1. Introducción
1.1. Estudios sobre la fonía segmental del mapudungun
Uno de los focos prominentes de estudio de la fonía segmental del mapudungun, la lengua originaria mayoritaria de Chile, hablada en el centro-sur de este país por alrededor de 200.000 personas (Zúñiga & Olate, 2017),1 ha sido la descripción de los fonemas y las realizaciones alofónicas de la lengua en general (Echeverría, 1964; Lagos, 1981; Sadowsky et al., 2013) o de alguna de sus variantes, en particular para el lafkenche costero (Salamanca & Quintrileo, 2009; Saldivia & Salamanca, 2020), el huilliche sureño o tsesungun (Álvarez-Santullano, 1986; Álvarez-Santullano, Risco & Forno, 2016), el moluche del llano central (Salas, 1976, 1978) y el pehuenche cordillerano o chedungun (Sánchez, 1989; Salamanca, 1997). Otro frente ha sido la determinación del grado de vitalidad de la fonología vernacular, con base precisamente, en criterios fonético- fonológicos (Henríquez, 2013; Mena & Salamanca, 2018). Solo recientemente se han desplegado incursiones que consideran de manera sistemática la fonética acústica y la estadística como acercamientos pertinentes, especialmente para pronunciarse sobre aspectos controversiales de estudios anteriores (Fasola et al., 2015; Salinas & Salamanca, 2016; Figueroa et al. 2019; Mena, 2020).
En este contexto, el estudio sobre los procesos fonológicos en mapudungun debe considerarse como una excepción y no como una manifestación de la regla general. En efecto, solo encontramos algún desarrollo de este tópico en los trabajos de Lagos (2001) y Fuentes y Salamanca (2016). Lagos menciona la ocurrencia de procesos de adición prótesis, epéntesis y paragoge, y pérdida de sonidos aféresis, síncopa y apócope así como procesos de asimilación, disimilación y metátesis en esta lengua. Fuentes y Salamanca (2016), por su parte, realizan un estudio de las aproximantes, que se enmarca en los procesos fonológicos de debilitamiento en esta lengua.
En nuestro caso, nos ocuparemos de determinar cuáles son los procesos fonológicos prominentes en la variedad del mapudungun hablado en el sector cordillerano del Alto Bío-Bío y que los colaboradores denominan chedungun. Junto con ello, a partir de la determinación de sus porcentajes de ocurrencia, nos pronunciamos sobre el alcance de dichos procesos.
1.2. Procesos fonológicos
De acuerdo con la clasificación de Obediente (2007), se distinguen dos subgrupos de procesos fonológicos. Los primeros, llamados procesos asimilativos, son modificaciones de un fono por otro adyacente, dando como resultado rasgos articulatorios comunes a ambos sonidos. Pueden ser de dos tipos: parciales o completos. Los procesos asimilativos serán parciales cuando se mantenga cierto grado de diferencia entre los sonidos en contacto; mientras que serán completos, cuando haya identidad entre ellos. Dentro de los procesos asimilativos, se distingue: labialización, palatalización, velarización, nasalización, sonorización, ensordecimiento y asimilación al punto de articulación. Los segundos, denominados procesos disimilativos o no asimilativos, son modificaciones de sonidos que buscan reducir la semejanza articulatoria entre fonos contiguos. Si la disimilación ocurre entre sonidos contiguos será diferenciación, mientras que, si ocurre entre sonidos distantes, será una disimilación propiamente dicha. Dentro de esta última, se distinguen: haplología/hapaxepia, inversión/metátesis, reducción vocálica apócope, aféresis, síncope, sinéresis y sinalefa, y aumento silábico prótesis y epéntesis.
En Iniciación a la fonética, por su parte, Bouquiaux y Thomas (1986) proponen las siguientes etiquetas para describir los fenómenos de la fonética combinatoria: palatalización, velarización, labialización, labiovelarización, asimilación progresiva/prolongativa y regresiva/anticipativa, dilación, dilación vocálica metafonía, disimilación, interversión, metátesis, metátesis recíproca y, finalmente, junción o sandhi. Es importante mencionar que la mayoría de los ejemplos proporcionados por los investigadores provienen del francés, por lo que muchos de ellos no son frecuentes en español.
Dentro del apartado sobre la fonética combinatoria, Alba (2014) define los procesos fonéticos como «los cambios que experimentan los sonidos al combinarse con otros para formar morfemas y palabras o cuando aparecen dentro de la cadena hablada» (p. 144). Su clasificación contempla procesos cuantitativos y cualitativos. Los cuantitativos son resultado de un aumento o reducción en la cantidad de sonidos de una sílaba, y varían de acuerdo con el lugar de la palabra en que se realicen. Dentro de los procesos de reducción de sonidos, contempla la aféresis, la síncopa y la apócope, los cuales ocurren al principio, interior y final de la palabra, respectivamente; mientras que dentro de los procesos de adición incluye la prótesis, la epéntesis y la paragoge, también al principio, interior y final de palabra, respectivamente. Por su parte, los sonidos que conllevan un cambio en la naturaleza del fono afectado, serán cualitativos e incluye entre ellos la asimilación regresiva, progresiva y recíproca, disimilación, diptongación y metátesis.
En el capítulo cuarto de Estructura de los sonidos del español, Piñeros (2008) puntualiza que aquellos «casos en los que un fonema se realiza a través de un alófono infiel […], es decir, transformaciones por las que pasa un fonema para materializarse como alófono específico», se denominan procesos fonológicos; y describe, de forma general, los siguientes: sonorización, ensordecimiento, neutralización, asimilación de sonoridad, asimilación de lugar, elisión y desbucalización supresión de rasgos bucales en un sonido; por ejemplo, la conversión de /s/ en el fono glotal [h].
De esta brevísima revisión de algunos trabajos que se refieren a los procesos fonológicos, se desprende que, con respecto a su clasificación, ocurren simetrías y asimetrías, pero estas últimas no son prominentes. En nuestro caso, nos referiremos a un número importante de los procesos que han sido mencionados de manera recurrente por la bibliografía, pero también utilizaremos algunas etiquetas ad hoc, pues pensamos que ellas describen de manera más idónea el foco que se releva en dichos procesos.
2. Metodología
Este es un estudio de tipo descriptivo, cuya metodología contempla un examen de la base de datos del proyecto fondecyt 1131095 «Reanálisis de aspectos controversiales de la fonología segmental del chedungun hablado en Alto Bío-Bío». Concretamente, se realiza un análisis fonético-fonológico que se focaliza en la naturaleza y alcance de los procesos fonológicos prominentes que se presentan en esta variante cordillerana del mapudungun. La recolección de datos se llevó a cabo en diez localidades del Alto Bío-Bío2, ocho de las cuales no habían sido incluidas en estudios previos. Los colaboradores fueron 30 hablantes bilingües de chedungun y español, de entre 20 y 70 años, quienes fueron seleccionados de acuerdo con su competencia en el vernáculo y que no presentaban impedimentos físicos ni mentales para la realización de la tarea solicitada.
En cuanto al instrumento de elicitación, se empleó una lista léxica que se basó en la utilizada por Croese (1980). La transcripción de las respuestas obtenidas se realizó con los símbolos del afi, en su versión de 2005. Para el registro de audio, se empleó una grabadora tascam dr-40; y para el registro visual, se utilizó una cámara handycam sony dcr-dvd108/dvd308/dvd608/dvd708.
El proceso de transcripción se basó en estos registros de audio y video, y contempló dos momentos: una primera transcripción realizada por cuatro estudiantes graduados con experiencia en transcripción fonética, en general, y del mapudungun, en particular; y luego el chequeo exhaustivo, con la misma modalidad, por el investigador responsable del proyecto y coautor de este artículo. Este cotejo arrojó discrepancias marginales que posteriormente se consensuaron. Cabe señalar, también, que, en cuanto al punto de articulación, el aspecto más crítico reportado por la literatura es la distinción entre los segmentos alveolares [t], [n], [l] y los (inter)dentales [t̟], [n̟ ], [l̟ ], para lo cual el registro visual de calidad fue muy importante. Los demás aspectos tal como se comprobó después de las dos etapas señaladas no resultaron complejos para los oídos entrenados de los transcriptores y el posterior chequeo final.
La determinación de los procesos fonológicos se llevó a cabo en las siguientes etapas: (1) organización del corpus con las transcripciones fonéticas existentes; (2) determinación de las formas básicas/fonológicas para los enunciados obtenidos; (3) comparación de las transcripciones fonéticas de dichos enunciados con sus formas básicas/fonológicas; y (4) determinación del proceso fonológico implicado cuando hubo desfase entre ambas.
3. Resultados
En esta presentación, seguimos, fundamentalmente, la clasificación propuesta por Alba (2014), aunque, como hemos señalado, también utilizamos algunas etiquetas ad hoc, que facilitan la descripción de la variedad del mapudungun estudiada. En este último caso, las etiquetas son caracterizadas brevemente. También incluimos ejemplos para cada uno de los procesos relevados, los cuales muestran, por una parte, la forma fonológica del ítem respectivo y, por otra, dos de sus instanciaciones fonéticas en la primera de ellas, se presenta la instanciación mayoritaria, la cual generalmente coincide con la forma fonológica; mientras que, en la segunda, se presenta la forma fonética que muestra el proceso correspondiente.
3.1. Procesos fonológicos
3.1.1. Procesos que afectan la naturaleza del segmento «cualitativos»3
3.1.1.1. Desinterdentalización
Entendemos por desinterdentalización la pérdida del rasgo interdental en aquellos fonemas que poseen este punto de articluación en mapudungun, esto es, /l̟ /, /n̟ /, /t̟/ y /ð/. Valga destacar que, en el caso de los tres primeros, su contraste con sus contrapartes alveolares ―tal como sucede en la lengua que nos ocupa― tiene una escasa frecuencia en las lenguas en general (Moran, 2011).
La desinterdentalización se manifiesta, en nuestros datos, a través de la alveolarización y la postdentalización.
3.1.1.1.1. Alveolarización
Encontramos los siguientes casos:
(1) /pel̟/ ‘cuello’ [ˈpel̟] [ˈpel]
(2) /l̟ a/ ‘muerto’ [‘l̟ a] [‘la]
(3) /pə.l̟ ə/ ‘mosca’ [pə.ˈl̟ ɯ̈] [pə.ˈlɯ̈]
(4) /pe.wen̟/ ‘araucaria’ [pe.ˈwen̟] [pe.ˈwen]
(5) /we.n̟ i/ ‘amigo’ [we.ˈn̟ i] [we.ˈni]
(6) /po.n̟ on̟/ ‘hígado’ [po.ˈn̟ on̟] [po.ˈnon]
(7) /mə.t̟a/ ‘cuerno’[mə.ˈt̟a] [mə.ˈt̪a]
(8) /an̟.t̟ə/ ‘sol’ [an̟.ˈt̟ə] [an̪.ˈt̪ə]
(9) /t̟ol̟/ ‘frente’ [ˈt̟ol̟] [ˈt̪ol]
(10) /ðu.ŋun/ ‘hablar’ [ðu.ˈŋun] [ð̪o.ˈŋun]
(11) /ma.wi.ða/ ‘montaña’ [ma.wi.ˈða] [ma.wi.ˈð̪a]
(12) /ða.ɲe/ ‘nido’ [ða.ˈɲe] [ð̪a.ˈɲe]
3.1.1.4.1. Sonorización consonántica
Encontramos los siguientes casos:
a) /p/ à [β]
(18) /pu.kem/ ‘invierno’ [pu.ˈkʲem] [βu.ˈkʲem]
(19) /tʃa.pe.ɲi/ ‘león’ [tʃa.pe.ˈɲi] [tʃa.βe.ˈɲi]
b) /t̟/ à [d̪ ]
(20) /ʈ͡ ʂi.pan̟ .t̟u/ ‘año’[ʈ͡ ʂi.pan̟ ˈt̟u] [ʈ͡ ʂi.pan̪ .ˈd̪ u]
(21) /va. ͡tʃan̟.t̟ə/ ‘hoy’ [va.tʃan̟.ˈt̟ə] [va.tʃan̪.ˈd̪ ə]
3.1.1.4.2. Ensordecimiento consonántico
Encontramos los siguientes casos:
a) /v/ à [f]
(24) /lav.ken/ ‘mar’ [lav.ˈkʲen] [laf.ˈkʲen]
(25) /kov.ke/ ‘pan’ [kov.ˈkʲe] [kof.ˈkʲe].
3.1.1.5. Descentralización vocálica
Entendemos por descentralización vocálica la pérdida del rasgo de centralización que caracteriza al fonema /ə/ del mapudungun, en general, y de la variedad en estudio chedungun, en particular. Por establecer una diferencia prominente con el inventario de fonemas del español, a este segmento se le ha denominado habitualmente «sexta vocal» por la literatura especializada. Encontramos los siguientes casos:
3.2. Alcance de los procesos fonológicos
A fin de determinar el alcance de estos procesos, especialmente aquellos que pueden informar sobre eventuales cambios lingüísticos, interna o externamente motivados, presentamos las frecuencias absolutas y porcentuales de las realizaciones de los fonemas que constituyen sus respectivos puntos de referencia.
3.2.1.1.1. Alveolarización del fonema lateral interdental /l̟ /
Tal como se presenta en la Tabla 1, del total de realizaciones del fonema /l̟ / 567 fonos, 317 se produjeron con la forma expectable [l̟], 214 se alveolarizaron, 2 se hicieron retroflejas y 34 se palatalizaron 28 laterales palatales y 6 aproximantes palatales. Porcentualmente, el 56 % de las realizaciones tuvo la forma expectable; mientras que el 44 % restante se realizó con diversos procesos fonológicos.
Con respecto al proceso específico de desinterdentalización de /l̟ / por alveolarización, este ocurrió en un 38 % de las realizaciones, constituyéndose en el proceso fonológico de mayor prominencia, pues se produjo en más de un tercio de las producciones.
3.2.1.1.2. Alveolarización del fonema nasal interdental /n̟ /
Tal como se observa en la Tabla 2, del total de realizaciones del fonema /n̟ / 838 fonos, 609 se realizaron de forma nasal interdental [n̟] y 229 se alveolarizaron. Así, entonces, porcentualmente, el 73 % de las realizaciones tuvo la forma expectable; mientras que el 27 % restante se realizó con un solo proceso fonológico: la alveolarización a través de [n], constituyéndose también en un proceso prominente, pues se produjo en más de un cuarto de las realizaciones totales de /n̟ /.
3.2.1.2.1. Postdentalización del fonema oclusivo interdental /t̟/
Tal como se observa en la Tabla 3, del total de realizaciones del fonema /t̟/ 527 fonos, 417 corresponden a la forma expectable [t̟], 97 se produjeron de forma oclusiva postdental [t̪], 4 se realizaron oclusivas postdentales sonoras [d̪], 6 se sustituyeron por los fonos retroflejos [ʈ] y [ʈʂ] y 3 se realizaron oclusivas interdentales sonoras [d̟]. Así, entonces, porcentualmente, el 79 % de las realizaciones tuvo la forma expectable; mientras que el 21 % restante se realizó con diversos procesos fonológicos. Del total de ellos, la desinterdentalización postdental ―que incluye los fonos [t̪] y [d̪]― ocurrió en el 19 % de los casos, constituyéndose también en un proceso fonológico importante, aunque no en la misma medida que los anteriores.
3.2.1.2.2. Postdentalización del fonema fricativo interdental /ð/
Tal como se observa en la Tabla 4, del total de realizaciones del fonema /ð/ 683 fonos, 533 corresponden a la forma expectable [ð]. Sin embargo, hubo otros 9 tipos de pronunciaciones: 66 oclusivas postdentales sonoras [d̪ ], 36 fricativas postdentales sonoras [ð̪ ], 11 oclusivas interdentales sonoras [d̟ ], 14 fricativas interdentales sordas [θ], 5 fricativas postdentales sordas [θ], 11 fricativas interdentales ensordecidas [ð̥ ], 5 fricativas predorsoalveolares sordas [s], 1 vibrante simple [ɾ] y 1 aproximante retrofleja [ɻ]. Así, entonces, porcentualmente, el 78 % de las realizaciones tuvo la forma expectable; mientras que el 22 % restante se realizó con diversos procesos fonológicos. De ellos, el 16 % corresponde a la desinterdentalización postdental, constituyéndose en un proceso fonológico importante, aunque menos frecuente que los descritos anteriormente
3.2.2.1. Alcance de la sonorización del fonema oclusivo bilabial áfono /p/
Tal como se presenta en la Tabla 5, del total de realizaciones del fonema /p/ 1713 fonos, 1683 se produjeron oclusivas bilabiales áfonas [p]. En los 30 casos restantes ―correspondientes a las realizaciones no paradigmáticas―, hubo sonorización: 10 fricativas bilabiales sonoras [β], 17 fricativas labiodentales sonoras [v] y 3 oclusivas bilabiales sonoras [b]. Así, entonces, porcentualmente, el 98 % de las realizaciones tuvo la forma expectable; mientras que el 2 % restante implicó un proceso de sonorización, un porcentaje que, aunque estadísticamente marginal, es importante relevar su ocurrencia.
3.2.2.2. Alcance de la sonorización del fonema oclusivo interdental /t̟/
Tal como se muestra en la Tabla 6, del total de realizaciones del fonema /t̟/ ―527 fonos―, 417 corresponden a la forma expectable [t̟], en tanto que 97 fueron oclusivas postdentales sordas [t̪], 4 oclusivas postdentales sonoras [d̪], 6 retroflejas ―oclusivas y africadas [ʈ] [ʈʂ], respectivamente― y 3 oclusivas interdentales sonoras [d̟]. Así, entonces, porcentualmente, el 79 % de las realizaciones tuvo la forma expectable; mientras que el 21 % restante se realizó con diversos procesos fonológicos. De ellos, la sonorización ocurrió en un 1 % de las realizaciones de /t̟/, un porcentaje claramente exiguo.
3.2.2.3. Alcance de la sonorización del fonema oclusivo velar áfono /k/
Tal como se observa en la Tabla 7, del total de realizaciones del fonema /k/ 2322 fonos, 1527 corresponden al segmento expectable oclusivo velar sordo [k]. También se realizaron 22 fricativas velares sonoras [ɣ], 769 oclusivas postpalatalizadas sordas [kʲ], 2 aproximantes labiovelares sonoras [w] y 2 fricativas postpalatalizadas sonoras [ɣʲ]. Así, entonces, porcentualmente, el 66 % de las realizaciones tuvo la forma expectable; mientras que el 34 % restante, se realizó con diversos procesos fonológicos. Del total de ellos, solo el 1 % corresponde a sonorización de /k/, al igual que ocurrió en el caso de /t̟/.
3.2.3.1. Alcance del ensordecimiento del fonema fricativo labiodental sonoro /v/
Tal como se observa en la Tabla 8, del total de realizaciones del fonema /v/ 1010 fonos, 794 corresponden a fricativas labiodentales sonoras [v], 86 a fricativas bilabiales sonoras [β], 33 a oclusivas bilabiales sonoras [b], 6 a oclusivas bilabiales sonoras retenidas tendencia no audible [b̚], 79 a fricativas labiodentales sordas [f], 9 a fricativas bilabiales sordas [ɸ] y 3 a oclusivas bilabiales sordas [p]. Así, entonces, porcentualmente, el 79 % de las realizaciones tuvo la forma expectable; mientras que el 21 % restante se realizó con diversos procesos fonológicos. De ellos, el ensordecimiento de /v/ ocurrió en el 9 % de los casos, un porcentaje que, sin ser particularmente prominente, es claramente mayor que el correspondiente a la sonorización.
3.2.3.2. Alcance del ensordecimiento del fonema fricativo interdental sonoro /ð/
Tal como se muestra en la Tabla 9, del total de producciones del fonema /ð/ 683 fonos, 533 corresponden a la forma expectable fricativa interdental sonora [ð]; 66 fueron oclusivas postdentales sonoras [d̪ ]; 36, fricativas posdentales sonoras [d̪ ]; 11, oclusivas interdentales sonoras [d̟ ]; 14, fricativas interdentales sordas [θ]; 5, fricativas postdentales sordas [θ̪]; 11, fricativas interdentales ensordecidas [ð̥ ]; 5, fricativas predorsoalveolares sordas [s]; 1 vibrante simple [ɾ]; y 1, aproximante retrofleja [ɻ]. Así, entonces, porcentualmente, el 78 % de las realizaciones tuvo la forma expectable; mientras que el 22 % restante se realizó con diversos procesos fonológicos. De ellos, el ensordecimiento de /ð/ ocurrió en el 4 % de los casos, un porcentaje que, si bien es menor que el ensordeciemiento del fonema /v/, es mayor que los tres casos de sonorización.
3.2.4. Alcance del proceso de descentralización vocálica
Tal como se muestra en la Tabla 10, del total de realizaciones del fonema /ə/ 2092 fonos, 1262 fueron centrales medias [ə] y 718 posteriores centralizadas altas no labializadas [ɯ̈ ]. También se realizaron 2 centrales medias ensordecidas [ə̥], 62 posteriores altas labializadas [u], 6 centrales bajas [a], 13 anteriores altas no labializadas [i], 21 anteriores semialtas no labializadas [e] y 8 posteriores semialtas labializadas [o]. Así, entonces, porcentualmente, el 95 % de las realizaciones tuvo las formas expectables centralizadas del fonema, es decir, [ə] y [ɯ̈]; en tanto que el 5 % restante se realizó con diversos procesos fonológicos asociados con la pérdida de algún o algunos de los rasgos de sus realizaciones paradigmáticas. Este último es un porcentaje que, sin ser prominente, amerita ser relevado, porque, al igual que el porcentaje de desinterdentalización, puede informar de una eventual influencia de la fonía segmental del español en la fonía segmental del mapudungun.
Es interesante que estos procesos se concentran mayoritariamente en la posteriorización ascendente ― asociada a la ocurrencia de la realización [u]― y la anteriorización semiascendente ―asociada a la ocurrencia de la realización [e]―, ambos segmentos relevados también por Mena (2020) como las realizaciones con las que mayoritariamente se traslapa el fonema /ə/.
4. Discusión
El estudio de los procesos fonológicos prominentes del chedungun hablado en el Alto Bío-Bío, así como de cualquier lengua, es relevante porque permite entender el funcionamiento de su sistema lingüístico. Conjuntamente, permite reconocer procesos de evolución, deterioro, transferencia, fluctuación, entre otros, que describen la sincronía de la lengua y aportan datos para el análisis diacrónico.
En el caso del chedungun, el estudio de los procesos fonológicos entrega información respecto de las tendencias evolutivas que sigue esta variante del vernáculo, frente a las cuales es preciso examinar si tienen relación con procesos internos propios de la lengua o corresponden a procesos derivados del contacto entre lenguas, pues se debe recordar que en la provincia del Biobío conviven dos lenguas, una mayoritaria y oficial, y otra minoritaria e indígena: español y mapudungun, respectivamente.
En relación con los procesos fonológicos estudiados, la presencia y alcance del proceso de desinterdentalización es relevante, aunque esto no quiere decir que estemos frente a un proceso de desmantelamiento lingüístico. En efecto, el análisis de los datos obtenidos da cuenta de una alta vitalidad del chedungun en el Alto Bío-Bío, en donde la situación de bilingüismo no ha creado una «variedad de frontera» (López, 1993), sino que ha mantenido prácticamente inalteradas la gramática y el lexicón, tanto del mapuche como del español.
Sin embargo, y acorde con la teoría (López, 1993), encontramos casos de transferencia, o desvío de las formas paradigmáticas. Tal es el caso, por ejemplo, de las fluctuaciones de /t̟/~/t/, /l̟ /~/l/, /n̟ /~/n/, entre otras. Salamanca (1997) entrega ejemplos que coinciden con los datos de este estudio. Por ejemplo, la palabra /t̟ol̟/ ‘frente’ presentó en Salamanca (1997) la siguiente fluctuación: /t̟ol̟/~/tol/; mientras que en el trabajo que presentamos, además de esta fluctuación, se encontraron las siguientes: /t̟ol̟/~/tol/, /t̟ol̟/~ /t̟ol/, /t̟ol̟/~ /tol̟ /.
Por la naturaleza del estudio, las transferencias registradas son unilaterales: desde el español hacia el mapuche. Si consideramos la fuerza y prestigio del español frente a la extinción de diversas lenguas prehispánicas, se comprende la mayor frecuencia en la direccionalidad de los procesos, avalada también por el escaso impacto de los términos vernáculos en la lengua mayoritaria.4
Por otra parte, los datos recogidos dan cuenta de que la desinterdentalización, en particular, sigue dos direcciones: alveolar y postdental. Dentro de la primera, se distinguen la desinterdentalización de /l̟ /, con un 38 %, y la desinterdentalización de /n̟ /, con un 27 %; mientras que dentro de la desinterdentalización postdental, se distinguen la desinterdentalización de /t̟/, con un 19 %, y la desinterdentalización de /ð/, con un 16 %.
El aspecto más relevante para el uso de la etiqueta desinterdentalización es que, independientemente de si el proceso resultante es alveolarización o postdentalización, ambos derivan de un proceso primario, en el que se perdió un rasgo distintivo de una serie prominente del mapudungun, en general, y del chedungun, en particular, como es, precisamente, el [+ interdental]. En este contexo, los porcentajes de ocurrencia de dicho proceso nos parece que dan cuenta de un debilitamiento de este rasgo en la lengua, lo cual podría estar relacionado con su contacto con la lengua mayoritaria, pues la desinterdentalización de los fonos vernáculos conlleva fluctuación con fonos que son propios de la fonética española.
El ensordecimiento, por su parte, presentó los siguientes porcentajes de realización: 9 % de ensordecimiento de /v/ y 4 %, de /ð/. Si consideramos que en algunas lenguas y dialectos como el mismo español chileno tienden a relajar la articulación y a ensordecer fonos orales e, incluso, a aspirar fonos sordos como [s], nos inclinamos a creer que el chedungun, en este punto, sigue procesos fonoarticulatorios naturales.
La descentralización vocálica, en tanto, alcanza porcentajes totales cercanos al 5 %, lo que revela, en general, una consistencia en la producción de la llamada «sexta vocal». En términos más específicos, los resultados dan cuenta de un leve predominio de la descentralización posterior ascendente, con un 3 %; mientras que la descentralización anterior semiascendente se produjo en un 1 % el otro 1 % corresponde a la suma de las descentralizaciones anterior semiascendente y posterior semiascendente. Ahora, si bien los resultados de la descentralización de /ə/ son bajos, es importante considerar su ocurrencia, pues los fonos con los cuales fluctúa pertenecen al inventario fonético del español, con el cual mantiene contacto.
Otro proceso fonológico de baja frecuencia es la sonorización de segmentos oclusivos sordos, como /p/, / t̟/ y /k/, que se sonorizaron en un 2 %, 1 % y 1 %, respectivamente. Es interesante observar estos porcentajes, porque muestran que a pesar de ser el chedungun una variante donde las formas básicas de los fonemas fricativos labiodental e interdental se instancian con segmentos sonoros ―lo que la distingue de otras variantes del centro- sur―, este hecho no ha permeado la serie oclusiva. Una explicación plausible para ello es que, de ocurrir esta sonorización, se potenciaría la ocurrencia de segmentos anómalos para la fonología de esta lengua ―pero presentes en el español― como son [b], [d] y [g]. La vitalidad general del vernáculo pareciera contener aquello. En línea con lo señalado, es interesante constatar que, en los pocos casos en que se produjo la sonorización de /p/ y /k/, ocurrió de manera concomitante una fricativización de los segmentos: /p/ < [β], /k/ < [ɣ], lo cual sí es compatible con la fonología vernácula.
5. Conclusión
El estudio de los procesos fonológicos prominentes del chedungun hablado en el Alto Bío-Bío arroja información útil para entender su sistema lingüístico con mayor profundidad, especialmente del nivel fonológico. En primer término, podemos concluir que esta variante del mapudungun presenta: (1) porcentajes altos de procesos de desinterdentalización; (2) porcentajes no tan prominentes, pero atendibles, de ensordecimiento; (3) porcentajes bajos de descentralización vocálica; y (4) porcentajes mínimos de sonorización consonántica.
El caso de la desinterdentalización da cuenta de un avance en el desplazamiento del rasgo interdental en el pehuenche hablado en el Alto Bío-Bío, pues el curso de las desinterdentalizaciones coincide con fonos del español, la lengua con la cual tiene contacto.
Los porcentajes de ensordecimiento, por su parte, parecen dar cuenta de procesos propios de la evolución lingüística, más que de interferencias o transferencias de la lengua en contacto.
En relación con la descentralización de la «sexta vocal», los resultados dan cuenta de procesos porcentualmente bajos. No obstante, este es un proceso que debe mantener la atención de los fonólogos, pues, dado que dichas descentralizaciones coinciden con segmentos que también pertenecen al inventario fonético del español, pueden ser interpretadas como evidencias de un impacto en ciernes del inventario de la lengua mayoritaria en el de la lengua vernácula.
En cuanto a la sonorización consonántica, por último, se aviene con lo expectable el hecho de que dicho proceso aparezca con porcentajes mínimos, pues, por una parte, es más eficiente pasar de un rasgo sonoro a uno áfono, que a la inversa, y, por otra, si consideramos fonemas como /p/, /t̟/ y /k/, los cuales en algunos casos aparecen sonorizados, dicha sonorización genera fonos que no están en el inventario de la lengua vernácula, lo que es poco compatible con esta variante del mapudungun el chedungun que aún conserva grados importantes de vitalidad.
Así las cosas, y en el contexto de las coordenadas teóricas del cambio y el contacto lingüísticos, podemos señalar que algunos procesos, como el ensordecimiento, pueden explicarse adecuadamente por razones intralingüísticas, esperables en razón de los procesos de debilitamiento fonético frecuentes en las lenguas en general; mientras que otros procesos, como la descentralización de la «sexta vocal» y, especialmente, la desinterdentalización, pueden ser analizados como procesos donde aspectos intra y extralingüísticos coinciden. En efecto, es posible postular que, en términos tipológicos, el estatus de «marcados» de la «sexta vocal» y las consonantes interdentales /t̟/, /n̟ / y /l̟ / conlleva una vulnerabilidad intrínseca de las mismas (Croese, 1980; Henríquez, 2013), lo cual en el contexto de una relación particularmente asimétrica entre el mapudungun y la lengua mayoritaria lengua esta última donde no ocurren estos segmentos, gatilla procesos de desplazamiento y fusión en favor de los segmentos vocálicos cardinales y consonánticos alveolares.
Cabe señalar, por último, que esta perspectiva coincide con la que se presenta en trabajos muy recientes, como el de Mena (2020), donde, con evidencia espectrográfica y estadística se obtienen resultados y generan hipótesis explicativas que apuntan en la misma dirección.