1.Introducción: La internacionalización e interculturalidad en la Universidad de Antioquia y la Escuela Interamericana de Bibliotecología
La Universidad de Antioquia (UdeA) cuenta con una dependencia encargada de gestionar, promover y dinamizar todo lo relacionado con las relaciones internacionales: la Dirección de relaciones Internacionales (DRI). Esta existe desde los años noventa mediante el Acuerdo Superior 261 de 1993 y fue nombrada Dirección de Gestión y Relaciones Internacionales. Depende directamente de la Rectoría de la universidad y entre sus funciones se encuentran las siguientes:
•Proyectar internacionalmente la UdeA mediante convenios e intercambios de colaboración científica y cultural con organismos y universidades extranjeras.
• Buscar fuentes de financiación internacional para proyectos universitarios.
•Apoyar la realización de eventos con participación internacional dentro de la Universidad y la participación de la Universidad en eventos internacionales.
•Estimular el estudio de las relaciones internacionales.
El mismo acuerdo plantea la existencia del Comité de Relaciones Internacionales, el cual consiste en un espacio de participación y representatividad alrededor de las funciones asignadas a esta Dirección. Está conformado de la siguiente manera:
• El director de Relaciones Internacionales, quien lo preside.
• El vicerrector de Docencia o su delegado.
• El vicerrector de Investigación o su delegado.
• El vicerrector de Extensión Universitaria o su delegado.
• Cuatro profesores con amplia experiencia internacional, representativos de las diferentes áreas académicas de la Universidad y designados por el Consejo Académico por periodos de dos años.
En el año 1996, a través del Acuerdo Superior 064 de 1996, se modifica la nominación de esta dependencia y pasa a ubicarse como Dirección de Relaciones Internacionales, en adelante DRI (UdeA, 1996). Lo correspondiente a su accionar está contemplado en lo establecido en el Título Undécimo del Estatuto General mediante Acuerdo Superior 191 del 5 de marzo de 2001. Su misión es:
la Universidad institucionaliza el papel internacional de su quehacer académico y científico, como parte esencial de su desarrollo curricular, cultural y social. La inserción de la Universidad en el contexto internacional, entendida como interacción, se ejercerá a partir del reconocimiento de su realidad y de su presencia en escenarios donde se requieran sus aportes y se haga, a su turno, receptiva de los producidos en los diferentes campos del conocimiento, preservando, en todo caso, su identidad y autonomía. (UdeA, 2001, p. 1)
En la actualidad, son cuatro procesos específicos los que dan vida a la DRI: cooperación académica, cooperación científica, comunicaciones y servicios administrativos y de apoyo. Ahora bien, para que los propósitos de la DRI sean transversales a los ejes misionales de la universidad, las unidades académicas cuentan con un profesional designado por directores o decanos para acompañar lo concerniente a este tema, cuya función principal es apoyar la gestión de la internacionalización e impulsar el desarrollo de estrategias, iniciativas y actividades de cooperación académica y científica al interior de su unidad académica. Para el caso de la Escuela Interamericana de Bibliotecología (EIB), las relaciones internacionales cuentan con un plan de trabajo vinculado al Plan de Acción 2021-2024: “Una apuesta por la calidad, el diálogo, la visibilidad y la innovación en la educación”. Este busca responder a tres Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): educación de calidad, reducción de las desigualdades y ciudades y comunidades sostenibles, en el marco de dos de los principios del Plan de Desarrollo Institucional 2017-2027 (UdeA, 2017):
•Principio 8: con el proyecto, la Universidad contribuye a llevar a cabo iniciativas para fomentar una mayor responsabilidad ambiental.
• Principio 2: con el proyecto, la Universidad contribuye a asegurarse de no ser partícipe de vulneraciones de derechos humanos.
El plan de trabajo alrededor de las relaciones internacionales en la EIB, 2022-2024, tiene como propósito fortalecer las dimensiones internacional e intercultural de la EIB a partir de las acciones de relaciones internacionales y en tanto se enaltece su carácter interamericano, vinculando las acciones del ejercicio de relaciones internacionales y el proyecto de interculturalidad e internacionalización en el currículo para la optimización de recursos y tiempos que permitan la consecución de metas y productos concretos. Este contempla cuatro procesos:
• Comunicaciones, el cual tiene como objetivo comunicar de manera permanente y oportuna todo lo relacionado con las dinámicas de internacionalización e interculturalidad en la EIB con el fin de lograr una apropiación de estas en la comunidad educativa.
• Internacionalización e interculturalidad, el cual busca propiciar los recursos y espacios que permitan posicionar la movilidad como una estrategia vinculada con el carácter interamericano de la EIB y posicionarla como nodo estratégico para la bibliotecología y las ciencias de la información en América Latina y el Caribe.
•Formación, el cual busca propiciar los recursos y espacios que permitan fortalecer las dimensiones interculturales e internacionales de la comunidad de la EIB.
•Cooperación, el cual busca gestionar la concreción de convenios que favorezcan el fortalecimiento y posicionamiento de la EIB en el contexto interamericano.
Los procesos enunciados buscan que las pasantías bajo las dimensiones de la internacionalización e interculturalidad fortalezcan el relacionamiento de la EIB con el mundo de la vida, y que a través del diálogo de saberes permitan a quienes las viven un proceso formativo que cualifique su saber disciplinar. También se busca que estas pasantías fortalezcan sus capacidades como sujetos a través del intercambio cultural. A quienes acogen, en este caso la Universidad, les permite configurar y fortalecer los lazos institucionales a partir de las redes de trabajo que se derivan de las estancias investigativas; y a la comunidad que recibe a los pasantes, sin duda, le posibilita un ejercicio de diálogo intercultural a través del cual hay un fortalecimiento disciplinar y personal.
2. El horizonte desde el que hablamos: interculturalidad e internacionalización
Si bien la interculturalidad para América Latina ha implicado poner la mirada en los procesos de conformación, lucha y resistencia de pueblos originarios, no se limita a una categoría étnico-racial. Esta se constituye como un proyecto, un proceso y una oportunidad para reflexionar sobre las formas para estar y relacionarnos de modos “otros” que impliquen la vida, la dignidad y la justicia social. Respecto a la última, esto implica desde una perspectiva tridimensional, como lo propone Nancy Fraser (2008), la necesidad de que espacios de movilidad reconozcan (reconocimiento) al sujeto y los saberes disciplinares de los cuales proviene. Así mismo, que permitan desde el contexto universitario, en relación con sus ejes misionales, un ejercicio plural en el que se involucre la docencia, la investigación y la extensión (redistribución), para buscar alternativas significativas y espacios propicios que no se limiten a un entorno meramente academicista.
Finalmente, en relación con la acción intencionada y pensada de quienes están en condición de pasantes (participación), se hace necesario que la experiencia de movilidad posibilite al pasante un espacio para ser un sujeto activo tanto en la escucha como en las posibilidades de propuestas que a posteriori deriven de las estancias, para las comunidades que le acogen y para sus entornos de origen. Ahora bien, respecto a la justicia social como una implicación en las pasantías, la interculturalidad y la internacionalización, que son las dimensiones convocadas en los procesos de movilidad, así como las incitaciones que desde la universidad comienzan a dinamizarse, se hace necesario plantear su comprensión en el marco de este ejercicio de reflexión. Hablar de interculturalidad implica una invitación a la reflexión conjunta en relación con la forma en que vivimos, sentimos y experimentamos la diferencia en la educación. Se parte de reconocer que la diversidad es una característica inherente al ser humano y, a su vez, que la diferencia es una posibilidad para hacer del acto educativo un espacio para la libertad.
En este orden de ideas, la interculturalidad hace explícita la pregunta por lo que acontece en las aulas y sobre las formas de relacionamiento en lo pedagógico, lo didáctico y lo evaluativo. La interculturalidad implica abrir el pensamiento, las fronteras epistémicas e insistir en las movilidades como posibilidades de internacionalización, que fortalezcan en el marco de lo global la misión de la educación superior en relación con sus ideales humanistas. Así que, respecto a la internacionalización del currículo, es preciso entenderla como uno de los desarrollos consecuentes de la sociedad del conocimiento en un mundo globalizado, en el que el conocimiento es el principal capital de la economía mundial y cuyas formas de transferencia y gestión, en consecuencia, se complejizan y globalizan. Es, por tanto, una necesidad de la sociedad actual que la educación superior forme egresados con competencias internacionales, globales e interculturales para asumir un rol activo en el ejercicio de su ciudadanía y de su profesión en diversos contextos culturales, laborales y sociales, que en el marco de la interculturalidad y el diálogo de saberes dote de sentido los procesos de movilidad que se viven en la educación superior. Es también una necesidad que el proceso de internacionalización de la educación superior beneficie al total de los estudiantes, si insistimos en procesos afincados en la justicia social, para lo cual es necesario desarrollar y profundizar en las instituciones de educación superior la perspectiva de internacionalización, interculturalidad y ciudadanía global bajo una mirada que considere el reconocimiento, la redistribución y la participación en la perspectiva que propone Nancy Fraser (2008). Lo anterior implica la internacionalización del currículo en sus distintos niveles de concreción, macro, meso y micro, así como en las actividades de extensión, que contemplan la proyección del programa a otros públicos más allá de la comunidad académica universitaria.
La internacionalización se materializa en las actividades de docencia, en los ambientes de aprendizaje, en la selección de los saberes (disciplinares, técnicos, científicos, desde las artes, entre otros), en el campus, en la investigación formativa y en las estrategias didácticas, buscando una formación centrada en el estudiante con pertinencia académica y social, que se proyecta a contextos locales, internacionales e interculturales. El proceso de internacionalización del currículo tiene los mismos desafíos y requerimientos que el proceso de innovación curricular en general (Van der Wende, 1997). Para hacerlo, se requiere de una decidida voluntad institucional y de cierta flexibilidad normativa, administrativa y académica del cuerpo docente, además del aprovechamiento y gestión de relaciones de cooperación sólidas con otras instituciones, bajo enfoques de calidad y pertinencia. Por último, cabe recordar que la internacionalización del currículo es una estrategia educativa que aporta al aseguramiento de la calidad de los programas académicos de educación superior, que en Colombia cobra importancia bajo el marco normativo actual, principalmente el Decreto 1330 del Ministerio de Educación Nacional (2019).
3.Sentido de las pasantías de investigación en la formación
La DRI de la UdeA plantea que la “pasantía de investigación es un tipo de movilidad académica en la que un investigador extranjero participa en una actividad científica en la Universidad de Antioquia” (DRI, UdeA, 2020). Los interesados en hacer esta movilidad pueden postularse durante todo el año académico. Este tipo de movilidad no implica proceso de matrícula y, por lo tanto, no genera costos por este concepto. Sin embargo, los gastos de alojamiento, manutención, transporte, visado, investigación y otros, que estipule el grupo de investigación o dependencia en la que se realizará la pasantía, son responsabilidad del visitante.
Para la EIB, el sentido de las pasantías internacionales es plenamente formativo y bidireccional, no solo considera al pasante, sino también a la comunidad que lo recibe. La posibilidad de un intercambio implica una observación del quehacer universitario reflejado en la experiencia del otro y como una oportunidad para tejer lazos, comunidad y pensarnos en las singularidades. Por lo tanto, las pasantías, y de manera amplia la movilidad académica entrante, no corresponden con ejercicios funcionales de intercambio, o de interculturalidad funcional, son posibilidades tangibles de una pedagogía de la diferencia a través del reconocimiento de sí mismo y del otro como integrantes de una comunidad. En este orden de ideas, esta pedagogía permite afianzar procesos de diálogo e intercambio de saberes significativos que incluso en la mayoría de los casos trascienden lo disciplinar.
4.Pasantías académicas en la Escuela Interamericana de Bibliotecología, Universidad de Antioquia
Las pasantías de investigación en la EIB se enmarcan en la propuesta que desde la DRI se define para la UdeA, la cual se entiende como un tipo de movilidad académica en la que un investigador extranjero participa en una actividad científica en la UdeA. Esta ha sido una de las modalidades que en los últimos cuatro años (2016-2023) ha sido estratégica para el fortalecimiento de las relaciones internacionales en la EIB. A continuación, se presentan algunos datos extraídos del Observatorio de la presencia nacional e internacional UdeA, desarrollado por la DRI (Figuras 1 y 2).
Si bien se presentan aquí algunos resultados del Observatorio, es importante anotar que este se encuentra en proceso de actualización permanente, de acuerdo con el ingreso de las movilidades recibidas en las diversas unidades académicas de la UdeA, pero esta herramienta permite tener una radiografía actualizada respecto a la movilidad entrante. Además de los trámites administrativos que la universidad presenta para su desarrollo, en este apartado se plantean algunos criterios considerados fundamentales para pensar en la proyección y articulación orgánica de las pasantías con la UdeA y sus ejes misionales, así como presentar un esbozo de la metodología que se usa para su proyección. Luego, en la voz de tres pasantes, se conoce el significado que tuvo su estancia en la UdeA bajo este tipo de movilidad. Los siguientes son algunos criterios para considerar:
•La creación del plan de trabajo de quien realizará la pasantía es un ejercicio colectivo, que involucra los intereses del solicitante y de la universidad. Se recomienda que pueda construirse entre quien presenta el interés y la comunidad académica que lo recibirá.
• Quienes participan de pasantías se vinculan a través de los tres ejes misionales de la universidad, lo cual implica el trabajo articulado de la universidad con su comunidad académica y con aliados estratégicos (sociedad) en el campo de interés de los pasantes.
• El pasante recibe por parte de la unidad académica y su equipo docente formación especializada en sus temas de interés. A su vez, el pasante pone a disposición de la universidad y la sociedad sus habilidades para formar en sus temas de experticia proyectando el hacer social de la universidad a través de un proceso de internacionalización.
• En la movilidad, los pasantes se articulan a estrategias microcurriculares que fortalecen los procesos de internacionalización e interculturalidad en el currículo, como son, por ejemplo, prácticas de bilingüismo, invitados internacionales, entre otros.
• La presencia de un pasante internacional en la UdeA es una oportunidad para la proyección, consolidación o actualización de rutas de trabajo que permitan a la universidad fortalecer los lazos interinstitucionales. Esto implica en algunos casos la suscripción de convenios o la actualización de los existentes.
Asimismo, para dar a conocer las experiencias de estancias de investigación de algunos de los pasantes que han visitado la EIB, se presentan a continuación tres relatos construidos por ellos mismos en el marco de sus pasantías. Al respecto, es importante anotar que el criterio para su elección consistió en que desde la génesis de su estancia se proyectó la escritura de un artículo conjunto que reflejara la experiencia de movilidad. En relación con sus temáticas de interés, todas alrededor de la bibliotecología y las ciencias de la información, estas permiten ver los procesos de reflexión y apropiación que genera esta experiencia. Guilherme Fellipin dos Santos, proveniente de la Universidad de Sao Paulo, presenta sus aprendizajes alrededor de las dinámicas culturales hegemónicas y contrahegemónicas; Luisa Fernanda Bustamante, proveniente de la Universidad Federal de Integración Latinoamericana, expone sus vivencias entre Colombia y Brasil alrededor de la interculturalidad y la medicación de lectura; y Sara Ulloa, proveniente de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y becaria del Ministerio de Cultura de Perú, habla de su trabajo alrededor de los círculos de mujeres.
Es importante anotar que en estos textos se deja ver la potencia de las reflexiones que las estancias generan en quienes viven la experiencia de intercambio, ampliando sus marcos de comprensión, análisis y trabajo
4.1 De las dinámicas culturales hegemónicas y contrahegemónicas en Brasil, a las prácticas bibliotecarias de resistencia cultural en Colombia. la voz de Guilherme Fellipin dos Santos1
La descreencia en los referentes político-culturales-económicos establecidos y la posibilidad de cambio social real a causa de ellos parece un trazo común de las convulsiones sociales recientes (Canclini, 2019, p. 36). En una perspectiva temporal más amplia, se puede decir que ellas son la etapa más actual de un histórico del modelo capitalista y del modo de vida heredado de la modernidad. Expresan, por ejemplo, cómo un desarrollo tecnológico acelerado es incapaz de frenar la igualmente acelerada profundización de las variadas desigualdades; 2 a pesar del rol de la narrativa del progreso como justificación de ese modelo. Una incapacidad en verdad generalizada de imaginar respuestas y cambios efectivos a partir de las coordenadas (políticas-culturales-económicas) de un mundo de utopías agotadas y cuya precariedad de la vida se vuelve como normalidad (Haraway, 2016; Tsing, 2015). En verdad, “los modernos”, 3 como un grupo de Eichmans, se eximen de su responsabilidad sobre la reproducción de esos procesos, sosteniéndose en la imposibilidad de no cumplirse el ordenamiento sociocultural: “el mundo es así, no hay nada que pueda hacer”. Sujetos que se volvieron objetos de la cultura de nuestro tiempo.
Brasil es hoy uno de los principales ejemplos del ámbito global de ese contexto. Sale de una dictadura civil-militar con una nueva Constitución ciudadana en 1988, bajo una amnistía general que no permitió la reparación de las víctimas, puniciones a los agentes del autoritarismo ni una política nacional de memoria en la transición. 4 Después de una década de implementación del neoliberalismo y los genocidios urbanos de las poblaciones periféricas5 en los años noventa, pasa por una década y media siguiente de logros importantes en el ámbito de las políticas sociales, pero sin efectivos cambios en las desigualdades estructurales. Desde los años 2000 hasta 2016, la institucionalización de movimientos sociales del campo progresista rompió los lazos de la política institucional con las dinámicas territoriales de los sujetos excluidos, y esos avances sociales tuvieron que acomodarse a los intereses de la política tradicional del país (D’Andrea, 2020, p. 23; Canclini, 2019, p. 25).
Con una intensificación de la descreencia en los procesos políticos, hasta una adopción de lo antipolítico por los discursos conservadores, y en la percepción de una posibilidad de ejercicio de la ciudadanía, el país pasa por dos rupturas democráticas dentro de la propia democracia, en el 2016 y en el 2018. Un golpe parlamentario remueve a Dilma Rousseff de la presidencia y abre un principio de “fascismo-liberal”, en el cual estrategias de biopolítica, una “tradición” brasileña, son profundizadas para garantizar el fin de las conquistas institucionales de los movimientos sociales en la década anterior (Canclini, 2019, pp. 37-38) y de la participación democrática fuera de la formalidad electoral. La elección del candidato antidemocrático Bolsonaro, cargada de desinformación y manipulación de las redes por un paramilitarismo digital, sin ninguna reacción de las instituciones del Estado, pone precisamente a estas instituciones en una espiral de erosión -y las que se quedan son ocupadas por militares y élites políticas tradicionales-.6
Pero, aunque sean víctimas de la insuficiencia de los procesos políticos-económicos hegemónicos, los sujetos de las periferias del capitalismo7 no tienen sus vidas marcadas solo por ellos. El contexto actual no trae retos totalmente nuevos, sino acumulados de problemáticas históricas que persisten; por eso la descreencia en las dinámicas hegemónicas. Así se vuelve importante la mirada a los sujetos y sus dinámicas periféricas, o en como sobreviven, insisten y resisten viviendo la ruina de la utopía moderna (Alabarces, 2020, p. 140). Esa mirada en Latinoamérica pasa por “viradas al plural”, como respuesta al avance del neoliberalismo antipolítico en el continente (Alabarces, 2020, p. 19). Se buscan nuevos horizontes de ciudadanía, se disputan los afectos y significados, se cuestiona la obligación de obedecer a la jerarquía de sentidos de la modernidad.
Las experiencias resistentes de las bibliotecas de Colombia son un buen ejemplo de dinámicas que desafían las hegemonías de sentidos y buscan repensar la cultura, nuestro mundo y cómo vivimos aquí. Eso es representado por dos ejes de esas experiencias, principalmente. En primer lugar, la conciencia del poder de la palabra, del lenguaje como una totalidad de medios inseparables para significar la realidad y disputar sentidos, y una particular preocupación en proponer el derecho a esa totalidad.8 En segundo lugar está la organización desde la articulación entre la pluralidad de territorios periféricos tradicionalmente excluidos de la cultura hegemónica, con la formación de redes vinculadas con otras redes y con las instituciones políticas, las cuales, aunque tengan un importante rol normativo de esa nueva mirada, son secundarias en relación con el protagonismo de los territorios.9
Las redes, compuestas por las diferentes tipologías de bibliotecas, investigadores de universidades, cajas de compensación, entidades territoriales, líderes locales etc., en conjunto con el sector público, el privado y el comunitario, no van a salvar el mundo.10 Pero es innegable que salvan a las personas. A través del poder de la palabra, desde las redes se puede ser sujeto crítico, reimaginar sentidos e imaginar mundos y culturas alternativas, reforzar los vínculos afectivos con sus pares, sus comunidades, construir sus memorias sociales, encontrar otras posibilidades más profundas de actuación ciudadana y, por fin, resignificar lo que una sociedad democrática debe ser.
A la luz de los macroprocesos político-culturales en Brasil, es posible percibir cómo sujetos periféricos del país, desde sus territorios, también responden a los retos de nuestro tiempo. Los movimientos sociales que se rearticulan en redes de soporte territorial no se dejan expulsar de los espacios logrados en los años 2000 y siguen en la disputa por los sentidos en la cultura y los procesos políticos. Construyen sus redes desde los territorios, en las universidades y en la institucionalidad política, resistiendo.11 Una mirada de protagonismo de los sujetos territoriales en la disputa del canon empieza a desarrollarse en el país. Esta mirada, aunque no tenga el tiempo de trabajo presente en las redes de las prácticas bibliotecarias de resistencia de Colombia, tiene un ejemplo en ese vecino latinoamericano de cómo ella posibilita la disputa de sentidos y la potencia para imaginar otros mundos
4.2 Conversaciones literarias: diálogos desde la triple frontera latinoamericana que caminan Colombia. La voz de Luisa Bustamante12
La pasantía internacional coordinada por la Escuela Interamericana de Bibliotecología, desde el punto de partida fronterizo, 13 abrió las puertas al encuentro de conversaciones y de tránsitos hacia el entendimiento de las estructuras bibliotecarias institucionales, comunitarias y populares en Colombia. Es una oportunidad tanto de identificación como de resignificación de las referencias conceptuales de todos los escenarios y territorios que tanto se mencionan en el entorno académico latinoamericano. Las aperturas a los caminos que propició la Escuela están direccionadas hacia la adquisición de las prácticas y las metodologías de la promoción del conocimiento con configuraciones y enfoques más humanizados, así como también el intercambio de aprendizaje como una oportunidad de la negociación cultural desde el fomento a la lectura y el fortalecimiento de las prácticas tradicionales de la mano de acciones y tecnologías.
Las articulaciones de la mediación de lectura y la implementación de los diálogos a partir de la literatura proponen empujar a los lectores hacia ideas culturalmente cercanas sobre quiénes son y dónde se encuentran, a priorizar el punto de vista desde donde se localizan, privilegiar sus costumbres como prácticas legítimas y acercarse al entendimiento de los contextos cambiantes que sufren los países a lo largo de los cambios de los gobiernos y las problemáticas que vienen con esto, de manera que, los autores o los narradores de libros crean una invitación hacia la autoidentificación a partir de estas reflexiones literarias (Fittipaldi, 2015, p. 17). Al visitar la Red de Bibliotecas Públicas en Medellín, se identifica el poder de esta sentencia, debido a que los proyectos propuestos para cada espacio que conseguimos acompañar desde cerca buscan entender cada territorio como único y diferente, alivia diferentes aspectos culturales y dialoga sobre esos primeros impactos que los contextos críticos traen consigo. En estos espacios se tejen vínculos y se crean clubes lectores que les permite conocerse y vincularse con lo que sienten, con lo que pasó y con lo que se quedó atrás.
Sin embargo, se entiende que en estos diálogos con las bibliotecas no solo nacen las conversaciones partir del libro o de la lectura, hay múltiples discusiones sobre los verdaderos factores que impulsan la eficacia de la promoción de la información y el fortalecimiento de la comunidad, como talleres, clubes o círculos con intenciones políticas y sociales en las que se identifica el verdadero poder del lenguaje y la palabra. La movilidad oral resalta prácticas exitosas de las mediaciones porque valorizan caracteres que, si bien no son en su totalidad pedagógicos, son de enfoque educacional, pues incluyen las transmisiones de narrativas orales y visuales que le brindan una experiencia aún más completa.
Generar espacios seguros es uno de los objetivos más importantes para la posibilidad del diálogo literario, acción que está acompañada de compromisos sociales que también motivan prácticas de comunicación más sensibles y afectuosas con los sujetos de las comunidades que han pasado y siguen pasando por diferentes momentos críticos y violentos, debido a que propicia respuestas para la construcción personal. En ese encuentro con lo desconocido, también se amplían posibilidades y se establecen puentes en sus capacidades comunicativas, lectoras y educativas. Por consiguiente, al desplazar el debate hacia el territorio colombiano, se identifica la importancia de tener el lenguaje no solo como una herramienta, sino como un instrumento con funciones sociales, vista para la construcción de una totalidad o de forma orgánica, en las que se generen oportunidades y aperturas que posibiliten las conversaciones.
Las prácticas en torno a la literatura infantil en todos los centros culturales, los parques bibliotecas, las cajas de compensación, y también todos los proyectos e iniciativas como pasitos lectores, tulas viajeras, libros sin fronteras, etc., son alternativas de reconstrucciones identitarias, de reconocimiento ideológico y de reivindicación de la memoria.
El intercambio y transformación social se logran con la apropiación de los espacios, porque los usuarios consiguen una autodenominación, autonomía e identificación hacia las prácticas realizadas en cada encuentro bibliotecario. Las comunidades son las potenciadoras de los espacios, trabajan la coautoría y la horizontalidad, brindan rutas de atenciones, informaciones de impactos que pueden afectar o no a la comunidad y se capacitan entre ellos mismos creando una conexión aún más fuerte entre lazos populares.
Justamente, los saberes sociales juegan una parte importante en estos procesos porque les brindan un significado más potencial. Se entiende así debido a la gran intención de eliminar las barreras y los muros que se producen en los territorios colombianos, y al fuerte deseo de que las miradas y enfoques de las actividades y simbolizaciones son enfocadas hacia adentro. Aunque estos lugares sean espacios físicos, eso no interviene o provoca ningún tipo de limitaciones, porque son bibliotecas andantes, bibliotecas que salen de las bibliotecas, que trascienden, que luchan, que hablan, que escuchan, que se reconstruyen, que se apoyan y que refugian, siempre con la idea de la descentralización y la inclusividad en todo el entorno donde están ubicadas. Además, actúan con una propiedad inigualable y diferenciada de cada realidad, regalando a cada uno conversaciones y diálogos sin fronteras. .
4.3 Círculo de Madres lectoras: proyecto de mediación de lectura, escritura y oralidad en los andes del Perú. La voz de Sara Ulloa14
Esta narración se escribe en primera persona por decisión de la pasante:
Cuando cursé la Cátedra de Lectura, Escritura y Bibliotecas del Perú en Lima, un programa de mediación de lectura, organizado de manera interinstitucional entre el Ministerio de Cultura del Perú, la Biblioteca Nacional del Perú y la Casa de la Literatura peruana, el cual hace mención a tres componentes de los cuáles nunca había escuchado hablar en conjunto: lectura-escritura-bibliotecas, mi mirada sobre el desarrollo profesional de mi carrera, Bibliotecología y Ciencias de la información, cambió.
De hecho, sentí una frustración muy grande por no tener este tipo de formación en mi etapa académica, por no tener esta mirada más amplia, más social, más interdisciplinaria, ya que al fin y al cabo para qué estudiamos una carrera universitaria si no es para encontrar formas de contribuir a la sociedad, para facilitarnos la vida. Eso es lo que yo entendí cuando ingresé a San Marcos, era nuestra misión al culminar nuestros estudios de pregrado. Y, dado que nuestra profesión tiene que ver precisamente con un acercamiento a las personas, surge la inquietud de ver cómo funcionan las bibliotecas en otros espacios, dónde dicen que sí hay bibliotecas, y cómo estas están aportando al ser humano en estos tiempos contemporáneos.
Es así que decidí hacer una pasantía, elaboré un proyecto llamado “Círculo de madres lectoras”, que ya había iniciado en la cátedra y que desarrollo en la Asociación Achikyay, Centro de Investigación y Promoción de Lectura en la región de Chupaca, Junín, de la cual soy miembro. Lo presenté al Ministerio de Cultura del Perú, partiendo de la premisa de fortalecer la práctica lectora de las madres, pues son ellas quienes más apoyan a sus hijos en sus estudios escolares. Con este proyecto gané un estímulo económico que me permitió hacer una pasantía internacional. Elegí a Colombia como país de destino porque justo había conocido a la profesora Natalia Duque, de la UdeA de Medellín, a quien le pedí que me recomiende una pasantía y grata fue mi sorpresa cuando me contó que la UdeA recibía pasantes y que el programa se diseñaba acorde a mis intereses. Ya tenía un imaginario del movimiento bibliotecario en Colombia, sabía que las bibliotecas públicas eran gigantes, una especie de parques biblioteca, que tenían una red sostenible y había visto algunas de sus publicaciones sobre promoción de lectura. Me intrigaba que un país tan cercano, de la región, sí tenga bibliotecas, además de Chile, otro misterio que aún no conozco.
Después de un mes de estancia, puedo confirmar que efectivamente Colombia tiene bibliotecas y que verlo en la realidad es mucho mejor que en el imaginario o en fotografías. He visitado muchos lugares, conocido personas interesantes, reencontrado con profesores queridos, además, en la compañía de Guilherme y Luisa, pasantes también de Brasil y Colombia, lo que ha hecho que esta experiencia sea más gratificante. Muchos han sido los descubrimientos, inquietudes, cuestionamientos, preguntas y observaciones, mientras tanto englobo en los siguientes cuatro enunciados a manera de reflexión o compartir mi experiencia
4.3.1 Bibliotecas comunitarias
Las bibliotecas en Colombia funcionan como espacios comunitarios en los que se comparten una serie de conocimientos a través de actividades, programas y estrategias que hacen que nuestra vida se expanda. La programación es diversa, existen tertulias, conversaciones, costureros, exposiciones, talleres, recorridos guiados, hora del cuento, pasitos lectores, lecturas por teléfono, clubes de lectura y escritura infantil, juvenil y para adultos, entre otros. Tuve la oportunidad de asistir a un club de lectura para adultos, en su mayoría de la tercera edad, en la Biblioteca Otra Parte en el barrio Envigado y pude notar una gran asistencia y participación. Me contaron que los asistentes eran vecinos y fieles concurrentes y que entre todos decidían qué leer, el horario era fijo, todos los jueves a las 5pm. También, tuve la oportunidad de asistir a un taller llamado “Biblioteca de plantas”, en el que pudimos ver la diversidad de plantas u hojas que existen en Medellín, además de observarlas con un microscopio. Es decir, las actividades que se promueven en las bibliotecas son tan diversas como la colección con las que cuenta.
4.3.2 Lectura, escritura y oralidad
En Medellín existe un Plan Ciudadano de Lectura, Escritura y Oralidad (PCLEO) con la finalidad de hacer recordar a la ciudadanía que todos tenemos derecho a leer, escribir y conversar, y marca la ruta para que sucedan estas diversas actividades en las bibliotecas. Es un plan ciudadano que se construye entre todos y tiene cinco líneas de trabajo: 1) Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín, 2) eventos del libro, 3) estímulos literatura y prácticas de LEO, 4) fondo editorial y 5) PCLEO. A su vez, el Sistema de Bibliotecas Públicas de Medellín desarrolla su apuesta ciudadana a través de seis iniciativas: 1) acceso a la información, 2) diversidad y accesibilidad, 3) comunidades y proyección, 4) ciudad lectora, 5) ciudadanías y 6) escenarios para el arte y la cultura
4.3.3 Estado y empresa privada
Había escuchado hablar de Comfenalco y Comfama, pero nunca había tenido claro qué eran. Ahora entiendo que son cajas de compensación creadas por la empresa privada con la finalidad de dar a sus empleados espacios de bienestar en los que ofrecen una serie de servicios desde natación, gimnasio, baile y bibliotecas. Como bien decían los filósofos griegos, hay que alimentar la mente, el cuerpo y el alma. Pero a estas bibliotecas no solo pueden acceder los empleados de estas empresas, sino que son públicas y esto es muy interesante porque viene a ser un aporte en conjunto entre la empresa privada y el Estado a favor de la ciudadanía, además sostenible en el tiempo ya que estas cajas vienen ofreciendo este servicio de bibliotecas desde hace más de dos décadas.
4.3.4 Promotores de lectura
Mientras escuchábamos a los encargados o coordinadores de los programas de las bibliotecas que visitamos, oía con interés sobre los promotores de lectura, pues, al fin y al cabo, son ellos los que dan la cara y tienen contacto en la mediación de las lecturas con las personas, y empecé a sentir cierta curiosidad por saber más de ellos, de conocerlos, ¿cómo es que se llega a ser un promotor de lectura? Un punto que llamó mi atención es que me dijeron que un promotor de lectura podía ser cualquier persona cuyo único requisito es que sea un amante de los libros, además de contar con una carrera profesional. Y que no existe una formación para ello, solos se forman. Luego, conversando sobre el tema con más personas, nos dijeron que no es que solo se formen, en Medellín existen tantas ofertas culturales que se van formando, yendo a estos eventos. También existe el encuentro anual de promotores de lectura. Además de ello, mi teoría es que también se forman habiendo visto a otros ser un promotor de lectura, ya que aquí existe una participación ciudadana de acudir a las bibliotecas públicas desde pequeños, por algo tienen el programa “pasitos lectores”
4.3.5 Interdisciplinaridad
Por último, un tema que llamó mi atención es el involucramiento de diversas disciplinas en esta ruta de la promoción de la lectura para cubrir el plan LEO. Diversas profesiones a favor de la lectura, cuyo único motor es ser amante de los libros y la lectura. Pensaba que para sacar adelante proyectos grandes de bibliotecas públicas ciertamente se necesita de otras profesiones, de otras miradas y que los bibliotecarios debemos estar abiertos a este trabajo en conjunto a favor de la lectura, la escritura y la oralidad
5. Discusión y conclusiones
La movilidad académica, más allá del rol (estudiante, docente o investigador) de quien realice el intercambio, es una experiencia que materializa los pilares sobre los que se sostiene la ciudadanía global: la internacionalización, la interculturalidad y la cosmopolítica. Estos se constituyen sobre la base de la cooperación e integración entre instituciones pares. Esta relación se establece con el propósito de colaborar por la consecución de un mismo objetivo: lograr una educación dialógica entre culturas populares y saberes científicos, de modo que todos los estudiantes, docentes e investigadores, sin importar su institución de origen, tengan capacidades básicas compartidas con colegas de otras latitudes. Por otra parte, las pasantías permiten la construcción de conocimiento situado, que posibilita a los individuos entender cómo funciona su área de conocimiento en otros espacios geográficos con características tan disímiles como semejantes al espacio propio; la fortaleza principal de la movilidad es que hace posible ver la singularidad de cada campo de conocimiento, de acuerdo con el contexto en el que sucede. Así, entre los objetivos de los intercambios está formar profesionales para el mundo, cuya especialidad es resultado de la búsqueda profunda de la episteme de su profesión a partir del contacto con otros estudiantes, profesores e investigadores que bajo el principio de cooperación comparten sus objetos de conocimiento, metodologías y resultados de investigación. Para que este objetivo sea factible, se requiere de un robusto sistema de apoyo a la internacionalización y la interculturalidad, no solo en el currículo, sino en todo el entorno universitario. Sobre todo desde la gestión académica y administrativa se requieren procesos específicos para facilitar los trámites de doble titulación, reconocimiento de materias, expedición de certificados, entre otros procesos documentales que pueden convertirse en un elemento desfavorable para quienes eligen enriquecer su trayectoria mediante la movilidad. Finalmente, se propone que la exposición al mundo a través de la movilidad es la forma óptima para lograr que los individuos se integren adecuadamente a las dinámicas profesionales en un mundo globalizado e hiperconectado, a la vez que no se debe descuidar la formación de estudiantes, docentes e investigadores en la cultura y saberes propios, a la luz de la justicia social.