Introducción
La salud hace parte de los derechos fundamentales de los niños y en esta se encuentra inmersa la salud bucal (SB), la cual requiere de la participación de sus cuidadores para su conservación1; principalmente, la madre ha sido relacionada como cuidadora sobre la presencia de caries dental (CD) de sus hijos2, dependiendo de algunas condiciones sociodemográficas2, conocimientos, actitudes y prácticas sobre SB3,4 y experiencias odontológicas3,4 que influyen en la adopción de buenos hábitos en la higiene bucal del niño.
Lo anterior evidencia cómo la SB del niño se encuentra influenciada por el concepto de género, el cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como los conceptos sociales de funciones, comportamientos, actividades y atributos que cada sociedad considera apropiados para hombres y mujeres5. Asimismo, establece que las diferentes funciones y comportamientos pueden generar desigualdades entre hombres y mujeres, favoreciendo a uno de los dos grupos5. Es la madre la figura que permanece relativamente más tiempo interactuando, fomentando y entrenando a sus hijos en el cuidado de la SB6. En caso de no poder ejercer su rol de cuidadora, es reemplazada por otra mujer como la abuela, una tía o cualquier otro cuidador de sexo femenino para asumir las funciones en el hogar. Esto contribuye a fortalecer la tradicional creencia en la sociedad y al interior de las familias de concebir a la mujer como la única responsable de la SB del niño, lo que disminuye o niega la posibilidad de participación del hombre desde su rol de padre en la salud general y bucal de sus hijos7.
A nivel de familias latinas, se puede observar cómo la gran mayoría de las madres afrontan la carga doméstica y el cuidado de los hijos, casi que de manera exclusiva. Además, su inserción en el mundo laboral en los últimos años ha generado una sobrecarga de roles y un llamado urgente a la presencia del padre a participar en la reestructuración y asignación de dicha carga frente al cuidado de los hijos8. Diversos estudios relacionan algunas variables del padre con el comportamiento y estado de la SB de los hijos, como nivel educativo9; padres que trabajan; estatus socioeconómico10; dieta11; uso desfavorable de cepillo, crema y seda dental9,10; frecuencia y duración del cepillado9,11; pobre conocimiento en SB9 y presencia de CD en padres11, lo que revela la importancia del cuidador masculino como gestor potencial de la SB del niño.
El padre de familia, enmarcado en su género masculino y en medio de una sociedad machista, justifica no asistir a las consultas odontológicas al manifestar una falta de confianza en sus propios conocimientos y habilidades de crianza7, lo que genera gran preocupación desde la óptica de los determinantes sociales que afectan a la SB. La globalización y los cambios en las dinámicas sociales, económicas y políticas han hecho que se transformen las estructuras familiares y se impongan a sus miembros nuevos retos y tensiones, por lo que algunos hombres actualmente se encuentran a cargo de sus hijos bajo la figura de padre-solterismo o como familias monoparentales; este fenómeno va en continuo aumento, reportándose familias monoparentales de un 32 % a un 35 % en América del Norte12; mientras que en América Latina los hogares monoparentales tan solo corresponden a poco más del 10 %, primando en un 15 % el liderazgo masculino13.
Esto amerita cambios en la atención de la SB del niño, teniendo en cuenta que los constructos sociales de la masculinidad pueden influir en el rol del hombre como padre y estos a su vez interferir en los comportamientos y hábitos de SB de sus hijos2, todo esto considerando que los hombres subutilizan los servicios de salud en comparación con las mujeres, son más reacios a buscar ayuda y asistencia a servicios de atención preventiva y diagnóstica14, tienen poca utilización de las medidas de higiene bucal y ayudas complementarias15, poseen una inadecuada frecuencia de cepillado dental y, por lo tanto, peores condiciones de SB15,16.
Para involucrar y dar importancia al hombre en su rol de padre frente al cuidado de la SB de los niños, se debe conocer qué factores pueden influir en ella. Al tener en cuenta los últimos estudios realizados en una comunidad de habitantes afrodescendientes en la ciudad de Cartagena, que reporta alta prevalencia de CD en niños (95 %) y su asociación con padres que no asumen sus roles frente a los hijos17, por lo que se hace indispensable caracterizar algunos factores del padre que puedan influir en la SB del niño. Lo anterior, permitirá formular, desarrollar e implementar intervenciones de SB dirigidas a los padres, empoderándolos e involucrándolos como actores positivos hacia la salud del niño. Por lo tanto, el objetivo del estudio fue estimar la asociación entre conocimientos de SB con presencia de CD y variables relacionadas en el binomio padre-hijo.
Materiales y métodos
Estudio analítico de corte transversal en población universo (estimada en 250 binomios padre-niño), pertenecientes a una institución educativa de carácter público, de la comunidad de la Boquilla, una comunidad de afrodescendientes con niveles altos de pobreza de la ciudad de Cartagena de Indias, Colombia, durante el año 2017.
Se realizó un muestreo no probabilístico por conveniencia de 153 binomios padre-hijo que se encontraban al momento de la visita domiciliaria, utilizando este tipo de muestreo por la dificultad de la presencia del padre durante la visita (podría suponer un sesgo de selección) y que cumplieron con criterios de inclusión: niños entre 4 y 14 años, cuyo padre contara con tiempo disponible para participar y que vivieran de manera permanente en la comunidad. Se excluyeron binomios con enfermedades sistémicas de base, discapacidad motora o sensitiva y falta permanente de alguno de los progenitores.
Se diseñaron y aplicaron dos instrumentos: uno para ser respondido por los padres, correspondiente a un cuestionario autoadministrado y un segundo instrumento donde se consignó la evaluación clínica realizada a los niños, previa prueba piloto bajo estandarización y calibración de encuestadores y evaluadores clínicos en población con características similares a las del estudio (otra comunidad afrodescendiente de la ciudad de Cartagena, 10 % del tamaño de la población real del estudio). Al evaluar la confiabilidad del instrumento, se obtuvo un alfa de Cronbach de 0,79, se realizaron pruebas inter-intra examinador entre los evaluadores clínicos y una odontopediatra al revisar a los pacientes, obteniendo un índice Kappa de 0,81 para interexaminador y de 0,80 para intraexaminador. Los evaluadores clínicos eran personas cegadas completamente a la información recolectada por los encuestadores, que utilizaron el primer instrumento.
El cuestionario de los padres incluyó:
Variables sociodemográficas de los niños: edad (3-9 años, 10-14 años), sexo (masculino, femenino).
Variables sociodemográficas de los padres: edad (≤ 44 años, ≥ 45 años), nivel de escolaridad (< 10 años, ≥ 10 años de estudio), ¿trabajan? (sí, no), ingresos socioeconómicos (< 1 salario mínimo mensual vigente [SMMLV], ≥ 1 SMMLV). Para el caso de Colombia, un SMMLV corresponde a valor promedio de 644.000 mil pesos (equivalentes a 210 dólares al momento de la encuesta), religión (católicos, no católicos), servicios de salud (presenta o no), rol dentro del hogar (no ejerce ningún rol, formador de hijos, proveedor económico, ambos roles).
Autopercepción conocimientos y hábitos de SB del padre: autopercepción de SB, experiencias del padre en el odontólogo, última visita y motivo de consulta al odontólogo, frecuencia del cepillado bucal y tratamientos odontológicos pendientes.
Conocimientos sobre SB y hábitos del niño: frecuencia y enseñanza del cepillado bucal, motivo de consulta al odontólogo por primera vez, tratamiento odontológico recibido en el último año, experiencia del niño en odontología, conocimiento sobre presencia de CD y odontalgia en el niño y tipo de merienda que consume.
Se categorizó el nivel de conocimientos asignando un puntaje a cada pregunta y, a partir de una media de 4, se estableció punto de corte con valores ≥4 como conocimientos adecuados y ≤3 como inadecuados.
En la evaluación clínica a padres e hijos, se incluyó:
Variables clínicas del niño: la CD para niños se evaluó de acuerdo con los criterios de la OMS18 y se calculó en términos de dientes cariados, perdidos y obturados en la dentición permanente (COP-D) y la dentición primaria (ceo-d). Para la mayoría de los niños con dentición mixta, el índice de caries se obtuvo sumando las puntuaciones COP-D y ceo-d. Para el cálculo del índice ceo-d/COP-D medio, se sumaron los valores promedio individuales y se dividieron entre la cantidad total de niños examinados. La historia de caries de niños afectados se describió mediante evaluación del Índice de Knutson (1944)19: niños con experiencia de caries (ceo-d/COP-D > 0) y niños que nunca las han experimentado (ceo-d/ COP - D) = 0); se evaluó también la severidad de la experiencia con las caries (baja severidad (COP = 1-2), moderada (COP = 3-4) y alta severidad (COP ≥ 5)20 y la presencia de caries, teniendo en cuenta el componente cariado del índice (cariados: sí o no).
Variables clínicas del padre: presencia de caries, componente cariado del índice COP, experiencia de CD (sí: COP/ceo ≥ 1, no: COP = 0), severidad de la experiencia: baja severidad (COP < 5), moderada (COP ≥ 5-≤ 8,9), alta (COP = ≥ 9-≤ 13,9) y muy alta severidad (COP > 13,9)20.
Para la recolección de la información, se realizaron visitas familiares domiciliarias para la colaboración de padres y madres; fue desarrollada en un tiempo promedio de 10 minutos para evitar distracción en el entrevistado y facilitar su colaboración. Posteriormente, se evaluó clínicamente al padre de familia bajo las consideraciones necesarias: una unidad portátil trasladada hasta el hogar, con luz estandarizada, realizando control de placa bacteriana (CPB) antes del diagnóstico de CD (COP-D). La evaluación clínica de los niños se realizó en la institución educativa, implementando el índice O’Leary, cepillado dirigido y examen de diagnóstico clínico para CD.
En el procesamiento y análisis de la información, se utilizaron los programas Microsoft Excel 2007® y Stata versión 11.1 (Stata Corp, College Station). En el análisis se tuvieron en cuenta las distribuciones de frecuencia de cada variable, estimaciones de asociaciones a través del estimador OR (odds ratio) con intervalos de confianza del 95 %; el análisis multivariable se realizó por regresión logística nominal, usando un procedimiento de pasos hacia atrás para incluir o excluir variables explicativas en el ajuste de los modelos, siendo seleccionadas las variables para los modelos finales solo si tenían un valor de p<0,05.
Consideraciones éticas
Para el comienzo de las mediciones, se solicitó un consentimiento informado por escrito de los padres, teniendo en cuenta las disposiciones internacionales: Declaración de Helsinki (modificación de Edimburgo en el año 2000) y Resolución 8430 de 1993 del antiguo Ministerio de la Salud para Colombia. Durante la firma del consentimiento informado, los investigadores explicaron a los padres los riesgos, objetivos, beneficios y derechos en el desarrollo del estudio, especificando que: el mismo tenía riesgo mínimo, era de participación voluntaria y podrían retirarse en cualquier momento de la recolección de la muestra. Se contó con el aval de ética, Acta n.° 003 del 27 de septiembre del año 2016, emitida por el comité de ética del Departamento de Investigaciones de la Facultad de Odontología, de la Universidad de Cartagena, Colombia.
Resultados
En relación con las características sociodemográficas de la muestra (153 binomios padre-hijo), el 69,9 % de los niños estaban principalmente en edad preescolar y escolar (3-9 años) y eran de sexo masculino (52,9 %). Además, el 81,7 % de los padres eran adultos jóvenes (≤ 44 años) con bajo nivel de escolaridad (79,7 %). La mayoría de los padres trabajaban (94,7 %), tenían altos ingresos socioeconómicos (55,6 %), servicios de salud (84,3 %), eran de religión católica (84,1 %) y ejercían ambos roles dentro del hogar (89,5 %) (formador de hijos y proveedor económico).
Con respecto a las variables clínicas de SB del binomio padre-hijo, se halló la prevalencia de CD en un 60,1 % de los niños y un 37 % de baja experiencia de severidad de caries; asimismo, un 98 % de los padres presentaban CD y un 34 % alta severidad de experiencia de CD (Tabla 1).
IC: índice de confianza
COP: índice de dientes cariados, obturados y perdidos en dientes permanentes
ceo: índice de dientes cariados, extraídos u obturados en dentición decidua
Al correlacionar el índice COP-D y el ceo-d del binomio padre-hijo y sus componentes, se halló una correlación positiva con significancia estadística entre el total del valor del COP-D/ceo-d y en el componente cariado entre padre e hijo (Tabla 2).
N: Numero de muestras (dientes)
DE: desviación estándar
Mín-Máx: mínimo-máximo
r: Coeficiente de Correlación de Spearman
*Significancia de la Correlación (p≤0,05)
Con respecto a las variables relacionadas con percepción de SB del padre, conocimientos y hábitos sobre SB del niño, el 65 % de los padres no presentaron una buena autopercepción de SB y un 28,1 % ha contado con experiencias negativas durante sus visitas al odontólogo. Además, el 56,21 % de los padres no lleva a sus hijos al odontólogo por falta de tiempo y un 33,9 % presenta conocimientos inadecuados sobre la SB de su hijo, como: saber qué tipo de merienda consume (94,7 %), si el niño tiene CD (73,2 %) y cuántas veces se cepilla los dientes (52,6 %), entre otros conocimientos. Al indagar por hábitos de higiene bucal del niño, un 59,48 % presentaban hábitos inadecuados, principalmente por el consumo de meriendas cariogénicas y una frecuencia inadecuada de cepillado bucal (Tabla 3).
Al realizar el análisis bivariado entre variables sociodemográficas, la autopercepción de SB del padre y los hábitos de SB del niño, con conocimientos sobre SB del niño en los padres, se halló una asociación con significancia estadística entre conocimientos inadecuados sobre SB y presencia de caries del niño, cepillado de dientes <3 veces al día en el niño, niños que no asisten al odontólogo, cepillado bucal sin vigilancia de los padres, hábitos inadecuados de higiene bucal del niño, experiencia negativa del padre que influye en la asistencia odontológica del niño, falta de dinero y falta de tiempo (p<0,05) (Tabla 4).
OR: odds ratio
IC: índice de confianza
COP: índice de dientes cariados, obturados y perdidos dientes permanentes
* valores con significancia estadística
**valor del modelo X2: 94,32 p=<0,001
En el análisis multivariado, las variables que mejor explican la presencia de conocimientos inadecuados sobre SB del niño en los padres son: presencia y experiencia de caries en el niño, cepillado bucal sin vigilancia de los padres, hábitos inadecuados de higiene bucal del niño, padres que trabajan, ingresos ≤1 SMMLV y religión católica (p<0,05) (Tabla 4).
Discusión
En el presente estudio, se reporta que existe una asociación entre los conocimientos inadecuados sobre SB del niño en el padre, hábitos inadecuados de higiene bucal del niño y presencia de caries en el mismo. A la luz de los autores, este es el primer estudio en América Latina evaluando el conocimiento en SB en el padre, específicamente en la comunidad de la Boquilla, Cartagena, Colombia. Esta comunidad, básicamente afrodescendiente, presenta como principal fuente de ingresos económicos la pesca y el turismo, al encontrarse a orillas del mar Caribe; la mayoría de sus familias posee viviendas con condiciones inadecuadas, problemas sociales como violencia intrafamiliar20, solo cuentan con un centro de salud para la atención de la población y a nivel de SB se presenta una alta prevalencia de CD17.
En este sentido, se observó una asociación entre experiencia de CD en el binomio padre-hijo, es decir, a mayor experiencia de CD del cuidador hombre, mayor fue la experiencia de caries en el niño. Igual sucede al correlacionar el componente cariado del índice COP-D/ceo-d, esto confirma que la experiencia de CD en el padre también es predictora de CD en el niño y no solo relacionado con la madre, como ha sido ampliamente reportado21,22.
Los resultados indican que amerita seguir evaluando la historia de CD22,23 en los padres y su percepción sobre el cuidado bucal, como lo indican varios protocolos de manejo de esta enfermedad24-27, insistir en la asistencia no solo de la madre sino del padre a las consultas odontológicas de sus hijos, para conocer las experiencias del padre a nivel odontológico que puedan estar comprometiendo su estado de SB y no promuevan una buena imagen de la odontología; de igual forma, es importante conocer los hábitos de higiene bucal del padre y los factores relacionados con la dieta que se transmite al interior de las familias. Por otro lado, los hombres en su adultez joven y durante la crianza de los hijos, se encuentran en una de las etapas más productivas del individuo, lo que los obliga a permanecer mucho tiempo en el trabajo con limitaciones frente al acceso a los servicios odontológicos que pudieran comprometer su estado de SB y no generar influencias positivas sobre la importancia del cuidado bucal en sus hijos.
Otros determinantes sociales y familiares son considerados como factores de riesgo para CD, como la funcionalidad familiar, teniendo en cuenta que en los hogares donde se experimenten discusiones y crisis familiares, hacinamiento, falta permanente de uno de los progenitores y recarga del rol de la mujer, otras son las prioridades en el hogar que pueden comprometer las necesidades del cuidado de la SB de los niños22,23,28; por lo tanto, a través de los aportes del estudio, se propone como implicación práctica indagar durante la consulta odontológica por factores familiares y comportamentales, género y rol del cuidador, y variables relacionadas como autopercepción de SB y conocimientos que puedan influir en la presencia de CD en el niño, instaurando medidas más costo-efectivas28. Asimismo, indagar por los conocimientos del cuidador sobre SB que puedan influir en la futura atención de SB del niño.
Se presentó una asociación entre los conocimientos inadecuados sobre SB de los padres y la presencia de CD en niños, el cepillado bucal del niño sin vigilancia y los hábitos inadecuados de higiene bucal del niño. La mayoría de los padres desconocían la frecuencia del cepillado bucal del niño, consideraron que la madre exclusivamente debe enseñar y motivar sobre el cepillado bucal, no conocían cuál fue el motivo de consulta por el que el niño visitó al odontólogo por primera vez, cómo fue su experiencia y cuál tratamiento odontológico que recibió en el último año. Los padres también desconocían si sus hijos presentaban o han presentado CD, odontalgia y qué tipo de meriendas consumen.
Asimismo, los diferentes actores sociales deben procurar facilitar al hombre la asistencia y el cumplimiento a los programas de promoción y prevención29 en SB, que permitan que este logre mejores conocimientos sobre SB y llevar el mensaje más allá del cuidado tradicional de la SB de los niños por parte de la mujer, concientizando al hombre sobre su papel en la prevención de enfermedades bucales. Algunos estudios30-33 dan cuenta de la poca participación del padre de familia en la SB del niño; un estudio realizado en India reportó que solo el 36 % de los padres realizó alguna vez orientación de higiene bucal a sus hijos30. Asimismo, en Arabia Saudita un estudio evidenció menores conocimientos en hombres sobre cremas dentales que en mujeres31, similar a lo encontrado en un estudio realizado en hombres afroamericanos y sus hijos, el cual reportó conocimientos inadecuados en los padres sobre el cuidado de la SB de los niños, la importancia de cepillar los dientes y utilizar crema dental fluorada32.
Lo anterior confirma que también en América y especialmente en países latinoamericanos como Colombia, no se experimenta el rol del padre como cuidador de la salud general y bucal de sus hijos, amparado en su masculinidad32,34. En este sentido, el género del cuidador ha interferido en la adquisición de nuevas informaciones y conocimientos, dificultándole al hombre realizar mejores prácticas de autocuidado y el desarrollo de hábitos que le permitan la manutención de su salud y la de sus hijos34. El hombre concibe como única cuidadora y responsable de los niños a la mujer y, asimismo, delega en ella su cuidado bucal; en ausencia de la madre, se aprecia cómo se mantiene el género femenino como el principal cuidador de la SB de los niños representado en la abuela, la tía, la niñera o cualquier otra mujer presente en el entorno de los niños, soportando las figuras del machismo y el patriarcado en algunas comunidades. La figura paterna puede jugar un papel importante en la adquisición de buenos hábitos bucales hacia sus hijos, al representar el ejemplo a seguir en la familia y debe ser igualmente tenida en cuenta.
Históricamente, el hombre en su rol de padre ha sido poco reconocido desde su papel de proveedor económico; no obstante, su rol como formador de hijos en conjunto con la adquisición de conocimientos en SB puede influir positivamente en la disminución de la CD32. Así, en este estudio se observó que solo el 5 % de los padres enseñaban y motivaban a sus niños a cepillarse los dientes. Generalmente, los modelos conductuales de los padres tienden a ser repetidos por los niños, por tanto, los hábitos de higiene bucal de los padres serán adoptados por los menores, aprendidos y repetidos durante la adultez34. En consecuencia, el presente estudio es relevante, ya que evidencia la importancia de concientizar al padre de su papel activo en el cuidado de la SB de sus hijos y ser autogestores en salud, especialmente durante los primeros años de vida, donde los menores no tienen la capacidad de aplicar unos correctos hábitos de higiene bucal por sí solos. A través de los resultados de esta investigación, se insta al diseño de políticas públicas e implementación de programas comunitarios que aumenten, tanto en las madres como en padres, el nivel de concientización sobre la promoción de la SB en sus hijos34.
A pesar de no resultar asociados en el modelo final, otros factores como la no asistencia de los padres a consulta y la experiencia odontológica negativa, estuvieron asociadas en el análisis bivariado. Lo anterior representaría una barrera para el acceso a una atención temprana en SB de los niños y pueden influir en el comportamiento de los pequeños durante la consulta odontológica22.
Por otro lado, se halló una asociación entre los conocimientos inadecuados sobre SB del niño y los padres que trabajan, quienes cuentan con bajos ingresos económicos y que pertenecen a la religión católica. La gran mayoría de los padres del estudio trabajan, pero en oficios que se realizan a tempranas horas del día, como la pesca, lo que les podría representar una ventaja al poder disponer de mayor tiempo de permanencia en el hogar al apoyar frente al cuidado de la SB de los hijos y poder acceder y asistir a programas de promoción y prevención en SB, que son permanentemente realizados en la comunidad por diferentes instituciones de salud y académicas; esto facilita la adquisición de conocimientos, al igual que mejores actitudes y prácticas frente a la SB del niño10 y un empoderamiento del hombre en su rol como cuidador.
Poblaciones con bajos ingresos socioeconómicos y condiciones de vulnerabilidad son sujetas a programas de promoción y prevención, lo que podría disminuir un poco la brecha entre la pobreza y el estado de SB. La adquisición de conocimiento en SB es controversial, sin embargo, no depende exclusivamente de altos o bajos ingresos económicos, ya que son muchos los factores que influyen en la adquisición de estos, como las experiencias de vida, la familia, la alfabetización en salud, el acceso a servicios de salud y las costumbres religiosas2,22. Las condiciones de pobreza y los bajos ingresos económicos obligan principalmente al hombre a trabajar, dado el entorno y las concepciones históricas de su rol como proveedor económico, lo que lo aleja del hogar y disminuye sus posibilidades de cuidado frente a los hijos. De hecho, en las actividades de educación en SB que se realizan a nivel comunitario, la mujer es la cuidadora que principalmente asiste a estas actividades.
El hecho de que los padres pertenezcan a la religión católica también fue un factor asociado a los conocimientos inadecuados de SB de sus hijos. Si bien la religión no es un factor que se encuentra directamente asociado a la SB, sí contribuye a la salud psicológica necesaria para la práctica de estilos de vida saludables. La religiosidad puede considerarse como ejemplo de determinante de salud psicosocial, que abarca componentes de creencia espiritual (“psico”) y de apoyo social (“social”), propiciando conductas saludables que protegen al individuo de comportamientos inadecuados y que cuentan con mejores estados de salud35. Los líderes espirituales representan un actor social importante en la adquisición de un buen comportamiento entre los miembros de una comunidad y podrían apoyar en actividades de promoción de SB, incentivando a las familias frente al cuidado de la SB de los niños e inculcando y recordando la responsabilidad de ambos padres en esta labor. Así, hay evidencias de otras religiones que han ofrecido actividades de educación en salud y estilos de vida que permiten enseñar la importancia del autocuidado en salud, promoviendo la adherencia a la misma35.
Promover modelos positivos de virilidad y masculinidades, como el de una paternidad afectuosa y participativa, abordando simultáneamente los obstáculos estructurales, es algo que puede mejorar la salud de los hombres y su comportamiento en cuanto a la búsqueda de atención de salud, tanto para ellos como para sus hijos36.
Conclusiones
Los conocimientos inadecuados del padre sobre la SB del niño se encuentran asociados con la presencia y experiencia de CD del binomio padre-niño, los hábitos inadecuados de cepillado bucal, padres que trabajan, bajos ingresos económicos y pertenecer a la religión católica. Todos estos factores deben ser considerados en la realización de programas educativos, cuyo objetivo sea el empoderamiento del padre en el cuidado de la SB de sus hijos.
Finalmente, dentro de las limitaciones del estudio estuvo la selección de la muestra por muestreo no probabilístico a conveniencia, lo cual no permitió extrapolar los resultados a otras poblaciones y que debe ser tenido en cuenta para próximos estudios.