1. Introducción
El teletrabajo ha emergido como una práctica laboral de relevancia creciente en el contexto actual, aportando cambios significativos en las operaciones de las personas que desempeñan sus roles a través de medios digitales. Durante la pandemia provocada por el coronavirus se implementó de manera inmediata e inesperada siendo la herramienta principal para enfrentar la emergencia sanitaria (Ramírez, Tapia, Vega y Villagómez, 2021). Algunos Estados como Ecuador, Perú, Argentina, Chile, Paraguay y Bolivia, reformaron su legislación y establecieron acciones ejecutivas para adaptarla a la emergencia sanitaria, mientras que otros comenzaron la aplicación de esta forma de empleo sin ningún tipo de preparación o capacitación para sus trabajadores y sin contar con la legislación que regulara las directrices para su ejecución como fue el caso de Venezuela y Uruguay.
En Ecuador se regula por primera vez el teletrabajo para el sector privado mediante acuerdo ministerial y lo define como: "Una forma de prestación de servicios de carácter no presencial en jornadas ordinarias y especiales de trabajo a través de las cuales el trabajador/a realiza sus actividades fuera de las instituciones del empleador" (Ecuador - Ministerio del Trabajo 2016-190), ajustado a la naturaleza propia de dichas actividades y con el uso exclusivo de las tecnologías, tanto para la ejecución de las tareas como para el proceso de supervisión. Y en el año 2018 mediante Acuerdo Ministerial No. MDT-2018-002A, se estableció el teletrabajo para el sector público. Posteriormente, con ocasión a la pandemia en el año 2020 se expide el Acuerdo Ministerial para el teletrabajo emergente MDT-2020-076 señalando que, es responsabilidad del empleador crear directrices claras, supervisar y vigilar las tareas realizadas por el empleado que trabaje desde casa durante la situación de emergencia; y finalmente se eleva con rango legal esta figura jurídica y se incorpora en un artículo innumerado en el Código del Trabajo (Ecuador-Asamblea Nacional y la Lay Orgánica de Apoyo Humanitario, 2020).
Otros países como Perú, regula el teletrabajo en la Ley Nro. 30.036 desde el año 2013, señalando que esta figura se caracteriza por "el desempeño subordinado de labores sin la presencia física del trabajador, denominado "teletrabajador", en la empresa con la que mantiene vínculo laboral, a través de medios informáticos, de telecomunicaciones y análogos" (Perú, Congreso de la República, Artículo 2). Haciendo énfasis al igual que la legislación ecuatoriana, que estas herramientas digitales también son implementadas para la supervisión y control de las labores. De igual manera, con ocasión a la crisis sanitaria el Ministerio del Trabajo y Promoción de Empleó aprobó la "Guía para la Prevención del coronavirus en el ámbito laboral" mediante resolución 055-20-TH, indicando los lineamientos para la aplicación del teletrabajo durante la pandemia (Perú, Ministerio del Trabajo y Promoción de Empleo, 2020). Por su parte, en Colombia se encuentra previsto en la Ley 1221, la cual define el teletrabajo en los siguientes términos:
Es una forma de organización laboral, que consiste en el desempeño de actividades remuneradas o prestación de servicios a terceros utilizando como soporte las tecnologías de la información y la comunicación - TIC para el contacto entre el trabajador y la empresa, sin requerirse la presencia física del trabajador en un sitio específico de trabajo (Congreso de Colombia, 2008, Artículo 2).
En Brasil es en el año 2017 cuando se regula el teletrabajo mediante Ley No.13.467, la cual dispone que: "Se considera teletrabajo la prestación de servicios preponderantemente fuera de las dependencias del empleador, con la utilización de tecnologías de información y de comunicación que, por su naturaleza, no se constituyan como trabajo externo" (Brasil, Presidencia de la República, 2017, Artículo 75-B). En otros Estados la causa de incorporación del teletrabajo en la legislación interna fue la emergencia sanitaria covid-19. Es así que, en Chile se modifica el Código del Trabajo mediante la Ley 21.220 para agregar el Capítulo IX que dispone "Del trabajo a Distancia y Teletrabajo" señalando que, "Se denominará teletrabajo si los servicios son prestados mediante la utilización de medios tecnológicos, informáticos o de telecomunicaciones o si tales servicios deben reportarse mediante estos medios" (Chile, Congreso Nacional, 2020, Artículo 152 quáter G).
Por su parte, en Argentina el Senado y la Cámara de Diputados presentan un Proyecto de Ley para la regulación del teletrabajo, sancionada por el Congreso de la Nación el 30 de Julio de 2020, Ley 27.555 y aprobada su Reglamentación "Régimen Legal del Contrato de Teletrabajo" el 20 de enero de 2021, señalando que se considera la existencia del contrato de teletrabajo cuando los actos, obras o servicios, sean realizados de forma total o parcial en el domicilio de la persona trabajadora o en otro lugar, diferente al establecimiento de la empresa, con el uso de las tecnologías (Argentina, Senado y la Cámara de Diputados, 2020, Capítulo VI- Artículo 102).
En Bolivia y Venezuela es mediante Decreto Presidencial que se regula esta forma de prestación de servicios durante la pandemia covid-I9, para realizar de manera no presencial las actividades, debido a las restricciones de movilidad y medidas de aislamiento social. En el caso de Bolivia el Decreto Nro. 4.II8 establece toda la normativa para la implementación del teletrabajo (Bolivia, Presidencia de la República, 2020). En Venezuela el presidente de la República declaró el estado de alarma, suspendiendo las actividades académicas presenciales y señalando que era posible suspender las actividades en determinadas zonas del país, incluso en el ámbito laboral cuando su ejecución no fuera posible desde el domicilio del trabajador (Venezuela, Presidencia de la República, 2020)
De modo pues, esta modalidad, potenciada por los avances tecnológicos y la globalización, ha trascendido fronteras y sectores, alcanzando también el ámbito educativo. La realidad en la que se situó la crisis sanitaria llevó a la sociedad hacia un nuevo modelo educativo que para algunos se produjo de manera súbita, representando un desafío significativo para profesores, alumnos y autoridades (Cóndor, 2020). En el contexto universitario, la integración del teletrabajo se ha visto acelerada, especialmente en el marco de la educación virtual, experimentado un crecimiento exponencial, facilitando el acceso a la educación superior y ofreciendo nuevas oportunidades de formación a una audiencia diversa y dispersa geográficamente.
Dada esta coyuntura específica, los docentes se han enfrentado a un desafío considerable. La pandemia forzó a las universidades en la aplicación de la virtualidad, con retos para estudiantes y docentes debido a la falta de habilidades tecnológicas, el impacto emocional de las clases virtuales y la necesidad de estrategias eficaces para la enseñanza-aprendizaje (Sánchez, Sánchez, Palomino y Verges, 2021).
Por ende, los profesores universitarios optaron por desarrollar nuevas estrategias de enseñanza, fundamentadas en recursos virtuales y otros medios más accesibles tanto para ellos como para sus alumnos (López-Alegría y Fraile, 2023). En tal virtud, es forzoso reconocer que muchos educadores se encontraron repentinamente en una situación que exigió replantear completamente sus métodos de enseñanza, debido a la necesidad de trasladar el aprendizaje al entorno virtual. Esta transición requirió habilidades técnicas para utilizar herramientas digitales, y además una reevaluación profunda de las estrategias pedagógicas empleadas previamente. Este hecho impulsó una reflexión más profunda sobre la integración de las herramientas digitales en la educación y la necesidad de capacitar a los educadores para afrontar situaciones similares en el futuro.
La crisis sanitaria dejó evidenciado las deficiencias y disparidades tanto en la accesibilidad a los medios digitales como en la capacitación de docentes y estudiantes para adaptarse a la enseñanza remota (Alcántara, 2020). En cuanto a los docentes, las carencias pueden minorarse o ser controladas a través de las directrices y estrategias que permitan orientar su buen desempeño en las actividades académicas implementadas en teletrabajo.
En este estudio, se explora el enfoque del teletrabajo desde la perspectiva de la educación universitaria. La investigación se desarrolla dando cumplimiento al objetivo del proyecto "Directrices para el teletrabajo del personal docente de la Universidad Católica de Cuenca frente al covid-I9", seguido por la carrera de Derecho del campus universitario La Troncal, el cual se propuso analizar las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas del teletrabajo en el contexto de la educación universitaria. De modo pues, se describe desde la literatura científica, el rol del docente universitario, así como los riesgos a los que éste se expone en el contexto de la educación virtual. Por otra parte, se aplicó la metodología FODA, para identificar la situación actual de los docentes, que implementaron teletrabajo durante el tiempo de la emergencia sanitaria con el objetivo de analizar las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas de esta figura jurídica. Y finalmente, luego de analizado los datos y contratados con otros estudios se presentan las estrategias para fortalecer la implementación del teletrabajo en la Educación Superior.
2. Marco teórico
La educación virtual en el contexto universitario ha presentado un importante avance durante los últimos años, impulsada por la necesidad de flexibilidad y accesibilidad en el aprendizaje (Ramírez, Quinde, Alarcón y Vega, 2022). El teletrabajo, por su parte, ha ganado terreno como una modalidad laboral que permite a los profesionales trabajar desde cualquier lugar con conexión a internet, lo que ha facilitado su implementación en el entorno virtual del proceso de enseñanza-aprendizaje. Por lo tanto, la convergencia de estas dos tendencias ha dado lugar al teletrabajo en la educación virtual, un fenómeno que exterioriza oportunidades y desafíos.
El teletrabajo como una nueva tendencia económica mundial, es una modalidad que nace fruto de la tecnología y la sociedad de la información, y al liberalizar los preceptos que ataban al trabajador a un tiempo y lugar, transforma la forma en la que se vive y trabaja (Castells, 2004). Terminando con las jornadas presenciales de trabajo en determinadas actividades laborales, ya que, con esta forma de prestación de servicios se pueden desarrollar las labores fuera del establecimiento de trabajo.
Si lleva este concepto al ámbito educativo se observa que esta forma de trabajo y por ende de educación, permite llegar a todas partes y mejorar la calidad de la misma, pero para ello se requiere un profundo esfuerzo de planificación, implementación y evaluación. Además de las competencias, habilidades y nuevos métodos de enseñanza con el uso de herramientas tecnológicas.
Completando estas ideas Cabero-Almenara y Palacios-Rodríguez (2021), pone énfasis en que la educación virtual debe ser flexible para que la interacción y colaboración sea constante entre docente y estudiantes. Por lo tanto, esto nos lleva a pensar en horarios para presentar tareas y, participación mediante foros en entornos virtuales, todo ello a fin de salvar dificultades como la ubicación del estudiante o la situación personal, toda vez que el aprendizaje telemático debe combinar con elementos de la educación tradicional. Lo expresado conlleva a la idea de personalización de la educación y adaptación curricular; pues un real proceso educativo requiere de principios fundamentales como son la adaptación, en especial para discapacitados y la personalización realizada mediante tutorías de refuerzo académico ante las dificultades de aprendizaje.
Otro tema importante que preocupa a los directivos universitarios, es como ejercer la facultad de control y dirección, por cuanto, en un entorno virtual el docente tiene mayor autonomía, pues combina y administra la ejecución de sus actividades con las exigencias domésticas; siendo necesario tomar medidas y protocolos para respetar la intimidad personal, la inviolabilidad de su domicilio, y la de su correspondencia (Muy, 2021). Es necesario entender que el teletrabajo del docente y la educación virtual representan únicamente, un cambio de primer orden, esto es de los que mejoran la eficacia y efectividad sin que se modifiquen las características fundamentales de la Institución (Torres y Serrano, 2007). Así pues, los cambios de segundo orden traen nuevos objetivos y estructuras, en estos casos estaríamos ante un cambio de malla curricular la cual respondería a nuevos problemas de la carrera, así como a un diferente perfil de egreso.
Es así que, sin dudas, la presencia del teletrabajo en el ámbito educativo, vino acompañado de nuevas herramientas y a su vez de nuevos retos. El docente debió capacitarse en el uso de tecnologías educativas, mejorando además sus habilidades de comunicación digital entre las cuales destaca el uso de aulas virtuales o video conferencias (Acevedo-Duque, Arguello, Pineda y Urcios, 2020). Las nuevas facilidades que otorgan las opciones didáctico-pedagógicas para su óptimo uso requieren de un ambiente virtual inclusivo que despierte la adecuada motivación e interacción.
Es fundamental inclusive, el apoyo de soportes y acceso a todos los usuarios. En este sentido, se debe optar por plataformas virtuales de mayor sencillez y accesibilidad (Crisol-Moya, Herrera-Nieves y Montes-Soldado, 2020). Este esfuerzo del docente permitió a su vez que los educandos desarrollen nuevas capacidades, de las cuales para Torres, Badillo, Valentín y Ramírez (2014) se destacan: a) Un mejor desempeño en la vida social en diferentes ámbitos, b) Una tolerancia a la diversidad, preparándolo para una mejor integración en desarrollo de la solidaridad, c) Desarrollo de valores y mejor actitud en el progreso del saber, saber hacer y el saber ser, d) Mejor preparación para los nuevos procesos de producción y organización laboral, en el desempeño de su profesión.
Lo óptimo en este aspecto es que el estudiante abandone el papel de ser el receptor de conocimientos brindados por el maestro y pase a desarrollar la comprensión de los temas, asumiendo un rol de autodidacta, despertando su curiosidad y su ánimo de profundizar en los contenidos, más allá del horario académico, las tareas y calificaciones (Nieto, 2021). Ahora bien, no todo es voluntad y logros, es necesario el esfuerzo institucional en invertir en este cambio, ya que el éxito radica en contar con el acceso a una plataforma de video conferencias, y además, apoyo tecnológico, material institucional tales como: acceso a bases de datos científicas, capacitación en TICS, e implementar una nueva forma de evaluación, en base a estándares de calidad (Briceño, 2020) y todo ello solo se logra con inversión de recursos económicos por parte de las universidades.
De modo pues, para medir la efectividad del teletrabajo en el proceso de enseñanza - aprendizaje son necesarios todos los factores ya mencionados. No obstante, es importante conocer además de la percepción del docente y la Institución, el resultado de los objetivos curriculares frente a los estudiantes, y su aceptación al nuevo modelo (Ramírez et al., 2021).
2.1. Rol del docente universitario
La creciente demanda en la educación virtual ha transformado el rol del docente universitario; tal como se ha mencionado se convierte en un guía que acompaña al estudiante en su proceso de formación a través de plataformas digitales. El teletrabajo, por su parte, ha modificado la forma en que los docentes universitarios desarrollan sus tareas, exigiéndoles nuevas habilidades y competencias para la gestión del tiempo, la organización del trabajo y la comunicación virtual. Así pues, es necesario que los docentes universitarios apliquen estrategias para adaptarse a este sistema y al teletrabajo, buscando ofrecer calidad en la educación superior.
Por tal motivo, bajo el escenario de la virtualidad el docente teletrabajador según Zambrano (2010), debe asumir un rol de facilitador de técnicas de aprendizaje autónomo y consejero del estudiante a fin de orientarlo adecuadamente o guiarlo con pertinente material de apoyo, socializando de mejor manera sus conocimientos y experiencia, en busca de incrementar sus cualidades creativas y el uso de nuevas herramientas.
Al respecto,Villafuerte, Pantaleón y Bermello (2020) completan otros valores y actitudes del docente como son: el debido apoyo en la gestión de sentimientos y emisiones del estudiante, el fomentar la resiliencia, mostrar empatía hacia las dificultades de los estudiantes. Acevedo-Duque et al., (2020) también fijan su atención a situaciones emocionales del alumnado, el debido cuidado a lo afectivo, así como a la comunicación intercultural, la constante evaluación de conductas y la interacción. Por su parte, Jara-Vaca, Chávez-Guevara, Villa-Escudero y Novillo-Novillo (2021) conciben que el rol del docente gira entorno a la forma de trasmisión de conocimientos, un papel más humanista y su mejor predisposición a diseñar medidas pedagógicas innovadoras y creativas, además de nuevas habilidades en el uso de dispositivos y aplicaciones tecnológicas. Requiere convertir contenidos materiales presenciales a digitales, adaptarse a una nueva plataforma de trabajo y alcanzar un manejo adecuado de las nuevas herramientas de comunicación.
Valga decir que, el rol descrito por parte del docente trae una contraparte necesaria en el estudiante, quien es el principal sujeto en el proceso de aprendizaje y sin cuya participación nada tendría efecto. Por ello, este también debe ser activo y mostrarse altamente auto disciplinado, sobre todo en su asistencia y atención a clases, pues solo con ello podrá analizar los temas, reflexionar sobre lo aprendido y participar con sus congéneres en un aprendizaje colaborativo (Rodríguez, 2020). De modo pues, en el rol asumido por los docentes que emigraron de la educación tradicional a la modalidad en línea, fue necesario la implementación de nuevos métodos y herramientas de enseñanza, que permiten la interacción entre docentes y estudiantes, así como el intercambio de material bibliográficos para lectura, videos, asignación de tareas, participación en foros, evaluaciones en línea, entre otros.
Tal como lo señalan Chong-Baque y Marcillo-García (2020) "estas plataformas virtuales propician las herramientas tecnológicas para el desarrollo del enfoque pedagógico seleccionado; entre las más cotizadas por su funcionalidad actualmente están: Moodle, Teams, Chamilo, Edmodo, Evolcampus, Canvas LMS, E-doceo y muchos otros sistemas de gestiones de aprendizaje" (p.64).
Todo lo cual llevó a la imperiosa necesidad de capacitaciones para la generación de competencias en el uso de las tecnologías del docente universitario.
2.2. Riesgos para el docente universitario
Los docentes universitarios que imparten educación virtual en teletrabajo se enfrentan a una serie de riesgos, entre los que se encuentran el aislamiento social, la fatiga ocular, el estrés y la falta de ergonomía.
El alto número de horas que los docentes pasaron a tener con el teletrabajo, en relación con las pantallas de sus computadores repercute en riesgos asociados con la visión, y con dolencias óseas y musculares debido a una inadecuada ergonomía. Sin embargo, de ello derivan nuevos problemas en esta modalidad de estudio, unos de los más preocupantes son los efectos en la calidad de vida del docente cuando no se respeta su derecho a la desconexión, en caso de tener un directivo hostigador, éste puede caer fácilmente en cuadros de estrés, ansiedad o depresión (Sierra, 2011).
De todas las antes nombradas, la de mayor afectación la provoca la depresión, pues un teletrabajador, siempre extrañará el contacto emocional con sus compañeros docentes, esos espacios de ocio, broma y de apoyo mutuo, lo cual sumado al hecho de la disminución del contacto personal con los estudiantes, crea condiciones adecuadas para que se desencadenen cuadros de depresión. La no delimitación de la jornada de trabajo permanentemente conlleva a jornadas prolongadas, que no cumplen con tiempos adecuados para disfrutar del descanso, así como para la recreación y socialización con el entorno, la disminución de estos factores puede generar pérdida del sentido de identidad del teletrabajador hacia el grupo de trabajo (Tomasina y Pisani, 2022).
Por ello, autores como Mascarenhas (2024) se han preocupado del desapego psicológico del docente universitario, como una suerte de defensa y espacio para recuperarse emocionalmente de las violaciones a los límites que deben existir entre el trabajo y la familia. Esto es sufrido sobre todo por el género femenino, que llevan mayor carga en el cuidado del hogar, por lo que se recomienda una mejor gestión del tiempo en sus responsabilidades personales y familiares, establecer prioridades y evitar procrastinación, establecer límites con los estudiantes, colegas y superiores en cuanto a sus horarios de disponibilidad.
A tales efectos, para mitigar los riesgos de los docentes universitarios que laboran en la educación virtual mediante teletrabajo, se deben tomar medidas y estrategias que les permitan mantenerse conectados socialmente, tomar descansos regulares, gestionar el estrés y asegurarse que su espacio de trabajo sea ergonómico. De modo que, es fundamental que los docentes en este contexto busquen apoyo psicológico y establezcan límites durante la jornada laboral.
3. Metodología
3.1. Tipo de Investigación
La metodología desarrollada partió de un diseño no experimental y de investigación proyectiva, con el objeto de buscar solución a los problemas prácticos que iniciaron bajo el contexto de la emergencia de salud en el 2020. Este enfoque implica la creación de una propuesta, que sirva como respuesta a una problemática o requerimiento práctico, ya sea de una comunidad, una institución o una región geográfica, en un campo específico del saber, basándose en un análisis detallado de las necesidades actuales (Hurtado, 1998).
El alcance del estudio fue descriptivo y corte transversal, bajo el paradigma cualitativo. En este se desarrolló un análisis interpretativo descriptivo de las fuentes escritas relacionadas con las fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades del teletrabajo y su impacto en la educación virtual universitaria. La búsqueda se efectúo con la utilización de las bases de datos científicas, como SCOPUS, Redalyc, Dialnet, Scielo, DOAJ, JSTOR, SAGE, utilizando como descriptores: teletrabajo, covid-19, educación en línea, y trabajo a distancia a fin de conformar bases teóricas solidas sobre el problema investigado. Esta búsqueda inició con una primera ejecución del proyecto de investigación durante el último trimestre del año 2020 y el año 2021.
Para la ejecución final, consolidación de las fundamentaciones teóricas y difusión de los resultados se llevó a cabo la actualización de la literatura científica durante el segundo semestre del año 2022, y el año 2023, utilizando los filtros pertinentes, se revisaron y analizaron un total de 40 artículos relacionados de manera directa con el problema de investigación, a saber: dos artículos publicados en el año 2007, un artículo del año 20I0, un artículo del año 2012, un artículo del año 2014, dos artículos publicados en el año 2017, dos artículos del año 20I8, dos artículos del año 20I9, dieciocho artículos publicados en el año 2020, ocho artículos publicados en el 2021, dos artículos del año 2023 y un artículo del año 2024 que se agregó a la búsqueda.
3.2. Participantes y técnicas para la recolección de la información
Esta investigación permitió describir desde la realidad el objeto de estudio, mediante la realización de dos talleres, que se realizaron finalizando el segundo semestre del año 2022, contando con la participación de 32 docentes de la Universidad Católica de Cuenca, Extensión La Troncal. Se aplicó la técnica de grupos focales, la población estuvo constituida por todos los docentes universitarios de tiempo completo y medio tiempo y, la muestra fue seleccionada a conveniencia. Los docentes que voluntariamente decidieron participar, una vez que se les comunicó el objetivo de la investigación se constituyeron 4 grupos de 8 docentes cada uno. En general, los grupos estuvieron conformados por I8 hombre y 14 mujeres, en el factor etario la muestra de participantes estuvo comprendida en edades entre los 30 y 60 años, quienes se desempeñan en las siguientes unidades académicas: Ciencias Sociales, Informáticas, Ciencias de la Comunicación, e Innovación Tecnológica, Salud y Bienestar, Ciencias Agropecuarias y la Unidad de Administración.
El tema central abordado en el grupo focal fue las fortalezas, debilidades amenazas, y oportunidades del teletrabajo frente a la educación virtual con la finalidad de recopilar datos sobre las percepciones y experiencia de los participantes. El análisis FODA tiene como objetivo la evaluación de factores débiles y fuertes (internos), y condiciones externas (amenazas y oportunidades) de la organización que de manera integral permiten realizar un diagnóstico y conocer su situación actual (Ponce, 2007; Lara, 2023).
Para la recolección de los datos se plantearon preguntas abiertas como guía de discusión a fin estimular la conversación y explorar el tema en profundidad con los participantes, las cuales se describen en la Tabla 1.
4. Resultados y Discusión
En el estudio se aplicó la metodología FODA, como herramienta de análisis estratégico para identificar la situación actual de los docentes universitarios, que se desempeñaron mediante teletrabajo durante el tiempo de la emergencia sanitaria en la Universidad Católica de Cuenca, Extensión La Troncal; con el objetivo de analizar las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas de esta figura jurídica. De igual manera, se centró en comprender el impacto del teletrabajo en la educación universitaria, explorando tanto las ventajas como los desafíos que presenta este modelo de trabajo para los docentes, abordando aspectos como la flexibilidad laboral, la productividad, la innovación educativa, la inclusión, adaptación y los desafíos de la digitalización. Se implementó una guía de preguntas para generar la discusión en los grupos focales. Los resultados de este análisis se sintetizan y describen en la Tabla 2.
Otras fortalezas del teletrabajo dentro de los factores internos es la innovación en la enseñanza. Para el 94% de los catedráticos, el teletrabajo permite el impulso de nuevas habilidades y capacidades con el uso de los medios tecnológicos, mejorando las estrategias de enseñanza del docente y creando oportunidades para el desarrollo profesional. Frente a esto el 6% de los docentes ven como una debilidad la exigencia del manejo de medios digitales para la ejecución de sus actividades en el proceso de enseñanza aprendizaje, ya que existe resistencia al cambio en los métodos tradicionales por parte de algunos profesionales, en estos casos se ven afectados aquellos con edades de más de 50 años.
Dentro de los factores externos, al analizar la matriz FODA el 94% de los docentes expresa que, en el contexto laboral el teletrabajo es una oportunidad para el crecimiento de la demanda de educación en línea. En efecto, posterior a la pandemia del coronavirus los centros de educación superior emprendieron nuevas carreras universitarias en línea, debido a la demanda de estudiantes que accedieron a esta forma de estudios. De igual manera, manifiestan los docentes que el teletrabajo posibilidad el acceder a nuevas oportunidades laborales. Y el 6% ven como una amenaza la posible precarización laboral y pérdida de derechos, como el derecho al descanso, derecho a la desconexión, derecho a determinados beneficios, como el pago de horas suplementarias y extraordinarias por exceso de trabajo.
En los aspectos sociales y el desarrollo tecnológicos el 78% de los docentes ven como oportunidad la flexibilidad para conciliar la vida laboral y personal, considerando de suma importancia establecer medidas y estrategias para no pasar de los límites. También consideran una oportunidad de desarrollar las actividades en teletrabajo el acceso a herramientas digitales innovadoras para la enseñanza- aprendizaje y la posibilidad de formación continua en tecnologías educativas. Por otro lado, el 22% considera que constituye una amenaza el aislamiento social y falta de interacción presencial entre docentes, estudiantes y otros colegas.Así como también, la necesidad de capacitación constante en nuevas tecnologías para mantener el nivel de exigencia de la educación virtual, y los distractores digitales que pueden afectar la concentración de los estudiantes.
Frente a los resultados obtenidos del estudio es necesario tomar como estrategia los aspectos que se describen en la Tabla 3.
Ante la realidad que llevó a la implementación necesaria del teletrabajo en la emergencia sanitaria, la transición repentina ha exigido tanto a educadores como a estudiantes una rápida adaptación en sus métodos de comunicación, colaboración y aprendizaje (Merchán, Mero y Mero, 2021). Esta situación ha hecho indispensable el desarrollo de nuevas competencias, tanto técnicas como pedagógicas, que permitan implementar estrategias educativas diversas en el entorno virtual.
Los efectos de la pandemia agudizaron la discusión sobre las desventajas y ventajas del teletrabajo, más aún en el sector educativo de nivel superior donde se constituyó como una herramienta necesaria para impartir la educación a distancia. Esta forma de trabajo plantea algunos retos, como es la adaptación de los protocolos de horarios, condiciones del lugar del trabajo, y principalmente el uso de los medios tecnológicos dentro del proceso de enseñanza aprendizaje, lo cual requiere una regulación bien estructurada (Brindusa, Cozzolino y Aitor, 2020). Es fundamental reconocer los beneficios, así como los nuevos riesgos emergentes, ya que estos contribuyen a impulsar los cambios (González-Menéndez, López-González, González, García y Álvarez, 2019).
Las desventajas del teletrabajo son la tendencia a trabajar jornadas más largas, que el trabajo invada el espacio de la vida personal y la intensificación de la jornada (Organización Internacional del Trabajo, 2020). No obstante, para los docentes frente a la flexibilidad de esta forma de trabajo, es una oportunidad para conciliar la vida laboral y personal, tomando en cuenta las medidas y estrategias para no pasar los límites. Es necesario para ello, promover una cultura organizacional que respete los horarios de trabajo y fomente el equilibrio entre las responsabilidades profesionales y personales. Esto puede lograrse mediante el empleo de políticas y programas de concientización sobre la importancia de la desconexión digital.
Para Tapasco-Alzate y Giraldo-García (2020) la resistencia en la implementación del teletrabajo no sólo se da por los obstáculos para la aceptación de este modelo, no se limitan solo a la falta de recursos tecnológicos o financieros, sino que también provienen de la esfera administrativa. Factores como la resistencia de los directivos a modificar las prácticas establecidas y la aversión a lo desconocido representan importantes desafíos. Para desarrollar el teletrabajo se requiere una nueva cultura organizacional que debe ser trasmitida al empleado y ello se logra con las debidas orientaciones a través de las directrices institucionales para las buenas prácticas de este sistema.
Al respecto, Peralta, Bilous, Flores y Bombon et al., (2020) acentúan que el impacto del teletrabajo puede ser negativo o positivo, según las diversas circunstancias. Un factor importante es que la organización de cumplimiento a los requisitos necesarios para su implementación, especialmente contar con tecnología adecuada para realizar las actividades. Lo cual es esencial para el desempeño del docente, no sólo la disposición tecnológica sino la orientación para su buen uso.
Esta nueva modalidad de trabajo involucra condiciones laborales, seguridad social, la seguridad de la información, y la implementación de tecnologías (Buitrago, 2020). Aspectos que deben ser abordados y socializados a los docentes que implementen el teletrabajo.
Entre los problemas de salud que presentan los teletrabajadores se han identificado los trastornos psicopáticos fruto de trabajar en cualquier momento y en cualquier lugar, y al hecho de justificar sus labores bajo resultados, generado jornadas de trabajo ilimitadas, circunstancia que ha desembocado en sentimientos de aislamiento hacia la familia y compañeros de trabajo (González et al., 2019).
En este sentido, para obtener resultados efectivos, en las actividades académicas bajo el teletrabajo es necesario elaborar las directrices que permitan orientar desde el ámbito laboral, tecnológico y social el desarrollo adecuado de sus actividades, de acuerdo a las normas jurídicas vigentes que contribuyan al logro de los objetivos trazados, favoreciendo al docente, la institución y los estudiantes.
5. Conclusiones
El estudio sobre el enfoque del teletrabajo en la educación virtual universitaria ha revelado los beneficios y la complejidad de esta modalidad laboral en el ámbito académico. Si bien el teletrabajo ofrece ventajas como la flexibilidad horaria, la autonomía y la posibilidad de ampliar la oferta educativa, también presenta desafíos que requieren atención. La investigación, aunque presentó limitaciones para obtener la participación de todos los docentes de la Universidad Católica de Cuenca, ha evidenciado la necesidad de una adecuada gestión del tiempo y la delimitación de la jornada laboral para evitar el exceso de trabajo y la dificultad para desconectarse. Además, se destacó la falta de adaptación a los nuevos cambios de parte de determinados docentes, generalmente vinculados con la edad y la antigüedad en la Institución universitaria, lo que resalta la importancia de la capacitación y el acompañamiento en la adaptación a las nuevas tecnologías y metodologías de enseñanza. En el contexto externo, es importante evaluar el crecimiento de la demanda de educación en línea, así como también, las amenazas que se presentan con la prolongación de las jornadas de trabajo como la precarización laboral.
De modo pues, para garantizar el éxito del teletrabajo en la educación virtual universitaria, es fundamental implementar estrategias integrales que aborden las debilidades y amenazas identificadas en el estudio y que se enfoquen en tres aspectos fundamentales: el desarrollo de competencias, el bienestar laboral y la innovación tecnológica.
Además, la promoción de la interacción social es necesaria para mitigar el aislamiento y la falta de contacto presencial que puede experimentar el personal docente en el teletrabajo. Estas interacciones no solo fortalecen los vínculos sociales, sino que también fomentan el intercambio de conocimientos y experiencias entre los docentes.
Por último, el acceso a herramientas digitales innovadoras se requiere para enriquecer la experiencia de enseñanza-aprendizaje en entornos virtuales. Esto implica la inversión en plataformas educativas de vanguardia, y recursos digitales interactivos que permitan a los docentes explorar nuevas metodologías para una educación de calidad.