Se conocen como enfermedades cardiovasculares (ECV) al infarto agudo de miocardio (IAM), el accidente cerebrovascular (ACV) isquémico o hemorrágico y la enfermedad vascular periférica, también conocidas como enfermedades vasculares ateroscleróticas, pues tienen en común que el proceso fisiopatológico básico es el desarrollo de aterosclerosis en la vasculatura que irriga a los órganos afectados 18 . El IAM y ACV son eventos agudos que se deben principalmente a obstrucciones en los vasos, las cuales se presentan cuando se produce ruptura de una placa aterosclerótica ocasionando un cuadro de atero-trombosis, fenómeno que explica la sintomatología de los eventos agudos. Actualmente las ECV se constituyen en la primera causa de morbi-mortalidad en todo el mundo, ocasionando que cada año mueran más personas por estas enfermedades que por cualquier otra causa 20,19 . Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), anualmente 17,5 millones de personas en el mundo, es decir el 31% de las defunciones totales mueren a causa de alguna ECV, siendo que 7,4 millones se debe a IAM y 6,7 millones AVC. Las ECV son consideradas al momento como una epidemia global que afecta a individuos de todos los países, independientemente de sus ingresos económicos, pero que han tenido un gran incremento en los países de ingresos medianos y bajos, afectando casi por igual a ambos sexos 3,4 . Actualmente las ECV en su conjunto son la principal causa de muerte en Colombia, con el IAM ocasionando el 17% de la mortalidad general, tanto en hombres como en mujeres, seguida por el ACV y las enfermedades hipertensivas 14 .
Los estudios epidemiológicos INTERHEART 20 e INTERSTROKE 11 , 19 en los cuales el número de pacientes colombianos incluidos fue importante, establecieron que son 9 los principales factores de riesgo para IAM y ACV, los cuales son prevenibles y/o controlables, y que en su conjunto acontecen por el 90% del riesgo atribuible poblacional. En Colombia de entre estos 9 factores de riesgo los más frecuentes son la hipertensión arterial, la dislipidemia aterogénica y la obesidad abdominal, seguidos por el tabaquismo, una dieta no saludable, inactividad física, disglucemia, diabetes mellitus tipo 2 (DM2), depresión y ansiedad. Es importante destacar que el riesgo de ECV aumenta si varios de estos factores de riesgo se presentan simultáneamente. La presentación concomitante de tres de algunos de estos factores de riesgo (obesidad abdominal, hipertensión, disglucemia, HDL disminuido y triglicéridos elevados) conforman el denominado Síndrome Metabólico (SM), entidad que se asocia a un incremento en la incidencia de DM2, IAM y ACV, aumento que es mayor al que se observa con cada uno de los factores de riesgo de manera independiente 10 . Estos factores de riesgo mencionados se asocian a la existencia de resistencia a la insulina e inflamación de bajo grado, fenómenos que se asocian al aumento de la adiposidad, especialmente visceral, y a la pérdida de masa y fuerza muscular 13,15-17 .
Nosotros hemos demostrado que la población de bajos recursos económicos en Colombia tiene una mayor sensibilidad para desarrollar resistencia a la insulina e inflamación de bajo grado a menores niveles de adiposidad visceral, debido a que durante la programación fetal y la plasticidad celular, el producto en gestación de embarazadas malnutridas, especialmente por déficit del consumo de proteínas de alto valor biológico, para sobrevivir desarrolle resistencia a la insulina intra-útero, lo que le permite salvaguardar el desarrollo del sistema nervioso central pero a cambio de afectar el desarrollo de otros tejidos como las células beta pancreáticas, cardiomiocitos, nefronas y tejido muscular esquelético, lo que se manifiesta por retardo de crecimiento intrauterino y bajo peso al nacer para la edad gestacional. Ya en la vida extrauterino este nuevo ser se ve expuesto a una alta ingesta de carbohidratos procesados y a una vida sedentaria, lo que junto con la mayor sensibilidad a tener resistencia a la insulina y dada su menor masa muscular y de otros órganos, lo hace más sensible a desarrollar inflamación de bajo grado, obesidad, DM2, SM y ECV 1 , 9 , 12 , 14 .
En verdad, el origen de las ECV se encuentra desde los inicios mismos de la vida y depende en gran medida de los factores socio-económicos que rodean a un individuo y al estado de transición epidemiológica de cada país, particularmente relacionado con el nivel de urbanización y de adopción de estilos de vida “occidentales”, vale decir estilos de vida determinados por un capitalismo-consumismo salvaje, en el cual prima más el bienestar financiero individual que la salud y la calidad de vida de la comunidad. Hace ya algunas décadas propusimos que la obesidad, el SM, la DM2 y las ECV no son sino la respuesta biológica normal al desarrollo anormal de la sociedad consumista 18 .
Con estos antecedentes y de frente a la epidemia de obesidad, SM, DM2 y ECV que se observa en las poblaciones de países de ingresos medios y bajos, la respuesta para enfrentarla debe ser consensuada y en la que participen todos los actores de la sociedad: el gobierno, la clase política honesta, los comunicadores sociales, la comunidad organizada y desde luego la academia: las universidades y las sociedades científicas. En este contexto y en lo que se refiere específicamente a la Universidad, y a la nuestra, la UDES, el reto de enfrentar con éxito la epidemia de ECV demanda que todas las Facultades con sus diferentes áreas del conocimiento, se unan a la cruzada de crear un gran frente multidisciplinario liderado por la Facultad de Ciencias de la Salud y sus diferentes Escuelas para integrar dentro de sus programa curriculares y de sus propuestas de investigación temas como contaminación ambiental y ECV, propiedad/distribución de tierras, producción de alimentos y ECV, cultivos alternativos para mejorar la nutrición humana, industria alimentaria y riesgo cardiovascular, papel de la educación formal e informal en la prevención de ECV, leyes necesarias para la prevención primaria y secundaria, estímulo a la actividad física dentro de las áreas de trabajo, economía y salud, espacios saludables, etc, etc.
Las ECV se pueden evitar controlando los factores de riesgo comportamentales y los hábitos de vida 5 . Para ello es necesario el uso de estrategias que cubran a toda la población. Para las personas con alto riesgo cardiovascular, es importante el diagnóstico temprano y tratamiento mediante la detección de uno o más de los factores de riesgo anteriormente mencionados 2,6-8.
En la Facultad de Salud de la UDES se ha venido trabajando en el desarrollo de proyectos de investigación como los estudios PURE, SIMAC, HOPE 4, entre otros, proyectos que integra a docentes y estudiantes de Medicina, Enfermería, Fisioterapia y Bacteriología y que en colaboración con entidades prestadoras de servicios de salud como la FOSCAL e integrando redes de conocimiento como la Red Colombiana para la Prevención de la Enfermedades Cardiovasculares y Diabetes (RECARDI) y la red Internacional del Population Health Research Institute (PHRI), ha permitido que los aportes de nuestra Universidad a la solución de esta problemática sean ampliamente reconocidos.
Con esta experiencia creemos que la participación interactiva conjunta de los profesores y estudiantes de las diferentes escuelas de la Facultad de Salud en el objetivo de generar y aprender conocimientos que contribuyan eficientemente a prevenir, tratar y recuperar la salud de personas y pacientes en riesgo y con ECV es sin duda un objetivo global de la Facultad y de la Universidad. En este contexto disponer de un medio de información académica y científica como la Revista Cuidarte es fundamental.