Introducción
La situación sanitaria mundial es preocupante por la aparición de la nueva enfermedad infecciosa denominada COVID-19, que afecta gravemente a la población 1. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ante la rápida propagación y el fácil contagio dispuso de medidas para combatir la diseminación del virus causante de la enfermedad 2. Dentro de las recomendaciones propuestas para prevenir el contagio, dispuso el lavado de las manos frecuentemente, cubrir la boca y nariz al estornudar o toser, mantener el distanciamiento social, evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, y el confinamiento en casa 2.
El objetivo de esta revisión de tema fue establecer la importancia de la actividad física y el ejercicio para el cuidado de la salud y el mantenimiento de la condición física en tiempos de confinamiento por COVID-19, estableciendo pautas y estrategias para realizar una adecuada prescripción del ejercicio durante este tiempo.
Se realizó una búsqueda bibliográfica en las bases de datos Pubmed, Elsevier, Scielo, Springerlink y Google Académico, con las palabras clave: Pandemia, Ejercicio, Virus, Cuarentena, Sistema Inmunológico y COVID-19. Se revisaron los artículos encontrados de diferentes tipos de investigación, sin hacer exclusión por año de publicación. Se hizo un análisis de las fuentes primarias y se realizó la recapitulación de los aspectos más importantes referentes a la actividad física y al ejercicio.
Estado del arte
El confinamiento es una de las medidas obligatorias que han sido impuestas por los diferentes gobiernos a nivel internacional debido a la facilidad y rapidez de transmisión, sumado al desconocimiento de los aspectos clínicos, virológicos y epidemiológicos sobre el comportamiento del virus 3,4. Si bien, el confinamiento y el distanciamiento social han sido medidas importantes y prioritarias para la salud pública, estas decisiones también han llevado consigo el cierre temporal y parcial de parques, espacios públicos, gimnasios, escuelas deportivas y centros de acondicionamiento físico, que han generado un impacto negativo sobre el estilo de vida de las personas, disminuyendo las posibilidades para realizar actividad física y ejercicio 5).
Las medidas implementadas pueden generar un detrimento del estado de salud de las personas y aumentar la incidencia de enfermedades no trasmisibles 6,7. Al respecto, se han establecido que los principales cuatro factores de riesgo modificables en común que presentan las enfermedades no trasmisibles son el consumo de tabaco o de alcohol, la alimentación no saludable y la inactividad física 6. Sumado a esto, la actual situación también puede causar alteraciones mentales, la presentación de ansiedad, estrés, irritabilidad, depresión, o miedo por la preocupación de las deudas financieras, la falta de información oportuna sobre la enfermedad y el desempleo 8,9.
Inactividad física y desentrenamiento
Se estima que a nivel mundial uno de cada cuatro adultos es inactivo físicamente10 y aunque el impacto de la actividad física y el ejercicio han sido ampliamente demostrados para mantener estable una salud física y mental 3,8,9, el manejo por parte de los organismos de salud en estos tiempos de mitigación han mostrado escasas estrategias, sin una orientación óptima para mantener a las personas lo más activas posibles 9.
La falta de estímulos óptimos por medio del ejercicio debido a la reducción de las actividades físico-deportivas durante la estancia en casa y el distanciamiento social, traen consigo la pérdida parcial o completa de las adaptaciones fisiológicas, mecánicas, anatómicas y cognitivas, lo que se conoce en el entrenamiento deportivo como el principio de reversibilidad. Este principio explica que, ante la ausencia de estimulación por medio del ejercicio, los efectos conseguidos por el entrenamiento se pierden sino hay una continuidad de los procesos 11. Esa pérdida parcial de la actividad física puede generar una disminución de la calidad de vida con mayor riesgo de caídas, reducción de la fuerza muscular y del rendimiento funcional en adultos mayores 12,13,14.
Así mismo, la inactividad física se ha relacionado con cambios negativos en la salud cardiovascular, tales como disfunción y atrofia cardiaca, estrechamiento luminal vascular, aumento de la rigidez arterial, disfunción endotelial y mayor riesgo de mortalidad cardiovascular 15. Por otro lado, con el desentrenamiento se han reportado cambios sobre el rendimiento físico 16, en la composición corporal con aumentos de la grasa corporal y disminución de la masa magra 17, disminución del consumo máximo de oxígeno, incremento de la frecuencia cardiaca y una menor capacidad muscular en términos de control motor producto de una disminución de la coordinación intra e intermuscular 18.
Pautas generales de actividad física y ejercicio
Actividad física
La actividad física durante este tiempo de pandemia puede contribuir a mantener o mejorar la tolerancia al ejercicio, el consumo máximo de oxígeno, la capacidad funcional, la salud cardiovascular, la composición corporal, la fuerza muscular, entre otras 19. Para lograr esos beneficios es importante tener en cuenta las indicaciones de un profesional de la salud o del ejercicio, realizar actividad física al aire libre guardando la distancia con las demás personas y acatando las indicaciones de las autoridades, no practicar actividades grupales, evitar la utilización de equipos y elementos ubicados en parques o espacios públicos, desarrollar actividades con una intensidad moderada dentro de casa y combinarlo con ejercicios como subir escaleras, bailar, saltar, utilizar los diferentes espacios de la vivienda y elementos como la escoba, botellas, maletines, cuerdas que se puedan adecuar para hacer diferentes ejercicios. Además, utilizar las redes sociales para publicar las actividades si eso aumenta la motivación; las actividades deben ser divertidas y en familia 20,21.
Ejercicio físico
Dentro de los procesos de prescripción del ejercicio, se debe prestar un especial cuidado en la interacción de las actividades físico-deportivas y el sistema inmunológico, el cual es conocido como la defensa del organismo contra mecanismos infecciosos 22. Las investigaciones concuerdan que la práctica regular de ejercicio mejora positivamente la respuesta de las funciones inmunes innatas y adaptativas, generando una reducción de la respuesta inflamatoria sistémica y la disminución del riesgo de infección producido por un efecto inmuno-regulador más eficiente 23,24.
Por esto, es necesario mantener un nivel de vida activo con hábitos de ejercicio en casa, que permitan tener un sistema inmunológico fuerte. Sin embargo, el tipo de ejercicio realizado también influye a la hora de proteger o desestabilizar la respuesta inmunitaria: se ha demostrado cómo el ejercicio interválico de alta intensidad (por sus siglas en inglés, HIIT), puede causar una respuesta inflamatoria aguda moderada, con aumento significativos de interleucina IL-6, IL 8, IL10, factor de necrosis tumoral α y proteína quimiotáctica monocítica 1 24. Además, el ejercicio intenso puede producir leucocitosis, producto del aumento de neutrófilos, linfocitos T Y B, y células NK (natural killer) en el torrente sanguíneo 25.
No obstante, se debe aclarar que estas respuestas son dadas como respuesta aguda ante el ejercicio y que la práctica regular continua, con una adecuada prescripción, mejora y promueve una mejor respuesta de la función inmune 25.
Lo descrito anteriormente, debe generar diversas recomendaciones en cuanto al ejercicio utilizado durante este tiempo de pandemia. Se deben tener en cuenta las metas y objetivos, y valorar si éstos van dirigidos hacia el mantenimiento de la salud o del rendimiento. Adicionalmente, deben considerarse las pautas generales y específicas, teniendo en cuenta las variantes que existen entre población sana activa o inactiva, niños y adolescentes, adultos mayores y deportistas 26, buscando la seguridad y eficiencia de los estímulos prescritos, permitiendo el desarrollo armónico de la fuerza muscular, la capacidad cardiorrespiratoria, la flexibilidad, la coordinación, la agilidad y el equilibrio, mediante sesiones de trabajo que permitan favorecer o mantener la condición física saludable 27.
La alternancia y variedad durante las sesiones de entrenamiento que incluyan diferentes tipos de ejercicios, con una duración entre 30 a 60 minutos por sesión, entre cinco a siete días por semana, teniendo en cuenta las fases de una sesión de ejercicio que corresponden a la fase de calentamiento, la fase central y la de recuperación, así como también el cuidado adecuado de las cargas y los tiempos de recuperación, pueden favorecer el efecto protector del ejercicio sobre la salud física y mental 28. Los profesionales de la salud y del ejercicio deben asumir este reto, buscando las alternativas necesarias para garantizar el acceso de las personas al ejercicio a través de prácticas innovadoras como la construcción de canales de comunicación remota entre profesional y usuario, en donde sesiones virtuales en vivo, videos pregrabados, imágenes, audios o planes escritos y comunicaciones telefónicas pueden fortalecer el autocuidado y el apoyo en la prescripción del ejercicio que vaya de la mano de estas nuevas dinámicas sociales que trajo la pandemia 29. El uso de las tecnologías puede favorecer la implementación de programas específicos y adaptados a las condiciones y preferencias, permitiendo un control y seguimiento de los procesos. Además, el profesional puede monitorizar y adecuar los componentes de la prescripción del ejercicio como la frecuencia, la intensidad, el volumen, el tiempo y tipo de ejercicios de acuerdo a las necesidades y posibilidades de cada individuo 30,31.
Niños y adolescentes
En cuanto a los niños y adolescentes se requieren acciones urgentes para incrementar los niveles de actividad deportiva. Estos procesos deben ser graduales y progresivos con actividades lúdicas que involucren el juego y la diversión, siendo prudentes con el número de días y sesiones a realizar evitando la aparición de posibles lesiones. Los ejercicios utilizados deben estar orientados a mejorar la capacidad cardiovascular, la fuerza, la coordinación y la salud ósea, realizar actividades deportivas al aire libre evitando compartir implementos deportivos con otros niños y evitar los juegos que involucren contacto corporal, implementar juegos que promuevan la enseñanza de una buena higiene y las medidas de protección para evitar el contagio, realizar una adecuada limpieza y desinfección de los diferentes juegos e implementos deportivos que tengan en casa 31.
Adultos mayores
El proceso de envejecimiento aumenta la vulnerabilidad ante el COVID-19 generando un gran impacto sobre la salud física y mental de los adultos mayores. Al respecto, el ejercicio físico puede contribuir a preservar la salud física, la actividad cerebral, la capacidad cognitiva y las funciones mentales, mediante la inclusión de ejercicios aeróbicos, de fuerza muscular, ejercicios de fortalecimiento de la musculatura respiratoria, de equilibrio y flexibilidad, acompañados de tareas y estímulos cognitivos 32.
Deportistas
Por otra parte, los procesos de entrenamiento de los deportistas deben incluir estrategias que mantengan motivado al atleta, brindando un apoyo interdisciplinar, con entrenamientos individualizados que permitan trabajar los eslabones débiles del control motor, la movilidad y la estabilidad, estableciendo un seguimiento y control de las cargas de entrenamiento que favorezcan el bienestar, el rendimiento y reduzcan el riesgo de lesión, educar al deportista para favorecer el entrenamiento invisible, proveer sesiones alternativas que favorezcan el conocimiento táctico y estratégico del juego.
Además de favorecer el retorno seguro a los entrenamientos después de levantar las medidas de prohibición, las cuales deben darse bajo los protocolos que protejan la salud del deportista, con exámenes médicos y físicos previos, con un seguimiento diario de la salud, estableciendo un regreso gradual por fases que incluyan a todos los actores del deporte (deportistas, entrenadores, jueces, personal médico y de entrenamiento), permitiendo el tiempo necesario y suficiente para cumplir con un proceso de entrenamiento que mejore su rendimiento deportivo y que reduzca la incidencia de lesión 15,16,33.
Conclusiones
La importancia de mantenerse activo durante esta etapa de confinamiento contribuye significativamente en la prevención de contagio del SARS-CoV-2 y el cuidado de la salud. El ejercicio debe procurar ser individual, específico, atendiendo los objetivos y las metas individuales, con una planeación estructurada y el manejo de las cargas apropiadas. Antes de pensar en mejorar el rendimiento o la capacidad física en estos tiempos de pandemia, debe pensarse en un ejercicio seguro y eficiente que cuide la salud tanto física como mental, garantizando la adaptación, el progreso o el mantenimiento de la condición física saludable.
Por último, es importante mencionar que los niños, adultos mayores o individuos con síntomas o enfermedades cardiovasculares o pulmonares crónicas deben buscar asesoría de un profesional de la salud, para una adecuada y segura prescripción del ejercicio y recordar que hacer cualquier tipo de actividad física es mejor que no hacer nada.
Dado que estamos atravesando por una situación especial atípica, de continuo cambio, de nuevos conocimientos, de avances y retrocesos en el manejo de esta enfermedad, esta revisión permite plantear posteriores investigaciones que mejoren la toma de decisiones por parte de los profesionales del ejercicio y de la salud para mitigar las consecuencias de COVID-19.