Introducción
La eco-innovación es un término que ha tomado fuerza durante los últimos años, trayendo consigo una serie de investigaciones que la definen desde diferentes perspectivas, llegando a considerarse un elemento que coadyuva a la sustentabilidad; no obstante, su concepción todavía es imprecisa debido a su configuración multidisciplinaria.
Dentro de la literatura, la eco-innovación adquiere diversas definiciones; inicialmente se concibió como el desarrollo de nuevos productos con baja o nula contaminación, lo que le otorgó un valor comercial importante para el cliente (Fussler & James, 1996; Rennings, 2000; Chung et al., 2019); no obstante, en las últimas dos décadas, se aprecia una visión alternativa que va mucho más allá de nuevos productos o servicios ecológicos, considerándola una importante herramienta que contribuye a la sustentabilidad ambiental de los destinos turísticos (Rennings & Zwick, 2003; Oltra & Saint, 2009; Bramwell & Lane, 2012; Kesidou & Demirel, 2012; Asmelash y Kumar, 2019; Gebreegziabher et al., 2019).
Se denota que la eco-innovación mantiene un carácter multidimensional; es decir, que no solamente contempla los aspectos relacionados con las actividades industriales, sino que también toma en cuenta actores sociales, permitiendo que se formen redes de cooperación para generar nuevas relaciones entre los sectores público, privado y social (Martínez et al., 2015). Igualmente, Miret et al. (2011) y Mossalanejad (2011) señalan que los procesos de eco-innovación incrementan el valor para los clientes y la propia empresa bajo una disminución representativa de su impacto sobre la naturaleza; y especifica que, al no haber una definición puntual, ni establecidos sus alcances de significado, debería pasar por una reconfiguración.
En ese sentido, la eco-innovación está en la búsqueda de equilibrar el desarrollo de las empresas y su propia productividad bajo una visión orientada a salvaguardar los recursos naturales, donde la finalidad principal es utilizarlos de una manera más eficaz y eficiente para su preservación (Klewitz & Hansen, 2014; Martínez-Pérez et al., 2015).
Por otra parte, la eco-innovación también está estrechamente relacionada con el crecimiento económico y social, mediante la creación de nuevos modelos de negocio que influyen positivamente en los objetivos empresariales con sus involucrados, y la incorporación de procedimientos a favor de la competitividad, como un punto diferenciador que provoca la atención de diversos actores al ofertar nuevos y mejorados productos que impactan en la rentabilidad. Empero, la mirada de la eco-innovación en su camino hacia la competitividad debe considerar la capacidad de abrir nuevos mercados con una genuina preocupación por la naturaleza, o si es el caso, su creciente necesidad de sobresalir en el mercado, haciéndola capaz de generar ganancias a partir de la implementación de procesos de innovación en pro de beneficiar el ambiente (Klewitz & Hansen, 2014; Nella & Christou, 2014; Almeida et al., 2016; Chatzigeorgiou & Christou, 2016; García et al., 2016; Sampedro-Palacios & Pérez-Villar 2019; Fotiadis et al., 2019; Sharma, 2020).
En contraste con lo anterior, se denota la importancia de generar un vínculo entre los actores sociales y las empresas, con la finalidad de desarrollar nuevas ideas, comportamientos, productos y procesos que logren relacionar objetivos de sustentabilidad altamente efectivos beneficiando a ambas partes; logrando un proceso productivo que a lo largo de su ciclo de vida consiga reducir el riesgo ambiental, la contaminación y otros impactos negativos por el uso de recursos naturales; todo ello impulsado por los problemas sociales y ambientales en su conjunto (Rennings, 2000; Nill, & Kemp, 2009; Coles et al., 2013; Coles et al., 2017; Mayangsari et al., 2018; Adams et al. 2016; Buijtendijk et al., 2018; Warren et al. 2018; & Sotiriadis et al., 2019). El significado de la eco-innovación sugiere entonces, que se conciba bajo un proceso en donde se involucren cuestiones ecológicas, económicas y tecnológicas, en busca de un equilibrio entre el desarrollo comercial, la productividad, la conservación y utilización eficiente de los recursos naturales (García et al., 2016; Bell & Ruhanen, 2016).
Por otro lado, Harris y Alburi (2009), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) (2009), Phills et al. (2008), y Phillips et al. (2015), ponen énfasis en los procesos y resultados dirigidos a satisfacer la demanda social dentro de los grupos más vulnerables, los cuales muchas veces no son contemplados por las instituciones públicas o el mercado. La interconexión de lo económico y lo social dentro de un proceso de cambio son las estrategias políticas, estructuras organizativas y procesos del sistema empresarial, en una convivencia armoniosa con el entorno natural (Howaldt y Schwarz, 2010; OCDE, 2010); es decir, que los cambios ecológicos radicales e incrementales orientados a productos, servicios y procesos, tanto en el contexto de servicios como en el de fabricación, aumentarán las oportunidades para mejorar el desempeño ambiental empresarial y social en general (Montabon et al., 2007; Roscoe et al., 2016; Aboelmaged, 2018). En este marco, la eco-innovación puede llegar a tener un impacto en los objetivos de desarrollo sostenible, ya que contribuye a la disminución en el consumo de agua y energía, generando una producción más responsable, disminuyendo los riesgos ambientales y sociales (ONU, 2021).
En materia de turismo, la eco-innovación se aprecia con un gran potencial (Ghisetti et al., 2015), como una respuesta a las necesidades y exigencias de un futuro próximo, reiterando la importancia de esta misma dentro de restaurantes, hoteles y sus diferentes áreas, donde existe una completa transformación hacia temas energéticos, hídricos y de reciclaje entre otros. Es a partir de la recomposición de la gestión que se responde y se subsana de alguna forma la degradación ambiental; tomando como base el uso eficaz y eficiente de nuevas materias primas bajo la visión de un concepto eco-biológico, una reordenación del territorio y una industria orientada hacia el bienestar de la región, con la finalidad de cubrir una urgente necesidad de participación social en los diversos sectores en los que intervienen, mediando las carentes acciones del sector encaminadas al equilibrio ecológico (Rennings, 2003; Hunter & Shaw, 2007; Tarí et al., 2010; Chen & Cheng, 2012; Horbach et al, 2012; García et al., 2016; Chatzígeorgíou & Chrístou., 2016; Aboelmaged, 2018; Al Aomar y Hussaín, 2018; Han et al., 2018; Magadán et al., 2019).
Materiales y Métodos
De acuerdo con Paré y Kitsiou (2017), las revisiones de literatura juegan un papel fundamental al identificar lo que se ha escrito sobre un objeto de estudio, con la finalidad de descubrir patrones y tendencias desde la perspectiva de un autor, para dilucidar brechas de conocimiento, proporcionar bases teóricas para estudios propuestos o para justificar investigaciones que aporten algo nuevo al conocimiento. En este sentido, esta revisión tiene el propósito de proporcionar el estado que guarda la eco-innovación en su relación con el turismo. Para lograrlo, el proceso siguió diversas etapas: de manera previa se contaba con un registro de artículos derivado del buscador Google Scholar los cuales fueron seleccionados para el análisis del objeto de estudio; posteriormente se realizó una búsqueda de documentos en dos bases de datos (Scopusy Dimensions) a través de las palabras clave "ecoinnovation" y "tourism", y sus variantes "environmental innovation", "green innovation", "ecological innovation" y traducciones en español.
La segunda fase, parte del cribado de los documentos bajo criterios de inclusión y exclusión; para la inclusión se consideraron: a) pertinencia temática a través de la revisión de títulos, resúmenes, palabras clave y texto completo; b) representatividad en el campo del conocimiento; y c) periodo de publicación de 2010 a 2020, resaltando los conocimientos de frontera con tendencias o patrones de interpretación. Como criterios de exclusión se descartaron aquellos documentos que no eran artículos, entre ellos prefacios, reseñas, conferencias y cartas al editor; así como documentos duplicados.
La tercera fase consistió en revisar los documentos a texto completo para evaluar la calidad de los estudios quedando un total de 81 documentos, los cuales fueron analizados bajo la intención de dar sentido al conocimiento existente sobre el tema (ver figura 1).
Para el tratamiento de datos se utilizaron los softwares Atlas Ti versión 8.4 y VOSviewer versión 1.6. Con el primero se generan nubes de palabras (Word Cloud) que muestran de manera visual la frecuencia de las palabras presentes en los documentos primarios a partir del resumen, lo que facilita un tipo especial de análisis de contenido (Abarca y Ruíz, 2014). Mientras que con el VOSviewer se logra a través de algoritmos detectar grupos o clústeres presentados en mapas gráficos; como fue el caso del análisis de resúmenes.
La última fase del estudió consistió en elaborar una matriz bibliográfica que muestra las categorías que se desprenden del proceso anterior: a) innovación ambiental, b) ventaja competitiva y c) gestión ambiental.
Resultados
Análisis descriptivo
La tabla 1 muestra que la Unión Europea y Reino Unido son las regiones que más publicaciones realizan en torno a la eco-innovación. En cuanto al enfoque metodológico que siguieron, existe un equilibrio, ya que 36 estudios son de corte cuantitativo y 44 de corte cualitativo, mientras que solo uno trabajó con el método mixto.
Características | Estudios | |
---|---|---|
Región | ||
Unión Europea | 36 | |
Reino Unido | 25 | |
Estados Unidos | 7 | |
América del Sur | 4 | |
Otros | 9 | |
Tipo de estudio | ||
Cuantitativo | 36 | |
Cualitativo | 44 | |
Otro | 1 | |
Total | 81 |
Fuente: elaborada por Hernández y Vargas.
Respecto a los campos de conocimiento, se identificaron cuatro grandes áreas que apropian este objeto de estudio: a) ciencias ambientales, b) economía y finanzas, c) gestión de negocios y contabilidad, y, d) ingeniería (figura 2).
Para las word clouds, el análisis de los 21 artículos publicados en Scopus generaron códigos como gestión ambiental, innovación ambiental y ventaja competitiva; además de temas energéticos y de eficiencia tecnológica. En Dimensions se analizaron 38 artículos, resultando códigos como ventaja competitiva, gestión ambiental, innovación y sustentabilidad. Con relación al buscador Google Scholar el análisis fue sobre 22 artículos con un resultado muy similar: gestión ambiental, innovación ambiental e innovación sustentable, con códigos relacionados con la competitividad, el desempeño y los servicios (gráfico 1).
Por otra parte, el análisis con VOSviewer muestra seis clústeres dentro del análisis de Scopus y cinco dentro de Dimensions, los cuales representan las temáticas con mayor incidencia, dentro de los cuales se reafirma lo hallado en las nubes de palabras (gráfico 2). Se visualiza que la eco-innovación en el turismo está estrechamente relacionada con las regulaciones y la gestión ambiental; las cuestiones tecnológicas tienen un importante vínculo con la eco-innovación, lo que se podría traducir en una ventaja competitiva junto con las certificaciones ambientales.
Estado Actual de los Estudios Sobre Eco-innovación: Líneas de Investigación
Innovación ambiental (IA)
El concepto de innovación ambiental ha sido tratado indistintamente en las investigaciones de turismo, además es la definición más próxima a la eco-innovación, es señalada como innovación verde, innovación ecológica o innovación sustentable, lo que demuestra una concepción que se enfrenta todavía a un proceso de construcción (Carrillo-Hermosilla et al., 2010; Segarra et al., 2014; García-Pozo et al., 2016; Sáez-Martínez et al., 2016; Peng, 2017). Los objetivos que plantea la innovación ambiental conservan los mismos alcances de la innovación, pero integrados a la esfera ecológica; concibiéndose como la creación y mejora de bienes, procesos, sistemas, servicios y procedimientos, a precios competitivos, diseñados para satisfacer las necesidades turísticas (Almeida et al., 2016).
La innovación ambiental se integra en estudios de gestión empresarial turística, representando un desafío; debido entre otros aspectos a la adquisición de tecnologías, desarrollo de competencias y prácticas ambientales (Díaz et al., 2013; Pace & Miles, 2019). También se relaciona con las políticas públicas, por generar una presión que motiva su implementación, formando a los individuos en el manejo de recursos y servicios ambientales, minimizando las prácticas contaminantes, y fomentando el mejoramiento organizacional en un contexto sustentable (Del Río et al., 2010; Hanai, 2011; Gossling, 2016; Hojnik, 2016).
En este marco, las empresas de cierta forma hacen frente a los costos generados por impuestos, subsidios y permisos, derivados de las externalidades ambientales; no obstante, la innovación ambiental también maximiza sus beneficios haciéndolas más verdes y competitivas (Reyes & Sánchez, 2016). Fundamentada en el desempeño ambiental, se diseñan nuevos procesos reduciendo los costos y riesgos ambientales, al mismo tiempo de satisfacer al turista con los servicios que recibe (Avellaneda et al., 2019; Pikkemaat et al., 2019).
Según lo mencionan Velázquez y Vargas (2015), son escasos los estudios que hacen referencia a procesos de innovación ambiental dentro del contexto turístico; aquellos que se encuentran disponibles, aluden a empresas de hospedaje con condiciones estructurales y de gestión para impulsar nuevos esquemas de negocio basados en la eco-innovación; no obstante, las micro y pequeñas empresas están iniciando este camino.
La innovación ambiental genera una retribución directa en cada uno de los actores involucrados en el turismo; su implementación es una alternativa viable para apoyar la sustentabilidad de los destinos, demostrando que cuenta con elementos que a largo plazo aumentan el efecto multiplicador para el desarrollo de las regiones; mejorando la cadena de valor en las organizaciones del sector, aprovechando los recursos que se emplean en la prestación del servicio, y disminuyendo su consumo; de tal forma que se resuelven problemas y necesidades locales (Velázquez et al., 2016; Velázquez & Flores, 2017; Stare & Krizaj, 2018; Avellaneda et al., 2019; Kostic et al., 2019; Pace & Miles, 2019; Pikkemaat et al., 2019). En torno a la demanda, los servicios y productos se han transformado hacia una versión más ecológica; sin embargo, estas eco-innovaciones constantemente son inhibidas por el aumento de los precios; por lo que, Robaina y Madaleno (2018) señalan que la probabilidad de que éstas surjan por el impulso del mercado todavía es menor.
Ventaja competitiva (VC)
La industria del turismo está soportada cada vez más en las nuevas tecnologías, impactando en las acciones ambientales que emprenden las organizaciones (González, Díaz & Saez, 2016; Sotiriadis et al., 2019). El cambiar los patrones de producción y consumo a partir de la implementación de tecnologías y productos que están ligados a la reducción del impacto ambiental, se mejora el desempeño empresarial y se logra una ventaja competitiva para las empresas y el sector turístico (Schiederig et al., 2012; García-Pozo, 2016; Bell & Ruhanen, 2016). Tomando en cuenta que para el ejercicio turístico se emplean grandes cantidades de recursos con una huella ecológica importante, es que el apoyo de las tecnologías en los sistemas de gestión ambiental lograrán disminuir los impactos negativos que se generan al momento de ofrecer un producto o servicio; innovando en procesos y maneras de ofrecerlos atendiendo los criterios de calidad y cuidado ecológico que exige la demanda actual (Cabrita et al., 2014; Parsa et al., 2014; Bell & Ruhanen, 2016; García-Pozo et al., 2016; Reyes & Sánchez, 2016; Segarra-Oña et al., 2018; Sotiriadis et al., 2019; Pace & Miles, 2019; Avellaneda et al., 2020; Wang et al., 2020).
Un hallazgo notable se centra en el consenso de cómo la eco-innovación resulta ser atractiva para el sector empresarial a partir de mecanismos de rentabilidad y competitividad (Horbach et al., 2012; Almeida et al., 2016; Horng et al., 2016). De acuerdo con Klewitz y Hansen, (2014) junto con Bell y Ruhanen, (2016), existe un interés empresarial por adoptar prácticas ambientales debido a que impulsan por sí mismas diversas áreas de la organización, fortaleciendo una estrategia que otorga valor frente el consumidor detonando una mayor rentabilidad (Kostic et al., 2019); y es que la actualización, renovación y creación de nuevos recursos de conocimiento promueven el aprendizaje en la esfera ecológica, influyendo directamente en las competencias empresariales, como la toma de decisiones y solución de problemas (Pace & Miles, 2019).
La eco-innovación también contribuye en las finanzas empresariales de tres maneras (Almeida et al., 2016): generando un impacto directo a través del ahorro de los costos, determinando un impacto indirecto hacia una imagen ecológica, y obteniendo una ventaja competitiva para un posicionamiento en el mercado de manera sostenible. Existen controladores internos que influyen en la decisión de adoptar una gestión ecoinnovadora, entre ellos están los objetivos empresariales, los valores ecológicos inherentes a la organización, pero sobre todo la búsqueda del reconocimiento de las prácticas ambientales por parte del cliente (Oxborrow & Brindley, 2013; Bell & Ruhanen, 2016; Irina & Gabriela, 2018).
A partir de lo anterior, se señala que las decisiones de marketing en torno a la eco-innovación soportan la creación de la ventaja competitiva, ya que se pretende llegar a la demanda de los turistas ecológicos (Azevedo, 2014; Karakaya et al., 2014; Hsiao & Chuang, 2016); lo que no sucede con otros factores como la legislación, ya que resultan ser efectivos sobre el desempeño ambiental de las empresas turísticas, pero no logran impactar por sí mismos en los clientes (Velázquez & Vargas, 2015). Existe una creciente competencia dentro del sector turístico, en donde resulta necesario mantener o mejorar el posicionamiento en el mercado; por lo que la eco-innovación resulta ser una ventaja competitiva por las acciones que marcan la diferenciación en el sector, atrayendo a clientes sensibles a la naturaleza, mejorando la reputación y la calidad del servicio prestado; lo que indica que las capacidades ambientales son fuentes de competitividad (Velázquez & Flores, 2017; Martínez-Martínez et al., 2019; Wu et al., 2019; Wang et al., 2020).
Tal como lo plantea Aboelmaged (2018), la industria turística suele adoptar ecoinnovaciones como parte de una ventaja competitiva en pro de la rentabilidad, el prestigio y reconocimiento en el mercado; no obstante, también existen obstáculos para la eco-innovación en su camino hacia la competitividad, como la falta de financiamiento, la colaboración con otras organizaciones, e inclusive el desinterés por parte de algunos actores, originando con ello, un bajo desempeño ambiental en el sector turístico.
Gestión ambiental (GA)
Los estudios empíricos se han dado a la tarea de demostrar los beneficios empresariales derivados de la implementación de una GA, y cómo esta se encuentra estrechamente relacionada con la rentabilidad y competitividad (García-Pozo et al., 2016). Por consiguiente, la GA se concibe como una herramienta que permite mejorar el desempeño organizacional del sector turístico, beneficiando a la propia empresa, pero, además teniendo un efecto positivo en la comunidad y el propio entorno natural (Del Río et al., 2010; Almeida et al., 2016; Ben & Chen, 2020).
Otro aspecto que se valora son las certificaciones y patentes resultado de la GA, donde se incluyen procesos y sistemas procedentes de la ISO 14001, la disminución de riesgos ambientales, las barreras y limitaciones a las que se enfrentan las empresas turísticas y el ciclo de vida de los productos y servicios (Irina & Gabriela, 2018). Si bien es cierto, la GA ha crecido significativamente en los últimos años dentro del turismo, a consecuencia de presiones gubernamentales, políticas públicas o exigencias de actores externos autorreguladores; de manera que se busca demostrar la participación de las empresas de forma voluntaria a través de sistemas de gestión ambiental, eco-etiquetas y certificaciones (Jayawardena, 2013; Liu et al., 2017; Avellaneda et al., 2019; Kostic et al., 2019; Tang et al., 2019).
La introducción de tecnología que soporta los sistemas de gestión ambiental en el sector turístico está iniciando (Velázquez & Vargas, 2015); con ello se avanza hacia la satisfacción de necesidades de los clientes, fomentando acciones de consumo responsable (Cavalcanti & Pasa, 2012; Sotiriadis et al., 2019). Sin embargo, la integración de la tecnología en la GA depende de decisiones a partir del costo-beneficio, en ocasiones no se logran concretar como estrategia de negocio (Li-Pin et al., 2018); además, las empresas con mayor capacidad económica, fuerza de trabajo, y en general con una más alta categoría, son quienes adoptan la GA más fácilmente (Buijtendijk et al., 2018; Wang et al., 2020).
En conclusión, la GA es uno de los temas más abordados en torno a la eco-innovación en el sector turístico; sin embargo, su estudio aún es limitado, centrando su análisis en los efectos positivos y negativos, capacidades, estrategias o disponibilidad de recursos (Menezes & Cunha, 2016; Aboelmaged, 2018; Wang et al., 2020).
Esta adopción de prácticas ambientales conlleva una amplia concepción de elementos y actores involucrados que de alguna forma atienden a todo un sistema social; la relación de la eco-innovación con la capacitación y educación ambiental para mejorar los procesos, va generando comportamientos proambientales entre los colaboradores, los clientes y la propia comunidad, que no solo contribuyen a mejorar el desempeño ambiental de las empresas, sino también consolidan intervenciones en favor de los objetivos sustentables (Perramon et al., 2014; Bell & Ruhanen, 2016).
Discusión
La eco-innovación en el turismo representa un sinnúmero de posibilidades para solucionar los impactos ambientales de forma significativa; aunque pareciera que el sector empresarial turístico lo concibe generalmente como una ventaja competitiva, buscando su posicionamiento en el mercado a partir de nuevos diseños o cambios en sus procesos de operación de servicios relacionándolos con las estrategias de marketing, lo que ocasiona en cierta forma beneficios de corte económico. Sin embargo, la propia multidimensionalidad del término ofrece la posibilidad de nuevos significados orientados a generar un impacto en los ámbitos sociales, además de los ambientales, donde incluso su valor es sumamente apreciado por colectivos diferentes al empresarial. En ese tenor, surgen discusiones acerca del papel que tiene la eco-innovación en su contribución a la sustentabilidad de los destinos (Velázquez & Vargas, 2016); ya que los estudios sobre el tema muestran evidencia que las innovaciones se generan como respuesta a la disminución de los costos y el aumento de la rentabilidad (García-Pozo et al., 2016; Kostic et al., 2019).
Pocos estudios han sido capaces de recurrir a un análisis de enfoque crítico (Almeida et al., 2016), la mayoría han optado por metodologías de enfoques positivistas e interpretativos. La literatura existente de corte cuantitativo ha encontrado una fuerte relación entre la eco-innovación y el desempeño hotelero, la rentabilidad y la calidad del servicio (Martínez-Martínez et al., 2019; Wu et al., 2019; Wang et al., 2020).
Mientras que las de enfoque cualitativo han avanzado hacia una explicación de la eco-innovación como estrategia organizacional en las empresas turísticas (Liu et al., 2017), el uso eficiente de los recursos (Velázquez & Flores, 2017), los impactos climáticos del turismo, políticas públicas (Buijtendijk et al., 2018), las barreras e incentivos que enfrentan las empresas y las motivaciones para invertir (Menezes & Cunha, 2016), considerando incluso estudios de caso. Sin embargo, independientemente del tipo de estudio, la mayoría de las investigaciones avanzan tratando de orientar al sector turístico hacia la sustentabilidad.
En ese sentido, las pesquisas revelan que el sector turístico se enfrenta ante limitaciones estratégicas, culturales y financieras, que representan un obstáculo importante al momento de tratar de alcanzar una gestión de tipo ambiental; no obstante, los estudios más recientes, presentan un escenario alentador donde existe una transformación que incluye al conocimiento en pro del aprendizaje ambiental, que en conjunto con la tecnología coadyuvan a enmendar la problemática del deterioro de la naturaleza.
Conclusiones
Los análisis por códigos y clústeres muestran las recurrencias de las temáticas relacionadas con la eco-innovación, donde además se puntualiza la tendencia al identificar estudios que se interrelacionan entre sí, tales como las regulaciones ambientales, la gestión ambiental y los aspectos tecnológicos. Por el contrario, las temáticas con poca relación y que se interpretan como tendencias aisladas para la investigación, son la ecoeficiencia y la innovación en el turismo.
Es a partir de la revisión del constructo de eco-innovación que se ha logrado concebir cómo durante los últimos años la ventaja competitiva y la gestión ambiental han ido en aumento en el contexto empresarial turístico, permitiendo identificar factores que inciden en el diseño de modelos de negocios y estrategias asociadas con el reciclaje, la extensión de vida útil de los productos, la reducción de emisiones a la atmósfera, así como la desmaterialización y ecodiseño, por mencionar solo algunos; proyectados para mejorar los procesos de operación de servicios turísticos; cumpliendo con la legislación y sumándose a certificaciones ambientales en pro de una gestión verde.
La eco-innovación puede ser estudiada integrando el contexto político y social tan importante para el desarrollo turístico; igualmente, es necesario identificar las variables que se pueden relacionar con este tema fuera del ámbito empresarial. Este proceso de revisión siguió cuidadosamente un protocolo, sin embargo, podría presentar una limitación al no integrar estudios localizados en otras bases de datos diferentes a Scopus y Dimensions. En estudios futuros se podría complementar la búsqueda en Scielo y Redalyc, que son portales que integran revistas latinoamericanas, las cuales podrían integrar contenidos que muestren una realidad en contextos diferentes o bajo otras líneas de investigación.