INTRODUCCIÓN
El sujeto es un ser narrativo que entreteje su propia vida y la de su comunidad a través de historias, cuentos y leyendas que hacen parte de su entorno sociocultural. Granados et al. (2016) afirman que “vivir es relatar: no es posible una vida auténtica sin relato” (p. 2). De este modo, es a partir de las narraciones que el sujeto se da sentido a sí mismo, a su entorno y a su pertenencia a la comunidad. De acuerdo con Bruner (2003), la narrativa “es una dialéctica entre lo que se esperaba y lo que sucedió” (p. 31), y posteriormente este autor agrega que:
Es "gente habitual que hace las cosas habituales en lugares habituales por razones habituales". Hace falta una aparente fractura en este terreno de lo habitual para hacer que eche a andar la rica dinámica de la narrativa: cómo afrontarla, dominarla. Volver a llevar las cosas por los carriles familiares. La narrativa es un arte profundamente popular, que manipula creencias comunes respecto de la naturaleza de la gente y de su mundo. (p. 125).
Es por medio de esta fractura del terreno de lo cotidiano que los diferentes mecanismos de la lengua se ponen en juego, se tejen y entretejen para la creación de estas historias, ya que el hablante valora y reflexiona sobre sus relatos como historias dignas de ser contadas. Uno de estos mecanismos es el discurso reproducido o representado, que de acuerdo con Nølke et al. (2004), “il est un type particulier de polyphonie externe, caractérisé par le fait de représenter le discours - ou plus précisément l’énoncé d’autrui et non seulement un point de vue étranger” (p. 58). En consecuencia, el objetivo de este artículo es describir y explicar los mecanismos de construcción y uso del discurso reproducido presente en las narrativas conversacionales de los campesinos de la zona cafetera caldense. El corpus analizado está compuesto por 36 narrativas recolectadas en el área rural del departamento de Caldas, Colombia, y son evidencia de los usos del discurso reproducido y de las intenciones y funciones que las enmarcan.
MARCO TEÓRICO
Discurso reproducido o representado (DR)
El discurso, de acuerdo con Benveniste (1966), se define como “la lengua en tanto que asumida por el hombre que habla y en la condición de intersubjetividad que hace posible la comunicación lingüística" (p. 187). Esta materialización de la lengua en la comunicación lingüística puede desempeñar varias funciones. Reyes (1995) afirma que a través del discurso “se puede representar un objeto o un estado de cosas de la realidad” y también “puede usarse para reproducir un objeto de la misma naturaleza: otro discurso” (p. 11). Esta última función se denomina DR y concierne a la posibilidad del hablante de referirse a los discursos propios o ajenos, aproximándose o alejándose de la fidelidad de lo emitido. San Martín y Guerrero (2013) lo definen como:
Un recurso lingüístico que permite a los hablantes recrear una situación discursiva, lo que se materializa mediante la reproducción de los enunciados proferidos por las voces intervinientes en la situación evocada y la reconstrucción del correspondiente contexto de enunciación. (p. 260).
También al DR se lo ha denominado discurso representado por su función polifónica de representar el enunciado de otra persona y no solamente mostrar un punto de vista ajeno (Nølke et al., 2004).
Por otro lado, Maldonado (1999) declara que esta “posibilidad de reproducir el discurso es un universal del lenguaje (…) El hablante tiene la posibilidad de citar palabras -propias o ajenas-, y no solo hacer referencia a ellas” (p. 3351). Esto significa que las lenguas cuentan con mecanismos propios para llevar a cabo esta tarea de reproducción del discurso.
A partir de la forma como se enuncia el discurso reproducido o representado, se puede distinguir principalmente el discurso directo (DD) y el discurso indirecto (DI). La Real Academia Española (2009) define al DD como “el discurso que reproduce palabras pronunciadas de forma literal, así como pensamientos transcritos en la misma forma en que se originan” (§43.9a), como en (1)1; y al DI como “el discurso que reproduce las palabras pronunciadas adaptándolas al sistema de referencias deícticas del hablante” (§43.9c), como en (2):
(1) Entonces un día un cuñado dijo: -¡eh!, yo tengo que mirar a ver qué es lo que pasa con ese tipo, qué es lo que busca, que siempre llega y se mete a la ramada- (NRC_ESP_032).
(2) Llegué a la casa y le dije a mi abuela que había visto una señora de blanco, y ella me dijo que era La llorona (NRC_ESP_05).
Para Maldonado (1999) las citas del discurso reproducido deben cumplir tres condiciones:
a cita debe reproducir una situación de enunciación.
En la cadena verbal de la cita debe estar representado el objeto del discurso y no solamente la mención de un acto de habla.
La cita debe ser introducida solamente por verbos en forma descriptiva3. (p. 3558)
Así, estas condiciones están presentes en (3), como se muestra en la Figura 1.
(3) mi papá dijo: -¡Ay, no! Mija, lo que pasa es que cuando aparece una mujer así tan bonita eso van a haber unas cosechas muy buenas, va a haber mucha producción de café- (NRC_ESP_07)
Sintaxis del DD
El DD es un “procedimiento mediante el cual quien habla (o escribe) incorpora a su discurso una secuencia textual, de procedencia propia o ajena, que es presentada como si supuestamente fuera reproducida de modo literal” (San Martín y Guerrero, 2013, p. 260).
Maldonado (1999) explica con relación a la estructura sintáctica de dicho discurso, ejemplificada en (4), que:
Está constituido por una ‘expresión introductora’ (EI) que contiene un verbo de ‘decir’ flexionado [VdF] y una ‘cita directa’ (CD) marcada tipográficamente por guiones o comillas. La expresión introductora y la cita directa están separadas por una pausa, marcada tipográficamente por los dos puntos. (p. 3554).
(4) {DD [EI Y él le decía (VdF) al hijo]: [CD-Siga, siga güevón, siga hermano, siga; no mire, no mire, no mire]} (NRC_ESP_08).
Sin embargo, esta estructura canónica del DD puede verse modificada en función de sus posibles variantes. San Martín y Guerrero (2013) identifican tres variantes del DD:
a) El discurso directo libre (DDL): reproducción que no posee expresión introductora ni verbo flexionado como en (5):
(5) La llevaron donde el médico: {DDL [CD-Ah, ¿usté qué tiene? -]} (NRC_VC_02)
b) El discurso directo con pronombre personal (DDPRO): reproducción donde el pronombre personal cumple la función de expresión introductora y se presenta la elisión del verbo flexionado como en (6):
(6) Más allá encontramos el pantalón con la correa y {DDPRO [EI yo]: [CD-no, don Daniel ya devolvámonos porque a mí me da miedo ir a la cañada-]} (NRC_ESP_10).
c) El discurso directo convencional (DDC): reproducción canónica del discurso como en (7):
(7) {EIY decía (VF): [CD-¿Usted es que está por ahí? ¡Vea! Culicagado, vea, le voy a decir a mi mamá y le hago pegar una pela-]} (NRC_ESP_13).
Sintaxis del DI
El DI está constituido por “una expresión introductora (EI) que contiene un verbo de decir flexionado [VdF] y una ‘cita indirecta’ (CI) cuya marca es la conjunción que, y que está subordinada al verbo de la expresión introductora” (Maldonado, 1999, p. 3554), como se muestra en (8):
(8) {DI [EI Entonces mi abuelo dijo (VdF)] [((CI) que eso eran unos duendes) y ((CI) que ellos se robaban siempre el café), ((CI) que les gustaba mucho robarse el café)]} (NRC_ESP_04).
De acuerdo con San Martín y Guerrero (2013), se presentan dos variantes del DI:
a) El discurso indirecto convencional (DIC): reformulación del discurso propio o ajeno, con cambio de las referencias deícticas del hablante. Uso obligatorio de verbos de comunicación seguido por la conjunción que como en (9):
(9) {DIC [EI Él le decía (VdF) al hijo] [((CI) que no mirara) y ((CI) que siguiera derecho)]} (NRC_ESP_08).
b) El discurso indirecto narrativizado (DIN): referencia simple o resumen (R)4 que transmite de cierto modo la intención comunicativa y el contenido de un discurso a través de un verbo o expresión de comunicación. Es considerado como el grado cero del discurso referido, puesto que el locutor que emitió el discurso está totalmente integrado en el discurso del locutor actual como en (10):
(10) Después me fui y {DIN [EI le comenté a mi papá] [(R) lo que había visto]} (NRC_ESP_07).
Aspectos sintáctico-semánticos del discurso reproducido
Gallucci (2012) propone dos aspectos para tener en cuenta en el análisis sintáctico-semántico del discurso reproducido: el marco introductor y el significado que adquiere el verbo decir cuando introduce el discurso.
El marco introductor puede estar formado por distintas estructuras, como lo muestra la Tabla 1, y ejemplificados en (11) a (15):
(+)5 verbo | (-)6 Verbo |
---|---|
(11) Y dijo: -¡Ay! Eso sí que canciona bien hermoso (NRC_VC_10). | (12) El niño se puso a llorar, que se quería devolver para la casa (NRC_ESP_08). |
y + sintagma nominal | y + que |
(13) Más allá encontramos el pantalón con la correa y yo -no, don Daniel ya devolvámonos porque a mí me da miedo ir a la cañada- (NRC_ESP_10). | (14) Por allá decían que por esa zona existía la Barbacoa, y que la Barbacoa era un carro funerario que andaba detrás de las personas (NRC_ESP_08). |
Marcadores discursivos | |
(15) Entonces que cuando La llorona pasaba por los cafetales, se marchitaban los palos de café (NRC_ESP_05). |
Para el significado del verbo decir dentro del discurso reproducido, Malavé, citado por Gallucci (2012), establece que:
El verbo decir se usa con el significado de: i) ‘manifestar mediante palabras una idea [16]; ii) ‘relatar o contar’ [17]; iii) ‘creer o pensar’ [18] (en el sentido de expresar mentalmente un pensamiento, sin dirigirle la palabra a otro); iv) ‘preguntar’ [19]; y v) ‘rezar [o versar]’ (20)’ (dicho de un libro o de un escrito que contiene ciertos temas e ideas). (p. 25).
(16) El hermano de ella, que era más chiquito, le dijo que le regalaba unos zapatos si esa se subía a un bueye que era muy bravo (NRC_VC_01).
(17) Mi abuelita era muy brincona, ella decía que ella era muy brincona (NRC_VC_01).
(18) Entonces un día un cuñado dijo: -¡eh!, yo tengo que mirar a ver qué es lo que pasa con ese tipo, qué es lo que busca, que siempre llega y se mete a la ramada (NRC_ESP_03).
(19) Entonces le dije yo: -¿don Daniel, nos vamos? (NRC_ESP_10).
(20) El papelito decía: “L. B”7
Funciones discursivo-pragmáticas del DD y del DI
El DD en la oralidad cumple una función vivificadora e intensificadora de las experiencias o de las historias narradas, puesto que a través de la mímesis de los recursos lingüísticos y paralingüísticos utilizados en el discurso de la persona a quien el emisor está representando, como el acento, la entonación, los gestos, entre otros, se dramatiza la experiencia comunicativa para apelar a la veracidad de la enunciación y “así se convierte en un ejemplo que sustenta el tema de conversación que se está desarrollando” (Cisneros y Pasuy, 2011, p. 52).
A propósito de lo anterior, San Martín y Guerrero (2013) explican a partir de Reyes y Maldonado que:
Desde el punto de vista de la función pragmática del estilo directo, se han indicado entre otras funciones las siguientes: la vivacidad, el dramatismo, la veracidad o la autenticidad, para el discurso narrativo y, si se trata de discurso argumentativo: la autoridad o la orientación argumentativa. (p. 261).
Estas funciones del DD permiten, de acuerdo con Benavent (2003), que el oyente se convierta en testigo de la situación comunicativa recreada por el emisor, por lo que este recurso, presente en los relatos de la conversación cotidiana, es una estrategia para involucrar al oyente de la historia y persuadirlo sobre su veracidad (Grajales, 2017b).
Por otro lado, el DI no presenta los recursos dramáticos encontrados en el DD, puesto que este se enfoca más en transmitir el contenido del discurso que en la manera como se dijo (Reyes, 1994). Además, Reyes (1995) afirma que el DI está “más orientado a describir contenidos factuales que contenidos afectivos” (p. 45). De esta forma se eliminan los rasgos paralingüísticos presentes en el DD, y se ofrece la interpretación que el hablante quiere que el oyente conozca del discurso original. Como consecuencia de lo anterior, Reyes (1994) afirma que el hablante se compromete en mayor medida con el oyente que en el caso del DD (p. 26). Así, el DI se presenta más frecuentemente en discursos formales y escritos que en discursos informales o cotidianos (Reyes, 1995).
Por otra parte, Marcuschi, citado por Gallucci (2012), menciona dos tipos de discursos dependiendo de la atribución de este por parte del emisor: el discurso autocitado (21), es decir, el emisor se cita a sí mismo, y el discurso heterocitado (22), es decir, el emisor cita a los otros.
(21) Entoes cuando l’ije: - Vea, l’único que l’igo es que usté está más jodio que yo, gracias a mi dios. Usté está too chureco d’esas manos y ahora tuerto- (NRC_VC_11).
(22) Me ijeron: -oiga, salió el cliente- (NRC_VC_11).
Finalmente, de acuerdo con Camargo, citado por Gallucci (2012):
Los hablantes pueden citar un enunciado con distintos fines: i) relatar una anécdota e introducir en el discurso la voz propia o de otra persona [23]; ii) ejemplificar una situación [24]; iii) ofrecer un argumento a través del cual se pone de manifiesto el razonamiento propio o ajeno [25]; y iv) reportar un pensamiento y, con él, un punto de vista [26]. (p. 28).
(23) Llegué a la casa y le dije a mi abuela que había visto una señora de blanco (NRC_ESP_05).
(24) Y que no sé qué, que hay que cargar eso bien (NRC_VC_04).
(25) Y a mí me dicen que pudo haber sido eso (NRC_ESP_12).
(26) Y yo dije: -¿pero por qué se espantarán, jumm? - (NRC_PC_05).
El DR a través de las narrativas conversacionales
Labov (1988) define la narrativa como “un método de recapitular experiencias pasadas apareando una secuencia de cláusulas verbales con una secuencia de eventos que (según se infiere) en realidad ocurrieron” (p. 10). Uno de los elementos de la estructura de la narrativa8 es la evaluación, que se trata del “medio empleado por el narrador para indicar la finalidad de la narrativa, su razón de ser, el por qué lo contó y a dónde trata de llegar el narrador” (Labov, 1988, p. 18). Aquí, el discurso reproducido cobra protagonismo porque funciona como un mecanismo de inserción de la evaluación. Esta se puede realizar a través de tres formas:
a) La primera es que “el narrador cite el sentimiento en vez de dirigirse al oyente que no está implicado en la narrativa” (Labov, 1988, p. 26) como en (27):
(27) Había uno amarillo requemao, con manchas cafés o con manchas negras y había uno gris con manchas negras. Entonces yo dije: -pero ¿quién vendrá por ahí? Cazadores no puede ser porque por ahí no hay camino- (NRC_ESP_12).
b) La segunda es que “el narrador se cite a sí mismo como dirigiéndose a alguien más” (p. 26) como en (28):
(28) Yo le dije: - en ningún momento lo saqué, se le pagaron tres semanas, vea aquí está la firma-. (NRC_VC_06).
c) La tercera es que “se introduzca a una tercera persona para que evalúe, en lugar del narrador, las acciones del antagonista” (p. 27) como (29).
(29) A él no le gustaba irse para la casa cuandueso, dejía: -No, yo más bien me queo aquí en el toldo. Pa´ jartar unas papas, una carne, mejor me la como aquí asada y m’evito la caminaa - (NRC_VC_10).
Finalmente, Labov (1988) menciona que, al citar las palabras textuales de los implicados en las narrativas, es decir, el uso del DD, el narrador logra captar totalmente la atención de los oyentes, para así crear un ambiente de tensión y expectativa evidenciado en un profundo silencio. Son estas narrativas las que son más altamente valoradas por parte de la audiencia.
METODOLOGÍA
Esta investigación se inscribe en la etnometodología, es decir, “el estudio de las acciones prácticas, a las políticas y los fenómenos, asuntos, resultados y métodos que acompañan su uso” (Garfinkel, 2006, p. 42), en el marco del enfoque cualitativo, puesto que como campo interdisciplinario, permitió describir, de una manera detallada, las interacciones comunicativas de los cafeteros caldenses, para dar cuenta de “cómo construyen o reconstruyen su realidad social” (Murcia Peña y Jaramillo Echeverry, 2008, p. 78), a partir de su conformación como comunidad de habla, que según Moreno Fernández (1998):
Está formada por un conjunto de hablantes que comparten efectivamente, al menos, una lengua, pero que, además, comparten un conjunto de normas y valores de naturaleza sociolingüística, comparten unas mismas actitudes lingüísticas, unas mismas reglas de uso, un mismo criterio a la hora de valorar socialmente los hechos lingüísticos, unos mismos patrones sociolingüísticos. (p. 23).
Así, dentro de las interacciones particulares de esta comunidad de habla se encuentra el DR, fenómeno en el cual se focalizó el presente estudio.
Población
Para la conformación del corpus se consideró la población de hablantes campesinos de la zona cafetera caldense cuyo principal criterio de inclusión fue que hubieran nacido en el departamento de Caldas. Además, se estableció el tipo de muestra sistemática con el que se obtuvo por lo menos un hablante por cada uno de los 26 municipios del departamento. Así, la población del corpus está conformada por un total de 30 participantes, distribuidos según la edad, el sexo y la pertenencia a una de las 5 subregiones caldenses, como se indica en las Tablas 2 y 3.
Sexo | Hombre | Mujer | Total |
---|---|---|---|
Edad9 | |||
Generación intermedia (25-35 años) y Generación adulta (36-55 años) | 7 | 8 | 15 |
Generación Adulta (>55 años) | 6 | 9 | 15 |
Total | 13 | 17 | 30 |
Lugar de procedencia en el departamento de Caldas | Informantes |
---|---|
Subregión Bajo Occidente | 4 |
Subregión Centro-Sur | 14 |
Subregión Norte | 5 |
Subregión Alto-Oriente | 3 |
Subregión Magdalena Caldense | 4 |
Total | 30 |
Por tanto, se debe destacar la presencia mayoritaria de mujeres con 56.7 % respecto al total de los informantes, así como de la generación mayor de 55 años. También, se debe resaltar que el 46.7 % de los informantes son provenientes de la región centro-sur caldense, es decir, la región caldense más productora de café.
Corpus
Se parte del trabajo de campo a través de la visita a las comunidades cafeteras del área rural del departamento de Caldas, Colombia, donde se recolectaron grabaciones de los intercambios comunicativos de los campesinos. Se transcribieron setenta narrativas conversacionales a través de modelos de análisis de Labov (1988) y Hymes (1972/1996), lo que constituyó el corpus Narrativas Conversacionales Cafeteras que se enmarca en el proyecto de aula Cuentos y Leyendas del Café y del proyecto de investigación Tintiando en La Aurora, aprobado y financiado por la Vicerrectoría de Investigaciones y Posgrados de la Universidad de Caldas. Estas narrativas fueron clasificadas en cuatro categorías atendiendo a las macro temáticas encontradas: Espantos (ESP), Vida Cotidiana (VC), Paisaje Cafetero (PC), Creencias y Supersticiones (CR)10. Así, para la sistematización de estas se procedió con la designación de convenciones de la siguiente forma: Narrativas Conversacionales Cafeteras (NRC)_ Macro temática_# de la narrativa en dicha categoría, como lo muestra la Figura 2:
Muestra
Para efectos de este estudio se eligieron 36 muestras11 que cumplieran con el criterio de tener la presencia del DR como un mecanismo frecuente para la construcción de sus narrativas. Una vez elegidas las narrativas se procede a identificar los casos de DR presentes en el corpus. Después, se categoriza y se cuantifica la totalidad de casos de DR en DD y en DI (en este se incluyeron los casos de DIN). Posteriormente, se describen los elementos sintáctico-semánticos del discurso en los cuales se resaltan: el marco introductor de la cita, el tipo de verbo referente de la cita, el significado del verbo decir, y la presencia del nexo que. Finalmente, se describen los elementos pragmático-discursivos del discurso: la atribución de la cita por parte del emisor y la función pragmática que esta cumple en el discurso.
ANÁLISIS DE RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Para analizar los resultados de esta investigación, se tendrán en cuenta dos enfoques: el primero será el sociolingüístico, en el que se considerarán las frecuencias de uso de los diferentes tipos de discurso, al igual que las características sintáctico-semánticas de estos; y el segundo tendrá que ver, entre otras cosas, con la identificación de las funciones que cumple el uso del DR, es decir, una mirada pragmático-discursiva.
Análisis sociolingüístico
Dentro del corpus, se identificaron 289 casos de DR: 205 casos de DD y 84 casos de DI con sus respectivas variaciones. Como se puede apreciar en la Figura 3, hay una predominancia por el uso del DD en los informantes. Más específicamente, la frecuencia de uso de las variaciones del DD propuestas por San Martín y Guerrero (2013) se muestran en la Figura 4:
Es evidente que al usar el DD hay una tendencia por seguir la estructura convencional de este discurso, en la que se utiliza un verbo de decir o de comunicación flexionado para introducir la cita. Por el contrario, las variaciones DDL y DDPRO tienen una menor frecuencia de uso. Es importante resaltar que cuando se hable de marcos introductores de cita más adelante, la clasificación DDPRO incluirá, no solamente discursos introducidos por un pronombre, sino otro tipo de construcciones sintácticas.
Ahora bien, en el caso del DI, Figura 5, la frecuencia de uso de las variaciones propuestas por los mismos autores demuestra, igualmente, una preferencia por la construcción convencional, en oposición al DIN, que fue identificado en tan solo el 19 % de casos.
Es así como resulta relevante detallar que tanto en el DD como en el DI es mayoritario el uso de las formas convencionales, puesto que estas representan el 75.8 % del total de la muestra recolectada.
Ahora, conviene ampliar la variedad de formas que sirven para introducir las citas. Aunque en los párrafos anteriores se mencionó que el verbo y el pronombre tienen esta función, hay otros elementos que permiten llevar a cabo esta tarea, tal y como los describe Gallucci (2012) como marcos introductores (MI).
Así en la Figura 6, en el DD hay una clara preferencia por el uso del verbo (72,2 %); sin embargo, es considerablemente frecuente omitirlo el (22 %). De igual manera, cabe mencionar que en este tipo de DR hay otros marcos introductores como: Y + SN (3,9 %), Y + que (0,5 %), marcadores discursivos (aunque en este estudio solo se documentó en el DI) y dizque (1,5 %). Como es evidente, la frecuencia de uso de estos últimos casos es mucho más baja que en los primeros.
En cuanto al último marcador (dizque), se encontraron dos particularidades. La primera de ellas se encuentra tanto en el DD como en el DI, y se caracteriza por ser una variación fonética de este marcador, por lo que se convierte, sea en isque (30), sea en esque (31).
(30)...y le dije: -no, déjelo-, y entonjes él isque: -ah, este güevón si es muy flojo-.
(31)...hay una cosa ahí y la llaman La Cueva del Marrano, y dejian esque ahí encontraban un marrano… (NRC_VC_10).
La segunda particularidad está presente únicamente en el DI: hubo dos casos en los que se combinó el uso de dos marcadores discursivos distintos, como lo son decir + dizque (32), incluida la variación fonética ya mencionada (33). A pesar de que este fenómeno no tiene una alta frecuencia, es un hallazgo que vale la pena resaltar por su singularidad, que ha sido ya documentada por Grajales (2017a), quien menciona que la presencia del verbo de comunicación + dizque es propia del DI.
… hay una cosa ahí y la llaman La Cueva del Marrano, y dejian esque ahí encontraban un marrano… (NRC_VC_10)
y aiá decían isque este muchacho no se murió porque lo bañaron si no se había muerto (NRC_VC_10).
En (33) al parecer hay una mención doble del verbo decir: decían desque (variación de dizque), donde el hablante hace una aféresis del fonema /d/ y una apertura vocálica del fonema /i/ al fonema /e/ para obtener el esque. Es conveniente reunir un número de casos mayor para describir este presunto fenómeno.
Resta mencionar aquellos marcos introductores del DI, que se corresponden con los del DD, excepto por la particularidad anteriormente mencionada: Y + SN (aunque solo se documentó en el DD), Y + que (12,9 %), marcadores discursivos (2,4 %), dizque (18,8 %) y verbo (28,2 %). Igualmente, se da el caso de la omisión del verbo; sin embargo, es de destacar que la ausencia de este marco introductor es más frecuente en el DI con un 35,3 %, contrario a lo que sucede en el DD.
Ahora, se mencionó que el verbo es el marco introductor de cita preferido en ambos tipos de discurso. Así, como es observable en la Figura 7, teniendo en cuenta el total de marcos introductores usados tanto en el DD como en el DI, el verbo decir fue usado en el 54 % de los casos identificados en conjunto.
Para finalizar con este apartado sobre los MI, se hablará sobre la presencia y ausencia del nexo que, la cual es una característica propia del DI, puesto que en este tipo de discurso la cita se presenta tradicionalmente en forma de una oración subordinada que cumple la función de complemento del verbo. De esta manera, dado que el uso de las formas convencionales es prevalente, se encontró que, entre los 84 casos del DI, la presencia de este nexo corresponde al 97,6 % de los casos mencionados, mientras que tan solo está ausente en el 2,4 % de ellos, como se muestra en la Figura 8.
A continuación, se analizará el contenido semántico del verbo decir. Para ello, se retoman las ideas de Malavé (1990), que propone una clasificación de este según su significado. De esta forma, en la Figura 9 se presenta cada una de estas categorías y la frecuencia o cantidad de veces en las que este verbo se utilizó con ese sentido en el corpus analizado.
En ella, se puede observar que el significado más común con el que se usa el verbo decir en el DD, es manifestar con un 59,7 % de frecuencia, seguido de preguntar con un 18,7 %; mientras que, en el DI, tan solo se registra el uso de este verbo con el significado de manifestar (36,4 %) y contar (63,6 %).
En este punto del análisis, relacionado con el significado del verbo decir, despierta en los autores de este estudio el interés por el significado del marco introductor dizque (34). Este se conoce por ser una contracción del verbo decir más el nexo que o sus variaciones isque o esque (35). Dentro de las múltiples funciones de dizque documentadas en Grajales (2017a), se encuentra la de marco introductor del DD y del DI, cuyo sentido radica en “introducir enunciados atribuidos a una fuente ajena” (p. 259), en el primero conservando la perspectiva y el sistema deíctico del DR, y en el segundo, desde el sistema deíctico del hablante, por lo que se aleja del significado de decir + que.
(34) “Papá se iba por la mañana dizque pal centro a mercar y llegaba las cuatro o cinco de la tarde”. (NRC_PC_08)
(35) “y cuando le pregunté que por qué, esque porque yo lo saqué de la finca enjermo”. (NRC_VC_06)
Análisis pragmático-discursivo
Para iniciar con este apartado, se identifica a quién se atribuye la cita referida por los hablantes, para lo cual se aclara que Marcuschi ‒citado en Gallucci (2012) ‒ expone dos posibilidades de atribución de la cita: autocitada y heterocitada Es así como en este estudio, como se puede ver en la Figura 10, se encuentra que el discurso heterocitado es el más común entre los informantes; en otras palabras, esto quiere decir que cuando una persona hace uso del DR, lo hace principalmente para evocar lo dicho por otras personas.
Así mismo, el DR, sea para citarse a sí mismo o a otras personas, cumple con unas funciones dentro de la intención comunicativa del hablante. De esta manera, para hacer dicho análisis, se toma la clasificación propuesta por Camargo, citado en Gallucci (2012), quien identifica cuatro funciones: relatar, argumentar, ejemplificar, reportar un pensamiento.
Antes de entrar a analizar la gráfica, se hace necesario aclarar que, durante el estudio de estas narrativas, se identificó una nueva combinación de dos funciones pragmáticas diferentes dentro de un mismo DR. A esta nueva clasificación se le llamó mixta (36) (37), contiene en sí las funciones argumentar y relatar, y está únicamente presente en el DD.
(36) Le dije: -Lea las planillas Don C. que ahí está, se le pagaron tres semanas y ya se alivió, fue un dedo enrremao, se enremó cogiéndome un maíz. Él se enfermó trabajando pa’ nojotros, por lo tanto, por eso se le pagaron las tres semanas que tuvo ese dedo enrremao-. (NRC_VC_06)
(37) Y yo les decía: -yo no le he hecho nada a nadie, no le he robado a nadie, a nadie le debo nada, yo por qué me voy a ir-, y no me iba. (NRC_VC_09)
Finalmente, la elección de un DR al narrar una historia puede estar influenciada por la intención comunicativa del hablante, que determina la función pragmática que cumple en la narración. Es así como a la luz de la Figura 11, los narradores de la muestra analizada usan en su mayoría el DR para relatar los hechos o situaciones (204 casos, 70,6 %); esta preferencia se da al momento de usar tanto el DD (161 casos, 78,5 %) como el DI (43 casos, 51,2 %). De ahí, es posible inferir que el uso del DR está relacionado con la intención de contar más fielmente la narración que se está relatando.
La siguiente función más usada por total de casos es argumentar (38 casos, 13,1 %). Sin embargo, la distribución de estos es desigual cuando se trata de diferenciar el DD del DI, puesto que en el primero el número de casos es muy bajo (6 casos, 2,9 %), mientras que en el segundo es considerablemente frecuente (32 casos, 38,1 %). De esta manera, comparando esta función con la anterior, es posible afirmar que el fuerte del DR no es argumentar, como tampoco lo son las funciones reportar un pensamiento (14 casos en total, 4,8 %) y ejemplificar (8 casos en total, 2,8 %).
A pesar de que ya se demostró que reportar un pensamiento no es una función muy utilizada en el DR, se identifica que, en algunos casos, el uso de esta función se corresponde con el acto de habla evaluativo desde la teoría de la sintaxis narrativa de Labov (1988), tal como se puede apreciar en los siguientes ejemplos (38):
(38) Y yo dije: -¡ay! Se me está comiendo las gallinas ese perro. Pero no hice bulla, si no que yo me quedé mirando-. (NRC_ESP_12)12
CONCLUSIONES
A través de este estudio, se lograron lecturas diversas de las expresiones, de las palabras, de las acciones, de las intenciones, de las prácticas socioculturales de los campesinos cafeteros caldenses que permitieron descubrir códigos de interacción y significación propios de esta comunidad de habla. Al igual que con Gallucci (2012), se observa que las funciones de relatar, argumentar, ejemplificar, reportar un pensamiento se mantienen en el uso que hacen los hablantes del DR cuando crean y recrean las historias o las narrativas de su quehacer cafetero. Asimismo, se comprueba que al momento de usar el DR lo que se busca es reproducir el discurso de un tercero y así enriquecer el relato o narración.
De esta manera, se concibe al DR como el mecanismo por excelencia para contar sus relatos y dotarlos de vivacidad y credibilidad. En ese mismo orden de ideas, la estructura más frecuente consiste en utilizar un verbo de decir o de comunicación flexionado para introducir el discurso, seguido de la cita entre comillas en el caso de DD y seguido del nexo que en el caso del DI. En ambos casos prevalece el uso de las estructuras que se consideran convencionales para la construcción del DR.
En relación con el significado del verbo decir en particular, es mayoritario su uso con el sentido de manifestar, lo que se interpreta como el ánimo de ilustrar la narrativa contada, pues da a conocer más detalles de ella a través del uso del DR. Este y los demás valores semánticos atribuidos al verbo (pensar, contar, preguntar y rezar) son la puerta de entrada para la identificación de la intención comunicativa del uso del DR, tal como se mencionó párrafos atrás.
Es así como el presente estudio hace énfasis en el análisis pragmático-discursivo del mecanismo del DR. En el campo sociolingüístico, solamente aborda la variable de procedencia, puesto que no se encontraron suficientes datos que permitieran el contraste entre las variables de género y edad. En posteriores estudios se podría continuar este trabajo sobre las variables sociolingüísticas enunciadas. No obstante, para los autores de esta investigación, hay un marcado interés sobre la variable diatópica de las muestras recolectadas, pues todo el corpus de narrativas recogidas pertenece a los municipios de la región cafetera caldense.
Finalmente, este trabajo constituye un aporte al estudio acerca de DR en Colombia, que no cuenta con numerosos ejemplares a nivel nacional. Específicamente, existen dos casos de estudio del DR en el país: “La narrativa conversacional como mecanismo de liderazgo y cohesión social” de Cisneros y Pasuy en el 2011, y “El discurso referido en el español de Medellín, Colombia” de Grajales en el 2017b. El presente se convierte en el primer estudio del DR llevado a cabo en las zonas rurales cafeteras del departamento de Caldas.