tiene que reflejarse, incluso de un modo tangible, en el curso del dinero (Marx, 2014 [1867], p. 109).

Marx lo comenta categóricamente, el dinero se asume como medio de circulación porque es el valor sustantivo de las mercancías; asimismo, designa a las mercancías y su curso porque es el sustantivo social del trabajo. Por lo cual, no es un error entender al dinero antecesor del valor, en vista de que el dinero está preñado de valor al ser socialmente aceptado e institucionalmente legitimado. Al tomar la moneda como fiduciaria permite a D-M-D replantear la emisión monetaria emitida de forma institucional, ya sea centralizada o descentralizada. Los productores necesitan iniciar el proceso con dinero, de acuerdo a sus expectativas de producción, en este sentido se puede generar una matriz de pagos18, donde los saldos pueden corresponder al equilibrio o no, ya que lo que unos venden otros lo pagan de tal manera que no todos compran y venden en igual medida (Benetti & Cartelier, 1998; Cataño, 2009). Con ello se pone énfasis en que la estructura monetaria no es neutral, donde se pueda considerar la asimetría de una economía capitalista, la ganancia y el salario. No se desarrollará aquí la idea de plusvalía e interés, pero si es de señalar que no son incompatibles con la perspectiva monetaria (Cataño, 2009). Dicho asunto es un avance notable para desarrollar la teoría económica retomar las intuiciones de Marx.

Si los productores entran con dinero para adquirir mercancías, el saldo final tiene en cuenta las transacciones donde el equivalente puede realizarse con un sistema de precios establecido de acuerdo al número de productores y transacciones realizadas, y la expectativa de cambio puede determinar el volumen de masa monetaria. Si algún productor sale con mayor saldo o con un saldo menor no es señal de un desajuste de equivalentes, sino que puede ser señal de vender menos sobre sus compras o comprar más sobre su presupuesto inicial. Dando la posibilidad del crédito.

El problema de explicar los precios ya sea a través de la teoría objetiva o subjetiva del valor, se remonta a que la riqueza tiene un valor y de ahí se desprende un precio, aunque la valoración no se traduce inmediatamente a un precio, como Marx lo señaló. La preocupación de que el metabolismo del mercado cosifica todo lo que entra a su catalizador es algo evidente ante la destrucción social y ecológica. No obstante, un sistema de precios institucional en donde se genera una masa monetaria de acuerdo a las expectativas de producción o a las posibilidades históricas de las fuerzas productivas permite poner un freno tanto a la visión mítica del progreso que tanto los economistas liberales como muchos marxistas comparten. El dinero generado institucionalmente rompe de lleno la idea marginalista de un dinero neutral, o como simple unidad de cuenta que responde a las expectativas racionales sobre la inversión. La forma de acceder al dinero determina la posición en las transacciones de mercado, tanto en la producción como el consumo.

La objeción principal a la idea de un dinero endógeno e institucional es que se cuestiona cómo entender la determinación y variación de precios, y cómo explicar el valor con los arreglos institucionales. Al primer cuestionamiento se ha de decir que los precios son determinados, en un sistema mercantil simple, por la producción y el número de productores en donde los precios son ideales; es decir, sobre expectativas libres entre lo que se ofrece y se está dispuesto a comprar, para así concretar el precio de mercado, y su resultado es el cociente entre masa monetaria y bienes producidos, lo cual es un precio ajeno a la voluntad de los individuos. Al segundo cuestionamiento, los valores institucionales con respecto a los productores son directos con el agente que emite la moneda, ya que sin dinero no hay precios. Las reglas dependen entonces con la emisión y el pago.

Hay que aclarar que, el optar por una forma de contabilidad monetaria sobre otras, no significa extrapolar o borrar una estructura social y económica, la forma estructural cuantitativa o cualitativa debe ser descrita a detalle de la forma más precisa posible, si una forma monetaria permite explicar el porqué de la producción circulación en forma conjunta, mejor que otras formas, ese "mejor" necesariamente será relativo y muy limitado, porque la cuantificación por su método tiende a simplificar el fenómeno, como también se simplifica a través de una teoría del valor. El problema dual de valor-precio ha enseñado que muy probablemente dicho enfoque sea incorrecto, el valor sin duda es intrínseco a la dignidad de la persona, y no a una cualificación de un objeto como si se tratase de un concurso de cualidades. Sin embargo, hoy en día, no hay una teoría económica que haya podido integrar esta transformación, hasta donde se tiene conocimiento en esta investigación, el único economista que ha señalado de forma clara sobre la relación valor-riqueza -mercancía- fue Karl Polanyi, teniendo en cuenta que lo que diferenciaba al mercado del capitalismo era que este último transformaba elementos que eran falsas mercancías -la tierra-, al trabajador y al dinero.

Conclusiones

El olvido de temas relevantes dentro de la teoría económica es asunto que debe de evitarse. Aspectos tan cruciales como el del dinero, mercado, explotación -por mencionar solo algunos-, son fundamentales en las sociedades actuales. La teoría marxista convencional ha sido relegada por su falta de apertura a plantear soluciones frente a problemas que Marx abordó de una forma que da las pautas necesarias para reconstruir la ciencia económica alejada de buena parte de la esterilidad de la teoría neoclásica. Se cree que uno de los aspectos menos desarrollados y más importantes de la crítica de la economía política es con respecto al dinero y su relación con la mercancía. No se puede continuar soslayando la crítica frente a estos temas. Quienes han hecho frente a este problema desde una postura del valor trabajo, parten con la premisa de lo mismo que quieren encontrar como resultado, siendo lo anterior uno de sus principales fallos frente al problema. Mientras no se reconstruya teóricamente esa premisa, no será fácil salir de ese callejón sin salida, al menos de dar como acabado un sistema teórico como totalidad, en el cual los problemas que se presentan son fisuras menores, pero como se ha estudiado, no es el caso.

La naturaleza del mercado no se fundamenta solamente en un medio de circulación y atesoramiento, sino en un medio de pago y en una medida de los precios. Es este último atributo -medida del valor o numerario de precios-, el cual el dinero indica como los agentes descentralizados en una economía de mercado realizan sus actividades de producción y circulación. En suma, el dinero no es una mercancía, es un medio institucional que conlleva las reglas del juego. Por ello la importancia para los asalariados y su autonomía bancaria y financiera; es decir, el modo de acceder al dinero es además un modo en el que se corrige o acentúan las asimetrías en una economía capitalista.

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* Artículo recibido: 01 de mayo de 2020/ Aceptado: 04 de julio de 2020/ Modificado: 06 de julio de 2020. El trabajo de investigación es fruto de un esfuerzo personal e independiente por parte del autor, producto de una reflexión de años tratando el tema como profesor. Sin financiación. El autor agradece a los revisores, así como sus señalamientos

1Sobre el debate de la teoría del valor trabajo —que es casi inabarcable—, sin duda la obra de referencia sigue siendo la de Castaingst (1984), y más reciente el trabajo de Moseley (2016), la cual es una lectura obligada que recoge un gran número de autores, sobre todo anglosajones. Cabe mencionar que dicho trabajo no debate las perspectivas de la teoría actual monetaria heterodoxa con los de Benetti, Cartelier y Cataño.

2En la literatura marxista convencional no hay consenso sobre si el trabajo concreto se refiere como trabajo privado y heterogéneo, en tanto que, si el trabajo abstracto refiere al trabajo social u homogéneo, aquí se usará de forma indistinta. Aclarando que es una simplificación por fines expositivos y aclarando que este debate es en todo caso más filosófico que analítico o matemático tal como lo refiere Cataño (1999).

3A la par, se puede tomar en consideración la obra de Jhon Stuart Mill, entre otros.

4Para quien conciba al dinero como integrado al valor y por ende a un sistema de ecuaciones como numerario, véase a Moseley (2005), la obra reciente de Escorcia & Robles (2016), que incluye algunos estudios realizados en Latinoamérica y que también recogen otros que Moseley ya había publicado de EE.UU. y Europa en 2005.

5Dicha perspectiva ha sido aceptada como teoría monetaria marxista heterodoxa. Véase Benetti & Cartelier (1998); Cataño (2009); Guzmán (2018).

6La categoría del valor tiene una evolución a lo largo de la obra de Marx, sobre todo en sus representaciones o relaciones con la teoría de la forma valor —dinero— y el plusvalor y el capital. En Marx (2007 [1857/1858]) se presenta de una forma distinta complementaria/contrapuesta a El capital, la forma del valor con el valor.

7Asunto debatido desde los orígenes de la economía como ciencia, la relación riqueza-valor. Polanyi (2012) ha sido, parece ser, el autor que mejor ha criticado dicho binomio.

8Que, dicho sea de paso, el método dialéctico o materialismo dialéctico, es un mito posterior a Marx, creado por sus seguidores más acérrimos, en donde la dialéctica se volvió el cofre donde ocultar todos los fallos o preguntas incomodas para el marxismo; al grado de considerar que, para leer y entender a Marx, se tenía una especie de iniciación en el método dialéctico en el que solo por ese camino se podía descifrar El capital. Para reafirmar esta perspectiva véase la obra reciente del filósofo marxista Fernández (2019), donde demuele la pretensión de un método dialéctico en Marx.

9En este punto no se favorece la perspectiva comúnmente arraigada en los neoclásicos, de que entre más matematización, que tiende muchas veces en lo absurdo, se logre más claridad y rigor, pero si admitir que un sencillo ejemplo aritmético puede ayudar a comprender la idea y concretizar el ejemplo.

10Para un análisis de las ecuaciones matemáticas en sus distintas interpretaciones, la obra de referencia sigue siendo Castaingts (1984). Recientemente ha salido una obra de Mosley (2016) donde hace un recuento de las perspectivas más actuales. Dicha obra se considera ser la última palabra sobre el tema, pero su perspectiva sigue sin integrar el valor y el dinero de una forma adecuada. Véase Guzmán (2018) sobre la crítica a la integración del valor y el dinero como si fueran una relación equivalente de numerarios. Si bien en Guzmán (2018) el ejemplo numérico es bastante deficiente y rudimentario, el análisis teórico es lo bastante claro para corregir el ejemplo con una formalidad más precisa y clara.

11La obra de Benetti & Cartelier (1998) ha señalado los principales problemas de los mencionados modelos algebraicos, por lo que hay que tener en cuenta las observaciones de Klimovsky en dicho sentido: "si todas las filas de la matriz de trabajos concretos son proporcionales, el vector de trabajo homogéneo es entonces independiente de la estructura de los salarios. En este caso, si el vector de trabajo homogéneo obtenido difiere del vector propio de Perron-Frobenius de la matriz de coeficientes técnicos, la teoría del valor-trabajo es incompatible con la técnica dada, cualquiera que sea la estructura de los salarios. En cambio, si la composición técnica del capital es idéntica en todas las ramas —las matrices A y N tienen la misma dependencia lineal—, la teoría del valor-trabajo se verifica indefectiblemente, cualquiera que sea la estructura de los salarios" (Klimovsky, 2014, p. 15).

12El modelo estándar se encuentra, entre otros, en Guerrero, del cual se basa el análisis. Véase, también, Benetti & Cartelier (1998) y Castaingts (1984).

13Aspecto dudoso y que no se acepta por lo que está por señalarse. Benetti & Cartelier (1998) y Cataño (1992) también señalan el fallo lógico y teórico.

14El desarrollo de este tema se encuentra en Castaingts (1984) y Cataño (1992).

15Véase los artículos de Guzmán (2016; 2018) para un análisis al respecto, que es extremadamente abstracto y difícil, como toda la sección primera de El capital.

16Para un estudio amplio sobre las implicaciones de considerar al dinero anterior al valor, véase Benetti & Cartelier (1980) y Cataño (2009).

17En este sentido, se puede mencionar que los precios son de una naturaleza monetaria, o sea que la moneda es unidad de cuenta y medio de cambio.

18Un desarrollo de este tema se encuentra matematizado en Benetti & Cartelier (1998) y Cataño (2009).

Cómo citar/How to cite this item: Guzmán-Raya, A. L. (2020). Realización monetaria, trabajo privado y forma del valor. Ensayos de Economía, 30(57), 58-74. https://doi.org/10.15446/ede.v30n57.86937

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