Introducción
Desde las últimas décadas del siglo XIX, ciertas porciones del Gran Chaco Americano fueron incorporadas por el Estado argentino a la geografía nacional mediante el ejercicio de la violencia y el desplazamiento de los grupos indígenas1. Desde entonces, se sucedieron distintas avanzadas intervencionistas sobre la micro región chaqueña de monte bajo y lluvias escasas identificada históricamente como el Impenetrable2, las cuales se caracterizaron por la imposición de sistemas de dominación socioeconómico, político y cultural. En la actualidad, los modelos extractivos sobre este espacio fronterizo de la provincia del Chaco se reactualizan y continúan operando desde nuevos esquemas de valoración productiva dentro de procesos de jerarquización territorial del capitalismo. Así, consideramos como parte de una "tercera avanzada" sobre el Impenetrable por parte del Estado a la correspondencia entre la expansión de la frontera agropecuaria a partir del agronegocio y el avance del desarrollo turístico3.
En este marco, en el presente trabajo nos aproximamos a las articulaciones entre Estado, territorio y turismo a partir de dos expresiones institucionales: el Parque Nacional El Impenetrable (en adelante PNEI) inaugurado en el 2017 y que supone la transformación del modelo estanciero al modelo patrimonialista anclado en la conservación de la naturaleza; y el Master Plan El Impenetrable (en adelante MPEI) implementado por el gobierno de la provincia del Chaco en el 2016 como una estrategia integral para la microregión y que derivó en un proyecto turístico. Esta aproximación nos permite reconocer los diferentes actores e intereses públicos y privados que se cruzan en el contexto de institucionalización de la política turística en El Impenetrable, y que producen discursos y prácticas que se consideran desde sus sentidos explícitos y latentes.
A partir de un corpus conformado por documentos oficiales, discursos estatales (textuales y visuales), piezas comunicacionales y acciones en y sobre el territorio, analizaremos los imaginarios4 oficiales acerca del Impenetrable, que se construyen y resignifican en los planes mencionados, atendiendo a tres ejes analíticos relacionales. Por un lado, exploramos históricamente la construcción del Impenetrable como micro región vinculada a componentes naturales idílicos y esencialistas dentro de coordenadas espaciales siempre cambiantes -en los discursos históricos aparece asociado al Gran Chaco Americano, al "desierto chaqueño", al Territorio Nacional del Chaco, al monte chaqueño o a la provincia del Chaco-. Para ello, describimos las dos avanzadas históricas del capitalismo chaqueño sobre esa área singular, que implicaron dinámicas económicas de características extractivas, forestal y algodonera. Luego arribamos a la contemporaneidad con nuevas formas de desarrollo no menos extractivistas -agronegocio y turismo- que nos permiten hablar de una tercera avanzada.
En segundo lugar, y focalizando en la política turística, abordamos la construcción de lo "natural" que subyace a la producción estatal del Impenetrable, atendiendo a significaciones históricas. Centrándonos en los imaginarios que se dan en correspondencia con la tercera avanzada, reflexionamos sobre cómo se instala una imagen de la microregión con componentes paisajísticos (naturales) en el marco de nuevos compromisos respecto al cuidado de la naturaleza y el ambiente (Bertoncello y Troncoso, 2019).
En tercer lugar, indagamos las planificaciones estatales a nivel territorial en el Impenetrable como espacio turístico. Nos referimos al acondicionamiento actual del territorio para la hipervisibilización de lugares y sujetos, focalizando la simbolización de ciertas marca-figuras (circuitos, caminos, recorridos, etc.) y en el emplazamiento de artefactos y pequeñas maquinarias (refugios de monte, centros de interpretación, cartelería, etc.) en lugares estratégicos. En este punto, advertimos que la construcción del Impenetrable se resemantiza como geografía imaginada, imponiendo novedosas tecnologías espaciales del Estado en la región.
Las avanzadas referidas se enmarcan en dos etapas histórico-institucionales que la historiografía ha abordado: la territoriana, que corresponde al Territorio Nacional de Chaco (1884-1951) y la etapa provinciana (Provincia Presidente Perón hasta 1955 y desde entonces Provincia del Chaco). En ambos procesos político-institucionales, vinculados a la órbita del Estado nación, la reproducción del espacio geográfico y simbólico del Impenetrable como territorialidad subalterna estuvo ligada a la colonización planificada y a proyectos económicos dominantes. Es en el presente que advertimos la convergencia entre los nuevos sentidos proyectados como destino turístico y los históricos imaginarios sociales que han exaltado el carácter salvaje e "impenetrable" del entorno.
Avances históricos: proyectos estatales-privados sobre el Impenetrable chaqueño
En la última década, el Impenetrable chaqueño ha sido objeto de un nuevo interés estratégico por parte del Estado nacional y de la Provincia del Chaco. Cuando decimos nuevo, nos referimos a que tanto la región chaqueña como el espacio del Impenetrable dentro de aquella, han tenido diferentes momentos en los que centró su atención desde la formación del Estado nación argentino. Como expresa Urry sobre la mirada turística, "la contemplación en cualquier periodo histórico se construye en relación [...] a formas no turísticas de experiencia y conciencia social" (2018, p. 52). En este sentido, las actuales miradas que se desarrollen sobre esta microregión no pueden ser desvinculadas de crónicas e informes elaborados por viajeros, aventureros, exploradores y agentes estatales (Giordano, 2018).
En 1904, el Ministerio del Interior envió al médico Juan Bialet Massé a relevar las situaciones laborales en diferentes rincones de Argentina. Si bien no tenemos referencias específicas sobre la microregión que nos interesa, sus crónicas aluden a los imaginarios frecuentemente atribuidos a la macroregión y asociados al carácter exuberante de la naturaleza y la presencia de la población trabajadora, entre ellos indígenas, objeto de explotación económica. Por ese entonces, el Territorio Nacional de Chaco es señalado en el Informe sobre el estado de las clases obreras en el interior de la República en los siguientes términos:
Puede haber en Cuba, en el Brasil o en el Golfo de Guinea algo parecido a este edén argentino; pero de seguro nada que le supere en valor agrícola, y que a este valor reuna sus condiciones de salubridad y de su grandeza. Sólo la parte occidental y el sur de Corrientes y una parte de Santa Fe pueden compartir con el Chaco el porvenir grandioso e inmediato que le espera. Al recorrer sus llanuras, pobladas aún del grandioso bosque subtropical, de belleza paradisíaca; sus bañados, que pueden drenarse con acequias al alcance del más modesto labrador, y que serán sus tierras más ricas e inagotables, el espíritu se abisma en las cifras que arrojan los cálculos mínimos de sus valiosas producciones; el sociólogo prevé la aglomeración futura de algunos millones de habitantes ricos y felices; pero entristece el estado actual, se hallan todas las ruidandes de la codicia humana, para explotar el poderoso al débil, sin que le sirvan de vallas ni la ley ni el sentimiento de humanidad. (Bialet Massé, 1985 [1904], pp. 53-54)
No obstante, la primera avanzada sobre el Impenetrable se puede ubicar a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, acompañando los procesos de la ocupación efectiva que el Estado nacional realizó sobre el Chaco argentino. Desde entonces, el Impenetrable constituye un escenario social en los márgenes del territorio nacional, donde se desplazaron y relocalizaron las poblaciones indígenas. Al respecto, una expedición a cargo de Fausto Villamayor fue enviada en 1906 por el Ministerio de Agricultura de la Nación para analizar la "extensión del Chaco". Dos años más tarde, este mismo personaje solicitó al Estado nacional autorización para explotar las maderas del Impenetrable.
Decíamos que el señor Fausto Villamayor, se ha presentado ante el gobierno nacional, para solicitar los recursos más indispensables a efectos de constituir un núcleo numeroso de indios que se compromete reducir atento a las relaciones que pudo establecer en oportunidad con varios caciques y fundar una colonia, en la región conocida por El Impenetrable que según los mejores informes es la más rica en madera y otros productos de aquel suelo, cuya vegetación es tan exuberante que no tiene comparación. El pedido precitado lleva la autoridad de que el causante recorrió una extensa zona en desempeño de la comisión que le encomendara el Ministerio de agricultura. Durante esa campaña, el señor Villamayor trató con varios caciques, estuvo en las tolderías, pudo observar las costumbres de los aborígenes, conoció las pretensiones que tienen de incorporarse a la vida civilizada siempre que se les concedan los principales elementos de sostén, por determinado tiempo hasta que el producto de su trabajo los habilite para gobernarse económicamente. (La Tribuna, 1908)
La utilización de mano de obra indígena, asociada a la explotación de recursos naturales, se encuentra claramente expresada en los intereses de Villamayor. La exuberancia de la naturaleza aparece como eje del imaginario que se reactualizará a lo largo del siglo XX y que en el presente continúa siendo el eje de los planes estatales.
En esta avanzada inicial al Impenetrable también se asentó la última misión católica en el Territorio Nacional del Chaco, precisamente en el corazón del Impenetrable: Misión Nueva Pompeya, construida desde 1900. Allí los sacerdotes franciscanos de Propaganda Fide complementaban la avanzada, en este caso, espiritual5. En torno a la misión, el grupo de frailes desarrollaron su tarea evangelizadora de manera temporal en tierras cedidas por el Estado y promoviendo técnicas de agricultura.
Cabe destacar que, si bien esta penetración estatal hacia la región chaqueña tuvo su impacto en los desplazamientos de las comunidades indígenas, el Impenetrable, como parte del Territorio Nacional de Chaco continuó siendo un espacio fronterizo y marginal. La génesis y formación del capitalismo chaqueño se valió de la violencia económica para producir las condiciones de posibilidad de la proletarización indígena6. Desde la década de 1920, el modelo algodonero se constituyó en una actividad económica prioritaria, además del ciclo forestal o del tanino en el Chaco. El Impenetrable era proveedor de mano de obra para la cosecha algodonera en las colonias de Castelli y Tres Isletas, situadas en los accesos geográficos a esa microregión. Si bien esa primera avanzada implicó una atención central sobre la zona, la mirada extractivista y la exuberancia del monte "impenetrable" siguieron permeando los discursos a lo largo de la primera mitad del siglo XX. El noticiero Sucesos Argentinos7, siguiendo una narrativa que combinaba imágenes aéreas de un inmenso monte, mapas de la Argentina, hacheros y árboles cayendo, enunciaba de manera poética: El Chaco, alejado rincón de nuestro territorio. Selvas impenetrables. Leguas y leguas de vegetación salvaje. Hermanos aislados de hermanos. Fue necesario abrir una picada en los montes y una gran picada en los cielos, destruir barreras, dar paso a la vida moza, impulsar los sonidos latentes y dormidos en la rica tierra norteña. La picada se abrió. El brazo del hombre respondió a la patria. (Sucesos Argentinos, 1949)
Este mismo imaginario y mirada extractivista surge de la edición 35 del Noticiero de América Sucesos Mundiales Cinzano en 1956: allí se informa sobre la extracción de quebracho colorado en el monte chaqueño y su inserción en el ciclo de la industria fuera del país. El discurso oral alude a la marca-figura de la "picada" como una senda de progreso del hombre a la par que se mostraban imágenes de hacheros en el monte y camiones cargados de "rollizos" (troncos de quebracho):
La picada abre paso al hombre en el espeso monte chaqueño. Los gigantescos quebrachos dormidos en la espesura caen bajo el golpe seguro del hacha. Transportados los rollizos a los aserraderos instalados en el kilómetro 136 del ferrocarril Yacuiba, Santa Cruz de la Sierra, comienza la industrialización. La Argentina ha recibido en los últimos tiempos 120 mil durmientes de esta procedencia, elocuente expresión de la pujanza lograda por el pueblo hermano. (Sucesos Mundiales Cinzano, 1956)
En la década de 1970 se produce una segunda avanzada del Estado provincial sobre el Impenetrable, tanto en gobiernos democráticos como de facto. Para entonces, el ciclo algodonero entraba en crisis en un contexto de tecnificación de la actividad. Buscando nuevos objetivos de desarrollo territorial, en 1973 el gobierno peronista de Deolindo Felipe Bittel anunciaba la "Campaña al Impenetrable". Pero, luego del golpe militar de 1976, la acción sobre el Impenetrable sería reformulada por el gobierno de facto de Facundo Serrano. En esta oportunidad, se la denominó "Campaña al Oeste" en el marco de una "segunda colonización" del Chaco. Serrano entendía que la primera colonización del Chaco se produjo con las campañas militares de fines del siglo xix y principios del XX, acompañadas del proceso inmigratorio. Esta Campaña al Oeste se enmarcó dentro del eslogan provincial lanzado por este gobernador: "Chaco puede". Dentro de las estrategias territoriales de la avanzada, dos de los hechos relevantes son la traza de la ruta provincial N.° 100 Juana Azurduy (que nace en la ruta N.° 95 y cruza la microregión del Impenetrable hacia el norte) y la fundación de la localidad de Fuerte Esperanza en 1978, cuyo evento de celebración contó con la asistencia del presidente de facto Jorge Rafael Videla.
Entrando al siglo XXI: la tercera avanzada, del agronegocio al turismo
Las tierras del Impenetrable constituyeron durante todo el siglo XX una problemática en torno a su propiedad. Las demandas históricas de las tierras del interfluvio del Teuco-Bermejito por parte de las comunidades indígenas desataron fricciones con la población criolla (Almirón, 2018). Habiendo sido destinados a las comunidades indígenas en 1924, el Estado recién efectivizó la restitución de estos territorios y los reasentamientos poblacionales en 1999 (Balazote, 2002).
En el cambio de siglo, los nuevos procesos económicos pusieron en marcha un renovado avance de la frontera agrícola, a partir de la producción de soja, tal como ocurre en diversas regiones pampeanas de la Argentina (Gras y Hernández, 2009). Esta expansión agropecuaria, aún en regiones extrapampeanas como la chaqueña, hizo que la actividad algodonera -con bajas rentas- y la ganadera buscaran nuevas tierras, produciéndose un renacer del interés sobre el Impenetrable. Esto ocasionó la deforestación progresiva de hectáreas en los dos departamentos que integran al Impenetrable (Ortega, 2009). En estas dinámicas del capital se advierten altos índices de violencia rural sobre el campesinado chaqueño en correspondencia con los procesos de deforestación y despojo (Domínguez y de Estrada, 2013). Paralelamente, la disminución de la población rural es otro indicador relevante en los procesos territoriales suscitados en la microregión entre 1995 y el 2018 (Bonfanti y Sánchez, 2019).
Por otra parte, en el contexto de esta tercera avanzada, la política turística de la Provincia del Chaco es una variante del modelo productivo implementado en los últimos años, en consonancia con el auge de la promoción nacional del turismo. En particular, desde las gestiones de los gobernadores Jorge Capitanich (2007-2011 y 2011-2014) y Domingo Peppo (2015-2019), el Chaco es presentado dentro del eslogan "El secreto de la Argentina" como marco amplio de gestión. El discurso oficial ubicó a la provincia como un destino turístico "de calidad" a partir de dos elementos claves: la Bienal de Esculturas que se realiza en la ciudad de Resistencia (capital de la provincia) y el Impenetrable. De este modo, en la oferta provincial se conjugan así arte/ciudad con naturaleza/campo como ejes de promoción. Si bien se publicitan otros lugares, la planificación provincial promueve la construcción de una marca que combine diferentes atractivos, los cuales otrora eran territorios inexistentes en la oferta turística nacional.
En efecto, el componente identitario vinculado a pueblos indígenas y a la ruralidad encuentra importantes ventajas comparativas como lógica de desarrollo para el Impenetrable: es un ámbito propicio para que el turista como "peregrino contemporáneo" descubra "autenticidad en otros 'tiempos' y otros 'lugares'" (Urry, 2018, p. 57). En consonancia con un extenso campo de estudios locales sobre pueblos indígenas y turismo (Bidaseca, 2011; Comaroff y Comaroff, 2011; Lacarrieu, 2002), la microregión también se promociona desde el valor de la etnicidad.
Dispositivos discursivos de gestión territorial y turística: el Master Plan y el Parque Nacional
El beneficio que tenemos del desarrollo del turismo, es que mejora la calidad de vida a la gente del lugar y de la zona. Y es por eso el valor que tiene este Master Plan en el caso del Impenetrable que plantea un desarrollo integral de sus comunidades a partir también, por supuesto, de la promoción y presencia de personas que puedan venir a disfrutar, y a contemplar y a generar las experiencias necesarias de lo que es esa tierra que para nosotros es una tierra bendita.
GOBERNADOR D. PEPPO
Chaco Gobierno del Pueblo, 2017
La gestión del gobernador Domingo Peppo tuvo uno de sus ejes en el MPEI: presentado originalmente como un plan integral sobre la microregión que integraba distintas áreas de la estructura provincial, fue fortaleciéndose con la firma de convenios de adhesión por parte de organizaciones indígenas (Chaco Gobierno del Pueblo, 2017) e intendentes de la región. En ese marco, los funcionarios rubricaron las acciones institucionales que buscaban promover el desarrollo planificado del turismo entendiéndolo como una "actividad económica, socio participativa y respetuosa del ambiente" (Chacoonline, 2016), a la vez que se articularon acciones con la estructura nacional8. En la práctica, la iniciativa se fue orientando al desarrollo de la actividad turística en la región, gerenciado a través del Plan integral de desarrollo turístico y gestión sostenible de El Impenetrable, lo que supuso la generación de nuevas lógicas de valor y nichos de inversiones públicas y privadas.
Por otro lado, desde el Estado nacional, luego de un largo proceso de conflicto, negociación y mediatización, el PNEI fue inaugurado en el 2017 en tierras de lo que fuera la Estancia La Fidelidad (Casa Rosada, 2017), de aproximadamente 128 000 hectáreas entre los ríos Teuco-Bermejo y Bermejito. Esta propiedad había sido del italiano residente en el Chaco, Manuel Roseo, que fue asesinado en el 2011 en medio de intereses de apropiación ilegal de sus tierras por un grupo de delincuentes. La expropiación de estas y su institucionalización, bajo la figura de "parque nacional" implicó no solo el esfuerzo económico del Estado nacional sino también el involucramiento de ONG, instituciones de la sociedad civil, organizaciones conservacionistas y personalidades del espectáculo.
El gobierno provincial también adhirió a las gestiones del Estado nacional por la creación del parque, consolidando la producción de un Chaco turístico. Como ejes de gobierno, los documentos estatales sostienen que el turismo significa para la provincia del Chaco al mismo tiempo "calidad de vida", "empleo", "ingreso genuino" e "inclusión social". La generación de oportunidades socioeconómicas no solo tiene sujustificación en el beneficio de los pobladores locales, tal como menciona el discurso del Gobernador Peppo al inicio de este apartado, sino que aspira a forjar hipervisibilidad internacional, atrayendo inversores. Como lo expresó el vice gobernador, Daniel Capitanich, en conferencia de prensa en el 2017: "Pusimos en el radar internacional a El Impenetrable, ahora buscamos las inversiones" (Chaco Día por Día, 2017).
El ordenamiento turístico funda un discurso patrimonialista jerárquico, al postular que se "pondrá en valor todos aquellos recursos patrimoniales y/o extrapatrimoniales existentes en las localidades y sus habitantes, muchas veces no dimensionados" (MPEI, 2017, p. 56). De tal forma, se supone que desde el Estado se puede visualizar y legitimar el patrimonio natural y cultural basándose en "el turismo como política de Estado" (MPEI, 2017, p. 5).
En este contexto, se renueva un grado de conflictividad latente por la problemática de tierras antes mencionada, en medio de la presencia de múltiples actores e instituciones que intervienen9. De allí que tanto desde el MPEI como desde el PNEI se advierta el esfuerzo de dejar constancia de la actitud de respeto hacia las formas de vida locales mediante distintas instancias: espacios de consultas a actores claves -comunidades indígenas y criollas, autoridades municipales, Organizaciones No Gubernamentales, académicos, organizaciones sociales y confesionales-; relevamientos y realización de talleres participativos; etc. Es decir, un conjunto de acciones que, en definitiva, buscan obturar cualquier nicho de antagonismo social y construir un consenso basado en el trabajo interdisciplinario de los profesionales del turismo ocupados en producir un nuevo objeto de mirada turística (Urry, 2018).
La construcción turística del Impenetrable se valió de la producción de diversos documentos y discursos políticos. En concreto, el documento oficial del MPEI es un dispositivo administrativo y de gestión central que reconoce los heterogéneos actores involucrados en el proceso (Gobierno de la Provincia del Chaco y Ministerio de Turismo de la Nación) como instituciones financiadoras (Banco Interamericano de Desarrollo). El texto tiene un carácter de diagnóstico y proyecta las intervenciones de gestión territorial, los circuitos turísticos y la infraestructura. Está acompañado de fotografías que asumen el rol de legitimadoras del accionar de los equipos técnicos de la provincia en la planificación turística, conformados prioritariamente por arquitectos, ingenieros, economistas y un museólogo naturalista. El documento también analiza la factibilidad del plan conforme a un relevamiento y un estudio de impacto ambiental y social. Allí, la representación del espacio natural y la imagen del indígena adquieren especial esmero, ya sea en retratos o escenas étnicas. En esta oportunidad, nos centraremos en el análisis del imaginario sobre el paisaje y la codificación del territorio.
El paisaje natural
Las relaciones entre naturaleza y turismo en el Chaco se sustentaron en distintos intereses durante el siglo XX. Si bien el Chaco en general y el Impenetrable en particular, estuvieron asociados a un núcleo central de imágenes de monte y la riqueza de sus recursos, durante el primer peronismo el paisaje chaqueño canonizado por la política turística fue la cosecha del algodón (Lois y Troncoso, 2004), es decir, la valoración de lo natural estaba sentada en su base económica. Por el contrario, los actuales imaginarios sobre la naturaleza chaqueña se relacionan con discursos conservacionistas (Bertoncello y Troncoso, 2018), enfatizándose los atributos estéticos y escenográficos. En el presente, surge la comprensión turística de lo natural que es indisociable de los procesos de politización en torno a la "cuestión ambiental". Como expresan Bertoncello y Troncoso,
el conocimiento y el contacto con la naturaleza se convierten en necesidades que van difundiéndose en amplios sectores sociales: "volver a la naturaleza" a través del turismo es una forma de "hacer algo por ella", una forma de militar en pro de su valoración y defensa. (2018, p. 80)
El MPEI resignifica estas posiciones contemporáneas al postular: "El Impenetrable: su desarrollo se propone como un espacio natural de referencia ecoturística internacional, con servicios turísticos de calidad, caracterizándose como un océano verde y misterioso donde la naturaleza se encuentra con las culturas originarias" (MPEI, 2017, p. 5). El misterio, el secreto, la exuberancia y la monumentalidad de la naturaleza así como la presencia del monte "virgen" constituyen tópicos de densidad histórica en la construcción del Impenetrable que este proyecto resignifica en el siglo XXI. Así, registramos diversas narrativas de distintos actores sociales, políticos y del ámbito de la cultura que apoyaron la creación del PNEI: remitían a la "joya del impenetrable", la "tierra del porvenir", el "sueño cumplido", "tierra bendita", "mítico territorio", "territorio excepcional", "de configuración heterogénea y a la vez emblemática", "excepcional riqueza sociocultural y de la biodiversidad", entre otras expresiones que, con base en el patrimonio natural, aludían al carácter exuberante del Impenetrable.
De tal modo, la instalación de una imagen paisajística (natural) en tono a la nueva explotación turística del Impenetrable anula la visualización de la "gran máquina" que en realidad se está insertando en la región: la del capitalismo y la valoración positiva de las agencias de una heterogeneidad de nuevos actores. En efecto, los proyectos proteccionistas en torno al PNEI renuevan la presencia del Estado y del mercado en esa geografía. Así, en la institucionalización de los últimos parques nacionales, entre los cuales se encuentra el PNEI, se difunden ideas asociadas al "riesgo de desaparición" de la naturaleza. Esto consagra la naturaleza como un valor en sí mismo, generando el deseo de conocerla por tratarse de un recurso en extinción. También ocasiona la radicalización del discurso experto y el de la militancia ambiental en esa zona10. De manera que el objetivo proteccionista se yuxtapone con las pretensiones éticas de la actividad turística como medio de ese discurso y como práctica colectiva.
Durante el proceso de creación del PNEI, este tipo de problematización alrededor de la preservación del monte chaqueño y de su biodiversidad en riesgo se asoció a discursos patrimonialistas, organizaciones ambientalistas y organismos internacionales de crédito. En el MPEI se plantean asimismo los lineamientos de la política ambiental del Banco Mundial que "no financia proyectos que degraden o perturben hábitats naturales críticos" (MPEI, 2017, p. 75). Asimismo, durante el proceso de judicialización del PNEI, que transformó la estancia privada en PNEI, se planteó mediáticamente una convocatoria para manifestar posturas éticas y compromisos sobre el valor de conservar la microregión, en la cual tuvieron centralidad algunos referentes de la cultura y del espectáculo. El proceso expropiatorio de la Estancia La Fidelidad tuvo en los medios de comunicación nacionales y provinciales un ámbito privilegiado de construcción y acción de un discurso patrimonialista, a la par que diferentes actores políticos, empresas, ONG, entidades y "personalidades" se apropiaron de este. Son varios los elementos que sintetizan la avanzada mediática y contradictoria sobre la microregión: en algunos, predomina como entorno natural-virginal, por lo tanto, exento de la intervención humana pero que "podemos salvar entre todos"; en otros, el valor de preservar la naturaleza, fundado en un beneficio espiritual que devuelve realización personal a aquellos que se comprometen con la causa proteccionista.
En este proceso, un referente internacional de la cruzada humanitaria por el Impenetrable en riesgo fue el magnate y filántropo Douglas Thompkins (fallecido en el 2015). Su fundación Conservation Land Trust (CLT) completó los fondos para expropiar la estancia y lograr que el gobierno del Chaco avanzara en su posesión y en la construcción de un "destino turístico nacional". Otra "personalidad" a nivel nacional fue la actriz argentina Juana Viale, quien participó en el certamen Bailando por un Sueño11 en el 2015. A propósito de este segmento televisivo, el director de la Fundación Banco de Bosques y luego Vicepresidente de la Administración de Parques Nacionales, Emiliano Ezcurra, firmó un convenio con la productora del programa de televisión (Ideas del Sur): en caso de que la actriz resultara ganadora, el monto del premio sería destinado a la creación de un "centro de capacitación para recibir turistas" (La Voz de Chaco, 2015) empleando a los pobladores de los parajes afectados. Con un video de la actriz junto a Ezcurra (Showmach, 2015) se daba a conocer la estrategia de mediatización con base en el "sueño" de gestar un nuevo parque nacional con empleos "sustentables".
Según Žižek (2009), el capitalismo avanzado se caracteriza por la presencia de magnates y benefactores convertidos en "comunistas liberales". Es decir, la lógica erótica y perversa ya no es la acumulación ampliada sino las búsquedas de reconocimiento y prestigio público a partir de la eficacia de las iniciativas humanitarias y donaciones -como el caso de la Fundación CLT-. Dado que cuando el capitalista dona su riqueza en realidad se niega a sí mismo como personalidad del capital, las expectativas por significados "más profundos" desde formas espirituales -no necesariamente religiosas- dotan a la preocupación humanitaria con una "máscara" respecto a los alcances reales de reproducción del capital. De este modo, las causas como "el riesgo de extinción del monte chaqueño" sacan lo mejor de cada uno al mismo tiempo que permiten enfocar las crisis de modos creativos e innovadores. Este halo de novedad también está presente en el documento oficial del MPEI:
En la amplia región del Impenetrable, el tercer bosque más grande del mundo, se presentan oportunidades muy novedosas para lograr la reactivación económica de los pobladores locales y a la vez propiciar el cuidado del medio ambiente. La actividad turística permite desarrollar cadenas de producción donde la vida silvestre es la materia prima que será convertida en un atractivo recreativo, en un producto gastronómico o artístico, y que con el agregado de los servicios ofrecidos por la comunidad, la infraestructura de uso público y la promoción, permitirá activar la economía local. Dadas las condiciones únicas del Impenetrable, el turismo se presenta como una alternativa que podría ser más rentable y sustentable que las actividades tradicionales de la zona. (MPEI, 2017, p. 7)
De este modo, el capitalismo se consagra como una forma de percepción que nunca se preocupa por los responsables de las situaciones que construyen las condiciones de la propia intervención. En esta avanzada sobre el Impenetrable, el capital financiero (Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial, Consejo Federal de Inversiones, etc.) y la preocupación humanitaria por lo natural (Fundaciones como Banco de Bosques, Vida Silvestre, etc.) se solapan dentro de las novedosas "cadenas de producción donde la vida silvestre es la materia prima".
El territorio planificado
La planificación del Impenetrable tuvo un hito significativo con la ya mencionada Campaña al Oeste de 1976: la incorporación de tierras a la producción a través de la venta de tierra pública y los procesos de poblamiento se complementaron con mensuras y loteos (Borrini y Schaller, 1981). Ello implicó la implantación del régimen de tenencia de la tierra con el objeto de expandir la frontera agropecuaria y tecnificarla. Dentro de las obras de infraestructura instaladas en el monte, fueron prioritarias las acciones emprendidas para construir caminos con topadoras y la apertura de picadas con hacha y machete. En efecto -y tal como remite el análisis de Borrini y Schaller-, los caminos eran "caminos de penetración" (1981, p. 80) y expresaban la voluntad integradora respecto a una región "atrasada". Al ritmo de la acción colonizadora, las nuevas vías atravesaban las zonas catastrales y las parcelas por adjudicar a "colonos" individuales. De esta manera, la asociación entre modernización provincial y redes viales -planificadas a partir de la ruta nacional N.° 16 y la provincial N.° 9- encontraban en el Impenetrable un universo de sentido asociado al progreso, que celebraba el avance sobre una naturaleza "impenetrable". Los caminos unían un territorio extenso y auspiciaban la integración de la región a la economía nacional desde una promesa local de prosperidad. Por lo que, durante la década de 1970, la construcción simbólica del camino operaba como entrada al "nuevo" territorio.
Los procesos de turistificación, en el marco del MPEI, también suponen una particular construcción de sentido sobre el camino como infraestructura básica y espacio de integración territorial, pero a escala global. Así, advertimos que las avanzadas sobre el Impenetrable van transformando no solo la modalidad capitalista y los proyectos productivos de la región, sino las formas institucionales que dan presencia al Estado y sus burocracias allí. En el presente, la configuración semántica que significa el territorio a "conquistar" genera una particular retórica turística como actividad productiva -y por lo tanto transformadora de la naturaleza y del entorno- donde la idea del "camino" está vigente como significante, pero con algunas variaciones respecto a proyectos precedentes.
En este sentido, el acondicionamiento del territorio para la hipervisibilización de lugares y sujetos (Bidaseca, 2011) se encauza en los Caminos del Impenetrable y los Proyectos Ancla como partes constitutivas del MPEI. Ambos dispositivos espaciales integran la estrategia discursiva y material para renovar la penetración estatal respecto al Impenetrable. En esta ocasión, la noción de camino opera como espacio asociado a los sentidos sobre conectividad, circuitos y recorridos. En este nuevo escenario, el peso simbólico del colono en la segunda avanzada se sustituye por la figura del turista, de manera que se transforma la relevancia de los paquetes de mensuras12 por los paquetes de experiencias (Espoz, 2016). El objetivo de esta nueva dinámica económica no busca el arraigo de la población sino la conquista de "visitantes" y "eventuales pernoctes". Así, se clausura cualquier interrogante sobre la propiedad de la tierra, tan central en los proyectos de la década de 1970, porque la esfera productora de valor ha cambiado.
En el MPEI (2017), las características ambientales y el monte en la microregión no son presentados en su sentido negativo -por la distancia respecto a centros urbanos, el acceso por camino de tierra, las altas temperaturas, etc.- o la situación de vulnerabilidad social de gran parte de la población, sino que algunas de esas dificultades se convierten en atractivos principales de una aventura. Así, en el documento del MPEI se menciona:
El Sistema Turístico Caminos del Impenetrable permitirá el desarrollo, la promoción y el fomento de la biodiversidad del monte chaqueño, así como las costumbres y el acervo de las comunidades originarias y criollas, expresadas en la gastronomía típica, las artesanías con recursos del lugar, las manifestaciones artísticas representativas de cada una de ellas. El proyecto busca posicionar la zona a nivel nacional e internacional como destino de turismo ecológico e involucrará a los residentes del lugar, beneficiando no solo a los involucrados directamente, sino también a sus localidades y por ende a la región. En su totalidad el sistema aspira a generar cohesión a través de las conectividades físicas y virtuales que articulan o pueden llegar a articular, los diversos flujos de vinculación territorial del Impenetrable. Los proyectos turísticos Ancla se enlazan entre sí y facilitan la diagramación de circuitos y recorridos que permitirán a los visitantes y turistas vivir experiencias en los escenarios naturales y culturales de la región. (MPEI, 2017, p. 56)
El turismo también dinamiza marcas espaciales que reconfiguran materialmente a la microregión, convertida en "escenarios naturales y culturales". De este modo, aparecen signos en el territorio que dan cuenta de la introducción de pequeños artefactos y maquinarias en sitios estratégicos. Entre estos nuevos artefactos, el MPEI presenta los "módulos de diversa funcionalidad estratégica" (MPEI, 2007, p. 59): el Centro de Interpretación, Puntos de Bienvenida al Turista, Refugios de Monte, Postas Turísticas, Pausas de Descanso, Puntos de Encuentro (ya sean puntos fotográficos, mangrullo y miradores). Es interesante explorar la definición y función de cada artefacto emplazado o por emplazar. En algunos casos se revela que sus reproductibilidades técnicas "han sido inspiradas en las antiguas postas utilizadas por los viajeros en la época de la Colonia" (MPEI, 2017, p. 59). En otros casos, se postula un aprovechamiento del paisaje natural dentro sus atractivos más promocionados. Por ejemplo, los que posibilitan "recorridos que pongan en contacto al visitante con la experiencia nocturna del monte (MPEI, 2017, p. 60) o la referencia discursiva más acentuada sobre la contemplación directa del "Océano verde y misterioso" (MPEI, 2017, p. 61).
En este proceso de espacialización, el turismo también requiere de infraestructura básica. La necesidad de que trabajadores externos a la región se radiquen en los sitios estratégicos hace que los módulos habitacionales instalados desde septiembre del 2018 sean emblemáticos. Estos sistemas cumplen funciones de vivienda, oficina y cuerpos sanitarios que también esperan a los eventuales contingentes de turistas.
En este nuevo repertorio tecnológico, la construcción del Centro de Interpretación es quizás el artefacto con mayor protagonismo en las planificaciones. Estos dispositivos emplazados en el monte enfatizan el sentido hiperreal con que se describe y ontologiza al territorio rural. El centro se dispone como dispositivo de mostración de la naturaleza y de la cultura como complemento. Al tiempo que prepara una vivencia a experimentar, performa al Impenetrable como lugar susceptible de exploración:
Dentro del Sistema Caminos del Impenetrable, el Centro de interpretación será la puerta de entrada para dar inicio a la experiencia del mítico Impenetrable. Su objetivo central será mostrar la esencia de El Impenetrable, de modo tal que aquellos visitantes que posean la intención de ahondar más sobre la naturaleza y la cultura de esta región chaqueña se sientan motivados a iniciar el camino del Impenetrable y descubrir sus secretos. (MPEI, 2017, p. 59)
La política turística opera desde dos dimensiones: por un lado, desterritorializa y ofrece al paisaje del Impenetrable como un lugar esencializado y proyectado como positivo; por otro lado, localiza lo turístico como nueva actividad extractiva y reveladora de "secretos". De esta forma, se consagran espacios de control estatal a las manifestaciones y prácticas culturales valoradas, asociadas selectivamente al paisaje y exhibidas en el Centro de Interpretación.
Conclusiones
Los dos instrumentos que hemos analizado, el MPEI y el PNEI articulan políticas públicas nacionales y provinciales en el marco de lo que, sostenemos, es la tercera avanzada sobre el Impenetrable chaqueño. Ambas figuras institucionales posibilitaron reconstruir la trama de actores heterogéneos e intereses público-privados que se visibilizaron en el proceso de planificación turística de la microregión. En este sentido, en oposición a una perspectiva homogeneizante sobre la cuestión ambiental y territorial, enfatizamos una mirada que problematiza agencias diversas, dispositivos discursivos de gestión turística así como nuevas estrategias de espacialización estatal.
Los modelos esencialistas de la naturaleza dentro del proceso de acumulación capitalista instituyen significaciones turísticas que la convierten en una mercancía más, a la luz de los imaginarios históricos de dominación regional. De tal modo, recuperando el carácter relacional en que se desenvuelve el proceso de turistificación en la provincia del Chaco, abordamos tres dimensiones analíticas que ponen en contexto los imaginarios históricos y su resignificación contemporánea, donde los diálogos entre exotización y construcción del paisaje -como escenario edénico y enigmático- que antes eran abarcativos de la región chaqueña (Giordano, 2018), ahora se aplican a la "frontera" del Impenetrable. De los dispositivos documentales y comunicacionales se desprenden la radicalización de los esfuerzos éticos, institucionales y normativos por la salvaguarda de la naturaleza en contexto de depredación del monte nativo, a partir del corrimiento de la frontera agropecuaria, pero se omite la referencia al capitalismo turístico. Los cambios en el paisaje están ocasionados tanto por el agronegocio, la transformación de una estancia privada en parque nacional y fundamentalmente por apropiaciones y marcas que la planificación turística hace del -y en el- territorio. Las nuevas semantizaciones territoriales reavivan elementos esencialistas e idílicos de la microregión del Impenetrable, a la vez renuevan formas de penetración a una geografía subordinada.
Concluimos que el caso del PNEI es paradigmático en varios sentidos. Por una parte, el territorio original de la estancia sobre la que se construyó se encuentra en dos provincias argentinas (Chaco y Formosa) y solo en una de ellas prosperó la creación del Parque Nacional, lo que pone en evidencia los juegos de poder en la arena política nacional y provincial. Esto no es impedimento para que el gobierno de la provincia del Chaco enfatice que se trata de "el tercer bosque más grande del mundo" (MPEI, 2017, p. 7). Por otro lado, los instrumentos analizados, y las políticas públicas que los sustentan, explotaron -incluso mediáticamente- un hecho criminal, el asesinato del estanciero Manuel Roseo, para que esta avanzada turístico-patrimonial se articulara con la maquinaria estatal de regulación territorial. Por ello, resulta significativa la evasiva sobre la dimensión estructural y relativa a la propiedad de la tierra, omisión facilitada por el tono celebratorio de la actividad turística como eje de desarrollo local. Cumplimentando ciertas instancias de "consulta" a las comunidades indígenas y criollas, la agencia de los pobladores solo operó en los dos dispositivos analizados como instancias de negociación política. De esta manera, y exponiendo interrogantes para futuras indagaciones, advertimos que los discursos turísticos-patrimonialistas silencian conflictos entre los mismos actores involucrados, pero principalmente invisibilizan la desigualdad y la pobreza estructural en el Impenetrable.