Introducción
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) se ubican entre las enfermedades mentales de mayor importancia en la población de niños y adolescentes, debido al riesgo para la salud física y mental que representan y al efecto negativo que tienen sobre la calidad de vida de estos (Bautista & Serra, 2015; Bryant-Waugh, 2019; Buelow, 2020; Drieberg et al., 2019; Guarín et al., 2013; Linardon et al., 2019; Ochoa et al., 2013; OMS, 2018; Pérez et al., 2018; Solís et al., 2019; Williams-Kerver & Crowther, 2020).
Recientemente, la Asociación Nacional de Trastornos de la Alimentación (NEDA, 2018) planteó que entre el 0.9 % y el 2.0 % de las mujeres y entre el 0.1 % y el 0.3 % de los hombres desarrollarán anorexia en su vida, mientras que entre el 1.1 % y el 4.6 % de las mujeres y entre el 0.1 % y el 0.5 % de los hombres desarrollarán bulimia. De hecho, se sabe que en México, en mujeres adolescentes (12-17 años) residentes en zona urbana, se calculó una prevalencia de 0.05 % de anorexia, 1.0 % de bulimia nerviosa, y 1.4 % de trastorno por atracón (TPA) (Meléndez et al., 2017); mientras que en Colombia, Fajardo et al. (2017) encontraron que el riesgo de que estudiantes de secundaria presenten TCA es de 0.3 %, y Pérez et al. (2015) afirman que el riesgo de bulimia es de 0.4 % en adolescentes mayores de 16 años.
Las causas de los TCA son múltiples y están relacionadas con la insatisfacción, distorsión y excesiva preocupación por la imagen corporal (Bornioli et al., 2019; Corno et al., 2018; Cuquejo et al., 2017; Plumed et al., 2019; Salmeron et al., 2017; Sharpe et al., 2018); y se ha encontrado que la satisfacción con la imagen corporal está influenciada por factores socioculturales, entre los que se incluyen los estándares de belleza establecidos respecto a la Figura y arreglo corporal (Gonçalves-Câmara & Bedin-Tomasi, 2015; Ralph-Nearman & Filik, 2020; Schnettler et al., 2018; Vaquero-Cristóbal et al., 2013).
Al respecto, Behar (2010) expone que la sociedad occidental ha promovido valores, creencias y cánones estéticos que han dado origen a estereotipos corporales que establecen un arquetipo de belleza centrado en el culto al cuerpo joven y delgado, especialmente para las mujeres, y de musculatura sin grasa para los hombres (Boon et al., 2017; Eik-Nes et al., 2018; Prnjak et al., 2019).
Específicamente, Ruíz et al. (2010) consideran influencias culturales, en el modelo estético corporal, a todas aquellas prácticas sociales y creencias difundidas en revistas de circulación masiva, televisión, productos adelgazantes y redes sociales, que por razones estéticas promueven el adelgazamiento y la delgadez extrema (Cortez et al., 2016; Forney et al., 2019; Gonçalves & Martínez, 2014; Jiménez-Flores et al., 2017; Rodgers, Lowy et al., 2016; Shahyad et al., 2018; Uchôa et al., 2019); prácticas que llegan a generar presión sobre las personas para alcanzar el ideal estético.
Como se demuestra en diversas investigaciones, la interiorización de este modelo produce tanto insatisfacción con la imagen corporal como la aparición de conductas de riesgo de trastorno alimentario, puesto que el sujeto tiende a evaluar la distancia entre las características del cuerpo ideal y el real, hecho que afecta su estado de ánimo y disminuye su autoestima (Al-Kloub et al., 2018; Carrard et al., 2020; Cortez et al., 2016; Leins et al., 2018; Murawski et al., 2015; Rheanna et al., 2013).
Ahora, existen diversos instrumentos que evalúan aspectos relacionados con la imagen corporal; sin embargo, la mayoría centran la atención en la forma en que las personas perciben su cuerpo y el grado de satisfacción que reportan respecto a la apariencia socialmente reflejada, pero no abordan los aspectos culturales ni su función. Entre ellos, están las diferentes versiones del Cuestionario de influencias del modelo estético corporal (CIMEC), de Vázquez et al. (2000), el Instrumento para la percepción de la imagen corporal (IPIC), de Campayo et al. (2003), y el Cuestionario de Imagen corporal para personas en situación de discapacidad, de Botero-Soto y Londoño-Pérez (2015).
Por otra parte, se encontró que el Cuestionario de actitudes socioculturales sobre la apariencia (SATAQ-4), una revisión del SATAQ-3 -que no contaba con una subescala que midiera internalización del ideal muscular-, que tiene como propósito proporcionar una evaluación más completa de las presiones sociales, pues incluye elementos relacionados con la familia, los compañeros y los medios de comunicación con el fin de obtener una medida de internalización del ideal de delgadez y muscular más enfocada, así como ajustar sistemáticamente la confiabilidad y la validez convergente de las puntuaciones en la nueva medida en muestras femeninas, masculinas, e interculturalmente (Schaefer et al., 2015; Thompson et al., 2004).
La primera versión del SATAQ-R fue desarrollada por Cusumano y Thompson (1997) en Estados Unidos, mientras que el ajuste de las versiones SATAQ-3 y SATAQ-4 fue realizado por Schaefer et al. (2012). La última adaptación ha sido validada en países europeos -Italia, Inglaterra, España, Francia-, asiáticos -Japón- y en el continente australiano, estudios en los que se conservaron los adecuados índices de consistencia interna y se mantuvo su estructura factorial original (Llorente et al., 2015; Rodgers, Schaefer et al., 2016; Schaefer et al., 2012; Schaefer et al., 2015; Yamamiya et al., 2016; Yamamiya et al., 2019) (véase Tabla 1); condición que, aunque facilita su uso en diferentes poblaciones de Latinoamérica, no permite valorar el aspecto en Colombia.
Autores del estudio | País/población de validación | Propiedades psicométricas | |
---|---|---|---|
Confiabilidad α | Estructura dad factorial | ||
Schaefer et al. (2012) | Italia, Inglaterra y Australia | .83 | 5 subescalas |
Llorente et al. (2015) | España | .89 | 5 subescalas |
Yamamiya et al. (2016) | Japón | .89 | 5 subescalas |
Yamamiya et al. (2019) | Japón | .90 | 5 subescalas |
Rodgers, Schaefer et al. (2016) | Francia | .83 | 5 subescalas |
Teniendo lo anterior en cuenta, es importante tener instrumentos válidos y confiables para evaluar actitudes psicológicas, culturales y sociales respecto a la apariencia corporal, pues estas han sido relacionadas con la aparición de TCA, depresión, ansiedad y trastorno dismórfico corporal; condiciones psicopatológicas cuya incidencia y prevalencia han aumentado durante la última década tanto en la población latinoamericana como en Colombia. Por tanto, es preciso contar con un instrumento psicométricamente válido que permita ejecutar a tiempo acciones de prevención y de acompañamiento con esta población. Por ello, el objetivo del presente estudio instrumental fue evaluar las propiedades psicométricas del Cuestionario de actitudes socioculturales sobre la apariencia (SATAQ-4) en una muestra de población colombiana.
Método
Tipo de estudio
Se llevó a cabo un estudio psicométrico de tipo instrumental, dado que apunta al desarrollo de pruebas, así como a su diseño y respectiva adaptación (Montero & León, 2002; Paniagua, 2015).
Participantes
Se utilizó una muestra estratificada no aleatorizada conformada por 214 personas -estudiantes y personal administrativo de dos instituciones de educación superior-, 138 mujeres (64.5 %) y 76 hombres (35.5 %), con un promedio de edad de 25.13 años y una desviación estándar de 7.66. De acuerdo con la recomendación de Nunnally y Bernstein (1978), se incluyeron 10 personas por ítem del cuestionario.
Instrumento
El SATAQ-4 es una prueba de autoinforme compuesta por 22 reactivos que evalúan las actitudes socioculturales hacia la apariencia, y está conformada por cinco subescalas que miden: (a) la internalización del ideal muscular (5 ítems), (b) la internalización del ideal de delgadez (5 ítems), (c) las presiones de los familiares (4 ítems), (d) las presiones de los pares (4 ítems), y (e) las presiones de los medios de comunicación (4 ítems) (véase Tabla 2). Además, la escala de respuesta del instrumento es de tipo Likert, donde 1 corresponde a "completamente en desacuerdo", y 5, a "completamente de acuerdo". La calificación del cuestionario es: a mayor puntaje, mayor internalización e influencia del modelo estético corporal (Rodgers, Schaefer et al., 2016).
Componentes |
---|
Internalización muscular |
1. Es importante para mí parecer atlético/a. |
2. Pienso mucho en parecer musculoso/a. |
6. Paso mucho tiempo haciendo cosas para parecer más atlético/a. |
7. Pienso mucho en parecer atlético/a. |
10. Paso mucho tiempo haciendo cosas para parecer más musculoso/a. |
Internalización de la delgadez |
3. Quiero que mi cuerpo parezca muy delgado. |
4. Quiero que mi cuerpo parezca que tiene poca grasa. |
5. Pienso mucho en parecer delgado/a. |
8. Quiero que mi cuerpo parezca muy magro (con muy poca grasa). |
9. Pienso mucho en tener muy poca grasa corporal. |
Presiones familiares |
11. Siento presión de los miembros de mi familia para parecer más delgado/a. |
12. Siento presión de los miembros de mi familia para mejorar mi apariencia. |
13. Los miembros de mi familia me animan a reducir mi nivel de grasa corporal. |
14. Los miembros de mi familia me animan a ponerme en mejor forma. |
Presiones por parte de los pares |
15. Mis compañeros/as me animan a adelgazar. |
16. Siento presión de mis compañeros/as para mejorar mi apariencia. |
17. Siento presión de mis compañeros/as para parecer en mejor forma. |
18. Siento presión de mis compañeros/as para reducir mi nivel de grasa corporal. |
Presiones de los medios de comunicación |
19. Siento presión de los medios para parecer en mejor forma. |
20. Siento presión de los medios para parecer más delgado/a. |
21. Siento presión de los medios para mejorar mi apariencia. |
22. Siento presión de los medios para reducir mi nivel de grasa corporal. |
Procedimiento
En primer lugar, el instrumento traducido al idioma español se evaluó con el juicio de cuatro investigadores expertos disciplinares en el área, acerca de la suficiencia, claridad, coherencia, relevancia y utilidad de los ítems. Para medir el nivel de concordancia entre los jueces, se hizo el cálculo del coeficiente W de Kendall, y la matriz utilizada para ello fue retomada de Escobar-Pérez y Cuervo-Martínez (2008). Una vez recibidas las valoraciones, se llevó a cabo el proceso de adaptación lingüística, lo que implicó buscar conceptos equivalentes en el contexto sociocultural, con el cuidado de preservar el significado original de los términos modificados. Posteriormente, se aplicó el instrumento en físico de manera individual; y finalmente, se realizaron los respectivos análisis de confiabilidad y de otras condiciones psicométricas para dar evidencia del funcionamiento adecuado del cuestionario.
Consideraciones éticas
Los participantes, de manera voluntaria, diligenciaron el consentimiento informado, en el cual se exponía el objetivo del estudio y el profesional responsable de él, las condiciones de confidencialidad, el anonimato de las respuestas, el uso de la información, los términos de publicación de resultados, y los posibles riesgos para la persona, pues se les advirtió a los participantes que si el resultado de su prueba indicaba algún riesgo para su salud mental, serían remitidos al centro de salud para ser atendidos debidamente -condición que no se evidenció dentro del proceso de recolección de información-. Es importante señalar que el estudio fue aprobado por el comité de ética institucional de la Universidad Católica de Colombia, y que su nivel de riesgo era "muy bajo".
Resultados
Validez de contenido
Como resultados, el nivel de concordancia del juicio de expertos fue alto (Coeficiente W de Kendall = .4) y significativo (p = .039), los que denota que los conceptos emitidos fueron favorables y con tendencia media a afinidad. Específicamente, las principales indicaciones estuvieron relacionadas con la redacción para dar mayor claridad a afirmaciones, como "mejorar la apariencia" y "parecer de mejor forma", por lo que esas frases se modificaron por "apariencia física". Respecto del uso del término "magro", dado que no es frecuente en Colombia, se decidió cambiarlo por la expresión "poca grasa". Una vez ajustados los reactivos, se hizo una prueba piloto con 15 participantes, quienes reportaron un alto nivel de comprensión de los ítems. A partir de la consideración unificada de los participantes de la prueba piloto, se eliminó el reactivo 8: "Pienso mucho en tener muy poca grasa corporal", pues consideraron que la pregunta 5: "Pienso mucho en parecer delgado/a" cubría estos dos aspectos -delgadez y peso-; decisión que no afectó la validez de constructo.
Propiedades psicométricas de la adaptación
Para evaluar la confiabilidad, validez, estructura, discriminación y determinación de puntos de corte, se usó el modelo Rasch; mientras que, para evaluar el funcionamiento diferencial de ítems, se calculó el índice Mantel Haenszel (MH). Por otra parte, la validez concurrente se evaluó a través del análisis de covariación y los índices de correlación de Pearson -índice de significación > .05-. En general, la versión adaptada del instrumento obtuvo un nivel de confiabilidad alto, lo cual se refleja tanto en el índice de separación (2.63) como desde la teoría tradicional, a partir del alfa de Cronbach (a = .87) (véase Tabla 3).
Puntaje total | Ítems contados | Error del modelo | Infit MNSQ | Outfit MNSQ | |
---|---|---|---|---|---|
Media | 49.8 | 21 | 0.23 | 1.01 | 1.00 |
DT | 0.0 | 0.0 | 0.01 | 0.04 | 0.04 |
Máx. | 81 | 21 | 3.01 | 3.01 | 3.03 |
Mín. | 22 | 21 | 0.20 | 0.20 | 0.20 |
RSME Real | 0.27 | Separación | 2.40 | Confiabilidad .85 | |
RSME Modelo | 0.25 | Separación | 2.63 | Confiabilidad .87 | |
De participantes | 0.05 |
Aunque algunos ítems presentaron en el infit valores próximos al límite inferior del intervalo deseable (1-1.3), al analizar los puntajes del outfit se encuentra que todos los ítems presentaron puntajes menores a 2.0, tal como se esperaba. Es importante anotar que, para aceptar la conservación de los ítems, se debe cumplir al menos con uno de los criterios establecidos respecto a los valores relacionados con el índice de separación (véase Tabla 4).
Ítem | PT | X | XM | Infit | Outfit | PTM MEDIDA | OBS - EXAC % | MATCH EXO % | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
MNSQ | MNSQ | COR | EXP | ||||||
1 | 684 | -.83 | .07 | 0.98 | 1.09 | .46 | .58 | 32.9 | 35.6 |
2 | 463 | .15 | .07 | 1.20 | 1.23 | .34 | .48 | 34.3 | 36.3 |
3 | 543 | -.21 | .07 | 0.80 | 0.92 | .50 | .52 | 40 | 34.2 |
4 | 637 | -.62 | .07 | 0.81 | 0.78 | .61 | .57 | 43.8 | 34.5 |
5 | 557 | -.27 | .07 | 0.83 | 0.82 | .56 | .53 | 41.0 | 33.9 |
6 | 511 | -.07 | .07 | 1.04 | 1.01 | .44 | .51 | 33.3 | 34.0 |
7 | 538 | -.19 | .07 | 0.92 | 1.00 | .49 | .52 | 35.7 | 34.2 |
8 | 537 | -.19 | .07 | 0.76 | 0.74 | .58 | .52 | 41.0 | 33.9 |
9 | 447 | .23 | .07 | 1.14 | 1.09 | .37 | .47 | 36.7 | 37.1 |
10 | 358 | .73 | .08 | 1.15 | 1.00 | .41 | .39 | 51.4 | 46.8 |
11 | 408 | .43 | .07 | 1.32 | 1.31 | .39 | .44 | 37.6 | 40.9 |
12 | 451 | .21 | .07 | 1.00 | 1.01 | .52 | .47 | 34.3 | 37.0 |
13 | 560 | -.29 | .07 | 1.17 | 1.21 | .50 | .53 | 30.0 | 33.9 |
14 | 395 | .50 | .08 | 0.93 | 1.10 | .45 | .42 | 46.7 | 41.2 |
15 | 376 | .61 | .08 | 0.87 | 0.78 | .49 | .41 | 51.0 | 43.2 |
16 | 330 | .93 | .09 | 0.72 | 0.58 | .49 | .35 | 62.4 | 54.7 |
17 | 377 | .61 | .08 | 0.91 | 0.88 | .46 | .41 | 50.5 | 43.2 |
18 | 616 | -.53 | .07 | 1.24 | 1.18 | .56 | .56 | 29.5 | 34.4 |
19 | 571 | -.33 | .07 | 1.16 | 1.09 | .57 | .54 | 26.2 | 34.1 |
20 | 630 | -.59 | .07 | 1.19 | 1.15 | .57 | .56 | 30.0 | 34.5 |
21 | 557 | -.27 | .07 | 1.09 | 1.01 | .59 | .53 | 31.9 | 33.9 |
X | 502.2 | .00 | .07 | 1.01 | 1.00 | 39.0 | 37.7 | ||
DT | 99.6 | .48 | .01 | 0.17 | 0.18 | 8.9 | 5.4 |
Sumado a esto, se encuentra que las opciones de respuesta ofrecidas por los ítems tienen probabilidades de elección equiparables, aunque se denota una tendencia de elección de las opciones de respuesta que indican alta frecuencia. Adicionalmente, la distribución en el diagrama de los ítems y los participantes se encontraban entre 1 y -2 logits, lo que indica alta comprensión de los ítems y alta correspondencia entre la comprensión y el nivel de presentación del constructo (véase Figura 1).
Discusión
Los resultados del presente estudio permiten afirmar que en la muestra colombiana se confirman las cinco dimensiones -ideal de delgadez, ideal muscular, presiones de la familia, presiones de los pares, y presiones de los medios de comunicación- que hacen parte del SATAQ-4, lo cual indica que el instrumento evalúa adecuadamente el constructo en esta población. Por ello, se confirman las condiciones de calificación y estructura de la prueba (Llorente et al., 2015; Schaefer et al., 2015).
Asimismo, la prueba cumplió el criterio de independencia local de respuestas, puesto que no se presenta un patrón general de elección de opciones, lo que denota que las opciones de respuesta elegidas por los participantes no se da por mutua influencia (Linacre, 2002). Todas las opciones de respuesta ofrecidas mostraban la misma probabilidad de ser escogidas.
Además, cabe anotar que el ajuste de los ítems reflejado en los indicadores de los índices de separación infit y outfit muestran un nivel apropiado, lo que indica que los reactivos fueron respondidos uno a uno, de manera independiente, y no como un patrón; de hecho, el DIF permite identificar que no hay un funcionamiento específico de los ítems dependiente del sexo o la edad (Hambleton & Jones, 1993). Por otra parte, los índices de ajuste de los ítems permiten afirmar que estos aportan de forma adecuada a la medición de influencias socioculturales, en tanto el comportamiento de los datos representa la relación entre los valores del ajuste próximo (infit) y delajuste lejano (outfit) (Pardo & Rocha, 2010); y, por ende, puede inferirse que en el caso particular del SATAQ-4 hay cumplimiento de los supuestos de dicho modelo.
Cabe anotar que hacer el análisis desde la perspectiva de la teoría de respuesta al ítem permite mejorar la medición de los procesos psicológicos, puesto que, al ser los ítems la unidad de análisis, se facilita el uso de indicadores no dependientes de la muestra, lo que ofrece un análisis funcional entre el rasgo evaluado de quien responde y el ítem usado para evaluarlo, además de que se aportan datos específicos acerca del ajuste del modelo que sustenta al concepto base (Fischer & Prieto, 2016; Gâmez, 2015; Londoño et al., 2019; Pedrosa et al., 2013).
Adicionalmente, este proceso de validación del SATQ-4 permite confirmar qué personas muestran una tendencia hacia una fuerte influencia de factores socioculturales en la construcción y satisfacción con la imagen corporal, tal como lo indica un número importante de estudios previos (Amaya-Hernández et al., 2017; Cortez et al., 2016; Escolar-Llamazares et al., 2017; Pejenaute & Labari, 2018).
Ahora bien, es importante señalar que, a pesar de la eliminación del ítem 8 de internalización de delgadez, esto no afectó las condiciones psicométricas generales del cuestionario; y que la adaptación del SATAQ-4 para población colombiana muestra el buen funcionamiento de la prueba, porque no hubo reporte de dificultades en la claridad, comprensión o elección de opción de respuesta a los ítems.
Finalmente, es necesario indicar que validar un instruniento que mide la influencia sociocultural sobre la apariencia corporal en población colombiana permite identificar el grado en que las personas internalizan los ideales estéticos corporales actuales, así como el nivel de influencia familiar, social y de los medios de comunicación; factores que determinan en gran medida la insatisfacción con la imagen corporal, la que a su vez se encuentra dentro de las variables etiológicas, tanto de los trastornos de conducta alimentaria, como de los dismórficos corporales, fenómenos que no solo presentan altas prevalencias, sino que, en muchas ocasiones, llevan a las personas a someterse a tratamientos estéticos que ponen en peligro su salud y, en la peor de las circunstancias, su vida.
Limitaciones y futuras direcciones
Si bien los resultados obtenidos en el estudio indican que es posible el uso del instrumento en población colombiana, es importante anotar que la muestra de este estudio estaba localizada en una zona del país -el Eje Cafetero colombiano-, por lo cual se recomienda confirmar los resultados en otras regiones, e incluso ampliar los rangos de edad de los participantes.
Nuevas investigaciones pueden girar en torno a la validación del SATAQ-4 con grupos poblacionales con características específicas, como personas diagnosticadas con algún tipo de trastorno de conducta alimentaria, trastorno dismórfico corporal, o de manera diferencial por edades, sexo y género