INTRODUCCIÓN
La condición corporal (CC) es un reflejo de la grasa corporal almacenada (Harris y Schott 2013). En caballos vivos se puede estimar más exactamente midiendo el contenido total de agua corporal mediante el análisis de la impedancia bioeléctrica (Gee et al. 2003; Cordero et al. 2013), la impedancia bioeléctrica espectroscópica (Ward et al. 2016) o una técnica de dilución de óxido de deuterio (Dugdale et al. 2011), también se puede estimar a través de la medición del espesor de la grasa subcutánea en costillas y caderas por medio de ultrasonido (Gentry et al. 2004; Martin-Gimenez et al. 2016; Fowler et al. 2017). Sin embargo, el método más simple es la inspección visual a distancia y palpación de áreas anatómicas específicas (Henneke et al. 1983; Carroll y Huntington 1988; Kohnke 1992; Carter et al. 2009). Recientemente se han propuesto un índice de condición corporal basado en medidas corporales para estimar la condición corporal en base al sistema de Henneke modificado (Potter et al. 2015).
La CC es un factor muy importante en la salud y el rendimiento deportivo de los caballos, ya que una CC extremadamente alta o baja puede afectar negativamente el rendimiento deportivo (Carter y Dugdale 2013; Fonseca et al. 2013). De hecho, se han reportado rangos óptimos de CC para diferentes deportes ecuestres que van de 4 a 7 según el sistema de calificación de CC de Henneke (Lawrence et al. 1992; Kohnke 1992; Garlinghouse y Burrill 1999; Pagan et al. 2009; Harker et al. 2011).
El rodeo chileno es un deporte que se realiza dentro de un picadero circular cerrado con superficie de arena en donde dos jinetes con sus respectivos caballos raza chilena (collera), guían por turnos, al trote o galope lateral, a un novillo junto a la pared del picadero, para que posteriormente uno de los caballos, lo detenga presionándolo con su pecho contra una sección acolchada de la pared, acción que se repite tres veces durante la carrera. La distancia total recorrida al trote o galope es de aproximadamente 400 m a una velocidad promedio de 6,95 ± 1,17 m s-1 (Pérez et al. 1997).
El caballo raza chilena es un poni de una alzada que varía entre 1,36 y 1,48 m (Porte 1978) y con un peso promedio de 393 ± 33 kg (Pérez et al. 1997). Debido a que no existen antecedentes previos en caballos de rodeo chileno, el objetivo de este estudio fue caracterizar la CC de caballos de rodeo de élite participantes en el Campeonato Nacional de Rodeo Chileno, con base al sistema de calificación propuesto por Henneke et al. (1983).
MATERIALES Y MÉTODOS
En abril de 2012 se evaluaron 48 caballos raza chilena (15 hembras, 24 machos enteros y 9 machos castrados) de entre 7 a 14 años, elegidos aleatoriamente utilizando el método de tómbola entre los 256 caballos participantes en el 64° Campeonato Nacional de Rodeo Chileno, realizado en Rancagua (Chile). Para cada caballo se completó una ficha en donde se registró nombre, género (macho entero, macho castrado o hembra) y edad. Luego, cada caballo fue sujetado por medio de una jáquima y cabestro y posicionado sobre una superficie plana. A continuación, y utilizando el sistema de calificación de la CC de Henneke et al. (1983), se evaluó cada caballo y se asignaron puntajes de 1 a 9, en donde 1 es mala y 9 extremadamente obeso.
Análisis estadístico
Una vez terminada la participación de cada caballo en el Campeonato Nacional, se registró su resultado en la competencia para obtener la variable resultado deportivo cuyas categorías fueron: clasificado y no clasificado a la final. Se construyeron tablas de frecuencia para la CC por género y por rendimiento deportivo, se calcularon modas como descriptores de tendencia central y se comparó la CC por género y rendimiento deportivo mediante la prueba de Kruskal-Wallis (p < 0,05).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La Tabla 1 muestra los promedios, las distribuciones y la tendencia central de la CC para el total de animales según su género. La moda de los 48 caballos fue la misma reportada en un estudio realizado en 113 caballos raza chilena en criaderos de la Región de los Ríos (Chile), de los cuales, sólo 44 realizaban actividad deportiva más de tres veces a la semana (Soto 2013), pero difiere de lo encontrado por González (2013) quien reportó una moda de 5 en 43 caballos de diferentes criaderos de esa misma región.
La ausencia de caballos con CC menor o igual a 4 coincide con lo reportado por Soto (2013). Por otra parte, González (2013) reportó que un 2,3% de los caballos tenían CC 3 y 1,6% con CC 4; sin embargo, en dicho estudio no se informó con relación al nivel de actividad deportiva que realizaban los caballos evaluados. No obstante, la CC 4 reportada en tal estudio está dentro del rango de 4 a 5 que se considera óptima en caballos de otras disciplinas ecuestres como carrera de velocidad, polo, concurso completo de equitación (Pagan et al. 2009) y enduro (Lawrence et al. 1992; Garlinghouse y Burrill 1999; Pagan et al. 2009).
En el presente estudio el 87,5% de los caballos evaluados tenían CC entre 6 y 7, lo que coincide con el rango considerado como óptimo en otros deportes, tales como adiestramiento, salto y rienda internacional (Pagan et al. 2009; Harker et al. 2011).
Sin embargo, este porcentaje es mayor al 74,4% y al 63,8% reportado por González (2013) y Soto (2013), respectivamente, en caballos raza chilena. Incluso, sigue siendo mayor al compararlo con el 75% reportado también por Soto (2013) para caballos que realizaban actividad deportiva más de tres veces a la semana.
El hallazgo de individuos obesos, es decir, con CC 8, fue inesperado en caballos de élite debido a que el sobrepeso puede afectar negativamente el rendimiento deportivo en esta especie (Carter y Dugdale 2013), ya que la grasa corporal excesiva dificulta la termorregulación, aumenta la cantidad de trabajo necesario para mover el cuerpo (Webb et al. 1990) y aumenta el consumo de oxígeno al realizar ejercicio (Thornton et al. 1986). Además, la obesidad aumenta el riesgo de desarrollo de laminitis en caballos y ponis (Frank 2009, McCue et al. 2015), enfermedad que ha sido reportada como una de las más frecuentes en caballos de rodeo chileno (Mora-Carreno et al. 2014). Por su parte, González (2013) reportó que en su investigación solo 2,3% de los caballos eran obesos, mientras que Soto (2013) reportó 26,5%; porcentaje que disminuye a 22,7% si se consideran solamente los 44 caballos que tenían actividad deportiva más de tres veces a la semana.
Por otra parte, con relación al presente estudio era de esperarse que en caballos de élite no se encontraran ejemplares con CC de 9 (extremadamente obeso). No obstante, aun cuando no eran caballos de élite, González (2013) y Soto (2013) reportaron en sus respectivos estudios un 2,3% y 9,7% de los caballos con esta CC. El que hubiera 3 caballos obesos en el presente estudio, así como reportes de individuos obesos y muy obesos en caballos raza chilena mantenidos en criaderos (González 2013; Soto 2013), tal vez obedece, por un lado, a una predisposición genética de la raza, al ser un poni (McCue et al. 2015); pero también, podría por otro lado, atribuirse a que la Federación de Criadores de Caballos Raza Chilena promovió desde el año 1930 la crianza de caballos gordos, al definir como prototipo del caballo raza chilena a una estatuilla del semental Azahar I, prototipo que a la inspección visual tiene una CC de 7 a 8 de acuerdo al sistema de calificación propuesto por Henneke et al. (1983), lo cual orientó la crianza hacia dicha condición (Porte 1978). El año 2002, la Federación de Criadores de Caballos Raza Chilena modificó esta estatuilla basándola en el mismo semental, pero con una CC de 6 a 7 (Porte 2002), lo que al parecer ha sido aceptado por gran parte de quienes practican competitivamente el rodeo chileno, como se observó en el presente estudio.
No haber encontrado diferencias entre las modas de los géneros, por un lado, era de esperar ya que los deportistas de élite deberían tener una condición corporal similar para enfrentar las exigencias de una misma actividad (NRC 2007); sin embargo, los resultados del presente estudio difieren parcialmente con los reportados por Soto (2013) quien informó una moda de 7 para hembras y machos castrados, pero de 6 para machos enteros. Además, al comparar los resultados con los obtenidos por Soto (2013) en los caballos raza chilena que realizaban actividad deportiva más de tres veces a la semana, hay otro aspecto diferente: el porcentaje de individuos con CC 8 de este estudio fue mucho menor, ya que en de Soto (2013) se reportó que en hembras, machos enteros y machos castrados el porcentaje de animales con respectivamente. El motivo de esta diferencia podría estar en que no eran caballos de élite, sin embargo, no se puede descartar la posibilidad que en ese estudio los datos se hayan obtenido al inicio del periodo de entrenamiento, y que ese fuera el motivo del alto porcentaje de caballos obesos.
La Tabla 2 muestra el número y porcentaje total según puntaje de CC de caballos que clasificaron y que no clasificaron a la final del Campeonato Nacional de Rodeo Chileno; en ella se observa que pese a no haber diferencias estadísticamente significativas, la mayoría de caballos que lograron clasificar a la final tenían menor CC. Además, entre los caballos que obtuvieron el 2° y 3° lugar había dos individuos con CC 6 y dos con CC 7. Por otra parte, independiente de que no logró obtener ninguno de los primeros tres lugares, llama la atención que un caballo con CC 8 (obeso) clasificara a la final del Campeonato Nacional de Rodeo, ya que en ningún otro deporte ecuestre se considera como óptima dicha CC (Lawrence et al. 1992), debido al efecto negativo sobre el rendimiento deportivo (Carter y Dugdale 2013; Fonseca et al. 2013). Por ello, la clasificación a la final de un caballo obeso podría considerarse como un hecho aislado, considerando que el rendimiento deportivo en el rodeo chileno, depende de muchos otros factores como: el tamaño y velocidad del novillo, la habilidad de los jinetes, la evaluación subjetiva del jurado y habilidad del caballo con el que forma pareja.
La principal limitación del presente estudio es que sólo consideró caballos de élite, es decir, aquellos que cumplieron con los requisitos deportivos para participar en el Campeonato Nacional del Rodeo Chileno, así que no se consideraron caballos de menor rendimiento deportivo con los que hubiera sido interesante contrastar los resultados.
CONCLUSIONES
Debido a que no existen estudios previos, los resultados sugieren en forma preliminar que la condición corporal más frecuente en caballos de rodeo chileno de élite es de 6 a 7 según el sistema de Henneke. También se evidencia la presencia de una baja proporción de individuos obesos en competencia. En el futuro, podría ser interesante realizar investigaciones sobre la CC en caballos que participen en rodeo chileno que incluya individuos que no logran los requisitos para participar en los campeonatos.