Los hábitos alimenticios constituyen un fenómeno dinámico y cambiante en el que participan factores familiares, culturales, sociales y económicos, a través del tiempo y lugar geográfico específico. Los estudiantes de educación superior experimentan diversos cambios en su estilo de vida por factores que propician preferencias en la elección de sus alimentos 1,2.
Este grupo de población es vulnerable a la mal nutrición, ya que consumen alimentos densamente energéticos que se distribuyen de manera accesible fuera de la escuela, tienen un ayuno durante varias horas y prefieren la comida rápida rica en grasa y carbohidratos como primera opción 3,4. Esto ha dado como resultado un incremento del sobrepeso y obesidad, y otras enfermedades crónicas degenerativas 5,6. La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de Medio Camino 2016, mostró que para los adultos la prevalencia de sobrepeso y obesidad pasó de 71,2% del 2012 a 72,5% en 2016. Presentándose frecuentemente más en mujeres (75,6%) que en hombres (69,4%), la obesidad mórbida es 2,4 veces mayor en mujeres que en hombres 7.
El objetivo del estudio fue analizar la ingesta de macro-nutrientes y su relación con la edad y sexo en estudiantes de educación superior.
MÉTODOS
Se realizó un estudio transversal, en estudiantes de educación superior de la Universidad de Guadalajara, se realizó un muestreo no probabilístico por casos consecutivos, reuniendo un total de 218 estudiantes de entre 18 a 30 años; se excluyeron alumnos que estuvieran llevando a cabo recomendaciones dietéticas por personal de salud, por considerarlo un comportamiento no habitual del sujeto.
Las variables para este estudio fue la Ingesta de macronutrientes en gramos de; hidratos de carbono (HCO), proteínas (PS) y lípidos (LIP) y la ingesta de kcal totales. Con referencia a los valores ideales del requerimiento estimado para actividad ligera en población, se utilizaron los criterios de FAO/OMS/ONU 2004 8.
Se utilizó un recordatorio de 24 horas y cuestionario para medir la Frecuencia de Consumo de Alimentos (CFCA) 9.
El análisis estadístico descriptivo fue mediante frecuencias, media y desviación estándar y la comparación entre dos grupos se llevó a cabo mediante la prueba U Mann Whitney. Se realizó una comparación en la ingesta de macronutrientes por grupo de edad y sexo, se aplicó la prueba de Kruskal-Wallis, tomando una p<0,05 como estadísticamente significativa. El manejo estadístico de la información se realizó a través de la utilización del paquete estadístico SPSS versión 22.
Los estudiantes accedieron a participar con un consentimiento informado, de acuerdo con los principios establecidos al Reglamento de la Ley General de Salud en materia de investigación para la salud, Titulo II, Capítulo I, artículo 17, el presente estudio se considera sin riesgo 10.
RESULTADOS
Del total de alumnos estudiados (n=218), el 62,8% fueron mujeres. La edad promedio de las mujeres fue de 20,7 años (± 2,4 años) y en los hombres fue de 20,5 años (± 2,7 años), (Tabla 1).
En la Tabla 2 se observa el consumo de macronutrientes según grupo etario y sexo relacionado con la recomendación diaria por FAO/OMS/ONU 2004 8; llama la atención que el consumo de macronutrientes en hombres y mujeres está por debajo de los valores de recomendación y con diferencias estadísticas a favor de los hombres; esto obedece a las variables biológicas. Excepto en el consumo de proteínas en los estudiantes mayores de 25 años (p>0,5).
Fuente directa. a: Valores ideales del requerimiento estimado para actividad ligera según /FAO/OMS/ONU 2004
En la Tabla 3 se observa el porciento de consumo de macronutrientes según grupo etario y sexo relacionado con la recomendación diaria por FAO/OMS/ONU 2004 8; llama la atención que el porciento de consumo de macronutrientes en hombres y mujeres está por debajo de los valores de recomendación, sobre sale el mejor consumo para las proteínas en hombres menores de 20 años y en mujeres mayores de 25 años.
Fuente directa. a: Valores ideales del requerimiento estimado para actividad ligera según /FAO/OMS/ONU 2004. b: Porciento del Consumo del Valor ideal del requerimiento estimado para actividad ligera según /FAO/OMS/ONU 2004. c: NS: no significancia
El peor porcentaje de consumo de todos los macro-nutrientes se encuentra en los lípidos, principalmente en mujeres menores de 20 años y en hombres mayores 25 años; mostrando claras diferencias estadísticas entre hombres y mujeres menores de 20 años.
Es de resaltar el porcentaje de consumo es muy parecido en los macronutrientes en hombres y mujeres en el grupo etario de 20 a 25 años sin diferencias estadísticas (p<0,05).
DISCUSIÓN
Los resultados evidencian un consumo de macronutrientes por debajo de la recomendación de FAO/OMS/ONU 2004 8.
Respecto al interés en participar en la salud y la nutrición, es mayor la participación de mujeres que hombres en el estudio, lo que es similar a lo que reportan Soriano, Irazusta, Cervera, en España; Chourdakis en Grecia; Fabro en Argentina y Al-Otaibi en Arabia Saudita 11-16.
La ingesta por día de alimentos de origen animal, de manera general, se encuentra por debajo de lo recomendado por FAO/OMS/ONU 8, aunque es sub-óptima, se observa que en hombres menores de 20 años llega al consumo recomendado, esta diferencia también es descrita por Cervera, Soriano e Irazusta en el consumo de proteínas entre hombres y mujeres entre lo hiperproteíco y lo hipoproteíco 11-13. Los efectos que esto puede generar son: la anemia; debido a la que las proteínas participan en el transporte de oxígeno en sangre y formación de glóbulos rojos, cabello frágil o en casos graves caída capilar severa, pérdida de masa muscular, problemas en la piel (palidez, erupciones cutáneas, resequedad), en casos severos sistema inmune debilitado 17.
La ingesta por día de alimentos de origen lipídico, aunque es subóptima, es mayor en mujeres mayores de 25 años que hombres, en donde el porciento de consumo de la recomendación de lípidos alcanza el 46,17%, esta diferencia también es descrita por Cervera, Soriano, Irazusta y Vargas 5,11-13, en donde el consumo de lípidos a favor de los hombres esta ligeramente por arriba de la recomendación. Los efectos que esto puede generar: difícil cubrir las necesidades de energía del cuerpo humano y ocasiona una disminución de la actividad física espontánea, pérdida progresiva de peso, cambios metabólicos adaptativos adicionales y alteraciones en la función reproductiva de la mujer 17.
La ingesta por día de alimentos con componente de los carbohidratos, aunque es subóptima, es mayor en hombres por arriba de 25 años en donde el porciento de consumo de la recomendación de carbohidratos alcanza el 68,2 %, esta diferencia también es descrita por Gallardo, Vargas, Soriano e Irazusta, en el consumo de carbohidratos a favor de los hombres mayores de 25 años. Los efectos que esto puede generar: cansancio y fatiga; ya que las células usan el azúcar que proviene de carbohidratos, en casos severos perdida muscular 5,11,12,18.
Llama la atención que en esta serie en el grupo etario de 20 a 25 años el porciento de consumo de macronutrientes, a pesar de ser subóptimo, es muy similar entre los hombres y mujeres.
Irazusta no presenta resultados con diferencia entre el consumo energético por sexo, en oposición de los estudios realizados por Soriano y de Cervera, donde si muestran una diferencia en las kcal totales ingeridas entre hombres y mujeres 11-13. Este porciento que ingieren al día muestra que los estudiantes hombres tienen una mayor ingesta calórica que las mujeres, excepto en el grupo de 20 a 25 años.
Finalmente el porciento de consumo respecto del valor ideal de requerimiento estimado para actividad ligera según FAO/OMS/ONU8; está por debajo de las recomendaciones para el grupo de estudio oscilando entre el 20% hasta el 60% de déficit de consumo en macronutrientes •