Introducción
La autopercepción, es la capacidad del ser humano para recolectar información del ambiente interno (e.g. pensamientos, sentimientos) y/o externo (e.g. relación con los padres, relación con compañeros), integrarlas e interpretarlas para producir como respuesta una representación de sí mismo en un dominio específico. Es un concepto dinámico que se encuentra en constante ajuste y cambia según las experiencias y la interpretación que se realice de las mismas (Fu et al., 2013; Gabbard, 2012). Además, se considera como un constructo multidimensional compuesto por varios dominios, entre ellos se pueden mencionar: la aceptación social, la apariencia física, el desempeño académico, las relaciones sociales, la competencia percibida en habilidades deportivas, la competencia percibida en capacidades físicas, entre otros (Fox y Corbin, 1989; Harter, 1988; Messer y Harter, 2012).
En diversos estudios se ha encontrado que la autopercepción influye en el desarrollo social y personal, en la salud física y mental y en el comportamiento humano (Fox y Corbin, 1989; Molina, Raimundi, López, Cataldi y Bugallo, 2011). Asimismo, una autopercepción positiva, se considera como un factor protector de la salud (Molina et al., 2011), ya que está asociada con un comportamiento social aceptable, menos conductas agresivas, niveles bajos de ansiedad y depresión, menos burlas hacia sus pares, mejor desarrollo de la personalidad, mejor desempeño académico y un mayor bienestar en general. Por el contrario, una autopercepción negativa está asociado con problemas de salud mental y física (Fu et al., 2013; Haugen, Ommundsen, & Seiler, 2013; Molina et al., 2011). También, se ha encontrado que la autopercepción, específicamente la competencia percibida (motriz y/o física), está relacionada positivamente con el nivel de actividad física, el desempeño de tareas motorices y algunas capacidades físicas relacionadas a la salud (Altintas et al., 2013; Morano, Colella, Robazza, Bortoli, y Capranica, 2011; Piek, Baynam, y Barrett, 2006; Poulsen et al., 2011; Robinson, 2010; Stein, Fisher, Berkey y Colditz, 2007).
Para la evaluación de la autopercepción se han construido diversas escalas enfocadas en varias poblaciones y dominios (Fox y Corbin, 1989; Goñi, Ruiz de Azúa y Liberal, 2004; Harter, 1982, 1988; Harter y Pike, 1984; Marsh, Relich y Smith, 1983; Marsh, Richards, Johnson y Roche, 1994; Messer y Harter, 2012). Algunas de estas se enfocan únicamente en la evaluación de la autopercepción de la competencia física (Fox y Corbin, 1989; Goñi, Ruiz de Azúa y Liberal, 2004; Marsh et al., 1994). La escala de Fox y Corbin (1989) evalúa competencia física percibida por medio de cinco subescalas (condición física, competencia deportiva, atractivo físico, fuerza y el autoconcepto físico global). Por su parte, Goñi, Ruiz de Azúa y Liberal (2004) lo evalúa por medio de las siguientes subescalas: habilidad física, condición física, atractivo físico, fuerza, autoconcepto físico general y autoconcepto general.
Otras escalas se construyeron con el objetivo de evaluar varios dominios en un mismo cuestionario (Harter y Pike, 1984; Marsh et al., 1983; Messer y Harter, 2012). Estas evalúan diferentes dominios de la autopercepción acorde con la población a la cual van dirigidas. Marsh et al. (1983) desarrollaron una escala llamada Cuestionario de autodescripción (“Self-Descriptive Questionnaire”, SDQ por sus siglas en inglés) compuesta por dominios relacionados con las áreas académica, social y física. Harter y Pike (1984) en su cuestionario enfocado en la población infantil evalúan cuatro dominios de autopercepción (aceptación social, aceptación materna, competencia física y competencia cognitiva). Por su parte, Messer y Harter (2012) evalúan doce dominios en la población adulta (competencia social, competencia en el trabajo, cuido de otros, competencia en habilidades deportivas, apariencia física, proveedor adecuado, moral, administración de las tareas del hogar, relaciones afectivas, inteligencia y sentido del humor y autopercepción global).
Cabe destacar que de las escalas mencionadas, todas son en idioma inglés, excepto por la diseñada por Goñi et al (2004). Es por esto que ha surgido la necesidad de traducir y validar a diferentes idiomas algunas de estas escalas, con el fin de poder ser utilizadas según las características lingüísticas de las poblaciones (Atienza, Balaguer y Moreno, 2002; Atienza, Balaguer, Moreno y Fox, 2004; Broc, 2014; Dimmitt, 1995; Hau, Sung, Yu, Marsh y Lau, 2005; Meleddu, Scalas y Guicciardi, 2002; Molina et al., 2011). Por ejemplo, el instrumento Perfil de autopercepción física (Fox y Corbin, 1989), fue traducido y validado al idioma holandés (Van de Vliet et al., 2002). El Cuestionario de autodescripción física (Marsh et al., 1994) se ha traducido y validado a idioma italiano Meleddu, Scalas y Guicciardi (2002) , chino (Hau et al., 2005), turco y español (Marsh, Marco y Apçý, 2002) . También, la escala para la población infantil desarrollada por Harter (1982) fue traducida y validada al español por Atienza et al. (2002), Molina et al. (2011) y Broc (2014).
En el caso particular de la escala de Perfil de autopercepción para adultos desarrollada por Messer y Harter en 1986, se realizó la traducción al idioma español por Dimmitt en 1995. No obstante, este cuestionario presenta una versión revisada por Messer y Harte en el 2012, la cual no ha sido traducida al idioma español. Por lo tanto, el propósito del presente estudio fue establecer la validez por juicio de expertos y la confiabilidad de la traducción al español del Perfil de autopercepción para adultos (Messer y Harter, 2012) en un grupo de estudiantes universitarios en Costa Rica.
Materiales y Métodos
Diseño
La presente investigación es de tipo descriptivo y establece las propiedades psicométricas de una escala de evaluación traducida al español.
Participantes
La población de estudio son los estudiantes de una universidad en Costa Rica. La muestra estuvo compuesta por un total de 180 estudiantes universitarios (114 hombres y 66 mujeres) con edades entre los 18 y 28 años. Las personas participantes fueron reclutadas en diversos cursos obligatorios, los cuales fueron seleccionados aleatoriamente, en una universidad en Costa Rica. La participación en el estudio fue de forma voluntaria y se firmó el consentimiento informado.
Instrumento de medición
El perfil de Autopercepción para Adultos (“The self-perception profile for adults”) fue construido por Messer y Harter en 1986, y revisado en 2012 Messer y Harter, 2012) con el fin de evaluar la autopercepción de los adultos desde un enfoque multidimensional. Esta escala cuenta con 11 dominios específicos: social, competencia en el trabajo, cuido de otros, competencia percibida de las habilidades deportivas, apariencia física, proveedor adecuado, moral, administración de las tareas del hogar, relaciones afectivas, inteligencia y sentido del humor, y un dominio de autopercepción global, para un total de 12 dominios, para un total de 40 ítems (tabla 1). Cada dominio es evaluado por medio de cuatro ítems y en el caso del de autopercepción global, el mismo lo conforman seis ítems. Todos los ítems presentan un pontaje de evaluación en un rango de 1 a 4 puntos.
Procedimientos
Los procedimientos del presente estudio se organizaron en tres etapas: (1) traducción del instrumento al idioma español y validación de contenido; (2) recolección de datos y (3) análisis de confiabilidad. Los procedimientos se apegaron a la declaración de Helsinki.
Etapa 1: Traducción y validez de contenido. La traducción del instrumento del idioma inglés al español se realizó siguiendo los procedimientos de retrotraducción, por medio del juicio de expertos (Balaguer, Tomás, Castillo y Duda, 2009; Sánchez y Echeverry, 2004). La validez de contenido fue dada por el juicio de expertos y se calculó el índice de validez de contenido (CVR, por sus siglas en inglés) con el objetivo de cuantificar el acuerdo entre expertos (Lawshe, 1975; Wilson, Pan, y Schumsky, 2012). Primero, se tradujo el instrumento del idioma inglés al idioma español (I-1). Esta traducción fue revisada por cuatro profesores universitarios, los cuales presentan dominio de idiomas español e inglés. Se analizaron las correcciones y sugerencias presentadas por estos profesionales, las cuales fueron incorporadas y se obtuvo un segundo instrumento (I-2). Una traductora profesional con dominio del idioma inglés y español, revisó el I-2. Luego de incorporar sus sugerencias, se obtuvo un tercer instrumento el I-3. Este se envió nuevamente al profesorado de la primera etapa y se les solicitó indicar si estaban de acuerdo con la traducción o no, para cada ítem, en caso de desaprobación debieron agregar un comentario para su corrección. En esta etapa, se obtuvo un CVR de 0.99 para todos los ítems, el cual indica un acuerdo unánime entre las cuatro personas evaluadoras, por lo que no hubo cambios al instrumento. Posteriormente, una profesora de inglés, tradujo el I-3 de vuelta al idioma inglés (proceso de retrotraducción). Ambas versiones se analizaron y no se encontraron diferencias, por lo que el instrumento I-3 fue la versión final. Este proceso facilitó que la versión final del instrumento en español sea comprensible para la población costarricense y mantenga el significado de la versión en inglés. Lo anterior, se realizó para los 50 ítems y las instrucciones del instrumento. Cabe destacar que la lengua materna de las personas involucradas en la traducción es el español, y que estas presentaban dominio suficiente del idioma inglés.
Etapa 2: Recolección de datos. Se visitó cinco cursos de estudios generales de una universidad en Costa Rica, donde asisten estudiantes de diversos niveles y carreras. Con el visto bueno del profesional docente a cargo del grupo, se le solicitó a la población estudiantil que completara el instrumento I-3 antes de iniciar la clase. El estudiantado tardó aproximadamente 15 minutos en completar el cuestionario. Una semana después, al 60% se les aplicó el instrumento en una segunda ocasión.
Etapa 3: Confiabilidad. La confiabilidad del instrumento en español, se evaluó por medio de la consistencia interna del instrumento y de la estabilidad temporal. La primera se calculó utilizando el alfa de Cronbach (1951), utilizando la información de la primera aplicación (n = 180). El análisis de estabilidad temporal se realizó por medio del coeficiente de correlación intraclase (R) utilizando el método “test, re-test” (Sánchez y Echeverry, 2004), utilizando las aplicaciones de la primera y segunda medición del 60% de la muestra (n = 107).
Análisis estadístico
Para la descripción de la muestra se obtuvo el promedio (M) y la desviación estándar (± DE) de las características examinadas. En el análisis de consistencia interna, los valores de alfa > 0.70 se consideran aceptables, mientras que valores menores a 0.69 se consideran pobres. Para el análisis de estabilidad temporal, se considera una baja confiabilidad cuando R es menor a 0.4; se interpreta como una confiabilidad buena cuando el R oscila entre 0.4 y 0.75, y se considera una confiabilidad excelente cuando el R es mayor a 0.75 (Prieto, Lamarca y Casado, 1998). Estos análisis se realizaron con el programa estadístico IBM-SPSS versión 23 (IBM Corporation, New York, USA).
Resultados
Etapa 1: Traducción y validez de contenido
El proceso de retrotraducción tuvo como resultado un instrumento en español. El cual cuenta con un el índice de validez de contenido de 0.99, lo que se considera como un valor aceptable de validez de contenido.
Etapa 2: Recolección de datos
La información descriptiva indica que las personas participantes presentan una autopercepción mayor en los dominios de inteligencia y sentido del humor; mientras que el valor más bajo se encuentra en el dominio de habilidades deportivas (ver tabla 2).
Etapa 3: Confiabilidad
La estabilidad interna de la escala completa brindó como resultado α de Cronbach = 0.878. Además, se revisó el coeficiente de correlación corregido entre el total y los elementos y se examinó si el alfa aumentaba al eliminar algún ítem. Los valores de Cronbach al eliminar algún ítem oscilaron entre 0.86 y 0.88, lo que no representa una mejora en el valor de alfa obtenido, por lo tanto, se decidió mantener todos los ítems originales del instrumento (Sánchez y Echeverry, 2004).
El análisis de correlación intraclase realizado para determinar la estabilidad temporal del instrumento con una semana de diferencia (método test, re-test), muestra un rango de coeficientes intraclase aceptables (Prieto, Lamarca y Casado, 1998). En la tabla 3 se presentan los coeficientes para cada dominio. El más bajo se encontró en el dominio de moral y el más alto en apariencia física. Cinco dominios (cuido de otros, habilidades deportivas, apariencia física, administración de las tareas del hogar y autopercepción global) presentaron una confiabilidad excelente, mientras que siete dominios (social, competencia en el trabajo, proveedor adecuado, moral, relaciones afectivas, inteligencia y humor) presentaron una confiabilidad buena.
Discusión de resultados
El objetivo del presente estudio fue establecer la validez de contenido y confiabilidad de la traducción al español de la escala “The self-perception profile for adults”. Los resultados obtenidos indican que la versión traducida al español es un instrumento que presenta una validez y confiabilidad aceptable para la evaluación de la autopercepción en esta población.
La validez de contenido dada por el juicio de expertos, presentó un índice con valores aceptables de la traducción al español del instrumento. Se obtuvo además una consistencia interna aceptable, siendo similar a la obtenida en su versión original. Messer y Harter (2012) obtuvieron la confiabilidad de su instrumento en dos muestras diferentes. La primera muestra constó de 141 hombres y mujeres entre los 30 y 50 años de edad, mientras que la segunda muestra estaba conformada por 215 mujeres con edad promedio de 26 años. La confiabilidad establecida por medio del α de Cronbach presentó valores entre 0.63 y 0.92. Broc (2014), al traducir la escala para niños de Harter, encontró valores de α de Cronbach por dominio de bajos a moderados (.48 - .85), similares a los encontrados en el presente estudio.
Por otro lado, con respecto a los resultados de estabilidad temporal, como otro criterio de confiabilidad, se ha considerado un valor regular o aceptable R ≥ 0.40 (Prieto, Lamarca y Casado, 1998). Bajo este criterio, en este estudio, todos los dominios presentan coeficientes de confiabilidad aceptables. Dimmitt (1995) reportó resultados con coeficientes bajos, similar al presente estudio, pero en dominios diferentes tras obtener la confiabilidad luego de dos semanas con el método del test, re-test. En ese estudio el dominio con el menor coeficiente fue el de cuido de otros (r = 0.34), mientras que los dominios de proveedor adecuado e inteligencia, presentaron valores cercanos a r = 0.59; y el resto de los dominios presentaron coeficientes superiores a r = 0.60. Una posible explicación a las diferencias encontradas, entre el estudio de Dimmitt y la presente investigación, es la población en la cual se aplicó el instrumento, ya que Dimmitt (1995) trabajó solamente con mujeres de zonas marginales, mientras que en el presente estudio se trabajó con estudiantes universitarios -hombres y mujeres-.
Por otro lado, cabe destacar, que cuando se evalúa la confiabilidad, por medio de la estabilidad en el tiempo, se espera que la autopercepción se mantenga estable luego de aplicar el instrumento con un periodo pocas una semana (Dimmitt, 1995). Sin embargo, como se mencionó, la competencia percibida es un proceso dinámico que se encuentra en constante cambio por las experiencias del entorno, por lo tanto, se podría generar un cambio de una medición a la otra, lo que da como resultado coeficientes bajos.
Un instrumento válido y confiable es importante para obtener un dato de una variable apto para realizar una conclusión legítima. Rechazar o no una hipótesis planteada es el principal objetivo de todo investigador, pero este proceso no se puede llevar acabo de manera eficiente si la recolección de los datos es ineficiente. La medición y evaluación adecuada de las variables en estudio es un factor relevante en el proceso de investigaciones científicas, lo que incluye utilizar un instrumento válido y confiable para la recolección de los datos. Es por esto que, es necesario utilizar instrumentos válidos y confiables, ya que le brinda a la investigación un soporte sólido para la recolección de datos y conclusión del estudio (Kerlinger y Lee, 2002). Dada la validez y confiabilidad que presenta la traducción de este instrumento, se considera que es una herramienta útil para su uso en el contexto bajo el cual fue traducido, o en contextos similares; ya que los resultados de este estudio presentan evidencia que sugiere que el instrumento es apropiado para la cultura y el grupo etario para el cual fue traducido.
Los instrumentos desarrollados por Harter y colaboradores (Harter y Pike, 1984; Messer y Harter, 2012) han sido utilizados para investigar la autopercepción en diversas poblaciones (Fu et al., 2013; Levy y Ebbeck, 2005; Robinson, 2010; Spessato, Gabbard, Robinson y Valentini, 2012; Stein, Fisher, Berkey y Colditz, 2007; Vedul-Kjelsås, Sigmundsson, Stensdotter y Haga, 2011). Así mismo, se ha empleado en el área de la educación para: la predicción y asociación de problemas conductuales (Cheng, Griffin, Claes, Petocz, Steinbeck, Rooney y O´Connor, 2014; Novak y Furman, 2016), la identificación temprana y actual de la percepción (Andrade, 2016; Mastro, Zimmer-Gembeck, Webb, Farrell y Waters, 2016), la educación física y el deporte (Qasim, Ravenscroft y Sproule, 2014). Así como, en el área de la salud (Furman y Collibee, 2014; Golden, Furman, y Collibee, 2016; Oñate, Resett, Menghi y Iglesia, 2016) y el área comportamiento vocacional Waters, Briscoe, Hall y Wang, 2014.
Por lo tanto, la traducción del presente instrumento puede contribuir al aumento de investigaciones en estas áreas de estudio, e incluso como base para estudios en diferentes países de habla hispana. Además, una característica del instrumento original es que las autoras indican que si se desea evaluar solamente uno de los dominios, se puede aplicar solamente los ítems relacionados a ese dominio (Messer y Harter, 2012). De esta manera, si se desea se puede aplicar el instrumento completo o solamente los ítems de un dominio específico.
Finalmente, la traducción del instrumento presenta validez por juicio de expertos y confiabilidad aceptables, pero es importante tener en consideración aspectos para mejorar su fiabilidad, por ejemplo, ampliar la muestra en rango de edad. En conclusión, los valores obtenidos luego de realizar la traducción de esta escala sugieren un instrumento válido y confiable para su uso en estudios en adultos con características similares a los de la presente investigación.
Conclusiones
Este estudio brinda evidencia preliminar, donde se concluye que las propiedades psicométricas de este cuestionario, demuestran que es válido y confiable para la población adulta. Esta escala es útil para evaluar diferentes dominios de la autopercepción entre ellos el dominio social, la competencia en el trabajo, ser un proveedor adecuado, la moral, las relaciones afectivas, la inteligencia y el sentido del humor y un dominio global. Los valores de validez y confiabilidad de la traducción son similares a la escala original, lo que confirma ser un instrumento válido y confiable. Estos resultandos brindan a la comunidad educativa, un instrumento relevante en el estudio de la autopercepción para la cultura hispanohablante.