Introducción
El médico residente de urología durante su periodo de formación está inmerso en situaciones académicas y extraacadémicas que pueden generar estrés e influir en su bienestar físico, social, emocional y rendimiento académico.
El síndrome de burnout, también conocido como síndrome del desgaste o agotamiento físico y mental, se presenta cuando existe una crisis general en la relación de la persona con su trabajo y se caracteriza por: a) agotamiento entendido como la vivencia o sentimiento de encontrarse física, mental y emocionalmente exhausto, lo cual lleva a una sensación de no lograr dar más de sí mismo; b) despersonalización y cinismo, lo cual se ha entendido como una forma de afrontamiento ante los síntomas del agotamiento emocional, y c) pobre desempeño laboral, dado por la desmotivación, insatisfacción en el trabajo y falta de realización personal. En las fases más avanzadas de burnout el sujeto permanece en un estado de total desinterés por la actividad laboral, lo que conlleva conductas de evitación y escape como únicas estrategias de afrontamiento1-4.
El burnout académico se entiende como la generalización del síndrome de burnout a un contexto académico como consecuencia de las presiones y sobrecargas propias de la actividad académica y se caracteriza por: 1) agotamiento emocional (debido a las demandas educativas); 2) cinismo (indiferencia/actitud apática hacia actividades académicas), y 3) disminución en la eficacia profesional (percepción de incompetencia como estudiante) (5-7.
En la formación de la especialidad de urología los residentes se ven expuestos a altos niveles de estrés por un alto nivel de exigencia que aumenta a medida que avanza el proceso de formación. Dentro de los posibles factores que contribuyen a las generaciones del síndrome de burnout académico se encuentran: dificultades de adaptación al proceso de formación; incumplimiento de las expectativas académicas de los estudiantes; la incertidumbre, temores y sensación de incompetencia científica; carga de trabajo asistencial excesiva; la redundancia de contenidos educativos que saturan al estudiante y que limitan su disponibilidad de tiempo para actividades extraacadémicas; y recientemente el aislamiento y restricciones generadas por la pandemia de COVID-19, que desencadenaron un aumento significativo de actividades virtuales.
Poco se sabe del síndrome de burnout académico en las residencias de urología en Latinoamérica. Por tal razón este trabajo tiene como objetivo determinar la prevalencia de síndrome de burnout académico en los residentes de urología en Colombia, y pretende generar un panorama del efecto que tuvo este fenómeno durante la pandemia por COVID-19 en el país, así como generar insumos capaces de aportar al proceso de fortalecimiento y humanización de los programas de residencia en urología en Colombia.
Método
Tipo de estudio y participantes
Se realizó un estudio de corte transversal, dirigido a describir la prevalencia de síndrome de burnout académico en los médicos residentes de Urología vinculados a un programa de posgrado durante el año 2022 en Colombia.
Instrumentos
Se diseñó una encuesta que recogió información general de los residentes y recomendaciones desde el grupo de interés para mejorar la formación académica durante la residencia; además se aplicó la escala de burnout académico Maslach Burnout Inventory-Student Survey (MBI-SS) en su versión en español, la cual ha sido validado en Colombia8, y consta de 15 ítems que evalúan agotamiento (5 ítems), cinismo (4 ítems) y creencias de eficacia académica (6 ítems).
Recolección de la información
Se realizó un muestreo por conveniencia donde participaron 89 residentes de urología de los diferentes programas de posgrado en Colombia, distribuidos en todos los niveles de formación. La participación fue anónima, voluntaria y no remunerada; se recolectó consentimiento informado para todas las participaciones. Se recolectó la información durante el foro de residentes de la Sociedad Colombiana de Urología del año 2022.
Análisis estadístico
Para las variables cuantitativas, fueron calculadas las medidas de tendencia central, medidas de posición y medidas de dispersión (media, mediana, cuartiles, moda, rangos y desviación estándar), y para las variables cualitativas nominales y ordinales fueron calculadas las proporciones. Se utilizó el test chi-cuadrado de Pearson para determinar diferencias significativas entre hipótesis, y se asumieron como estadísticamente significativos valores de p < 0,05.
Para la interpretación de la escala MBI-SS se asumen los datos normativos recomendados en la nota técnica NTP-732 del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo de España, que orienta la interpretación del Maslach Burnout Inventory-General Survey (MBI-GS), en donde se debe obtener las puntuaciones de cada escala (agotamiento, cinismo y eficacia académica) sumando las puntuaciones obtenidas en cada uno de los ítems que pertenecen a cada escala y dividir el resultado por el número de ítems de la escala9.
Interpretación de la escala
Los primeros investigadores del síndrome de burnout describían que este se manifestaba con puntuaciones elevadas en agotamiento y cinismo, así como puntuaciones bajas en las creencias de eficacia. Otros autores argumentan que puntuaciones elevadas en agotamiento y/o cinismo son suficientes para identificar el síndrome de burnout. Con el fin de poder comparar nuestros resultados con experiencias internacionales, se abordó el diagnóstico de burnout considerándolo presente cuando hay un alto agotamiento emocional o un alto cinismo-despersonalización10-13.
El análisis de estrategias para prevención de burnout se realizó por saturación de la información al agrupar las recomendaciones en diferentes dimensiones y categorías dependiendo las respuestas dadas por los participantes del estudio.
Resultados
Se obtuvo un total de 89 participaciones. Se excluyeron tres por información incompleta y dos por ser residentes de programas extranjeros.
Las características de la población se describen en la tabla 1. Se resalta que en este estudio el 50% de los residentes son mujeres y la mayoría residen en Bogotá.
El 88,1% de participantes supera las 66 horas semanales de dedicación asistencial/académica durante la residencia, el 69% no practica ni tiene acceso a actividades extracurriculares durante la residencia.
Dentro de los síntomas o deterioro físico, el 59,5% ha sentido ansiedad, insomnio o tristeza, y el 51,2% han presentado fatiga que se asocia a migraña o cefalea.
Prevalencia de burnout académico en residentes de urología
Los resultados obtenidos con la escala MBI-SS revelan que el 57,1% (intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 57,0-57,2) de los residentes de urología en Colombia experimentan niveles elevados de agotamiento. Además, el 23,8% (IC95%: 23,7-23,9) muestra altos niveles de indiferencia o actitud apática hacia las actividades académicas, mientras que el 13,1°% (IC95%: 13,1-13,2) percibe una falta de competencia como estudiantes. La prevalencia de burnout académico en estos residentes de urología de Colombia es del 59,5% (IC95%: 59,4-59,6%), según se muestra en la tabla 2.
Se encontró mayor presencia de burnout en residentes de Bogotá (50%); no hubo diferencias estadísticas significativas entre sexo, edad, año de residencia, ni con quien se vive durante el periodo de residencia.
Al explorar las variables que se asociaron con presencia de burnout se encontró asociación con factores como la posibilidad de disfrutar de actividades extracurriculares y el no sentirse apoyado por los docentes durante el proceso de formación (Tabla 3).
Recomendaciones desde los residentes
Se agruparon en cuatro dimensiones con diferentes categorías las recomendaciones para mejorar la formación académica de la especialidad de urología en Colombia emitidas por los participantes cuyos resultados los catalogaban con burnout académico (Tabla 4).
Las dimensiones identificadas fueron:
Administración de tiempo: hace referencia a las recomendaciones respecto a la distribución del tiempo que tienen los residentes para manejo de las actividades académicas, asistenciales, de investigación y extracurriculares, y a la dedicación de tiempo por semana para las actividades de la residencia.
Formación académica: engloba las recomendaciones sobre las actividades de acompañamiento, retroalimentación, curso/desarrollo y ambiente para la formación académica.
Manejo de otras actividades: se refiere a actividades diferentes a las clínicas/asistenciales o académicas realizadas por parte de los residentes durante su formación (especial énfasis en tareas administrativas).
Salud mental: muestra las recomendaciones para protección de salud mental de los residentes.
Discusión
El síndrome de burnout se describió por primera vez en la década de los 70 y se ha encontrado que la prevalencia del agotamiento es mayor entre los trabajadores cuyas actividades implican interacciones con personas (médicos, enfermeras, trabajadores sociales, etc.) (14. Los urólogos no son la excepción, la prevalencia de burnout en urología ha venido en aumento; en EE.UU. durante los años 2011 y 2014 el agotamiento entre los urólogos en ejercicio aumentó del 41,2 al 63,6%15.
Estudios más recientes de burnout en urología han demostrado diferentes prevalencias: en Norteamérica durante el 2016 se estimó en el 38,8%16; al incluir residentes o becarios se alcanzó una prevalencia de hasta el 49,6%17, y se identificó que ser residente o fellowship de urología se relaciona con niveles más altos de despersonalización y niveles más bajos de logro personal.
El nivel de burnout en residentes de urología es alto y puede variar por regiones; en EE.UU. el estudio de Marchalik muestra que hasta un 68,2% de los residentes presenta burnout y encontró que los factores institucionales específicos de las horas de trabajo, la tutoría estructurada y el acceso a los servicios de salud mental estaban asociados con el burnout, lo que indica que los factores institucionales juegan un papel importante en el burnout de los residentes18. Marchalik también reporta en otro estudio internacional la presencia de síndrome de burnout en residentes de urología de varios países: Portugal (68%), Italia (49%), Bélgica (36%) y Francia (26%)19.
Roumiguié encontró en Francia que hasta el 24% de los residentes tiene burnout, el 8% describía agotamiento emocional y el 22% experimentaba despersonalización y no había diferencia por género y los factores que lo impidieron fueron la reducción del tiempo de trabajo, estar en pareja y tener al menos una afición. La gravedad del síndrome de burnout disminuyó con la edad20. En Canadá, Cohen encontró que el 34% de los residentes que presentaban burnout y lo atribuyeron a la presión del tiempo, los exámenes, el sueño insuficiente, las llamadas frecuentes y la carga de trabajo clínico21.
La pandemia de COVID-19 también ha influido en el aumento de síndrome de burnout en los residentes de urología. El estudio de Johnstone en Canadá mostró que el síndrome de burnout en jefes de residentes de urología para el año 2019 era del 70%, y este aumentó hasta un 88% en 2020 durante el tiempo de la pandemia, encontrando que la pandemia exacerbó los factores estresantes en un sistema de atención médica y con esto, las variables de agotamiento emocional fueron las que más aumentaron22.
A nivel nacional no existen estudios que evalúen el burnout en residentes de urología, pero hay trabajos que lo evalúan en diferentes residentes. Paredes et al., en 2007, estudiaron 138 residentes de diferentes especialidades médico-quirúrgicas de la Universidad Militar Nueva Granada, encontrando que el 12,6% de los residentes tenían un alto nivel de burnout y el análisis estadístico evidenció una asociación negativa entre el burnout y el bienestar psicológico y las largas horas de trabajo23.
Rodríguez-Peñuela en 2018 realizó un estudio en la Universidad Nacional de Colombia donde midió la prevalencia de síndrome de burnout entre los médicos residentes de especialidades clínicas quirúrgicas; encontró que la prevalencia del síndrome de burnout es del 35,32% y este fue significativamente mayor en quienes cursaban especialidades quirúrgicas. Pero es de anotar que en ese estudio definieron burnout como un puntaje alto en agotamiento emocional o despersonalización; al tomar la definición más específica de burnout como agotamiento emocional alto sumado a despersonalización alta o realización personal baja, la prevalencia disminuye al 15,99%24.
Arboleda Zapata en 2017 realizó un estudio de burnout en 161 residentes de ortopedia de Colombia, encontró que un 5,6% presentaba síndrome de burnout, donde el 32,05 y 22,5% presentaba despersonalización y cansancio emocional respectivamente25. Cuevas et al. realizaron un estudio de burnout con 302 residentes de cirugía general en Colombia en 2020; el 20,2% presentaron síndrome de desgaste profesional, el 43,7% agotamiento emocional, el 23,2% despersonalización y el 45% baja realización personal26.
En nuestro estudio participaron 84 residentes de los diferentes programas de urología de Colombia. El 50% son mujeres, la mayoría son residentes en Bogotá, son solteros y solo uno reportó tener hijos. A pesar de que se ha establecido que la dedicación semanal de la residencia no debería super las 66 horas, el 88,1%% de los residentes refiere que las supera. Solamente el 42,9% de los residentes consideran que los recursos económicos provenientes de la ley de residentes son suficientes para sostenerse durante la residencia.
Respecto a los síntomas de deterioro físico o mental en los últimos seis meses, los residentes presentaron principalmente ansiedad, insomnio o tristeza (59,5%), fatiga (51,2%) y el 57,1%% ha prestado más de un síntoma de deterioro físico o mental.
Nuestro estudio revela que en los residentes colombianos de urología existe una prevalencia de burnout académico del 59,5% (IC95%: 59,4-59,6%). Se encontró que la presencia de burnout está relacionada con la falta de actividades extraacadémicas y la falta de apoyo por parte de los docentes durante el proceso de formación. No se encontró ninguna asociación con los recursos económicos, a diferencia de lo que se encontró en el estudio de Rodríguez en 201824.
Las solución para combatir el burnout no es clara, por ejemplo, varias instituciones en EE.UU. implementaron la restricción obligatoria de las horas de trabajo clínico y educativo introducida en 2003, lo cual podría ayudar a reducir el agotamiento, pero los estudios no han podido demostrar esto claramente, ya que algunos reportan mejoría en la calidad de vida del residente, pero también hay detrimento en la formación y la atención de los pacientes27,28.
Dentro de las actividades para reducir el burnout, en general, se recomiendan tres estrategias de cambios:
Modificar la estructura organizacional y los procesos de trabajo.
Mejorar la relación entre la organización y el médico por medio de programas de desarrollo profesional para que se produzca una mejor adaptación al entorno laboral.
Acciones a nivel individual para reducir el estrés y los síntomas de mala salud mediante un afronta-miento efectivo y la promoción de comportamientos saludables29.
Se ha encontrado que la estrategia óptima parece emplear una combinación de educación (incluso en la forma de un programa de entrenamiento de desarrollo profesional para médicos residentes), reconocimiento e intervención temprana30. También existen recursos como el programa en línea lanzado por la Asociación Médica Estadounidense en junio de 2015 llamado STEPS Forward (Tabla 5), que aborda el agotamiento de los médicos por medio de módulos educativos en línea que cubren áreas clave como la eficiencia de la práctica y la atención al paciente, la salud del paciente, la salud del médico y la tecnología y la innovación31.
Adaptada de American Medical Association, 201531.
En nuestro estudio logramos clasificar las estrategias para mejorar el burnout dadas por los residentes, esto se clasificó cuatro dimensiones: a) administración de tiempo; b) formación académica; c) otras actividades, y d) cuidados de salud mental. El mayor número de recomendaciones se encuentran dentro de la dimensión de administración del tiempo, donde se encuentran las categorías de mejorar el tiempo y el espacio de las actividades extracurriculares; respecto al tiempo dedicado a las actividades asistenciales y académicas, se presentan recomendaciones en relación con cumplir las 66 horas semanales, permitir más tiempo para el desarrollo de actividades académicas estructuradas y propender por la consolidación de un espacio en el horario para dedicación a investigación y estudio autónomo estructurado.
En la dimensión de formación académica se recomienda mejorar la retroalimentación de las actividades académicas y asistenciales, mejorar el ambiente de interacción entre los residentes, los docentes y el personal administrativo. En la dimensión de otras actividades las recomendaciones están dirigidas a disminuir la carga de actividades administrativas. Y en la dimensión de salud mental se encuentran recomendaciones para mantener y mejorar la salud mental de los residentes.
También se resaltan las recomendaciones desde los residentes que tienen burnout donde las categorías que más predominan pertenecen a la dimensión de administración del tiempo en la que se busca implementar, cumplir y respetar el límite del horario laboral semana estipulado para las prácticas de los residentes, seguido por la dimensión de formación académica donde se resalta la creación de conciencia de los espacios para el trabajo asistencial y académico, así como la necesidad de tener espacio libre para estudio autónomo.
Se han creado enfoques innovadores para combatir el burnout en los residentes de urología, como es el caso del Baylor College of Medicine (Houston, EE.UU.), donde crearon un currículo de bienestar para los residentes que comprende: a) fondos de bienestar para residentes: para iniciativas de bienestar; b) grupos sociales residente-facultad creando grupos formados entre urólogos y dos o tres residentes para participar en entornos sociales; c) tutorías estructuradas entre residentes y urólogos de la facultad; d) salidas sociales, usando los fondos de bienestar, y e) educación sobre bienestar por medio de conferencias didácticas sobre el bienestar de los medios, guiados por expertos en el tema. Durante el seguimiento de tres años encontraron que el síndrome de burnout de los residentes de urología eran altos al inicio, pero mejoraron significativamente después de la introducción de un plan de estudios de bienestar para residentes32.
De lo anterior se enfatiza que las actividades para prevenir y tratar el burnout académico deben ir enfocadas en la organización del tiempo de las actividades académicas, respetando tiempos para investigación, actividades de estudio, actividades asistenciales y actividades extraacadémicas, y en propender por un adecuado equilibrio en las diferentes facetas/roles de la vida durante el periodo de residencia.
Este estudio está limitado por la naturaleza de su diseño y por el tipo de muestreo; por lo tanto no es posible establecer la causalidad entre los eventos observados, aunque los resultados obtenidos confirman la necesidad de humanizar el proceso de formación en posgrado, pueden servir de base para la formulación de hipótesis que guíen investigaciones posteriores y permiten identificar la necesidad de fomentar adecuados escenarios para los estudiantes de programas de residencia en urología en Colombia.
Conclusiones
El síndrome de burnout académico afecta hasta el 59,5% de residentes de urología en Colombia. Su aparición está ligada a factores modificables durante el proceso de formación. Se hace necesario implementar estrategias que disminuyan el impacto y la aparición del burnout académico en los residentes de urología del país que pueden incluir: educación para la organización del tiempo (diferenciación de actividades académicas, investigación, actividades asistenciales y actividades extraacadémicas), establecimiento de rutas de apoyo mental/emocional y fortalecimiento de actividades de bienestar universitario.