Introducción
El desarrollo histórico vivido por la Escuela Normal Central para Varones desde su fundación ha sido un proceso, el que ha enfrentado una serie de dificultades, retos, desaciertos y aciertos. Este artículo presenta la primera época desde su fundación el 19 de enero de 1875 y hace un recorrido desde la creación de la denominada primera Escuela Normal en Guatemala en 1831, la que no funcionó en la realidad. En él se incluyen aspectos relacionados a los acontecimientos más importantes que se presentaron para su implementación: el pénsum de estudio, las primeras autoridades, profesores, las crisis enfrentadas, entre otros aspectos claves.
La realización del artículo se justifica en la necesidad que existe a nivel nacional e internacional de sistematizar y organizar cronológica y académicamente, la fundación y desarrollo de la Escuela Normal en Guatemala, con el propósito de motivar y ofrecer insumos para el análisis histórico y el diálogo social alrededor de la historia del normalismo, el desarrollo y fortalecimiento de la formación docente en el país.
El desarrollo del artículo parte del problema ¿Cuáles son los aspectos históricos relevantes de la fundación, autoridades, profesores, crisis y cambios constantes de la Escuela Normal en Guatemala, que podrían promover el análisis del desarrollo histórico de la carrera docente en el país?
Empleo como método, la investigación documental, consultando fuentes escritas como libros y revistas de la época; además, empleo el estudio del arte como modalidad de la investigación documentad, la que permitió estudiar el conocimiento ya existente y acumulado en este tema. Como estrategias complementarias hizo uso de entrevistas para la recolección de la información.
El artículo pretende adentrarse en aquellos acontecimientos que son importantes de señalar y los problemas acaecidos en el pasar de los años cuando la situación financiera y política afectaron su funcionamiento. Es de resaltar que, hubo una diferencia entre la primera escuela normal creada por decreto en 1831 y la otra fundada en 1875, la primera iba dirigida a atender estudiantes de condición económica acomodada y la segunda visionó una atención a estudiantes surgidos de la población humilde del país. El propósito de esta, era encarrillar al país por la senda del verdadero progreso nacional. De la primera escuela normal de 1831 no hay evidencia escrita que haya logrado concretarse, se dice que solo quedó en documentos.
El contenido del presente artículo, y como parte del estudio del arte realizado para concretar este artículo, se presentan documentos de la época, los que dan sustento a lo expuesto. Estos tienen un valor significativo pues en ellos se resume la visión y los alcances de las decisiones tomadas para la implementación de una de las instituciones de más importancia para la época.
De acuerdo al estado del arte realizado como sustento del presente artículo, se resalta que, al inicio de la nueva escuela normal, se tuvo una gran influencia de Cuba de donde, por la admiración hacia el presidente Justo Rufino Barrios, se tuvo a José Martí, como docente, entre otros. También Bélgica aportó profesores en un momento clave del funcionamiento de la institución. Estos países contribuyeron en diferentes momentos para fortalecer el equipo de docentes que laboraba en la escuela normal, formando a los entonces, futuros maestros. También se envió a profesores a Cuba a formarse en aspectos educativos con fines de réplica 0 dentro del sistema educativo.
La escuela normal enfrentó problemas desde su inicio, con presupuestos débiles, carencia de instalaciones y anexiones a otros centros educativos, lo que le generó falta de autonomía para su funcionamiento, cambios constantes en el pensum de estudios, variación en la duración de los estudios y otros aspectos que hicieron difícil su funcionamiento. La escuela normal, además de la formación de los docentes que era su principal función, también tuvo otros aportes significativos como: a) la publicación de la revista normalista, un medio es divulgativo muy importante en la época y que marcó el paso para que otros se interesaran en divulgar su quehacer; y b) la participación estudiantil beligerante fue una característica ss que resaltó en los normalistas de la época.
La escuela normal tuvo que consolidarse cuando mejoró sus condiciones de estudio para no dejarse opacar por los estudios de bachillerato que eran de mayor tiempo y habilitaban para continuar en la universidad. Es importante destacar también, que la escuela normal vivió una época de militarización que generó instrucción que lastimó y afectó la formación del magisterio, pero que a la vez, hizo brotar la conciencia social de los futuros maestros, generando acciones de manifestación y descontento que dieron como consecuencia una visión diferente para ese centro de estudios.
Por aparte se hace referencia que, el artículo solo incluye desde la instalación de la escuela normal en 1875 (incluyendo el intento fundacional de 1831) hasta 1918. Considerada esta la primera época de la escuela normal para varones.
Contexto previo a su creación de la primera escuela normal
Portada del documento Método fácil de enseñar a leer y escribir. Matías de Córdova Guatemala: La Imprenta Nueva, 1824.
Portada del documento Método fácil de enseñar a leer y escribir. Matías de Córdova Guatemala: La Imprenta Nueva, 1824.
Los primeros esfuerzos para hacer realidad la formación de maestros que necesitaba Guatemala, data del año 1831, dentro del periodo denominado progresista del Doctor Mariano Gálvez. Es en este período y por decreto gubernativo del 7 de julio de 1835, se acordó la fundación de primera Escuela Normal, la que tenía como propósito, graduar a maestros de primeras letras, siendo su primer director, el educador portugués, don Antonio C. Coello, como lo plantea René Arturo Villegas Lara1 en su libro "La escuela normal que yo conocí.
Además, como ha sido referido en el párrafo anterior, y de acuerdo a López Rivas, Oscar Hugo y Cortez Sic, José Enrique2, durante el período de Gobierno del Dr. Mariano Gálvez (1831 a 1838) se decretó también la creación de la primera Escuela Normal Lancasteriana, la que vivió su auge en ese momento. Es importante referir que en paralelo a la organización de las Escuelas Lancasterianas, se pensaba ya en cómo debían ser formados los futuros maestros, según lo expone González Orellana3.
En tal sentido, es importante hacer ver que el método lancasteriano empleado por la Normal Lancasteriana, también conocido como el sistema de enseñanza mutua, según lo refiere Osvaldo Granada Paz en su artículo Introducción de la enseñanza mutua en las escuelas de Cuba, Guatemala y México4, para su difusión se apoyó en publicaciones periódicas y la edición de manuales por parte de las Sociedades del País; misma que para el caso de Guatemala, como lo describe el siguiente párrafo, decreta la fundación de la primera Escuela Normal.
En tal sentido, el decreto de fundación de la primera Escuela Normal de fecha 30 de septiembre de 1831, del que se presenta transcripción a continuación, establece que sería dirigida por la entonces Sociedad Económica, que su objetivo se centraba en la formación de preceptores a quienes se encomendaría presidir las escuelas elementales, las que debían enseñar a leer, escribir, contar y principios de moral y urbanidad. Además, evidencia la figura de los institutores y su función y rol específico, como formadores de los preceptores que egresarían de esta primera Escuela Normal. Finalmente, establece la forma y acreditaciones necesarias que debían presentar los preceptores para integrarse al Sistema Educativo de ese momento.
El pensum de estudios de ese momento se consideró limitado y comprendía como lo expone Mardoqueo García Asturias5, en su libro Cien años de normalismo en Guatemala, seis cursos básicos y las condiciones de los alumnos que debían ingresar a dichos centros normales. Destacando, además, que la Academia de Ciencias en esa época era la Universidad, siendo la encargada de la Instrucción pública del país y de hecho la Escuela Normal quedó como dependencia de la Universidad Nacional.
Durante el gobierno del Doctor Mariano Gálvez como lo plantea Mardoqueo García Asturias6, en su libro Cien años de normalismo en Guatemala., su ley declaró la inamovilidad de los Maestros que cumplieran con sus obligaciones, ya que sus cargos habían sido obtenidos por oposición; dejando, además, el derecho a la jubilación. También expone que la caída de Gálvez y el régimen Conservador de los 30 años de Rafael Carrera, trae consigo obstáculos y como consecuencia desaparecen los avances alcanzados.
De acuerdo a lo antes expuesto, es importante destacar que, durante 1832, en el gobierno de Mariano Gálvez y en su calidad de Jefe de Estado de Guatemala, decreta las bases de la Instrucción Pública y dentro de estas, estableció la "Academia de Ciencias" que hoy en día es la actual universidad y que de acuerdo a García Asturias7 la visionó como un establecimiento central de enseñanza, encargado de difundir la cultura del país, intensificando la instrucción en general.
Con la irrupción del gobierno liberal y la instauración del gobierno conservador que duró 30 años, como lo refiere Zamora P, Jorge L en su Reseña Histórica de la Formación Docente en Educación física en Guatemala8, en este periodo de tiempo no se creó, ni existió ninguna escuela normal, lo que no permitió dar seguimiento a los logros del gobierno de Mariano Gálvez.
Durante 1838, según Luis Antonio Menendez9, con el derrocamiento del Doctor Mariano Gálvez y la llegada del General Rafael Carrera, se inicia la época del Estado de Guatemala y es gobernada casi exclusivamente por el partido Conservador, el que se caracterizó por el regreso al uso de las costumbres de la Colonia, espacio de tiempo en el que la formación de los maestros también sufrió cambios y un retroceso, pues como ha sido mencionado anteriormente, los avances y logros alcanzados en materia educativa, como en otras áreas, desparecen.
Posterior al régimen conservador y como producto de la Reforma Liberal que desde sus más severas acciones a partir de 1871, según lo refiere Manolo Hernández en su libro Historia del Ministerio de Educación10, fueron la posición frente a la Iglesia y las reforma educativa. Durante este período, el General Justo Rufino Barrios, con fecha 19 de enero de 1875 y mediante Decreto 131 se establece la Escuela Normal Central para Varones, la que, para el autor como René Arturo Villegas Lara, es la segunda fundación de la primera Escuela Normal para varones en Guatemala. De hecho, la formación de maestros hasta hoy día, encuentra sus orígenes en el modelo de la revolución de 1871 como lo refiere Bienvenido Argueta Hernández en el Censo de Escuelas Normales en Guatemala 200411.
La fundación de 1875 como lo platea René Arturo Villegas Lara12 en su libro "La escuela normal que yo conocí, es el verdadero principio de la que llama "nuestra gloriosa Escuela" y que se anticipa a México al organizar un centro de esta índole, pues en el vecino país, se 45 fundó hasta el 24 de febrero de 1887.
Dentro del marco histórico general que ha sido recorrido en esta sección y que va desde - 1831 hasta 1875, sobre la fundación de la primera Escuela Normal como tal, López Rivas, Oscar Hugo y Cortez Sic, José Enrique13 en su artículo Las Escuelas Normales en Guatemala Origen y desarrollo, crisis y situación actual, exponen que durante la década de 1870, previo a la fundación como tal de la Escuela Normal Central para varones, fueron creados los Institutos Normales de Quetzaltenango, Chiquimula y Antigua Guatemala (1872-1874); lo que permite establecer que si bien es cierto los Institutos Normales persiguieron como propósito la formación de maestros, es la Escuela Normal Central para Varones, el primer q establecimiento con categoría de Escuela Normal en Guatemala en 1875; siendo estos, parte de la primera generación (período de la época revolucionaria) de la Creación de Institutos y Escuelas Normales.
Creación de la Escuela Normal Central para Varones en Guatemala
La creación se concreta mediante Decreto 131 de fecha 19 de enero de 1875 como producto de la Reforma Liberal y bajo la administración de Justo Rufino Barrios, con el deseo de encarrilar al país por la senda del verdadero progreso nacional y que fuera de beneficio la enseñanza para el pueblo humilde y no solo para los hijos de familias acomodadas, como se describe a la Fundación de la Escuela Normal Central para Varones en el Decreto Número 131 y que en su artículo 1 dice: Establécese en el edificio del extinguido Colegio Mayor la Escuela Normal Central, en el que luego funcionó la Facultad de Medicina, hoy Paraninfo Universitario y que estuvo a cargo de los sacerdotes del entonces convento de San Vicente de Paúl.
En paralelo al Decreto de creación se aprueba el Reglamento14 que consta de 6 capítulos, el primero considera las ramas de enseñanza; el segundo de los alumnos; el tercero acerca de la dirección y servicio profesional; el cuarto, del prefecto, del ecónomo y de los otros empleados del establecimiento; el quinto de la escuela primaria para la enseñanza práctica; y el sexto de los exámenes y de los diplomas.
A continuación, se presenta la transcripción del reglamento para el decreto de fundación de la Escuela Normal Central para varones como fue nombrada en 1875 y que fuese emitido por Justo Rufino Barrios el 19 de enero de ese mismo año.
El Reglamento antes descrito, permite identificar: a) la estructura organizativa y técnico q administrativa, así como los procesos seguidos para el funcionamiento; b) la selección de alumnos a nivel nacional para las diferentes modalidades de asistencia o permanencia en el establecimiento y como estas involucraron a las municipalidades de las cabeceras de cada departamento; c) las ramas de estudio por año de formación; d) la selección del personal que ofrecía servicios en la Escuela; e) el desarrollo de la enseñanza práctica hoy conocida como práctica docente en una escuela anexa o de aplicación como han sido denominadas en las últimas décadas; y f) el sistema de evaluación y obtención de diplomas y títulos, así como la forma en que debían los egresados, ser incorporados y nombrados para formar parte del EE Sistema Educativo de aquella época.
De acuerdo a García Asturias15 la Escuela Normal comenzó a funcionar luego de su decreto de fundación y reglamento y para el 31 de marzo de 1875 contaba ya con 31 alumnos internos-becarios y varios externos, sin precisar un número exacto. Además, destaca, "puede en consecuencia decirse que la enseñanza normal se inició en Guatemala con la Escuela Normal Central para Varones", esto debido a que, de los establecimientos fundados previo a este, no hay ninguna historia, lo que se debe quizá a que únicamente fueron escritas en papel, como otras tantas disposiciones de aquella época.
Valioso es rescatar como lo relata García Asturias, que el material del establecimiento fue todo un acontecimiento de la época, pues los muebles fueron traídos del extranjero y se le ofreció todo el impulso que se le pudo dar, ello con el propósito de formar buenos maestros para las escuelas nacionales y así sustituir a maestros improvisados, que lo fueron como consecuencia de diferentes factores, por maestros preparados.
Cambios en el nombre que se han dado a la Escuela desde su fundación en 1875 en esta primera época de su historia
Los distintos momentos históricos de orden político fueron marcando cambios en el nombre de la hoy Escuela Normal Central para Varones.
1. Su primera sede y traslados
En 1892 como lo expone René Arturo Villegas Lara16 en su libro "La escuela normal que yo conocí, por motivo de una huelga contra su director, don Manuel R. Ortega, fue trasladada al edificio de la Mayoría General del Ejercito.
Como parte de un nuevo cauce pedagógico, en el año de 1896, se fusionó con el Instituto de Indígenas, tomando el nombre de Escuela Normal Central de Profesores, bajo la dirección del educador guatemalteco don José María Fuentes.
El 22 de diciembre de 1898 por acuerdo gubernativo se dispuso que al edificio del Instituto Agrícola de Indígenas se trasladará la Escuela Normal, entonces bajo la dirección del profesor José Vicente Echeverría y adquirió entonces el nombre de Escuela Normal Central de Profesores e Instituto de Indígenas, instalándose en un edificio de tres pisos ubicado en la finca "La Aurora", el mismo fue destruido por los terremotos de 1917.
Con la caída del gobierno de los 22 años (Gobierno de Manuel Estrada Cabrera), la Escuela Normal fue trasladada al edificio que ocupó el Liceo Joaquina (actualmente el INCA), a cargo del maestro José Mercedes Fuentes.
Finalmente, en el año 1939, la Escuela Normal experimenta su último traslado, siendo esta vez, al edificio en el que se encontraba la Escuela República de Uruguay, situada en la 7a. Avenida 4-29 zona 13, lugar que ocupa actualmente y del que a continuación se comparten los folios del libro del Registro de la Propiedad de Guatemala en el que se encuentra la inscripción y el mapa de las instalaciones de este.
Directores desde su fundación
El primer director de la primera Escuela Normal para Varones en Guatemala fue el maestro cubano José María Izaguirre, quien nació en 1830 y falleció en 1905, era pedagogo y político cubano. Fue contratado por el gobierno de la Reforma para fundar la Nueva Escuela Normal, considerando sus atributos innovadores para introducir en la educación una metodología moderna. Contó con colaboradores de talla moral e intelectual como el señor Martí y Juan H García Purón. Siendo este como lo expone Mardoqueo García Asturias17, en su libro Cien años de normalismo en Guatemala, "Maestro cubano de grandes prestigios y de positivo relieve".
Luego de 10 años de funcionamiento, la Dirección es asumida por un militar, el primero en ostentar el cargo, siendo este el coronel Enrique C López, originario de Colombia y que lo hace de 1885 a 1888; es notable destacar que su salida del cargo se debió a medidas disciplinarias rígidas, lo que generó inconformidades y discrepancias entre el estudiantado de la época, evidentes a través de un levantamiento y paro de las labores.
Otro de los directores que han sido reconocidos como uno de los mejores de todas las épocas, como lo expone Mardoqueo García Asturias18 es el profesor hondureño Miguel Morazán, quien asume en 1922 y tuvo preocupación por todos los aspectos de la vida, de la escuela y de los alumnos; él decía: "que se trataba de una gran familia, un hogar en el cual el Director es el padre y los profesores los hermanos mayores, los alumnos son los niños del hogar".
La generación formada durante su gestión asimiló sus enseñanzas y las proyectó. De hecho, como lo relata el exalumno Roberto Cabrera Guzmán (1984) en el libro 100 años de normalismo, Don Mardoqueo (autor del libro antes mencionado) fue un claro ejemplo de las enseñanzas y proyección de Morazán, había aprendido de él: el carácter y dignidad de los hombres; la virtud y consagración a la tarea docente y al normalismo; y entrega a la juventud para respetar su autonomía y libertad.
De acuerdo a René Arturo Villegas Lara19 en su libro "La escuela normal que yo conocí, los profesionales que han estado a cargo de la hoy Normal Central para Varones son:
Eventos importantes luego de la fundación de la Escuela Normal Central para Varones en Guatemala
Luego de la fundación de la Normal Central para Varones, y en esta primera época (1875-1918,) analizada a través del artículo, fueron surgiendo eventos e iniciativas que marcaron la historia de la educación en el país, siendo algunas de ellas:
El Normalista (1889): revista de divulgación cultural de la Escuela Normal Central para Varones. Su contenido era pedagógico y educativo, se convierte desde entonces, en el antecedente de cualquier publicación de este tipo y que motivó otras publicaciones con el mismo nombre en diferente épocas, como la Revista EL NORMALISTA20, del año 1 de octubre de 1945, número 2 que estuvo bajo la dirección del profesor Carlos González Orellana.
Llegada a Guatemala de profesores belgas: llegan en 1906 a la Escuela Normal y gestaron cambios en el pénsum de estudios, los que fueran considerando el desarrollo y desenvolvimiento del niño y del aprendizaje; hacen en ese momento reflexiones y críticas duras acerca del uso excesivo de la memoria, buscando integrar conocimiento objetivo y vinculándolo con la naturaleza, como lo refiere Mardoqueo García Asturias21.
Escasez de maestros: para 1907 y como consecuencia de una no adecuada remuneración que permita satisfacer las necesidades y de no contar con mayores oportunidades para continuar estudios universitarios, muchos de los egresados buscan el bachillerato. En este momento histórico, en 1911 específicamente, se auspicia como lo expone Mardoqueo García Asturias, la primera beca de observación para estudiar los sistemas de enseñanza en Cuba, y se mejora también el pensum de estudios, incorporando el trabajo manual y canto.
Resurgimiento de la Escuela Normal Central para Varones tras la caída de Estrada Cabrera: luego de 1917 y 1918 en el que debido a los terremotos se vio paralizada el día a día de labores, y que se vive un período en el que los "documentos estaban cuajados de servilismo que asqueaban" como lo expone García Asturias22 llega el régimen Unionista y es así como a partir de 1920 surge de nuevo la Escuela Normal ya separada del Instituto y en un edificio propio.
Llegada de militares a la Escuela Normal: la llegada militar que se diera en varios momentos de esta primera época desde su fundación resultó una estrategia de improvisación, pues fue un maestro improvisado como lo expone García Asturias23 "sin más ejecutorias que la dureza de una disciplina que mata el espíritu de la juventud 55 y forma serviles donde debiera formarse ciudadanos conscientes". De estas situaciones vividas el magisterio de esa época afirmó que se "necesita de la agitación revolucionaria que despierte las conciencias dormidas".
Sus primeros profesores y estudiantes
Los primeros profesores de la Escuela Normal Central para Varones fueron extranjeros, los que ofrecieron las diversas materias, dentro de los que podemos mencionar y que han sido ya citados anteriormente en este artículo, señor Martí y Juan García Purón, cubanos, quienes 0 llegaron a Guatemala por la admiración que en ellos despertaba el General Justo Rufino Barrios, al ser el único gobernante de América que reconoció la Independencia de Cuba.
Para 1876 y bajo la dirección del Profesor Isaguirre, la Escuela Normal contó con 6 profesores para las diferentes áreas y además, con una Escuela de Aplicación con 28 alumnos en la que describe García Asturias24, los normalistas efectuaban su práctica turnándose, en el servicio de la escuela, semanalmente dos a dos, siempre bajo la dirección y vigilancia del Director que aparte del cargo, facilitaba los cursos de lectura corregida y explicada, gramática castellana, geografía e historia universales.
Es importante hacer ver, que el segundo año luego de su fundación (1876), no funcionó la Normal, pues las condiciones económicas no lo permitían, Guatemala se encontraba en guerra con El Salvador y los recursos eran empleados en esta y no en la Educación Pública.
De acuerdo a las circunstancias de guerra y lo que trajo consigo, se prestó atención a las necesidades del plantel como destaca Izaguirre en su primer informe. Teniendo como resultado según García Asturias, en el primer año 29 alumnos y en el segundo sin funcionar, 25.
Para el año 1877, la Ley Orgánica de Instrucción Pública dictada, estableció la organización y creación del Consejo de Profesores en establecimientos de segunda enseñanza, normales o institutos, esto con el propósito de fortalecer el funcionamiento y desarrollo de los centros educativos, así como de asesoría a la máxima autoridad del establecimiento.
El primer pénsum de estudios y cómo evolucionó
El pensum original de estudios sufrió su primer cambio con la crisis de 1876, esto como consecuencia del factor económico, lo que originó un retroceso al estado de la Escuela Normal, ya que el acuerdo emitido por el poder ejecutivo consideró que la Normal podía cumplir su misión circunscribiendo su programa de enseñanza a las materias de Primaria Elemental y Superior, quedando de la siguiente manera, como lo describe García Asturias25:
En la Escuela Normal se daría unicamente instrucción Primaria y Superior.
La enseñanza se daría en 3 cursos de 10 meses cada uno; distribuida así: el primero: Instrucción Primaria Elemental y Pedagogía; el segundo: Instrucción Primaria Superior y Pedagogía; y en el tercero: Estudios complementarios sobre Instrucción Primaria Elemental y Superior y enseñanza práctica que deberían dar en el establecimiento los alumnos, según sus aptitudes.
Se establece una clase de Agricultura
Se dejan como máximo 40 plazas de becarios debiendo ser sustituidos los que no manifiesten aptitudes para ser maestros.
Los alumnos que solo hagan los estudios de primer Curso recibirían un diploma de Maestro de Instrucción Primaria Elemental y el que haga los 3, el de Instrucción Primaria Superior.
Como una medida de economía fue suprimida la Primaria Anexa, debiendo hacer la práctica en los cursos inferiores.
Los cambios que marcó este nuevo pensum de estudios fueron poco acertados en la formación de los maestros, sin embargo, a la vez se considera hasta la fecha, un triunfo que permitió seguir sosteniendo en forma especial la Escuela Normal, misma que a criterio de personas de la época, debía desaparecer.
El hecho antes citado como parte de la crisis, refleja que, a lo largo de la historia de Guatemala, la educación no ha ocupado un lugar importante en la formulación de presupuestos nacionales, dejando a un lado que es la que puede generar desarrollo en los diferentes ámbitos de la vida de un ser humano y por ende de la sociedad de un país; y para ello no debe perderse de vista que el retorno de la inversión en educación es a largo plazo.
Para 1879, la nueva Ley de Instrucción Pública, según García Asturias26, produjo que los estudios de Magisterio se desarrollaran siempre en 3 años, pero ahora de la siguiente manera: en el primer año, Perfección de la enseñanza complementaria en las clases del Instituto, sin materias de la profesión; el segundo y tercer año, cursaron las materias de Fisiología e Higiene, Elementos de Algebra y Geometría, Traducción de los Idiomas Inglés y Francés, así como Pedagogía Teórico-Práctica. Es importante exponer, que la orientación de esta nueva ley fue redactada por el Dr. Darío González, Lcdo Antonio Batres, Lcdo Antonio Lazo y Enrique Toriello.
Para 1884 con el Decreto 312 siendo el presidente el General Barrios y el ministro de instrucción Ramón Murga, realizan cambios a la Ley Orgánica y Reglamentaria, los que produjo como refiere García Asturias27, un cambio a 4 años para la carrera de Magisterio, esto como efecto de la observancia de un descuido en la formación y de que los Bachilleres estudiaban 5 años para serlo.
Crisis y transformaciones
La primera de las crisis enfrentada por la Normal Central para Varones se da como resultado de la situación económica que vivió Guatemala y que afectó el presupuesto asignado a Educación principalmente, de esa cuenta de acuerdo a lo relatado por García Asturias28, - se dispuso que el presupuesto de gastos de la Escuela Normal fuera pagado con fondos de la Universidad Nacional, que también enfrentaba dificultades económicas; esta disposición fracasó pues la Universidad no gozaba de independencia económica absoluta, por lo que vuelve a quedar el presupuesto en manos de la Tesorería General de la Nación.
Con motivo de los exámenes de fin de curso de 1876, se deduce como también lo plantea García Asturias, que, a pesar de las buenas informaciones recabadas de la Normal, esta no era del todo satisfactoria al ser un establecimiento de calidad y categoría, esto porque al ser una escuela Normal no ofrecían clases de Pedagogía y al observar que los resultados en los exámenes de Lectura y Gramática no fueron satisfactorios; siéndolo si en Caligrafía, Aritmética y del orden de modales y compostura.
Otra de las crisis enfrentadas, se da en 1879, ya que en diciembre se emitió el Decreto No. 253 que promulga la nueva Ley de Instrucción Pública y que se constituye como un retroceso significativo para las Escuelas Normales, pues como cita García Asturias29, las suprime como establecimientos independientes y encargadas de ofrecer la formación pedagógica a los futuros maestros, transformándolas entonces, en "párasitas" de los Institutos de Segunda Enseñanza y en los que se crearía una sección Normal en la que se cursarían en 3 años los cursos de magisterio. Para Los Institutos que tenían sección Normal se estableció una Escuela de Aplicación para la práctica de los normalistas.
Otro de los grandes cambios que experimentó la Normal, fue en 1880, al desaparecer como establecimiento independiente y que sus actividades pasarán a ser parte de las del Instituto Nacional Central.
En 1882, siendo presidente interino el General José María Orantes y ministro de Instrucción Pública, Delfino Sánchez, como lo refiere García Asturias30, el 23 de noviembre se emite el Decreto 288, una nueva Ley de Instrucción Pública, que para la enseñanza realizó únicamente cambios de carácter secundario y deja aún supeditada la enseñanza normal a los Institutos. Además, esta ley exoneraba a los alumnos del pago exámenes y matrículas a los normalistas. Es importante destacar que, con esta Ley, las Normales (secciones en los Institutos) ofrecerían clases de Artes y Oficios.
Es hasta 1888 de acuerdo a García Asturias31, que la Asamblea Nacional Legislativa considerando el dictamen sobre la memoria del Ramo de Instrucción Pública, "aprueba la separación de las enseñanzas Normal y Secundaria", con él la consideración de ser una medida que permitiera concretar la aspiración de formar un "núcleo de maestros de verdad". Sin embargo, no es hasta 1892 que el General Manuel Lisandro Barillas como presidente y Feliciano Aguilar como ministro del Ramo, firman el acuerdo que separa definitivamente los estudios de secundaria y normal, reiterando la necesidad de formar a los maestros que necesitaba el país y crean una sola Escuela Normal de Varones en la ciudad capital.
En 1892 se amplía también a 120 las plazas de becarios, pidiendo apoyo a la sociedad y a padres de familia, pero lamentablemente, ese mismo año, todos los propósitos quedan en ideales, porque como lo expone García Asturias32 siendo el presidente María Reyna Barrios y el Ministro de Instrucción Pública, el Lcdo Manuel Cabral, dictan un acuerdo que hace del Instituto y la Escuela Normal, un solo establecimiento, obviamente con propósitos diferentes.
En tal sentido y con este nuevo acuerdo, se abrieron 150 plazas para becados y tenían como requisitos de ingreso: 16 años de edad, ser originario de Guatemala, buena conducta y moralidad, buena salud, certificado de haber ganado la enseñanza complementaria, someterse a un examen de aptitud y celebrar un contrato de compromiso por parte del estudiante para al recibir el título, prestar servicio al Estado en escuelas nacionales por 5 años.
Otros eventos que marcaron cambios en la evolución de esta primera época de la Normal como lo expone García Asturias33 son:
El paro de las Escuelas Normales en 1897, esto por el Decreto 546 emitido por Reyna Barrios y el ministro de Instrucción Pública, don Mariano Cruz, el que modifica el año escolar "estableciéndolo del 1 de mayo a 14 de marzo, dejando para vacaciones: 15 días de este último mes y el de abril, más las vacaciones pascuales del 24 de diciembre al 8 de enero, completando en esta forma los dos meses ya legendarios". En ese momento también se vivía una crisis económica y se clausuran las Escuelas Normales.
En 1898, tras el asesinato de Reyna Barrios, asume la presidencia Manuel Estrada Cabrera, quien mediante el Decreto 573 y que deja sin efecto el 546, dispone que las escuelas reanudaran su funcionamiento el 18 de febrero de ese mismo año, incluidas la Escuelas Normales. También el entonces gobernante dictó una de las medidas más atinadas, refundiendo todos los establecimientos de la misma índole en uno solo que fue la Escuela Normal Central para Varones.
En 1911 la Secretaría de Instrucción eroga la suma de 500 pesos oro americano para que la maestra Natalia Górriz de Morales viaje a Cuba a estudiar los sistemas de enseñanza y así al retorna pueda implementarlos en las Escuelas Normales de Guatemala.
El terremoto de 1917-18 provocan una paralización en los centros educativos de la capital, reanudando el servicio hasta mediado de 1918.
Los primeros títulos
Los primeros títulos de Maestros de acuerdo con lo expuesto por García Asturias34, fueron recibidos por los alumnos Felipe Solano, Alberto Mejía (quien logró desarrollar una prestigiosa carrera dentro del magisterio), Antonio Monzón, José María Pérez, Serapio Cárdenas, Tránsito Dávila (quien en 1914 fue director de la Normal), Bernando Alpírez, Cándido Mejía, Domingo Morales, Manuel Benítez.
Como egresados, salieron para el interior del país con el objeto de difundir la cultura que recibieran en la Normal y retribuir así al Estado con sus servicios educativos.
En virtud de lo anterior, es importante destacar que en 1877 se da importancia a los títulos que se extenderían en las Normales, estableciendo que serían firmados por el Presidente de la República, esto al ser reconocida la carrera como una verdadera profesión y eran de dos categorías según lo explica García Asturias35: Maestros de Primera Enseñanza Completa, cuando los cursos fueran ganados con las mejores calificaciones; y Maestros de Enseñanza Elemental, cuando las materias las ganaban, pero no con las mejores calificaciones.
De acuerdo al Decreto No. 253 "Ley de Instrucción Pública" de diciembre de 1879, los títulos que se extendieron fueron de dos tipos como lo menciona García Asturias36: los ordinarios de Maestro de Instrucción Primaria, y los de alguna especialidad en la Enseñanza Secundaria de: Profesor de la materia respectiva, en la cual se hubiesen seguido estudios especiales. Además, se establece que obligatoriamente al egresar deben prestar su servicio por 4 años. También se fijan condiciones de ingreso a la Sección Normal: Un mínimo de 15 años, constancia de buena conducta y moralidad, certificado de buena salud, certificado de la enseñanza primaria y realizar el examen de aptitud.
Para 1881 como lo expone García Asturias37, en el mes de noviembre obtienen el título de Maestros de Instrucción Elemental y Complementaria, 5 alumnos; 1 de Profesor de Dibujo, como especialidad y otro de Contabilidad aplicada a la Hacienda Pública, esto como resultado del Decreto 253 y que fueron considerados como egresados convertidos en "madrastra de la Escuela Normal".
En 1882, continúa exponiendo García Asturias, el Instituto Nacional Central, aparte de los graduados en Ciencias y Letras, graduó 5 Maestros de Instrucción Elemental y Complementaria y un especialista en Geografía. En este año, los títulos que se obtenían eran de Maestros de Instrucción Primaria, debiendo servir en la Educación Pública 5 años al egresar.
El presente artículo ha recorrido la primera época de la Escuela Normal Central para Varones de Guatemala desde su fundación, y que comprende para efectos del estudio, de 1875 a 1918. En esta época se ha podido identificar las dificultades técnicas y administrativas enfrentadas, las crisis, cambios en el nombre del establecimiento y sus instalaciones, avances y retrocesos, así como identificar los actores clave en esta época. La segunda época, será parte de un artículo de seguimiento, el que dará a conocer no solo el proceso en las áreas ya revisadas, sino que ofrecerá información sobre estudiantes connotados y su legado a la sociedad guatemalteca y mundial, como es el caso de los reconocidos profesionales: 1) Juan José Arévalo, quien de acuerdo al él mismo como autor del libro La inquietud normalista 1920-192738, fue el primer alumno de la Normal en su segunda época, como portador de 60 una beca que su padre gestionó y obtuvo para que continuara su proceso de formación; y 2) Luis Martínez Mont, quien llegará a ser considerado discípulo de Jean Piaget y que fuera asesor pedagógico de Walt Disney.
Conclusiones
La creación de la Escuela Normal para varones en Guatemala fue el inicio de una iniciativa que marcó el desarrollo cultural y educativo del país.
Guatemala fue uno de los primeros países que impulsó el normalismo en la región, con la creación de la primera escuela normal, sin embargo, este estuvo limitado por el actuar de los gobiernos de turno, quienes según su orientación política hacían retroceder o avanzar esta importante iniciativa.
Guatemala, tuvo el influjo de Cuba en los inicios del normalismo apoyado también por Bélgica. Aspectos que, le dieron una connotación particular, empero por algunos sectores conservadores no fue bien visto.
La Escuela Normal para varones ha tenido diversas crisis, estas como parte de la dinámica particular del estilo de gobierno en el país. Estas provocadas por cambio de pensum, duración de los estudios, competencia con el bachillerato, anexión a otras instituciones educativas, militarización, falta de financiamiento etc.
La influencia de la Escuela Normal central para varones en Guatemala ha sido de las más altas socialmente, de ahí han egresado renombrados académicos que han hecho historia en el país.
La Escuela Normal para varones tiene dos épocas para su análisis histórico (1875-1918, 1919-2022), lo que permite estudiar con mayor detalle su evolución.