1. Introducción
La importancia de Guayana como escenario histórico es significativa y relevante. Desde su pasado prehispánico hasta la actualidad, constituye un territorio donde se enlazan las más variadas condiciones humanas con un mosaico natural que se podría denominar, sin duda, 'magnánimo'. Hablar de la importancia de Guayana como contexto geohistórico significa entrelazar una concepción espaciotemporal que involucra al 'hombre' que lo razona y lo vive tanto desde su condición político-económica como sociocultural1. Por ende, un estudio que asome cualquier análisis histórico acerca de esta parte de Venezuela durante el siglo XIX exige una mirada evaluadora de los cambios y las permanencias que se suscitaron en la región, con miras a comprender las condiciones contextuales que marcaron la guerra de Independencia en esta parte del país, cuyas consecuencias llegaron a repercutir en todo el continente americano2.
Dentro de este análisis, se estudia el papel de los asentamientos de las Misiones del Caroní y su rol como base para el repunte económico de la región en tiempos de la Colonia, gracias a la presencia de productos agropecuarios y de la cría de ganado vacuno y mular, los cuales constituyeron, en el marco de las luchas independentistas, un atractivo material justificativo para la ocupación del territorio3. Igualmente, desde la perspectiva político-militar, se destaca el papel fundamental de la provincia de Guayana en el proceso emancipador, considerando lo que se pudiera llamar el 'valor geoestratégico' que tuvo la región, tanto en manos de los factores 'realistas' como en la de los 'independentistas'4; donde el Orinoco -debido a su extensión y ubicación geográfica- emergía como el principal teatro de operaciones a ser defendido, haciendo uso de fortificaciones que hoy forman parte de un espacio donde se entrecruzan la realidad y la leyenda.
Sin duda, este examen contextual permite tener en cuenta los factores trascendentales que hicieron posible considerar a la provincia de Guayana como una región estimable durante la lucha por la independencia, resaltando su lugar en la configuración del espacio venezolano5. Por último, se expone de manera breve el trasfondo espaciotemporal que guarda la Campaña de Guayana al mando del General Manuel Piar y su papel en el proceso emancipador, subrayando la batalla de San Félix desde una perspectiva política, económica y sociocultural que ha caracterizado a Guayana como un territorio determinante en la construcción discursiva de la épica nacional.
2. Panorama político-económico guayanés en los albores de la Independencia
Desde su construcción, las llamadas Fortalezas de Guayana fueron la principal y casi única línea de defensa contra las amenazas extranjeras en la provincia6. Al estar ubicadas al margen del Orinoco, la presencia de estas estructuras no solo daba cuenta de la relevancia de la región en el contexto colonial, sino también durante el proceso de independencia de Venezuela y, posteriormente, en la vida republicana al sur del país. Sin embargo, para el año 1810, este frente militar se encontraba en un total abandono a pesar de tener fortalezas con un gran alcance defensivo; además, el entrenamiento en armas del personal militar era prácticamente inexistente, siendo imperceptibles la disciplina y el orden que requiere un cuerpo castrense.
En el informe levantado por el ingeniero Mariano Aloys, se daba una explicación detallada del estado preocupante en el que se encontraba el área defensiva de la provincia de Guayana, destacando en sus observaciones el deplorable estado del aspecto militar, en sus palabras: «Los ramos de fortificación y artillería están en el pie más despreciable»7. Cabe señalar que en este registro se mencionó la falta de cuarteles, hospitales, parques de armas, instrucción especializada para los cuerpos de infantería y caballería, entre otros. De esta manera, puede afirmarse que los soldados de la región estaban en pésimas condiciones para defender sus puestos, debido al poco aprovisionamiento y a la falta de armamento, munición, caballos y monturas, entre otros insumos; esta debacle en el aspecto defensivo se pudo observar en las numerosas dificultades que tuvieron los realistas a la hora de mantener resguardada la región durante el movimiento libertario (véase figura 1).
Por otro lado, Aloys hace una serie de recomendaciones a las autoridades, dentro de las que destaca el aumento del Cuerpo de Veteranos para los tiempos de paz, de las cuales dos estarían ubicadas en la Antigua Guayana 'los castillos' y una en la capital (Angostura), describiendo, además, cómo muchos exploradores y viajeros hacían alusión al valor estratégico que poseía Guayana para Venezuela y la Nueva Granada, por lo que la monarquía hispánica debía prestar mayor atención, pues el río Orinoco seguía siendo la entrada fluvial por excelencia de las posesiones españolas en esta parte de América8.
Los 'castillos', además de impedir el paso de enemigos y comerciantes clandestinos hacia la ciudad de Angostura y otras provincias por vía del Orinoco, también controlaban el tránsito hacia las misiones de Guayana. Es importante comentar que estas misiones de Guayana9 se habían establecido en el contexto colonial y, para el año 1810, presentaban un éxito relativo a lo largo y ancho de todo el territorio Guayanés, pues ostentaban recursos codiciados por parte de las potencias extranjeras de la época10. Al respecto, Alexander Von Humboldt, luego de su travesía por Guayana, comentó que si un enemigo llegaba a obtener el control de las misiones, obtendría una cuantiosa cantidad de recursos; lo que en el aspecto geoestratégico militar significaría el control de la región11.
Entre los productos de interés que poseían estas misiones en el contexto de la Independencia venezolana, destacan las maderas, tabaco, café, cacao, algodón, arroz y azúcar. Sin embargo, la principal fuente económica, tanto de las misiones como de la provincia de Guayana, fue el ganado vacuno y mular, lo cual generaba unos once mil cueros al año. Si obviamos el contrabando con las islas del Caribe (francesas e inglesas), los productos de las misiones se terminaban dirigiendo a la ciudad de Angostura, puesto que el puerto permitía derechos de entrada y salida12.
La ciudad de Angostura, en el año 1810, representaba el centro neurálgico de la provincia de Guayana. Esta pequeña urbe fungió como un canal natural por donde se movilizaba el comercio, además, en ella se encontraban los organismos encargados de controlar el poder político y militar de la región, convirtiéndola en la indiscutible capital de la provincia de Guayana; posicionada sobre una colina sin vegetación, la ciudad, rodeada por el Orinoco, se convirtió en un lugar idóneo para el ámbito comercial. Desde el puerto de Angostura, buena parte de los productos de las misiones eran embarcados hacia España, y hacia otras provincias como Barinas y Cumaná, estableciendo importantes relaciones comerciales e intercambios mercantiles. En este sentido, los alrededores del puerto se configuraron como espacios 'ostentosos', lugares con gran calidad de vida y altos estándares de estilo, con calles alineadas y casas de techos altos construidas sobre piedra: elementos que no existían en la mayoría de los pueblos de la región13.
Cuando en 1799 el naturalista alemán Alexander Von Humboldt y su compañero, el botánico francés Aimé Bonpland, autorizados por el rey Carlos IV, realizaron su viaje por el continente americano con el fin de detallar las riquezas naturales y económicas que esta poseía, se encontraron con Guayana14. Llegaron a la Capitanía General de Venezuela en julio de 1799. El viaje los llevó de Cumaná a Caripe y luego a Caracas, Puerto Cabello, Valencia, Calabozo, San Fernando de Apure y el Orinoco, hasta llegar a San Carlos de Río Negro, tomando por el Casiquiare hasta la Esmeralda y de ahí el retorno hasta Angostura y Barcelona15. En su recorrido por Guayana, Humboldt logró observar la ventaja que, al igual que Cristóbal Colón, Diego de Ordaz y Walter Raeligh, entre otros, presintieron sobre el río Orinoco, cuando aún no había asentamientos o estos eran sumamente escasos y precarios16. Claro está que, en el momento de la llegada de los naturalistas europeos, la provincia poseía suficientes establecimientos para que Humboldt pudiera ver de manera más clara su potencial.
Una de las principales observaciones que hace el sabio alemán -y que aprenderán los independentistas- era lo ventajoso del puerto y lo rápido que permitía la entrada y salida de los diferentes productos circulantes para la época. Gracias a la presencia del Orinoco17, las comunicaciones se hacían más expeditas en relación con el mundo, más que cualquier otra provincia de Venezuela. En sus términos del alemán:
[...] Las bocas del Orinoco tienen una ventaja sobre todos los puertos de la tierra firme. Ofrecen las comunicaciones más rápidas con la península. La navegación desde Cádiz hasta Punta Barima se efectúa algunas veces en 18 o 20 días. El retorno a Europa se hace en 30 o 35 días. Como estas bocas están situadas al viento de todas las islas, las embarcaciones de Angostura pueden mantener un comercio más ventajoso con las colonias de las Antillas. 18
Este naturalista posiciona así al puerto de Angostura por encima de los puertos de la Guaira, Puerto Cabello, Cumaná y Nueva Barcelona. En lo relacionado con el comercio interior, menciona al de la provincia de Barinas como el de mayor actividad, enviándole a Angostura numerosos rubros como cacao, añil, algodón y azúcar, para recibir a cambio los numerosos productos de la industria europea, y que esta recibía directo de España. Cabe acotar que, entre las rutas seguidas por las embarcaciones, algunas iban desde el Orinoco hasta Cabruta, y luego desde el Apure, pasando por el río Santo Domingo, hasta Torunos, donde estaba ubicado el embarcadero de San Fernando de Apure; los numerosos ríos generaban una vasta red fluvial que, desde la perspectiva de Humboldt, podría ser determinante para el crecimiento económico e industrial de la región19.
Fuente: Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Tomo XX. Caracas, núm. 80, (octubre- diciembre) 1937; p.551.
De esta manera, se puede apreciar cómo se fue estructurando un escenario geoestratégico que permitía un nivel óptimo de subsistencia y de crecimiento poblacional20. No en vano las fuerzas militares criollas, una vez vencidas en las campañas del centro por los realistas (1814-1816), enfilan sus fuerzas hacía el sur del territorio venezolano. Guayana ofrecía mucho más que un 'salvavidas' a la agonizante gesta republicana: se mostraba como garantía comprobada de estabilidad geoestratégica y punto logístico para acciones militares de mayor envergadura.
3. Espacio de interés geoestratégico en el proceso de emancipación
Desde el momento en que Caracas se orientó políticamente hacia la Independencia entre 1810 y 1811, la provincia de Guayana junto a Coro y Maracaibo rechazaron unirse al proceso impulsado desde el centro, esgrimiendo la figura de «defensores de los derechos de Fernando VII». A partir de entonces, Guayana se constituyó en un escenario de resistencia frente a las pretensiones emancipadoras21. Al intentar comprender las razones de esa lealtad hacia la monarquía, los documentos de la época proporcionan ciertas explicaciones que merecen nuestra atención. En principio, el propio Humboldt y el ingeniero Mariano Aloys sugerían que Caracas tenía una posición opresiva frente a Guayana, la cual afectaba el comercio y el cultivo, aunque la metrópolis diera instrucciones diferentes22. El ingeniero Aloys menciona el trato de la siguiente forma:
[...] Otra muy principal ha sido el haver privado Caracas a Guayana la libre siembra, uso y comercio del Tabaco a pesar de haver habido aquí dos Reales ordenes sobre el caso y que el Real Erario tomaba un crecido ingreso. El mismo entorpecimiento por parte de Caracas han sufrido Provincias de Cumana, Barcelona y Barinas23.
De esta forma, Aloys señalaba directamente a Caracas de la falta de crecimiento y prosperidad económica, siendo, a su juicio, la principal responsable de la debacle económica de la provincia de Guayana. Los intereses político-económicos que profesaba Caracas frente a las otras provincias, y en especial sobre Guayana, generaban el constante bloqueo de sus economías. Esto originó que, en la guerra de Independencia, la lealtad de los habitantes, especialmente de los comerciantes, se inclinara hacia la monarquía hispánica.
La abundancia de recursos materiales y humanos en las Misiones del Caroní había configurado, hasta ese momento, a la provincia de Guayana como un bastión realista a los ojos de los independentistas. Este hecho hacía ver al territorio guayanés como un proveedor seguro de suministros para la guerra en manos de los defensores de la Corona, tales como Monteverde, Boves, Morales, Morillo y La Torre, entre otros; razón por la cual su dominación avizoraba la posibilidad de establecer una base de operaciones estratégica con proyección a otras regiones. A pesar de no encontrarse en las mejores condiciones, como lo describió Aloys, el amplio espacio de Guayana junto a las riberas del río Orinoco y las fortalezas posicionadas en él, sirvieron de barrera defensiva a los realistas con el fin de mantener en su poder dicha provincia24.
Así entonces, resulta necesario enfatizar en que la posesión de recursos, las conexiones fluviales y la existencia de las fortalezas no solo determinaron que Guayana permaneciera bajo control realista, sino que, además, el apoyo dado a las tropas establecidas en otras provincias propició las derrotas constantes del movimiento independentista. Por tales razones, el bando patriota mantuvo, desde el inicio del conflicto, un gran interés por esta región; conscientes de su importancia, intentaron en numerosas ocasiones tomar la provincia de Guayana 1810-181625.
A pesar de los esfuerzos de las tropas republicanas, todos los intentos de hacerse del control del Orinoco como vía de comunicación, apoderarse de las provisiones de las Misiones del Caroní y tomar las fortalezas de Guayana fueron infructuosos, debido a las carencias de recursos económicos y militares de este bando. Consciente de la importancia geoestratégica de dicha región, el general Manuel Piar concibió la toma de Guayana como un objetivo fundamental en el contexto de la causa emancipadora26. No es casual que, en el año 1816, Piar le respondiera al general José Antonio Páez que no podía enviarle auxilios para tomar San Fernando de Apure, puesto que la operación de Guayana le llevaría la utilización de todos sus hombres y recursos, indicándole que la única campaña que importaba era la de Guayana:
[...] Guayana es la llave de los llanos, es la fortaleza de Venezuela; Guayana ha sido el centro y refugio de los enemigos; ha sido la fuente que ha derramado esclavitud en la Republica. Ella por su posición está en contacto con los países extranjeros y con todo el interior; ella está cubierta y defendida por un muro más fuerte que el Bronce, por el Orinoco; ella, en fin, es el único país de Venezuela que exento de las calamidades de la guerra anterior nos ofrece recursos para proveernos de lo necesario27.
Para el general Piar, este era el punto primordial para establecer sus fuerzas emancipadoras considerando el curso de la guerra, razón por la cual solicitó al jefe llanero que abandonara sus pretensiones de tomar San Fernando de Apure y que se le uniera con el fin de consolidar un objetivo en común. A pesar de que Páez no se unió a la causa defendida por el curazaleño, este siguió su marcha ofensiva hasta que, en enero de 1817 tras pasar por el rio Orocopiche, su ejército sitió las fortalezas de Guayana y a la Ciudad de Angostura. Cabe acotar que, después de marcharse hacia Caruachi con el general Cedeño y dejar una división encargada del sitio de las fortalezas y la capital en todo el mes de febrero de 1817, Manuel Piar se apoderó de las mencionadas misiones que se encontraban a las riberas del Caroní, estableciendo así su cuartel general en la Villa de Upata, lugar desde donde logró dar con la estrategia militar para debilitar las fortalezas y tomar Angostura; es decir, quitarles los suministros vitales que las proveían28. De tal manera, desde su entrada a Guayana tomaron reclutas de las distintas misiones, productos cárnicos de diferentes animales, caballos, mulas y armamento de todo tipo, necesarios para formar y agrandar las divisiones para la guerra29.
El bloqueo de la ciudad de Angostura y las fortalezas de Guayana impidieron la entrada de todo tipo de víveres para la población y el ejército. Por tanto, el gobernador pidió auxilios a las tropas realistas posicionadas en otras zonas, recibiendo del ejército expedicionario del general Morillo -enviado de España para pacificar a los independentistas- el envío de la división del Brigadier Miguel de La Torre, que se desplazó desde Apure hacia Angostura, con unos mil doscientos hombres, el 27 de marzo, donde el Brigadier asumió el cargo de comandante general de la provincia por orden del 'pacificador'.
Aun con los refuerzos enviados por Morillo, La Torre se vio en la necesidad de intentar abatir las tropas de Piar y volver a retomar el control de las misiones, puesto que la capital y las fortalezas sufrían de hambruna y quedaban suministros para solo diez días. Por tanto, salieron el cuatro de abril para las fortalezas y partieron de las mismas el 10 de abril con miras a enfrentarse a Piar y poder derrotarle, de manera que el encuentro se dio en la sabana de San Félix, el 11 de abril de 1817. En una carta enviada al general Morillo, el brigadier Miguel de La Torre explicaba la situación en la que se encontraba y por qué tomo la decisión de enfrentarse a Manuel Piar en la sabana de Chirica:
[...] Sali de las fortalezas a buscar al enemigo por no tener que comer pues en toda la provincia no teníamos más que estos dos puntos y ambos bloqueados estrechamente: El once encontré al infame Piar con tres mil hombres de todas armas en la mesa de San Feliz mi fuerza era de novecientos a mil hombres: y no teniendo otro recurso que atacar o morir de hambre; resolví lo primero30.
La decisión de Miguel de La Torre generó la pérdida de todo su ejército al ser derrotado por la estrategia de Piar que cercó a su escuadra. Piar dispuso de muchos más recursos y hombres 'bien alimentados', provenientes de las misiones, volviéndose la batalla de San Félix en una victoria decisiva para los abanderados republicanos31. Ese día y el siguiente, el ejército de Piar se apropió de numerosos fusiles, carabinas, lanzas, cajas de guerra, cornetas, pertrechos, caballos, banderas, monturas y equipaje que pertenecían al enemigo. En suma, mientras que el ejército realista fue desmembrado, el de Piar apenas sufrió la pérdida de noventa y dos hombres, entre muertos y heridos (véase figura 3)32.
No obstante, si bien la trascendencia de esta batalla fue definitiva para mantener los ejércitos independentistas en Guayana, no fue suficiente para eliminar la resistencia de las fortalezas y de Angostura, por lo menos no en el corto plazo. Esto debido a que los republicanos no contaban con una marina lo suficientemente grande como para detener las avanzadas de refuerzos y suministros llegados de diferentes partes por el Orinoco, que iban hacia las fortalezas de Guayana y, principalmente, a Angostura33. Esto permitió que, al menos dos puntos, pudieran resistir más tiempo a pesar de la falta de municiones y alimentos. El ocho de mayo llegaron auxilios para la ciudad de Angostura y las fortalezas de Guayana, ingresando tasajo, arroz, maíz, reses, entre otros víveres. Igualmente, el brigadier La Torre, encargado de la defensa, dispuso de dinero para traer de la isla Martinica nuevos suministros34.
Sin embargo, a pesar de estos auxilios, fue imposible mantener la defensa de Angostura, sumándose la pronta llegada de la flota que traía el almirante Luis Brion35, lo que obligó a los realistas a abandonar la ciudad el 16 de julio de 1817. De igual manera, con dirección a Cumaná, los realistas decidieron abandonar las fortalezas el 3 de agosto de 181736, quedando de manera definitiva la provincia de Guayana en manos de las fuerzas emancipadoras37. En consecuencia, Guayana se constituyó en un espacio de interés geoestratégico en el proceso de emancipación, tanto en el interés geopolítico como sociocultural, permitiendo aumentar las posibilidades de éxito de las futuras campañas por la independencia de Venezuela y Nueva Granada38.
4. La provincia de Guayana tras la campaña libertadora
Desde el inicio de la Independencia, uno de los principales problemas del ejército republicano fue la cohesión de sus dirigentes, pues esta falta de unión generó una rivalidad constante entre los diferentes generales por el control del poder. Tal es el caso ya mencionado en el que Manuel Piar le pide ayuda a José Antonio Páez para la campaña de Guayana y este se niega a prestar dicha ayuda para quedar en Apure. Asimismo, el caso en el que Simón Bolívar le sugiere a Manuel Piar que no ataque Guayana porque el ejército no estaba preparado para dicha empresa39. Estas diferencias de visión del mundo, junto con la falta de acuerdos sobre cómo llevar la guerra y el liderazgo del ejército republicano, son los factores que van a ocasionar el quiebre definitivo entre Piar y Bolívar40.
Después de finalizada la campaña de Guayana, el conflicto entre Bolívar y Piar llegó a una escala donde el segundo quedó sin mando militar y, finalmente, fue detenido por el general Manuel Cedeño. Lo anterior, bajo orden de Simón Bolívar y con la acusación de insubordinación, deserción, sedición y traición. El motivo de estas acusaciones se habría generado por el 'deseo' del general Manuel Piar de llevar a cabo una guerra de casta entre mestizos y la dirigencia blanca criolla encabezada por Simón Bolívar. Conllevando a un juicio dirigido por Luis Brion, que dictaminó que el general Piar era culpable de todas estas acusaciones, fue fusilado el 16 de octubre de 181741.
En el año 1818, el estado en que se encontraba la provincia después de la Campaña Libertadora de Guayana era crítico, dejando en evidencia el descalabro generado por la guerra. La ciudad de Angostura pasó de ser una ciudad con una bonanza relativa y con un crecimiento comercial significativo, a una localidad caracterizada por la desolación. Como era de esperarse, el hambre y la guerra generaron el empobrecimiento de la población y, por ende, se reconfiguró el escenario bélico. En este punto, destacan las palabras del soldado inglés Alexander Alexander, quien participó activamente en la campaña emancipadora como parte de la legión británica42. Este sujeto, al desembarcar en Angostura, dejó un testimonio escrito en su diario que permite apreciar la magnitud del daño generado por la guerra:
[...] Ciertamente, Angustura (sic) estaba en el estado más deplorable, como que hacía poco había terminado el famoso asedio, cuando se había sentido todos los extremos de la hambruna, y los habitantes habían devorado sus mulas, gatos, perros, etc., antes de rendirse. Todas las familias principales habían huido a Caracas, Cumaná, Demerara, y las Antillas, llevándose sus posesiones valiosas43.
Así entonces, la poca población que quedó estaba constituida, en su mayoría, por personas de bajos recursos que no pudieron abandonar la ciudad, entre ellos mujeres y niños, puesto que buena parte de los hombres fueron alistados para llenar las filas del ejército patriota. Si bien la ciudad de Angostura no continuó con el mismo nivel de intercambios comerciales que tuvo en décadas pasadas, el puerto de la ciudad se mantuvo funcionando como centro de acopio para recibir armas, soldados y enseres necesarios para la guerra y la población civil, los cuales fueron financiados por los recursos de las misiones. Según la documentación de la época, se les prestaba mayor atención a recursos como el ganado de res, mular y asnal, los cuales eran indispensables para financiar la alimentación y el traslado del ejército en los distintos frentes de batalla, así como para la formación de una nueva estructura político-militar que funcionó en la ciudad de Angostura, en medio de una dinámica comercial disminuida44.
De igual forma, esta nueva estructura política-militar requirió de recursos adicionales a los ya obtenidos de las misiones del Caroní para mantener su funcionamiento. Los documentos revelan los numerosos impuestos que se cobraban a las distintas embarcaciones que entraban por el puerto de Angostura para traer y comerciar los bienes provenientes de las diferentes colonias extranjeras situadas en el Caribe, así como de las otras provincias de Venezuela45. Las pulperías, tiendas, bodegas y demás actividades comerciales también debían rendir cuentas de sus movimientos a la hacienda pública, al igual que las embarcaciones, por lo tanto, pagaban los impuestos que se les exigía46.
En el caso de las fortalezas de Guayana, estas se hallaban en un estado de poca utilidad. Las baterías y demás cañones, incluyendo fusiles, fueron inutilizados por los realistas antes de abandonar las fortalezas para que no pudieran ser manejados por las fuerzas independentistas47. Los republicanos instalados en Angostura, ante el estado lamentable de las fortalezas, se vieron en la necesidad de realizar continuas reparaciones y cambios para optimizar la plaza en caso de ataques realistas48. Esto revela la urgente necesidad que tuvieron los republicanos de defender, a partir de entonces, la plaza de Angostura como punto geoestratégico de la causa libertadora, lo que daría paso al nuevo papel de la ciudad como centro político-militar y tribuna del pensamiento bolivariano49.
Fuente: siguiendo los datos aportados por John Princep, en Diario de un viaje a las Misiones Capuchinas del Caroní. Gráfico elaborado por el autor.
Cabe acotar que, al margen de la historia heroica de Guayana, se presentaron hechos importantes en torno a las Misiones del Caroní, los cuales son dignos de mención. En primer lugar, los padres capuchinos encargados de la administración de las misiones habían sido asesinados por las fuerzas independentistas50. Además, el poder establecido tenía poca supervisión sobre las misiones, lo que llevó a una disminución del ganado y de la agricultura. A esta falta de dirigencia en las misiones, se sumó la ausencia de pobladores, quienes, en su mayoría, eran indígenas y fueron reclutados para la guerra o huyeron a la selva para evitar ser alistados. Sin embargo, a pesar de la crisis que se vivió en las misiones, estas siguieron aportando recursos fundamentales para la guerra. En suma, la crisis que se vivió en las misiones representó un elemento que influyó decididamente en los recursos fundamentales requeridos para ambos bandos durante la guerra51.
En el diario personal de John Princep, un comerciante inglés que quería arrendar las misiones, menciona, como parte de sus observaciones, la forma en que había disminuido la población indígena en comparación con los tiempos prósperos de la Colonia (véase figura 4). Los datos aportados por este viajero sirven de fuente para comprender cómo un conjunto de asentamientos desaparecieron o disminuyeron a niveles críticos a causa de la guerra52. Si bien el estado económico de la provincia no era el más alentador, en el aspecto político y militar fue mucho mejor para los independentistas, quienes venían de derrota en derrota. Angostura no solo permitió tener un establecimiento seguro para guiar campañas a otras regiones y garantizar la independencia de las provincias que formaron la Capitanía General de Venezuela, sino también el de otras regiones del continente como lo fueron Nueva Granada, Quito, Guayaquil, Perú y Bolivia. Tal como le advirtió el General Pablo Morillo al Brigadier Miguel de La Torre en las instrucciones que le dio antes de embarcarse para Guayana: «[...] Sin olvidar jamás que, perdida la importante Plaza de Guayana, se seguirían las más funestas consecuencias a las Armas de S.M en las provincias de Venezuela y Nuevo Reyno de Granada»53.
La pérdida de Guayana fue definitiva para los realistas, quienes no pudieron recuperar la provincia y esto fortaleció simultáneamente las estrategias de Simón Bolívar. La creación del Correo del Orinoco (1818) como órgano de propaganda oficial informaba sobre las acciones llevadas contras el enemigo. Desde este enclave, el libertador dio forma a un nuevo mapa geopolítico hispanoamericano54. El Congreso de Angostura (1819) aportó una nueva arquitectura política al adoptar una constitución y renombrar la unión de Nueva Granada y Venezuela: la República de Colombia; sentándose así las bases fundacionales de una concepción republicana que va a repercutir, a partir de entonces, en todo el escenario suramericano55.
5. Conclusiones
La investigación ha arrojado que, a pesar de los aportes realizados, el tema ha sido poco trabajo, debido a las distintas aristas que presenta, lo que da cuenta de la importancia de realizar nuevas investigaciones que permitan arrojar mayor claridad y profundidad en este sentido. Entre los autores más destacados y de consulta obligatoria se encuentran Tavera Acosta e Hildelisa Cabello56. Igualmente, resulta pertinente mencionar a Asdrúbal González, Manuel Alfredo Rodríguez, Américo Fernández y Antonio Octavio Tour, quienes, aunque sus objetos de estudio han sido las vidas de personajes como Manuel Piar o Simón Bolívar, han abordado con gran interés el tema de la independencia en el contexto guayanés57.
Cabe acotar que la región Guayana prosperaba desde la Época Colonial, mostrando significativos avances económicos y comerciales, los cuales sentaron progresivamente las bases que convertirían a esta parte del territorio venezolano en una zona significativa y de gran interés para la causa libertadora. En consecuencia, entre los principales factores que hacían de la provincia un lugar estratégico se encuentran: en primer lugar, la posición relevante gracias a su vinculación con el río Orinoco, principal vía de comunicación fluvial que generaba acceso directo al interior de esta y otras provincias; en segundo lugar, la presencia de poblados cercanos y misiones religiosas, por los que circulaban productos de valor estratégico que revalorizaban el puerto de Angostura, donde se embarcaban y transportaban rubros agrícolas y pecuarios; y, por último, la existencia de un sistema defensivo fundamentado en fortalezas que proporcionaban seguridad al territorio y dominio de los recursos de la región.
Entre los aspectos para el estudio de la Guayana venezolana durante el periodo mencionado, destaca cómo la independencia dejó claro el valor geoestratégico de esta provincia al servir de proveedora regular de los recursos que demandaban las fuerzas realistas, al tiempo que se volvió área de interés para los independentistas. Asimismo, es importante destacar que, desde el inicio del conflicto, estos intentaron por todos los medios penetrar las defensas realistas para hacerse con el control de la región; por tal motivo, el año 1817 pasa a ser un hito en la historiografía guayanesa, que ha formado parte hasta hoy de la conmemoración simbólica del país58. Este hecho deja en evidencia la profundidad del conflicto, dándole protagonismo a Angostura frente a otros asentamientos que también quedaron abatidos a causa de la guerra. De esta manera, Angostura pasa a ser el bastión político-militar donde se enuncia la edificación del proyecto bolivariano que dará como resultado la proyección de la República de Colombia.
Doscientos años después, la campaña llevada a cabo por lo independentista en Guayana y la Batalla de San Félix como hecho, a lo largo del tiempo, han adquirido relevancia dentro del imaginario cultural de los habitantes de la región, revelándose en un sentimiento de identidad hacia dicho proceso histórico y manifestándose en eventos que representan y rememoran lo ocurrido en Guayana en el año 1817. Por lo tanto, este territorio, ubicado al sur de Venezuela, no solo se muestra al mundo como un espacio poseedor de riquezas minerales y estratégicas, sino como una tierra con una vasta riqueza cultural aun por examinar, estudiar y comprender desde la Historia cultural como disciplina de conocimiento59.