Introducción
En Colombia, la mayoría de los embalses para generar energía eléctrica se encuentran en las regiones montañosas de los Andes, particularmente en los tributarios de la cuenca del río Magdalena (Jiménez-Segura et al., 2014). La formación de embalses dentro de la red fluvial genera cambios significativos en su estructura física, en su dinámica hidrológica, y como resultado de su interacción, en la biota que lo habita (Angarita et al. 2020). Estas modificaciones influyen en la distribución y diversidad de los peces en el área de influencia de estos nuevos ambientes (Álvarez-Bustamante et al., 2018). La formación del embalse genera nuevos ensamblajes dentro del mismo embalse, así como en los sistemas acuáticos próximos (cauce del río, quebradas afluentes al embalse) (Valencia-Rodríguez et al., 2022). En centrales que tienen la descarga de agua turbinada varios kilómetros abajo del pie de presa, entre la base de la presa y el sitio donde retorna el agua al río, es frecuente observar ejemplares de especies de peces de pequeño tamaño como aquellas de los géneros Saccodon, Parodon, Astroblepus y Chaetostoma, los cuales aprovechan los hábitats que ofrece este sector del río (Jiménez-Segura et al., 2014). Y en aquellos embalses localizados debajo de los 1000 m de elevación, es común que, durante los periodos de estiaje, se observen ejemplares de especies de peces potamodromos que vienen remontando el río durante su momento de migración en búsqueda de condiciones apropiadas para desovar (López-Casas et al., 2014).
Los cauces donde se han formado los embalses se encuentran dentro de paisajes andinos con fuertes pendientes tanto laterales como longitudinales; la altura promedio del muro es de 50 m (intervalo: 5 – 232 m), formando embalses profundos (Márquez & Guillot, 2001). Debido a esta característica, son escasas las estrategias de manejo que garanticen la continuidad de movimientos de las especies locales y de la migración de los peces potamodromos andinos que transitaban por ese cauce durante sus movimientos estacionales río arriba, y que también permitan que los embriones deriven río abajo luego del momento del desove (López-Casas et al., 2020). A nivel mundial se han experimentado pasos con pozas, pasos de ranura vertical, pasos en contraflujo, escaleras, esclusas y elevadores para translocar los peces que llegan a la presa durante su migración ascendente (International Hydropower Association, 2021). Sin embargo, análisis detallados sobre su efectividad concluyen que, si bien son planteamientos bien intencionados, estas no logran restaurar el proceso biológico que desapareció debido a la construcción del muro dentro del cauce ribereño y la formación de un lago profundo (Lira et al., 2017).
Ante estos escenarios, rescatar peces no es una actividad nueva y su método ha venido ajustándose para reducir la mortalidad de peces atrapados, acumulados o en riesgo debido a condiciones del agua que no les son favorables (Jiménez-Segura et al., 2018). En la cuenca del río Magdalena, es común que, dentro de los planes de manejo de las centrales hidroeléctricas, las actividades de rescate de peces sean una alternativa para reducir la mortalidad de peces dentro del área próxima a los embalses (López-Casas et al., 2020). Como parte de las medidas del plan de manejo ambiental diseñado para la etapa de operación de la central hidroeléctrica de Porce III, existe un programa denominado “Rescate de peces inmediatamente aguas debajo de la presa por cierre de compuertas del vertedero”.
Este programa se estableció con el objetivo de reducir la mortalidad de peces en las pozas que se forman cuando se produce el cierre de compuertas y que quedan desconectadas del cauce principal del río, donde se mantiene un caudal ambiental permanente de 2 m..seg-1. La apertura de compuertas del vertedero provoca un aumento temporal en el volumen de agua (entre 200 y 350 m..seg-1.) que transita a través del cauce principal del río entre la base de la presa y el túnel de descarga del agua turbinada (longitud ~13 km), y que posteriormente, producto del cierre de las compuertas del vertedero se reduce nuevamente. En ese momento se forman varias pozas dentro del lecho rocoso del río (principalmente 500 m aguas debajo de la presa) y los peces se refugian dentro de ellas, pero a medida que el nivel del agua se va reduciendo, quedan atrapados entre las rocas y no logran reincorporarse nuevamente al cauce principal del río. El evento de cierre y apertura de compuertas del vertedero se realiza cuando ocurren altas precipitaciones en el área de influencia de la central; además, el volumen de operación segura del embalse está asociado a su condición específica de embalse regulador de una red de embalses y centrales de generación, ubicadas aguas arriba del embalse Porce III.
Esta nota da a conocer los resultados de actividades de rescate y reubicación de peces localizados en el tramo con reducción de caudal del río Porce, ubicado aguas debajo de la presa Porce III. Indicamos el cambio de las abundancias, a través del tiempo, de los peces que son rescatados y reubicados al caudal ecológico, al igual que los que no sobreviven. Estas actividades han sido realizadas por el Grupo de Ictiología de la Universidad de Antioquia (GIUA) en conjunto con Empresas Públicas de Medellín (EPM), como una acción de mitigación de los impactos asociados con la fragmentación de hábitat, y operación de la central de generación de energía hidroeléctrica en la cuenca del río Magdalena.
Materiales y métodos
La central hidroeléctrica Porce III se encuentra sobre el cauce del río Porce, entre los municipios de Anorí y Amalfi en el departamento de Antioquia, en Colombia. El río Porce es uno de los afluentes principales de la subcuenca del río Nechí, que a su vez vierte sus aguas a la cuenca del río Magdalena. El embalse de Porce III, que entró en operación en el año 2011, tiene un volumen de 176.9 Mm., una profundidad media de 37.6 m, una superficie inundada de 5.7 km., 14 km de longitud y una anchura media de 500 m. La presa del embalse Porce III se localiza a los 540 m s.n.m. Una red de pequeños afluentes proporciona agua durante todo el año (Figura 1). La hidroeléctrica de Porce III tiene una capacidad instalada de 700 MW, para una generación firme de 3605 GW hora.año-1, y su nivel de agua fluctúa de forma amplia, frecuente y rápida. Su tiempo de residencia hidrológica no supera los ocho días (Silva Arroyave, 2008). Con cuatro turbinas de tipo Francis, la central de generación devuelve al río Porce 240 m..seg-1 de agua en el sitio de descarga. Entre la presa y la descarga, desde la cota 310 m s.n.m. el cauce del río Porce mantiene un caudal ambiental mínimo de 2 m..seg-1.
En los años 2013 (abril, junio), 2015 (junio), 2016 (julio), 2017 (mayo, junio), 2018 (mayo, junio, diciembre), 2019 (enero, febrero, mayo, diciembre), y 2020 (octubre) se realizaron las actividades de rescate y reubicación de peces atrapados en pozas formadas aguas abajo de la presa de Porce III, debido a la estructura del lecho del cauce, en un transecto de 500 m sobre el eje del río. Para la maniobra de apertura y cierre de compuertas, Empresas Públicas de Medellín cuenta con el Manual de Operación Segura de la Central Porce III, que busca operar de forma segura y evitar afectaciones al ambiente y a las comunidades de personas localizadas aguas abajo de la presa. Las actividades de rescate y reubicación fueron realizadas por el personal de conservación y protección del embalse Porce III. Este equipo es avisado oportunamente, con una antelación mínima de un día del evento de cierre de las compuertas del vertedero acorde con el manual, procurando siempre que dicho cierre se efectúe durante las horas del día. La captura de los peces atrapados se realizó de manera manual, utilizando redes de mano y recipientes de plástico, durante tres horas después del cierre de las compuertas (Figura 2).
Una vez dispuestos en los recipientes, los peces se depositaron en un tanque de 250 L con aireadores para su posterior conteo y registro fotográfico. Cada ejemplar fue identificado a nivel de especie con claves taxonómicas especializadas (Dahl, 1971; Jiménez-Segura et al., 2014; Londoño-Burbano & Román-Valencia, 2010; Maldonado-Ocampo et al., 2005; Miles, 1971; Román-Valencia & Arcila-Mesa, 2010; Vari, 2001) y la validez de su nombre siguió a Fricke et al. (2021). Después de la manipulación, los ejemplares fueron liberados en el canal principal del río Porce (caudal ambiental) (Figura 2). Los ejemplares que no sobrevivieron fueron enterrados, después de haber sido neutralizados con hidróxido de calcio, como agente para prevenir malos olores y la contaminación de las aguas por la lixiviación. Para ello, se construyó una fosa de 2 m3 en una zona de depósito designada por equipo de seguridad y salud en el trabajo de la central; esta área de depósito se sitúo a una distancia no menor de 100 m de cualquier cuerpo de agua.
Para el cálculo de la abundancia relativa consideramos el número de individuos capturados por cada especie en relación con el número total de individuos capturados por el año de actividad. El análisis gráfico se realizó en el software R (R versión 3.6.3; R Development Core Team, 2021).
Resultados
En las 16 actividades de rescate y reubicación realizadas, se capturaron 4927 individuos, representantes de 28 especies, 12 familias y cinco órdenes (Figura 3, Anexo 1). Las especies de los órdenes Siluriformes y Characiformes presentaron las mayores capturas, mientras que las especies de los órdenes Synbranchiformes y Cyprinodontiformes fueron las de menos capturas (Figura 4). El número de especies representa el 12 % de la riqueza total de peces de la cuenca del río Magdalena (DoNascimiento et al., 2022) y el 54 % de las especies de peces registradas para el área de influencia del embalse de Porce III (Jiménez-Segura et al., 2014).
En total se reubicaron 4704 individuos en el caudal ambiental del río Porce, donde las mayores capturas se presentaron en los años 2013, 2015, 2017 y 2019 (> de 900 individuos por año). En el año 2016 se rescataron y reubicaron el 100 % de los individuos. Las especies de los órdenes Siluriformes y Characiformes fueron las de mayor abundancia (Figura 4). Las especies con mayor número de individuos rescatados y reubicados fueron Chaetostoma aff. brevilabiatum, Chaetostoma thomsoni, Astyanax microlepis, Andinoacara latifrons y Rhamdia guatemalensisAnexo 1.
Por otra parte, 223 individuos no sobrevivieron, de los cuales los Characiformes fueron los más abundantes (Figura 4). Las especies encontradas muertas en mayor abundancia fueron A. microlepis, Characidium phoxocephalum, Hemibrycon caucanus, A. latifrons, C. aff. brevilabiatum y Cetopsorhamdia nasus. En 2017 se presentó el mayor número de individuos que no sobrevivieron (Anexo 1). Los individuos de las especies no nativas de la cuenca, tales como Coptodon rendalli, Oreochromis mossambicus, Oreochromis niloticus, Parachromis friedrichsthalii y Poecilia sphenops, presentaron baja sobrevivencia (Figura 4), y los individuos de estas especies que se encontraban aún vivos no fueron reubicadas al caudal ambiental.
Discusión
La fragmentación del hábitat ocasionada por la construcción de embalses es una de las amenazas que enfrentan los peces y los ambientes acuáticos de la región andina en Colombia (Angarita et al., 2020). El rescate de peces atrapados o en riesgo debido a condiciones del agua que no les son favorables, es una herramienta necesaria en la implementación de acciones de mitigación de los impactos asociados con la construcción de presas, y operación de las centrales de generación de energía hidroeléctrica en la cuenca del Magdalena (Jiménez-Segura et al., 2018; López-Casas et al. 2020).
La distribución de las especies aguas abajo de la presa de Porce III es similar a la tendencia general de la riqueza de peces en los ambientes acuáticos del área de influencia del embalse (Valencia-Rodríguez et al., 2022). Los peces que quedan atrapados en pozas y no logran reincorporarse nuevamente al cauce principal del río incluyen principalmente especies de pequeño porte, pertenecientes a los órdenes Characiformes y Siluriformes, los cuales por su abundancia, y posiblemente por diversos aspectos ecológicos asociados al uso del hábitat, la locomoción y sus estrategias alimenticias (Conde-Saldaña et al., 2017), lleguen a colonizar los nuevos espacios provocados por el aumento temporal del volumen de agua, generado por la apertura de las compuerta del vertedero.
Así como estas especies de pequeño porte, otras especies de mayor tamaño como ejemplares de la familia Prochilodontidae tales como Ichthyoelephas longirostris y Prochilodus magdalenae, han sido rescatadas. Estas especies son potamodromas e importantes en la pesca comercial de la cuenca del río Magdalena (Galvis & Mojica, 2007) y su presencia ya ha sido reportada en el área de influencia de la central de Porce III (Jiménez-Segura et al., 2018). La presa del embalse Porce III se encuentra a 540 m de elevación, por lo que la presencia de ejemplares de estas especies puede ocurrir debido a que la presa se encuentra dentro de la ruta de migración de estas especies durante los periodos de estiaje (Rivera-Coley, 2021). El río Nechí y sus afluentes son reconocidos como importantes áreas para el desove de estas especies en la cuenca del río Magdalena (Moreno-Arias et al., 2021; Rivera-Coley, 2021), así que su presencia en las proximidades de la presa es común y estacional (López-Casas et al., 2016). También se ha reportado la presencia de estas especies en las zonas próximas a las presas, en embalses aguas abajo de los 1000 m de elevación dentro de la cuenca del río Magdalena (López-Casas et al., 2014). Reportar la presencia de estas especies en los sectores próximos a las presas permite incorporar prácticas y estrategias para su manejo, de manera que se reduzca su afectación (Moreno-Arias et al., 2021).
Los individuos capturados y reubicados durante los eventos de operación de la central fueron mayores al 96 %, con excepción del año 2017, cuando solo se reubicaron el 89 % de los individuos; sin embargo, estos resultados indican que es posible realizar exitosamente las actividades, desde su captura hasta su reubicación al caudal ambiental, al reducir al máximo las condiciones que provocan el atrapamiento de los peces durante el período del cierre de compuertas. Con el fin de disminuir la mortalidad y aumentar la eficiencia de esta estrategia de manejo, se sugiere que las maniobras para el cierre de compuertas sean un proceso prolongado y escalonado, para una adecuada disminución gradual del caudal del río aguas abajo de la presa, mitigando el atrapamiento de peces.
Conocer cuáles son las especies de peces andinos que pueden ser afectados por la operación de una central hidroeléctrica es un insumo fundamental en la gestión de estrategias de conservación y manejo ambiental, que deben hacer las empresas generadoras de energía, así como las orientaciones que dan las autoridades ambientales para el desarrollo de esta industria. Rescatar peces reduce sin duda la mortalidad en estos escenarios dentro de los sectores próximos a las presas de los embalses. Este ejemplo de medida de manejo que involucra acciones de rescate y reubicación de peces se convierte en una importante estrategia que debe ser replicada con miras a la mitigación de los impactos ambientales ocasionados por la operación de las centrales hidroeléctricas en los ríos de los Andes de Colombia.