Introducción
Colombia tiene una gran diversidad biológica, principalmente por su historia geológica y por la variedad de ambientes que este posee (Hernández-Camacho et al., 1992). Esto se ve reflejado en la diversidad de mamíferos, de los que hay en Colombia 528 especies, distribuidas en 14 órdenes y 49 familias (Sociedad Colombiana de Mastozoología, 2019). En las últimas décadas se han publicado varias listas nacionales y regionales de los mamíferos de Colombia. (Cuervo-Díaz et al., 1986; Alberico et al., 2000; Solari et al., 2013; Ramírez-Chaves et al., 2016). Estas listas constituyen una herramienta necesaria para la toma de decisiones sobre la organización del territorio y la conservación de la biodiversidad (Solari et al., 2013). No obstante, algunas áreas carecen de estudios de referencia locales, lo que dificulta el intercambio de información biológica sobre mamíferos en la región(Adler et al., 1997; Díaz-Pulido et al., 2014; Racero-Casarrubia et al., 2015). Uno de los departamentos más rezagados en materia del conocimiento de mamíferos ha sido el Atlántico.
El departamento del Atlántico está ubicado al norte de Colombia, dentro de la provincia del Cinturón Árido-Pericaribeño (Hernández-Camacho et al., 1992), y a pesar de ser una de las divisiones político-administrativas con menor extensión (3382 km2), y caracterizarse por un relieve mayormente uniforme, alberga un enclave azonal de montañas bajas que corresponde al distrito de la serranía de Piojó e Hibácharo. La zona de vida nativa del territorio corresponde a bosque seco tropical (bs-T; Holdridge, 1982); sin embargo, dada la constante expansión de la frontera agrícola y ganadera, este ecosistema se ha reducido notablemente, reduciendose a un bs-T de tipo relictual (8%) (Rodríguez et al., 2012; García et al., 2014). Adicionalmente, hacia el norte del departamento y a lo largo de la línea de costa se encuentran ecosistemas marino-costeros, como lagunas costeras, manglares, playas y dunas, que se ven amenzadas por procesos de sedimentación-colmatación, erosión y contaminación por afluentes procedentes del continente (INVEMAR, 2007).
Los grupos aborígenes Mokaná, que habitaron el territorio atlanticense, representaron hace mil años, en forma de arte rupestre, especies nativas como el mono aullador (Alouatta seniculus) y el oso hormiguero (Tamandua mexicana), en el petroglifo de Piedra Pintada del municipio de Tubará en la subregión Costera (Yance-Pérez, 1990; Baquero-Montoya & De La Hoz-Siegler, 2011). Posteriormente, en el desarrollo de los primeros estudios científicos para el departamento, los investigadores Leo E. Miller y Howarth S Boyle, recolectaron en 1915 dos especímenes de Carollia perspicillata y uno de Sylvilagus floridanus, cerca de Barranquilla. Esta fue una de las expediciones realizadas por el American Museum of Natural History de Nueva York, dirigidas por el ornitólogo Frank Chapman (Allen, 1916; Quintero-Toro, 2012). Posteriormente, Phillip Hershkovitz 1948; 1949) recolectó en el departamento alrededor de 32 especímenes, entre zarigüeyas (Didelphis marsupialis), murciélagos (Glossophaga soricina y Molossus molossus) y un roedor (Pattonomys semivillosus), que reposan en el Field Museum of Natural History de Chicago. Hershkovitz probablemente ha sido uno de los investigadores que más aportó al conocimiento de mamíferos en el Atlántico y de Colombia en el siglo XX (Alberico et al., 2000).
Para Atlántico no se cuenta con una lista actualizada de los mamíferos silvestres, más allá de lo documentado por Solari et al. (2013), quienes registran la presencia de 80 especies en el territorio del departamento. La falta de conocimiento sobre la mastofauna del Atlántico a causa de los pocos estudios, los inventarios no publicados y la falta de exploración de algunas áreas, agregado a la ocurrencia de ecosistemas amenazados, hacen prioritario establecer el estado de conservación de este grupo (Muñoz-Saba & Hoyos, 2012; Díaz-Pulido et al., 2014).
Materiales y métodos
Área de estudio. El departamento del Atlántico se sitúa al norte del territorio colombiano, en el margen izquierdo del río Magdalena entre los 10º15’36’’N - 11º 06’37’’N, y 74º42’47’’O - 75º16’34’’O, y tiene 74 km de litoral en el mar Caribe. En el departamento se han establecido áreas de interés ambiental bajo el criterio de Sistemas Ambientales Estratégicos, en los que se definen tres zonas: río Magdalena, zona Costera y zona Canal del Dique (Figura 1; Gobernación del Atlántico, 2012). A lo largo del margen del río Magdalena predominan las tierras bajas inferiores a 15 m s.n.m, en las cuales abundan llanuras aluviales, y ciénagas que se comunican entre sí mediante numerosos caños. En la zona Canal del Dique se encuentra el espejo de agua más grande del departamento conocido como el embalse del Guájaro. Hacia el occidente, en la zona Costera, se extiende una zona montañosa que corresponde a la prolongación de la Serranía de San Jerónimo, la cual se divide en dos tramos principales de poca elevación, la Serranía del Caballo y la Serranía de Piojó, cuyos puntos más altos están a 520 y 510 m s.n.m, respectivamente (Dugand, 1947; Gobernación del Atlántico, 2012).
El clima en el departamento del Atlántico se caracteriza por dos temporadas bien marcadas, que responden a un régimen pluviométrico (Castilla-Consuegra, 2013), una temporada de lluvias y otra seca. La temporada de lluvias va desde abril hasta noviembre, interrumpida brevemente en junio y julio por un “veranillo”; la temporada seca inicia a principios de diciembre y se extiende hasta febrero y marzo (Guzmán et al., 2014).
Métodos. La presente lista se realizó a partir de la revisión del material biológico presente en el Museo de Colecciones Biológicas de la Universidad del Atlántico (UARC). Además, se consultó y recopiló información a partir de las plataformas virtuales del GBIF (Global Biodiversity Information Facility), y el SiB (Sistema de Información sobre Biodiversidad de Colombia), de las cuales se obtuvieron datos de especímenes depositados en el Instituto Alexander von Humboldt (IAvH), Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia (ICN), Field Museum of Natural History (FMNH), University of Kansas Biodiversity Institute, Mammalogy Collection (KUM), Museum of Comparative Zoology (MCZ), Muséum d’Histoire Naturelle de la Ville de Genève (MHNG), Museum of Southwestern Biology (MSB), Museum of Vertebrate Zoology, University of California, Berkeley (MVZ), Sam Noble Oklahoma Museum of Natural History (OMNH), Royal Ontario Museum (ROM), Yale Peabody Museum of Natural History (YPM) y Zoologische Staatssammlung München (ZSM).
Adicionalmente, se realizó una búsqueda de literatura científica mediante los buscadores Google Académico, Science Direct, Scopus y SciELO, utilizando como palabras clave, “Atlántico”, “Colombia”, “mamíferos” y combinaciones con cada uno de los órdenes de mamíferos presentes en el país. También se incluyeron registros de observaciones, fotografías y recolectas realizadas por los autores en la ejecución de salidas de campo.
A partir de la información obtenida se elaboró una lista de órdenes, familias y especies de mamíferos, que sustentan la distribución de cada taxón en el departamento del Atlántico.
Para este trabajo se sigue el tratamiento taxonómico de Burgin et al. (2018) y la base de datos Mammal Diversity Database. Para fines prácticos los órdenes Artiodactyla y Cetacea se manejan por separado. Dentro de Chiroptera se adopta la propuesta de Gardner (2008); se adopta la propuesta de Baker et al. (2016) para la familia Phyllostomidae, Loureiro et al. (2020) para las especies del género Molossus, y la propuesta de Siles & Baker (2020) para Micronycteris. Para Rodentia se adopta la propuesta de Patton et al. (2015) y para el orden Pilosa se acepta la familia Choloepodidae (Delsuc et al., 2019).
Finalmente, se consultó el estado de amenaza a nivel nacional (Resolución 1912; Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible 2017) y global de acuerdo con The Red List of Threatened Species de la International Union for Conservation of Nature (Version 2020-2).
Resultados
Se obtuvieron 680 registros, de los cuales 357 (52.5%) fueron a partir de bases de datos, 193 (28.4%) soportados por especímenes, 119 (17.5%) de literatura y 11 (1.6%) registros a partir de observaciones directas en campo. La mayoría de registros provienen de los municipios de Barranquilla (23%), Piojó (20%) y Usiacurí (16%).
En la presente lista se registraron 92 especies de mamíferos para el departamento del Atlántico, distribuidas en 11 órdenes, 37 familias y 74 géneros (Anexo 1); los municipios de Usiacurí, Piojó y Barranquilla presentan el mayor número de especies, 42, 42 y 37, respectivamente. Los municipios de Campo de la Cruz, Candelaria, Malambo, Santo Tomás y Soledad no cuentan con registro de especies (Figura 2). La Zona Costera fue la subregión con mayor riqueza (76 spp.), seguida de la zona Canal del Dique (56 spp.) y la zona Río Magdalena (21 spp.).
Los quirópteros se sitúan como el orden más diverso con 36 especies (39.1 %), seguido de Cetacea y Carnivora con 14 especies cada uno (15.2 %; Tabla 1). Las familias con mayor riqueza corresponden a Phyllostomidae (Chiroptera) y Delphinidae (Cetacea) con 18 y 8 especies respectivamente.
En el Atlántico se encuentran tres especies endémicas de Colombia: dos primates (Cebus versicolor, Saguinus oedipus) y un roedor (Pattonomys semivillosus). Se registran al menos 10 especies con alguna categoría de amenaza a nivel nacional y 13 especies con alguna categoría de amenaza a nivel mundia; además, hay cuatro especies categorizadas como Datos Insuficientes (Tabla 2).
ORDEN | Familias | Géneros | Especies |
---|---|---|---|
Didelphimorphia | 1 (1) | 2 (13) | 2 (40) |
Sirenia | 1 (1) | 1 (1) | 1 (2) |
Cingulata | 2 (2) | 2 (3) | 2 (6) |
Pilosa | 4 (4) | 5 (5) | 5 (7) |
Primates | 4 (5) | 5 (15) | 6 (40) |
Lagomorpha | 1 (1) | 1 (1) | 1 (4) |
Chiroptera | 7 (9) | 24 (70) | 36 (209) |
Carnivora | 4 (6) | 12 (24) | 14 (34) |
Artiodactyla | 2 (2) | 2 (5) | 2 (12) |
Cetacea | 3 (5) | 11 (19) | 14 (30) |
Rodentia | 8 (10) | 9 (56) | 9 (132) |
Perissodactyla | 0 (1) | 0 (1) | 0 (3) |
Paucituberculata | 0 (1) | 0 (1) | 0 (2) |
Eulipotyphla | 0 (1) | 0 (1) | 0 (7) |
TOTAL | 37 | 74 | 92 |
ORDEN | Familias | Géneros | Especies |
---|---|---|---|
Didelphimorphia | 1 (1) | 2 (13) | 2 (40) |
Sirenia | 1 (1) | 1 (1) | 1 (2) |
Cingulata | 2 (2) | 2 (3) | 2 (6) |
Pilosa | 4 (4) | 5 (5) | 5 (7) |
Primates | 4 (5) | 5 (15) | 6 (40) |
Lagomorpha | 1 (1) | 1 (1) | 1 (4) |
Chiroptera | 7 (9) | 24 (70) | 36 (209) |
Carnivora | 4 (6) | 12 (24) | 14 (34) |
Artiodactyla | 2 (2) | 2 (5) | 2 (12) |
Cetacea | 3 (5) | 11 (19) | 14 (30) |
Rodentia | 8 (10) | 9 (56) | 9 (132) |
Perissodactyla | 0 (1) | 0 (1) | 0 (3) |
Paucituberculata | 0 (1) | 0 (1) | 0 (2) |
Eulipotyphla | 0 (1) | 0 (1) | 0 (7) |
TOTAL | 37 | 74 | 92 |
Discusión
La riqueza de mamíferos reportada en este trabajo representa el 16.5 % del total documentado para Colombia (Tabla 1; Sociedad Colombiana de Mastozoología, 2019), la cual es baja comparada con otros departamentos del Caribe colombiano (Muñoz-Saba & Hoyos, 2012; Racero-Casarrubia et al., 2015) y otras regiones (p. ej., Castaño et al., 2003; 2017; Ramírez-Chaves & Noguera-Urbano 2010; Ramírez-Chaves & Pérez 2010; Rojas-Díaz et al., 2012; Ramírez-Chaves et al., 2013). No obstante, se debe considerar que el departamento del Atlántico es el tercero más pequeño en extensión del país (3388 km2), representando apenas el 0.26 % del territorio colombiano y el 2.6 % del Caribe colombiano (Gobernación del Atlántico, 2012), con una baja heterogeneidad del paisaje, en comparación con áreas como la Serranía de San Lucas, en el departamento de Bolívar, el Parque Nacional Natural Paramillo, en Córdoba, y la Sierra Nevada de Santa Marta, en los departamentos de Cesar, La Guajira y Magdalena.
En el departamento del Atlántico se encuentran siete de las nueve familias de murciélagos que habitan en Sudamérica Díaz et al. 2016, con excepción de Thyropteridae y Furipteridae. Dentro de estas, Phyllostomidae es la más representativa en número de especies (18); esta diversidad puede atribuirse a la variedad de hábitats disponibles potencialmente explotables para los murciélagos, agregado al éxito biológico propio que exhibe este taxón, el cual constituye uno de los grupos más diversos en el Neotrópico (Cirranello et al., 2016). Por otro lado, la baja representatividad de las familias Vespertilionidae y Molossidae puede asociarse con los métodos de estudio que se han usado tradicionalmente para el estudio de los murciélagos en la región, como redes de niebla, que dificultan el registro de especies insectívoras (Pech-Canche et al., 2011).
Cetacea y Carnívora se ubican como segundo grupo con mayor riqueza de especies, 14 cada uno; sin embargo, se sabe muy poco acerca de la dinámica de estos. El número de especies de cetáceos se atribuye a que el departamento se encuentra bañado por el Mar Caribe con ~74 km de costa, donde las especies pueden aprovechar la disponibilidad de alimento, producto de la desembocadura del río Magdalena que ofrece recursos para los peces y otros organismos, las grandes profundidades y la morfología de las bahías que pueden proporcionar áreas aptas para el desarrollo de las diferentes actividades de estas especies (Rincón y Romero, 2012; Alvarado, 2016). Atlántico comprende algunas zonas como las playas de Puerto Colombia y Tubará, donde los avistamientos de estos cetaceos son muy comunes, principalmente de las especies delfín de naríz de botella (Tursiops truncatus) y el delfín de Guyana (Sotalia guianenesis).
Las 14 especies de carnívoros, representan el 41% de las especies reportadas para Colombia (Tabla 1); tres de estas están categorizadas como Casi Amenazadas (Tabla 2; Sociedad Colombiana de Mastozoología, 2019). La fragmentación y degradación del hábitat, además del conflicto humano-carnívoro, son unas de las principales fuentes de amenaza hacia estos organismos, que juegan un papel fundamental en el mantenimiento de la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas (Morrison et al., 2007; Ritchie et al., 2012; Ripple et al., 2014). Los carnívoros normalmente requieren de grandes áreas en ambientes conservados, lo cual está ligado a factores como el tamaño corporal, demanda metabólica, y tácticas de caza (Carbone et al., 2005). Dada la alta presión ganadera y agrícola en el departamento, las especies dependientes de la cobertura de bosque se encuentran altamente amenazadas. No obstante, el efecto de la presión antrópica varía de acuerdo a la especie, y algunas de estas pueden usar sistemas agroforestales como corredores biológicos (Ferreira et al., 2018), regularmente son aquellas especies generalistas, categorizadas en Preocupación Menor. Es importante implementar y estudiar el uso de sistemas agroforestales en el departamento del Atlántico, además de evaluar el papel que cumplen estos sistemas en la conservación de carnívoros.
A pesar de ser un grupo taxonómicamente estable y de aparente facilidad en la determinación a nivel de especie, el género Procyon (Procyonidae), presenta dificultades en la delimitación de P. cancrivorus y P. lotor (González-Maya et al., 2011). Procyon cancrivorus representa una especie común en el departamento, registrada para nueve municipios y las tres subregiones (Anexo 1); se encuentra asociada tanto a ecosistemas de bosque seco, como a manglares (Balaguera-Reina et al., 2010). El estado de conocimiento de P. lotor, por su parte, es todavía pobre (Marín-C et al., 2012).
Los roedores representan el orden más diverso dentro de los mamíferos a nivel global (Burgin et al., 2018), pero los registros en el departamento son escasos y esporádicos. Así, por ejemplo, se señaló recientemente en el Atlántico la presencia de Pattonomys semivillosus, una especie endémica de Colombia, de la que se sabe muy poco y que no se registraba para el departamento desde 1949 (Patton et al., 2015; Mejía-Correa, 2018). Probablemente por el bajo esfuerzo de muestreo y la falta de exploración en diversas áreas del departamento, la diversidad de roedores y de mamíferos en general podría estar subestimada.
Los primates Saguinus oedipus y Cebus versicolor, especies endémicas del bs-T y la región Caribe colombiana, se encuentran En Peligro Crítico (CR) y En Peligro (EN), respectivamente (Tabla 2), producto de acciones como la deforestación, la desecación de humedales y el tráfico ilegal (Andrade-C, 2011; de la Torre et al., 2015; Rodríguez et al. 2020). El conocimiento del estado actual de sus poblaciones es incompleto (Martínez, et al. 2010; Rodríguez, et al. 2012), aunque son claves en procesos de dispersión de semillas y polinización (Feilen, et al. 2018; García-Castillo & Defler, 2018).
La presencia de algunas especies en el departamento es incierta, como es el caso de Sturnira parvidens, que se incluyó en la lista siguiendo a Velazco y Patterson (2014). Igualmente, los roedores Proechimys chrysaelous y Sigmodon hirsutus, y el venado Odocoileus virginianus, que tienen amplia distribución y están presentes en territorios contiguos (Baquero-Montoya & De la Hoz-Siegler, 2011; Solari et al., 2013; Patton et al., 2015).
La riqueza de las regiones Costera y Canal del Dique puede estar sobreestimada, por el alto número de registros para el municipio de Barranquilla depositados en la Zoologische Staatssammlung München (ZSM), que pudieron ser recolectados en áreas aledañas, como discute Ramírez-Chaves (2014), y asignados a la ciudad capital por ser el área históricamente de mayor tránsito y exportación de productos en el departamento. En cambio, aunque se pensaba que los municipios con influencia del río Magdalena podrían albergar alta diversidad de especies, estos presentan grandes vacíos de información. Se hace necesario, entonces, intensificar muestreos, así como la recolección y revisión de especímenes de museo que permitan ampliar la lista de mamíferos del departamento y establecer criterios claros para el posible establecimiento de nuevas áreas naturales protegidas.