INTRODUCCIÓN
La toma de decisiones económicas no es puramente racional. Aunque este principio ha sido reconocido por los grandes maestros de la disciplina, se ha negado en los libros de texto, que parten del supuesto de un agente racional. Además de las dimensiones valorativas del sujeto, es necesario tener presente la forma en que se toman decisiones en un contexto intertemporal que es incierto. Es importante identificar las relaciones económicas en el marco del evolucionismo biológico darwiniano y mostrar su relevancia en la dinámica del mercado, que es intrínsecamente colectivo. La sociedad se configura a partir de las decisiones individuales, que interactúan en procesos complejos.
El objetivo del presente trabajo, de índole reflexivo, es poner en evidencia que los fenómenos de auto-transformación derivan en procesos cognitivos (conscientes e inconscientes), en los que juegan un papel central las emociones y las heurísticas del juicio.
El artículo comienza con una revisión teórica de la economía evolutiva. La segunda parte desarrolla los conceptos de preferencias, racionalidad y creencias desde la lógica biológica. Posteriormente se discute la importancia del enfoque evolutivo, tanto en la psicología como en la economía. Y, finalmente, se examinan los procesos cognitivos y la formación de expectativas de juicios heurísticos.
DELIMITACIÓN CONCEPTUAL
De acuerdo con Hodgson (1993) y Masera (2013), la historia de la economía evolutiva tiene tres grandes etapas: i) la primera fase corresponde al período que va desde los orígenes de la economía política hasta 1925. Varios autores como Adam Smith, Edgeworth, Carl Menger, Alfred Marshall, entre otros, consideraron relevante el análisis directo de los determinantes psicológicos y biológicos de la decisión humana. ii) Entre 1925 y 1945, la economía le dio mucha relevancia a los modelos de equilibrio estacionario. Pero, al mismo tiempo, el énfasis que le atribuyó Keynes a los "espíritus animales" permitió crear las bases de un análisis en el que las decisiones de inversión están muy marcadas por la pasión y el sentimiento. Durante estos años también son relevantes los estudios de Friedrich Hayek sobre el "orden sensorial" y los de Herbert Simon sobre el comportamiento de las empresas. A pesar de los avances mencionados, estos años son considerados la era "oscura"1 de la economía evolucionista. iii) A partir de 1945 se renuevan los debates sobre los temas evolutivos.
Aunque la corriente evolutiva en economía es muy rica y variada, no todos los autores son por ello "darwinianos". Es evidente que las interpretaciones biologistas analógicas (lado derecho en la Figura 1) u ontológicas (lado izquierdo de las figuras 1 y 2), comparten las metapremisas o los principios más generales del evolucionismo darwiniano. Las diferencias son de intensidad y corresponden al grado de adhesión a este sistema teórico.
El enfoque evolucionista analógico facilita la comprensión de los procesos de emergencia y difusión de la innovación tecnológica, y ayuda a explicar el cambio y la adaptación de las organizaciones empresariales. La economía evolucionista ontológica pone su atención en el proceso de transformación de la economía desde su propio interior, porque inscribe su reflexión en la forma como el comportamiento humano impactó el orden institucional (Witt, 2003).
Para Hogdson, el evolucionismo es, principalmente, una visión del mundo muy amplia e inclusiva que contribuye a la explicación de las dinámicas sociales.
En su opinión, el darwinismo contiene un amplio sistema teórico que va más allá de la biología (Hogdson, 1997).
Gracias al pensamiento evolutivo, es posible reflexionar de manera sistemática sobre categorías como organismo social, población, competencia, evolución, adaptación (La Rocca, 2003). Desde la biología adquiere relevancia el sujeto. Por esta razón, Mantzavinos et al. (2004) sugieren que la mente es como un complejo estructural que interpreta activamente y, al mismo tiempo, clasifica las variadas señales recibidas por los sentidos. La mente ordena las experiencias del entorno físico y del sociocultural-lingüístico:
El proceso de cambio social que presentamos en este artículo se puede resumir de la siguiente manera: "Realidad"> creencias> instituciones> políticas específicas> resultados (y, por lo tanto, "realidad" alterada). El mecanismo de retroalimentación de los resultados a la realidad se ejecuta a través de la mente humana; ya que la mente interpreta la realidad, tenemos un conocimiento muy limitado de cómo los resultados serán percibidos e interpretados por los agentes. Esta es la razón principal por la cual los modelos mecanicistas y deterministas del cambio no pueden funcionar: las ideas son los factores autónomos de la evolución socioeconómica, y si queremos aprender más sobre este proceso, necesitamos saber más sobre la forma en que las mentes construyen la realidad2. (Mantzavinos et al., 2004, p. 80)
Los trabajos de Tversky y Kahneman (1986) son especialmente relevantes en este sentido. El examen del comportamiento humano es fundamental para entender el quehacer económico. La felicidad y la función de utilidad adquieren nuevas dimensiones, porque ya no se pueden estandarizar alrededor de un agente representativo. El hedonismo recupera su individualidad. Para Tversky y Kahneman (1991), no hay sujetos homogéneos. La concepción racional de las personas no es totalizante, porque los sentimientos y las emociones condicionan la decisión (González, 2011).
Biología, preferencias, racionalidad y creencias
El acercamiento de la economía hacia la neurociencia y la psicología ha sido afortunado, ya que ha permitido iluminar las causas próximas del comportamiento. La racionalidad se ha definido como la capacidad que tiene un individuo de maximizar la utilidad, utilizando toda la información disponible, dadas unas restricciones contextuales (ingreso, distancia, etc.) y unas preferencias y creencias (Robson, 2003). Simon (1986) considera que en economía la racionalidad hace énfasis en el acto de elegir, mientras que en otras disciplinas se destacan los aspectos procedimentales. Entre las dimensiones contextuales que determinan la elección es necesario tener en cuenta las preferencias preexistentes (Flores & Ostroksy-Solís, 2008 ).
La utilidad tiene un contenido emocional o hedónico. Este postulado básico ya había sido enunciado por Bentham y Edgeworth. En la literatura contemporánea, Damasio (1994) muestra que las emociones son intrínsecas a cualquier decisión racional (Bechara et al., 1997; Robson, 2002; Robson, 2003; Robson, 2011). La respuesta emocional está presente en cualquier decisión. En la economía experimental se han realizado ejercicios que muestran que un determinante de la utilidad es la tensión recompensa/penalización (Robson, 2003). Para Ng (1996), la racionalidad persigue una maximización flexible impulsada por la recompensa y la penalización.
El examen del proceso de elección es más complejo cuando se introduce el aprendizaje (Bergman, 1998), que se va configurando mediante un "refuerzo" apropiado a medida que se van conociendo las consecuencias de las acciones. En la elección también importa la interacción entre los logros intermedios y las metas finales. Esta secuencia intertemporal es determinante, porque el objetivo último se va reconfigurando al mismo tiempo que se modifican los elementos contextuales.
Naturaleza adaptable y utilidad hedónica
Tremblay y Schultz (1998) examinan la forma como las preferencias se van adaptando a la experiencia. Suponga las preferencias sobre tres recompensas. A es preferida a B y B es preferida a C. Por transitividad, A es preferida a C. Estas recompensas se presentan en pares, y las señales se asocian con cada recompensa. Si B y C están involucrados, la señal asociada con B hace que muchas de estas neuronas sean más activas que la señal asociada con C. Si A y B están involucrados, A induce una actividad neurológica similar a B en la situación de primera elección, y B tiene un efecto similar a C. Los autores llegan a la conclusión de que la actividad neuronal no está ligada a las recompensas en sí mismas, sino a la escogencia de la mejor de las dos opciones3.
La preferencia está marcada por el sujeto y su contexto, y la persona la va modificando dependiendo de las circunstancias. Por esta razón, no tiene mucho sentido afirmar que las preferencias se mantienen a lo largo del tiempo. En los modelos de estado estacionario este es uno de los principales supuestos.
Utilidad adaptativa a corto plazo
Junto con los reportes anuales de felicidad mundial (WHR por sus siglas en inglés), en otros estudios también se les pide a las personas que estimen su propio nivel de felicidad. Las respuestas guardan una estrecha relación con el rango que el individuo ocupa en la sociedad (Scitovsky, 1992; Oswald, 1997). Si pertenece a un grupo de clase media, su percepción de la felicidad es similar a la que tenía la generación anterior, que también hacía parte de la clase media. Esta simetría se presenta, aunque los niveles de consumo y las perspectivas de vida sean muy diferentes. De manera similar, el individuo medio en un país pobre tendría un nivel de utilidad similar al individuo medio en un país rico.
Si la felicidad está asociada a la riqueza, la persona de altos ingresos siempre aumenta su felicidad, pero a un ritmo menor. Y la persona pobre, aún con variaciones mínimas del ingreso, aumentará significativamente su percepción de felicidad, tal como se aprecia en la Figura 3. Ante los mismos cambios marginales de la riqueza, la felicidad del pobre aumenta más que la del rico.
Nota: el eje horizontal corresponde a los cambios marginales de la riqueza y el vertical a la felicidad.
Fuente: elaboración propia.
La persona tiene una escala subjetiva de lo bueno y lo malo. La situación actual es mala (buena) si está por debajo (encima) del umbral. Las categorías de lo bueno y lo malo, y del nivel del umbral no son fijas, sino que se van moviendo. La percepción se modifica porque varía el contexto, o porque la dimensión temporal cambia. Y la visión que en determinado momento se tiene del futuro se expresa en el consumo (Robson, 2002; Rogers, 1994). La Figura 4 ilustra esta idea.
Para que la tasa de preferencia intertemporal no cambie a lo largo del tiempo, se debe suponer que los aspectos contextuales no se modifican y, por tanto, no hay desplazamientos del umbral ( Loewenstein & Prelec, 1992). Esta forma de estabilidad es un supuesto muy exigente. En la realidad, el individuo tiene preferencias "inconsistentes en el tiempo" (Strotz, 1956, p. 171)4.
El enfoque evolutivo de la psicología económica
Darwin, que mantuvo un estrecho diálogo con Marshall, trata de entender el análisis de los procesos psicológicos que subyacen a la conducta humana. En el libro La expresión de las emociones en el hombre y los animales busca, a partir de observaciones y comparaciones, entender las especificidades de la conducta humana (Darwin, 1872). Estos aportes se han tratado de concretar en la llamada psicología evolucionista del desarrollo (PED):
La aplicación de los principios básicos de la evolución darwinista, en particular la selección natural, sirven para explicar el desarrollo humano contemporáneo. Implica el estudio de los mecanismos genéticos y ambientales que subyacen al desarrollo universal de las competencias cognitivas y sociales, así como de los procesos epigenéticos (interacciones gen-ambiente) evolucionados que adaptan dichas competencias a las condiciones locales; asume que no solo los comportamientos y las cogniciones que caracterizan a los adultos son producto de las presiones de la selección actuando en el curso de la evolución, sino también las características de los comportamientos y de las mentes infantiles. (Bjorklund & Pellegrini, 2002, p. 4)
La psicología evolucionista emerge como disciplina académica formal solo a finales de los años 80 y principios de los 90. Con el paso del tiempo se han ido perfeccionando los programas de procesamiento de información (Hernández-Blasi et al., 2003). Los programas cognitivos evolucionados dan origen al pensamiento y el comportamiento adaptativo (Geary & Huffman, 2002; Bjorklund, 2000; Fodor, 2000; Sternberg, 1997).
Dolan et al. (2012) recopilan los nueve efectos más robustos que influyen en el comportamiento humano de manera automática. Los autores hacen una "revisión integradora" de la literatura utilizando el marco mnemotécnico Mindspace, lo que ellos describen como un conjunto de herramientas o lista de verificación para los responsables de políticas públicas y con la capacidad de influir en las decisiones colectivas.
Mindspace es un intento de categorizar la literatura. La tabla 1 resume los elementos, los cuales serán desarrollados a lo largo de este apartado.
Mindspace | Comportamiento |
---|---|
Mensajero | Estamos influenciados por quien nos comunica información |
Incentivos | Nuestras respuestas a los incentivos están moldeadas por atajos mentales |
Normas | Estamos fuertemente influenciados por lo que hacen los demás |
Predeterminados | “Vamos con el flujo” de opciones preestablecidas |
Atención | Nuestra atención se centra en lo que es novedoso y nos parece relevante |
Accesibilidad | Nuestros actos son a menudo influenciados por señales subconscientes |
Afecto | Nuestras asociaciones emocionales pueden moldear nuestras acciones |
Compromisos | Buscamos ser coherentes con nuestras promesas públicas y con actos recíprocos |
Ego | Actuamos de maneras que nos hacen sentir mejor con nosotros mismos |
Fuente: tomado de Dolan et al. (2012)
Los procesos de decisión se pueden analizar desde dos perspectivas, dependiendo de si el énfasis se pone en la teoría conductual o en la cognitiva. La dimensión psicológica ha ido ganando relevancia en el análisis económico, y una muestra de ello es el Premio Nobel que se le otorgó en el 2002 a Daniel Kahneman y a Vernon Smith "[...] por integrar aspectos de la teoría psicológica sobre el comportamiento económico del ser humano en momentos de incertidumbre y realizar análisis empíricos de laboratorio, especialmente sobre mecanismos alternativos de mercado" (The Nobel Prize, 2021), y en 2017 se le concedió el Nobel a Richard Thaler "[... ] por sus contribuciones a la economía conductual" (The Nobel Prize, 2021).
Estos análisis que enfatizan el papel de la psicología de las decisiones suponen, de entrada, que la racionalidad es limitada. Se podrían destacar tres enfoques. El primero explora la heurística del juicio (Kahneman & Tversky, 1982). El segundo se centra en la teoría prospectiva (Kahneman & Tversky, 1979; Tversky & Kahneman, 1991). La tercera línea de investigación se ocupa de los efectos marco, framing effects, y de sus implicaciones para los modelos del agente racional (Tversky & Kahneman, 1981; Tversky & Kahneman, 1986).
Heurística del juicio
Las ideas subyacentes son: (i) la mayor parte de los juicios y de las elecciones se efectúan intuitivamente; (ii) las reglas que gobiernan la intuición son generalmente similares a las de la percepción (Kahneman & Frederick, 2005).
En este análisis se diferencian dos modos de pensar y decidir que, a grandes rasgos, corresponden a los conceptos habituales de razonamiento intuitivo5.
El razonamiento se hace deliberadamente y con mucho esfuerzo, mientras que el pensamiento intuitivo parece que se presenta de forma espontánea en la mente, sin cálculo o búsqueda consciente, y sin esfuerzo. La observación superficial y la investigación sistemática indican que la mayor parte de los pensamientos y las acciones son normalmente intuitivas en este sentido. (Gilbert, 1989, 2002; Wilson, 2002; Epstein, 2003; citados en Kahneman, 2002, p. 183)
El individuo usualmente confía en el juicio que le viene rápidamente a la cabeza. Cuando se tiene un conocimiento anterior, que ha sido conseguido de manera sistemática, el juicio intuitivo puede ser bastante acertado. El arquitecto tiene una noción del espacio más clara que un biólogo y puede calcular de manera intuitiva y con cierta precisión el área de un cuarto (Kahneman & Frederick, 2005).
Kahneman (2003) muestra que el sistema cognitivo es un mecanismo computacional que se adapta bien a su entorno y cuenta con dos sistemas de ajuste: un proceso a corto plazo, que es flexible, y uno a largo plazo, que consiste en la adquisición de destrezas que al final generan respuestas muy eficaces con costes reducidos. Esta óptica de análisis difiere en aspectos importantes del paradigma del agente racional planteado en la teoría económica. El marco de Mindspace se centra en los impulsores de comportamiento más automáticos (Sistema 1) (Dolan et al., 2012).
Teoría prospectiva
En el análisis económico estándar se supone que las decisiones dependen del estado final de la dotación. Desde otra mirada, en el contexto de las elecciones con riesgo se introduce la noción de utilidad esperada, ya que el resultado final nunca se conoce con certeza (Bernoulli, 1954). Para Kahneman y Tversky (1982), el análisis de la utilidad tiene que considerar de manera explícita la situación inicial, que determina la percepción sobre el cambio. La persona A, que experimenta una reducción de la riqueza de cuatro millones de pesos a tres millones, se siente peor que otro individuo B, que aumenta su riqueza de un millón de pesos a un millón cien mil pesos6.
La teoría prospectiva se ha presentado como una alternativa fáctica y no como un postulado normativo. La Figura 5 muestra que el comportamiento del individuo es muy diferente cuando hay ganancias o pérdidas. Mientras que la valoración de las ganancias se reduce en el margen, el de las pérdidas puede generar círculos viciosos endógenos. A diferencia de la dinámica que se observa en la figura, en Bentham la felicidad y el dolor tienen comportamientos simétricos.
De manera más específica, la curva tiene estas características:
(1) Ser cóncava en el campo de las ganancias, con lo que propicia la aversión al riesgo; (2) ser convexa en el dominio de las pérdidas, favoreciendo así la búsqueda de riesgos; (3) lo más importante, es una función que se quiebra bruscamente en el punto de referencia, y con aversión a las pérdidas -más empinada para las pérdidas que para las ganancias. (Kahneman, 2002, p. 193)
El efecto dotación, endowment effect en inglés, es un sesgo cognitivo que describe el valor inconsciente que da un individuo a sus posesiones. En la teoría del consumidor existe un "efecto dotación": el precio de venta es mucho más elevado que el precio de compra, a menudo se multiplica por un factor de dos o más.
Kahneman y Tversky (1974) proponen una teoría alternativa para el riesgo, en la que la utilidad se vincula a las ganancias y a las pérdidas -variaciones de la riqueza en vez de niveles de esta. Entonces, la utilidad no se puede separar de la emoción y esta depende de las circunstancias (Kahneman,1994, 2000). Además, la aversión a las pérdidas juega un papel importante en el análisis económico (Thaler, 1980).
Las personas odian las pérdidas. En términos generales, es dos veces mayor la desgracia de perder un cierto ingreso, que la alegría de ganar un monto similar (Thaler & Sunstein, 2017). Así que el valor del bien parece ser más elevado cuando se pierde que cuando se gana (Thaler & Kahneman, 1991).
Efectos marco
Un supuesto poco realista del modelo del agente racional es que los agentes efectúan sus elecciones en un contexto que incorpora todos los detalles relevantes de la situación. Pero, en realidad, la decisión se toma en situaciones de "marcos limitados" (narrow framing) (Kahneman & Lovallo, 1993; Thaler, 1985, 1999; Arrow, 1982; Tversky & Kahneman, 1986). La invariancia no se cumple cuando se presentan los efectos marco (Tversky & Kahneman, 1981)7.
Heurística del juicio
Dada su relevancia, es oportuno profundizar en las características de la heurística del juicio. Las extensiones recientes del concepto de la heurística en el campo del afecto pueden ser de especial trascendencia para el diálogo entre la psicología y la economía.
Para Rottenstreich y Hsee (2001), los individuos prefieren resultados cargados emocionalmente, que los logros de tipo monetario. El concepto de heurística de los afectos explica que el afecto (agradar o desagradar) influye en procesos que se podrían considerar "racionales" y "técnicos" (Slovic, 2002). Loewenstein et al. (2001) justificaron la proposición de que las creencias acerca de los riesgos son, a menudo, expresiones de las emociones, que no se ajustan a la lógica de las preferencias económicas. Las decisiones que se toman en el Sistema 1 no concuerdan necesariamente con las del Sistema 2.
Kahneman (2002) utiliza la heurística de representatividad para explicar sesgos sistemáticos en las valoraciones realizadas bajo incertidumbre. Se refiere, por ejemplo, a las predicciones no regresivas, al olvido de la información, al exceso de confianza y sobrevaloración de la frecuencia de acontecimientos que se recuerdan con facilidad. Estos comportamientos cabrían dentro de las heurísticas del prototipo (Posner & Keele, 1968; Rosch & Mervis, 1975).
El prototipo de un conjunto viene caracterizado por los valores medios de las propiedades más notables. La gran accesibilidad de la información del prototipo realiza una función adaptativa importante. Permite que los estímulos nuevos sean clasificados eficientemente, mediante la comparación de sus rasgos con los de los prototipos de la categoría. (Kahneman, 2002, p. 206)
Experimentos de campo (e incluso la prensa diaria) muestran que la heurística del prototipo termina generando errores importantes y sistemáticos en las decisiones económicas (Genesove, 2001). Y una vez que se ha caído en la dinámica del error, los incentivos no son suficientes para contrarrestar la percepción (Lerner, 1999). Y lo que es normal e intuitivo en una determinada situación, no lo es en otras circunstancias (Ross & Nisbett, 1991).
Con el fin de contextualizar lo anterior, veamos los resultados que arrojan los reportes de felicidad. La Figura 6 es tomada de World Happiness Report (2017), en donde se clasifica a 155 países según sus niveles de felicidad.
La satisfacción con la vida se obtiene de la respuesta a la siguiente pregunta: "Por favor, imagine una escalera, con pasos numerados del 0 al 10 en la parte superior. La parte superior de la escalera representa la mejor vida posible para usted y la parte inferior de la escalera representa la peor vida posible para usted. ¿En qué escalón diría que personalmente se siente en este momento?
En la Figura 7 se observan los reportes de felicidad de algunos países, en donde Colombia y México aducen un nivel de satisfacción similar a países como Australia e incluso están por encima de Rusia.
Es notoria la paradoja en donde a pesar de las limitaciones objetivas, la percepción de felicidad de los individuos puede ser muy buena. Este tipo de situación se observa, por ejemplo, en varios países de América Latina, con altos niveles de desigualdad, corrupción, victimización, dificultades económicas e irrespeto a las normas sociales8.
En el ranking mundial, Colombia ocupa el puesto 36, aun así, en el 2017 la pobreza multidimensional tuvo una incidencia del 17 %. En las cabeceras municipales la incidencia fue del 11.4 % y en los centros poblados y rural disperso, del 36.6 % (Departamento Administrativo Nacional de Estadística [DANE], 2017).
Hernández (2011) cita a Lora (2008) sobre el estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, en el que se muestra que la población de los países que son felices a pesar de una elevada desigualdad, está alejada de la realidad, o se trata de personas “resignadas”, con un cierto nivel de contentamiento ante sus condiciones adversas. Según el autor:
[...] en este contexto, un pueblo no es fiable, ni sus votaciones ni las opiniones acerca de ellos mismos, debido a la alta brecha entre realidad y su percepción. Se trata de una inconsistencia que los psicólogos llaman adaptación e impulso respuesta, mientras que otras disciplinas de las ciencias sociales como la sociología y la economía política le denominan conciencia falsa, y se le relaciona con conceptos como el de poder. En economía se lidia también con términos como comportamiento irracional, falla de mercado o asimetría de información. (Ungar, 2005, citado en Hernández, 2011)9
La felicidad (o la búsqueda de esta) se redefine en términos de adaptabilidad y consistencia, y no puramente en realización de logros. Según Hernández (2010), la felicidad de los individuos dependería:
Los países con mayor desigualdad pueden tener una adaptabilidad que les permite "contrarrestar" de manera subjetiva sus condiciones objetivas. En la Figura 9 se muestra la relación entre desigualdad y percepción de la felicidad. No hay una relación directa entre la dinámica del Gini y los cambios en la satisfacción. De todas maneras, dada la alta desigualdad, el nivel de satisfacción es relativamente favorable. Sin duda, esta manera de ver la felicidad está asociada a bajas aspiraciones y a expectativas y metas fácilmente realizables.
Las intervenciones tradicionales que apuntan a "cambiar las mentes" a través de la educación y la información, generalmente funcionan mejor para los países más educados e informados10.
Entre los sesgos presentes en la literatura científica se destacan:
El sesgo de sobreconfianza (overconfidence). Los seres humanos tienden a sobrevalorar sus habilidades, conocimientos e imaginarios de futuro (Camerer & Lovallo, 1999). Se creen mejores pronosticadores de lo que realmente demuestra la evidencia empírica. La sobreconfianza ha sido estudiada por sus implicaciones en las decisiones económicas. Según Camerer (1996), el sesgo persiste en el tiempo sin descender en intensidad. Este optimismo subjetivo se refleja, por ejemplo, en el empresario que insiste en la rentabilidad de su negocio, en contra de los resultados financieros (Montoya, 2010). Los inversionistas tienden a sobreestimar los rendimientos futuros y a subestimar los resultados negativos.
El sesgo de excesivo pesimismo. En psicología, el excesivo pesimismo refiere a un procesamiento cognitivo que opera como una elevada tendencia a subestimar los resultados positivos o favorables y al mismo tiempo a sobreestimar los resultados desfavorables o considerarlos muy frecuentes.
Las conclusiones no se desprenden de la experiencia previa ni de cálculos estadísticos, sino que encierran creencias basadas en expectativas y en deseos del decisor.
En el caso de Colombia este sesgo proviene, en gran medida, de la falta de credibilidad que tienen los individuos en las instituciones sociales, democráticas, electorales. También influye la desconfianza interpersonal. Según Lagos (2016), ocho de cada diez ciudadanos no confían en el "otro".
El heurístico de afecto muestra la forma como las emociones impactan las decisiones (Camerer et al, 2005). Este punto es importante, ya que demuestra que los individuos de la región relacionan en buena parte el concepto de felicidad a las interacciones sociales con los demás.
La Tabla 2 muestra los resultados de Encuesta Mundial de Gallup y que están asociadas al afecto positivo11. La situación: ocho de los diez primeros países en el mundo son de América Latina. Los países no latinoamericanos en los diez primeros son Canadá y Filipinas.
Rank | Country | Number of observations | Positive affect | Negative affect |
---|---|---|---|---|
1 | Paraguay | 10995 | 0,842 | 0,222 |
2 | Panamá | 11025 | 0,833 | 0,215 |
3 | Costa Rica | 11006 | 0,829 | 0,279 |
4 | Venezuela | 10994 | 0,824 | 0,243 |
5 | El Salvador | 11008 | 0,818 | 0,319 |
6 | Guatemala | 11045 | 0,812 | 0,297 |
7 | Colombia | 10999 | 0,810 | 0,308 |
8 | Ecuador | 11135 | 0,809 | 0,323 |
9 | Canadá | 11325 | 0,804 | 0,257 |
10 | Philippines | 12198 | 0,800 | 0,364 |
11 | Iceland | 3131 | 0,799 | 0,217 |
12 | Denmark | 10777 | 0,798 | 0,193 |
13 | Honduras | 10991 | 0,797 | 0,273 |
14 | Norway | 6010 | 0,797 | 0,208 |
15 | Nicaragua | 11015 | 0,796 | 0,312 |
Fuente: World Happiness Report (2018).
CONCLUSIONES
A partir de los anteriores planteamientos se puede enunciar, a modo de conclusión, que el análisis económico tiene que ser interdisciplinario. Es importante que diferentes áreas del conocimiento contribuyan a la comprensión de la complejidad de la acción humana, la interacción de la economía con otras disciplinas nos dotará de más herramientas para comprender los procesos de decisión de los individuos.
Desde la perspectiva evolutiva no es pertinente suponer que la acción humana sigue una lógica fundada en la maximización racional de la utilidad. Los seres humanos experimentan procesos externos e internos de adaptación, motivación y heurística, que pueden inspirarse mejor en un paradigma darwiniano, que en uno de corte newtoniano. La heterogeneidad del comportamiento de los sujetos no permite suponer escenarios teleológicos de optimización del bienestar.
El proceso cognitivo es complejo y está condicionado por factores diversos como la educación, las emociones y las interacciones sociales. Por otro lado, la adaptabilidad de la población depende de factores contextuales como el nivel de desigualdad y la temporalidad.
Las decisiones racionales del sujeto no se pueden entender por fuera de las emociones. Los avances en este campo son relativamente recientes, pero sorpresivamente rápidos. Se ha observado con ayuda de sistemas de imágenes cerebrales cómo el funcionamiento cerebral reacciona de manera diferente en individuos enfrentados a escenarios comunes.
La funcionalidad de estos postulados puede explorarse, por ejemplo, hacia el marketing y las ventas, debido al efecto dotación; una misma persona puede asignar dos valores diferentes a un producto dependiendo de si ese producto es suyo o no. En la práctica, esto provoca a menudo una diferencia en el valor y, por lo tanto, también en el precio13.
Algunos otros interrogantes que pueden responder estudios en este sentido son: ¿cómo funciona el cerebro de un corredor de bolsa?, ¿cómo funciona el cerebro de cualquier persona en distintos momentos de incertidumbre económica?, ¿cómo se generan las expectativas económicas a nivel individual y social?, ¿hay diferencias entre población urbana y rural en los procesos cognitivos de toma de decisión? o ¿cuáles son los efectos de los sentimientos morales y las emociones en los procesos de decisión?
Se espera que los hacedores de política consideren la importancia que tiene la "dimensión del comportamiento" que, finalmente, llevará a poner en tela de juicio los modelos de proyección actuales, a entender la racionalidad no como una verdad o un axioma, sino como una variable por considerar, y a asimilar el hecho de que no se pueden establecer equilibrios de mercado con una noción abstracta de emotividad, cuando esta condición es inherente al ser humano.
Sin lugar a duda, las reflexiones contenidas en este artículo buscan contribuir al debate académico y generar nuevos espacios de exploración analítica sobre la importancia de asumir el estudio del comportamiento económico de los individuos desde otras disciplinas, cuyo aporte puede abrir amplios espacios de análisis y profundización del conocimiento.