1. INTRODUCCIÓN
Con la firma del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera (Gobierno Nacional de Colombia y FARC-EP, 2016), inicia un escenario de postconflicto en Colombia. Este supone el fin de un conflicto armado de más de cincuenta años que ha vinculado, además de las FARC-EP y el Gobierno nacional, a diversos actores de la población civil a lo largo y ancho del territorio nacional, y que dejó como consecuencia sangre, dolor, víctimas, y efectos negativos en la economía. El Acuerdo de Paz reconoce a los actores que han sido víctimas del conflicto armado, y también hace un llamado a estos para construir una “Paz estable y duradera”. Este es el caso de las organizaciones empresariales, las cuales fueron reconocidas como víctimas, y promotoras de la paz (Bedoya-Dorado y Charfuelán-Aguirre, 2019; Gobierno Nacional de Colombia y FARC-EP, 2016).
Ya desde el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, se reconocía la importancia de este tipo de organizaciones para la construcción de la paz: “[...] el sector empresarial está llamado a participar de manera proactiva y sostenida como un agente destacado para una paz estable y duradera en Colombia” (DNP, 2015, p. 45). Para el Departamento Nacional de Planeación, las organizaciones empresariales contribuyen a transformar las condiciones sociales y económicas que permiten romper con los ciclos de violencia, la desigualdad, la violación de derechos humanos, y la exclusión, y de este modo promover el desarrollo y la paz del país. Si bien este reconocimiento sitúa el actuar de las empresas en el marco de conflicto interno, orientado a los procesos de establecimiento de paz y las alternativas pacíficas (peacemaking), el escenario de postconflicto implica una noción de construcción de paz centrada en el mantenimiento de la paz (peacekeeping) (ONU, 1992).
Bajo este contexto, se busca la prevención en la recaída del conflicto y actuar sobre los desafíos derivados de este: las violencias postconflicto, los procesos de justicia transicional, la reparación de víctimas, la reintegración de excombatientes, la dejación de armas, los procesos de justicia transicional, la reconciliación, etc. (Barnett et al., 2007; Bedoya-Dorado y Charfuelán-Aguirre, 2019; Flavin, 2003; Ugarriza, 2013; Wielandt, 2005). Adicional a ello, la definición empleada desde 1995 por el Banco Mundial señala que en el postconflicto las prácticas se orientan a reconstruir un marco socioeconómico para la sociedad y a las condiciones necesarias para un funcionamiento de una sociedad en paz, que se fundamenta en cuatro pilares: seguridad, justicia y reconciliación; bienestar social y económico; gobernanza, y participación (Hamre & Sullivan, 2002).
Al ser el escenario de postconflicto en Colombia de corta trayectoria, teniendo en cuenta que este se configura a partir de la firma del Acuerdo de Paz en el 2016, no existe total claridad ni suficientes lineamientos sobre el modo en el que las empresas pueden emprender acciones encaminadas a la construcción de paz, aunque se reconoce que existen algunos esfuerzos por aportar en esta línea de investigación (Andonova & García, 2018; Barrios, 2016; Bedoya-Dorado y Charfuelán-Aguirre, 2019; Cortés-Sánchez, 2018; González-Mendoza et al., 2019; Jiménez-Peña, 2014; Miklian & Medina, 2018; Rettberg, 2016; Ruiz et al., 2017; Salas-Salazar, 2016; Thoene & Turriago-Hoyos, 2019). La investigación de González-Mendoza et al. (2019), por su parte, concluye que los empresarios colombianos están dispuestos a participar en el escenario de postconflicto; sin embargo, se presenta desconocimiento en la mayoría de estos sobre los diferentes mecanismos para participar en él.
Lo anterior suscita preguntas tales como: ¿qué hacen las organizaciones empresariales para construir paz? y ¿cómo aportar desde el sector privado al escenario de postconflicto en Colombia? Responder a estos interrogantes implica reconocer las experiencias de otros contextos de postconflicto y el papel de las empresas en ellos. La literatura académica especializada ha explorado las conexiones entre las acciones empresariales y la construcción de paz en diferentes contextos del mundo (Forrer & Katsos, 2015), evidenciando una serie de estrategias e iniciativas que responden a los problemas singulares que se derivan de los escenarios de postconflicto, así como los actores que se ven favorecidos por ellas. Esto a su vez supone un campo emergente del conocimiento para comprender el modo en que los negocios tienen un rol para el mantenimiento y promoción de la paz, y el consiguiente desarrollo de las sociedades de países afectados por el conflicto (Miklian, 2019; Miklian & Schouten, 2019). Así mismo, existen algunos lineamientos y guías de organismos nacionales e internacionales, que si bien son escasos, pueden brindar luces sobre el modo en el que las empresas pueden contribuir a la construcción de paz y, además, articularse con organizaciones públicas y del tercer sector.
En este orden de ideas, el objetivo de este artículo es analizar las prácticas y acciones que pueden llevar a cabo las empresas para contribuir a la construcción de paz en el escenario del postconflicto colombiano. Para ello, se propuso una investigación documental que incorpora algunas prácticas e iniciativas registradas en la literatura académica especializada, así como guías de organismos internacionales y nacionales. El artículo se estructura en tres apartados: primero se presenta el método empleado para el análisis; luego se discuten los resultados a la luz de la revisión de la literatura y del análisis documental de las guías para la construcción de paz y, por último, se presentan las conclusiones y sugerencias para futuras investigaciones.
2. MÉTODO
La investigación corresponde a un diseño documental con una revisión sistemática de la literatura como método para identificar la existencia de conocimientos y trabajos empíricos sobre la construcción de paz desde las empresas o el sector privado. Para autores como Fink (2005) este tipo de métodos se caracteriza por ser sistemático, explícito y reproducible en la identificación, evaluación y síntesis de literatura académica de un campo particular del conocimiento. Este método permite actualizar o identificar el estado del arte de investigaciones homogéneas de un campo del conocimiento, a partir de tendencias, contenidos teóricos y hallazgos (Meredith, 1993).
La revisión de la literatura tuvo dos fases. La primera se orientó a la búsqueda de la literatura y las guías o lineamientos para implementar prácticas de construcción de paz. La segunda consistió en el análisis y síntesis de la literatura identificada mediante un análisis de contenido para agrupar las prácticas más frecuentes, de acuerdo con su naturaleza y objetivos, lo que implicó la revisión descriptiva de la literatura, la selección de categorías de análisis y la evaluación de las categorías (Meredith, 1993).
2.1 Búsqueda de la literatura y material bibliográfico
La búsqueda de la literatura existente sobre prácticas de construcción de paz en las empresas se realizó en las bases de datos ISI Web of Science de Thomson Reuters, Scopus de Elsevier y los catálogos de libre acceso Redalyc y SciELO. La búsqueda se restringió a publicaciones desde 1992, fecha en la que se oficializa la noción de construcción de paz o peacebuilding, hasta el 2020. Para la construcción de la base de datos de la literatura solo se seleccionaron artículos revisados por pares de revistas académicas indexadas, excluyendo notas editoriales, capítulos de libro, libros y publicaciones procedentes de congresos. Se seleccionaron artículos empíricos, de reflexión y revisión, publicados tanto en inglés como en español.
De un total de 161 publicaciones encontradas se excluyeron 38 artículos que estaban repetidos y que no contenían información específica para ser analizada. De acuerdo con lo anterior, la revisión de la literatura se analizó con un total de 123 artículos publicados desde 1995 hasta el 2020, como se presenta en la figura 1. Las publicaciones sobre este tema se han incrementado a partir del 2014 hasta el 2020, representando aproximadamente un 67 % del total de ellas.
Complementario a las publicaciones registradas en la figura 1, se encontraron 6 guías de organismos nacionales e internacionales que orientan las prácticas discutidas en la literatura, pero que no son contabilizadas en dicha figura. Estas guías son discutidas en los resultados y se examinan a la luz de las orientaciones de las prácticas de construcción de paz empresariales registradas en la literatura.
2.2. Análisis de la literatura seleccionada
Los resultados de los artículos revisados fueron categorizados de acuerdo con prácticas específicas de construcción de paz desde las empresas, según las experiencias de países reportadas en artículos empíricos, pero también, de acuerdo con la revisión y reflexiones registradas en otro tipo de publicaciones. A su vez, esta categorización de los resultados fue agrupada de acuerdo con la orientación de las prácticas, como se presenta en la Tabla 1. La tabla muestra, además, las tendencias de las prácticas (subcategorías) más frecuentes en los artículos seleccionados y en las guías de los organismos nacionales e internacionales para la construcción de paz.
Categoría* | Subcategorías** | Revisión de la lietratura | Guías |
Fomento al desarrollo económico | -Generación de empleo | 24 (30) | 3 (4) |
-Proyectos de emprendimiento | 36 (44) | 2 (3) | |
N=81 (47) | -Proyectos pedagógicos | 15 (18) | 1 (1) |
Adopción de principios de evaluación externa | -Adopción de estándares internacionales | 11 (32) | 3 (9) |
N= 34 (20) | -Modelos de ética empresarial | 20 (59) | |
Contribución de un sentido de comunidad | -Creación de cultura de paz | 4 (7) | 1(9) |
N= 58 (33) | -Responsabilidad social corporativa y valor compartido | 42 (72) | 1(9) |
-Proyectos pedagógicos | 10 (3) |
Notas.
* Los valores representan el total de prácticas registradas en los artículos y guías que se agrupan en la categoría; valores en paréntesis = % de la categoría en el total de las prácticas registradas en los artículos y guías.
** Los valores representan el total de la práctica registrada en los artículos y guías que hacen parte de la categoría; valores en paréntesis = % de la subcategoría en el total de la categoría.
Fuente: Elaboración propia.
3. ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
A partir del año 1995 se registran las primeras publicaciones en la literatura especializada que dan cuenta de la preocupación de la paz desde el punto de vista empresarial y de los negocios (Luna, 1995). El contexto bélico en diversas regiones del mundo ha motivado la investigación sobre el modo en el que las organizaciones empresariales pueden articularse en la construcción de paz, desde su misión y por medio de una serie de prácticas e iniciativas. Es así como la literatura señala casos principalmente en África (Anugwom, 2011; Billon, 2001; Boudreaux, 2007; Gerson, 2001; Idemudia, 2017; Maconachie, 2016; Tobias & Boudreaux, 2011); Medio Oriente (De-San-Eugenio et al., 2017; Desai, 2011; Golan-Nadir & Cohen, 2016; Khan & Ahmed, 2014; Ledbetter, 2016; Webb & Richelieu, 2016), y Centroamérica y Suramérica (Bennett, 2002; Buitrago et al., 2015; González, 2016; Jiménez-Peña, 2014; Melin, 2020; Rettberg, 2002, 2016; Rodríguez y Gamboa Suárez, 2017).
Las prácticas de construcción de paz desde las empresas registradas en la literatura fueron agrupadas en tres categorías: fomento al desarrollo económico (47 %); adopción de principios de evaluación externa (20 %), y contribución de un sentido de comunidad (33 %), siendo la primera la más discutida en la literatura, de acuerdo con las prácticas que se orientan hacia dicho objetivo. A continuación, se amplían los resultados obtenidos para cada una.
3.1 Fomento al desarrollo económico
Esta dimensión tiene como fundamento el vínculo entre el crecimiento económico y la reducción de condiciones de pobreza y vulnerabilidad (Desai, 2011; Ghimire & Upreti, 2014; Hönke, 2014; Maconachie, 2016; Penh, 2009; Rolandsen, 2019). Algunos autores sugieren que los aspectos económicos han sido una de las principales causas de los conflictos en el mundo (Ghime & Upreti, 2012; Katsos & Forrer, 2014; Oetzel, et al., 2010) y, por lo tanto, la recuperación económica es fundamental para la transformación hacia la equidad y la paz (Ghime & Upreti, 2012; Medina & Miklian, 2020; Ravina-Ripoll et al., 2020).
En la literatura se evidencian diversas prácticas que promueven la paz por medio del desarrollo económico, entre ellas la creación de empleo (Ghimire & Upreti, 2014; Jiménez-Peña, 2014; Ledbetter, 2016; Penh, 2009; Maconachie, 2016; Ravina-Ripoll et al., 2020; Sepúlveda et al., 2015; Tobías & Boudreaux, 2011). Cifras de Naciones Unidas y el Banco Mundial señalan que los territorios con altas tasas de desempleo son más propensos a la violencia porque en ocasiones es la única alternativa de los individuos para acceder a los recursos básicos de subsistencia; además, los desempleados son más susceptibles de integrarse a grupos al margen de la Ley (Oetzel et al., 2010).
La literatura señala que la creación de empleo constituye una estrategia para la integración laboral de individuos víctimas o excombatientes del conflicto, y que a su vez posibilita procesos de reparación y reintegración a la vida civil. Entre los proyectos de creación de empleo sobresalen aquellos que promueven empleo incluyente, fundamentado en el liderazgo participativo y ético (Ghimire & Upreti, 2014; González-Mendoza et al., 2019; Katsos & Forrer, 2014; Ledbetter, 2016; Ravina- Ripoll et al., 2020); programas laborales para reinsertados (Sepúlveda et al., 2015) y personas marginadas por el conflicto (Jiménez-Peña, 2014; Rubio-Rodríguez et al., 2018). Cabe señalar que este tipo de estrategias son posibles en el escenario de postconflicto, pues de acuerdo con Katsos y Forrer (2014) el empleo no puede garantizar la paz en territorios con alta intensidad de conflicto.
Otras formas de intervención corporativa dentro de la esfera de desarrollo económico son los proyectos de emprendimiento y los programas de formación para el empleo o programas pedagógicos. El emprendimiento empodera a las comunidades en regiones de postconflicto (Bedoya-Dorado et al., 2020; Bull & Aguilar-Støen, 2019; Ravina-Ripoll et al., 2020; Yoosuf & Premaratne, 2017) y origina ganancias a partir de las actividades productivas y oportunidades laborales que mejoran el nivel de vida tanto de gestores como de comunidades (Pitre-Redondo et al., 2017; Sanders & Weitzel, 2013). Además, les permite fortalecer los vínculos sociales entre socios comerciales, gobiernos y ONG mediante redes de negocios y la creación de alianzas para desarrollar nuevas habilidades (Hayward & Magennis, 2014; Menchero, 2018; Medina & Miklian, 2020; Miklian & Medina, 2018; Rettberg, 2016; Yoosuf & Premaratne, 2017).
Cabe señalar que si bien la consolidación de los emprendimientos es incluso más riesgosa e incierta en escenarios posbélicos, los recursos iniciales, el apoyo institucional, los microcréditos y el talento emprendedor pueden aminorar las posibilidades de fracaso del ejercicio emprendedor (Desai, 2011; Rodríguez y Gamboa, 2017; Sanders & Weitzel, 2013). La mayor parte de los proyectos de emprendimiento pueden categorizarse como acciones de construcción de paz indirectas. Sin embargo, algunas iniciativas surgen con el propósito de hacer frente a coyunturas propias del conflicto, como los proyectos de apoyo a la producción y comercialización de productos fabricados por reinsertados (Bull & Aguilar-Støen, 2019; Rettberg, 2016), el empoderamiento de mujeres jóvenes en contextos de discriminación (Anugwom, 2011; Banks, 2016), y redes de colaboración emprendedora entre actores del conflicto, las cuales inciden positivamente en la actitud de los individuos frente a su adversario (Ledbetter, 2016; Tobias & Boudreaux, 2011).
Finalmente, los proyectos pedagógicos en el contexto de desarrollo económico hacen alusión a estrategias de formación y capacitación que buscan crear habilidades de empoderamiento económico para que los individuos accedan a un empleo o incursionen en iniciativas de emprendimiento. Dentro de este tipo de programas se encuentran cursos de entrenamiento en habilidades técnicas administrativas y gerenciales dirigidos a mujeres y personas jóvenes (Banks, 2016; Hernández et al., 2017; Jiménez-Peña, 2014), capacitaciones en proyectos productivos para reinsertados (Jiménez-Peña, 2014), y aptitudes para la vida laboral como el trabajo en equipo, la autoconfianza, etc. (Banks, 2016).
La Figura 2 sintetiza las principales características de las prácticas orientadas al fomento del desarrollo económico por cada una de las subcategorías.
3.2 Adopción de principios de evaluación externa
Este tipo de acciones reconocen la relación directa entre la corrupción y la violencia (Fort & Schipani, 2001, 2007). Por lo tanto, desde este enfoque la paz se construye reduciendo la corrupción y aumentando la transparencia, requisito indispensable para desarrollar escenarios de confianza entre las partes y así promover el crecimiento en una economía de mercado (Fort & Schipani, 2001, 2007; Katsos, 2020; Oetzel et al., 2010). De acuerdo con Fort y Schipani (2007), aunque las empresas no pueden resolver los problemas de corrupción de todo un país, sí pueden intentar limitar la corrupción endémica y también trabajar por apoyar el cumplimiento de las leyes. En ese sentido, los códigos internacionales de conducta son mecanismos que actúan como lineamientos para delimitar el actuar de la empresa, para evitar así incurrir en actos de corrupción y darle apoyo al Estado en el cumplimiento de las normas que impulsen un cambio social positivo (Fort & Schipani, 2001; Oetzel et al., 2010).
Según Oetzel et al. (2010), para que un código de conducta sea aceptado este debe cumplir con tres requisitos: debe ser acogido por un número importante de gobiernos o empresas, su contendido debe ser pertinente, y debe establecer mecanismos de monitoreo y control para su seguimiento. Cabe resaltar que en este punto son imperativos la acción y el compromiso estatales. El gobierno debe garantizar el cumplimiento de la Ley y ejercer controles para evitar el abuso de las corporaciones a fin de propiciar espacios de confianza para inversores, consumidores, el medio ambiente y la comunidad (Fort & Schipani, 2007; Limbs & Fort, 2000).
Como ejemplo de prácticas promotoras de transparencia están las estrategias de adopción de estándares internacionales y los modelos de ética empresarial que promueven códigos de conductas laborales en favor de la tolerancia de otras comunidades (Limbs & Fort, 2000; Miklian, 2019a, 2019b); iniciativas en favor del medio ambiente en zonas de conflicto (Anugwom, 2011; Forrer & Katsos, 2015); adopción de los derechos humanos o iniciativas como las del Pacto Global (Buitrago et al., 2015; Forrer & Katsos, 2015; Ochoa-Cubillos et al., 2017); rechazo de las economías ilegales (Buitrago et al., 2015), y seguridad y protección de datos (Shackelford et al., 2015).
En esta dimensión la categorización de las acciones como directas o indirectas se debe abordar de forma particular, pues algunas acciones se alejan del ejercicio tradicional corporativo y por tanto pueden considerarse directas, como la adopción de derechos humanos en la normativa empresarial. En cambio, prácticas como la incorporación de estándares para la protección de información y datos contribuyen a la construcción de la paz indirectamente.
En la Figura 3 se resumen las principales características de cada subcategoría de acciones dirigidas a la adopción de principios de evaluación externa encontradas en la literatura.
3.3. Contribución de un sentido de comunidad
En esta dimensión se agrupan actividades encaminadas a construir confianza entre organizaciones y grupos de interés o stakeholders (Andonova & García, 2018; Oetzel et al., 2010) mediante acercamientos que permitan estrechar vínculos y propiciar escenarios de participación de los miembros de la comunidad (Fort & Schipani, 2007; Melin, 2020; Miklian & Schouten, 2019). Comunidades donde los individuos guardan lazos más cercanos tienden a tratar con mayor respeto y a solucionar inconvenientes de manera no violenta con otras comunidades, pues en ellas se socializan conductas que se consideran aceptadas y no aceptadas, reconociendo y reforzando el comportamiento moral (Limbs & Fort, 2000). En suma, en este enfoque se busca que la empresa refleje en su labor los principios de buena convivencia de este tipo de comunidades.
Una alternativa es creando una cultura de paz al interior de la organización, actuando adecuadamente e incluyendo valores morales en sus operaciones (Oetzel et al., 2010). Por ejemplo, el apoyo a la vocería de los trabajadores, por un lado, contribuye a la resolución de conflictos sin violencia, pues las iniciativas democráticas guardan una relación directa con la armonía social (Limbs & Fort, 2000; Spreitzer, 2007), y por otro lado, los alienta a participar en otros escenarios como el político o el social (Fort & Schipani, 2007).
Las políticas organizacionales que promueven la equidad de género, el rechazo a la violencia contra la mujer y su inclusión en puestos de alto nivel dan cuenta del compromiso corporativo con la construcción de paz (Banks, 2016; Katsos, 2020; Oetzel et al., 2010). Las empresas también crean sentido de comunidad mediante acciones en las cuales participan, y que tienen incidencia sobre los miembros de la comunidad. Aquí sobresalen las acciones de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) que reconocen a la firma como parte de la comunidad (Oetzel et al., 2010). Estas acciones son las que tienen mayor registro en la literatura seleccionada.
En la literatura se evidencian diversas formas de RSC, sin embargo, en esta dimensión entran principalmente aquellas que se enfocan en compromisos sociales como el apoyo a actividades para el desarrollo de la comunidad y que promueven valores universales (De-San-Eugenio et al., 2017; Hayhurst & Szto, 2016; Web & Richelieu, 2016), así como becas escolares (Wilson, 2015). También prácticas de valor compartido incluidas en el enfoque estratégico de la RSC, el cual, de acuerdo con Haski-Leventhal (2014), debe incorporarse en todo lo que hace la empresa en el plano estratégico y táctico. La autora señala que desde este ángulo una empresa puede pasar de plantar árboles (RSC tradicional) a brindar asesoramiento financiero a comunidades indígenas y microfinanzas a desempleados de larga duración.
Los proyectos pedagógicos en esta dimensión representan un tipo de mecanismo que las estrategias de valor compartido emplean para impulsar el sentido de comunidad, por ejemplo, con la formación sobre derechos humanos y reproductivos, la prevención de la violencia de género, y el reconocimiento de la equidad de género y del papel de la mujer en la sociedad (Andonova & García, 2018; Jiménez-Peña, 2014). Teniendo en cuenta que las prácticas que conforman esta esfera se enfocan en problemáticas específicas que, además, vinculan el quehacer de la organización, puede afirmarse que corresponden a actividades directas.
Finalmente, la Figura 4 resume las principales características de las actividades dirigidas a contribuir a un sentido de comunidad.
En relación con las guías que orientan el quehacer de prácticas de construcción de paz desde el sector privado, en la Tabla 2 estas son presentadas a partir de los organismos que las promueven, sus características y su relación con la revisión de la literatura a modo de síntesis:
Guía/ Propuesta/ Modelo | Organismo | Características | Tipos de acciones | Subcategorías | Características |
Proyectos productivos incluyentes: un camino desde la experiencia de Emprender Paz. | Corporación Emprender Paz (2017) | -Gestión de riesgos. | Fomento al desarrollo económico | Creación de empleo | -Empleo incluyente con liderazgo |
-Sensibilidad al conflicto. | |||||
participativo y ético -Empleo para la población joven, para desmovilizados y personas marginadas o víctimas en el conflicto | |||||
-Abordar las causas del conflicto | |||||
-Negocios inclusivos | |||||
Cómo apoyar iniciativas desde de empleabilidad de personas en proceso de reintegración (PPR) en el sector empresarial. | Fundación Ideas para la Paz y Cámara de Comercio de Bogotá (2015) | -Fortalecimiento empresarial. | Proyectos de emprendimiento | -Emprendimiento de empresas familiares. | |
-Proyectos productivos y comerciales de reinsertados. | |||||
-Modelo de empleabilidad vinculado con la ruta de reintegración de la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN). | |||||
-Empoderamiento de mujeres jóvenes en contextos de discriminación. | |||||
Emprendimiento colaborativo entre actores del conflicto. | |||||
El aporte empresarial a la paz y al desarrollo sostenible. Desafíos y oportunidades. | Cámara de Comercio de Bogotá, Fundación Ideas para la Paz y Embajada de Suecia (2017) | -Empleabilidad bajo el fundamento de “trabajo decente”. | Proyectos pedagógicos | -Formación para el trabajo dirigida a grupos específicos como mujeres y jóvenes. | |
-Cadenas de suministro. | |||||
-Enseñanza de actitudes para la vida laboral. | |||||
-Capacitaciones en proyectos productivos para reinsertados o víctimas del conflicto. | |||||
El aporte empresarial a la paz y al desarrollo sostenible. Desafíos y oportunidades. | Cámara de Comercio de Bogotá, Fundación Ideas para la Paz y Embajada de Suecia (2017) | -Implementación de los ODS (especialmente el Objetivo 16: Paz, justicia e instituciones sólidas). | Adopción de principios de evaluación externa | Adopción de estándares internacionales | -Códigos de conductas laborales en favor de la tolerancia de otras comunidades. |
-Adopción de normas en favor del medio ambiente. | |||||
-Adopción de los derechos humanos en los negocios. | |||||
-Compromiso con el Pacto Global y alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. | |||||
Arquitectos de un mundo mejor. Creando Arquitectura Post 2015 de Compromiso Empresarial. | Pacto Global de las Naciones Unidas, Global Reporting Iniciative (GRI), y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD) (2015) | -Implementación de los ODS (algunos tienen incidencia en la construcción de paz). | Modelos de ética empresarial | -Diseño de modelos de seguridad y protección de datos. | |
-Rechazo de las economías ilegales. | |||||
SDG Compass (Brújula de los ODS) | Business for Peace del Pacto Global (2015). | -Alinear estrategias con los ODS, para medir y gestionar la contribución a su alcance. | |||
Arquitectos de un mundo mejor. Creando Arquitectura Post 2015 de Compromiso Empresarial. | Pacto Global de las Naciones Unidas, Global Reporting Iniciative (GRI), y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD) (2015) | -Implementación de los ODS (algunos tienen incidencia en la construcción de paz). | Contribución de un sentido de comunidad | Creación de cultura de paz | -Apoyo a la vocería y participación de los trabajadores. |
-Implementación de políticas que promueven la equidad de género. | |||||
SDG Compass (Brújula de los ODS) | Business for Peace del Pacto Global (2015). | -Alinear estrategias con los ODS, para medir y gestionar la contribución a su alcance. | Responsabilidad Social Corporativa y Valor compartido | -Desarrollo social, económico, y ambiental. | |
-Apoyo a actividades deportivas donde participa la comunidad y se promueven valores universales. | |||||
-Becas escolares. | |||||
-Establecer como grupos de interés a los actores implicados en los conflictos y derivar prácticas hacia ellos. | |||||
Invirtiendo en el futuro: Guía para construir paz desde el sector empresarial en Colombia. | Fundación Paz y Reconciliación (2017) | -Construir iniciativas de paz para grupos de interés. | Proyectos pedagógicos | -Formación en equidad de género y el papel de la mujer en la sociedad. | |
-Formación en derechos humanos, derechos sexuales y prevención de la violencia de género. |
Fuente: Elaboración propia.
Como se puede observar en la anterior tabla, cada una de las guías está relacionada con al menos una de las categorías de las acciones para la construcción de la paz identificadas en la revisión de la literatura. La mayoría de los propósitos descritos en las guías se orientan de forma directa hacia la construcción de paz. Cabe señalar que las guías locales tienen una definición más específica y están dirigidas a los actores y víctimas del conflicto, mientras que las internacionales tienen un impacto menos directo y enfatizan en la adopción de principios de evaluación externa.
4. CONCLUSIONES
La revisión de la literatura pone en evidencia que el sector empresarial y productivo es un actor importante en los procesos de construcción y sostenimiento de paz con acciones directas e indirectas. Las primeras, cuando se incorpora a las políticas el objetivo de la construcción de paz y se vinculan grupos de interés del escenario de postconflicto; en cuanto a las segundas, cuando no se transforman las estructuras de gobierno corporativo ni se crean programas o prácticas específicas para la paz, las organizaciones tienen la capacidad de transformar escenarios para tal fin, favoreciendo al entorno donde operan y del cual se benefician. Las opciones de participación corporativa en la resolución de conflictos y construcción de paz son amplias, por lo cual no se reducen exclusivamente a ciertas organizaciones según su tamaño, actividad económica, afiliación política, procedencia, historia, etc., sino que todas pueden incorporar la construcción de paz a sus estrategias y actividades empresariales.
Las empresas resultan ser actores significativos para el funcionamiento de las agendas de paz, debido a que mediante sus mecanismos, recursos, valores y habilidades contribuyen a la prevención del conflicto y la construcción de paz en las sociedades. Además, este tipo de organizaciones son aliadas para el fortalecimiento de las instituciones que lideran los procesos de paz, pues como agentes de desarrollo económico permiten ampliar las capacidades de los gobiernos relacionadas con procesos de reconciliación, resiliencia y memoria histórica, por medio de prácticas o iniciativas conducentes a dichos propósitos.
De acuerdo con lo anterior, las prácticas que señala la literatura académica especializada se concentran en el desarrollo económico, la adopción de principios de evaluación externa y la contribución de un sentido de comunidad, siendo la primera orientación la más frecuente entre las categorías analizadas en la revisión de la literatura; y entre las prácticas más discutidas en la literatura se encuentran los proyectos de emprendimiento, la RSC y el valor compartido, así como la generación de empleo. Esto a su vez se asocia con la existencia de guías y lineamientos para incorporar prácticas de construcción de paz desde el sector privado, que se orientan principalmente a la creación de empleo, la adopción de estándares internacionales y a los proyectos de emprendimiento.
Si bien las empresas privadas o las organizaciones enfocadas a los negocios (business) según la literatura académica operan bajo las lógicas del capitalismo, la obtención de lucro y maximización de utilidades, y del neoliberalismo, desde la perspectiva de los modelos éticos y de la RSC se argumenta que este tipo de organizaciones pueden contribuir con prácticas como la creación de empleo y los proyectos de emprendimiento a la recuperación económica de las comunidades afectadas por la violencia, y transformar actividades dentro de las economías ilegales que han dado origen y nutrido los distintos problemas de la violencia. Es por ello por lo que algunas de las guías, como la de la Corporación Emprender Paz (2017), Fundación Ideas para la Paz, Cámara de Comercio de Bogotá (2015), y la Cámara de Comercio de Bogotá et al. (2017) establecen el modo en el que las empresas pueden emplear y apoyar con actividades de emprendimientos a personas víctimas del conflicto y a excombatientes y desmovilizados, de modo que también puedan participar en la economía y tener su sustento por vía de la legalidad y de las prácticas no violentas.
Aunque muchas de las prácticas registradas en la literatura no operan directamente sobre las causas del conflicto ni involucran a los actores de los escenarios de postconflicto, sí pueden tener un efecto en este tipo de contextos al contribuir con el desarrollo económico y social de las comunidades, el cual es considerado como un pilar para la construcción de paz. En este sentido, y como lo han demostrado algunos autores, una vez los conflictos han finalizado se deben reparar los daños tanto de las comunidades como del medio ambiente, lo que implica mecanismos de orden político, económico y judicial para evitar la repetición o el regreso al escenario de conflicto.
En el contexto colombiano de postconflicto como producto del Acuerdo de Paz (Gobierno Nacional de Colombia y FARC-EP, 2016), la integración de distintas organizaciones para la construcción de paz se ha visto materializada en agendas de desarrollo unilateral, guías, iniciativas y programas. En este ejercicio, el aporte de las organizaciones del sector empresarial y productivo ha sido puesto de manifiesto en diversos medios de comunicación y mediante reconocimientos como el de la Fundación Emprender Paz, con el premio que lleva su nombre.
Las consecuencias del conflicto armado y de la proliferación de otros conflictos en distintos territorios de Colombia, como los desplazamientos forzados, las masacres, los territorios destruidos, el daño al medio ambiente, los problemas de desigualdad e inequidad, la pobreza, etc., sugieren diversas arenas sobre las cuales las organizaciones empresariales y productivas pueden establecer acciones, iniciativas o programas. Para ello, la literatura analizada brinda algunas opciones a partir de experiencias en contextos de postconflicto o postbélicos de otros países, así como las propuestas y herramientas de organismos nacionales e internacionales que por medio de guías y una serie de pasos permiten dar respuesta a este tipo de requerimientos.
De acuerdo con lo anterior, la implementación de las propuestas hacia la construcción de paz implica responder a los llamados del DNP (2015) sobre la creación de oportunidades económicas para la transformación de condiciones de desarrollo y paz, así como al del Acuerdo de Paz en relación con la contribución para garantizar la productividad, el acceso a mercados y la sostenibilidad de los proyectos contemplados en él, en la Reforma Rural Integral, y en los planes de reincorporación a la vida civil (Gobierno Nacional de Colombia y FARC-EP, 2016).
El escenario de postconflicto en Colombia -también etiquetado como postacuerdo- ha tenido altibajos por los incumplimientos del Acuerdo de Paz, tanto por los actos bélicos como de otro tipo de acciones de las FARC (hoy en día como partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común) y de actores que no se desmovilizaron, así como por el compromiso del Gobierno Nacional. No obstante, el papel del sector privado es vertebral para la construcción de paz, y en especial para aquellos actores que transformaron su quehacer una vez se firmó el Acuerdo.
Asumir el llamado a la paz y aportar a su construcción implica para las organizaciones empresariales y productivas un actuar ético-político, en el que se reconoce que además de la actividad económica y lucrativa existen responsabilidades y situaciones que deben atenderse por ser el contexto en el cual ellas operan, y el cual les permite su sostenibilidad. Así mismo, debe destacarse que los contextos caracterizados por la seguridad y paz pueden ser más beneficiosos y positivos para las organizaciones que aquellos marcados por la guerra, el conflicto y la violencia.
El objetivo de este artículo fue el de analizar las prácticas y acciones que pueden llevar a cabo las empresas para contribuir a la construcción de paz en el escenario del postconflicto colombiano. Si bien el análisis se realizó a partir de una revisión de la literatura académica y algunas propuestas y guías del contexto colombiano e internacional, es importante para futuras investigaciones realizar trabajo empírico para identificar el modo en el que las empresas han respondido al llamado de la paz por medio de la implementación de acciones e iniciativas.
Este tema de investigación constituye una agenda que se ha venido discutiendo desde diversos mandatos presidenciales, pero que en el contexto colombiano tomó auge con la firma del Acuerdo de Paz, y en la actualidad con su implementación, caracterizada por distintas perspectivas hacia el futuro, tensiones, desacuerdos e incumplimientos. Sin embargo, la reflexión de este artículo ofrece algunas luces para las organizaciones empresariales y del sector productivo que deseen emprender acciones para la construcción de paz.