Introducción
A menudo, el ‘vos’ es un pronombre relacionado con la variedad lingüística de argentinos y uruguayos, aunque se sepa que gran parte de Hispanoamérica vosea. Eso se debe a la expansión del español en el continente americano, con la llegada de los conquistadores a finales del siglo XV. Según Bertolotti (2015), el ‘vos’ se vincula con el funcionamiento de los pronombres de tratamiento en el momento en que el español es exportado a América. En aquel entonces, el ‘tú’, el ‘vos’ y el ‘vuestra merced’ compartían el mismo espacio. Este último se convertiría después en la forma utilizada en la actualidad: ‘usted’. El ‘tú’ y el ‘vuestra merced’ eran comunes en situaciones de confianza. En cambio, el ‘vos’ estaba reservado para el tratamiento a personas de más autoridad. Cuando la lengua española llega a América, afirma Bertolotti (2015), el ‘vos’ era el pronombre prioritario, en detrimento del ‘tú’ y del ‘vuestra merced’.
Para Bertolotti (2015), actualmente, hay diferentes combinaciones en el uso de los pronombres de tratamiento. Algunos países usan solo el ‘vos’ como representante de segunda persona del singular; otros emplean apenas el ‘tú’. También están los que alternan entre el ‘tú’ y el ‘vos’, y los que combinan las formas ‘tú’, ‘vos’ y ‘usted’ (para indicar distancia, como en Argentina) y ‘usted’ (de cercanía, como es el caso de Colombia). Sin embargo, la autora llama la atención sobre el hecho de que el ‘vos’ no tiene la misma connotación en todos los países y resalta la idea de que, en los países donde el ‘vos’ coexiste con el ‘tú’, hay una tendencia a que el ‘vos’ sea la forma de menor prestigio. En algunas partes de Latinoamérica, como en Buenos Aires (Rebollo Couto y Kulikovski, 2011), el uso del ‘vos’ se asocia con un mayor rasgo de familiaridad.
Castedo y Peña (2020) precisan que el vos, en regiones de algunos países, como es el caso del oriente boliviano, es forma prestigiosa, y por esto no se puede atribuir mayor o menor importancia al ‘tú’ o al ‘vos’, ya que eso es relativo en cada país que comparte ambos pronombres de segunda persona del singular.
Ante lo expuesto, este artículo se enfoca en el uso del ‘vos’ en el oriente boliviano. Primero, desarrolla teóricamente, con base en investigaciones anteriores, las connotaciones y los condicionamientos en el uso del voseo (clase social, edad y género). Luego, presenta un análisis basado en los datos, siguiendo una perspectiva variacionista laboviana (Labov, 1972), a partir de un análisis estadístico multivariado, con vistas a estudiar el uso del ‘vos’ de acuerdo con las siguientes variables extralingüísticas: “edad”, “sexo/género”, “tipo de enunciado” y “forma verbal”. Finalmente, analiza la entonación de los enunciados, trazando paralelismos con la teoría pragmática de los actos de habla, con el fin de entender la manera cómo dicha entonación contribuye a confirmar la relación de confianza y respeto entre padres e hijos.
Conscientes de esta relación respetuosa entre padres e hijos (que supondría el uso del ‘usted’), el trabajo tiene como objetivo verificar, en los audios de WhatsApp enviados por algunos hijos a sus padres, si la fórmula de tratamiento utilizada para dirigirse a uno de los dos es compatible con la variación situacional exigida por el contexto situacional, o sea, si el pronombre personal de segunda persona del singular, equivalente a tratamientos más formales (‘usted’), es mantenido en esta relación interpersonal.
Al comprender que el ‘vos’, en la región investigada, es una forma prestigiosa y predominante (Castedo, 2013; Castedo y Peña, 2020), partimos de la hipótesis de que dicho pronombre podrá ejercer influencia en el tratamiento de hijos a padres en el oriente boliviano, sin significar vulgaridad, menosprecio o cualquier otro carácter despectivo apuntados por otros estudios.
Antes de llegar al análisis del corpus, nos ocupamos del uso del ‘vos’ en Bolivia, mostrando las variables sociales analizadas en este trabajo y la influencia que tuvo la prosodia para identificar la connotación del ‘vos’ en esta comunidad de habla.
El voseo en Bolivia
La noción de prestigio debe estar íntimamente relacionada con la de clase social y, consecuentemente, con el registro elegido en el momento de dirigirse a alguien. Eso se debe al hecho de que la variedad de prestigio de una lengua es la que más se acerca a la variante estándar, o sea, aquella que se aproxima a las formas instituidas por la gramática y, por eso, considerada la más culta.
En Bolivia, según Castedo y Peña (2020), aunque el Gobierno haya impuesto el uso del ‘tú’ como modelo promovido por la escuela en los materiales didácticos de todo el país, no fue suficiente para sustituir la supremacía del ‘vos’ en la región del oriente boliviano, compuesto por los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando. Los tres juntos representan el 59 % del territorio del país y el 49 % de su población.
Hummel (2010), en una investigación sobre las fórmulas de tratamiento en Bolivia, señala la escasez de estudios sobre el tema en este país, pero destaca los resultados apuntados por Rona (1967) en su encuesta realizada en los años cincuenta. Se concluye que el voseo es predominante no solo en las clases bajas, sino que también es de uso exclusivo en la mayor parte del país. Además, revela que, en el occidente, donde prevalece el ‘tú’, el ‘vos’ no está ausente; al contrario, coexiste con el ‘tú’ en La Paz y en la zona andina, fronteriza con Perú y Chile.
El voseo boliviano tiene un paradigma de conjugación idéntico al de Paraguay, Argentina y Uruguay. Sin embargo, no podemos olvidarnos de la división geolingüística boliviana en dos zonas, la colla (occidente) y la camba (oriente). La primera tiene origen quechua-aymara, mientras la segunda, tupí-guaraní. En el occidente, la forma verbal preferible es la equivalente al ‘tú’ como representante de la segunda persona del singular familiar, pero alterna con el voseo pronominal (vos tienes, vos eres, vos trabajas, etc.). El término camba corresponde a la gente de las comunidades nativas de las tierras bajas de Bolivia, principalmente compuestas por guaraníes y chiquitanos, que conforman la región del oriente boliviano. En esta zona oriental, que es la investigada en este trabajo, el ‘vos’ mantiene la forma monoptongada (vos peleás, vos entendés, vos salís, etc.).
Es necesario reiterar que, en Bolivia, existen dos tipos de voseo: 1) el pronominal y verbal (vos tenés, vos sos, etc.), el que es considerado en este trabajo, ya que es la forma que aparece en la región investigada, y 2) el voseo pronominal asociado al tuteo verbal (vos tienes, vos eres, etc.), característico del altiplano boliviano, en la zona occidental del país.
Como se anticipó, el paradigma estudiado en este trabajo corresponde al voseo pronominal y verbal, oriundo de la conjugación del ‘vosotros’, segunda persona del plural, sin la -idesinencial, para verbos de primera y segunda conjugaciones. Los verbos de tercera conjugación mantienen dicha -i-, pues es la única vocal desinencial existente. Luego, en esos casos, la conjugación del ‘vos’ coincide con la del ‘vosotros’.
Vale recordar que el ‘vos’ no dispone de pronombres posesivos ni complementos específicos a su persona, tomando prestados los pronombres ‘tu(tus)’, ‘tuyo/a(s)’, ‘te’, equivalente a la persona del ‘tú’. Además, solo tiene conjugaciones peculiares a su persona en los dos presentes, del indicativo y del subjuntivo, y, consecuentemente, en el imperativo afirmativo y negativo. En los demás tiempos verbales, la conjugación del ‘vos’ coincide con la del ‘tú’, lo que resulta que, en muchas interacciones personales, adquiera un carácter dubio, con relación a cuál persona se dirige.
Marco teórico
En este trabajo, consideramos la base teórica de la sociolingüística variacionista y las nociones de variables.
Las variables sociales
Sobre la variable “clase social”, en este trabajo nos basamos en la clasificación propuesta por López Morales (1983) en el estudio desarrollado por él en Puerto Rico, cuando distingue las clases sociales en cuatro niveles: bajo; medio-bajo; medio y medio-alto, para los que combinan parámetros de escolaridad, profesión e ingresos.
Lo antes expuesto nos lleva a pensar en una variable que está emparejada a la de “nivel de instrucción”, puesto que cuanto más alto el nivel socioeconómico, más acceso a la enseñanza formal. Las clases sociales más altas, por el hecho de que tengan acceso a escuelas particulares de buen nivel educativo, tienden a actuar de manera que favorezca la lengua estándar como modelo y que, a su vez, debe ser seguido como forma de poder y prestigio delante de otras clases inferiores.
En la literatura ya mencionada, se suele considerar que la forma de hablar de un camba está marcada por el uso del pronombre personal de segunda persona del singular, ‘vos’, como rasgo más característico de la región del oriente boliviano. Es la marca que identifica a esta comunidad de habla, que la diferencia y aleja de otros departamentos dentro de un país considerado andino, puesto que los centros del poder político y económico siempre estuvieron en los Andes, donde hay predominancia del ‘tú’ como su variante.
Esa variante es impuesta por el Gobierno boliviano como estándar en todo el territorio nacional, y al ser la escuela una reproductora del poder sobre las diferentes regiones de un país, intenta imponer la diseminación del ‘tú’ como forma estándar. La Ley de Educación 70, de 20 de diciembre de 2010 (Pinto Mosquera, 2015), rige que la escuela pasa a ser atribución básica del Estado central, impidiendo una adaptación a currículos regionalizados.
Más que cualquier otra variable, la “edad” se ha mostrado de gran importancia en los estudios variacionistas, pues en los fenómenos de cambios lingüísticos en curso, el análisis de la edad puede traer evidencia de lo que Labov (2008) denominó “cambio en tiempo aparente”, es decir, al comparar el lenguaje de diferentes edades, admitimos que las diferencias entre ellas pueden ser el resultado de un cambio lingüístico.
Labov (1972) destaca la adquisición del dialecto y del sociolecto del individuo como la etapa más importante de su desarrollo lingüístico, o sea, su variedad vernácula. El autor estipula una división de fases en el proceso de adquisición de la lengua estándar, desde el alejamiento de los usos lingüísticos adquiridos en la adolescencia, hasta alcanzar el modelo utilizado por los miembros adultos de una comunidad de habla. Luego, además de los factores biológicos imbricados en el proceso de adquisición de una variedad lingüística, también lo están, notablemente, los factores sociales.
Además, Labov (2008) señala que la mayor conciencia lingüística se halla fijada entre 17 y 18 años. El uso de las formas prestigiosas acontece de manera más tardía, principalmente en las clases menos instruidas, motivo que nos permite observar que las personas hacen un uso de las formas normativas, de acuerdo con la gramática, incluso en personas con edad superior a los 30 años.
La sociolingüística también ha dado un gran protagonismo a la variable social “sexo/género” en sus estudios, convirtiéndola en un objeto de conocimiento permanente, aunque en el transcurso del tiempo se hayan hecho afirmaciones infundadas y estigmatizadas de que el habla femenina es conservadora, insegura, sensible, solidaria y expresiva, mientras que la de los hombres es independiente, competitiva y jerárquica.
Basados en criterios que toman como punto de partida el concepto sociocultural de género,Chambers y Trudgill (1980) explican el porqué de la tendencia femenina a utilizar formas normativas. Ellos lo justifican so pretexto de que la mujer ocupa un lugar desprestigiado en la sociedad. Es importante recordar que la tendencia a seguir el modelo prestigioso no siempre está relacionada con las formas normativas de la lengua, puesto que el prestigio puede encontrarse en las peculiaridades de una comunidad lingüística dada.
Elegimos utilizar la nomenclatura “sexo/género” en este trabajo, porque creemos, según Foucault (2014), que las identidades sexuales y de género son “dispositivos históricos” constituidos por múltiples discursos, pero que también están vinculados a una materialidad corporal (Butler, 2018).
La entonación, la pragmática y el ‘vos’
Específicamente, en relación con la pragmática, la prosodia muestra pistas para la transmisión y el entendimiento de los actos de habla directivos e indirectos, así como para la organización jerárquica del discurso. Uno de los fenómenos prosódicos es la entonación. Aunque las investigaciones utilicen distintos criterios para definir qué es entonación, las teorías coinciden en asumir la importancia del fenómeno para la comunicación, una vez que las variaciones melódicas se usan para manifestar diferentes significados pragmáticos (Gomes da Silva, 2014).
En este trabajo, coincidimos con Ladd (1996), quien afirma que el término “entonación” se refiere al uso de carácter fonético suprasegmental que contiene significados pragmáticos en el nivel del enunciado. Nos interesa, así, entender la manera como la entonación contribuye a confirmar la relación de confianza y respeto entre padres e hijos. Por ello, analizamos y describimos la estructura entonativa de los enunciados producidos entre tales sujetos. De allí que, entonces, cabe discutir también el concepto de cortesía en el ámbito pragmático.
Los estudios sobre cortesía, en general, distinguen dos maneras de entenderla: 1) cortesía como conjunto de normas sociales, convencionales y peculiares, y 2) cortesía como estrategia conversacional. Más recientemente, Briz (2005) define la cortesía como fenómeno de aproximación entre los interlocutores. Podemos acercarnos al otro de forma cortés, pues hay una norma de conducta social que determina tal acción, denominada por Kerbrat-Orecchioni (2004, p. 45) como cortesía valorizante.
Por otro lado, podemos acercarnos al otro como una estrategia para conseguir un objetivo distinto de ser cortés. En tal caso, el hablante usa recursos lingüísticos para atenuar y compensar los posibles riesgos de amenaza a la fase, es decir, a la autoimagen pública de los individuos (Goffman, 1967).
Método
El método aplicado es mixto, en tanto se hace un estudio cualitativo, otro de tipo cuantitativo multivariado y un análisis propiamente lingüístico, en el área melódica.
La población
Todos los participantes son oriundos de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Se dividieron en cuatro grupos, pertenecientes a las clases sociales media y alta de Bolivia: 1) mujeres de 14 a 18 años; 2) mujeres de 19 a 26 años; 3) hombres de 14 a 18 años, y 4) hombres de 19 a 26 años, siendo 20 audios de cada grupo.
El corpus
Para la compilación de los audios, se tomaron en cuenta las variables sociales prestablecidas. A partir de eso, se contactó a los participantes por medio del correo electrónico, invitándolos a que participaran de la investigación. A los interesados, se les pidió que enviaran sus propias grabaciones de mensajes dirigidas a uno de sus padres. De esa manera, constituimos el corpus, compuesto por un total de 80 mensajes de audios de WhatsApp, utilizados en su totalidad en esta investigación.
Para esta investigación, elegimos utilizar dicho formato de recopilación de datos, por la facilidad en la grabación y por la popularización del acceso en los dispositivos celulares. Además, cada mensaje de audio corresponde a un enunciado del corpus.
Análisis de la información
El estudio comprendió tres tipos de análisis: 1) un análisis cualitativo; 2) un análisis cuantitativo multivariado y 3) un análisis melódico. En el primero, se analizaron los datos distribuidos en las diferentes variables sexo/género y edad. Para confirmar los hallazgos cualitativos, se procedió al segundo. Finalmente, describimos los datos desde el punto de vista acústico, para proponer un patrón melódico a los enunciados corteses.
Como carecemos de estudios que traten de la relación entre entonación y cortesía en la variedad del español de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), para determinar si los enunciados del corpus son corteses o no, realizamos dos tipos de análisis preliminares, como se muestra en los resultados.
Resultados
A continuación se presenta los resultados por cada uno de los análisis antes descritos.
Análisis cualitativo
Esta sección presenta el análisis de los resultados encontrados para cada sexo/género, asociados a los diferentes grupos de edad.
Sexo/género femenino: 14 a 18 años
En el primer grupo, equivalente al sexo/género femenino comprendido entre los 14 y 18 años, hallamos, en los mensajes de audio de WhatsApp, una casi totalidad del voseo en el tratamiento elegido por las hijas para dirigirse a uno de sus padres.
En 19 de las 20 informantes, vemos el uso predominante del voseo pronominal y verbal, salvo la informante 11, que utiliza solo el voseo verbal, conjugado en el presente del indicativo (cf. Ejemplo 1), y la 14, que se sirve solamente del voseo pronominal, en forma de pronombre complemento preposicionado (cf. Ejemplo 2).
Ejemplo 1: Mami, ¿podés ayudar? (Informante 11).
Ejemplo 2: Tengo que hablar con vos de algo muy importante (Informante 14).
De los 20 audios, 12 traen verbos conjugados en el presente del indicativo en la persona del ‘vos’, con formas propias para esta persona, como en el Ejemplo 3. En cambio, en 6 audios, los verbos aparecen conjugados en el pretérito indefinido del indicativo que, a su vez, no dispone de formas específicas para el ‘vos’, y por eso, hacen préstamo de la conjugación del ‘tú’, como muestra en el Ejemplo 4. Algo semejante ocurre en la informante 16, pues la hablante utiliza el pretérito imperfecto, que tampoco dispone de conjugación particular para el ‘vos’ (cf. Ejemplo 5).
Ejemplo 3: Papi, ¿vos me podés ayudar a hacer mi tarea de matemáticas?
Ejemplo 4: Papi, ¿vos te comiste mi chocolate?
Ejemplo 5: Mami, ¿vos estabas cuando conté la historia de Juan?
En cuanto a la variable “sexo/género”, los datos parecen corroborar las hipótesis de este trabajo, ya que prácticamente casi toda la totalidad del grupo utilizó la forma innovadora ‘vos’ como pronombre preferido para dirigirse a uno de los padres.
Para la variable “edad”, esperábamos encontrar, en ambos grupos, la sustitución del ‘vos’ por ‘usted’, dado el carácter de la relación jerárquica ejercida entre hijos y padres, en este orden. Sin embargo, fuimos sorprendidos con la supremacía del uso del ‘vos’.
Sexo/género femenino: 19 a 26 años
En este grupo, constituido por audios de informantes del sexo/género femenino, comprendido entre 19 y 26 años, vimos un 100 % del uso del ‘vos’ para dirigirse a uno de los padres en los mensajes de audio enviados por WhatsApp por las hijas. En 18 de las 20 informantes, vemos el uso predominante del voseo pronominal y verbal, salvo en los registros de las informantes 4 y 9, que utilizan el voseo pronominal, en forma de pronombre complemento preposicionado, como ilustran los Ejemplos 6 y 7.
Ejemplo 6: Hoy te toca a vos ir al mercado a comprar la comida de la semana.
Ejemplo 7: Papi, ¿te toca a vos cocinar ahora?
De los 20 audios, 9 traen el uso del ‘vos’ acompañado de la conjugación de verbos en presente del indicativo (cf. Ejemplo 8), con formas propias para esta persona. En cambio, en otros 10 audios, los verbos aparecen conjugados en el pretérito indefinido del indicativo que utilizan formas coincidentes con las del ‘tú’, como en el Ejemplo 9. Algo parejo acontece con el primer audio, ya que el ‘vos’ viene acompañado de la conjugación del pretérito imperfecto del indicativo, como en el Ejemplo 10.
Ejemplo 8: Mami, yo estoy yendo a la tienda. ¿Vos vas a querer que te compre algo?
Ejemplo 9: Ma, ¿vos lavaste mi piyama negro?
Ejemplo 10: Mamá, ¿vos tenías el contacto de la chica que vende rompecabezas?
Para la variable “sexo/género”, observamos que este grupo, como el anterior, comprueba nuestra hipótesis de que el ‘vos’ es mantenido en esta sociedad como marca cultural y que, aunque involucradas en una relación jerárquica de poder y respeto, las hijas sustituyeron el ‘usted’ por el ‘vos’.
Para la variable “edad”, esperábamos que, en este grupo, constituido por jóvenes entre 19 y 26 años, encontraríamos la sustitución del ‘vos’ por ‘usted’ para mantener la relación respetuosa exigida entre una hija y uno de los padres. Sin embargo, hallamos la elección del ‘vos’ para este tipo de tratamiento en los 20 audios analizados, lo que comprueba, una vez más, que dicho pronombre no es característico de situaciones despectivas o vulgares. Eso contradice incluso la forma rígida presentada por la norma gramatical, que, al clasificar los pronombres bajo el criterio sociosituacional, atribuye el ‘vos’ a situaciones de extrema informalidad y confianza. En nuestro trabajo, podemos verificar que se trata de una situación de mucha confianza, por tratarse de padres e hijas, pero no de tanta informalidad si consideramos la jerarquía ejercida en ese tipo de relación.
Sexo/género masculino: 14 a 18 años
Para este grupo, constituido por audios de hijos del sexo/género masculino, comprendido entre 14 y 18 años, vimos que, por tratarse de una edad bastante influida por los amigos, normalmente la variante elegida es la vernácula ‘vos’, correspondiente al sociolecto oriundo de la red social a la cual se pertenece. A medida que se van aproximando a los 17 o 18 años, van tomando más consciencia de las formas normativas, de la variante del otro y de la suya, y, consecuentemente, identifican las formas prestigiosas o estigmatizadas.
En este grupo pudimos observar la predominancia de la forma vernácula de la zona estudiada, el ‘vos’, en el habla de todos los audios pertenecientes a los participantes, salvo en los casos inobservables, dada la ausencia de un pronombre de segunda persona que mencionara su interlocutor. Luego concluimos que, una vez más, la exigen cia de la gramática normativa de utilizar el ‘usted’ para tratamientos de más respeto y formalidad fue rechazada y sustituida por el ‘vos’.
Aquí observamos que, de los 20 audios, 17 utilizaron el voseo como variante preferida. En 3 grabaciones no se pudo ver el tratamiento utilizado para referirse al padre o la madre, por cuanto los hablantes no usaron pronombres de tratamiento de segunda persona del singular para mencionar a uno de ellos, como en el Ejemplo 11.
Ejemplo 11: ¿En la tarde podemos ir a comprar mi polera?
En dos audios, los participantes utilizaron el ‘vos’, identificado por la conjugación verbal correspondiente a este pronombre en el imperativo afirmativo. Cinco audios traen formas del voseo verbal, todos con conjugaciones peculiares en el presente del indicativo. El audio 6, “Si querés, me recogés vos y vamos al cine”, presenta dos verbos conjugados en la persona del ‘vos’ (querer y recoger), ambos identificados por la conjugación característica a esta persona en el presente del indicativo. El audio 10 trae el verbo llegar, conjugado en el pretérito indefinido (cf. Ejemplo 12), con la ausencia pronominal en la oración. Algo semejante pasa con los audios 13 y 19, con la diferencia de que los verbos vienen acompañados del pronombre ‘vos’, dejando claro que se trata de un caso de voseo y no de tuteo, como en el Ejemplo 13. Los casos de los audios 11, 12, 16, 17 y 18 son de voseo pronominal y verbal, acompañados de verbos conjugados en el presente del indicativo, con formas específicas para la persona del ‘vos’, como ilustra el Ejemplo 14.
Ejemplo 12: Mamá, ¿Ya llegaste a la casa?
Ejemplo 13: Mamá, ¿vos entraste a mi cuarto y dejaste mi polera en la mesa?
Ejemplo 14: Mami, ¿será que vos me podés ayudar con mi tarea de inglés?
El último audio, de número 20, “Vos y yo tenemos que hacer un trabajo importante mañana”, aunque corresponda a la primera persona del plural, el ‘nosotros’ es sustituido por ‘vos y yo’, quedando claro el uso del voseo pronominal, lo que configura una vez más la predominancia de este pronombre por este grupo de edad, del sexo/ género masculino.
En cuanto a la variable “sexo/género”, nos fijamos que los hombres dieron preferencia a la variante ‘vos’, rasgo cultural de la región estudiada y elegido como modo de prestigio en la zona, no como manera de contrariar la gramática normativa en cuanto al carácter extremadamente informal y de confianza por ella conferido a este pronombre, sino como elección vernácula de prestigio de la región.
Sexo/género masculino: 19 a 26 años
En el último grupo, compuesto por audios de hijos del sexo/género masculino, comprendido entre 19 y 26 años, se esperaba ver usos dotados de más consciencia lingüística, por tratarse de un grupo perteneciente a edades que interactúan con diferentes grupos y, consecuentemente, encuentran su identidad lingüística, reconociendo lo que es estándar, formal, informal, prestigioso o no, y consiguen adecuar la variante utilizada al momento y contexto de habla.
Una vez más, detectamos la elección de la forma vernácula peculiar a la región investigada, es decir, predominó el uso de la variante ‘vos’. De esta manera, refuerza el contraste con el pensamiento normativo de que el hijo debe dirigirse a los padres con un pronombre personal identificado por la gramática normativa como siendo el más “formal” (‘usted’), a fin de indicar mayor respeto hacia ellos. Sin embargo, el ‘vos’ fue elegido como variante preferente y no menos respetuosa en la localidad, y puede indicar no solo cariño como respeto, sino también falta de respeto, desprecio u otros sentimientos.
Aquí observamos que el 100 % de los informantes utilizó el ‘vos’ como variante, siendo, salvo en uno de los audios, compuesto de voseo pronominal y verbal (cf. Ejemplo 15). En 11 audios, vemos el uso del ‘vos’ con presente del indicativo, tiempo verbal con conjugación propia para este pronombre. Los audios 1, 9 y 13 traen verbos conjugados en el pretérito imperfecto; los audios 4, 7 y 18, en el pretérito indefinido, y los 10, 12 y 16, en el condicional. Estos tres últimos tiempos verbales no presentan formas específicas de conjugación para el ‘vos’ y, por eso, coinciden con las formas tuteantes (cf. Ejemplo 16).
Ejemplo 15: Papá, ¿vos querés que te pida pollo?
Ejemplo 16: Papá, ¿podrías vos traer al perro después del trabajo?
Sobre la variable sexo/género, corroboramos una vez más, con el estudio de Labov (2008), la tendencia masculina al uso de formas vernáculas. Eso puede ser visto en este último grupo, cuando observamos la predominancia del ‘vos’ en los audios de todos los informantes. Dada la concordancia de pensamiento entre Labov (2008) y López Morales (1992), estamos de acuerdo con los dos sobre el uso vernáculo en el habla masculina, aunque aquí hayamos encontrado predominancia del ‘vos’ en ambos grupos, femenino y masculino, como reflejo de la preferencia al ‘vos’ en el oriente boliviano como forma estándar y prestigiosa, oponiéndose a la asertiva de la gramática normativa del español peninsular de que el ‘vos’ se restringe a contextos muy informales, vulgares y en clases sociales muy bajas.
Análisis estadístico
Para confirmar nuestros hallazgos anteriores, decidimos hacer un análisis cuantitativo de los datos, utilizando el software libre de análisis multivariado Goldvarb X (Sankoff et al., 2005), empleado en las investigaciones variacionistas. Realizamos tres rondas, que se describen a continuación.
En la primera ronda, optamos por utilizar la variable dependiente ‘tú’ vs. ‘vos’’, solo para asegurarnos de que los datos de los informantes fueran en su mayoría tuteantes, dado que no había ningún caso de la variante ‘usted’ en nuestro corpus. Como variables independientes, utilizamos “sexo/género” (hombre vs. mujer), “edad” (14 a 18 años y 19 a 26 años) y “tipo de enunciado” (interrogativo, declarativo y orden). En esta ronda, hubo tres knock-outs, lo que nos impidió continuar con el análisis multivariado. Sin embargo, tuvimos una visión general del uso de pronombres en segunda persona en nuestra muestra: 97,4 % de ‘vos’ y solo 2,6 % de ‘tú’. Las formas de ‘tú’ ocurrieron en declaraciones de orden.
Ante el comportamiento prácticamente categórico del ‘vos’ en nuestros datos, optamos por realizar una segunda ronda con la variable dependiente ‘vos oculto’ vs. ‘vos lleno’, porque creemos que el ‘vos lleno’ podría sugerir un índice de inseguridad lingüística por parte de los hablantes, que necesitarían utilizar la forma pronominal acompañada de su correspondiente inflexión verbal de manera redundante. Como hubo un knock-out en la primera ronda con el tipo de enunciado, preferimos amalgamar oraciones declarativas con órdenes (más aún, porque solo hubo 3 ocurrencias de órdenes en todo el corpus). Así, en nuestra segunda ronda, utilizamos “sexo/género” (hombre vs. mujer), “edad” (de 14 a 18 años y de 19 a 26 años) y “tipo de enunciado” (interrogativo y declarativo) como variables independientes.
En esta segunda ronda, no tuvimos ninguna ocurrencia de knock-outs, lo que nos permitió continuar con el análisis multivariado. En un primer momento, lo que más nos llamó la atención fue la considerable ocurrencia de ‘vos lleno’ (con un 82,7 % de ocurrencias), que no parece ser un aspecto muy común en el sistema pronominal de las lenguas románicas y eso puede sugerir un alto grado de inseguridad lingüística por parte de los hablantes, quizás porque todavía es un pronombre poco canónico en el imaginario de las creencias y actitudes de los hablantes de esa región, influenciado también por la política lingüística llevada a cabo por el Gobierno boliviano.
En esa misma ronda, el Goldvarb X identificó dos variables como estadísticamente relevantes: “sexo/ género” y “edad”, como podemos ver en la Tabla 1.
Ocurrencias/Total | Porcentaje (%) | Peso relativo | |
---|---|---|---|
Masculino | 27/38 | 71,1 | 0,23 |
Femenino | 35/37 | 94 | 0,77 |
Nota: Input: 0,931; Significancia: 0,002.
En cuanto a la variable “edad”, tenemos los resultados que se muestran en la Tabla 2.
Ocurrencias/Total | Porcentaje (%) | Peso relativo | |
---|---|---|---|
14 a 18 años | 25/37 | 67,6 | 0,16 |
19 a 26 años | 37/38 | 97,4 | 0,83 |
Nota: Input: 0,931; Significancia: 0,002.
Las Tablas 1 y 2 corroboran las afirmaciones ya destacadas en la parte cualitativa de nuestro trabajo: los hablantes del género femenino y los que tienen entre 19 y 26 años son más propensos a usar el ‘vos lleno’, proyectando un comportamiento lingüístico más cercano a la norma.
Como ya se mencionó, uno de los aspectos que más nos llamó la atención en esta ronda fue la alta ocurrencia del pronombre ‘vos lleno’’, que no es un fenómeno común, especialmente en sistemas pronominales redundantes, como es el caso del español. Una de las hipótesis que planteamos, entonces, fue la posibilidad de que esta necesidad de marcar el pronombre suceda de formas que no son típicas de ‘tú’ y que pudiera causar confusión al interlocutor. En español, de modo general, el ‘‘vos’ tiene su propia conjugación verbal solo en el presente, en el presente del subjuntivo y en el imperativo; para todas las demás formas verbales, su conjugación se confunde con el ‘tú’. Entonces, para ver si la forma verbal sería una variable relevante para el uso de ‘vos lleno’, decidimos emprender una tercera ronda.
En la tercera ronda, controlamos la misma variable dependiente: ‘vos lleno’ vs. ‘vos oculto’, pero decidimos añadir otra variable independiente: la “forma verbal”. Por lo tanto, codificamos los datos de las conjugaciones propias del ‘vos’ vs. conjugaciones no propias del ‘vos’. Nuestra hipótesis sería que el ‘vos lleno’ se usaría más en formas verbales que no son propias, para demarcar lingüísticamente su uso, evitando la confusión con el ‘tú’.
De hecho, nuestros datos confirmaron nuestra hipótesis; sin embargo, debemos observar estos resultados con algunas advertencias. Como se puede ver en la Figura 1, los datos apuntan a un uso muy consistente de ‘vos lleno’ en formas verbales no propias (90,3 %); en el caso de verbos con formas propias, este porcentaje desciende al 77,3 % (véase Figura 2).
La atención que debemos tener aquí va en dos direcciones: 1) porque el porcentaje de ocurrencia del ‘vos lleno’ en formas verbales no propias es todavía muy alto, lo que parece indicar una preferencia para que esta forma pronominal sea siempre explícita, evitando su forma oculta, asunto que hay que confirmar con más estudios y en otras variedades del español hispanoamericano; y 2) el software Goldvarb X no seleccionó la variable “forma verbal” como estadísticamente relevante. De hecho, la tercera ronda solo confirmó la relevancia estadística de las variables “sexo/género” y “edad”, como podemos ver en las Tablas 3 y 4, corroborando los datos ya señalados en la ronda 2.
Ocurrencias/ Total | Porcentaje (%) | Peso relativo | |
---|---|---|---|
Masculino | 27/38 | 71,1 | 0,77 |
Femenino | 36/38 | 94,7 | 0,22 |
Nota: Input: 0,933; Significancia: 0,001.
Análisis preliminares al estudio entonativo
Como carecemos de estudios que traten de la relación entre entonación y cortesía en la variedad del español de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), para determinar si los enunciados del corpus son corteses o no, realizamos dos tipos de análisis preliminares.
El primero consistió en un análisis a partir de las categorías propuestas por Hidalgo (2007). De esa manera, podemos afirmar que los enunciados producidos por los hijos y dirigidos a sus padres son corteses, pues: 1) para pedir u ofrecer, los hablantes usan preguntas (actos indirectos), en lugar de actos directivos, así como los usos de “por favor”, como en “Mamá, ¿será que podés ir a recoger mi traje, por favor?”; 2) oraciones condicionales, como “Mamá, ¿podrías vos traerme un lomito cuando vengás a la casa?”; 3) nombres en diminutivo, como “mami” y “papi”, y 4) recursos segmentales, como la aspiración de /s/ y el debilitamiento de las oclusivas sonoras, que aparecen en nuestros datos.
El segundo análisis se basó en una prueba de percepción, respondida a través de una plataforma en línea (Google forms) por 75 hablantes bolivianos, de diferentes sexo/género, y edades entre 19 y 70 años. El enlace para acceder al formulario se les envió a los participantes a través del correo electrónico.
En la encuesta, buscamos examinar si, al oír los enunciados, los participantes los juzgaban como corteses o no, a partir de una escala de cortesía que variaba entre el 1 y el 5 (considerando 1 como un enunciado sin ninguna marca de respeto, y 5, un enunciado bastante cortés). Para ello, los participantes escucharon 40 de los enunciados del corpus, 10 de cada variable considerada en la investigación sociolingüística (sexo/género y edad).
En 97,5 % de los cuarenta enunciados, los participantes de la prueba juzgaron los enunciados como corteses. Por lo tanto, podemos inferir que las marcas suprasegmentales contribuyen para la interpretación cortés de los enunciados. En el apartado “Análisis de la entonación” nos detenemos a analizar acústicamente los actos de habla.
Análisis de la entonación
Para el análisis de la entonación, elegimos la base teórica de la fonología entonativa, que consi dera que la entonación presenta una organización fonológica propia (Ladd, 1996). El objetivo del modelo es identificar los elementos contrastivos del sistema entonativo que producen los contornos melódicos de los posibles enunciados de una lengua. Esos contornos se forman a partir de la junción de elementos fonológicos que se asocian a puntos prosódicamente marcados, que están asociados a determinadas sílabas. Desde el punto de vista fonológico, los tonos pueden asociarse a las sílabas tónicas (acentos tonales) o al final de los enunciados (tonos de frontera).
De los 80 enunciados, analizamos acústicamente 40, mediante el programa computacional de análisis acústico PRAAT (Boersma y Weenink, 1993-2020), de uso libre. Estos enunciados se eligieron con base en la forma, o sea, que fueran declarativos o interrogativos. Además, se consideró aquellos que presentaban más transparencia acústica, esto es, menos ruidos externos a la grabación de voz.
Para el análisis fonético, observamos los movimientos de frecuencia fundamental (F0), en semitonos (st), en el pretonema (primer acento tonal) y en el tonema (último acento tonal) de los enunciados. Para el análisis fonológico, nos basamos en el modelo Sp_ToBI (Prieto y Roseano, 2018).
El sistema propone 9 tipos de acentos tonales (movimientos asociados alrededor de las sílabas tónicas de los enunciados): L*, H*, ¡H*, L+H*, L+¡H*, L+<H*, L*+H, H+L*, L+H*+L, y 6 tipos de tonos de frontera (los tonos que se encuentran en los límites de una frase): L%, H%, !H%, LH%, L!H%, HL%. En el modelo, la letra H representa un tono alto, y la letra L, un tono bajo; el asterisco marca la sílaba tónica; el signo de exclamación representa un tono medio (ni H ni L), y el %, la frontera del enunciado. Para facilitar el análisis entonativo, se clasificaron los 40 enunciados en cinco diferentes actos de habla, como se muestra en la Tabla 5.
Forma | Acto de habla | ||
---|---|---|---|
Enunciado declarativo | 9 | Aserción | 4 |
Orden | 5 | ||
Enunciado interrogativo | 31 | Pregunta | 15 |
Pedido | 12 | ||
Ofrecimiento | 4 |
Nota: Los números se refieren al cuantitativo de cada tipo de enunciado
Los enunciados declarativos
Para la forma declarativa de los enunciados, los dividimos en dos actos de habla: aserción y orden.
Los participantes de la prueba de percepción interpretaron los 4 actos de aserción como corteses. Desde el punto de vista fonético, observamos un ataque ascendente en el primer acento nuclear (“mamá”), con notación L+H*. En el tonema, el contorno de F0 es descendente, con tono de frontera bajo (H+L*L%), como ilustra la Figura 3.
Por su parte, los actos de orden se distinguen por presentar o no verbo en el modo imperativo. Cabe destacar que, en uno de los cinco enunciados, el hablante emplea esa modalidad verbal. Incluso, tal enunciado no se identificó como cortés por los participantes de la prueba de percepción, diferentemente de los actos de orden sin imperativo, los cuales fueron identificados como corteses. Por lo tanto, podemos concluir que el uso del imperativo se caracteriza como una marca de descortesía, como señala Hidalgo (2007).
En la Figura 4 mostramos el contorno melódico del acto de orden con imperativo. El contorno de F0 presenta pretonema ascendente (L*+H), y en el tonema, movimiento ascendente que sigue hasta la frontera del enunciado (L+H*HL%). Ya en la Figura 5 ilustramos el contorno melódico del acto de orden sin imperativo. El contorno de F0 también presenta pretonema ascendente (L*+H), pero, en el tonema, el movimiento ascendente no sigue hasta la frontera del enunciado, una vez que empieza a bajar en la sílaba tónica (L+H*L%).
Además de las diferencias en los contornos melódicos, los actos de aserción (tonema descendente) y de orden (tonema ascendente-descendente) se distinguen por el registro promedio de F0: en la aserción se ubica en el rango de 80 st; en la orden, en el rango promedio de 90 st.
Los enunciados interrogativos
Para la forma interrogativa de los enunciados, los dividimos en tres actos de habla: pregunta, pedido y ofrecimiento.
Los 75 participantes de la prueba de percepción interpretaron los 15 enunciados producidos como pregunta como corteses. Desde el punto de vista fonético, observamos un ataque ascendente en el primer acento nuclear, con notación L*+H. En el tonema, el contorno de F0 es ascendente con tono de frontera alto (L+H*H%).
En relación con los actos de pedido, los participantes de la prueba también identificaron los 12 enunciados como corteses. Acústicamente, observamos un ataque ascendente en el primer acento nuclear, con notación L*+H. En el tonema, el contorno de F0 es ascendente con tono de frontera alto (L+H*H%).
Finalmente, los participantes de la prueba también interpretaron los 4 enunciados de ofrecimiento como corteses. En el contorno melódico, observamos un ataque ascendente en el primer acento nuclear, con notación L+H*. En el tonema, el contorno de F0 es ascendente con tono de frontera alto (L+H*H%), como ilustra el enunciado de la Figura 6.
Aunque funcionen pragmáticamente como actos de habla distintos (pregunta, pedido, ofrecimiento), podemos afirmar, a partir del análisis acústico, que los enunciados interrogativos analizados en el corpus de esta investigación presentan contorno melódico con tonema ascendente.
Como no localizamos otros estudios sobre la entonación de la variedad del español boliviano, sintetizamos nuestros hallazgos en la Tabla 6.
Enunciado | Tonema | Etiquetaje prosódico | |
---|---|---|---|
Declarativo | Aserción | Descendente | (H+)L*L% |
Ascendente | L+H*L% | ||
Orden | Descendente | L+H*HL% | |
Interrogativo | Ascendente | (L+)H*H% |
Tales resultados corroboran que la entonación cumple la función de distinguir entre los tipos de enunciados. Además, a partir de la escucha de los audios y del estudio entonativo aquí realizado, concluimos que la sustitución del esperado ‘usted’ por el ‘vos’ no rompe con las normativas de que el primero debe ser mantenido en situaciones jerárquicas de más respeto, mientras el segundo queda destinado a relaciones más informales, de más confianza, como ocurre en algunos países, e incluso como se muestra en el estudio de Gutiérrez Marrone (1990), llevado a cabo en la región camba, cuando concluye que el ‘vos’ adquiere carácter familiar, quedando reservado al ‘usted’ la naturaleza formal y de cariño.
Discusión y conclusiones
Según Gutiérrez Marrone (1990), en la zona camba, el ‘vos’ adquiere carácter familiar y despectivo, quedando reservado al ‘usted’ la naturaleza formal y de cariño. En la recolección de los datos de este trabajo, pudimos observar una diferencia en relación con los resultados encontrados por el autor sobre el uso del ‘vos’. A través de la escucha de los audios de WhatsApp utilizados como corpus de esta investigación, pudimos fijarnos no solo en el uso propiamente dicho del ‘vos’, sino también en la entonación de voz de los participantes.
Concluimos que la observación de la entonación de voz de los informantes colaboró significativamente para identificar que el uso mayoritario del ‘vos’ para tratar a los padres no equivalía a un tratamiento despectivo, como el encontrado por Gutiérrez Marrone (1990), sino a un tratamiento cariñoso y sin faltar con el respeto esperado en la relación establecida entre hijos y padres.
En los audios recolectados de adolescentes y jóvenes entre 14 y 26 años, observamos que al enviar un mensaje de voz a uno de los padres, eligieron, predominantemente, el pronombre de segunda persona del singular ‘vos’ para dirigirse a uno de los dos. Eso nos lleva a pensar que se trata de un pronombre común y corriente en el oriente boliviano para expresar no solo familiaridad, sino también cariño, confianza y, ¿por qué no?, respeto, dependiendo del tono de voz.
En cuanto al carácter despectivo, vulgar o cualquier atribución negativa que le sobrevenga al ‘vos’, creemos que, en la región oriental de Bolivia, no constituye una verdad absoluta. Ya es sabido, de acuerdo con el estudio realizado por Castedo y Peña (2020), que el ‘vos’ utilizado en dicha región tiene más relación con el aspecto cultural de la zona que con atribuciones rígidas ofrecidas hasta entonces, que obedece a patrones normativos donde ‘tú’ y ‘vos’ se restringen a tratamientos informales, y ‘usted’, a los de carácter más formal. Si así fuera, en el contexto de esta investigación, cabría a los hijos utilizar el ‘usted’ para dirigirse a sus padres, lo que no fue visto en el análisis de nuestros registros. La entonación nos hizo reflexionar sobre la pérdida de ese carácter rígido, instituido por la gramática normativa, que no siempre es coherente con lo que se ve en la práctica.
Luego, para responder a la pregunta del título de nuestro trabajo: “Vos, ¿joven, pobre y vulgar en el oriente boliviano?”, afirmamos que el pronombre ‘vos’ no es solo usado por jóvenes en esta comunidad lingüística, según el estudio realizado por Castedo (2013); sin embargo, en este estudio, de acuerdo con la franja etaria investigada, concluimos que se trata de un pronombre preferente por los grupos más jóvenes.
En cuanto a ser pobre y vulgar, tratamos de negar dicha afirmación, ya que nuestro corpus está constituido por personas de clases sociales media y alta, y consecuentemente, al usarlo para referirse a la figura del padre o la madre, jamás podría ser hecho con vulgaridad.
De esta manera, concluimos que el ‘vos’ es un pronombre usado por personas jóvenes, ancianas, pobres, ricas, vulgares o nobles, de forma cordial o irrespetuosa, dependiendo de la situación y de la entonación que le es atribuido.