INTRODUCCIÓN
La ganadería bovina y en especial el sector lácteo es jalonada por el crecimiento demográfico global, en especial por el aumento en los ingresos y la transformación en las preferencias y apetencias dietarías por la leche fresca y derivados lácteos con valor agregado; esto supone que la producción mundial de leche deberá crecer más del 50% en una prospectiva hacia el 2030 (Steinfeld et al. 2009; Robinson y Pozzi 2011; Alexandratos y Bruinsma 2012; Gerosa y Skpoet 2012).
La producción de leche bovina, sin embargo, se debate entre los sistemas pastoriles que se caracterizan por la alta producción de leche por unidad de superficie y los sistemas en confinamiento que presentan elevada producción por vaca (Clark y Kanneganti 1998); esta diferencia en producción probablemente sea consecuencia del diferencial en consumo de materia seca entre los sistemas pastoriles y el de vacas confinadas quienes consumen Ración Total Mezclada (RTM) (Maulfair et al. 2011). Es por ello que las vacas de alta producción en pastoreo deben ser suplementadas para alcanzar el óptimo de su potencial genético (Bargo et al. 2012).
Comparados con sistemas intensivos, los sistema pastoriles per se se consideran generadores de gases de efecto invernadero por unidad de producto; a su vez, el clima neotropical (iso híper térmico e iso híper húmedo), sus suelos (ácidos y lateríticos en su mayoría) y la fisiología de la planta, de maduración acelerada (Holguín et al. 2015), condicionan la oferta de forrajes y el consumo voluntario, en especial en pastos tropicales (Hodgson y Brookes 1999; Robinson y Clason 2000) que son fuente de energía para la nutrición bovina por su baja proteína cruda y altos niveles en fibra, pero de baja calidad comparados con pasturas de clima templado (Peruchena 2007; Juárez et al. 2011).
Lo anterior supone la necesidad de adoptar raciones mezcladas totales (RTM) o raciones mezcladas parciales (RMP), con lo cual, se ha logrado que las vacas lecheras expresen su máximo rendimiento genético que está asociado con mejor consumo de materia seca (MS) por día, cuando este es derivado de recursos de alta calidad Muhanned et al. 2017.
Según la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegan), dentro del sector bovino, el renglón lácteo ocupa un lugar prominente en la estructura económica y social del país, pues presenta una participación cercana del 9% del PIB agropecuario y supone un trabajo estable para unos 497 mil productores entre pequeños, medianos y grandes, con diferentes niveles de organización, desarrollo tecnológico y objetivos productivos (Fedegan 2013a).
La producción de leche en Colombia se sustenta en sistemas de producción de diferente apropiación tecnológica: pastoreo a bajo insumo, pastoreo suplementado y la lechería especializada, donde ésta última representa 45% de la producción nacional y se desarrolla principalmente en las zonas alto andinas de clima frio o en los valles interandinos, mientras que los sistemas de doble propósito están en el trópico bajo en zonas de menos de 1000 msnm (Holmann et al. 2003).
En Colombia las vacas dedicadas a la lechería especializada y al doble propósito se estiman en una población de 1,4 y 8,4 millones de cabezas, que producen 2,771 y 3,749 millones de litros, respectivamente; esto representa el 42,5 y 57,7% de la producción nacional para cada sector. La ganadería intensiva en Colombia está asociada a la cercanía a grandes ciudades y su presión productiva se debe al elevado costo de la tierra, que hace que los sistemas sean más intensivos en carga (animales por unidad de área), uso de insumos y sistemas administrativos (Fedegan 2013b).
Por su parte, el inventario bovino del Valle de Cauca se estimó en 458.872 animales en 11.122 predios ganaderos, de ellos, 27,6% en ceba; 28,9% en cría; 38,5% en doble propósito y tan solo un 5% en sistemas de lechería especializada, representados en cerca de 22.943 animales, de los cuales 13.765 son animales adultos (Fedegan 2013b).
La caracterización y tipificación de los sistemas de producción se consideran como un punto de partida en la investigación con enfoque de sistemas de producción y su finalidad es la de agrupar productores con características técnicas, productivas y socioeconómicas similares para poder conocerlos (García 2011).
En el Valle del Cauca existen sistemas intensivos y de doble propósito; los primeros, se caracterizan porque el ternero macho es desechado al nacimiento y se crían las terneras, las vacas son ordeñadas dos veces por día, se presenta un alto uso de insumos, alta tecnificación e infraestructura; en los segundos, ubicados en las laderas del valle geográfico, se ordeña la vaca con su ternero, hay bajo nivel de tecnificación, carga animal de 0,6 animales.ha-1 y producción de 6,25 kg de leche vaca.día-1 (García y Ramirez 2011).
El presente artículo tiene como objetivo reportar los resultados de la caracterización de la productividad y eficiencia de una muestra seleccionada de ganaderías especializadas en producción de leche en el Valle del Cauca (Colombia).
MATERIALES Y MÉTODOS
Localización
Se analizaron 52 unidades ganaderas productoras de leche en 9 municipios del Valle del Cauca (Colombia). Las unidades se localizaron entre 3°5'35" y 5°00'30" de latitud Norte, 75°41'32" y 77°00'33" de longitud Oeste y en un rango de altitud de 920 a 2200 msnm. La altura promedio de las unidades fue de 1268 ± 327,7 msnm, temperatura media anual de 23,3 ± 1,7°C, humedad relativa 76,2 ± 4,73% y una precipitación de 1254 ± 320 mm anuales, con topografia plana y ondulada y, un nivel de pH del suelo de 6,1 ± 0,7 (Tabla 1) (Cenicaña 2013; Cenicafe 2013).
Criterios de selección de unidades de producción
Las 52 fincas productoras de leche se estudiaron con base al análisis de la información de los registros en cada una de ellas o de la tomada directamente de los sistemas de información: Interherd, Ganadero, Leche 2000, o cuadernos de información de cada uno de los productores.
Se analizó la información de 6.930 animales aplicando una encuesta de evaluación con diez criterios mayores y determinantes de la cadena de valor: oferta ambiental, logística de entrada (compras, transporte, recibo de los productos), producción de pastos y forrajes, sistemas de producción de leche y productividad, control reproductivo y genético, sistemas y tecnologías de ordeño, logística de salida (ordeño, enfriamiento, entrega), desarrollo tecnológico, gestión de desarrollo humano e infraestructura gerencial (administración y finanzas) (Morales 2014); además de las exigencias básicas del sistema BPG (Buenas Practicas de Ganaderas) establecidas por el decreto 616 del 2006 expedido por el Ministerio de Protección Social (MPS 2006) y por la Resolución 3585 del 2008 del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA 2008). En dos fincas contrastantes por altitud, se determinó el consumo de materia seca por vaca mediante el monitoreo del comportamiento ingestivo y se verificaron los modelos de Mertens (1987) y NRC (2001).
Para el análisis de la información se revisaron indicadores basados en estadística descriptiva, análisis univariado, análisis de correlaciones simples, análisis de varianza y prueba de diferencia mínima significante (Duncan al 5%). Luego se aplicó análisis multivariado, usado para explicar las relaciones entre las variables y reducir la dimensionalidad del sistema, por medio de combinaciones lineales de las variables cuantitativas originales que en su orden fueron: componentes principales, análisis de correspondencia múltiple, análisis de agrupamiento o clúster y se buscaron coeficientes de correlación de las variables, esto con el fin de disminuir la dimensionalidad en el número de variables y si los datos eran jerárquicos o no, para hacer un análisis discriminante que permitiera conocer las relaciones que existen dentro de los grupos estudiados, su variabilidad y el tipo de factores que tipifican y explican la variabilidad del sistema de producción (García 2011).
Posteriormente, se definieron los grupos de fincas encontrados con base en el análisis de agrupamiento o de conglomerado, teniendo en cuenta el coeficiente de determinación (R2), seguidamente, se agruparon las observaciones más similares y se establecieron grupos homogéneos; con esta técnica de clasificación jerárquica, se obtiene como resultado un número reducido de grupos de acuerdo con las variables utilizadas como criterio de clasificación, esta información fue procesada inicialmente en tablas dinámicas de Excel® y posteriormente, procesadas en el sistema SAS (SAS® 2013).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El valle geográfico del río Cauca comprende cerca de 2,2 millones de hectáreas, de las cuales, 305 mil son planas y están bañadas por el río Cauca que lo atraviesa de Sur a Norte; además de recibir afluentes como los ríos Fraile, Amaime, Buga, Tuluá, Bugalagrande, etc., contribuye al elevado potencial productivo a la región, en donde se estiman 228 mil hectáreas dedicadas al cultivo industrial de la Caña de Azúcar (Asocaña 2013).
Lo anterior sugiere que dado el efecto de la rentabilidad por hectárea producto de la agroindustria de la caña de azúcar, se genera un desplazamiento físico de los sistemas ganaderos del valle geográfico hacia las laderas de las cordilleras central y oriental, con todas las implicaciones que esto supone: impactos negativos sobre el suelo (procesos de erosión), reducción en los caudales del agua sino se protegen las fuentes, desarrollo de ganadería sobre pendientes limitantes, dificultades agronómicas en la implantación de sistemas de pasturas o silvopastoriles, mano de obra escasa y costosa, caminos vecinales deficientes y apalancamiento financiero limitado.
El Valle del Cauca tiene una ganadería con base en pasturas de especies como Cynodonplestostachyus, Panicum máximum y en menor grado Brachiaria decumbens o Brachiaria Brizantha, Gramas nativas Paspalum spp. y algunas especies arbóreas, con las cuales, algunos productores integran sistemas silvopastoriles (SSP) con base en pasto estrella y Leucaena leucocephala. En las zonas de montaña predominan el pasto estrella y el puntero (Hyparrhenia rufa) hasta los 1800 msnm, y a mayores altitudes el kikuyo (Pennisetum clandestinum) (Mahecha et al. 2000).
Características generales de las fincas analizadas
En la Tabla 1 se muestra la información ambiental de las fincas. En el área de estudio la vacada se maneja en pastoreo rotacional con cercas fijas o eléctricas y en 32 fincas (62%) se encontró pastoreo más una suplementación forrajera (ensilado de maíz, ensilado de forraje de maíz sin mazorca, forraje de caña de azúcar o cogollos, subproductos agrícolas fibrosos o subproductos de la agroindustria de las frutas), además, algunas fincas están comenzando a introducir sistemas silvopastoriles con base en Tithonia diversifolia o Leucaena leucocephala.
El 52% de las fincas en estudio se localizaron a los 920 y 1400 msnm y el resto entre 1400 y 2200 msnm; esto confirma que la ganadería de leche viene desplazándose desde el bacín aluvial de desborde (zona ocupada por el cultivo de caña de azúcar), hacia el bacín de píe de monte o hacía zonas medias de cordillera menos adecuadas para el desarrollo de una ganadería sostenible, acentuando así el reto de abordar sistemas de pastoreo suplementado en canoa con pastos de corte más concentrado (Holmann et al. 2003).
Las fincas incluidas en este estudio se caracterizaron por tener en promedio un área de 41,3 hectáreas, con un rango de entre 4 y 150 ha. Según Fedegan (2013 a), el promedio de una finca ganadera en el Valle del Cauca es de 51,7 hectáreas y teniendo en cuenta que se tienen 570 mil hectáreas para la actividad ganadera distribuidas en cerca de 11 mil predios, se corrobora que esta actividad en general es desarrollada por medianos y pequeños productores (Fedegan 2003b).
Las unidades de producción mostraron una oferta forrajera de 0,8 ± 0,3 kg.m2, con un porcentaje de materia seca (MS) de 20,9 ± 1,1, una producción estimada de 18,6 ± 7,6 Ton MS.ha-1 año, con un 25% de fincas que superaron las 25 Ton MS.ha-1 año y valores de proteína cruda (PC) entre 10-14%; esto concuerda con lo encontrado por Peters et al. (2003), quienes reportaron producciones para el pasto estrella de 20 a 30 Ton MS.ha-1 año en suelos fértiles y con altos niveles de fertilización, unos contenidos de PC entre 10-15% y una digestibilidad de 60 a 70%.
El consumo diario de materia seca por vaca derivada del pastoreo (CMSP) fluctuó entre 6,8 y 11,7 kg para fincas con baja oferta de forraje (0,3 kg.m2) y fincas con alta oferta forrajera (1,3 kg.m2), respectivamente (Tabla 1). De lo anterior se desprende que, probablemente esa asimetría en CMSP por parte de vacas con alto potencial lechero se vea reflejado en producciones modestas, que son susceptibles de ser mejoradas mediante la suplementación con forrajes de alto valor biológico o con concentrados comerciales, tal y como se observó en varias lecherías del presente estudio. No obstante, ese déficit del CMSP supone un doble faltante, pues de un lado, no es suficiente en materia seca consumida (9,85 y 9,5 kg de MS total vaca. día-1) si se compara con lo reportado por Juárez et al. (2011) para vacas doble propósito en un hato experimental en Veracruz, México y mucho menos en calidad, según lo reportado en un sistema silvopastoril en el Valle del Cauca (Mahecha et al. 2000).
Información productiva de las fincas analizadas
La proporción racial de los hatos analizados mostró un 79,3% de animales Bos taurus (Holstein, Pardo Suizo, Jersey, Ayrshire, Hartón del Valle, etc.) y 20,7% de Bos indicus (Gyr, Brahman, Guzerat, etc.). Se pudo establecer además que las razas Bos taurus están en zonas más altas, con climas más benignos y donde el efecto de parásitos externos como la garrapata es menor; aunque hay hatos de genética taurina pura en todas las áreas estudiadas.
Por su parte, el número de animales en predio expresó un rango muy amplio entre 10 y 929 cabezas por finca, con un promedio de 133,2 animales; a su vez, el hato adulto tuvo rangos entre 3 a 502 animales, con un promedio de 84,8 vacas adultas, de las cuales, 77% fueron vacas en ordeño. Es importante tener en cuenta estos valores para establecer cuáles serán las unidades mínimas rentables que resistirán los cambios en los mercados y en las políticas gubernamentales, puesto que unidades medianas (menores a 50 vacas) tendrán dificultades en absorber los costos fijos de los sistemas de producción actuales, pues si se observan los valores en producción diaria por finca, se encontraron fincas con producciones entre 3500 a 5800 litros por día, lo que demuestra la brecha en variabilidad de inventario y las asimetrías en la capacidad económica del productor de leche del Valle del Cauca, lo que supone fincas que tendrán el volumen suficiente para generar los recursos para sustentar la actividad y otras que no (Tabla 2).
De otra parte, la producción promedio por vaca fue de 11,9 ± 3,1 kg.vaca-1día valores contrastantes en cada sistema de producción, para el futuro el sector ganadero de la región deberá trabajar en mejorar estos valores si quiere permanecer competitivo frente a la llegada de leche de otras regiones o países, pues un incremento en la producción láctea por vaca ayudará a diluir los costos de producción en estos sistemas.
En cuanto al consumo de suplementos concentrados, este fue de 3,07 ± 1,38 kg.vaca-1día y supuso suministros regidos más por la sugerencia del vendedor de concentrados que de una directriz técnica profesional, situación que dificulta una análisis cuidadoso de las relaciones de suministro a consumo en función del estatus fisiológico de la vacada o el establecimiento de una tasa de sustitución de forraje por concentrado. Además, los consumos encontrados expresan valores muy bajos a los registrados en sistemas intensivos de otros países como Estados Unidos, México, Uruguay o Argentina (Bargo et al. 2012).
A su vez, el consumo de materia seca total por animal día fue de 12,2 ± 1,9 kg MS.vaca-idía, esto representa entre el 2,4 al 2,8% del peso vivo de los animales; estos consumos son similares a los reportados para vacas en producción en México (Juárez et al. 2011) y son valores bajos comparados con los 19 kg MS (3,4% de peso vivo) reportados en vacas con pasturas de alta calidad como el Rye grass (Kolver y Muller 1998), o los 14,6 a 15,6 kg MS.vaca Mía encontrados en pasto kikuyo en la sabana de Bogotá (Mojica et al. 2009). En todo caso, el consumo bajo de MS está asociado con forrajes que expresan niveles altos de fibra detergente neutra (FDN), los cuales limitan la disponibilidad de carbohidratos no fibrosos, la digestibilidad y hacen que el aporte de nutrientes sea deficitario en general.
De otra parte, el precio del litro de leche se ubicó en $916,5 ± 59,8 (unos US$0,48 con una tasa de cambio $2900/ US$), esta variabilidad en el precio se debe a las asimetrías tecnológicas y económicas de los productores de la región y a las condiciones de producción en cantidad y calidad composicional y sanitaria; además, de la dificultad logística en las unidades de producción debido a la precariedad de las carreteras secundarias y terciarias del departamento, en especial en las zonas de ladera, y a la informalidad en la compra del producto.
En el momento del análisis el precio de la leche fue competitivo si se compara con el valor de referencia de septiembre de 2013, el cual mostraba que el precio de la leche en polvo era de U$4880 por tonelada; si esta fuera importada al país, con los costos de transporte y reconversión a una tasa de cambio de $1900/US$, el precio del recurso local debería estar cerca de U$0,58 por litro, muy diferente a cuando el precio fue de U$2409 por tonelada (junio de 2013), caso para el cual, la leche reconvertida estaría cerca de los U$0,35 por litro, con lo cual, los productores locales obtendrían un precio de compra para su leche 37% por encima al del mercado internacional y no sería competitivo. Lo anterior concuerda con Castro (2010), quien afirmó que: "el sector lácteo en Colombia no es competitivo, pues las variaciones en la tasa de cambio cuando está revaluada y los acuerdos de libre comercio propiciaran la entrada de grandes cantidades de leche en polvo"; sin embargo, lo contrario podría pasar en el país si la tasa de cambio supera los $2700/US$, ya que los costos de importación de leche serían muy elevados, lo cual favorecería la producción nacional.
Por su parte, el precio del suplemento se situó en $794,7 ± 93,8 (cerca de US$0,42/kg), valor muy por debajo del precio nacional debido a la mayor oferta de subproductos en la región y a la cercanía del puerto de Buenaventura a las plantas de alimento balanceado, factor que favorece el uso de este insumo en los sistemas de producción actuales, pero a su vez, muestra la debilidad que tiene el país pues la base de la formulación de los alimentos son maíz y torta de soya, los cuales dependen del mercado internacional y sus fluctuaciones dependen de la tasa de cambio, los costos del transporte y las bases de compra que se dicten en las grandes bolsas del mundo (Morales 2007).
La relación precio del litro de leche / precio kilogramo del suplemento fue de 1,15 a 1 a favor de la leche, esto favorece el uso del suplemento en los sistemas productivos intensivos. Los consumos de suplemento (concentrados comerciales generalmente) representaron 25% de la ración y el consumo total por vaca también incluyó el consumo de pasturas y algunos suplementos forrajeros como el ensilaje de maíz, pastos de corte, cogollos (puntas) de caña o subproductos fibrosos de algunas agroindustrias de la región, que a la larga puede ser el factor crítico de la productividad (Morales 2012).
Con base en los hallazgos de productividad, consumo de materia seca, precios de la leche y precios de los suplementos se evidencia la posibilidad de mejora para los sistemas de producción de leche en la región y se recomienda seguir estudiando estos fenómenos puesto que, según las observaciones del estudio, el consumo de materia seca de los pastos tropicales (estrella y guinea) con alto contenido de fibra (65 a 68% de FDN), la baja digestibilidad y el bajo consumo de suplemento por sus altos costos son los principales limitantes de la productividad de las vacas lecheras en pastoreo en el Valle del Cauca.
Información reproductiva de las fincas analizadas
En cuanto a los estimadores reproductivos, se encontró que los días abiertos se ubican en 147,8 ± 25,7 días (Tabla 3), mientras que el intervalo entre partos (IEP) fue de 432 días (14,2 meses), con fincas con intervalos de 382 días y otras con valores de 510 días, valores inferiores a los 444 días de IEP encontrados en vacas cebuínas en un hato en bosque seco tropical en la región de Antioquía (García et al. 2002) y a los 455 ± 129 reportados en ganados F1 (Gyr x Hostein) en el Norte del Valle (Motta et al. 2012).
A su vez, los servicios por concepción fueron de 2,73 ± 0,81 (Tabla 3), valores que se consideran altos, y un porcentaje de natalidad superior al 80%, que se considera bueno; pero con un estricto control reproductivo, nutricional y ambiental se podría mejorar la concepción y disminuir los días abiertos en más de 20-25 días, lo que mejoraría los indicadores productivos y la rentabilidad de las ganadería en más de US$100 dólares por vaca año si tomamos la metodología propuesta por De Vries (2006), quien estima que un día abierto cuesta cerca de US$5,41 después de 150 días, esto podría traer un beneficio a los productores de la región cercano a 1,4 millones de dólares por año, en solo la lechería especializada.
Por su parte, la mortalidad acumulada en las fincas fue de 4% y el promedio de descarte por año de 10,2% (Tabla 3), esto debido principalmente a descartes por producción y reproducción, lo que indica que la permanencia de los animales en los hatos se encuentra entre 8 y 11 años, valores muy por encima a los encontrados en zonas frías del país; este factor se debe estudiar más a fondo pues puede afectar la eficiencia productiva y reproductiva de los animales que están siendo retenidos en los hatos.
Información de la eficiencia y productividad económica de las fincas analizadas
La carga por hectárea en Unidades Bovinas Adultas o Unidades Gran Ganado (1 UGG = 500 kg) fue de 3,16 ± 2,1 (Tabla 4), los valores de animales por hectárea reportados por Fedegan (2013b) para la región no superaron los 0,8 animales.ha-1 para el promedio de la población total incluyendo carne y leche, lo que demuestra que la lechería especializada presenta grandes diferencias con los sistemas tradicionales de manejo y concuerdan con el 3,08 UGG. ha-1 encontrado por Osorio (2012) para el Valle del Cauca en sistemas especializados de leche.
El volumen anual de leche por hectárea productiva fue de 7965 ± 6676,9 l.ha-1 con un 15% de unidades productivas que superaron los 15.000 l.ha-1año. Los litros libres por vaca (LLV), litros por fuera del costo de la suplementación, fueron de 8,4 ± 2,19, valores por debajo de los reportados en sistemas especializados de regiones de trópico alto: 12,8 litros, 15-16 litros en Uruguay o 20-22 litros en Argentina (Bargo et al. 2012). Estos valores muestran que las estrategias en estos sistemas se deben enfocar en mejorar la producción de leche por vaca y optimizar las cargas de las fincas para aumentar los litros libres por vaca y por hectárea, pues en este trabajo se encontraron unidades productivas con valores de litros libres por hectárea al año de 5973,9 ± 4827,8 con fincas que superaron los 15.000 l.libres.ha-1 año, los cuales son competitivos al compararse con estándares mundiales, como en el caso de Nueva Zelanda que ha reportado 2,8 UGG.ha-1 y una productividad de 11.673 l.ha-1año (Fedegan 2013a).
Por su parte, la eficiencia biológica en producción de leche para las ganaderías evaluadas fue de 0,97 ± 0,15 kg de leche producida por kilogramo de materia seca consumida, valores similares a los encontrados en Costa Rica por Baars (1998).
De otra parte, se analizó la relación entre la producción de leche (l.vaca-1día) y el consumo de materia seca (kg MS.vaca-1día) y se encontró una relación lineal: Y = Producción de leche (kg. día) = 5,6639 + 0,5513X, R 2 = 0,77. EL modelo explica que, en los sistemas analizados, solo con pastoreo, las vacas pueden producir 5,66 litros y por cada kilogramo de concentrado adicional, según el valor de la pendiente, que se puede incrementar en 0,5513 unidades lácteas. De todo ello se desprende que aumentar de modo significativo de consumo de materia seca (X) en las vacas aumentará la producción de leche (Y) en forma lineal (Figura 1), siempre que los recursos forrajeros sean de alta calidad, el cual es el factor limitante en las pasturas tropicales.
También se observó que hay una relación directa entre productividad (l.ha-1año) y Unidades Gran Ganado (UGG) (Figura 2), donde con solo una UGG se puede lograr un incremento en 2826,6 l.ha-1año, siempre y cuando la finca tenga la oferta biológica y ambiental necesaria para elevar la producción forrajera, según lo explica el modelo lineal de la Figura 2.
De la Figura 2 se desprende que para lograr un aumento de la productividad por hectárea es necesario aumentar la producción de leche por medio de la carga animal, lo cual se logra solo si se incrementa la producción de forrajes al mejorar la nutrición del suelo y la pastura, realizando resiembras, mejorando los sistemas de rotación, ingresando nuevas especies forrajeras que ofrezcan mejor productividad y digestibilidad o desarrollando sistemas silvopastoriles para mejorar la disponibilidad de biomasa en los potreros y así incrementar la carga animal.
Análisis de componentes principales y de agrupamiento
Al realizar el análisis de componentes principales (ACP) las variables que mostraron más diferencia y variabilidad (CV%) dentro del sistema en los grupos fueron: litros totales por día (143%), número de vacas en ordeño (139%), hectáreas productivas (92,7%), litros por hectárea al año (83,8%), kilogramos de concentrado por animal (45,2%), kilogramos de MS pasto por hectárea (41,3%) y proporción racial (22.7%).
Luego de calcular los coeficientes de correlación entre variables se identificaron aquellas con mayores valores y se encontraron los valores sintéticos para las variables que poseían auto valores superiores a 1 (Tabla 5).
Variable | Autovalor | Diferencia | Proporción | Acumulado |
---|---|---|---|---|
Litros totales lactancia | 11,25 | 5,33 | 0,3338 | 0,3338 |
Vacas ordeño | 6,0 | 2,26 | 0,1770 | 0,5109 |
Hectáreas productivas | 3,75 | 1,08 | 0,1105 | 0,6214 |
Litros/ha/año | 2,67 | 0,85 | 0,0786 | 0,6999 |
Kg de concentrado | 1,81 | 0,28 | 0,0535 | 0,7534 |
Kg de MS pasto/ha | 1,53 | 0,12 | 0,0450 | 0,7984 |
Proporción racial | 1,40 | 0,48 | 0,0414 | 0,8398 |
Estos valores propios o sintéticos muestran cuales son las variables que diferencian en mayor grado el sistema de producción. Con los resultados y las diferencias encontrados se puede decir, que para la ganadería lechera del Valle del Cauca se identificaron cuatro (4) grupos de sistemas de producción (P < 0,1) (Figura 3).
Los sistemas encontrados utilizan ampliamente la base forrajera (con abonamiento con nitrógeno amoniacal por lo menos una vez cada seis meses) y dependen en gran medida del complemento de concentrados para mantener el desempeño. Los sistemas fueron: 1) Sistema pastoreo con suplementación baja (SPSB), 2) Sistema pastoreo o silvopastoril con suplementación media (SPSM), 3) Sistema mixto pastoreo y suplementación forrajera con ración total mezclada (RTM) y 4) Sistema pastoreo de ganadería industrial (SPGI) con fuerte subsidio de concentrado comercial. Estos nuevos sistemas son una variante productiva a los propuestos por World Bank (2010), pero no consideran las variaciones productivas que se presenta en nuestra región con base en la altitud y pisos térmicos.
No se registró ningún sistema de ganadería industrial en confinamiento (alta población de animales confinados por hectárea con dependencia de insumos alimenticios externos en una proporción mayor al 50%), como lo estudiado por Sere y Stenfield (1996).
Tanto en Europa Occidental como en Argentina, Chile,Uruguay y Brasil los sistemas lecheros son presionados por aumentar la producción láctea por vaca, su eficiencia alimenticia y la leche entregada diariamente (Breustedt y Glauben 2007). Estos fenómenos han presionado la economía de los hatos, los cuales han disminuido en número y aumentado en escala productiva, lo que al parecer los ha hecho más competitivos para participar de los mercados mundiales. Fenómenos similares se vienen presentando en los sistemas de producción de leche en el Valle de Cauca plano, pues se ha reducido el número de hatos y los que quedan vienen incrementado la población bovina, como se observa en un estudio realizado por los círculos de excelencia ganadera en siete hatos industriales que existen en la región (Motta et al. 2012).
El informe anual de la Asociación de Cultivadores de Caña del Valle del Cauca muestra que la industria incrementó su área productiva en cerca de 225.560 hectáreas, de las cuales, una gran parte fue destinada a la obtención de 387 millones de litros de alcohol carburante; este crecimiento fue acelerado en el período 2010-2013 debido a que en dicho lapso el precio internacional del azúcar era de US$22,1 centavos por libra y el del petróleo fue elevado; por el contrario, para los años 2014-2015 este valor tan solo llego a US$13,1 centavos (Asocaña 2013) y la tendencia del petróleo fue a la baja, factor que frenó el crecimiento que venía teniendo la industria azucarera. Esto concuerda con el crecimiento de la industria de biocombustibles en el mundo que viene compitiendo por recursos y tierra de la agricultura y la ganadería (De Haan et al. 2010).
Esta competencia de la ganadería con cultivos industriales hace que las fincas que no migren a sistemas de mayor eficiencia, sean reemplazadas por otros cultivos o sean absorbidas por otras ganaderías, lo que causa un desplazamiento del ganado a zonas de tierras más económicas como las zonas de ladera del mismo Valle del Cauca, en la cual se nota hoy un crecimiento de los hatos lecheros.
Para los costos de producción del litro de leche las estimaciones de los flujos de caja y la canasta de costos serán claves para visualizar el futuro de la actividad y definir si los sistemas ganaderos son sostenibles o no; mientras que para la urbanización acelerada, los eventos climáticos extremos y las innovaciones en paliativos para frenar el cambio climático serán claves para repensar los sistemas de producción en el trópico americano.
CONCLUSIONES
La pastura base en los sistemas de producción lechero estudiados son de baja calidad per se (pasto estrella y guinea) y de rendimiento modesto de materia seca por hectárea al año.
La producción diaria por vaca se encuentra en un umbral bajo (3,75-18,1) que requiere ser mejorado.
El cuadro reproductivo es susceptible de mejorar con base en los hallazgos: días abiertos (97-225), servicios por concepción (1,4-5,4), in intervalo entre partos en días (IPP) (382-520).
Con solo pastoreo las vacas pueden producir 5,66 litros por vaca al día y cada kg de concentrado adicional incrementa tal cifra en 0,55 litros, para una eficiencia biológica de 0,97 kg de materia seca consumida por litro de leche producida.
La carga animal por finca fue 3,2 UGG/ ha con una productividad anual de 7965 l/ha, donde por cada UGG que ingresa al sistema puede haber una mejora anual de 2816 l/ha.
De 34 variables analizadas las que determinaron la productividad de las fincas fueron: litros totales por lactancia (33,3%), vacas en ordeño (17,7%), hectáreas productivas (11,0%), litros por hectárea y año (7,8%), kilogramos de concentrado (5,3%) y materia seca del pasto en kilogramos por hectárea (4,5%).
Se identificaron cuatro sistemas de producción lechero con base en pastoreo que dependen críticamente de los suplementos concentrados con severas asimetrías en componentes raciales que afectan negativamente la productividad.