Introducción
En el propósito de dar cuenta de los marcos periodísticos en los que se circunscribe la conciencia de finitud a través del caso del Comisionado de la Verdad (2020), Alfredo Molano, esta investigación explora algunos aspectos de la necrológica que tienen relación con la dimensión de la representación individual y social. Por lo que, en un primer momento, se consideran sus antecedentes a la luz de los presupuestos temporales de la historia biográfica colectiva que propone Patón (2009), no sin antes mencionar algunas precisiones históricas que ofrece Cotentin (2019), Arbaïzar (1997), Laborde (1998), y Kalina y Dolanska (1984), principalmente, sobre los géneros biográficos. Paralelo a lo anterior, desplegando el sentido de la necrológica, se acudirá al aspecto relacional que mencionan Nieto-Flores, Berrios, Extremera (2015). En el segundo momento, y con el objetivo de esclarecer las características comunes y particulares que reúne y revela los nexos entre obra, individuo y sociedad, inscritos dentro de la necrológica, desde el cual se considera el caso del Comisionado Molano, para su despliegue analítico se tendrá en cuenta algunas orientaciones conceptuales que ofrecen Pardo (2019) y Laborde (1998), así como también se tendrán en cuenta algunas observaciones que, al respecto, Ponsford (2013) y Rivano (1999) destacan.
Antecedentes
Aunque la necrológica hace parte de los géneros biográficos, tiene rasgos comunes y diferentes de estos y de los géneros menores como los retratos, perfiles, semblanzas, testimonios y realizaciones híbridas. El género biográfico se realiza en anuncios, biografías, necrológicas, epitafios, notas de puesta en escena de personajes, en extractos narrativos y episodios de novelas, retratos "chinos" y sitios web. Con esos parecidos y diferencias se halla en ámbitos tan disímiles como la literatura, las artes plásticas, la música, la política y el periodismo. Entendido en esa diversidad, Chantraine (1985) incluye también la tarea policial con el retrato de los delincuentes. Tampoco ha faltado quien se haya "valido del teatro, el cine, la literatura para fundar los nuevos mitos políticos y a los héroes políticos populares" (párr.10).
Una diversidad de formas, símbolos y ritos, simples y complejos aparecen en las formas iniciales de la representación de personalidades. El trazo, relacionado a la forma exterior; las elegías, relacionadas a la muerte; así como la hagiografía a la historia de las vidas de los santos (del griego ayioç "santo" y ypacpií "escritura"). Lo propio aconteció con los soportes. Aparece una importante diversidad de recursos antes de llegar a la virtualidad, entre esos se encuentra la piedra, la cerámica, el papiro, el pergamino, el lienzo y el papel. Todo esto sucede en gran medida para registrar la muerte desde la dimensión de la intencionalidad (Bibliothèque nationale de France Bnf, s.f.) y de la subjetividad de la mirada de alguien sobre otro.
Afirma Philippe Arbalzar (1997) que el retrato tiene rastros, tanto en el antiguo Egipto en los siglos II y III a.C. en las pinturas encontradas en el oasis de Fayum, como en las esculturas de la civilización romana. En ambos casos, este juega un rol importante en la vida social, ya que las efigies evocan el culto a los ancestros y el homenaje a los políticos. Luego confluye en la literatura y mucho más tarde en el periodismo (Kalina y Dolanska, 1984). Esa carga de sentidos en la invención del retrato traduce, por ejemplo, el relato legendario de Plinio: una tarde, antes de salir con su regimiento un joven soldado visita por última vez a su enamorada. La lámpara que proyecta la sombra del joven sobre el muro es aprovechada por la joven mujer, quien traza esta silueta sobre la pared para conservar la imagen de quien mañana estaría lejos. Un rastro de esa evocación halla Artaud (como se citó en Arbalzar, 1997), en el mito de Narciso. Los dioses habían prohibido a los héroes de la mitología griega mirarse en el reflejo del rio, o vendría el día que de la sorpresa de su rostro no podrían despegarse.
En las denominadas figuras al carbón de las vasijas de la Antigua Grecia y en los murales chinos se halla otra realización del género, denominada "silueta". Recibió ese nombre durante el gobierno de Luis XV, quien llamó a sus contrarios "a la silhouette" (Kalina y Dolanska, 1984), término que provenía de la percepción ridícula y oscura que se tenía del entonces ministro de finanzas, Étienne de Silhouette.
Un desarrollo posterior se descubrió en la Edad Media, en las artes plásticas y en la pintura. En las primeras aparecen como bustos, esculturas y estatuas y en la otra son conocidas como miniaturas y retratos. En el Renacimiento toma un lugar mayor el interés por la persona y el individuo singular. En la antigua Francia se forjó el término a partir del prefijo poury de traire en el sentido de diseñar. En el siglo XVI el término se impuso con su acepción moderna.
La relación indisoluble, aunque no siempre visible entre la historia individual y la historia social, se presenta en la obra de César, quien fue conocido como un hombre de memorias con Los comentarios de la guerra de los Galos y, entre otras, en la obra de San Agustín, Confesiones.
Posteriormente, con la invención de la fotografía, estos géneros evolucionaron en diversas direcciones y también se moldearon en el periodismo. La fotografía se consagró al retrato, con cuya realización evoca las minuates y crea la ilusión de producir para la imagen. Cotentin (2019) reconoce en los géneros biográficos la autobiografía, el epitafio, la hagiografía y las memorias. Según Artaud (citado por Arbalzar, 1997) esta invención no es de ninguna manera un espejo que recuerda, esta opinión se afianza en el hecho de que décadas después, con el desmoronamiento de las certezas que se encontraban en el espejo y en la fe de la verdad de la imagen fotográfica, los problemas se han amplificado.
La capacidad de la fotografía de multiplicar las representaciones de ser diversos y anónimos corresponde también a una inquietud del tiempo que busca y reconoce la faz de la humanidad. Estas fotografías interrogan el rostro y el cuerpo para intentar dar una representación que mantiene las diferencias entre los seres sin borrar la parte humana, muy humana, común. (Arbalzar, 1997, párr. 6)
Las técnicas del retrato y del autorretrato se revelan en las cerámicas precolombinas, representando el rostro de un personaje. Tuvo especial desarrollo entre los Mochicas.
Retrato en retrospectiva. La necrológica
De manera general, la necrológica o necrológico aparece en los medios periodísticos como consecuencia del deceso de alguien, de cuya vida y obra se pretende hacer reconocimiento o conmemoración. Acerca una vida y una obra al presente, que en términos periodísticos se conoce como la actualidad periodística. La muerte da lugar a que los medios periodísticos y las redes sociales ocupen sus espacios con recordatorios, reconocimientos, homenajes, obituarios y necrológicas. Muchos de los mencionados se producen gracias a un reconocimiento periodístico previo de la obra y la personalidad.
Puede entenderse la necrológica como un retrato en retrospectiva. En general, consagrado a la rememoración de una vida y una obra (Batard, 2010).
Habitualmente implica una elegía, un lamento por la muerte que provoca dolor y tristeza. "El lugar propio de la elegía era precisamente el canto que se entonaba en el banquete fúnebre, mezcla de duelo y alegría báquica" (Universidad de Almería, s.f., párr.1). Se recitaba antes de la sepultura y sobre el cuerpo difunto aparecía la hoja de laurel (láurea), asociada al sentido de triunfo algunas veces. Era la corona triunfal que se hacía de laurel. "era la misma que la láurea común; sino que se elegía de las hojas mayores, y de las bayas pendientes de ellas" (Real Academia Española. Diccionario de Autoridades. 1734, p. 369,2).
Maulpoix (2018) distingue la intención de las primeras elegías griegas inspiradas por combates: el poeta honra la memoria de la joven víctima al representar la mesura del coraje por el combate, "fue una expresión muy distinta y alejada de la celebración o del homenaje a un hecho de armas" (p. 24). Esa interpretación lo ha convertido posteriormente en el poema crítico y mediático por excelencia (Cherier, citado por Maulpoix, 2018). Philippe Jaccottet, el poeta y traductor de las Elegías de Duino, de Rilke, entiende que la elegía deviene en el poema de la conciencia de la finitud propia de la condición humana moderna (Galand, citado por Maulpoix, 2018). La desolación hace de la pérdida un bien propio, interioriza y "es la marca de fijación y de humanidad: toma su partido de la debilidad humana" (Galand, citado por Maulpoix, 2018, p. 26). De ahí resulta que el propósito de la elegía es la meditación de la vida humana en el tiempo, con sus afecciones fugaces, sus aflicciones durables y sus sentimientos variables, puesta bajo el signo de lo transitorio, efímero y contingente. La poesía elegíaca se preocupa del "ser" en esa fragilidad y finitud pasajera de su propia existencia y relacionada a todas las cosas pasajeras de este mundo. Porque su belleza es lo efímero y no puede ser aprehendida sin pena ni dolor. Al respecto, Vladimir Jankélévitch en L'Irréversible et la nostalgie, dice que:
El hombre es toda temporalidad, y aquí de la cabeza a los pies [...]cuando no queda ninguna otra cosa que hacer que llorar o cantar", de modo que la poesía elegiaca es la impotencia frente a lo irreversible, lo viviente reducido a su finitud: el moribundo. (citado por Maulpoix, 2018, p. 30)
La elegía presta su voz para un trabajo de introspección que está entre lo que pasó y lo que permanece. De un lado, los seres que desaparecen, y de otro lado, los objetos que quedan. En ese sentido, Maulpoix (2018) entiende la elegía como el punto focal de la muerte, por eso mismo la muerte será una toma de conciencia de la pérdida en la perspectiva dolorosa de la finitud y de la precariedad. Presta su voz al alma exilada del hombre teniendo bajo sus ojos su propio cuerpo mortal envejecido. Está entre los orígenes fúnebres, como "cierta mirada sobre la vida".
De manera que, la vida y la obra aparecen con la capacidad de revelar las formas poco conocidas de un acontecimiento entendido muchas veces como un proceso cuyo transcurso y cambio transforma también a la obra y al individuo.
La elegía, dice Maulpoix (2018), ha hecho parte de las obras de espíritu funerario como la oración fúnebre y el epitafio. Expresa la pérdida y la desposesión. No tiene, como la oración fúnebre, la razón de pronunciar un elogio a un difunto ni de grabar su nombre para la eternidad como el epitafio. Tiene por objeto llevar el duelo, formular y meditarlo.
El duelo elegíaco no es intemporal. Tiene su lugar en la historia. La reconoce tanto en su condición de poesía fúnebre, poesía sentimental, guerrera, épica y política, filosófica y moral, o cuando reconoce que proviene de los combates de los antiguos griegos, aunque deviene erótica con los romanos, y sentimental y filosófica en la edad romántica y moderna. La Dorotea y la Elegia de Madonna Fiammetta (Trueblood, 2018) aborda la perspectiva de la elegía amorosa, "corresponde a la tonalidad adolorida", en la que convierte Fiammmeta, mujer casada, el alejamiento involuntario de su joven en abandono y olvido (p. 83).
De un lado, la elegía se deja transportar en una colección de elementos simbólicos que podrían encontrar lugar en la constitución de una alegoría de la tristeza: una cartografía, una climatología, un paisaje y un mobiliario. Distintas creaciones evocan eso, también las fotografías en blanco y negro. Instaura una temporalidad y se focaliza sobre un lugar y sobre un tiempo perdido. La representación de la meditación melancólica conjuga entonces con la del exilio. La lejanía es vivida como una punición infligida, donde se traduce una decepción y un arrepentimiento.
De otro lado, el sujeto elegíaco maneja la incompletud de la creación humana, sin cesar de conducir y rebuscar su equilibrio fuera de sí, en el otro. Se inscribe en el intervalo de dos pérdidas: la de la "natura" y la del "ideal". Vecino de la melancolía, la nostalgia, es una enfermedad elegiaca particular. La palabra viene del griego, nostos, que significa retorno. A través de la palabra latina desiderium, se establece una relación entre esta energía que es el deseo y esta debilidad que es la melancolía. Desiderium significa en efecto deseo y arrepentimiento. Pero también encontramos la nostalgia inexplicable en la elegía, cuando construye el ideal y luego busca consolar el arrepentimiento o la perdida.
Lo indudable es que esto está hecho del tiempo perdido. El pasado irreparable de un mundo o de una vida anterior que no se reencontrará jamás. Kalina y Dolanska (1984) entienden que:
Mientras el retrato podría ser comparado con la fotografía levantada en el muro, la semblanza es más bien una flor. Pero el retrato también resulta una flor que se dibuja en la palma de la mano cuando cerramos el puño. Más que figura el retrato representa el alma humana, es una réplica íntima, y la podemos esconder en la palma de la mano siempre que cerremos el puño. La semblanza es expresiva, personal, próxima al escritor, mientras el retrato de lejos sólo constata determinados nexos, encuentra interrelaciones y las expone desde las emociones más fuertes. (p. 203)
López (1999) presenta y ubica el origen del género en las elegías, en las plegarías ceremoniales y cantos fúnebres. Encuentra que la prensa emplea un relato cronológico de la vida y obra y que, frecuentemente, se desvía a la semblanza. Información e interpretación, se entrelazan con motivo de estos acontecimientos. De esta manera, el lector conoce datos objetivos, pero también el testimonio personal de quien lo conoció o estudió su obra, ¿quién fue?, ¿cuál es su legado? La vinculación del autor de la necrológica complementa el sentido de proclamar en público el vínculo privado, la muerte del amigo, el misterio de la indisolubilidad que une a los hombres que han pasado por este mundo y se han conocido. Esto se revela en la redacción de las necrológicas y en la necesidad de tejer el sentido de una historia individual al interior de una historia social. Ahí reside el carácter de un homenaje que va más allá de los informes biográficos.
Los alcances de la presentación de una personalidad no llegan solo a lo circunstancial (una exposición, un homenaje, una publicación, un reconocimiento, incluso la muerte) porque, verdaderamente, resultaría poco para la complejidad del género y sus derivados. Jiri Hájek (citado por Kalina y Dolanska, 1984) acierta al decir que el gran error del realizador de Semblanzas y retratos radica en solo "conmemorar", porque las piezas se convierten en un simple informe sin visión dramática, ni estructura narrativa u orientación y perspectiva analítica.
Por esta tarea y como en el caso del ensayo e incluso de otros géneros parecidos, el retrato y la semblanza son consecuencia de un profundo y orientado proceso de búsqueda y son etapa final de una exhaustiva labor cuyo acento está puesto, no en la descripción cronológica, sino, en el nexo entre particulares experiencias en su contexto social e histórico. (p. 205)
John Lee Anderson (2005) señala el "perfil", como el género que emplea con comodidad y que le permite a su lector conocer la complejidad de los personajes, porque refleja "la realidad" en todas las dimensiones posibles y desde todos sus espacios. Con ayuda del perfil integra a "múltiples voces" que ayudan a descifrar al personaje.
Julián González (2004) realizó uno de los pocos estudios relativos a la prensa colombiana y distingue el denominador común de la biografía, la autobiografía y la novela biográfica en la recreación y narración de vidas en estilo periodístico. Nombra periodismo biográfico al conjunto que no está constituido de las vidas propiamente, sino de la representación mediática de una vida con el objetivo de revelar hechos de actualidad, incluye la situación de un periodismo que hace cubrimiento de personas que la actualidad mediática ha puesto en el centro de la escena. Identifica cinco tipos: I. homenaje a las vidas memorables y la recreación nostálgica del pasado; II. la actualidad biografiada; III. la biografización de la información desde las experiencias límite: víctimas, vidas en riesgo, vidas al margen, vidas exóticas, vidas expuestas: atisbos a lo secreto, lo clandestino y lo íntimo; IV. las celebraciones públicas y; V. ritos del ciclo de vida en las personas e instituciones.
Hájek (citado por Kalina y Dolanska, 1984) anota que la semblanza y el retrato pueden lograr una valoración nueva y profunda de aquel autor aún desconocido o con obra no comprendida. Esa función de orientación posibilita la divulgación de la obra. En esa lógica, el lector se beneficia de una circunstancia colectiva y lector y periodista pueden tener la sensación de responsabilidad frente a la obra. De esta manera, se entiende que la función de orientación puede alcanzarse con un acercamiento al sujeto, a sus acciones y obra: ¿quién es?, ¿cómo piensa?, ¿cómo contribuyó?
En esa lógica, Gratton y Trekker (2016) entienden que existe un proceso en que una historia se convierte en historia de vida: no solo con una serie de eventos y emociones que están entramados en un proceso narrativo, la historia de vida implica una doble inscripción de la historia en el tiempo (historicidad) y en el espacio (geográfico, social, cultural), a fin de elaborar los vínculos entre la historia singular y el contexto sociohistórico y colectivo en el que se inscribe.
Metodología
El análisis aborda la representación necrológica de la muerte en la dimensión de la historia individual y social, e infiere en esa relación la vida y obra del sociólogo Alfredo Molano. Esta tarea se inicia con la recolección de treinta artículos publicados en periódicos, revistas y redes sociales, los que en su conjunto se constituyen en el corpus (Ling, Charlotte y Marchi, 2018). Esta primera etapa conduce a la selección de nueve artículos que se entiende que son los que contribuyen a la comprensión de esa relación. La cantidad de artículos que fueron seleccionados responden al criterio de saturación. Al respecto Córdova (2015) señala que, "cuando la información [... ] comience a repetirse, se considerará agotado el tema" (p. 136), con esa orientación "se espera, que los instrumentos vayan ajustándose permanentemente según el avance de la recopilación de información primaria" (Báez, citado por Córdova, 2015, p. 136).
Bajo el concepto de necrológica se identifica una amplia diversidad de realizaciones periodísticas que se ocupan de la finitud y que han sido mencionados en párrafos anteriores. Cabe anotar que los artículos estudiados provienen de revistas y periódicos que circulan en Colombia, como son: Arcadia, El Tiempo, El espectador, Soho, Semana y otros. Las menciones a publicaciones en redes sociales solo son de aquellos casos que fueron citados al interior de los artículos empleados para el análisis y se analizan como parte de estos. En la preparación de los datos se registró el origen o identidad, la sección, la condición informativa, interpretativa de opinión o narrativa de la necrológica, la fecha de la publicación, la extensión, el autor y la fotografía, aunque este trabajo no incluye el análisis de la imagen.
En la selección y registro se reconocen las necrológicas divulgadas el día del hecho, es decir, el 31 de octubre de 2019, necrológicas que aparecieron en las redes y en las versiones digitales de los medios y en comentarios (de los suscriptores). Con esas características se integraron trabajos monotemáticos, por ejemplo, de Semana Rural, y retratos, semblanzas y perfiles que se habían publicado en entrevistas, noticias y comentarios, en fechas anteriores al periodo de estudio. Para el análisis de la cercanía entre autor y personalidad, se ordenó y diferenció el conjunto por el reconocimiento, la despedida, la conmemoración y los testimonios.
Categorías de análisis
Las categorías que se emplearon provienen de realizaciones del género: tipificación, retratos en serie e individualizados, personalización de la información, tratamiento de la realidad a través de sus actores, efecto descriptivo, aspectualización, evocación, aparición en género informativo o de opinión, interpretación o narrativo y la sección (ubicación) y extensión.
La personalización de la información (Laborde, 1998), opera alrededor de personajes excepcionales que resumen los acontecimientos, en unos casos aparece el hecho político o social transformado en retrato, cuestión que se advierte en la foto y en el título. Los antetítulos anticipan los aspectos físicos, psicológicos y comportamientos. En otros casos, la actualidad se construye sobre un juego de perfiles anónimos y sin estar tipificados (biografías, obituarios colectivos, deportistas).
Voirol (citado por Laborde, 1998), atiende las cualidades del retrato bajo la denominación de "efecto descriptivo". A este fenómeno Barthes (1957, como se citó en Laborde, 1998) llama "fotogenie", lo que significa un tratamiento de la actualidad a través de sus actores revelando una "manera de ser" y un "estatus social-moral". Aísla su objeto por contraste y distribuye, en el caso de la imagen, las fotos de personalidades de manera que acompañan la información. En el caso de los titulares, presenta el nombre del personaje o permite inferir sobre esa personalidad.
El efecto descriptivo de "progresión temática" reitera la presencia del personaje o refuerza la focalización.
Así mismo, aparece en estos rasgos la "aspectualización" (puesta en relación), donde el objeto descrito o persona se sitúa en relación con el tiempo (histórico o individual), o con el espacio (al relacionarse con otros elementos susceptibles de llegar a ser, a su vez, objetos de descripción).
Según Hamon (citado por Laborde, 1998), existe en la realización del género la posibilidad de una descripción dominante de la obra de la personalidad con la tarea de "agrupar y constituir 'sentidos' del personaje [...] se fija y se modula en la memoria del lector la unidad del personaje" (p. 76). El autor entiende en este efecto la revelación de la "cara escondida" de las personalidades públicas haciendo surgir representaciones previas que el retrato debe enriquecer o rectificar.
El estudio "Las cadenas de referencia en el retrato periodístico" de Shnedecker (2005), encontró que el género también puede presentar en ocasiones de manera híbrida, una fusión con la información biográfica, el reportaje descriptivo, la encuesta de personalidad y la entrevista.
Cuando se piensa en las clases de retrato, la "serie" es una técnica que logra explorar la diversidad de facetas de un personaje: complejidad de una personalidad, evolución de un individuo en el tiempo, múltiples formas individualizadas de una única realidad sociológica, así puede aparecer: retrato de una generación, o entre otros, de una categoría social.
Finalmente, el aspecto de la "evocación" en el subgénero aparece (Souriou, 1990), por su capacidad traer a la memoria situaciones e imágenes a partir de los personajes.
Análisis - hallazgos
No existe una voz unísona que comprenda el mismo sendero para llegar a pacificar el país y tampoco existe una sola visión de paz. Ese es el caso que se presenta entre el conflicto armado en Colombia y los acuerdos de paz en diversos momentos hasta el Acuerdo de 2016 y la Comisión de la Verdad. En ese marco, el hecho del que se ocupó Alfredo Molano no tiene sino diversas miradas. En un contexto de diversidad de opiniones y visiones e ideologías aparecerán en las necrológicas analizadas voces con esa condición, como se verá más adelante. No obstante, entre las características comunes y particulares de las categorías estudiadas en las realizaciones del género que publicaron el deceso de la personalidad que nos ocupa, se infieren los nexos entre obra, individuo y sociedad.
En primer lugar, la sección o el espacio en los que se publica la necrológica está condicionado a una valoración regular o normalizada que el medio impone. Es la manera como da prioridad a un acontecimiento importante que trasciende. Por eso mismo, está acompañada de un conjunto de aspectos físicos y temporales con sentido, entre los que se distinguen la ubicación (en una sección, en una página par o impar, en portada, en la parte superior o inferior) y la extensión (una noticia puede contar con un promedio de cien a quinientas palabras). De modo que no tiene el mismo sentido la ubicación de un hecho en la página de la portada o en una página con sección fija, circunstancial, especial o general. Tampoco tiene el mismo carácter la brevedad o desarrollo del género más allá de las cien a quinientas palabras, en un espacio dado. Cobra relevancia y sentido la ubicación y la extensión. Con ese breve antecedente, es útil comprender lo que se observa en portada "Alfredo Molano Bravo (1944-2019), el hombre que supo escuchar" (Arcadia, 2019), en cuanto que cumple fines para la relación del contexto y la conexión entre personalidad y acontecimiento social y lo que en esos momentos es la actualidad que marca el hecho, el medio y el contexto. Cuando se distingue como "actualidad" el momento de la publicación en portada, se entiende que se refiere (Hudec, 1984), a todo aquello que hoy es parte de los hechos que interesan y que forman parte del mosaico de hechos que conforman nuestro presente. Por esto, la actualidad no solo es de carácter temporal. Más que todo cuando se trata de "un personaje en situación de actor de la actualidad" (Laborde, 1998, p. 80).
Por eso se puede afirmar que, en los artículos estudiados, la sección y la anticipación del sentido, facilitan la inferencia de reconocimiento, despedida, conmemoración y pérdida. Así por lo menos relacionan las secciones denominadas: Personajes, Homenaje, Semblanza, Obituario, Entrevista, Justicia y Verdad, Opinión y Actualidad. De manera poco habitual, la sección Justicia y Verdad (El Espectador, 2019) anticipa al contenido con su denominación, de la que se infiere la intención de orientar hacia la relación de la personalidad con la coyuntura social o de la trascendencia histórica de la obra de la personalidad en el contexto estudiado (tabla 1).
En segundo lugar, a través de la vida y obra se busca la comprensión de la realidad. Así, la situación que se presenta en determinada sección, portada o lugar en la página está mediada por lo que sucede con la personalidad y su obra, por lo que se produce la "personalización de la información", cuyo epicentro "opera alrededor de personajes excepcionales que resumen los acontecimientos" (Laborde, 1998, p. 74). En este caso la realidad es entendida desde una dimensión subjetiva donde aparece el intento de entender cuanto pasa desde el punto de vista de la muerte. La pérdida está dimensionada a partir de la contribución de la personalidad, en la Comisión de la Verdad y de su trayectoria en la construcción de la paz, más allá del profundo dolor familiar y de sus cercanos.
Sin perder de vista las diferencias tanto técnicas, periodísticas como de línea editorial, entre los medios periodísticos que publicaron los artículos del análisis, la extensión representa en este trabajo, la cobertura del hecho, así tenemos que en cantidad de palabras (sin considerar el espacio de la fotografía), se presentó así: el artículo "De tenis y mochila: la rebeldía de Alfredo Molano. Conozca al escritor que ha revelado las facetas sociales de la Colombia profunda" ocupó un espacio representado en cuatro mil quinientas cinco palabras, "El país lamenta la muerte de Alfredo Molano, uno de los periodistas más importantes de los últimos tiempos", con 2.368 palabras. "Un asesinato duele. Pero los desaparecidos son puntos suspensivos de dolor: Alfredo Molano" tiene 2.247 palabras. La diferencia en extensión, espacio y cobertura se puede advertir en "Los colombianos que nos dejaron en 2019" con veinte palabras, no obstante, tiene una ubicación privilegiada en el medio. "La sociología como una forma de exilio" tiene tres mil sesenta y siete palabras, "Murió Alfredo Molano Bravo, comisionado de la verdad y periodista", 985, "Una soledad desobediente", 1.892 palabras. Luego se tiene que "El hombre que supo escuchar: cinco miradas al legado de Alfredo Molano Bravo" tiene 4.784 palabras. "In memoriam: colombianos que nos dejaron en el 2019" cuenta con 1.594 palabras.
La necrológica intenta presentar la pérdida irreparable en el marco del contexto histórico y social. Esa dimensión integra la tipificación y documenta el presente con los acontecimientos que resultan de la vida y obra de Molano. En esos términos aparece la colaboración de una diversidad de artículos, reunidos con el objetivo de reforzar el último acontecimiento para contribuir a la comprensión de la pérdida irreparable. De modo que puede clasificarse en tipos de artículos a los que se puede asignar unas características derivadas del origen distinto en su intención y de su diverso orden temporal:
Artículos conmemoración, varios artículos, entrevistas que se volvieron a publicar.
Los comentarios de los lectores, la reacción de los medios periodísticos y las redes sociales conforman un cuerpo bajo un título.
Artículos de diversos autores bajo un título que los ampara.
En el periódico digital existe una yuxtaposición de textos del medio, de otros medios, de otras épocas, del conmemorado cuando tuvo la oportunidad de escribir y publicar, de las redes sociales y de los comentarios de los lectores.
Artículos independientes que publicó el fallecido.
Retrato que acompaña el texto.
Artículos bajo un título común.
De esto se puede inferir el esfuerzo por integrar y reflejar las múltiples piezas del mosaico de reacciones y de posibilidades de interpretar la vida y obra en la relación historia social e historia individual.
Aparece en el análisis la distinción de tipos de necrológicas en serie y las individuales. El retrato en serie de Laborde (1998) presenta una continuidad horizontal, con referencias individualizadas pero tratadas de forma interdependiente. Esta categoría puede divisarse, ya sea en articulación sobre una misma personalidad (diversos artículos), o cuando cubre información de un conjunto de personalidades. La segunda modalidad presenta el Sistema RTVC, Radio Nacional de Colombia (Hernández, 2019), cuando publica un obituario colectivo con ángulos comunes: la valoración de fin de año que hacen los medios en diciembre, el deceso y el país y el gran parecido de los oficios en el campo de la cultura: actores, políticos, periodistas, diseñadores, gestores culturales, músicos, humoristas, directores de cine y teatro, escritores y guionistas. Entre estas personalidades aparece Alfredo Molano con una identificación distintiva de la articulación de su obra con el resto y con la sociedad. el obituario titula: "In memoriam: colombianos que nos dejaron en el 2019".
Otro título que emplea la técnica serial recuerda nuevamente, la muerte de Molano. Se encuentra en la revista Semana (2019). "Los colombianos que nos dejaron en 2019", es un obituario de veintidós personalidades redactado en género informativo. En este se advierte la intención que inspira a la necrológica y en general en los géneros de vida que es la de poner en primer plano el sentido de la finitud y de la pérdida irreparable. Se presenta con una foto grupal.
En tercer lugar, y desde la perspectiva de actualidad periodística, el registro de la fecha de la publicación permitió identificar y relacionar el día de la muerte. De esta anotación se establecen los tipos de artículos que diferencia a las necrológicas por la intención, que a su vez están marcadas por la finitud y la pérdida: aparecen los artículos publicados que informaron la muerte del sociólogo, habitualmente en género informativo (noticia), luego las reacciones con la posterior publicación de retratos y semblanzas (género de opinión, interpretación y narración), también aparecen los artículos de segunda publicación o nuevamente publicados con una ocasión anterior a la de la publicación original.
En los artículos de conmemoración que se habían publicado por primera vez, cuando todavía la personalidad estaba entre nosotros, se publicaron por segunda vez a causa del deceso. El artículo "Una soledad desobediente" (Ponsford, 2013), hace claridad sobre la obra. La intención es perfilar, la vida y la obra que tiempo después aparecerán en las necrológicas sombreadas por la muerte. "Una soledad desobediente" se publicó una primera vez en la revista Arcadia y luego, con motivo del deceso, hizo parte, en una siguiente ocasión, de una necrológica en serie, o colectiva bajo el título "El país lamenta la muerte de Alfredo Molano, uno de los periodistas más importantes de los últimos tiempos" (Ponsford, 2019) de la Revista Semana, que busca interpretar, el mismo día de la muerte, la relación obra - vida - contexto al que contribuyó.
Como parte de esa necrológica aparecen artículos de diversos autores bajo un título que los ampara. Es el caso mencionado en el párrafo anterior. Con casi dos mil palabras, Ponsford introduce la obra de Molano desde el puntual aspecto de la relación que establece en su obra entre la literatura y la historia recientes del país. A este artículo le acompañan otros autores que complementan el texto principal. Se unen "en la obra de un escritor que nadie sabe dónde poner" (Ponsford, 2013) (falta referencia de la cita). Plantea la función social de la literatura y define al escritor por la intención del texto, su vida y obra en el mundo colombiano:
Para muchos, Molano es sencillamente un sociólogo bogotano, un investigador que ha escrito una veintena de libros sobre la Colombia rural. Y sus temas son para especialistas. ¿Pero para quiénes? ¿A qué especialistas se refieren? Porque para el mundo de la academia, sus métodos son pocos ortodoxos. Para el mundo del periodismo, sus investigaciones carecen de coyuntura y de la supuesta objetividad exigida al reportero. Para el mundo de la literatura, sus construcciones narrativas no tienen la ambición de crear un universo literario propiamente dicho. Y finalmente, para el mundo de la política, Molano es un hombre que no está adscrito a ninguna militancia partidista, y por lo tanto es de poca utilidad. (Ponsford, 2013, párr. 5)
Ponsford (2013) ubica la obra de Molano entre la literatura y la historia o contrahistoria. No obstante, reconoce que no tiene un lugar preciso, pero tampoco reconocido como su lugar en la sociología, la academia, la literatura, por eso la postulación a reconocimientos ha sido motivo de debate. Dice el autor que:
Ha sido el mensajero de sus voces. Del otro, está el escritor que ha sabido capturar, con la inteligencia literaria de los grandes narradores, los azares de la condición humana, sus miserias, sus contradicciones, su lógica de superviviente, la inmensa fortaleza del espíritu humano y su casi siempre escondida vulnerabilidad. (párr.11)
Después aparecen los artículos que conforman un solo cuerpo y se han clasificado como varios medios (periodísticos, redes sociales y comentarios de los lectores). En "El país lamenta la muerte de Alfredo Molano, uno de los periodistas más importantes de los últimos tiempos" (Semana, 2019), aparece la reacción en redes sociales. Allí la revista Semana, elige publicar las reacciones de instituciones y personalidades que aparecieron en la red social Twitter: Gonzalo Sánchez, Jesús Abad Colorado, Daniel Coronell, Alfredo Molano Jimeno y León Valencia. Todas coinciden en presentar el lado cercano al trabajo y a la obra que se describe en los contenidos necrológicos. Al respecto, Laborde (1988) distingue la singularización en la tipificación, la que incorpora la descripción del orden. Así, periodistas, colegas, amigos y familia expresan su sentimiento frente al hecho irreversible y cuyo pesar puede llegar a convertirse en una especie de elegía colectiva: "El silencio que deja Alfredo Molano será atronador" (Brigitte, 2019), "Que tu camino esté lleno de luz" (Abad, 2019), "¡Gracias, Maestro! ¡Su legado nos guiará!" (El Espectador, 2019) y "Su vida y sus relatos serán faro, llama y hoguera para iluminar este doloroso y sangriento camino de la reconciliación y la paz en Colombia" (El Espectador, 2019).
Así se identifican las palabras de la familia, mediadas por la intimidad, el sentimiento y también la cercanía, condición que distingue y avala como testimonio la exposición e interpretación de los acontecimientos que rodean la inseparabilidad de la vida y obra con el contexto en la necrológica: "A quienes quisieron a mi padre, Alfredo Molano Bravo, les cuento mi dolor por su partida. Hasta el último día de su vida peleó con todas sus fuerzas" (Molano, 2019). En este sentido, existe una condición de cercanía en el testimonio que propende rescatar la verdad.
En cuarto lugar, Laborde (1998) plantea algunas consideraciones para reconstruir una tipología del retrato, una de estas es la "personalidad viva/muerta". Revela en esas consideraciones que la necrológica entraña una escritura biográfica dominante, sobre todo con la exposición de una evaluación global positiva, lo que permite entender que pareciera que todo lo que toca es tabú, salvo para los personajes estigmatizados por el veredicto de la historia. Ante esa razón aparece la visión opuesta que advierte del riesgo a escribir simples informes.
Existe, pues, la necesidad de una visión que propenda a reconocer que "las cartografías emocionales y afectivas de los individuos pueden cruzarse, superponerse o entrar en conflicto con los mapas de otros, con consecuencias sociales y políticas" (Maddrell, 2016, p. 166).
Efectivamente, pocas necrológicas se constituyen en crítica negativa. Dice Kalina y Dolanska, 1984) que:
En estos casos, no es dado recordar una juventud escandalosa o una obra polémica [...] el gran error del realizador de semblanzas y retratos radica en 'conmemorar' y así evidenciar parcialidad. En tales casos, estos trabajos se convierten en simples informes que derivan a otros géneros. (p. 219)
Pero esto ha cambiado con los nuevos medios. Frente a esa habitual manera de ver la necrológica, parece la crítica o mirada distante con la incorporación de los comentarios y chats en los medios virtuales. La diversidad y pluralidad de opiniones y medios abrió la posibilidad, por ejemplo, de participar en el espacio "Comentarios" de los periódicos y revistas digitales. Es una ventana abierta para la retroalimentación de las audiencias y las redacciones. Revela la vitalización del género con la posibilidad de registrar opiniones que no provienen de la redacción, muchas veces, discursos críticos contrarios al espíritu habitual de la necrológica y que hacen parte del conjunto y que revelan otra cuestión: la tarea, el discurso, la obra y la vida de Alfredo Molano que se incorpora a un espacio de disensos. Escriben ciudadanos abonados al medio. El ejemplo se encuentra en Semana (2019) ("El país lamenta la muerte de Alfredo Molano, uno de los periodistas más importantes de los últimos tiempos"), El Espectador (2019) ("Murió Alfredo Molano Bravo, comisionado de la verdad y periodista"). Hace parte de los comentarios de los lectores y retroalimenta con opiniones críticas al artículo, a la sección y al medio. Así, "Comentarios", está constituido por piezas inesperadas o impredecibles que arrastran la posibilidad de completar la formación de la necrológica. Revelan una faceta de Molano que no abordaron los artículos de manera central y que hacen alusión al conflicto armado y un ángulo distinto de valoración de la vida y obra de Molano. En consecuencia, también se vislumbra una interpretación diferente de la realidad que se entrelaza con la vida y la obra.
En la "descripción", que Laborde (1998) denomina "efecto descriptivo", se revela la perspectiva de la obra y de la vida de la personalidades públicas: descripciones dominantes, por contraste, descripciones precisas, por progresión temática, por focalización (el personaje explica los motivos, da identificación biográfica, y en esto atribuye explícitamente sus propiedades), descripción fragmentada, por analogía, relación por contigüidad (el objeto descrito o persona se sitúa en relación con el tiempo (histórico o individual) o con el espacio (al relacionarse con otros elementos susceptibles de llegar a ser, a su vez, objetos de descripción), descripciones dominantes, según Hamon (citado en Laborde, 1998).
Esa mañana que me enteré de que había muerto, le dije a Óscar que yo sentía que con él se nos iban las esperanzas sobre muchas cosas que habíamos pensado para lo del campesinado. A veces la gente dice que hay personas que no son tan indispensables y que lo importante es seguir haciendo el trabajo, pero yo siento, con franqueza, que, en la Comisión de la Verdad, por ejemplo, no hay una persona con el interés que él tenía por el campesinado y, sobre todo, que contara las cosas, así como él las contaba. Creo que se fue muy temprano. No era el momento para irse. (Rosero, 2019, p. 5).
En ese marco se tomó de la selección de necrológicas del estudio los aspectos subjetivos de la personalidad, amarrados a su actividad y que son parte de su realidad social:
Como innovador, académico y periodista, Molano conoció a fondo el país rural de una forma que no hace la mayoría de sus colegas. Y perteneció a esa escuela de académicos que no considera su trabajo una simple forma de reconstruir el pasado o narrar lo sucedido. Molano vio en lo que hacía un motor para conducir a la sociedad hacia objetivos deseables; en especial, hacia la búsqueda de la paz y el fin de la lucha armada. Este fue, en últimas, el fin que persiguió hasta su muerte. (Pardo, 2019, p. 4)
La singularización, en contraste a la tipificación y a las categorías de orden social e ideológico: montaje sobre el modo de la adición y sigue un día a otro, retrato fragmentado en una adición de puntos de vista exteriores, retrato dentro de un retrato, el retrato en relación general de inserción, retrato en la introducción de una entrevista, separado del cuerpo pregunta-respuesta (retrato como cebo de reportaje e inserción de hechos diversos), se refiere a la inserción de secuencias heterogéneas en el caso de un artículo relevante de otro género.
En quinto lugar, se encuentra el sentido de la muerte en la metáfora de la partida. Los procesos de metaforización aparecen como uno de los mecanismos lingüísticos a través de los cuales se construye la realidad en la cotidianeidad (Gutiérrez, 2019). Existe una serie de elementos que las necrológicas recogen de la personalidad para referirse a su muerte en conceptos que funcionan como metáfora al reemplazar un sentido por otro para lograr una comprensión orientada al nuevo sentido o el logro de una comprensión metafórica de lo que pasó, como: caminar, buscar la verdad, rebelde, solitario. Estas y otras construyen la mirada hacia el que se marchó. La asociación, semejanza y relación de conceptos de un dominio de la experiencia en términos de otro por superposición de significados tiene como resultado enriquecer el concepto de la muerte y trascender a un camino. Rivano (1999) anota que el sistema metafórico, centro de nuestro sistema conceptual, establece relaciones conceptuales que subyacen en las expresiones, son relaciones que llevan a generalizaciones con validez empírica.
De ese modo, en las necrológicas analizadas se identifican conceptos que en su origen se comprenden bajo el término partida en la escena de un camino. El sentido de partida en el contexto solo puede ser despedida, es decir, que la muerte es producida por un tipo de fenómeno que tiene propiedades de desplazamiento (atraviesa), entendemos que el camino que se recorre y del que trata la necrológica es una partida. De esta inferencia puede comprenderse que la muerte es una partida y la vida es un camino. Así lo muestran las siguientes expresiones: "se nos va hoy un valioso colombiano" (Mantilla, 2019), "[u]na mente lúcida, un alma honesta y una voz valiente se han ido con la muerte de Alfredo Molano" (El Espectador, 2019), "De tenis y mochila [...] sus relatos han atravesado la espesa selva del Guaviare, las infinitas llanuras de la Orinoquía y los muros de las cárceles donde mulas y narcotraficantes colombianos purgan sus condenas" (El Espectador, 2019), "contacto con los campesinos y su resistencia por la tierra, entendió que ese era su destino" (El Espectador, 2019) , "El incansable caminante y narrador" (El Espectador, 2019), Su vida y sus relatos serán faro, llama y hoguera para iluminar este doloroso y sangriento camino de la reconciliación y la paz en Colombia (El Espectador, 2019).
En las necrológicas aparecen expresiones afines. Diversos y amplios dominios conceptuales o con semejanzas familiares son partícipes del apareamiento de conceptos donde la metáfora cumple la función de ampliar el sentido y enriquecer el término muerte. Tanto en relación con una orientación, lugar, dirección, profundidad y claridad, apuntan a fortalecer el concepto de partida.
Discusión y conclusiones
Es ineludible dimensionar el origen diverso y específico de las representaciones que convergen en los "géneros de vida", así como la contribución y funciones que desarrollan en la historia individual representada.
Contar la historia de una personalidad, como, por ejemplo, Alfredo Molano, requiere de la dimensión social. De eso resulta que no se puede desligar obra, vida y muerte ni en la escritura ni en la necrológica. De modo que informar sobre la muerte de Alfredo Molano es hacer uso del recurso necrológico con todas sus implicaciones individuales, sociales e históricas. Esta condición es de dos vías: para entender la obra de Molano se requiere el contexto en el que Molano contribuyó. De la misma manera que para la comprensión de los alcances de su contribución se requiere la comprensión de su obra. Porque su obra y su vida están fuera de lo intemporal y eso afirma su sentido histórico y social.
En las necrológicas expuestas se advierte una especie de situación paralela entre el transcurso de una vida individual y los acontecimientos sociales que son advertidos en la obra individual y que con la intención de la reflexión acerca de la finitud aparecen indisolubles. En el caso estudiado, esa obra es la que se encuentra articulada a la paz en Colombia.
Las necrológicas, las biografías y sus representaciones en diversos subgéneros tienen la particularidad de revelarse en conmemoraciones, exhibiciones, inauguraciones y otros hechos y acciones fuera de los marcos de lo cotidiano. De manera particular, se observa cuando revelan lo extraordinario que resulta escribir sobre la muerte.
Al carácter extraordinario de representar la muerte se agrega la cuestión de la singularidad o el carácter colectivo de esa presentación. Podría pensarse que las necrológicas se orientan a singularizar al sujeto cuando presentan la vida, la obra y la muerte de una personalidad. No obstante, en el proceso investigativo se encontró una cantidad importante de obituarios colectivos. Así se evidenció que la elaboración de esa forma colectiva de presentar el deceso de personalidades recurre a la instalación de un recurso común dado en ocasiones por una dimensión temporal, en otras por una geográfica y/o temática, en otros términos, por la transversalidad de las historias con los acontecimientos de una sociedad y su estrecha inseparabilidad.
La construcción colectiva de la necrológica no tiene solo presencia en la exposición de una cantidad determinada de personalidades, sino que alcanza a la cadena de artículos y/o autores que expresan el sentido de la finitud desde diversos ángulos, muchas veces, bajo el mismo título y sección. Esto completa con la pluralidad y su cualidad de diversificar, ampliar y posibilitar la diversidad de interpretaciones con lo que consigue un mosaico diverso y plural. Conectados por la cercanía, la familiaridad, el conocimiento de la obra y de la vida, aparecen, periodistas, colegas, amigos y familia, cuyo pesar común evoca a una especie de elegía colectiva que a través de la expresión de uno y de otro, articula vida y obra. Lo que, entre otras cosas, pluraliza las fuentes informativas en la comprensión de la finitud. Entre las publicaciones se encontró "en serie", de una "sola personalidad" y "colectivos" e "individuales", trabajos publicados "por segunda vez" y la mayoría publicaciones "después de la muerte".
Se encontró que las biografías, semblanzas y perfiles, que se publican antes de la muerte, en ocasiones reaparecen en fechas siguientes al deceso apoyando a la necrológica. No obstante, de su parecido, la diferencia de propósito es significativa. Mientras la segunda divulgación tiene la intención de reafirmar cualidades de la personalidad de la que se ocupa, la necrológica no tiene esa misma intención. La diferencia entre el antes y el después de la publicación está marcada por la intención. En el caso de la necrológica está el esfuerzo por definir la obra, la vida y la contribución mediante una conmemoración, un reconocimiento, una elegía, creando la cercanía con el reconocimiento y homenaje a una vida concluida. La característica constante es la reiteración en los términos de partida o de finitud. Una manera de abreviar camino en los sentidos de la partida.