En un mundo cada vez más tecnologizado, las narrativas de inteligencia artificial (IA) desempeñan un papel crucial en la configuración de nuestra comprensión y expectativas colectivas de esta revolucionaria frontera tecnológica. La influencia de las representaciones sociales de la IA como las presentadas en la saga de películas Terminator, no solo se limita al ámbito del entretenimiento, sino que se extiende a las discusiones académicas de tipo ético, regulatorio y de influencia en la formación de políticas y actuaciones en la vida real 1. En esta editorial quisimos hacer una analogía de la evolución de la narrativa de la IA en el cine y cómo se refleja en aspectos de la sociedad, entre ellos, en la educación.
En el creciente universo de la IA, es asombroso observar por ejemplo como, en el cine, que suele representar las preocupaciones y anhelos de la sociedad en un momento dado, las películas de ciencia ficción han recreado la evolución de esta tecnología. Desde formas de fuerza bruta, encarnada en las imponentes máquinas que se veían hace 40 años en la primera película de la saga Terminator, hasta la sofisticación de la IA en las posteriores secuelas.
Los acordes inconfundibles de la canción Use Your Illusion II de Guns N’ Roses, una de las cuales acompaña la entrada triunfal en la banda sonora de Terminator, nos transporta a un tiempo en el que la fuerza y la rebelión eran la fortaleza primordial.
En ese contexto, en la película, Cyberdyne Systems presentó el modelo T-800, un esqueleto de metal recubierto de tejido vivo, una máquina imponente diseñada para ejercer control mediante la fuerza. Así se marcó el inicio de una era en la que la narrativa de la IA estaba impregnada de elementos de ciencia ficción, incrustados en el inconsciente colectivo gracias a Terminator 1 en 1984.
La evolución cinematográfica progresó con la presentación del T-1000, una máquina dotada de habilidades de mimetismo y regeneración frente a cualquier daño sufrido, en Terminator 2: Judgment Day. Esta entrega también destacó la amenaza constante de Skynet, una inteligencia artificial hostil que se rebela contra sus creadores humanos, desencadenando una guerra apocalíptica entre máquinas y humanos, un tema recurrente en las siguientes películas de la saga hasta Terminator: destino oculto en 2019. Fue en esta fase que la música épica de Guns N’ Roses pareció resonar especialmente, representando la lucha entre la humanidad y la tecnología, entre la carne y el metal. No obstante, conforme avanzamos en la trama de la IA en el mundo real, la melodía cambia, y el enfoque se desplaza de la fuerza pura hacia la inteligencia y sus implicaciones más complejas.
La evolución de la IA refleja una transición de la fuerza hacia la inteligencia, algo que se manifiesta de manera paralela en el mundo real. Así como la música ha evolucionado desde acordes estridentes hasta una sinfonía más refinada, la IA ha avanzado hacia una comprensión más sofisticada, en la que la complejidad y la sutileza definen la experiencia. En el presente, la IA no busca imponerse con fuerza bruta, sino colaborar de manera inteligente, anticipando nuestras necesidades y mejorando nuestra calidad de vida.
La IA actual se caracteriza por el aprendizaje automático, el procesamiento del lenguaje natural, la visión por computadora, las redes neuronales profundas, la automatización y la toma de decisiones. Además, se ha integrado la IA en la robótica autónoma. Estas características le permiten a la IA realizar tareas complejas, comprender y generar lenguaje natural, procesar información visual y tomar decisiones basadas en análisis de datos, todo en beneficio del ser humano.
Pero, en medio del entusiasmo que ha despertado esta revolución tecnológica, debemos ser prudentes y críticos. Evocamos una frase emblemática de Sarah Connor, la protagonista de Terminator: “El Terminator está ahí fuera, no se puede razonar con él. No siente lástima, ni remordimientos, ni miedo...”. Aunque esta afirmación resuena con la amenaza percibida por la humanidad en el contexto de la película, en el mundo real, nos enfrentamos a un desafío diferente. Por lo menos hasta ahora.
Impulsados por la narrativa de Terminator, complementada por la poderosa banda sonora de Guns N’ Roses, hemos llegado a elaborar este editorial sobre la inteligencia artificial y la apertura a nuevas perspectivas sobre nuestras capacidades y desafíos. AI abordar esta evolución, es imperativo aprovechar la IA para mejorar la educación y la pedagogía, garantizando siempre que su poder esté al servicio del bienestar humano y su desarrollo.
Evitando caer en el “síndrome Terminator” 2, que propaga percepciones erróneas sobre la IA, derivadas de representaciones exageradas, es esencial incorporarla IA con seriedad, responsabilidad y ética en los procesos educativos. La era de la inteligencia ha comenzado, y nuestra capacidad para guiarla definirá el curso de nuestra propia evolución. Así lo demuestran los autores de la Facultad de Educación que hicieron posible este número especial “Educación, salud e inteligencia artificial” para nuestra revista.