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Historia Crítica
Print version ISSN 0121-1617
hist.crit. no.56 Bogotá Apr./June 2015
https://doi.org/10.7440/histcrit56.2015.10
Biernat, Carolina y Karina Ramacciotti, editoras. Historia de la salud y la enfermedad. Bajo la lupa de las ciencias sociales. Buenos Aires: Biblos, 2014, 162 pp.
Patricio Simonetto*
* Investigador del Centro de Estudios en Historia, Cultura y Memoria (CEHCMe) de la Universidad Nacional de Quilmes (Argentina). Licenciado en Comunicación Social y Doctorando en Ciencias Sociales y Humanas por la Universidad Nacional de Quilmes. patriciosimonetto@gmail.com
DOI: dx.doi.org/10.7440/histcrit56.2015.10
En las últimas décadas, se ha desarrollado en torno a la salud y la enfermedad un campo de preocupaciones particulares. Investigadores de distintas latitudes, desde variados enfoques y disciplinas, nutren un fecundo campo de estudios que se ocupa, en mayor o en menor medida, de manera directa o indirecta, de otorgarles a estos tópicos una dimensión social, cultural e histórica que parecía insospechada en otros tiempos. La reciente compilación a cargo de Carolina Biernat y Karina Ramacciotti reúne a muchos de los principales referentes de estos novedosos estudios, congregados en la Red de la Salud y la Enfermedad, fundada en 2005. Los trabajos compilados son producto de los debates, diálogos e intercambios del "V Taller de Historia Social de la Salud y la Enfermedad", realizado en Buenos Aires en 2012. En el libro se pueden apreciar trabajos de autores de distintas geografías y disciplinas inscritas en las ciencias sociales: los historiadores Claudia Agostini (México), Diego Armus (Argentina-Estados Unidos), Carolina Biernat (Argentina), Maria Silvia Di Liscia (Argentina), Alma, Simone Kropf (Brasil), Jorge Márquez Valderrama (Colombia), Laura Méndez (Argentina); la socióloga Alma Idiart (Argentina), Marisa Miranda (Argentina), Karina Ramacciotti (Argentina) y el antropólogo Germán Soprano (Argentina).
Este libro propone retomar algunos de los trayectos recorridos por este campo y marcar los nuevos desafíos que se le presentan en la actualidad, haciendo visibles las dudas e interrogantes que aún siguen presentes y las líneas por seguir en futuras investigaciones. En tal sentido, la variedad de temas abordados -que incluyen la conformación y consolidación de grupos profesionales, la delimitación e implementación de las políticas sanitarias, la comprensión de las ideas que entrecruzan los armados institucionales, la historia sociocultural de las enfermedades, la salud y el cuerpo en el pasado y en la escena contemporánea, el proceso de construcción social y político de las ciencias y la medicina y los avatares de la biomedicina en perspectiva histórica- constituye un mapa inicial de este conglomerado de estudios.
Aquí se ofrece no sólo una lectura amena, congruente, donde prima la unidad en la diversidad de los autores convocados, sino también la virtud de reconocer la extensa gama de tópicos, interrogantes y perspectivas que los atraviesan. Al mismo tiempo, es un texto por excelencia para aquellos que quieran iniciarse o comprender qué asuntos centran hoy la atención de los académicos que se ocupan de estos temas; y además es un escrito especializado para quienes puedan aprovechar en la convivencia de los autores, la profundización de las perspectivas y los enfoques diversos, que resulta ser también un buen mapa de los diálogos del campo al no mostrarse uniforme o carente de conflictos. Esto debido a una pertinente imagen de un campo vivo, de sujetos preocupados por colocar en perspectiva histórica aquello que significa estar enfermo o sano, y los avatares de los diversos agentes por intervenir en esas situaciones. De ahí que el Estado, los médicos, los enfermos, la tecnología biomédica, las enfermeras, la propia historiografía sobre el tema, entre otros asuntos, son puestos bajo la lupa. Sin embargo, el libro no dirime las tensiones que pueden generarse en esta interacción sino que las potencia, al colocarlas en continuidad, mostrando una variada extensión de prismas teóricos, convergentes y divergentes, que prometen una trayectoria extensa en el tiempo para los estudios.
Este libro también es un síntoma positivo del estado actual de las ciencias sociales, donde la preocupación por lo acontecido ha dejado de ser únicamente objeto de la disciplina histórica. Sociólogos, historiados y antropólogos -desde diversas voces- traman una polifonía que propone disertar sobre aquello que parecía resignado al dominio discursivo de la medicina y las ciencias exactas. Para ofrecer así una posibilidad de reflexión sobre asuntos que conciernen a la propia trayectoria de vida, a lo más íntimo que ocurre en el cuerpo, a lo que infiere la existencia misma como seres humanos que enferman, viven, sanan o no. Asimismo, quizás como subproducto de esta convergencia de visiones, el libro se propone, en palabras de sus autoras: "admitir que el pasado es mucho más opaco que lo que sostenían los estudios tradicionales de historia de la medicina" (p. 9). Esto promueve el desafío de refinar las metodologías de investigación, abrir una nueva agenda de preguntas, revisar verdades ya aceptadas, analizar tanto los discursos como la puesta en práctica de las políticas sanitarias y buscar nuevas periodizaciones, que seguramente escapen a la periodicidad de la historia política. Es decir, una renovación permanente que exprese la vigorosidad de los estudios sobre la salud y la enfermedad.
Otra de sus principales características es la estrecha vinculación con el presente, un reflejo de toda indagación sobre el pasado. Este texto aparece impreso unos meses antes de que en el mundo emergieran en el discurso mediático, durante un corto período, palabras como "epidemia", "enfermedad", "miedo" y "alerta sanitaria". Así, pues, el temor provocado por el ébola ha puesto en marcha nuevamente la máquina fantástica y la capacidad inventiva de nuevas metáforas, que se montan sobre el padecer y sufrimiento de miles. En momentos así, los cuestionamientos y las preguntas, que tienden a problematizar, a hacer temblar formaciones discursivas que se muestran verídicas e incuestionables, deben ser bienvenidos y acogidos en las comunidades universitarias.
Por último, es importante resaltar que este libro se torna de lectura obligatoria para todos aquellos estudiosos que desde distintas latitudes del campo social se preguntan sobre la salud y la enfermedad. En la vía de descomponer aquellas tramas que parecen herméticas y adheridas al discurso científico, de recolocar los procesos sociales en la perspectiva histórica, es factible tomar de estos textos líneas y propuestas de trabajo para pensar nuevos tópicos inexplorados, nuevas agendas. Este texto es una invitación abierta a actualizarse en los debates de un campo vivo que atañe, en última instancia, a mucho de aquello que nominamos vida.