INTRODUCCIÓN
Las ganaderías de trópico bajo, se caracterizan principalmente, por presentar sistemas de pastoreo de tipo extensivo y de baja tecnificación. Suelen presentar elevada edad (9 meses) (Molina et al., 2016) y bajo peso al destete (140 a 150 kg) (Cuartas et al., 2014; Tapasco et al., 2015), días abiertos (171 días) (Molina et al., 2016) e intervalo entre partos (450 a 480 días) (Vergara et al., 2009) prolongado, y baja ganancia de peso (270 g/animal/día) (Tapasco et al., 2015). En época seca la pluviosidad baja a niveles críticos, disminuyendo drásticamente la producción de biomasa, lo que afecta principalmente a los lotes de cría, por la poca disponibilidad de forrajes y pobre aporte nutricional, ocasionando retraso en la recuperación reproductiva de las madres y en el desarrollo de los terneros (Calderón et al., 2017).
Existen diversas estrategias de crianza de terneros, cuyo fin es mejorar el desarrollo productivo de estos, y favorecer la recuperación de las madres en aspectos como la condición corporal, el peso y la presentación de celos (Ibarra et al., 2011; Vendramini et al., 2018; Benetton et al., 2019; Lynch et al., 2019). Entre las estrategias de crianza usadas, se halla el creep feeding (CP) (de Almeida et al., 2018; Carvalho et al., 2019), el destete precoz (DP) (Ibarra et al., 2011; Neave et al., 2019; Wiseman et al., 2019; Wu et al., 2019), y la interrupción temporal del amamantamiento (ITA) (Orihuela and Galina, 2019).
El destete precoz consiste en interrumpir permanentemente el periodo de lactancia a partir de los 60 a 90 días de edad y con un peso mayor a 60 kg, haciendo reemplazo del aporte nutricional de la leche por suplementación con concentrados comerciales, o fuentes alternativas como ensilajes o henos. El destete precoz, busca acelerar el consumo posterior de la ración, para lograr un incremento de peso de los terneros, y que el cese de la lactancia, favorezca el restablecimiento de las funciones reproductivas de las madres (Ibarra et al., 2011; Preedy et al., 2018; Orihuela and Galina, 2019; Wiseman et al., 2019).
Una de las alternativas para implementar un destete precoz, es la suplementación con ensilaje, cuya ventaja estriba en la reducción de costos de cereales y alimentos proteicos, y el aprovechamiento de recursos forrajeros con altos aportes nutricionales como las arbustivas (Argüello-Rangel et al., 2019; Navas, 2019). El objetivo de este estudio, fue evaluar el uso de la suplementación estratégica con ensilaje de arbustivas forrajeras, en el destete precoz de ganado BON × Cebú.
MÉTODO
Este estudio se realizó en la Hacienda La Candelaria, municipio de Caucasia-Antioquia, a 08°01′49″ N y 75°13′03″ W, temperatura promedio de 26 °C, altura sobre el nivel del mar de 50 m.s.n.m., precipitación promedio anual de 2100 mm, 75 % de humedad relativa, y topografía 15 % plana y 85 % ondulada. Este estudio contó con el aval del Comité de ética para la experimentación con animales de la Universidad de Antioquia, como consta en el Acta No. 120 del 09 de octubre de 2018.
Se seleccionaron 14 terneros BON × Cebú, de 5,2 ± 1,05 meses de edad y 127,57 ± 30,47 kg de peso, que fueron distribuidos aleatoriamente en dos tratamientos, un tratamiento control (To) en lactancia permanente, y un tratamiento experimental (Tex) en el que se reemplazó la lactancia materna por la suplementación con un ensilaje proteico a base de arbustivas y pastoreo con Urochloa brizantha cv. Toledo y Urochloa humidicola.
Los terneros de Tex fueron suplementados durante 90 días con una ración diaria de 655 g/animal de un ensilaje mixto compuesto de botón de oro (Tithonia diversifolia Hemsl A. Gray), matarratón (Gliricidia sepium Jacq.), cratylia (Cratylia argentea O. Kuntze), y totumo (Crescentia cujete L.). Las madres de los terneros de ambos tratamientos eran vacas multíparas con distintos grados de cruzamiento BON × Cebú, en pastoreo con Urochloa humidicola y gramas nativas, sin ningún tipo de suplementación.
En el cuadro 1 se describe la composición nutricional de las especies a partir de la cuales se elaboró el ensilaje, y de las pasturas que los animales consumieron en pastoreo. Dichos análisis fueron realizados mediante espectroscopia de infrarrojo cercano (NIRS), a través de los servicios del Laboratorio de Nutrición Animal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Antioquia.
En cuanto al ensilaje, se tomaron tres muestras de 500 g, las cuales fueron secadas en horno con ventilación forzada durante 16 h a 70 °C, y posteriormente molidas con un molino tipo ciclón con malla de 1 mm. El Contenido de materia seca (MS) se calculó por diferencia de peso antes y después de la colocación en el horno. La proteína cruda se evalúo mediante el método de Kjeldahl aplicando la metodología AOAC N°2001.11. Las fibras (FDN y FDA) se cuantificaron mediante el método de Van Soest aplicando los métodos AOAC 962.09 y 978.10 y ejecutado en un equipo FiberCap. La energía bruta se obtuvo en un calorímetro automático utilizando el proceso adiabático, y el pH a través de tiras indicadoras MColorpHastTM (cuadro 2).
La proporción de las especies en el ensilaje fue de un 47,3 % para T. diversifolia, 33,9 % para G. sepium, 12,5 % C. cujete y un 6,5 % de C. argentea. Dicha proporción estuvo relacionada con la producción de forraje de cada especie en el banco forrajero de donde se obtuvo el material.
Variables evaluadas
Los datos fueron procesados y analizados con el software estadístico R Project versión 3.6.0. A continuación, se describe la metodología aplicada para cada variable del estudio:
Consumo del ensilaje (g/animal/día). Previo al inicio del ensayo de destete precoz (Tex), se realizó un periodo de acostumbramiento de 5 días para los terneros. Posteriormente, se administró una ración de 655 g/animal/día de ensilaje mixto, durante 90 días. Se realizaron 4 evaluaciones del consumo individual, administrando el alimento en comederos separados. El consumo se midió, mediante oferta y rechazo, pesando el alimento ofertado, el excedente del ensilaje para cada animal, y calculando la diferencia entre ambos. Para el análisis de los valores de consumo estimados, se realizó estadística descriptiva, calculando la media del consumo, desviación estándar, el coeficiente de variación, y el porcentaje de alimento consumido y rechazado.
Evaluación productiva de terneros y madres. Se utilizó una báscula mecánica para realizar el pesaje (kg) de los animales -terneros y madres-, y se calculó la ganancia de peso (kg/animal/día) en ambos tratamientos, antes de iniciar el ensayo, y una vez al mes (3 mediciones durante el ensayo). En cuanto al desarrollo corporal, se midió con cinta métrica la altura a la cruz (AC) (cm), el perímetro torácico (PT) (cm) y la longitud corporal (LC) (cm) antes de iniciar el ensayo, y una vez al mes (3 mediciones durante el ensayo).
Se utilizó, un diseño completamente aleatorizado con medidas repetidas en el tiempo, y se analizaron los datos como un modelo lineal mixto, con el paquete nlme del software R Project versión 3.6.0, según el modelo estadístico descrito a continuación (ecuación 1 ):
Donde, = variable de respuesta obtenida de la ecuación;= Media general;= Efecto fijo del i-ésimo tratamiento (To y Tex); = Efecto fijo del j-ésimo mes; = Efecto aleatorio del k-ésimo animal; = Efecto fijo del i-ésimo tratamiento en el j-ésimo mes; = Efecto aleatorio del k-ésimo animal en el j-ésimo mes; = co-variable; = error experimental. La co-variable para el peso y la ganancia de peso tanto en los terneros como en las vacas, fue el peso inicial, y para las mediciones bovinométricas, se usó la medición inicial de cada una. Se realizó análisis de varianza (ANOVA) y prueba de comparación de medias de Tukey según el caso.
Evaluación reproductiva de las madres. Las vacas fueron evaluadas por palpación, y los hallazgos se corroboraron mediante ultrasonografía (ecógrafo Chison ECO2 Vet 7,5 MHz, sonda lineal) previo al periodo de evaluación, y mensualmente durante el ensayo (3 mediciones). Se evaluó el estado reproductivo, a través de la identificación de estructuras en ovarios, haciendo distinción entre, multifolicular, folículo dominante (≥10 mm), cuerpo lúteo, cuerpo hemorrágico, y, por otro lado, detectando gestación. Para el análisis del estado reproductivo, se utilizó un modelo de regresión logístico, categorizando las madres en dos grupos gestantes (1) y vacías (0). El análisis estadístico fue realizado con la función glm del software R Project 3.6.0
RESULTADOS
Consumo individual del ensilaje
El porcentaje promedio de consumo estimado a partir de las cuatro evaluaciones realizadas en los animales del tratamiento Tex fue de 82,4 %, frente a un rechazo del 17,6 %, para un consumo de 539,9±8,6 g/animal/día con un coeficiente de variación de 1,6 %, lo que sugeriría la palatabilidad y aceptación de la dieta por parte de los terneros. Cabe resaltar que en este ensayo se usó una suplementación alternativa con relación a las dietas que se implementan de manera convencional en sistemas de manejo de crías con destete precoz. En este estudio, se usó un ensilaje mixto elaborado a partir de arbustivas forrajeras, sin embargo, se usa con frecuencia concentrados comerciales para suplir las demandas nutricionales de los terneros destetados precozmente (Guggeri et al., 2014; Orihuela and Galina, 2019; DeClerck et al., 2020; Oliveira et al., 2020). Buscar otras alternativas de suplementación, puede reducir los costos de este tipo de prácticas de manejo, y favorecer el aprovechamiento de recursos forrajeros locales con potencial nutricional. Las especies usadas en el ensilaje ofertado (T. diversifolia, G. sepium, C. cujete, y C. argentea), no presentaron problemas de palatabilidad y aceptación, siendo una alternativa viable en técnicas de conservación de forrajes, especialmente en ganaderías con baja calidad y producción de forrajes.
Estado productivo de los terneros
En el cuadro 3, se muestra el promedio de peso, la ganancia de peso, y el desarrollo corporal (AC, PT y LC) de los terneros evaluados en ambos tratamientos. Estas variables tuvieron un comportamiento similar en ambos tratamientos, es decir, que no hubo diferencias estadísticamente significativas entre estos.
To=Tratamiento control; Tex=Tratamiento destete precoz, diferentes letras en la fila, indican diferencias significativas p≤0,05.
El comportamiento de las variables relacionadas con crecimiento y productividad, puede variar, en función de la raza, la edad del destete precoz, la dieta seleccionada, y hasta las condiciones climáticas de la zona donde se haya hecho el estudio (Ibarra et al., 2011; Tao et al., 2018). Los resultados en torno al destete precoz, han sido diversos, Guggeri et al., (2014) en terneras Hereford de 75 días de edad, suplementadas con un concentrado comercial (26 % PC), compararon tres sistemas de manejo de crías: destete precoz, creep feeding y destete tradicional, hallando mayores ganancias de peso en el manejo tradicional (0,86 kg/animal/día), que en destete precoz (0,75 kg/animal/día), aunque en ambos casos, inferiores con respecto al creep feeding, que tuvo el valor más alto de los tres tratamientos con 1,25 kg/animal/día.
Por su parte, Ibarra et al. (Ibarra et al., 2011), evaluaron estos tres sistemas de manejo en crías Charbray a partir de los 90 días de edad, usando como suplementación en el destete precoz y en el creep feeding, un concentrado comercial con un 16 % de proteína, hallando mejor promedio peso (252,6 kg) y ganancia de peso en el destete precoz (1,32 kg/animal/día), que en creep feeding (232,9 kg y 1,13 kg/animal/día), y en el grupo control (179,6 kg y 0,43 kg/animal/día). Las ganancias de peso de los terneros del presente estudio, fueron menores comparadas con lo reportado por Guggeri et al., (2014), no obstante, con relación a los resultados reportados por Ibarra et al., (2011), las ganancias de peso halladas en el presente estudio fueron mayores. Estas diferencias con respecto a otros esto podrían atribuirse al componente racial, al manejo dietario y al contexto geográfico donde se desarrollaron los estudios (Burggraaf et al., 2020).
En cuanto al desarrollo corporal, aunque no hubo diferencias estadísticas para las medidas bovinométricas ni por tratamiento, ni por mes, ni para la interacción entre los factores tratamiento × mes, el perímetro torácico, presentó tendencia estadística, con un mayor valor a favor de Tex (131,3 cm), que es positivo para este estudio, considerando que esta medida, es catalogada como la de mayor relevancia entre las tres variables evaluadas, ya que, permite predecir mejor el peso corporal (Lukuyu et al., 2016). Los resultados indicarían que los terneros del destete precoz, no vieron retrasado su crecimiento con relación a los terneros en lactancia permanente (To). La edad promedio en que se destetaron (5,2 meses), está en el rango habitual de destete precoz usado en bovinos con componente racial cebuino, que es entre los 5,0 y 8,0 meses de edad, momento para el cual los terneros ya están habituados al pastoreo y a una dieta basada forrajes (Orihuela et al., 2020). La inclusión temprana de forraje durante el predestete, estimula el desarrollo de la capacidad y la función ruminal (Orihuela and Galina, 2019), ya que los terneros usados en el tratamiento experimental, desde el nacimiento estuvieron en condiciones de pastoreo, se pudo propiciar el consumo de forraje y en consecuencia dicho desarrollo ruminal. Por otro lado, la suplementación con ensilaje de arbustivas (cuadro 1), pudo contribuir a que los terneros del tratamiento experimental presentaran un desarrollo productivo similar al de los terneros en lactancia. Por lo tanto, el desempeño de los terneros del destete precoz sugiere que la calidad de la dieta ofertada, aunado a la edad del destete, podría haber tenido un efecto favorable sobre la ganancia de peso y las medidas bovinométricas.
Estado productivo y reproductivo de las madres
Con relación a la recuperación productiva y de las vacas, aunque, no hubo efecto de la interacción tratamiento × mes, las madres de los terneros destetados precozmente (426,3 ± 48,8) tuvieron un mejor peso promedio con relación al grupo control (368,5 ± 32,8). Sin embargo, para la ganancia de peso, no se observó efecto en el tratamiento, ni en la interacción entre los factores tratamiento × mes (cuadro 4). Aunque el promedio de ganancia de peso, fue mayor para Tex (0,2 ± 0,8, comparado con To (0,03 ± 0,8), la desviación estándar es la misma, y corresponde a un valor elevado, comportamiento atribuido a que hubo pérdidas de peso en animales de ambos tratamientos, debido a que el ensayo coincidió con la época seca, la cual es crítica en la zona de estudio, por la baja precipitación, y consecuente disminución en la oferta forrajera a niveles críticos.
To=Tratamiento control; Tex=Tratamiento destete precoz, diferentes letras en la fila, indican diferencias significativas p≤0,05.
En el estado reproductivo al final del estudio, se halló que en el tratamiento Tex cinco de las siete vacas evaluadas resultaron gestantes (72,4 %), y a dos se les detectó cuerpo lúteo (28,5 %), mientras que, en To solo dos de siete resultaron gestantes (28,5 %), del restante porcentaje, en dos vacas se identificó cuerpo lúteo, y tres presentaron ovarios multifoliculares. La presencia del cuerpo lúteo en vacas de ambos tratamientos, podría indicar, que había actividad reproductiva, y que las vacas se hallaban en diestro o fase luteal. El hallazgo de vacas multifoliculares en To, podría sugerir que había un mínimo desarrollo folicular, y que la función reproductiva no se había normalizado, por lo que podrían considerarse como vacas en anestro (Robinson and Noakes, 2018).
En cuanto al intervalo entre partos (IEP) y los días abiertos, asumiendo la fecha de culminación del ensayo, como base para proyectar el índice de vaca (peso al destete por día de IEP), en el presente estudio, el promedio de IEP sería de 509 ± 48,6 días en Tex y 514 ± 44,4 días en To, que serían valores elevados de IEP con respecto a los 469,2 ± 9 días (Vergara et al., 2009) y 447,5 ± 100,1 (Ríos et al., 2020) de IEP estimados para distintos cruces Bos indicus × Bos taurus, así como con respecto al IEP ideal que es de 365 días (Vergara et al., 2009).
Para los días abiertos, el estimado para este estudio fue 219 ± 48,7 días para Tex y de 224 ± 44,4 días para To, que son superiores a los 162,1 días reportados por Ríos et al. (Ríos et al., 2020) para cruces Bos taurus × Bos indicus, y a los 171 días reportados como promedio por Molina et al. (Molina et al., 2016) para la ganadería colombiana. Cabe mencionar, que valores superiores a 240 días abiertos, en una proyección de 10 años, podría conllevar a cuatro años sin producción de crías, lo que haría muy ineficiente el sistema (Ibarra et al., 2011).
Respecto al índice de vaca (IV), fue de 0,34 ± 0,08 kg para Tex y 0,32 ± 0,05 para To, ligeramente inferior comparado con los valores hallados para cruces Bos taurus x Bos indicus (0,4 ± 0,15 kg) por Mejía et al. (Mejía et al., 2010), en razas cebuinas en trópico seco colombiano, y podría catalogarse como un valor bajo de IV, considerando que con base en el IEP ideal (365 días) y el peso promedio al destete (140-150 kg) reportado para los sistemas ganaderos nacionales (Cuartas et al., 2014; Tapasco et al., 2015) el IV podría estar entre 2,4 a 2,6 kg. Esto sugiere, que el IV puede ser afectado de manera directa por el IEP y el peso al destete de las crías. De modo que, a medida que se tenga un IEP menor, y/o mejor peso de las crías, mejor será el índice de vaca. Por el contrario, IEP prolongados, y bajos pesos al destete conllevarían a una menor eficiencia productiva y reproductiva del hato en términos del IV (Mejía et al., 2010).
Los valores de IEP, días abiertos e IV, podrían ser mejores, según se incida sobre factores que generan el retraso en la recuperación reproductiva de las madres. Por lo tanto, la implementación de estrategias que conduzcan a reducir los días abiertos y el IEP, son relevantes, porque, cuando este tipo de variables reproductivas tiene intervalos de tiempo grandes, se vuelve productivamente ineficiente, y económicamente negativo tener animales improductivos con bajos porcentajes de preñez (Ibarra et al., 2011).
La recuperación reproductiva posparto, está dada por la reactivación ovárica, a su vez, determinada por factores como la involución uterina, raza, número de partos, condiciones ambientales (estrés calórico), amamantamiento, y balance energético (Lynch et al., 2019; Orihuela and Galina, 2019). La prolongada permanencia de los terneros con las madres y el amamantamiento, conllevaría a que se retrase la aparición de la secreción pulsátil de LH (hormona luteinizante), debido a un efecto antigonadotrópico, que inhibe la secreción de GnRH (hormona liberadora de gonadotropinas) y por consiguiente de LH (Xavier et al., 2018; Orihuela and Galina, 2019). Además de esto, el vínculo vaca-ternero, y prácticas como la estimulación táctil, visual y olfativa, también tendrían un efecto inhibitorio sobre los pulsos de LH, debido a la acción de la oxitocina, prolactina, dopamina, esteroides gonadales, vasopresina y opioides endógenos. La oxitocina se asocia con la succión en mamíferos, hallándose que se libera en terneros durante la lactancia. De igual forma, la oxitocina y la prolactina, activan las vías dopaminérgicas y opioides responsables de generar una sensación gratificante producto del contacto entre la vaca y el ternero (Lynch et al., 2019).
Por otro lado, el desbalance energético, por efecto de las condiciones climáticas en época seca, aunado a deficiencias nutricionales por la baja calidad de las pasturas ha sido vinculado con un retardo en la recuperación posparto de las vacas (Xavier et al., 2018; Orihuela and Galina, 2019). La leptina, la grelina y el IGF-I (factor de crecimiento insulinoide tipo I), son considerados los mayores reguladores de la función reproductiva, y han sido relacionados con el estado nutricional de las vacas. En condiciones de carencias nutricionales, el desbalance entre estas, conlleva a la ineficiencia reproductiva (D´Occhio et al., 2019). La leptina, es secretada por el tejido adiposo, de manera que, cuando hay una buena condición corporal, hay mayor liberación, lo cual activa factores anorexígenos como la kisspeptina y la propiomelanocortina (POMC), que llevan señales al hipotálamo para la liberación de GnRH y la activación de la cascada ovulatoria. Por el contrario, cuando hay bajos niveles de leptina, predomina la concentración de grelina, que tiene un efecto antagónico, ya que activa factores orexígenos como el neuropeptido Y (NPY) y la proteína agouti (AgRP), que inhiben la función del eje hipotálamo-hipófisis, y por consiguiente el ciclo estral. Por su parte, un balance energético negativo, y la consecuente disminución de IGF-I, puede inhibir la formación del folículo dominante (Parkinson, 2018; Robinson and Noakes, 2018).
CONCLUSIONES
Los resultados de este estudio, muestran una respuesta positiva a nivel reproductivo en las madres de los terneros destetados precozmente. La ganancia de peso y el desarrollo de los terneros de dicho tratamiento, tuvo el mismo comportamiento que el grupo control, y, por lo tanto, el destete precoz no tuvo un efecto negativo sobre los mismos, pese al cambio de lactancia materna por suplementación con ensilaje de arbustivas, y al pastoreo en praderas de mediano a bajo valor proteico en época seca. Esto sugeriría que sí podría implementarse el destete precoz a partir de los cinco meses de edad, siempre que haya una adecuada suplementación de los terneros y dependiendo de las condiciones de pastoreo.