En Colombia, en 2018, se presentaron 49 669 casos de violencia de pareja. De ellos, el 86% tuvo como víctimas a mujeres, cuyos agresores fueron principalmente hombres (Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INML), 2018). Entre 2014 y 2016, el riesgo de violencia mortal hacia las mujeres por parte de sus compañeros afectivos pasó de 1359 casos a 2213 (INML, 2017a). Esta fue la segunda causa de muertes violentas de mujeres en el país (INML, 2017b). Según el mismo instituto (2018), los principales detonantes son atribuidos a factores socioculturales como el machismo (48 % de los casos) y a factores psicosociales como los celos, la desconfianza y la infidelidad (36 %). En un contexto como el descrito, identificar la incidencia que en este tipo de violencia pueden presentar las creencias culturales machistas, particularmente aquellas asociadas al amor romántico y sus mitos, se convierte en un importante reto investigativo.
El amor ha sido analizado por distintas ciencias sociales, entendiéndolo como una construcción cultural cambiante que influye en la configuración subjetiva de experiencias y vínculos afectivos (Cruz del Castillo, 2018; García, 2015). En 1960 surgieron las primeras investigaciones, tras lo cual, fueron consolidándose líneas disciplinarias más o menos específicas, en las que predominan las aproximaciones desde la sociología de las emociones y la historia de la vida cotidiana (García & Cedillo, 2011).
Por su parte, la psicología ha realizado aportes significativos en el establecimiento de la relación entre amor, emociones, normas sociales y fenómenos problemáticos como la dependencia, la depresión, la conflictividad, las rupturas afectivas y la violencia (García & Cedillo, 2011; Sangrador, 1993). También, se han generado acercamientos interdisciplinarios con énfasis cultural, en los que es notoria la producción de los estudios de género feministas, que resaltan las formas de dominación patriarcal subyacentes al modelo de relacionamiento romántico (García 2015; García & Cedillo, 2011).
Partiendo de lo anterior, la presente investigación establece como marco epistemológico los estudios sobre violencia de pareja, en el amplio campo de las ciencias sociales (desde la historia hasta la sociología, pasando por la antropología y el feminismo), brindando especial importancia a las investigaciones psicológicas y contemplando a los estudios culturales de género como un referente central (Gregoratto, 2017; Thomas & Domínguez, 2004; Verdú, 2015).
El amor romántico se define como un imaginario cultural hegemónico, generador de emociones, creencias, comportamientos y actitudes. Este concepto está basado en la fusión complementaria del hombre y la mujer, mediada por el afecto y el deseo (Cruz del Castillo, 2018). En este marco, los mitos románticos se conciben como el conjunto de creencias socialmente compartidas, sobre comportamientos y pautas de relación entre hombres y mujeres, asumidas como manifestaciones demostrativas de amor verdadero en la pareja. Esto implica que las emociones, las creencias y los comportamientos que los mitos románticos entrañan constituyen experiencias construidas culturalmente, que reflejan la época y el lugar donde ocurren (Cruz del Castillo, 2018; Sangrador, 1993). Algunos de los mitos más difundidos plantean que el amor real une a dos almas gemelas, dura para siempre, todo lo puede o es capaz de aguantar y perdonar cualquier cosa (Ferrer et al., 2010; Ruiz, 2016).
En el ámbito iberoamericano, la relación entre amor romántico y violencia machista ha sido analizada en los últimos años, principalmente, en España. Un estudio realizado con población española arrojó que el amor romántico pasional (Eros según la tipología de Hendrick y Hendrick, 1986) presentó un nivel de acuerdo superior al 80 % en hombres y mujeres de todas las edades. También concluyó que el 30 % de la muestra mostró acuerdo con un estilo de amor posesivo, lo cual, según los autores, es significativo por la posible conexión que esto puede presentar con la violencia de género (Ferrer et al., 2008).
Sumado a ello, una investigación sobre la aceptación de situaciones de violencia íntima evidenció que, de los 362 adolescentes madrileños participantes, el 47 % consideró que los celos son muestra de amor y el 58 % perdonaría por amor a su pareja si esta se enfada, le grita o le insulta. Para los autores, esto podría deberse a que tales comportamientos son percibidos como manifestaciones de amor. En este sentido, las ideas distorsionadas sobre el amor y el mito de los celos pueden estar conduciendo a la justificación de comportamientos violentos (Bonilla et al., 2017).
A conclusiones similares llegó Ruiz (2016), en un estudio cualitativo con chicas víctimas y chicos agresores de Andalucía. Complementariamente, una revisión sistemática en España indicó que adolescentes con actitudes sexistas muestran disposición positiva hacia la violencia íntima y apoyo al mito del vínculo amor-abuso (Ramiro et al., 2018).
Un trabajo con 1657 estudiantes de la Universidad de Castilla-La Mancha encontró que cerca del 40 % de los participantes estaba constituido por perpetradores y/o víctimas de, al menos, un comportamiento abusivo online en el noviazgo. A partir de ello, se halló una relación significativa entre este abuso, mitos románticos y aceptación de la violencia (Víllora et al., 2019). Otro estudio sobre victimización de violencia en el noviazgo con 246 adolescentes españoles halló una correlación significativa entre dicha victimización, sexismo, mitos románticos y dependencia emocional (Marcos et al., 2020).
En el contexto latinoamericano, los trabajos son más escasos. Cruz del Castillo (2018) desarrolló una investigación relativa al amor romántico, estereotipos de género y violencia íntima con 295 mujeres mexicanas, hallando una correlación positiva entre los mitos románticos y comportamientos violentos en pareja, tales como menospreciar, insultar, golpear, celar y exigir tener relaciones sexuales.
En ese mismo país, un estudio sobre casos consumados de violencia íntima muestra que se presentó un continuum del amor pasional, que inicia en la atracción y culmina en el amor obsesivo, en el que se intensifican progresivamente sentimientos como la desesperanza, la ansiedad y el vacío. Lo cual facilita la aparición de la violencia (Kú & Sánchez, 2006). Junto a este, un trabajo con 1020 adolescentes mexicanos halló para ambos sexos correlación significativa entre roles de género, sexismo y mitos románticos (Nava-Reyes et al., 2018). Al mismo tiempo, una investigación exploratoria con 221 universitarios salvadoreños reveló correlación entre los mitos románticos y el sexismo ambivalente, que evidencia en hombres mayor acuerdo con que puede amarse a quien se maltrata (Bonilla & Rivas, 2021).
En su conjunto, los anteriores estudios permiten hipotetizar que los mitos románticos se constituyen, por diversos motivos y en diferentes regiones y poblaciones, en factores que favorecen la emergencia y sostenimiento de la violencia de pareja, en la medida en que reafirman roles de género desiguales y patriarcales. No obstante, en algunos de los trabajos enumerados, la posible relación entre las creencias románticas y la violencia es sugerida sin presentar un sustento empírico sólido, o sin un despliegue explicativo de las causas y procesos subyacentes, por lo que es relevante avanzar en nuevas investigaciones que apunten a esclarecer estos aspectos.
En la medida en que las estadísticas colombianas apuntan a los celos, la infidelidad y las creencias patriarcales como principales factores desencadenantes de violencia (INML, 2018), se considera al mito de la fidelidad -los deseos románticos y eróticos deben satisfacerse solamente con la pareja- y al mito de los celos -los celos son una manifestación imprescindible del amor verdadero (Ferrer et al., 2010), como construcciones culturales vinculadas con una dominación patriarcal entre los sexos, que posiblemente conducen a la aparición de ejercicios de violencia. Ambos mitos son relevantes para el ámbito colombiano.
En este punto, frente a la pregunta de si la creencia en estos u otros mitos románticos se relaciona con la violencia de pareja en Colombia, se plantea la pertinencia de (1) adelantar una revisión sistemática que permita rastrear la evidencia empírica existente en el país y (2) avanzar en la comprensión de los factores explicativos sobre el tema. Además de responder a los interrogantes de qué se ha investigado al respecto y a través de qué abordajes y metodologías.
Método
La presente investigación constituye una revisión sistemática cualitativa (sin metaanálisis), cuyo objetivo es identificar los mitos románticos de mayor relevancia en el contexto colombiano, teniendo en cuenta la frecuencia con que se mencionan y las consecuencias asociadas relacionadas con la violencia de género.
Tomando a los estudios primarios originales como unidades de análisis, la revisión se adelantó mediante la ejecución de un proceso sistemático de pasos, metódico, explícito y replicable, definido de antemano, a partir de las directrices y criterios estandarizados de la declaración Prisma (Page et al., 2021), en elementos tales como resumen, justificación, objetivos, criterios de elegibilidad, fuentes de información, estrategia de búsqueda, proceso de selección de los estudios, registro de estudios, extracción de datos, métodos de síntesis, evaluación de riesgo de sesgo de los estudios individuales, evaluación de riesgo de sesgo en la publicación, evaluación de elegibilidad, evaluación de la certeza de la evidencia, discusión, registro y protocolo, entre otros (Anexo 1). Para ello, se desplegaron cinco fases.
Fase 1. Pregunta de investigación
De manera inicial, en coherencia con el tema y el título de la investigación, se formuló la siguiente pregunta de investigación: ¿la creencia en los mitos románticos (particularmente de los celos y la infidelidad) se relaciona con la violencia de pareja en Colombia? Adicionalmente, se establecieron como interrogantes complementarios: ¿qué se ha investigado sobre los mitos románticos y la violencia en el país?, y ¿a través de qué abordajes y metodologías?
Fase 2. Criterios de elegibilidad
La muestra contempló los artículos publicados, de mayor impacto, relativos al tema, con los siguientes criterios de inclusión: (1) estudios científicos empíricos, cuantitativos o cualitativos; (2) en español o inglés; y (3) publicados en 1994-2019. A su vez, se establecieron como razones de exclusión: (1) estudios fuera del rango temporal definido; (2) que no ajustaran a la temática establecida; y (3) con diseños metodológicos no empíricos, de nivel inferior al doctoral o deficientemente sustentados.
Fase 3. Estrategia de búsqueda
La búsqueda se realizó, entre agosto y noviembre de 2019, en ambos idiomas, en bases de datos especializadas de ciencias sociales con énfasis en psicología (PsycInfo, Sciencedirect, PsycArticles-APA, Psycology Database ProQuest, Scopus, Clacso, WOS-SciELO). Se usaron listados de combinación sistemática de las palabras clave (o sus sinónimos) y los operadores booleanos: amor* AND mito* AND Colombia, para los campos título y abstract (tabla 1).
Fase 4. Selección de los estudios
En primer término, se recolectaron todas las referencias y resúmenes, eliminando los trabajos duplicados. Posteriormente, se revisaron los títulos y resúmenes, estableciendo la selección de trabajos completos para descarga. Finalmente, se efectúo la revisión de trabajos completos, aplicando los criterios de inclusión-exclusión, a fin de generar la selección final. Con el ánimo de minimizar el sesgo de publicación, se indagaron fuentes informales, accediendo a literatura fugitiva de tesis doctorales finalizadas y aprobadas, a través de la consulta a colegas.
Siguiendo los anteriores criterios, de 259 registros identificados, se codificaron 33 para la selección final. De estos, se excluyeron siete, principalmente, por no adecuarse a los diseños metodológicos contemplados. De ese modo, se obtuvo una muestra final de 26 trabajos (figura 1).
Fase 5. Extracción de datos y síntesis
Una vez leído y releído cada estudio, la información fue extraída sistemáticamente, mediante una base de datos Excel con los siguientes dieciséis campos: código ID, fecha de revisión, título, tipo de documento, disciplina, lugar, objetivo, metodología, definición de amor romántico, mitos románticos mencionados, consecuencias asociadas al amor romántico, actitudes y comportamientos en pareja, resultados según género (femenino y masculino), otros hallazgos relevantes, limitaciones de los estudios y su evidencia, nivel de importancia de los resultados para la revisión.
La información fue sintetizada sistemáticamente, incluido el autor, características de la muestra, metodología, objetivos y hallazgos clave (tabla 2). En cuanto al procedimiento analítico, es importante destacar que se realizó una síntesis narrativa, en tanto método alternativo, pues, en la medida en que varios de los estudios primarios recopilados presentan enfoque de investigación cualitativa, la aplicación de metaanálisis resulta inapropiada (Cochrane Consumers & Communication, 2013). En este sentido, se hizo un análisis cualitativo del discurso en torno a los resultados y conclusiones de cada estudio. Adicionalmente, se realizaron conteos para extraer datos porcentuales del grado de acuerdo/desacuerdo sobre algunas cuestiones, así como datos correlacionales.
En este punto, resulta pertinente aclarar que, si bien la tarea de revisión de los trabajos completos fue hecha por una sola investigadora, el proceso como un todo contó con la revisión por parte de la investigadora principal y de dos investigadoras adicionales, en aspectos como los criterios de inclusión/exclusión, la estrategia de búsqueda, la evaluación de elegibilidad para la selección de los estudios, la estrategia de extracción de datos y resultados, entre otros elementos señalados por la declaración Prisma, contando así con un triple checking.
También conviene hacer explícito que este trabajo cumple con las normas éticas de investigación y publicación estipuladas en el Código de Conducta de la APA. Se manifiesta, asimismo, la no existencia de conflictos de intereses en la ejecución del estudio ni en la publicación de los resultados.
Resultados
De los 26 estudios seleccionados, 23 son artículos de revistas científicas, y 3 corresponden a tesis doctorales avaladas. 13 pertenecen a la psicología, 5 son interdisciplinarios, 4 conciernen a los estudios de género y feministas, 2 son históricos, 1 literario y un (1) último proviene del derecho.
Por otro lado, el 50 % de los estudios presenta metodologías cuantitativas con modelo no experimental, empírico, descriptivo, analítico, psicométrico y transversal. El 50 % restante utiliza métodos cualitativos, mediante técnicas como la observación etnográfica, entrevistas, grupos focales, estudios de caso y revisión documental de archivos jurídicos, cartas, diarios, narrativa literaria, prensa, programas televisivos y radiales, entre otros. Los enfoques analíticos predominantes son el análisis del discurso, las representaciones sociales, el interaccionismo simbólico, la fenomenología y la hermenéutica (tabla 2).
Los trabajos cualitativos tienden a presentar mayor antigüedad. Los estudios más actuales son de carácter cuantitativo y arrojan datos más precisos en la identificación concreta de los mitos románticos de principal incidencia en Colombia. La psicología es la disciplina que genera mayores aportes al respecto. Algunos estudios cualitativos no explicitan ampliamente los criterios y elecciones de diseño metodológico, ni mencionan procesos de verificabilidad de resultados, con lo cual, tal vez pasan inadvertidos sesgos y decisiones que podrían haber incidido en las investigaciones.
En relación con los estudios cuantitativos, la mayor parte expone diseños metodológicos a buen nivel de detalle. En ellos, se identifica una estructura que parte de preguntas y problemas de investigación bien definidos, despliega una selección metodológica coherente y presenta componentes analíticos que van de lo descriptivo a la incorporación de técnicas de correlación bivariada y regresión lineal múltiple, entre otras.
De cara al análisis, se encontraron dos grandes tendencias de acercamiento al amor romántico en Colombia. La primera lo entiende como un constructo sociocultural e histórico que, influenciado por el romanticismo europeo, dio importancia central a la emocionalidad y la escogencia personal basada en el amor en la conformación de las uniones matrimoniales (Báez, 2016; Bonilla & Rivas, 2018; De la Cuesta, 2001; Giraldo et al., 2006; Rocha et al., 2017; Villalpando, 2017). En Colombia, dicho constructo se documenta desde el siglo XIX, en los matrimonios de élite de las principales ciudades (Báez, 2016; Villalpando, 2017). Pero no fue sino hasta el siglo XX cuando se generalizó en las clases populares, en medio de los procesos de urbanización y modernización (Giraldo et al., 2006).
La segunda tendencia refiere al amor como un sentimiento que fundamenta la experiencia subjetiva de las relaciones íntimas, a modo de hito personal (Tobón et al., 2012; Villalpando, 2017). En algunos estudios, se plantea como una experiencia afectiva individual, derivada de varios componentes emocionales, donde emerge la clásica conceptualización de Stenberg que lo define como el resultado de la interrelación entre intimidad, pasión y compromiso (Arango, 2012;Cerquera et al., 2012; De la Cuesta, 2001;Fedele et al., 2019). Otros estudios, conservando la veta emocional, sitúan la atención en las interacciones y vínculos de apego que se configuran a nivel relacional (Penagos et al., 2006; Tobón et al., 2012).
Tipos de mitos románticos en Colombia
Desde el siglo XIX, investigaciones cualitativas que analizan corpus documentales procedentes de la historia, la literatura y los estudios culturales, encuentran que el amor romántico se ha vinculado con relaciones formales (noviazgo o matrimonio), presentándose como un acontecimiento predestinado y a primera vista, marcado por un sentimiento irracional totalizante que anula el control personal; configurando un lazo afectivo para toda la vida (Báez, 2016; De la Cuesta, 2001; Ruiz, 2015;Thomas, 1993). Si bien alude a un estado ideal de completitud y tranquilidad, se concibe al amor verdadero como aquel que supera obstáculos, dolores y sacrificios, asociándose con el sufrimiento (Báez, 2016; De la Cuesta, 2001; Fedele et al., 2019; Ruiz, 2015; Thomas, 1993;Villalpando, 2017).
Asimismo, aparece relacionado con la posesión, la exclusividad y la entrega. Los mitos de los celos y la infidelidad son los más mencionados y reiterados en los estudios revisados. Esto, ya no solo desde los estudios cualitativos reseñados, sino también desde investigaciones psicológicas basadas en pruebas estandarizadas como la Escala de Mitos hacia el Amor, el Inventario de Sexismo Ambivalente y el Cuestionario de Actitudes Frente a la Infidelidad (Bonilla & Rivas, 2018;De la Cuesta, 2001;Fedele et al., 2019;Giraldo et al., 2006; Martínez et al., 2013; Martínez et al., 2018; Portilla et al., 2010;Ruiz, 2015; Thomas, 1993;Villalpando, 2017).
Con respecto a lo anterior, resalta que, en una investigación transversal con 1144 jóvenes y adultos de España, Colombia y Ecuador, en la que fueron usadas pruebas psicométricas como la Escala de Celos Románticos, la Escala de Celos de Facebook y la Escala de Conflicto de Pareja Romántica, los participantes colombianos reportaron los mayores niveles de celos románticos del estudio (Moyano et al., 2017). También que, en una investigación transversal, realizada con 310 universitarios de Tunja, fundamentada en la Escala de Actitudes hacia el Amor, de Hendrick & Hendrick, se reportó nivel de acuerdo del 40 % con el estilo de amor manía, determinado por actitudes obsesivo-posesivas, dependencia, celos y predisposición a recibir demostraciones de afecto (Rocha et al., 2017).
Consecuencias asociadas al amor romántico en Colombia
En el corpus analizado, el 54% de los trabajos apuntó a que el amor romántico se vincula con dinámicas de conflictividad, agresión y violencia. Por ejemplo, una investigación con 443 docentes bogotanos en formación, en la que se usaron varios de los instrumentos psicométricos mencionados, detectó que, a mayores sesgos cognitivos sobre los roles de género y la violencia de pareja, mayor es la aceptación del sexismo y los mitos románticos (Bonilla y Rivas, 2019). Otro trabajo similar con universitarios halló una relación significativa entre mitos románticos y sexismo ambivalente, así como una importante aceptación del factor de vinculación entre amor y maltrato (Bonilla & Rivas, 2018).
En el 30 % de los estudios, los mitos de los celos y la infidelidad aparecen relacionados con el malestar y la violencia, a diversas escalas. En el nivel más leve, una investigación que examinó la Interpersonal Jealousy Scale (IJS) con 603 adultos de tres ciudades colombianas reportó una correlación entre celos románticos e ira autoinformada (Martínez et al., 2018).
Avanzando en el grado de conflictividad y agresión, una investigación con 150 universitarios bogotanos, basada también en la IJS y en el Cuestionario de Relación de Pareja, arrojó puntaje de celos patológicos para el 10 % de la muestra. Dentro de este segmento celotípico, casi la mitad presentó conductas agresivas contra sí mismo, la pareja o el/la rival (Martínez et al., 2013).
En la escala más grave, un conjunto de estudios cualitativos señala a los celos y la infidelidad como motivantes de violencia letal. Así, en los expedientes judiciales de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX,López (2006, 2018) encuentra reportes de enfrentamiento conyugal por celos e infidelidad que terminaron en sevicias y asesinatos. Un par de investigaciones basadas en la revisión de artículos de prensa de la primera década del siglo XXI documentan casos de feminicidios por celos y relaciones extramaritales en Medellín y Barranquilla (Ariza, 2013;Tolton, 2011).
Complementariamente, el análisis deRuiz (2015) sobre una muestra de 100 canciones populares latinoamericanas (algunas colombianas) menciona una narrativa romántica de sufrimiento y violencia por celos y desamor que lleva a agredir, enfrentarse, morir o matar.
La construcción sociocultural del género y el amor romántico en Colombia
Se evidencian diferencias entre mujeres y hombres en los resultados. Varios estudios transversales y psicométricos con adolescentes y jóvenes colombianos encontraron que los hombres señalan establecer relaciones afectivas para afianzar su masculinidad heterosexual, manifiestan mayormente celos sexuales; eligen preponderantemente aspectos del amor como la satisfacción sexual y la atracción física; además, muestran pautas de dependencia emocional ligadas a la búsqueda de atención. Mientras que las mujeres señalan establecer relaciones afectivas para dar y recibir amor; expresan más celos emocionales; privilegian aspectos del amor como la confianza, el respeto, la sinceridad y la complicidad; y exponen pautas de dependencia emocional relacionadas con la expresión afectiva.
Estas diferencias son explicadas por los autores en función de las expectativas socialmente construidas asociadas a los roles de género heteronormativos, pareciendo estar influenciadas por un patrón cultural que vincula el demandar afecto como algo femenino y el conquistar y mantener el centro de atención como algo masculino (Fedele et al., 2019; Lemos & Londoño, 2006;Portilla et al., 2010;Sánchez et al., 2011).
Destaca que, dentro del segmento de dependencia emocional patológica hallado en un estudio psicométrico con 569 universitarios de Medellín, 75 % haya estado compuesto por mujeres (Lemos et al., 2012). También que, mediante el análisis de la obra literaria de la bogotana Soledad Acosta,Villalpando (2017) identifique que, en el siglo XIX, el amor romántico se asoció con el sufrimiento de las mujeres (heroínas de los relatos), de varias maneras (despechos, dolor, enfermedad, muerte); o bien que, partiendo del análisis de foros de Internet actuales sobre noticias de violencia conyugal del principal periódico del país,Tolton (2011) evidencie asociación entre el sufrimiento y la feminidad con expresiones del tipo a las mujeres les gusta sufrir maltrato.
Adicionalmente, varios estudios cualitativos refieren las diferencias entre hombres y mujeres, en términos de una complementariedad romántica que entraña tanto una pauta heteronormativa como un relacionamiento subordinado consolidado históricamente en Colombia. Desde 1780, fuentes históricas y judiciales documentan que el matrimonio implicó la dominación masculina y la sumisión y obediencia femenina (López, 2006; 2018). Para esta época, cartas y diarios íntimos de parejas capitalinas evidencian que, conforme se fortaleció el ideal del amor romántico, se arraigó una concepción femenina de mansedumbre (Báez, 2016). Casi dos siglos después, medios de comunicación como la radio y la televisión despliegan un discurso amoroso en el que la feminidad se define como otredad pasiva que complementa al varón, en tanto figura superior y activa que posee al objeto de su amor (Ruiz, 2015;Thomas, 1993).
Finalmente, una investigación realizada con 443 docentes bogotanos en formación basada en la Escala de Mitos del Amor Romántico (Bonilla & Rivas, 2018), halló que hombres y mujeres serían socializados diferencialmente en estilos amorosos vinculados a estereotipos de género perpetuadores de modelos patriarcales de pareja. Los mismos autores encontraron, en otra investigación similar, un mayor nivel de aceptación de los hombres frente a creencias disfuncionales como: “Las mujeres son inferiores a los hombres” y “el hombre es el responsable de la familia, por lo que la mujer lo debe obedecer” (Bonilla & Rivas, 2019, p. 10).
Discusión
Partiendo del conjunto de trabajos revisados, puede afirmarse que se cuenta con evidencia cuantitativa y cualitativa de que, en el contexto colombiano, al menos desde el siglo XIX, la concepción romántica del amor y algunos de sus mitos se encuentran muy presentes; y están relacionados con la violencia de pareja, el sufrimiento y los roles tradicionales de género. Además, es frecuente la alusión a los celos y la infidelidad como detonantes de agresión. Lo anterior respalda la hipótesis de que los mitos románticos favorecen la emergencia y el sostenimiento de dicha violencia, en la medida que reafirman roles de género desiguales y patriarcales.
En este contexto, la asociación entre violencia y amor se fundamenta en el relacionamiento de dominación-subordinación de la cultura patriarcal. Así, las investigaciones cualitativas explican la violencia íntima (desde la Colonia hasta la actualidad), como una manifestación del derecho masculino al castigo frente al incumplimiento de las pautas patriarcales de exclusividad, posesión y subordinación y, por tanto, un ejercicio de dominación, posesión y control varonil, expresado frecuentemente en situaciones y/o narrativas agresivas de celos e infidelidad (Ariza, 2013; López, 2006; Ruiz, 2015; Thomas, 1993; Tolton, 2011). Por su parte, algunos estudios cuantitativos muestran que la interiorización de los mitos románticos podría ayudar a reproducir las desigualdades de género, aumentando la tolerancia a la violencia (Bonilla & Rivas, 2018; 2019).
Los resultados de la presente investigación son consistentes con estudios adelantados en otros países, los cuales relacionan los mitos románticos con la violencia íntima y el sexismo (Bonilla et al., 2017; Bonilla & Rivas, 2021; Bosch et al., 2008; Bosch et al., 2013; Marcos et al., 2020; Nava et al., 2018; Pazos et al., 2014; Víllora et al., 2019). Algunos trabajos señalan que la infidelidad se considera una justificación legítima para el abuso y asesinato de la esposa en diferentes culturas (Hume, 2008; Stewart, 2002). Otros identifican a los celos como causante de violencia (Belus et al., 2014; Harris, 2003; López et al., 2017; Pazos et al., 2014; Penado & Rodicio, 2017; Rodríguez et al., 2015).
Varias investigaciones han planteado que los mitos románticos se asocian con la violencia doméstica y con la reproducción de las desigualdades de género, al transmitir patrones patriarcales de relacionamiento (Ferrer et al., 2008; Rodríguez et al., 2013). Complementariamente, se han realizado estudios que advierten que las actitudes sexistas están relacionadas con los obstáculos en la comprensión de esta forma de violencia y son determinantes en la legitimación del maltrato y la violencia íntima (Durán et al., 2014; García-Díaz et al., 2018; Ramiro et al., 2018).
Finalmente, aun cuando los resultados de esta revisión sistemática son relevantes para el contexto colombiano, los aportes de la actual investigación en la comprensión de la problemática son limitados, primordialmente, por la imposibilidad de identificar elementos psicológicos puntuales subyacentes a los mitos románticos y a los estereotipos de género que pueden desencadenar o prevenir violencia. En consecuencia, se requieren futuras investigaciones que contribuyan a comprender mejor la relación entre violencia de pareja, mitos románticos (especialmente de los celos y la infidelidad) y sexismo, identificando con sustento empírico y cuantitativo variables que puedan estar mediando o incidiendo quizás como atenuantes o factores protectores frente la problemática.
Lo anterior resulta apremiante, en la medida en que la presente investigación concluye que el marco cultural de creencias sociales compartidas sobre el amor romántico en Colombia es fuertemente patriarcal, sustentándose tal amor en un relacionamiento desigual, dominador y controlador entre los sexos conducente a la violencia de género en la pareja.