La discriminación étnico-racial (DER) es un estresor psicosocial y se define como la manifestación conductual del racismo, pues se muestra mediante tratos injustos y diferenciados hacia personas con determinadas características físicas o por su pertenencia a grupos étnico-raciales (Kirkinis et al., 2021).
El estudio de la DER es importante debido a que se trata de un factor involucrado en el bienestar psicológico y tiene implicancias negativas sobre la salud mental de quienes la han experimentado (Beutel et al., 2018; Vines et al., 2017; Williams, 2018). De hecho, no solo se la considera un problema social, sino también un asunto de salud pública por su implicancia en la mortalidad y morbilidad de quienes la experimentan (Arancibia et al., 2021; Cobbinah & Lewis, 2018), pues los estudios de revisión han puesto en evidencia su asociación con la depre-sión, la ansiedad, el malestar psicológico, la autoestima, el consumo de sustancias, el riesgo suicida, la violencia, la motivación académica, el estrés postraumático, la hipertensión, los problemas cardiovasculares, los dolores crónicos, la diabetes, entre otros (Carter et al., 2017; Fernández et al., 2020; Kirkinis et al., 2021; Lockwood et al., 2018; Paradies et al., 2015; Rudes & Fantuzzi, 2022; Selvarajah et al., 2022). No obstante, se conoce muy poco sobre su asociación con los rasgos de personalidad, en general, y con los rasgos oscuros, en particular (Kim et al., 2021).
La discriminación y los rasgos de personalidad oscuros
Los rasgos de personalidad oscuros se definen como patrones de pensamientos, emociones y comportamientos socialmente indeseados y aversivos; se han planteado tres rasgos predominantes: el maquiavelismo (manipulación para un beneficio propio), el narcisismo (admiración excesiva por uno mismo y egoísmo) y la psicopatía (falta de remordimientos e impulsividad) (Koehn et al., 2019).
Sin embargo, es poco lo que se sabe sobre la relación entre las experiencias de DER y estos tres rasgos de personalidad desde la perspectiva de las víctimas. De hecho, los escasos estudios que han abordado este asunto han analizado esta relación desde el punto de vista de los victimarios y han encontrado que las personas más racistas o prejuiciosas muestran mayores niveles de maquiavelismo, psicopatía y narcisismo, por lo cual son predictoras de conductas racistas (Jonason, 2015; Koehn, Jonason et al., 2019). Sin embargo, la teoría de la historia vital (LHT, por sus siglas en inglés) señala que los rasgos de personalidad oscuros podrían desarrollarse como respuestas y adaptación a contextos socialmente aversivos (Furnham et al., 2013; Lyons, 2019). En tal sentido, sería lógico plantear que las experiencias de discriminación, que están cargadas de experiencias negativas, llevan al desarrollo de estos rasgos de personalidad.
El rol mediador del neuroticismo y la propensión a la ira
Los escasos estudios anteriores han determinado que la discriminación percibida se asocia, principalmente, con el neuroticismo (Fang et al., 2016; Kim et al., 2021; McClendon et al., 2021; Soto, 2015; Sutin et al., 2016; Xiang et al., 2018). La explicación a tal relación se sustenta en que las experiencias de discriminación, al ser estresores sociales en que están involucradas las burlas o las humillaciones, generan vulnerabilidad y sensibilidad emocional en quienes las sufren, lo que provoca que las personas desarrollen una tendencia a responder con emociones negativas ante eventos o estímulos amenazantes (Barlow et al., 2014; Messina et al., 2022; Stokes, 2019). Una de estas emociones es la ira, la cual surge a modo de defensa ante hechos discriminatorios (Leki & Wilkowski, 2017), pues generan impotencia y frustración por tratarse de situaciones en que las personas perciben poco control sobre estas (da Silva et al., 2021; Maciantowicz & Zajenkowski, 2020; Min & Joireman, 2021; Park et al., 2017; Zilioli et al., 2017). Esta emoción podría aumentar la probabilidad de desarrollar conductas socialmente indeseables, debido al rechazo social percibido al ser tratados injustamente (Bryan et al., 2023; Jonason et al., 2014; Kjærvik & Bushman, 2021; Knight et al., 2018; Li et al., 2016; Witte et al., 2002).
El presente estudio
Este estudio plantea la hipótesis de que la relación entre las experiencias de DER y los rasgos de personalidad oscuros está mediada serialmente por el neuroticismo y la propensión a la ira, lo cual se justifica porque, en primer lugar, cuando la experiencia de DER es más frecuente, la probabilidad de experimentar emociones negativas de forma intensa y prolongada también incrementa, así como la incapacidad para regularlas; por lo tanto, el neuroticismo intensificaría tales sensaciones internas (Barlow et al., 2014; Messina et al., 2022; Stokes, 2019). En segundo lugar, dos de las emociones más frecuentes ante la DER son la ira y el resentimiento, resultado de sentirse tratado injustamente o menospreciado por su identidad étnica-racial; son emociones que funcionan como respuestas defensivas a eventos adversos o amenazantes (Min & Joireman, 2021). Desde un punto de vista cognitivo, la ira y el resentimiento se activan ante la interpretación negativa de la situación, pues la perciben como un acto malicioso e intencional por parte de quienes ejercen DER, lo que estimula mecanismos de regulación emocional como la expresión abierta de la ira, la supresión o el control del enojo, los cuales inducen a que el individuo manifieste explícitamente su enfado hacia aquellos a quien percibe como responsables de la discriminación (Bryan et al., 2023), o bien suprima/ mantenga el enojo internamente e intente controlar la ira para evitar su expresión externa (Park et al., 2017). En tercer lugar -y ante lo anterior-, en un intento por lidiar con estas emociones y con el estrés social que supone la DER, algunos pueden internalizar los sentimientos y aumentar el riesgo de desarrollar depresión, ansiedad e ideación suicida, como se ha demostrado anteriormente (Sánchez-Villena & Temple-Focón, 2023). Pero también podrían desarrollar rasgos de personalidad oscuros como mecanismo de protección ante futuras hostilidades provenientes de un entorno percibido como desfavorable y que les ayuden a avanzar en contextos desafiantes (Lazarus & Folkman, 1984; Lyons, 2019). Por lo tanto, tales rasgos impulsarían la capacidad para ser estratégicos y alcanzar metas, ser competitivos (maquiavelismo), mejorar la autoestima y mantener una imagen positiva de sí mismos (narcisismo) o insensibilizarse ante las críticas (psicopatía), lo cual supone una ventaja y una defensa ante la discriminación, de modo que puedan afrontar las dificultades con mayor eficacia e incluso sobresalir en un campo específico como una forma de ajustarse a las demandas de la situación; no obstante, a largo plazo esto también podría suponer un costo interpersonal, ya que la falta de empatía y el riesgo de ser percibido como una persona con pocos escrúpulos podría afectar las relaciones sociales (Burtăverde et al., 2023; Dåderman & Basinska, 2021; Diller et al., 2021; Furnham et al., 2013; Jonason, 2015; Koehn et al., 2019; Lyons, 2019; Nguyen et al., 2021; Rogoza et al., 2020; Stanwix & Walker, 2021; Tariq et al., 2021; Vaughan & Madigan, 2021).
A partir de lo expuesto, el objetivo de este trabajo consiste en examinar el rol mediador del neuroticismo y la propensión a la ira en la relación entre las experiencias de discriminación y los rasgos de personalidad oscuros.
Método
Participantes
El muestreo utilizado en el presente estudio fue no probabilístico por bola de nieve (Sedgwick, 2013). Para recolectar los datos se creó un formulario virtual compartido por redes sociales (WhatsApp, Instagram, Facebook y LinkedIn). En total, se obtuvieron 712 respuestas. No obstante, se eliminaron 66 debido a que correspondían a personas con menos de 18 años; además, se excluyeron 14 respuestas por presentar casillas vacías. En consecuencia, la muestra se conformó por 632 participantes cuyo rango de edad fue de 18 a 63 años (65.2 % mujeres y 34.8 % hombres) con una edad promedio de 25.03 años (DE = 8.03). La Tabla 1 resume sus características sociodemográficas.
Instrumentos
Escala de experiencias de discriminación (EOD). Este instrumento fue diseñado originalmente por Krieger et al. (2005) y se compone de nueve ítems que recolectan información sobre experiencias discriminatorias en diferentes situaciones, cuyas opciones de respuesta van desde Nunca = 0 hasta Cuatro o más veces = 3. Sin embargo, en esta investigación se utilizó la versión corta de cinco ítems debido a que estos aluden a situaciones más cotidianas (Janevic et al., 2015). Las propiedades psicométricas de la EOD para el presente estudio se determinaron mediante validez de contenido y validez de estructura interna. La primera se llevó a cabo por medio del juicio de expertos, cuyos acuerdos en los criterios de claridad y relevancia se cuantificaron con la V de Aiken; los valores fueron adecuados, pues superaron el .70 sugerido en todos los ítems (Ventura-León, 2019). La segunda se realizó con análisis factorial confirmatorio utilizando el estimador WLSMV y coeficiente omega ordinal, cuyos valores fueron excelentes (CFI = .973; SRMR = .061; w = .792) de acuerdo con el criterio de Hu y Bentler (1999). Cabe señalar que se prefirió a SRMR en lugar de RMSEA, debido a que es un índice más robusto ante estructuras factoriales con pocos ítems y, por lo tanto, con pocos grados de libertad (Kenny et al., 2015). Finalmente, las cargas factoriales oscilaron entre .604 (ítem 1) y .833 (ítem 2).
Big Five Inventory-10 (BFI-10). Es un instrumento para evaluar la personalidad mediante cinco componentes denominados Extraversión, Afabilidad, Responsabilidad, Neuroticismo y Apertura (Goldberg, 1990). Específicamente, el BFI-10 tiene diez ítems con cinco opciones de respuestas y sus propiedades psicométricas han sido demostradas en Perú, replicando la estructura pentadimensional con adecuada confiabilidad, pues los valores del coeficiente Angoff-Feldt mostraron valores superiores a .60 (Dominguez-Lara et al., 2018). En este estudio se consideraron solamente los dos ítems correspondientes al neuroticismo.
Escala de Propensión a la Ira (APS - G). Es un instrumento autoadministrado de 4 ítems con respuesta tipo Likert (Sí = 3, Creo que sí = 2, Creo que no = 1, No = 0). Se usó la escala adaptada al español de Perú (Caycho- Rodríguez et al., 2021), la cual presenta una estructura interna unidimensional con adecuados índices de bondad de ajuste (CFI = .993, GFI = .996, RMSEA = .051, SRMR = .019) y un buen nivel de confiabilidad (w = .832).
Dirty Dozen Dark Triad Scale (DDDT; Jonason & Webster, 2010). Es un instrumento autoadministrado conformado por 12 ítems con respuesta tipo Likert que van desde nunca = 1 hasta casi siempre = 4. Por tanto, el puntaje total tiene un rango de 12 a 48. Se utilizó la versión traducida al español de Copez-Lonzoy et al. (2019) que muestra una estructura interna tridimensional (CFI = .981, TLI = .968, RMSEA = .041, SRMR = .034) con un adecuado nivel de confiabilidad para sus tres factores: maquiavelismo w = .73, psicopatía w = .63 y narcisismo w = .81.
Procedimiento
Esta investigación se desarrolló en dos etapas. En la primera se recolectaron datos mediante un formulario virtual, el cual fue compartido a través de redes sociales (Facebook, WhatsApp, Instagram y LinkedIn). Este tipo de recopilación de datos ha mostrado tener la ventaja de reducir sesgos por deseabilidad social, así como acortar el tiempo de respuesta, lo cual permite que las respuestas sean más sinceras por aumentar el nivel de anonimato y confidencialidad (Latkovikj & Popovska, 2019). Cabe destacar que la investigación cuenta con la aprobación del Comité de Ética de la Universidad Privada del Norte (N.° 0004-2023/ID-CIEI) y del Delegado de Protección de Datos de la Universitat de Lleida (España), ya que se han seguido las pautas del Colegio de Psicólogos del Perú, la Ley Peruana de Protección de Datos Personales N.° 29733, la Ley Orgánica 3/2018 de protección de datos personales y garantía de los derechos digitales de España y la Declaración de Helsinki, ya que a cada participante se le presentó un consentimiento informado, en el cual se detalló el nombre del investigador principal y el propósito de la investigación, y en todo momento se cuidó el anonimato, se respetó la confidencialidad, la no solicitud de datos personales o sensibles, la no coacción a responder, el respeto a los derechos y la voluntariedad de su participación. Finalmente, en la segunda etapa, se trasladaron las respuestas a una hoja de cálculo de Excel, la cual fue exportada al software estadístico R para ejecutar el análisis de los datos obtenidos.
Análisis de datos
Para examinar los datos se utilizó el software estadístico R en la versión 4.2.2 (R Core Team, 2022) con los paquetes lavaan (Rosseel, 2012) y semTools (Jorgensen et al., 2022) en dos fases:
En la primera se excluyeron las respuestas de quienes indicaron ser menores de edad (menos de 18 años) y así mismo, se eliminaron las respuestas que tenían casillas vacías. Luego se calcularon los estadísticos descriptivos (promedio, desviación estándar, curtosis y asimetría) por cada ítem y de cada variable. Para determinar la normalidad univariada se tuvo en cuenta un punto de corte de ±1.5 para curtosis y asimetría (Pérez et al., 2013).
En la segunda, mediante el paquete lavaan, se creó un modelo (véase Figura 1) por medio de regresión estructural (Kline, 2012). Para ello se utilizó WLSMV como estimador, por ser robusto ante la normalidad y por su idoneidad ante variables ordinales (Beauducel & Herzberg, 2006). Posteriormente, se evaluó el ajuste del modelo mediante los índices CFI, TLI, RMSEA y SRMR con el fin de buscar valores superiores a .950 para CFI/ TLI, inferiores a .060 para RMSEA e inferiores a .080 para SRMR (Hu & Bentler, 1999). Finalmente, la estructura fue graficada, tal como se observa en la Figura 1.
Resultados
Análisis descriptivo
En la Tabla 2 se muestran los resultados descriptivos de las variables estudiadas; se observa que el mayor promedio recae sobre narcisismo (M = 8.690; DE = 3.646). Además, se observa la matriz de correlaciones de Spearman.
Regresión estructural
Los resultados de la regresión estructural mostraron que el modelo planteado es adecuado, pues muestran ajustes excelentes con un CFI = .975, TLI = .970, RMSEA = .043 y SRMR = .051; esto significa que el modelo es plausible e indica que los datos calzan con lo hipotetizado.
En la Figura 1 se observa que la hipótesis planteada tiene soporte, ya que las experiencias de discriminación predicen el neuroticismo (b = .150; p = .010). A su vez, el neuroticismo es un buen predictor de la propensión a la ira (b = .609, p = .000), la cual predice de mejor manera al maquiavelismo (b = .217, p = .012), seguido del narcisismo (b = .174, p = .000) y la psicopatía (b = .048, p = .515).
Discusión
Las experiencias de discriminación se consideran estresores sociales y, debido a su carácter negativo, pueden estar implicadas en el desarrollo de ciertos rasgos de personalidad. Sin embargo, son muy pocos los estudios que han investigado el impacto de la discriminación sobre estos. Por lo tanto, el objetivo principal de este estudio se centra en explorar el rol mediador del neuroticismo y la ira en la relación entre las experiencias de discriminación y los rasgos de personalidad oscuros en población peruana.
A nuestro entender, en Latinoamérica esta es la primera investigación que aborda la manera en que las experiencias de discriminación predicen rasgos de personalidad. Incluso a nivel global son escasos los estudios que han buscado explicar tal fenómeno. Si bien es cier-to que las revisiones sistemáticas y los metaanálisis han evidenciado que la discriminación tiene un impacto en la salud física y mental, no se menciona la personalidad como un factor asociado.
Sin embargo, las investigaciones empíricas han hallado correlación entre la discriminación y componentes del Big-Five Inventory, especialmente con el neuroticismo (Fang et al., 2016; Kim et al., 2021; McClendon et al., 2021; Soto, 2015; Sutin et al., 2016; Xiang et al., 2018). Los resultados de este estudio fueron coherentes con tales hallazgos y pueden ser explicados al considerar que la discriminación en situaciones cotidianas (e.g., tratos diferenciados al solicitar servicios médicos o en un lugar público) provoca mayor sensibilidad y vulnerabilidad emocional por ser un evento adverso (Barlow et al., 2014; Messina et al., 2022; Stokes, 2019).
Por otro lado, se encontró que el neuroticismo podría predecir la propensión a la ira provocada por las experiencias de discriminación, y que es un mediador entre ambas variables, lo cual se sustenta en la idea de que la ira es una respuesta natural que sirve como mecanismo de defensa ante situaciones hostiles (Min & Joireman, 2021; Park et al., 2017; Zilioli et al., 2017). En tal sentido, el neuroticismo podría exacerbar esta emoción, debido a la frustración e impotencia provocada por situaciones en que se percibe poco control (Barlow et al., 2014).
Finalmente, se encontró que la propensión a la ira, provocada por la discriminación y agravada por el neuroticismo, sería una predictora de los rasgos de personalidad oscuros, lo cual tiene soporte en los datos y en los resultados obtenidos, a la vez que sugiere que los ambientes hostiles provocan que las personas adapten sus patrones conductuales, emocionales y cognitivos a tal situación, lo cual da lugar a pensamientos, comportamientos y sentimientos socialmente indeseados que los llevan a tener tendencias a la manipulación de los demás, a ser más egoístas, a buscar el beneficio propio y a tener menor remordimiento, debido a que se sienten enojados con quienes los han tratado mal (Bryan et al., 2023; Jonason et al., 2014; Kjærvik & Bushman, 2021; Knight et al., 2018; Li et al., 2016; Witte et al., 2002). En otras palabras, la discriminación podría estar implicada en la vulnerabilidad emocional en quienes la sufren, haciendo que sientan cólera hacia quienes los discriminan y excluyen socialmente, de modo que se fomentan emociones negativas hacia estos y generan propensión a desarrollar conductas de castigo respecto a quienes los hieren. De hecho, en estudios anteriores se menciona que aquellas personas con mayor puntuación en psicopatía y maquiavelismo solían objetificar a los demás y mostrar conductas agresivas -incluyendo ira- hacia ellos (Bryan et al., 2023). Otro estudio señala que las personas con rasgos narcisistas también son propensas a expresar su ira hacia los demás, especialmente cuando eran provocados (Kjærvik & Bushman, 2021); no obstante, dependiendo del tipo de narcisismo, podrían hacerlo de manera diferenciada; es decir, las personas con narcisismo vulnerable mostraron mayor probabilidad de actuar agresivamente, mientras que los individuos con narcisismo grandilocuente eran menos propensos, ya que los insultos o las burlas los afectan en menor medida (Knight et al., 2018). Sin embargo, en este estudio no se consideró el narcisismo como un constructo bidimensional; es una limitación que futuras investigaciones podrían tomar en cuenta para comprender mejor el rol de este rasgo en relación con las experiencias de discriminación.
Así mismo, este estudio no está exento de otras limitaciones; entre ellas, el haber seguido un diseño transversal con un muestreo no aleatorio, lo cual impide generalizar los resultados a toda la población, e igualmente desconocer cómo se pueden relacionar las variables estudiadas a lo largo del tiempo; en tal sentido, la muestra también presenta sesgos por edad, sexo y nivel educativo. Por ello, se recomienda que futuras investigaciones puedan subsanarlas siguiendo diseños longitudinales con muestras probabilísticas de Perú, de modo que sean más homogéneas. Por otra parte, el haber utilizado medidas de autorreporte breves podría no capturar totalmente el constructo. Además, la EOD evalúa la discriminación percibida, lo cual podría no coincidir con medidas objetivas de discriminación. Ante ello, es recomendable utilizar otras estrategias de recolección de datos, como la observación conductual, o contrastar con la valoración de terceros.
Por lo anterior, las líneas futuras del estudio de la discriminación, además de superar las limitaciones planteadas, deberían controlar las variables sociodemográficas como el sexo, la edad, el nivel educativo y socioeconómico, la orientación sexual, la religión, la nacionalidad, la presencia de enfermedades contagiosas (e.g., VIH), ya que son motivos de discriminación que interactúan o se dan paralelamente a la DER. Así mismo, se sugiere que los próximos estudios examinen el rol de factores protectores, tales como las estrategias de afrontamiento y la identidad étnica, de modo que se puedan estudiar estrategias eficaces para enfrentar la discriminación y su impacto psicológico. Lo cual se vería enriquecido al considerar participantes pertenecientes a diferentes nacionalidades o grupos étnicos para conocer si existen variaciones culturales en este fenómeno.
Sin embargo, los resultados son enriquecedores y tienen la fortaleza de ser el primer estudio nacional, incluso latinoamericano, en considerar los rasgos de personalidad como variables involucradas en las experiencias de discriminación, lo cual responde a un vacío teórico regional y da cuenta de que los factores sociales juegan un rol importante en el desarrollo de conductas antisociales. Además, la mayoría de antecedentes examinó a la discriminación y su asociación con emociones negativas desde una perspectiva de quienes ejercen el racismo, mas no desde el punto de vista de las víctimas; esto ofrece un enfoque original y toma más relevancia al considerar que Perú y otros países de Latinoamérica tienen un alto índice de DER.
Por lo tanto, los resultados evidencian que las experiencias de DER están asociadas con cambios en los rasgos de personalidad, como el neuroticismo, de modo que se tornan emocionalmente más sensibles, lo cual sugiere una posible vía de influencia de las experiencias aversivas en la configuración de la personalidad. A su vez, la propensión a experimentar sentimientos de enojo puede ser considerada un mecanismo adaptativo para afrontar la injusticia percibida, pero también podría contribuir a la manifestación de conductas socialmente aversivas. No obstante, es importante destacar que la relación entre los eventos sociales adversos, tal como la discriminación, y los rasgos de personalidad es compleja y multidimensional, y no todas las personas que experimentan discriminación desarrollarán los mismos rasgos socialmente indeseables. Ante ello, es fundamental reconocer que, al ser un primer estudio, los hallazgos no son concluyentes, puesto que puede haber variables moderadoras involucradas en el modelo, tales como la resiliencia, el orgullo étnico y las estrategias de afrontamiento que regulen dichas relaciones. En consecuencia, se requieren mayores estudios que integren otros factores, de modo que se eviten generalizaciones que puedan estigmatizar o resultar en victimización secundaria al retratarlas como potencialmente peligrosas por atribuirles rasgos negativos de personalidad a causa de las experiencias de discriminación, ya que, además, los rasgos oscuros también permiten una mayor adaptabilidad al entorno y afrontar las dificultades con mayor eficacia e incluso sobresalir en algún ámbito relevante, por ejemplo, el trabajo o el deporte (Burtăverde et al., 2023; Dåderman & Basinska, 2021; Diller et al., 2021; Nguyen et al., 2021; Stanwix & Walker, 2021; Tariq et al., 2021; Vaughan & Madigan, 2021).
En tal sentido, los hallazgos tienen implicancias prácticas, pues brindan soporte para que las autoridades competentes (e.g., Ministerio de Salud, Ministerio de Cultura, etc.) o profesionales como psicólogos, psiquiatras, sociólogos y antropólogos consideren la lucha contra la discriminación como un agente relevante para promocionar la equidad, la justicia social y el bienestar psicológico de las personas. Y hace un llamado a no menospreciar los factores sociales como parte importante en el desarrollo de la personalidad.
En conclusión, el neuroticismo y la ira son mediadores seriados en la relación entre las experiencias de discriminación y los rasgos oscuros de personalidad.