Introducción
Los sistemas de producción de carne bovina en el trópico tradicionalmente utilizan razas cebuinas de carne por su rusticidad, adaptación y termotolerancia (1). Los agroecosistemas tropicales presentan condiciones climáticas que generan condiciones de estrés en los animales y afectan la disponibilidad y calidad nutricional (baja proteína y digestibilidad) de los forrajes en algunas épocas del año, lo cual afecta la ganancia de peso y reduce la rentabilidad de esta actividad económica (2).
Además de los recursos genéticos cebuinos, se ha encontrado que las razas criollas bovinas colombianas también presentan gran adaptación a las condiciones tropicales y subtropicales (3). Estudios de Scharf et al. (4) reportaron que el romosinuano (Romo) es una raza taurina termotolerante, con características particulares para soportar condiciones tropicales de calor debido a su piel suelta, pelo corto y baja tasa metabólica.
En Colombia se han estudiado las razas criollas blanco orejinegro (BON), Romo y sanmartinero como alternativas para producción de carne y doble propósito en zonas de alta temperatura y humedad ambiental (5,6,7). Algunas investigaciones realizadas en diferentes ecorregiones de Colombia reportan ventajas productivas del cruzamiento de cebúes con razas criollas: cebú x Romo en el valle del Sinú, en el estudio de Vergara et al. (8); cebú x BON y Romo en el sur del Cesar, reportado por Martínez et al. (6), y cebú x BON, en la altillanura del Meta, que describen Pérez et al. (9).
Entre las acciones de adaptación de los sistemas ganaderos a los nuevos escenarios climáticos, se recomienda la utilización de genotipos más adaptados a los agroecosistemas; dentro de ellos, el cruzamiento de razas locales con cebúes permite un biotipo habituado para sobrevivir en ecosistemas naturales de pastizales. Estas estrategias contribuyen al desarrollo de sistemas sostenibles de producción de carne (10,11).
A pesar de la adaptación de la raza brahman y de los biotipos bovinos criollos a las altas temperaturas tropicales, muchos de estos bovinos experimentan con frecuencia estrés térmico en algunas épocas del año (12). Se han encontrado diferencias en relaciones genéticas entre razas criollas con respecto a la tolerancia al calor (13).
Los bovinos en estrés calórico tienen que activar constantemente sus mecanismos de termorregulación, lo que se refleja en el comportamiento de las variables fisiológicas (14,15). Esto genera una reducción en el tiempo de consumo de alimento y, en consecuencia, en el rendimiento productivo (16).
El índice de temperatura-humedad (ITH) es un indicador que permite determinar condiciones de estrés térmico en los animales (17,18). En condiciones tropicales, un animal entra en estrés por calor a partir de un ITH de 72 (18), lo cual causa que el animal no pueda expresar su potencial genético y se reduzca su desempeño. Estudios en Colombia muestran mayores ganancias de peso en las razas sanmartinero, BON y Romo cuando el ITH estuvo por debajo de 72 (19), lo que sugiere que puede haber diferencias en la respuesta de termotolerancia relacionada con la adaptación de cada raza (20).
Bajo condiciones de bosque húmedo tropical se reporta que los animales BON y cebú tuvieron menores tasas metabólicas y estarían mejor adaptados a las variaciones de las condiciones climáticas que otras razas criollas como Romo y costeño con cuernos (16).
En algunas ecorregiones de la Orinoquía se ha planteado el uso de cruces de razas cebuinas con criollas como una alternativa para incrementar la eficiencia de la producción bovina de carne (21,22); sin embargo, existe poca información del comportamiento productivo de cruces con BON y Romo.
El propósito del estudio fue evaluar la ganancia de peso en novillos contemporáneos de los tipos raciales brahman (B), brahman x romosinuano (BxROM), brahman x blanco orejinegro (BxBON), en las condiciones de Piedemonte llanero.
Materiales y métodos
La investigación se desarrolló en la finca San Miguel, ubicada en Paratebueno, Cundinamarca (Colombia). La finca se encuentra a una altura de 256 m s. n. m., con precipitación promedio anual de 3000 mm, temperatura media anual de 27 °C y humedad relativa de 75 % (23). La distribución de las lluvias es monomodal, con una época de lluvias de abril a noviembre y una época seca de diciembre a abril (24).
El proyecto tuvo una duración de doce meses. El sistema de producción presentó un pastoreo continuo en praderas de Brachiaria sp., en suelo de topografía plana. Se seleccionó un grupo de novillos contemporáneos en la etapa de media ceba; estos novillos fueron nacidos y criados en la misma finca. Al comienzo del estudio, se promediaron edades de 23,6 ± 1,3 meses para brahman (B, n = 30); 23,3 ± 0,9 meses para el cruce F1 brahman x romosinuano (BxROM, n = 12), y 23,7 ± 2,1 meses para el cruce F1 brahman x blanco orejinegro (BxBON, n = 13). Los animales permanecieron juntos con un mismo manejo. Asimismo, se evaluó la ganancia de peso usando báscula electrónica y se hicieron tres pesajes en total, cada cuatro meses.
La producción de forraje verde (FV) se determinó mediante aforos destructivos. En cada muestreo, se hicieron recorridos en zigzag, se lanzó el marco (0,5 x 0,5 cm) y se tomaron cinco muestras. El forraje dentro del marco de cada muestra se cosechó a 10 cm del suelo y se pesó para determinar la biomasa. Posteriormente, se separaron gramíneas, leguminosas y arvenses, y se pesaron por separado para determinar la composición botánica. Para conocer la calidad nutricional de las pasturas, se tomaron muestras de 500 g de FV, las cuales fueron llevadas al laboratorio Agrosavia y analizadas por método NIRS; con ellas se determinó materia seca (MS), proteína cruda (PC), fibra en detergente neutro (FDN) y ácido (FDA) y digestibilidad, y energía metabolizable (EM).
Durante el periodo experimental se midió la temperatura ambiente y humedad relativa cada hora con data logger EL-USB-2-LCD. Estos datos permitieron determinar el ITH (19), así como el ITHmax y ITHmin para cada mes.
Se utilizó un diseño completamente al azar, se aplicó prueba de normalidad (Shapiro-Wilk) para el conjunto de datos de las diferentes variables, se utilizó Anova y Tukey para comparar las medias de variables ganancia de peso, producción y calidad de forraje, y composición botánica. El análisis de los datos se realizó mediante el programa Infostat®.
Resultados
Comportamiento climático
Durante el año se presentaron cambios en la precipitación. Específicamente, de enero a marzo y en diciembre se observó menor precipitación en los meses, lo que afectó la producción de forraje, y en los meses de enero a abril se presentó mayor temperatura máxima, que también afecta la producción de biomasa comestible (figura 1).
Durante todo el año se presentó un elevado ITH máximo, lo que indica que los animales estuvieron durante algunas horas del día en estrés calórico. Asimismo, se observa que el ITH mínimo estuvo durante la mayor parte del año cerca al límite de inicio de estrés por calor. Lo anterior muestra que la condición de estrés por calor de los animales durante el día pudo limitar la expresión del potencial genético de los animales, especialmente durante la época de menor precipitación, cuando se observa una fuerte reducción en la ganancia de peso (figura 2).
Producción de forraje verde y materia seca
Entre las dos épocas marcadas de precipitación del año, se presentaron diferencias en la producción de biomasa comestible (p = 0,0017), siendo mayor la producción de forraje en la época de mayor precipitación; además, en esta época se encontró menor porcentaje de arvenses (tabla 1). Este comportamiento en la producción de forraje se vio afectado por la disponibilidad de agua, y las altas temperaturas. La baja disponibilidad de alimento en los potreros durante la época de menor precipitación seguramente afectó la ganancia de peso de los animales.
Calidad nutricional
Se presentaron cambios en la calidad nutricional de la pastura entre las dos épocas de lluvias (tabla 2). Se observó una mejor calidad de la pastura en la época de mayor cantidad de lluvias, en la cual se presentó mayor proteína cruda y menor fracción C de la proteína. También se detectó menor cantidad de fibras, mayor energía metabolizable y digestibilidad, lo que permitió a los animales tener mayor cantidad y disponibilidad de nutrientes para expresar su potencial genético.
Época | MS (%) | PC (%) | Proteína C (%) | EM (Mcal) | FDN (%) | FDA (%) | Diges (%) |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Mayor precipitación | 26,6 ± 4,6 | 11,9 ± 1,1 | 6,2 ± 0,1 | 1,9 ± 0,1 | 63,5 ± 1,2 | 36,5 ± 2,9 | 57,4 ± 0,1 |
Menor precipitación | 38,6 ± 1,5 | 6,6 ± 0,02 | 10,7 ± 0,6 | 1,6 ± 0,01 | 67,1 ± 1,6 | 41,8 ± 0,4 | 51,6 ± 0,1 |
Nota: MS: materia seca, PC: proteína cruda, EM: energía metabolizable, FDN: fibra en detergente neutro, FDA: fibra en detergente ácido, Diges: digestibilidad, (: desviación estándar.
Fuente: elaboración propia.
Ganancia de peso
Durante el periodo de mayor precipitación se encontraron diferencias entre grupos raciales en la ganancia de peso diaria (p = 0,0134), dentro de las cuales el grupo B x ROM presentó mayor ganancia. También se presentaron diferencias en el periodo de menor precipitación (p = 0,0020), donde la menor ganancia de peso la tuvo el grupo B x BON (tabla 3). Este comportamiento se puede atribuir a la disponibilidad y calidad de forraje, al igual que a mayores condiciones de estrés calórico durante algunos meses del año. Esto seguramente afectó al grupo racial menos adaptado a dichas condiciones, que naturalmente limitan la producción ganadera en ecosistemas tropicales.
Época | Composición racial | p = | ||
---|---|---|---|---|
B x BON | B x Romo | B | ||
Ganancia de peso (g/día) | ||||
Mayor precipitación | 625 ± 56,4a | 749 ± 33,9b | 616 ± 21,8a | 0,0134 |
Menor precipitación | 35 ± 52,6a | 169 ± 28,4b | 192 ± 18,7b | 0,0020 |
Nota: BxBON: brahman (50 %) x blanco orejinegro (50 %); B x Romo: brahman (50 %) x romosinuano (50 %); B: brahman (100 %). Medias con una letra común en la misma fila no son significativamente diferentes (p > 0.05). (: error estándar.
Fuente: elaboración propia.
Discusión
Las características climáticas de algunos ecosistemas tropicales generan épocas de lluvia y de sequía, y en otros, épocas de mayor y menor precipitación. Esta circunstancia afecta la disponibilidad de recursos forrajeros y genera condiciones que causan estrés calórico en los animales y afectan negativamente la producción y rentabilidad de los sistemas ganaderos.
En este estudio, las condiciones climáticas presentes afectaron la producción y calidad de forraje en algunas épocas, lo que concuerda con lo reportado por Correa et al. (25) y Vargas et al. (26). Para estos autores, la precipitación y temperatura fueron determinantes en la tasa de crecimiento, velocidad y disponibilidad de forraje en bovinos en pastoreo, lo cual es un factor limitante en algunas épocas del año en la producción de carne. De igual manera, se presentaron momentos de estrés calórico en los animales, que influyeron negativamente en la expresión del potencial genético; esto se puede atribuir a los cambios fisiológicos y metabólicos en los animales para termorregularse (27,28).
Durante todo el año se presentaron momentos del día en que los animales presentaron estrés por calor con ITH elevados (82-90). El grupo racial que presentó mejor comportamiento y desempeño productivo fue el B x Romo, especialmente en la época de mayor precipitación; posiblemente se puede atribuir a cierto grado de tolerancia al estrés, que no afecta negativamente el consumo voluntario de los animales con relación a los otros grupos raciales. Otros estudios han encontrado ITH similares a los reportados en este estudio, según los cuales, en zonas tropicales, los bovinos tienen que producir en condiciones de estrés térmico (29).
Estudios sobre características de adaptación de razas criollas bovinas colombianas indican que es posible hacer selección genética para tolerancia al calor, al identificar los individuos que presentan genes favorables. Estos estudios encontraron un coeficiente de heredabilidad de tolerancia al calor de 0,16, lo que indicaría que existe un control genético moderado en la expresión de la característica (30).
En este estudio, las diferencias productivas y de adaptación encontradas en los cruces cebú F1 con las razas criollas BON y Romo muestran la necesidad de realizar investigaciones de desempeño productivo y reproductivo raciales, en las diferentes ecorregiones, para determinar el potencial adaptativo y productivo de carne de cada raza criolla en cruzamiento con cebú.
La producción de forraje se redujo notablemente en la época de menor precipitación, lo que concuerda con lo reportado por Toledo (31). El crecimiento y disponibilidad de forraje se ve afectado por estacionalidad y la baja precipitación durante el periodo de recuperación de las pasturas, lo cual afecta la productividad de los animales (25,32).
Por su parte, la calidad de los pastos varía entre épocas, siendo mejor en las épocas de mayor precipitación, debido a que las plantas disponen de los recursos para tomar los nutrientes y crecer. La calidad nutricional encontrada por Ramírez y García (33) y Ortega-Aguirre (34) corresponde a la mencionada en este estudio: reportan diferencias en los contenidos de FDN y FDA entre la época de lluvia y de sequía, que es la más alta. Este comportamiento reduce el consumo voluntario de los animales, la digestibilidad y disponibilidad de nutrientes al incrementarse la lignina y al reducir los aportes de PC y energía.
El mejor desempeño de los animales en la época de lluvias se atribuye a la mayor disponibilidad y calidad del forraje en los potreros. Esto coincide con lo encontrado por Torregrosa et al. (35) y Brandão et al. (36), quienes encontraron diferencias estadísticas al evaluar la calidad de la pastura y el rendimiento productivo de novillos cebú y cruzados F1 durante las épocas de sequía y lluvia.
La ganancia de peso en los animales de carne está determinada por varios factores como las condiciones climáticas, genética, calidad de suelo, composición botánica de las praderas, manejo del sistema de pastoreo, etc. Martínez y Gómez (37) reportaron ganancia de peso en novillos F1 B x BON similares a las encontradas en este estudio, en condiciones climáticas y manejo similar, mientras que Torregrosa et al. (35) encontraron mayores ganancias de peso en novillos cebúes (728 g/día) y F1 cebú x Romo (660 g/día) con relación a lo reportado en este estudio. Lo anterior se puede explicar posiblemente por la calidad del suelo, composición botánica y el pastoreo rotacional que permitió a los animales consumir un forraje de mejor calidad.
Como en este estudio, pero evaluando animales puros, Quiceno et al. (38) encontraron mejor desempeño productivo de la raza Romo que la BON, aunque en condiciones topográficas y climáticas diferentes. Martínez et al. (5) reportaron ganancias de peso superiores a las de este estudio, pero no encontraron diferencias entre animales puros de las razas BON y Romo. Esto se puede atribuir en parte al sistema de pastoreo rotacional que permite administrar y suministrar forrajes de mejor calidad nutricional.
A diferencia de lo encontrado en este estudio, Cardozo et al. (16) encontraron mayor eficiencia productiva en animales B x BON en comparación al cruce B x Romo. Posiblemente esto se deba a diferencias en las condiciones de los agroecosistemas donde se realizaron ambos estudios (distribución y cantidad de lluvias, ITH, disponibilidad y calidad de forraje, etc.).
Conclusiones
Se presentó mejor comportamiento productivo (ganancia de peso) en novillos F1 B x Romo en condiciones climáticas de Piedemonte llanero y pastoreo continuo, lo que permite concluir que esta composición racial es una alternativa de manejo genético que permite mejorar los sistemas de producción de carne en ecosistemas de bosque húmedo tropical.