Introducción
El melón es uno de los principales productos de exportación en Costa Rica, en 2011 fue el quinto mayor rubro de exportación agrícola de este país (66,9 millones de dólares); la cosecha se produce principalmente entre enero y abril (época seca), y los frutos que no cumplen con los requerimientos para exportación se destinan al mercado nacional (Monge-Pérez, 2014). En el país se producen los siguientes tipos de melón: Cantaloupe, Amarillo, Charentais, Harper, Piel de Sapo, Galia, Honey Dew, y Orange Flesh (MongePérez, 2016)
En Costa Rica se produce poco melón durante la época lluviosa del año, debido a diversos problemas fitosanitarios que afectan la producción; de ahí que, el precio de esta fruta en el mercado nacional, para dicho período, es mucho más alto que en la época seca (Monge-Pérez, 2016). En el país se presenta una gran demanda de melón durante la temporada de lluvias, debido a la poca producción (y baja calidad de la fruta). En este período el consumidor podría estar anuente a pagar un mayor precio por un fruto de alta calidad; la producción de melón bajo invernadero haría posible esta oportunidad (Monge-Pérez, 2016), pues permite la producción de la fruta durante todo el año.
Para el 2003 en Costa Rica, el 89 % de los ambientes protegidos se ubicaban en la Región Central, y en estos se cultivaba principalmente chile dulce y tomate (Marín, s.f.); la producción de melón bajo ambiente protegido ha sido tradicionalmente muy baja en el país (Monge-Pérez, 2016).
En comparación con la producción a campo abierto, el cultivo bajo ambiente protegido permite obtener un mayor número de cosechas durante el año, una cosecha más precoz, una mejor calidad del fruto y un mayor rendimiento, además de ahorro en el uso de fertilizantes y agua (Vargas et al., 2008). En condiciones de invernadero, se presenta menor evapotranspiración, viento y radiación solar; y se registra mayor humedad relativa del aire, temperatura y radiación difusa (Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017).
Por otra parte, con el uso de hidroponía se puede lograr una menor aplicación de plaguicidas, un adecuado manejo de agua y nutrientes, así como una mayor densidad de siembra, y un incremento en la productividad y calidad del fruto de melón (Vargas et al., 2008).
Un factor clave en todo proyecto productivo es la selección del genotipo apropiado, cada variedad presenta diversas características de calidad del fruto, respuesta a condiciones climáticas, y resistencia a plagas y enfermedades (Monge-Pérez, 2016). La respuesta de un genotipo cultivado bajo invernadero no es siempre coincidente con lo que sucede a campo abierto, pues las condiciones ambientales son bastante diferentes (Monge-Pérez, 2016).
Un genotipo apropiado de melón se debe adaptar bien a las condiciones de cultivo, asegurar un buen rendimiento, y sus frutos deben ser de buena calidad y contar con una vida de anaquel adecuada (Monge-Pérez, 2016). Los consumidores de melón consideran que la calidad del fruto depende de la concentración de sólidos solubles totales, el grosor de la pulpa y el sabor (Vargas et al., 2008); y, en consecuencia, demandan frutos con alto contenido de sólidos solubles totales, mayor firmeza y larga vida de anaquel (Cantliffe et al., 2009).
El objetivo de esta investigación fue evaluar el rendimiento y la calidad de 10 genotipos de melón, cultivados bajo ambiente protegido, en Alajuela, Costa Rica.
Materiales y métodos
Se cultivaron diez genotipos de melón Cucumis melo L. (Cucurbitaceae) (tabla 1), en condiciones hidropónicas, en el invernadero de hortalizas de la Estación Experimental Agrícola Fabio Baudrit Moreno (EEAFBM), que está ubicada en el Barrio San José de Alajuela, Costa Rica, a 883 m s.n.m. Se utilizaron genotipos de cinco diferentes tipos de melón (dos híbridos por cada tipo), los cuales se consideraron interesantes por sus características de calidad de fruta.
El cultivo se estableció en sacos plásticos rellenos con fibra de coco, de 1 m de largo, 20 cm de ancho y 15 cm de altura. La distancia de siembra fue de 25 cm entre plantas, y 1,54 m entre hileras, para una densidad de 2,60 plantas/m2 . Las plantas se sujetaron por medio de mallas plásticas, ubicadas a ambos lados de cada hilera de plantas, y se manejaron a libre crecimiento (es decir, no se realizaron podas). Para garantizar la polinización, se colocó una colmena de Apis mellifera y otra de Nannotrigona sp. (Hymenoptera: Apidae) en el invernadero.
El almácigo se sembró el 12 de julio de 2014, y el trasplante se efectuó el 26 de julio de 2014. La cosecha inició el 4 de octubre de 2014 (70 días después del trasplante-ddt) para los genotipos más precoces, y finalizó el 26 de noviembre de 2014 (123 ddt). El combate de plagas y enfermedades se llevó a cabo mediante un manejo integrado, que incluyó medidas biológicas, etológicas y químicas. Se utilizó un programa de fertirrigación previamente validado para el cultivo de melón bajo invernadero (Monge-Pérez & Loría-Coto, 2020); se suministró fertirriego entre las 7:00 a.m. y las 4:00 p.m., con una frecuencia de una hora; se usaron goteros con una descarga de 2 litros por hora, y cada planta recibió entre 0,5 y 1,5 litros por día, según la etapa fenológica, con un mayor consumo hacia el final del ciclo del cultivo.
Se evaluaron las siguientes variables:
a) Edad al inicio de la cosecha (ddt): Se registró el día de inicio de la cosecha en cada genotipo, y se contabilizó el número de días transcurridos desde el trasplante.
b) Peso del fruto (g): Se evaluó el peso de cada uno de los frutos producidos, y se obtuvo el promedio por fruto.
c) Número de frutos/m2: Se registró el número de frutos producidos por planta, y luego se calculó la producción por m2 , de acuerdo con la densidad de siembra de la investigación.
d) Rendimiento por área (kg/m2): Se estimó el peso de los frutos de melón producidos por m2 , a partir del rendimiento por planta y considerando la densidad de siembra.
e) Porcentaje de sólidos solubles totales (°Brix): Se evaluó el porcentaje de sólidos solubles totales de todos los frutos, y se obtuvo el promedio.
f) Firmeza de la pulpa del fruto (N): Se registró la firmeza de la pulpa de todos los frutos, y se obtuvo el promedio. Esta variable se evaluó en el momento de madurez fisiológica de los frutos.
g) Tipo de expresión sexual: Se evaluó la presencia de flores hermafroditas (andromonoica) o femeninas (monoica), además de las masculinas, para cada genotipo, por medio de la observación de las flores de las plantas.
La firmeza de la pulpa del fruto se determinó mediante un penetrómetro portátil (Effegi, modelo FT327, Italia), con un puntero de 7,5 mm de ancho y una capacidad de 12,5 ± 0,1 kilogramo-fuerza; los datos se multiplicaron por un factor de conversión de 9,806 para obtener el resultado en Newtons (N). Para la evaluación del peso de los frutos se utilizó una balanza electrónica (Ocony, modelo TH-I-EK, Costa Rica) con una capacidad de 5.000,0 ± 0,1 g. El porcentaje de sólidos solubles totales se evaluó mediante un refractómetro manual (Atago, modelo N-1a, Japón) con una capacidad de 0,0-32,0 ± 0,2 °Brix.
Se utilizó un diseño experimental irrestricto al azar, con 10 tratamientos (genotipos), y cuatro repeticiones (parcelas) por tratamiento; se consideró que cuatro repeticiones era un número adecuado a nivel estadístico, y que se ajustaba al espacio disponible en el invernadero para este ensayo. La parcela total consistió de 12 plantas (3 sacos), y la parcela útil consistió en las 8 plantas centrales de la parcela (2 m lineales centrales de la parcela). Todos los frutos producidos dentro de la parcela útil fueron evaluados. Para todas las variables (excepto edad al inicio de la cosecha, y tipo de expresión sexual) se realizó un análisis estadístico de varianza, y se utilizó la prueba de LSD Fisher con una significancia de 5 % para obtener las comparaciones entre tratamientos. Para las variables edad al inicio de la cosecha y tipo de expresión sexual, no se realizó análisis estadístico, únicamente se hicieron evaluaciones observacionales.
Resultados y discusión
Todos los genotipos mostraron una expresión sexual andromonoica, con excepción del JMX-801, que fue el único con una expresión monoica. Dicho genotipo fue también el que mostró una menor producción por área; esta baja productividad de los genotipos monoicos cultivados bajo invernadero, en comparación con los andromonoicos, ya había sido informada anteriormente (Monge-Pérez, 2016; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2019).
Con respecto a la edad al inicio de la cosecha, los genotipos más precoces fueron JMX-207 y Brilliant (70 ddt; ambos de tipo Amarillo), así como Oui (71 ddt; tipo Charentais) (figura 1); los frutos se cosecharon al alcanzar la madurez fisiológica. Los genotipos más tardíos iniciaron su cosecha a los 88 ddt, y correspondieron a JMX-1137 y Acclaim (ambos de tipo Cantaloupe), y a HSR-4366 (tipo Galia). Es interesante que los melones tipo Cantaloupe hayan sido más tardíos que los melones tipo Harper en el presente ensayo bajo condiciones de invernadero, dado que, de forma contraria, en condiciones de cultivo al aire libre en zonas de clima caliente, los melones tipo Harper son generalmente más tardíos que los de tipo Cantaloupe (Monge-Pérez, 2016).
Por lo general, es preferible cultivar genotipos precoces para la producción de melón en invernadero, puesto que se puede recuperar más rápidamente la inversión económica (Monge-Pérez, 2016); aunque también hay que considerar otros aspectos como el rendimiento y la calidad del fruto. Con respecto a la producción de melón en invernadero, algunos autores informaron que el genotipo Galia inició cosecha a los 49 ddt, pero el Amarillo, lo hizo a los 59 ddt (Monge-Pérez, 2016); en ambos casos se trata de una producción sumamente precoz. En el caso de melón Cantaloupe, en un ensayo, la cosecha inició a los 81 ddt (Queiroga et al., 2008c), mientras que, en otro ensayo, realizado en Taiwán, lo hizo entre 54 y 56 ddt (Yam et al., 2020); y en México otro genotipo de este tipo de melón inició su cosecha entre 88 y 104 días después de la siembra directa, según el tipo de sustrato utilizado (Moreno-Reséndez et al., 2014).
Otros autores informaron que, en la EEAFBM, un genotipo de melón Cantaloupe inició cosecha a los 77,3 ddt (Díaz-Alvarado & Monge-Pérez, 2017a), mientras que otro de melón Amarillo lo hizo a los 67 ddt (Díaz-Alvarado & Monge-Pérez, 2017b). Los resultados obtenidos en el presente estudio fueron superiores a lo informado por dichos autores. Por otra parte, en la EEAFBM, en Costa Rica, para 18 genotipos de melón, se obtuvo una edad de inicio de cosecha entre 65 y 123 ddt (Monge-Pérez, 2016), lo que enfatiza la importancia del efecto genético sobre esta variable; los datos hallados en el presente ensayo se ubicaron dentro de dicho rango. La edad de inicio de cosecha de un melón depende, entre otros factores, de las condiciones climáticas como luz, temperatura y humedad; de las prácticas de manejo del cultivo como fertilización, podas y densidad de siembra; y de las características genéticas de cada variedad; por ejemplo, una menor temperatura hace que el inicio de la cosecha sea más tardío (Monge-Pérez, 2016). Por lo tanto, estos factores pueden explicar las diferencias entre los resultados obtenidos en este ensayo y los datos de la literatura. En la tabla 2 se muestran los estimadores estadísticos de las variables en que se realizó el análisis estadístico. Según el análisis de varianza, se hallaron diferencias significativas para las variables peso del fruto, número de frutos/m2 , rendimiento por área, porcentaje de sólidos solubles totales, y firmeza de la pulpa del fruto (tabla 3).
Nota:CV: coeficiente de variación (%); p-valor: probabilidad del tratamiento (genotipo); DMS: diferencia mínima significativa.
Fuente: Elaboración propia
Los frutos con mayor peso se obtuvieron en el genotipo JMX-915 (948,68 g) (figura 2), seguido de JMX-801 (905,17 g), ambos de tipo Harper; mientras que los frutos con menor peso se presentaron en el genotipo HSR-4310 (506,37 g), un melón tipo Galia.
Se deben seleccionar genotipos cuyos frutos tengan un peso de interés comercial, que en el caso del mercado nacional de Costa Rica deben ser entre 600 y 2.000 g (Monge-Pérez, 2016), mientras que en Brasil dicho rango se ubica entre 800 y 2.000 g (Vargas et al., 2008).
Según diversos investigadores, en melones producidos en invernadero se han obtenido los siguientes valores de peso del fruto: melón Amarillo entre 443,29 y 2.020,00 g (Alvarado-Sánchez & Monge-Pérez, 2015; Díaz-Alvarado & Monge-Pérez, 2017b; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017; Paduan et al., 2007); melón Cantaloupe entre 161,47 y 1.777,00 g (Abraham-Juárez et al., 2018; Banchón, 2018; Barrientos, 2013; Díaz-Alvarado & Monge-Pérez, 2017a; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017; Morales, 2009; Moreno-Reséndez et al., 2014; Naranjo, 2012; Preciado-Rangel et al., 2018; Queiroga et al., 2008a, b, c; Sánchez et al., 2016; Santiago et al., 2018; Yam et al., 2020); melón Charentais entre 479,55 y 1.200,00 g (Barrientos, 2013; Cantliffe et al., 2009; González, 2017; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017); melón Galia entre 480,0 y 1.800,0 g (Abad et al., 2006; Bezerra et al., 2009; Dias et al., 2018; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017; Paduan et al., 2007; Rodríguez et al., 2006, 2007); y melón Harper entre 584,0 y 1.300,0 g (Barrientos, 2013; Mitchell et al., 2008; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017). Los resultados hallados en el presente ensayo se ubicaron dentro de dichos rangos. Las diferencias en los valores de peso del fruto de melón informados en la literatura se pueden explicar por la influencia de factores como la densidad de siembra, las condiciones climáticas, la fertilización, y el genotipo, entre otros.
Se hallaron diferencias significativas en el número de frutos por área, cuyos valores oscilaron entre 0,65 frutos/m2 para el genotipo JMX-801, y hasta 7,39 frutos/m2 para el JMX-207; mientras otros genotipos produjeron más de 5,0 frutos/m2 , como fue el caso de Brilliant con 6,09 frutos/m2 y Oui con 5,69 frutos/m2 (figura 3).
Es notable que los dos genotipos que produjeron más frutos por planta corresponden a melones tipo Amarillo (JMX-207 y Brilliant); esta característica en este tipo de melón ya había sido informada en otra investigación (Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017).
Normalmente, cada planta de melón cultivado bajo invernadero logra desarrollar entre dos y tres frutos, debido a la ocurrencia del aborto natural (Charlo et al., 2009). Se ha informado que el número de frutos/m2 presentó una correlación muy significativa y positiva con el rendimiento por área, para melones Cantaloupe, Charentais, Galia y Harper, pero no en el caso de melones Amarillo, Honey Dew y Japonés (Monge-Pérez & Loría-Coto, 2019).
De acuerdo con varios estudios, en melón producido en invernadero se han obtenido los siguientes valores de número de frutos/m2: melón Amarillo entre 1,00 y 8,48 (Alvarado-Sánchez & Monge-Pérez, 2015; Botto, 2011; Díaz-Alvarado & Monge-Pérez, 2017b; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017); melón Cantaloupe entre 1,33 y 10,41 (Banchón, 2018; Barrientos, 2013; Botto, 2011; Díaz-Alvarado & MongePérez, 2017a; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017); melón Charentais entre 1,33 y 9,50 (Barrientos, 2013; Botto, 2011; Cantliffe et al., 2009; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017); melón Galia entre 3,07 y 29,52 (Abad et al., 2006; Botto, 2011; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017; Rodríguez et al., 2006, 2007); y melón Harper entre 1,66 y 5,88 (Barrientos, 2013; Botto, 2011; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017). Los resultados hallados en la presente investigación se ubicaron dentro de dichos rangos, excepto en el caso de los genotipos JMX-1411 (Charentais), HSR-4310 y HSR-4366 (Galia), y JMX-801 (Harper), que obtuvieron valores por debajo del rango respectivo a cada tipo de melón. Varios factores que influyen sobre la variable número de frutos/m2 son la densidad de siembra, el tipo de poda, la presencia de polinizadores y el tipo de expresión sexual del genotipo, entre otros.
Se presentaron diferencias importantes en cuanto a rendimiento por área, donde el mayor rendimiento se obtuvo con el genotipo JMX-207 (5,05 kg/m2), y el menor rendimiento se halló con el JMX-801 (0,56 kg/m2); otros genotipos que mostraron una alta producción fueron Oui (3,77 kg/m2) y Brilliant (3,49 kg/m2) (figura 4). Las diferencias halladas para esta característica fueron significativas, por lo que lo deseable es escoger aquellos genotipos que producen un mayor rendimiento, pero cuya calidad del fruto cumpla con los requisitos del mercado.
Se debe enfatizar el muy bajo rendimiento obtenido con el genotipo JMX-801, esto se relaciona directamente con el hecho de que fue la única variedad que presentó plantas monoicas. El genotipo HSR4310 (andromonoico) también mostró un rendimiento muy bajo, aunque en este caso el resultado fue influenciado por el bajo peso de sus frutos.
El mercado nacional de Costa Rica prefiere melones tipo Cantaloupe, que en este ensayo están representados por los genotipos JMX-1137 y Acclaim; los rendimientos obtenidos por dichos genotipos oscilaron entre 1,50 y 2,00 kg/m2 . El genotipo JMX-915 (tipo Harper), que podría competir en el mercado del melón tipo Cantaloupe por la similitud externa de los frutos, produjo un rendimiento de 2,13 kg/m2 , aunque no se presentaron diferencias estadísticamente significativas en la producción entre los tres genotipos mencionados.
Según diversos investigadores, en melón producido en invernadero se han hallado los siguientes valores de rendimiento por área: melón Amarillo entre 0,26 y 5,18 kg/m2 (Alvarado-Sánchez & Monge-Pérez, 2015; Botto, 2011; Díaz-Alvarado & Monge-Pérez, 2017b; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017); melón Cantaloupe entre 0,27 y 10,46 kg/m2 (Abraham-Juárez et al., 2018; Barrientos, 2013; Botto, 2011; DíazAlvarado & Monge-Pérez, 2017a; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017; Morales, 2009; Moreno-Reséndez et al., 2014; Queiroga et al., 2008b, Sánchez et al., 2016); melón Charentais entre 0,24 y 7,60 kg/m2 (Barrientos, 2013; Botto, 2011; Cantliffe et al., 2009; González, 2017; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017); melón Galia entre 0,95 y 44,3 kg/m2 (Abad et al., 2006; Bezerra et al., 2009; Botto, 2011; Dias et al., 2018; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017; Rodríguez et al., 2006, 2007); y melón Harper entre 0,42 y 3,43 kg/m2 (Botto, 2011; Barrientos, 2013; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017). Los resultados obtenidos en el presente ensayo se ubicaron dentro de dichos rangos, excepto en el caso del genotipo HSR-4310, que obtuvo un rendimiento por debajo del rango informado para los melones tipo Galia. El rendimiento por área en el melón es un rasgo cuantitativo complejo, gobernado por un gran número de genes, y que es afectado considerablemente por el ambiente (Monge-Pérez & Loría-Coto, 2020).
El mayor porcentaje de sólidos solubles totales se obtuvo con los genotipos HSR-4366 (12,29 °Brix), Brilliant (12,08 °Brix) y JMX-1411 (12,00 °Brix), mientras que el menor valor para esta característica se presentó en el genotipo JMX-207 con 10,35 °Brix (figura 5). Todos los genotipos produjeron frutos cuyo contenido de sólidos solubles fue superior a 10,0 °Brix, que es el mínimo requerido para los melones de exportación, lo que indica que, en el presente ensayo, la calidad de los frutos fue muy buena en todos los casos respecto a esta característica.
El porcentaje de sólidos solubles totales se usa para clasificar el melón según su grado de dulzura; menos de 9 °Brix se considera no comercializable, entre 9 y 12 °Brix se considera comercializable, y más de 12 °Brix se considera de calidad extra (Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017; Vargas et al., 2008). En EE.UU., los melones con un mínimo de 9 °Brix califican como calidad U.S. No. 1, y los que tienen un mínimo de 11 °Brix se consideran como calidad Fancy, que es el grado más alto de calidad para melones, según la normativa de ese país (Cantliffe et al., 2009). Por lo tanto, todos los genotipos evaluados mostraron un porcentaje de sólidos solubles totales apropiado para comercialización, y varios de ellos mostraron una calidad extra, lo que indica que las condiciones climáticas y de manejo del cultivo fueron idóneas, y que los genotipos poseen características genéticas superiores para la acumulación de sólidos solubles.
De acuerdo con varias investigaciones, en melón producido en invernadero se han obtenido los siguientes valores de porcentaje de sólidos solubles totales: melón Amarillo entre 7,50 y 15,16 °Brix (Alvarado-Sánchez & Monge-Pérez, 2015; Botto, 2011; Díaz-Alvarado & Monge-Pérez, 2017b; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017; Paduan et al., 2007); melón Cantaloupe entre 6,60 y 14,09 °Brix (Abraham-Juárez et al., 2018; Barrientos, 2013; Botto, 2011; Díaz-Alvarado & Monge-Pérez, 2017a; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017; Morales, 2009; Moreno-Reséndez et al., 2014; Preciado-Rangel et al., 2018; Queiroga et al., 2008b, c; Salandanan et al., 2009; Sánchez et al., 2016; Santiago et al., 2018; Yam et al., 2020); melón Charentais entre 8,00 y 15,10 °Brix (Barrientos, 2013; Botto, 2011; Cantliffe et al., 2009; González, 2017; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017; Salandanan et al., 2009); melón Galia entre 8,00 y 12,93 °Brix (Abad et al., 2006; Botto, 2011; Dias et al., 2018; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017; Paduan et al., 2007; Rodríguez et al., 2006, 2007; Salandanan et al., 2009); y melón Harper entre 7,70 y 14,54 °Brix (Barrientos, 2013; Botto, 2011; Mitchell et al., 2008; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017). Los resultados hallados en el presente estudio se ubicaron dentro de dichos rangos. Las variaciones en los valores de esta característica se pueden deber, entre otros factores, al material genético, tipo de sustrato, manejo del riego, luz y temperatura.
En la figura 6 se presentan los datos de firmeza de la pulpa del fruto de los genotipos evaluados. El mayor valor para esta característica se obtuvo en los genotipos JMX-801 (40,21 N) y JMX-1411 (33,44 N), mientras que el menor valor se obtuvo en Oui (16,89 N) y JMX-1137 (18,41 N).
La firmeza es un factor relevante en la calidad del fruto de melón, y es un rasgo intrínseco a la resistencia contra el deterioro físico y mecánico que se produce como consecuencia del acarreo y mercadeo del fruto; la firmeza de la pulpa del fruto es una característica genética, y constituye un indicador de su grado de madurez (Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017).
En las empresas exportadoras de melón en Costa Rica, se ha establecido un valor mínimo recomendable de 18,6 N en la firmeza de la pulpa del fruto, en el momento de madurez fisiológica (Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017). De acuerdo con estos parámetros, todos los genotipos presentaron una firmeza idónea para exportación, excepto Oui y JMX-1137; sin embargo, para el mercado nacional de Costa Rica, los valores obtenidos por ambos genotipos se consideran aceptables. Por otra parte, en Brasil se ha establecido que la firmeza mínima aceptable es de 22 N para melón Galia, de 24 N para melón Amarillo, de 30 N para melón Cantaloupe y Orange Flesh, y de 32 N para melón Piel de Sapo (Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017). No obstante, hay que tomar en cuenta que esos valores corresponden a un mercado de exportación hacia Europa.
Según varios autores, en melón producido en invernadero se han hallado los siguientes valores de firmeza de la pulpa del fruto: melón Amarillo entre 17,94 y 24,71 N (Alvarado-Sánchez & Monge-Pérez, 2015; Díaz-Alvarado & Monge-Pérez, 2017b; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017); melón Cantaloupe entre 14,91 y 29,91 N (Díaz-Alvarado & Monge-Pérez, 2017a; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017; Preciado-Rangel et al., 2018; Sánchez et al., 2016); melón Charentais entre 10,9 y 45,3 N (Cantliffe et al., 2009; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017); melón Galia entre 19,12 y 37,94 N (Abad et al., 2006; Dias et al., 2018; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017); y melón Harper entre 19,10 y 19,12 N (Mitchell et al., 2008; Monge-Pérez & Loría-Coto, 2017). Los valores obtenidos en el presente ensayo se ubicaron dentro de dichos rangos, excepto en los genotipos JMX-915 y JMX-801 (Harper), que presentaron valores por encima del rango respectivo a ese tipo de melón. Las variaciones en los valores de firmeza de la pulpa del fruto de melón se pueden explicar por el efecto del genotipo, de la fertilización y del tipo de sustrato, entre otros.
En resumen, se hallaron diferencias estadísticamente significativas en cinco de las variables estudiadas, tanto en términos de rendimiento como de calidad de los frutos de melón, y asimismo se observaron diferencias en el tipo de expresión sexual y edad al inicio de la cosecha entre los genotipos.
Conclusiones
Dado que la mayoría de los consumidores prefieren un melón con sabor dulce, el porcentaje de sólidos solubles totales es una característica primordial para determinar la calidad de un genotipo de melón; todos los genotipos se destacaron por su alto contenido de sólidos solubles totales, y constituyen opciones válidas para los consumidores que buscan melones de alta calidad.
El número de frutos/m2 y el rendimiento por área fue significativamente mayor en los genotipos JMX-207 (7,39 frutos/m2 ; 5,05 kg/m2 ), Oui (5,69 frutos/m2 ; 3,77 kg/m2 ) y Brilliant (6,09 frutos/m2 ; 3,49 kg/m2 ), y significativamente menor en el genotipo JMX-801 (0,65 frutos/m2 ; 0,56 kg/m2 ).