INTRODUCCIÓN
Desde el comienzo de la etapa embrionaria hasta la mitad de la gestación, el feto depende por completo de las hormonas tiroideas maternas. Este inicia la producción de su propia tiroxina en las semanas 10 a 12, pero solo hasta la semana 20 esta producción es completamente funcional 1. El incremento de la producción de la hormona tiroidea materna responde a los incrementos progresivos de la hormona gonadotrófica coriónica, de los estrógenos y de la globulina transportadora de tiroxina. En la segunda mitad de la gestación las desyodasas placentarias tipo 2 y 3 proporcionan al feto el yodo que este necesita para desarrollar su propio eje hipotálamo-pituitario-tiroideo y su sistema nervioso central, que cumplen un papel regulatorio para protegerlo de los niveles excesivos de tiroxina 2. La T3 se une en las células del sistema nervioso central a su receptor activando la transcripción de los genes involucrados en el crecimiento axonal y dendrítico, la migración celular, la formación de la sinapsis y la mielinización 2. Por el contrario, los bajos niveles de tiroxina materna afectan estos mecanismos de crecimiento neuronal y conexión intercelular y se genera un daño irreversible en el sistema nervioso central del feto 3.
El yodo dietético es un micronutriente esencial para la síntesis de la hormona tiroidea, cuyo aporte en el embarazo debe ser en promedio de 250 μg/d, dado el incremento diario de la actividad tiroidea y la depuración renal materna y la necesidad de síntesis de la hormona tiroidea fetal 3. La deficiencia sostenida en la ingesta de yodo trae como resultado una reducción de la producción y acción de la T4 libre, lo que lleva a una mayor estimulación tiroidea a través de los mecanismos de retroalimentación hipofisiaria con una mayor secreción de TSH, generando inicialmente una leve hiperplasia tiroidea que no es detectable clínicamente pero, que al persistir dichos niveles, conduce al desarrollo de bocio tanto en la madre como en el feto 1.
La deficiencia de yodo es un problema de salud pública a nivel mundial que afecta tanto a los países desarrollados como a los que están en vías de desarrollo 4,5-8. Se calcula que entre el 20 % y el 60 % de los habitantes de los países en vías de desarrollo están en riesgo de sufrir transtornos por la deficiencia de yodo 4-7. Se ha estimado que al menos 2.000 millones de personas de todo el mundo consumen cantidades inadecuadas de yodo, con mayor frecuencia en el sur de Asia y en el África subsahariana, donde probablemente la deficiencia de yodo en el suelo del subcontinente afecta los alimentos de origen animal y los cultivos 9,10.
La concentración urinaria media de yodo es la prueba recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para evaluar el estado de ingesta de yodo en las poblaciones 3. En 2007 la OMS propuso un punto de corte de 150 μg/L para definir la existencia de yodo deficiencia durante la gestación. Esto se hizo a partir del consenso de expertos que extrapolaron la concentración urinaria media de yodo de los niños y la ajustaron a la masa corporal de la embarazada, dado que en ese tiempo eran escasos los estudios realizados con embarazadas 3. Posteriormente se determinó que, para el inicio de la gestación, las necesidades promedio de yodo (NPY) son de 150 μg/d y que al final de la gestación estas pueden llegar hasta 300 μg/d, cantidad necesaria para garantizar una concentración urinaria media de yodo óptima en el transcurso del embarazo (100-199 μg/L) 1,7. Las mujeres embarazadas con deficiencia leve de yodo (50-99 μg/L) y moderada (20-49 μg/L) pueden desarrollar hipotiroidismo subclínico, hipotiroidismo manifiesto o deficiencia aislada de T4, lo que se asocia con complicaciones materno-infantiles 7. Durante en el embarazo la deficiencia de yodo incrementa el riego de aborto, anomalías congénitas, restricción en el crecimiento intrauterino, y mortalidad perinatal 11. En el niño la deficiencia crónica de yodo causa hipotiroidismo congénito, cretinismo y deficiencias neuromotoras, intelectuales, conductuales y cognitivas, lo que lleva a problemas de aprendizaje, retraso mental irreversible, alteraciones en el crecimiento y defectos psicomotores 3,9-13. Deficiencias leves en las concentraciones de hormonas tiroideas maternas pueden reducir el peso del recién nacido 14,15 y deficiencias en la ingesta nutricional de yodo durante la infancia reducen el coeficiente intelectual de los escolares 16. Los métodos de evaluación del estado nutricional del yodo recomendados para la gestante han sido la cuantificación de la concentración urinaria media de yodo y la valoración clínica de bocio. Para el recién nacido, los métodos han sido la cuantificación de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) y la cuantificación de la tiroglobulina en sangre 3.
En varios países de Europa los alimentos vienen fortificados con yodo, e incluso se suplementa rutinariamente con yodo a las embarazadas en el control prenatal 4,17-21. Sin embargo, no hay evidencia clara de su utilidad en el período preconcepcional y en el postparto 22. En América latina los estudios nutricionales de yodo durante el embarazo han tenido resultados variables. En Colombia no se observó yodo deficiencia durante el embarazo 23, mientras que en Brasil los resultados fueron heterogéneos 8. Ambos estudios fueron realizados en áreas metropolitanas en donde la sal de consumo humano es yodada. En la mitad de países africanos se presentaba yodo deficiencia hasta que iniciaron los programas de fortificación de yodo en la sal como acción de salud pública 7.
Los estudios en poblaciones étnicas indígenas son escasos. Un estudio reciente describió una alta prevalencia de yodo deficiencia en adultos jóvenes aborígenes residentes en áreas no metropolitanas de Australia, con la limitación de que se incluyeron pocas embarazadas en el estudio 24. En Colombia no se identificaron estudios en embarazadas indígenas, población que podría estar en riesgo de yodo deficiencia dada su exposición a condiciones de pobreza y marginalidad ya descrita en la región Latinoamericana 25. El objetivo del presente estudio es evaluar la prevalencia de bocio y yodo deficiencia en embarazadas indígenas residentes en áreas no metropolitanas de Colombia, como una primera aproximación para establecer la magnitud de este problema.
MATERIALES Y MÉTODOS
Diseño, población y lugar. Se realizó un estudio descriptivo transversal. Se incluyeron mujeres embarazadas en los tres trimestres de gestación que no tenían ninguna condición patológica del embarazo y que asistieron al control prenatal en instituciones de atención primaria en Salud (que hacen parte de las Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) de naturaleza privada o de las llamadas Empresa Social del Estado (ESE) cuando es de naturaleza publica en Colombia), que prestan servicios a la población perteneciente y residente de comunidades indígenas organizadas de los Departamentos del Amazonas, Cauca, Córdoba, La Guajira y Meta. Se excluyeron mujeres gestantes con diagnósticos clínicos de: infección urinaria, insuficiencia cardiaca, hipertensión arterial crónica, insuficiencia renal crónica, diabetes mellitus, o cualquier condición que implicara llevar una dieta hiposódica. También se excluyeron pacientes con patologías previas de la tiroides con o sin tratamiento, pacientes que recibían suplementos con yodo, y embarazadas cuyas muestras de orina no pudieron ser procesadas. Las cinco poblaciones rurales se incluyeron por ser regiones con una mayor densidad demográfica de población indígena. Se requirió que las oficinas de asuntos indígenas de las entidades territoriales avalaran el estudio y permitieran el ingreso de los investigadores a su territorio.
El muestreo fue realizado a partir de la identificación que hicieron las IPS de las embarazadas indígenas que potencialmente podrían hacer parte de la población elegible en el estudio. Fueron registradas y se les asignó un número consecutivo para luego, con base en una tabla de números aleatorios, realizar un muestreo aleatorio simple. En cuanto al tamaño muestral se tuvo una población de referencia 5925 gestantes indígenas ubicadas en las áreas seleccionadas de los 5 departamentos. Se identificó una prevalencia de 14 % de yodo deficiencia en embarazadas indígenas en dichos territorios, que fue estimada en un estudio piloto realizado en la cabecera municipal de Corinto, Puerto Tejada y Santander de Quilichao en el departamento del Cauca. Estas son áreas no metropolitanas en las que no había información previa de la prevalencia de yodo deficiencia en embarazadas indígenas. Además, se tuvo un margen de error del 5 % y un nivel de confianza de 95 % para una muestra de 185 embarazadas indígenas.
Procedimiento. La logística del estudio fue apoyada por los entes regionales de salud pública como la Secretaría Departamental de Salud del Meta en el municipio de Puerto Gaitán, la Secretaría Departamental de Salud del Amazonas en el municipio de Arare, la Secretaría Departamental de Salud del Cauca en el municipio de Santander de Quilichao, la ESE Vidasinú de Córdoba en el municipio de Tuchín, y por la Fundación Baylor, entidad internacional que presta servicios de Salud en el municipio de Manaure, en La Guajira. Además, las IPS indígenas de las diferentes regiones facilitaron su personal de Salud (auxiliares de enfermería) y de apoyo perteneciente a la comunidad indígena (promotores de Salud rural) para el trabajo de campo.
Primero se llevó a cabo una actividad de socialización del proyecto en las comunidades que fue realizada por la institución prestadora de Salud (IPS) en el centro comunitario de Salud o en el hogar de las gestantes. Posteriormente, se hizo la selección aleatoria de las participantes a partir de la lista de gestantes que fue suministrada por las IPS. Una vez identificadas las mujeres seleccionadas, se convino una reunión con cada de ellas para realizar la entrevista a una fecha y hora que facilitaran el traslado de los investigadores al trabajo de campo. Durante esta entrevista, realizada en la IPS indígena, en el centro comunitario o en la residencia de la gestante, se explicó a cada candidata los objetivos del estudio, se verificó el cumplimiento de los criterios de inclusión y exclusión, se hizo la lectura del consentimiento informado y se aceptó por parte de las embarazadas indígenas su participación voluntaria, firmando estas el consentimiento informado. Cuando la paciente no sabía leer y escribir se registró la huella digital. El personal de apoyo sirvió de traductor de la lengua nativa al español y viceversa, cuando fue necesario. La información se obtuvo en la visita domiciliaria durante la entrevista mediante la aplicación de un formato especialmente diseñado para el estudio que permitió el registro de los datos de la gestante, y que permitía registrar las características sociodemográficas, nutricionales, obstétricas y clínicas, y que además permitió el correcto cumplimiento del diagrama de flujo del proceso de toma de muestra. Se indagó sobre el uso de multivitamínicos y una vez identificado el nombre de cada suplemento, se verificó que en su contenido existieran o no concentraciones suplementadas de yodo, a partir de lo declarado ante la autoridad sanitaria INVIMA por el laboratorio fabricante. Además, se revisó la historia clínica para completar información relevante.
Las definiciones del sitio geográfico de la vivienda se hicieron de acuerdo con lo establecido por el Departamento Nacional de Estadística de Colombia (DANE) 26, en el que se define como área metropolitana a la entidad administrativa formada por un conjunto de dos o más municipios integrados alrededor de un municipio núcleo o metrópoli. Municipio como una entidad territorial de la división político-administrativa del estado con alcalde. Caserío, un centro poblado generalmente al lado de una vía principal y sin autoridad civil. Vereda como una división territorial de carácter administrativo en el área rural de los municipios, establecida mediante acuerdo municipal, caracterizado por la proximidad de las residencias de sus miembros. Área rural dispersa (alta ruralidad) se caracteriza por la disposición dispersa de viviendas con explotación agropecuaria. La vivienda tradicional indígena fue una edificación construida con materiales propios del entorno, de acuerdo con la cultura, costumbres y tradiciones del pueblo indígena.
Toma de muestras de orina. La forma correcta de recolección de la muestra de orina, embalaje y transporte en cadena de frío, hasta su almacenamiento y proceso fue estandarizada, con la asesoría de las investigadoras del Instituto Nacional de Salud (INS) y de la Universidad del Valle, lo que fue socializado a todos los equipos locales de investigación. Para control de calidad del estudio y evitar sesgos inter-operador se elaboraron videos que se socializaron a todos los equipos locales de Salud. Para la recolección de la muestra de orina se suministró agua embotellada a todas las participantes con el objetivo de aumentar la producción de orina, mientras se les informaba sobre posibles signos y síntomas de alarma de su embarazo. Previo equipamiento para la toma de muestra para los investigadores e insumos para el aseo de la gestante, se indicó la forma correcta de la limpieza de la zona, y la adecuada toma de muestra de la orina. Se les indicó a las gestantes que debían desechar la primera parte de la orina (5-10 cc) y terminar de eliminar en el recipiente desechable, hasta completar mínimo la mitad del mismo. El recipiente contaba con tapón de rosca y se encontraba herméticamente cerrado y contenido en un empaque plástico sellado. A las embarazadas se les indicó la forma de tapar el frasco sin contaminar la muestra de orina. Una vez las embarazadas recogieron la muestra de orina, los recipientes fueron doblemente sellados para evitar fugas y evaporación en el transporte. Se marcaron externamente con un código cifrado cuyo significado solo lo conocía el investigador principal ( JAHM). Todas las actividades del trabajo de campo fueron desarrolladas y supervisadas por profesionales de la Salud (médicos especialistas en Obstetricia, enfermeras profesionales y personal de apoyo logístico con auxiliares de enfermería y promotores de Salud local indígena). Las muestras recolectadas fueron posteriormente preservadas y mantenidas en cadena de frío a - 20° C hasta su procesamiento por el INS, por parte del grupo de nutrición [acreditado en buenas prácticas clínicas de laboratorio por el Centers for Disease Control and Prevention (CDC) en Atlanta, Estados Unidos de America]. El proceso fue coordinado y supervisado por una de las investigadoras del proyecto (AYF). La determinación de la concentración de yodo en las muestras se realizó mediante espectrofotometría, empleando persulfato de amonio por la reacción de Sandell-Kolthoff modificado por Pino y colaboradores 27. Dentro del protocolo, para efectos de control de calidad, se estableció que los resultados de laboratorio tendrían un análisis de contra-muestras aleatorizadas para ser procesadas en el Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca de la Universidad de Murcia (Murcia, España).
Para determinar la presencia de bocio se tuvo en cuenta la definición de la OMS: aumento de volumen de la glándula tiroidea con un lóbulo lateral (superior al tamaño de la falange terminal del dedo pulgar del examinado originando), una prominencia o aumento de tamaño de la parte anterior e inferior del cuello 28. El diagnóstico se realizó por observación y palpación. Para evitar sesgos inter-operador, la evaluación y la definición de presencia de bocio fue realizada por un solo investigador en terreno (JAHM).
A las pacientes que se identificaron con síntomas agudos de infección urinaria se les solicitó una consulta prioritaria en la IPS indígena correspondiente. Igualmente, cuando se identificó bocio, se indicó a la auxiliar de enfermería o promotor de salud de la IPS indígena la necesidad de una valoración médica prioritaria.
Variables medidas. Edad materna, necesidades básicas insatisfechas e indicadores de pobreza [definidos para América Latina por la CEPAL (Comisión Económica Para América Latina y el Caribe)], presencia de desnutrición crónica, nivel de alfabetización, área de procedencia, consumo de alcohol o tabaco. El consumo de alcohol fue definido como ingestión de cualquier bebida alcohólica durante el embarazo. El hábito de fumar se consideró cuando se hubiera realizado en algún momento durante el embarazo. Como variables clínicas de estudio se midieron los niveles de yodo en orina, la presencia de bocio y la restricción en el crecimiento intrauterino. La edad gestacional fue categorizada por trimestres, con base en la fecha de última menstruación, ultrasonido obstétrico o a partir del dato actualizado de la altura uterina, que ha demostrado utilidad en estudios previos de investigación con embarazadas en condiciones de vulnerabilidad 29. La restricción en el crecimiento intrauterino, si se sospechaba clínicamente, era confirmada con la ecografía obstétrica, si existía su reporte y con la altura uterina actualizada. Se consideraron niveles óptimos de yodo en el embarazo cuando existía una concentración urinaria mediana de yodo de entre 100 y 199 μg/L, yodo deficiencia cuando existía una concentración urinaria mediana de yodo < 100 μg/L (leve: 50-99 μg/L, moderada: 20-49 μg/L, severa: < 20 μg/L) 7,11, niveles superiores a lo adecuado para el embarazo cuando existía una concentración urinaria mediana de yodo de entre 200 y 299 /g/L, y posible exceso de yodo cuando existía una concentración urinaria mediana de yodo mayor de 300 μg/L 7,11. De acuerdo con la clasificación de la OMS, se determinó bocio grado 0a al tiroides no palpable o palpable con dificultad, bocio grado 0b con un tiroides fácilmente palpable pero no observado al extender el cuello hacia atrás, bocio grado 1 con un tiroides fácilmente palpable y visible con el cuello en hiperextensión, bocio grado 2 con un tiroides palpable y visible con el cuello en posición normal, bocio grado 3 con un tiroides visible a la distancia y bocio grado 4 con un bocio gigante 28.
Análisis Estadístico. Los datos categóricos se analizaron por medio de frecuencias absolutas y relativas, y los datos cuantitativos se analizaron con medidas de tendencia central y dispersión. La distribución de los datos se evaluó usando la prueba de Shapiro Wilks. La prueba de Wilcoxon fue usada para comparar dos medianas relacionadas con la misma muestra en el estudio.
Aspectos éticos. El proyecto de investigación fue aprobado por el Comité Institucional de Ética en Seres Humanos de la Facultad de Salud de la Universidad del Valle (Acta de aprobación 007-17 y renovada con en el Acta 006-19R) previa aprobación de las oficinas de asuntos indígenas de las entidades territoriales y de los gobernadores de las propias comunidades indígenas. Se solicitó la firma de consentimiento informado a la paciente y dos testigos. Se garantizó la confidencialidad de la información. Se garantizaron los principios de justicia, respeto y beneficencia. A las gestantes con infección urinaria o alteración del tamaño del tiroides se les explicó la condición y se aseguró su consulta a los servicios de salud según correspondiera.
RESULTADOS
De 1.913 gestantes que residían en áreas no metropolitanas se invitaron a participar 189, de ellas dos (1 %) no aceptaron participar y 62 (32,8%) tenían criterios de exclusión, ocho tenían sospecha clínica de infección urinaria, 12 tenían historia de hipertensión arterial, 18 recolectaron la muestra de orina sin la cantidad requerida, 4 la contaminaron, 17 se negaron a recolectar una nueva muestra y 3 muestras de orina se perdieron en el transporte. Finalmente, las muestras de 125 gestantes (66%) pudieron ser procesadas, se cuantificaron las concentraciones urinarias de yodo y fueron evaluadas para determinar la presencia de bocio.
En total, 41 gestantes (el 32,8 %) procedían de Córdoba, 27 de La Guajira (el 21,6 %), 25 del Cauca (20,0 %), 17 del Amazonas (13,6 %) y 15 del Meta (12 %) (tabla 1).
Variable | Categoría | Cabecera Municipal 15 (12%) | Caserío, vereda, alta ruralidad 110 (88%) |
---|---|---|---|
Departamento | Amazonas | 2 (1,6) | 15 (12) |
Cauca | 9 (7,2) | 16 (12,8) | |
Córdoba | 0 | 41 (32,8) | |
Guajira | 4 (3,2) | 23 (18,4) | |
Meta | 0 | 15 (12) | |
Edad | Adolescentes | 1 (0,8) | 36 (28,8) |
19-34 años | 14 (11,2) | 65 (52) | |
35-45 años | 0 | 9 (7,2) | |
Alfabeta | Sí | 2 (13,3) | 21 (19,1) |
No | 13 (86,7) | 89 (80,9) |
La media de edad fue de 24,4 ± 6,3 años, la desnutrición crónica tuvo una mediana de 27,9 % (min-max: 16,6 % - 36,3 %), la línea de pobreza tuvo una mediana de 34,8 % (min-max: 25,4 % -53,0%), la pobreza extrema una mediana de 11,1 % (min-max: 9,1 % - 26,7 %) y el analfabetismo una mediana de 21,6 % (min-max: 17,2 % - 40,9%). Todas las embarazadas indígenas pertenecían a un estrato socioeconómico muy bajo (estrato 1 en Colombia). La mayoría residía por fuera de la cabecera municipal (caseríos, veredas y alta ruralidad). En el departamento del Cauca, 16 (64 %) residían en veredas, caseríos o alta ruralidad, de las cuales, 3 (18,8 %) eran analfabetas. En el departamento del Amazonas, 15 (88,2 %) residían en veredas, caseríos o alta ruralidad, y de ellas 6 (40,0%) eran analfabetas. Al evaluar los antecedentes personales, se observó que 2 (el 1,6 %) habían consumido alcohol. Ninguna manifestó haber fumado cigarrillo ni consumido sustancias psicoactivas durante su embarazo. En cuanto a la edad de gestación, 14 de ellas (el 11,2 %) se encontraban en el primer trimestre, 48 (38,4 %) en el segundo trimestre y 63 (50,4 %) en el tercer trimestre del embarazo. La restricción en el crecimiento intrauterino se sospechó en 4 de ellas (el 0,8 %),. En el examen semiológico de la glándula tiroides se identificó bocio en 43 (34,4 %) gestantes, grado I: en 39 (31,2 %), grado II: en 4 (3,2 %) (tabla 2). El bocio fue observado en todos los trimestres del embarazo y en todas las gestantes con bocio se identificó una concentración urinaria de yodo menor a 50 /g/L (yodo deficiencia moderada a severa) (tabla 2).
Resultado encontrado | Grado | Cabecera Municipal 15 (12%) | Caserío, vereda, alta ruralidad 110 (88%) |
---|---|---|---|
Sin bocio | Grado Oa-Ob | 8 (53,3) | 74 (67,3) |
Tipo de bocio* | Grado I | 6 (40,0) | 33 (30,0) |
Grado II | 1 (6,7) | 3 (2,7) | |
Yodo deficiencia (< 100 μg/L) | Leve (50-99 /μg/L) | 10 (66,6) | 6 (5,4) |
Moderada (20-49 Xg/L) | 3 (20,0) | 16 (14,5) | |
Severa (< 20 μg/L) | 0 | 7 (6,4) |
*Tipo de Bocio: Clasificación aceptada por la Organización Mundial de la Salud 10.
La concentración urinaria media de yodo en todas las embarazadas indígenas estudiadas fue de 184,4 /g/L (min-max: 12-390). Los niveles de yodo urinario fueron óptimos (> 100 μg/L) en 85 pacientes (el 68,0 %). La yodo deficiencia en orina (< 100 /g/L) fue observada en 42 (33,6%) muestras de orina analizadas, distribuidas de la siguiente manera: deficiencia leve (50-99 μg/L): 16 (12,8%), moderada (20-49 μg/L): 19 (15,2 %) y severa (< 20 μg/L): 7 (5,6%) (tabla 2).
La región donde se observó una mayor proporción de yodo deficiencia severa fue el departamento de Amazonas, la menor proporción de yodo deficiencia severa fue en los departamentos del Cauca y La Guajira. No se observó yodo deficiencia severa en los departamentos de Córdoba y Meta (tabla 3).
Categorías | Amazonas | Cauca | Córdoba | Guajira | Meta | Total |
---|---|---|---|---|---|---|
10-19 | 5 | 1 | 0 | 1 | 0 | 7 |
20-49 | 2 | 1 | 11 | 1 | 4 | 19 |
50-99 | 0 | 2 | 8 | 5 | 1 | 16 |
100-199 | 4 | 6 | 7 | 10 | 2 | 29 |
200-299 | 2 | 5 | 7 | 4 | 4 | 22 |
300-399 | 4 | 10 | 8 | 6 | 4 | 32 |
TOTAL | 17 | 25 | 41 | 27 | 15 | 125 |
Yodo deficiencia | 41,2 % | 16,0% | 46,3% | 25,9% | 33,3% | 33,6% |
* Rangos de la concentración urinaria de yodo en μg/L
† Se observaron diferencias entre departamentos (P < 0,001)
DISCUSIÓN
El presente estudio muestra que entre 16 y el 46% de las mujeres indígenas gestantes de cinco regiones de Colombia tienen deficiencia de yodo en la muestra de orina y además el 34 % tienen alta sospecha clínica de bocio del tiroides. Las mujeres indígenas estudiadas mostraron además los altos niveles de pobreza, y el bajo nivel educativo que predominan en las áreas no metropolitanas.
Los estudios previos a nivel nacional y latinoamericano sobre yodo deficiencia en el embarazo no incluyeron embarazadas indígenas 5-9. Aunque se identifican algunos estudios que describen la situación alimentaria en estas comunidades 30, no se identificaron estudios que evaluaran el aspecto de la nutrición en gestantes indígenas, y menos en relación a la deficiencia de yodo. Se observa que esta población tiene altos niveles de inseguridad alimentaria, como se refleja en estudios realizados en mujeres y niños en Latinoamérica en general 31 y en algunos países específicamente 32-34. Los hallazgos de la presente investigación van en la misma dirección, pues muestran de las graves inequidades que azotan a estas comunidades.
En la literatura internacional se ha identificado un estudio realizado en áreas no metropolitanas australianas que mostró que las concentraciones urinarias medias de yodo en los adultos jóvenes indígenas residentes en la cabecera municipal [67,0 μg/L (IQR, 51-90 μg/L)] fueron mayores que las de los indígenas que residían fuera de la cabecera municipal (caseríos, veredas, alta ruralidad) [53,0 μg/L (IQR, 28-75 μg/L)] (p=0.01). En dicho estudio, no se incluyeron mujeres embarazadas de manera representativa y no se evaluó la escolaridad 24. La deficiencia de yodo también ha sido descrita en Dinamarca con mujeres embarazadas, el nivel educativo fue evaluado, observándose que las embarazadas que carecían de educación tenían más bajos niveles en la concentración urinaria media de yodo 4. Otro estudio realizado en Etiopía incluyó mujeres embarazadas, observando que la falta de educación aumentaba significativamente el riesgo de desarrollar bocio (OR=2,71 IC 95 % 1,54-4,79) 5. Los hallazgos acá realizados en cuanto a la pobreza y poca educación también son consistentes con esos estudios.
La deficiencia de yodo en el embarazo es un problema que compromete el crecimiento y desarrollo de niños, niñas, adolescentes y su futuro neurológico, cognitivo e intelectual 35-37. Por lo tanto se convierte en un problema en Colombia de acuerdo a las políticas de la OMS, según la cual una prevalencia de bocio mayor al 5 % debería considerarse un problema de salud pública 3.
Dentro de las fortalezas del presente estudio están: la inclusión de embarazadas indígenas en sus propios territorios donde existe la mayor densidad demográfica de población indígena, el hecho de haber evaluado la existencia de educación y el sitio de residencia habitual de la embarazada indígena, también el uso de la muestra de orina única que hace factible el desarrollo de estos estudios en comunidades dispersas. Una debilidad es la pérdida del 32,5 % de la muestra calculada.
Es importante determinar la prevalencia de la deficiencia de yodo en las mujeres gestantes de estas comunidades debido a las consecuencias que esta puede tener en el desarrollo neurológico y la supervivencia de los recién nacidos. Así se pueden llegar a planear estrategias que mitiguen esta situación, que es prevenible y predecible.